La Europa de los cobardes y los pelotas
Uno no puede esperar mucho de países que creen tener a Dios de su parte y por eso pisotean la ley y la verdad, pero ver que la UE calla y retrocede ante los bárbaros es el fin del sueño europeo
Íñigo Domínguez
29 JUN 2025 - 05:30 CEST
En 1992 un diputado advirtió en el Parlamento israelí: “Podemos presumir que dentro de tres o cinco años Irán será autónomo en su capacidad para producir una bomba nuclear. Esta amenaza debe ser neutralizada por un frente internacional guiado por Estados Unidos”. Se llamaba Benjamín Netanyahu y luego como primer ministro siguió profetizando lo mismo durante décadas, aunque nunca terminaba de ocurrir, pasados esos tres o cinco años. Al final consiguió lo que quería, pero aún no sabemos si esta vez Irán tenía la bomba o seguía siendo una trola de Netanyahu. Da igual, la verdad no ha sido un problema, y la ley o el derecho internacional, tampoco.
La verdad, en cambio, sí es un problema si hablamos de las armas nucleares de Israel: oficialmente no las tiene, pero sabemos que sí. El problema lo tuvo un israelí llamado Mordejai Vanunu. Es una historia ejemplar para toda democracia que se precie. Vanunu era un judío marroquí que emigró a Israel con nueve años. Se hizo técnico nuclear y trabajó de 1976 a 1985 en la central de Dimona, que, en teoría, se dedicaba a usos civiles, ustedes ya me entienden. En realidad, fabricaba armas nucleares y como Vanunu era pacifista un día se fue a Londres y se lo contó a The Sunday Times. En 1986 el diario lo publicó, con planos y todo, y reveló que Israel tenía 200 cabezas nucleares (parece que fue Francia quien los ayudó). Vanunu alegó motivos de conciencia, porque su país lo hizo sin debate o permiso de sus ciudadanos. La reacción de Israel fue la normal en un país civilizado: mandó una espía que lo sedujo (se llamaba Cindy), le citó en Roma, donde un comando del Mosad lo drogó, lo secuestró y lo llevó a Israel. Lo hicieron en Italia para no cabrear al Reino Unido. Fue condenado a 18 años de cárcel y pasó 11 en aislamiento total, una violación de derechos humanos. Salió de prisión en 2004, ahora vive en Israel bajo libertad vigilada, no puede irse del país, ni hablar con extranjeros, ni dar entrevistas, ni usar un móvil, ni internet. Eso hace Israel con sus propios ciudadanos si dicen la verdad, pero si mientes más que nadie y eres un criminal de guerra puedes ser primer ministro.
El pasado mes de noviembre pareció que Israel admitía tener armas nucleares. Uno de los ministros locos de Netanyahu —mejor preciso porque son muchos: Amihay Eliyahu—dijo que la solución en Gaza podía ser una bomba nuclear. Pero no hace falta, Gaza ya es un paisaje posnuclear donde viven encerradas miles de personas. Después de matarlas de hambre, ahora el juego macabro es matarlas mientras van a buscar comida en los pocos puntos donde se la dan. Francotiradores disparan al montón y un día caen 46, otro 59… Van ya más de 400 muertos, según la ONU. Todo esto mientras estamos pendientes de Irán.
A la UE le ha llevado año y medio decidir que este cúmulo de crímenes de guerra es lo que es, pero luego ha concluido que no hará nada. En todo este teatro de la crueldad uno no puede esperar mucho de países que creen tener a Dios de su parte (Irán, Israel, Estados Unidos) y por eso pisotean la ley y la verdad. Pero es moralmente demoledor, y el fin del sueño europeo, que la UE, que no tiene a Dios detrás, que se sepa, sino los derechos y la democracia, calle y retroceda ante los bárbaros. En estos tiempos terribles solo los fanáticos son firmes en sus principios. Europa no dice la verdad, ni defiende la ley, pero lo peor es ver a Mark Rutte haciéndole la pelota a Trump. No he visto nunca una pandilla semejante de petimetres tan cobardes y serviles. Estos son ahora los auténticos valores europeos, más que los que se proclaman..
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.El 'espía nuclear' israelí Vanunu dice que quería evitar un holocausto
Primeras declaraciones tras 18 años en prisión
EFE
Londres - 30 MAY 2004 - 00:00 CEST
El espía atómico Mordejai Vanunu, que fue excarcelado recientemente tras pasar 18 años en prisión por divulgar secretos nucleares de Israel, afirma en una entrevista con la BBC que no se arrepiente y que su intención fue evitar "un nuevo holocausto". La cadena de televisión británica adelantó ayer parte de la entrevista, la primera a Vanunu tras salir de la cárcel y que será emitida entera esta noche en el programa This World.
"Nunca sentí que se trataba de una traición, se trataba de informar. Se trataba de salvar a Israel de un nuevo holocausto", dice Vanunu en la entrevista con la BBC, hecha por una periodista israelí debido a que no se le permite el contacto con extranjeros.
Mordejai Vanunu fue liberado el pasado 21 de abril tras pasar 18 años en prisión acusado de traición y espionaje al Estado por revelar información acerca de la central nuclear de Dimona, en el desierto meridional israelí del Neguev, en un artículo publicado en The Sunday Times. Ésa fue la primera y única vez que un medio de prensa ha difundido material documentado con fotografías y testimonios sobre la capacidad nuclear de Israel, que, según cálculos, era entonces superior al centenar de cabezas nucleares.
"Destruir Dimona"
"Lo que hice fue informar al mundo de lo que estaba ocurriendo en secreto. No dije: 'Hay que destruir Israel, deberíamos destruir Dimona'. Sólo dije: 'Mirad lo que tienen y decidid", señaló Vanunu, de 50 años, en la entrevista con la BBC. El espía, considerado un traidor por unos y un héroe por otros en Israel, señala que ya no quiere vivir en ese país y que su intención es residir en Estados Unidos o en un país europeo, "y comenzar a vivir como un ser humano".
La entrevista se ha divulgado justo cuando acaba de regresar al Reino Unido el periodista británico Peter Hounam, arrestado durante 24 horas esta semana por los servicios secretos israelíes bajo sospechas de haber violado las restricciones impuestas a Vanunu. El periodista fue arrestado la noche del miércoles cerca de Tel Aviv cuando se dirigía a una entrevista con la activista antinuclear israelí Yael Lotan, quien se había entrevistado antes con Vanunu y que, según el servicio secreto israelí, iba a transmitirle nuevos detalles del programa nuclear de este país.
Vanunu reveló los secretos nucleares de Israel a Hounam en 1986, que los publicó en The Sunday Times, lo que llevó al secuestro del espía por el Mosad en Italia y a su posterior enjuiciamiento. Hounam, que ha calificado de "error" su detención en Israel, está preparando un artículo sobre lo ocurrido. Peter Hounam viajó a Israel en abril para informar de la liberación de Vanunu y preparar un documental para la BBC. Israel ha prohibido al ex técnico nuclear que se reúna con extranjeros, utilice Internet y teléfonos móviles, y que se acerque a embajadas o a las fronteras. En el programa que emitirá hoy la BBC, el viceprimer ministro de Israel, Tommy Lapid, defiende estas restricciones y asegura: "Vanunu aún sabe secretos y no queremos que los vuelva a vender"..
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La agencia de la ONU para los refugiados palestinos califica de “abominación” el sistema de reparto de ayuda en Gaza
Centenares de personas que acudían a recoger alimentos han muerto a manos de francotiradores desde que empezó a operar la Fundación Humanitaria, controlada por EE UU e Israel
Almudena de Cabo
Berlín
24 JUN 2025 - 12:42 ACTUALIZADO: 24 jun 2025 - 18:11 CEST
El jefe de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés), Philippe Lazzarini, ha criticado duramente este martes el sistema actual de ayuda humanitaria en la franja de Gaza y ha reclamado volver a las prácticas anteriores de suministro de ayuda humanitaria internacional. “El nuevo mecanismo de ayuda es una abominación que hiere y mata a seres humanos. Es una trampa mortal que cuesta más vidas de las que salva”, ha declarado en Berlín, en una rueda de prensa sobre el sistema que gestiona la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, controlada por EE UU e Israel).
Desde que comenzó este mecanismo impuesto por Israel para controlar la entrega de asistencia en Gaza, varios centenares de personas han muerto a manos de francotiradores mientras buscaban alimentos para sí mismos o para sus familias hambrientas. Una situación que ha desatado duras críticas de la comunidad internacional.
La GHF comenzó a distribuir paquetes de comida a finales de mayo, después de que Israel levantara parcialmente un bloqueo total que duró casi tres meses. Sin embargo, a pesar del riesgo de ser alcanzados por los disparos, los palestinos no tienen otra opción que arriesgarse para poder conseguir ayuda.
Lazzarini ha recordado que, según los últimos datos de las Naciones Unidas, “el año pasado fue el año más mortal para los niños en cualquier conflicto en el mundo en la historia reciente”. “Lo hemos dicho varias veces y lo repito: ningún lugar es seguro en Gaza y nadie está a salvo... Hospitales, escuelas, búnkeres, casas y lugares para refugiados han sido destruidos. Médicos, periodistas y trabajadores humanitarios, entre ellos casi 320 de nuestros empleados, han sido asesinados”, ha denunciado al tiempo que volvía a pedir un alto el fuego inmediato y la liberación incondicional de los rehenes. “No hay otra alternativa si se quieren superar los retos de la hambruna en Gaza”.
El máximo responsable de la UNRWA ha informado, asimismo, de los problemas económicos que tiene la agencia de la ONU para poder seguir adelante con su trabajo y que más allá de septiembre no sabe cómo van a seguir adelante. “Nuestra situación es aún peor que el año pasado”, ha alertado en la comparecencia ante los medios de comunicación, en la que ha insistido en la necesidad de contar con el apoyo político y financiero de países como Alemania. “Nuestra situación financiera es muy tensa. La liquidez se gestiona semanalmente y ya no mensualmente”, ha agregado. “Sin más financiación, pronto tendré que tomar decisiones sin precedentes que afectarán a los refugiados palestinos de toda la región”.
UNRWA lleva tiempo haciendo frente a una campaña de desinformación que carga contra la agencia de la ONU, a la que incluso acusa de ser una organización terrorista. “Esta campaña se ha extendido contra el compromiso prolongado con los medios de comunicación internacionales independientes en Gaza. En los últimos 20 meses, el equipo del Gobierno israelí ha seguido condenando a UNRWA y su neutralidad. Esta condena ha puesto en grave peligro la vida de nuestro equipo y ha dañado la reputación de la agencia”, ha enfatizado Lazzarini, al tiempo que recordaba que UNRWA, como la ONU, no tiene capacidad policial, militar ni de inteligencia. “Recurrimos a los Estados miembros cuando se necesitan tales recursos”.
“Hemos pedido repetidamente al equipo del Gobierno de Israel que nos proporcione pruebas de que algunos miembros del equipo de UNRWA están involucrados en actividades militares”, ha declarado el jefe de la UNRWA. Por ello, dice, han escrito al Gobierno de Israel pidiendo más información y pruebas y recordándole que no ha iniciado ningún proceso judicial en su sistema de justicia penal, para lo que se necesitarían pruebas creíbles..
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.Cómo los señores del caos hunden el mundo en una espiral de conflictos
Trump, Putin, Netanyahu y Jameneí son líderes diferentes, pero comparten la disposición a desestabilizar sin escrúpulos para avanzar intereses imperialistas, nacionalistas o personalistas
Andrea Rizzi
Madrid
24 JUN 2025 - 05:40 CEST
Donald Trump, Vladímir Putin, Benjamín Netanyahu y Alí Jameneí son líderes profundamente diferentes, al mando de países que en muchos sentidos se hallan en las antípodas unos de otros. No obstante, comparten un rasgo fundamental para entender la época en la que nos adentramos: la disposición a sembrar el caos en el mundo para hacer avanzar sus intereses nacionales o personales. Esa disposición es un factor clave del acelerado hundimiento del mundo en una espiral de conflictos. Es fundamental comprenderlo.
Fíjense en Netanyahu, el líder israelí que libra una ofensiva despiadada contra Gaza, con un indescriptible sufrimiento para los civiles y con el objetivo declarado de erradicar a Hamás. Conviene no olvidar que su Gobierno admitió recientemente haber permitido la transferencia de fondos desde Qatar al propio Hamás con el deseo de fomentar la división entre los palestinos. Un auténtico emblema de la lógica terrible del caos.
Ahora, Netanyahu no esconde que, junto con la voluntad de arrasar el programa nuclear y la fuerza de Irán con los misiles, el objetivo de su ofensiva contra la República Islámica es un cambio de régimen. Poca duda cabe de que si, además de un cambio de régimen, se produjese un conflicto interno y una fragmentación de Irán, a Netanyahu no le disgustaría en absoluto. A la vista de sus antecedentes, cabe preguntarse si, llegada la oportunidad, además de no disgustarle, la promovería activamente, sin cuidado ninguno en términos de consecuencias para los civiles de Irán.
Todo ello no significa de ninguna manera que los líderes del régimen iraní no sean a su vez otros tenebrosos señores del caos. Su apoyo sin escrúpulos a varios actores regionales ha provocado inestabilidad y sufrimiento. Su respaldo a Hezbolá es una de las razones por las cuales Líbano no ha podido convertirse en un país con un Estado funcional a soberanía completa; su apoyo a los hutíes en Yemen es un elemento clave de la tensión en ese país, y su sostén a Bachar el Asad ha permitido una represión horrible. Y, por supuesto, Irán es un abierto facilitador de la injustificada agresión de Putin contra Ucrania, suministrándole ingentes cantidades de drones de ataque.
Y llegamos aquí al que tal vez sea el maestro de los señores del caos. Putin es alguien capaz de promover ataques terroristas dentro de su país para consolidarse como líder a través de una respuesta de mano dura, como ocurrió con una serie de letales explosiones en edificios de viviendas en 1999. Por supuesto, proyecta el caos también en el exterior. Ha invadido Georgia, promovido separatismo e invadido Ucrania, sabotea infraestructuras, y sobre todo siembra la discordia en las democracias para debilitarlas a través de noticias falsas y estímulos a la polarización.
Su aparente amigo Trump, con diferentes matices, también es un adepto de la teoría del caos. Piensen en su política comercial. En sus desconcertantes idas y venidas tarifarias. No tiene una vertiente violenta, pero es obviamente una política que siembra el caos para, a través de él, buscar avanzar intereses. Piensen en su política con Ucrania, calificando al presidente votado en las urnas y que resiste una invasión ilegal como un dictador. Su intervención militar en Irán tampoco puede considerarse un factor estabilizador de Oriente Próximo. Es el instinto de un señor que quiere mostrar al mundo que es el más fuerte, infundir miedo, aunque esto acaree un terrible riesgo de crecientes caos y conflicto.
Otro eje desestabilizador del trumpismo que no conviene subestimar es el de la acción para favorecer el flujo de propaganda tóxica en las redes sociales que impulse a fuerzas nacionalpopulistas en otros lugares, sobre todo Europa. Esa fue la misión del viaje a Múnich el pasado febrero de su vicepresidente, J. D. Vance, quien pronunció un afilado discurso con el objetivo de inhibir instrumentos de control de la manipulación de las mentes con noticias falsas y discursos malintencionados.
En un interesante ensayo, Giuliano da Empoli elaboró el concepto de “ingenieros del caos” para referirse a esos asesores, propagandistas, expertos tecnológicos que supieron auscultar y manipular como nadie la esfera digital para promover liderazgos populistas. En un ámbito diferente, el de la geopolítica, asistimos al protagonismo cada vez más desatado de los señores del caos, mientras el multilateralismo y las reglas, que nunca fueron perfectos, se erosionan cada vez más.
Siempre han existido señores del caos: suelen ser señores, no señoras. Estados Unidos, en distintas etapas, ha promovido golpes de Estado o emprendido invasiones ilegales como la de Irak. La URSS buscaba subvertir las democracias occidentales a través del agit-prop (propaganda de agitación) y del kompromat (recolección de elementos para chantajear). Europa tiene un antiguo historial de colonialismo que, junto con el yugo, a menudo utilizaba el caos como herramienta.
La diferencia con otras etapas es que la actual presenta rasgos de inestabilidad estructural muy elevados. Porque el orden anterior se deshace, impugnado violentamente por Rusia, cuestionado en su dimensión política —no así en la económica— por China, y abandonado por su gran plasmador, Estados Unidos. Es un estado gaseoso en el que las partículas se están acelerando. Algunas buscan su camino con total desprecio por instituciones o reglas internacionales.
Aunque no sean ni mucho menos aliados geopolíticos, esos cuatro liderazgos cooperan provechosamente en la destrucción de un orden que aspira a funcionar con instituciones y reglas compartidas. Ninguno de los cuatro tiene reparos en espolear el caos en el mundo para avanzar objetivos imperialistas, nacionalistas o personalistas. Mucho de ese caos tiene que ver con el objetivo de su propia supervivencia en el poder. Trump surfea el caos para mantener constantemente atención mediática y control del relato. Netanyahu y Putin aprovechan sus guerras para espolear el sentimiento nacionalista y de cierre de filas en tiempos difíciles. En cuanto al régimen de los ayatolás, ya Jomeini dejó claro que, si no se exportaba, la revolución moriría. Pero, al margen de los objetivos específicos, esa política de caos erosiona las reglas que diferencian una sociedad civilizada de la jungla.
No les sorprenderá que se subraye que ni EEUU, ni Rusia, ni Israel ni Irán son Estados miembros del Tribunal Penal Internacional. Por otra parte, tal vez interese recordar una resolución de condena de la invasión rusa de Ucrania que se votó el pasado febrero en la Asamblea General de la ONU. Se manifestaron en contra 18 países. Junto a Rusia, dijeron que no entre otros Estados Unidos, Israel, Corea del Norte, Bielorrusia, Nicaragua, Hungría, Sudán y Eritrea (Irán, en ese caso, se abstuvo, pero puede recordarse que suministra drones letales al agresor). Una lista para recordar cuando se intenta detectar los tenebrosos señores del caos.