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Versión Completa: CALDERA DE LUBA
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El fantasma del Blog
Las novedades musicales llegadas desde África: rumba congolesa, afrogospel y mucho más



Nuevas canciones muestran, una vez más, la diversidad y creatividad de los artistas africanos. Este es un recorrido a través de la música por Malí, Camerún, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, Santo Tomé y Príncipe, Guinea-Bisáu y Nigeria




CHEMA CABALLERO
Madrid
03 FEB 2025 - 05:30 CET


Mezcla de idiomas. Ritmos tradicionales que se fusionan con nuevas tendencias. Las ganas de fiesta y diversión con mensajes más profundos. Voces consagradas que comparten espacio con estrellas emergentes. Muchas colaboraciones. Y estilos muy diversos. Todo eso y mucho más está presente en este viaje musical por algunas de las novedades llegadas en los últimos meses desde el continente africano. Así, por casualidad, nos ha quedado una selección de música muy francófona en esta ocasión. Lo diluimos con un pequeño intermedio lusófono y un final nigeriano.



Comenzamos con Fatoumata Diawara, que nunca decepciona. Con su aura hipnotizante cautiva a todos los que la escuchan. En 2023, publicó su último álbum, London ko, donde recorre distintos ritmos y estilos. Hace pocos días ha presentado el vídeo de uno de los temas de ese trabajo, Netara, donde juega con el soul, pero imprimiéndole su propio carácter, como siempre hace esta maliense universal.



Kocee es camerunés. Nació y se crio en la zona anglófona del país, pero ha optado por el francés para sus composiciones. Después de pasar por varios grupos donde adquirió reconocimiento como compositor y cantante de rap, se ha sumado a la nueva moda del afrogospel. Así se puede apreciar en su último sencillo, Stranger, en el que colabora KS Bloom, un artista marfileño de góspel. Ambos afirman que:




Todos somos extraños en esta tierra

Los coches y las casas permanecerán en esta tierra

Ama a tu prójimo como a ti mismo

Eso es lo que se necesita

El poder del dinero se quedará en esta tierra.



Serge Mukandila, conocido artísticamente como Cappuccino LBG (Le Beau Gard, traducido como el guapo), nació en Lubumbashi, República Democrática del Congo, y muy joven se trasladó a Goma . Allí comenzó a cantar en el coro de su iglesia. Luego pasó por distintas orquestas hasta que decidió emprender su carrera en solitario. Ahora es reconocido como uno de los renovadores de la rumba congolesa. Como lo demuestra en el tema que acaba de publicar, Biloko, un adelanto de un nuevo álbum que verá la luz muy pronto, según promete. En él colabora Innoss’B, otro de los grandes de este género.



Seguimos en la República Democrática del Congo con lo nuevo de Rebo. Nacida en Kinshasa, comenzó a cantar en el coro de su iglesia, pero la expulsaron de allí por la forma de vestir. Días antes de concluir 2024, Rebo publicó un nuevo sencillo que se ha hecho rápidamente viral en redes sociales y plataformas. Mobambo es una canción que mezcla géneros dando lugar a algo que ella ha definido como afro-amapiano. Su letra transmite un mensaje poderoso: un llamado a los hombres a asumir responsabilidades antes de comprometerse en una relación. Además, el tema afirma la importancia del trabajo y de la solvencia financiera. En el vídeo, Rebo hace un guiño a los bailes del cantante Michael Jackson.



Como decíamos al inicio del artículo, nos ha quedado una selección muy francófona. Toca hacer un alto en el camino y explorar otras opciones. La primera nos llega de la mano de Calema, un grupo de Santo Tomé y Príncipe que entre muchas otras cosas busca promover el criollo santomense, un idioma que los jóvenes abandonan en favor del portugués. Su nuevo tema se titula Dia Xi Má Kuá Buaru (El día en que las cosas mejoren). Como siempre, este dúo mezcla ritmos suaves y letras profundas, en esta ocasión para hablar de la despedida, la nostalgia y la importancia de los recuerdos.



Ahora saltamos a Guinea-Bisáu con la voz más vibrante de su música, Eneida Marta. Hace solo unos días publicó un nuevo sencillo titulado Fidju Matchu. Cantada en criollo bisauguineano, retrata la dura realidad de muchas madres de su país que se afanan para criar a sus hijos de forma digna. En esta ocasión cuenta con la colaboración de su paisano Lil As.



Lydol es una artista camerunesa que compaginó sus estudios de economía en la universidad con sus primeros pasos en el mundo de la música. Una vez conseguido un máster en económicas, decidió dedicarse por completo a lo que le gusta, la música. Lâm es su sencillo más reciente y en él colabora Fadil le sorcier, otro artista y compositor camerunés con el que contrajo matrimonio recientemente.



Algo menos romántico es lo que propone Abba Wayne uno de los máximos exponentes del afropop maliense, una mezcla de hip-hop y ritmos locales, muy popular en Malí y los países limítrofes. En noviembre de 2024, presentó su último álbum, Expansion. Hace solo unos días lanzó el vídeo de uno de sus temas, Kadiaba, que está compuesto por Sidiki Diabaté.



OBM es una de las estrellas emergentes de la música urbana camerunesa. Es conocido por su devoción al kpalum, que mezcla sonidos tradicionales del pueblo bamoun (que habita en la confluencia de los ríos Noun y Mbam, en la meseta montañosa del noroeste de Camerún) con ritmos modernos. En su último sencillo fusiona este estilo con algo más propio de Costa de Marfil como es el coupé décalé. El resultado es Parler parler, una melodía muy bailable que es una reacción a las críticas y cotilleos. Junto al marfileño Debordo Leekunfa, invita a todos aquellos que les gusta hablar de la vida de los demás a continuar haciéndolo, porque a ellos les da igual.



Como prometimos, concluimos esta selección en Nigeria. Lo hacemos con una de las voces femeninas pioneras del afrobeats, Yemi Alade. En esta ocasión presenta el remix de uno de sus éxitos de 2022, Baddie. En él está acompañada del jamaicano Konshens y la rapera keniana Femi One. Los tres dan lo mejor de sí mismos en este tema de dancehall enérgico y revestido de letras sensuales. Desde que el vídeo fue presentado, hace apenas unas semanas, no para de sonar en las redes sociales y plataformas musicales.






El fantasma del Blog
Africanos denuncian que, engañados, son enviados como carne de cañón por Rusia a luchar en Ucrania





Numerosos africanos se han unido a las filas rusas desde el inicio de la invasión de Ucrania en febrero de 2022. Mientras que algunos han tomado voluntariamente el uniforme a través de empresas privadas contratadas por el Kremlin, otros denuncian engaños tras haber sido atraídos por falsas promesas. Uno de ellos, un camerunés que pensaba que venía a trabajar a Rusia, quería dar testimonio para concienciar sobre el “tráfico de personas”.









Por: RFI
Por François Mazet
Primera modificación: 15/01/2025 - 10:31
9 min



“Mañana quieren que vayamos en misión suicida. Voy a entregar mi arma para no tener que ir. Probablemente me torturarán y me enviarán a prisión, pero prefiero salvar mi vida»”




A mediados de diciembre, en uno de sus últimos mensajes, “Samuel” (nombre ficticio) explicaba lo harto que estaba.



Unas semanas antes, lo contactamos, se encontraba en la enfermería del campamento de su unidad en una región del este de Ucrania que no especificaremos, por motivos de seguridad. Se trata de una nueva lesión para el hombre que acababa de curar una grave herida en el brazo en un hospital militar tras un ataque con drones.



Pero Samuel nos advierte:




“Aquí, en cuanto podemos caminar, nos envían al frente. Y los africanos están en primera línea. Los rusos se quedan en el campamento, y envían a los negros y a los internacionales al frente para ocupar y avanzar. Pero con cada ganancia, hay un costo, particularmente las minas, que nos diezman”.






“Un viaje a través del valle de la oscuridad y la muerte”







Para Samuel, la historia comienza en mayo de 2024. Formado como científico y habiendo trabajado para el Ministerio de Tierras, Catastro y Asuntos Territoriales (Mindcaf), recibe una llamada de uno de sus amigos, con el que ya había compartido sus sueños de expatriación: “Patrice” [el nombre de pila también ha sido cambiado, nota del editor] me preguntó cómo estaba, si todavía quería dejar el país y trabajar en el extranjero. Cansado de un trabajo mal pagado en Yaundé (capital de Camerún), no lo dudó: “Aquel día, en mi habitación, no sabía que acababa de aceptar un viaje al valle de las tinieblas y de la muerte”.



“Me dijo que era en Rusia, pero que no tenía ningún detalle, aparte del sueldo, que le habían prometido que sería enorme”, cuenta Samuel. Estaba en contacto con una mujer que se encargaba del papeleo, así que lo único que tuve que hacer fue enviar una foto de mi pasaporte. Me dijo que una vez en Moscú me cambiarían el pasaporte por uno ruso que me permitiría viajar y trabajar. Me explicó que era en un campamento militar, y que yo sería como un portero con tareas como limpiar y cocinar. Cuando me habló del sueldo y las primas, se me iluminaron los ojos. Mi madre y yo juntamos 2,5 millones de francos CFA y me fui con Patrice, que también había dejado su trabajo, y otras tres personas”.




Samuel compartió con nosotros el nombre y el número de teléfono de la agencia en cuestión, que no publicamos y con la que no hemos contactado para no exponerla. También compartió una foto de un grupo de personas deseándole “buen viaje” detrás de la pancarta de la agencia en el aeropuerto de Yaundé . En su página de Facebook, creada apenas en enero de 2024, esta agencia ofrece una amplia gama de asistencia para la obtención de visados a varios destinos, entre ellos Rusia, “sin prueba de idioma” y “a precios asequibles”.




Pero una vez en Rusia, Samuel se llevó una gran sorpresa: no fue un juego de cacerolas ni un kit de limpieza lo que le entregaron, sino un Kalashnikov, muy a su pesar. En el campamento donde se aloja durante unas semanas de clases, se codea con muchos magrebíes y subsaharianos.





Las autoridades consulares camerunesas “encubren” el tráfico de seres humanos






Samuel se encontró de uniforme, sin saber exactamente para quién luchaba ni en qué unidad: “Los contratos que nos hicieron firmar estaban adulterados. No tenemos copia del documento, no cobramos el sueldo que se suponía que debíamos cobrar. Al parecer, el comandante ruso que nos hizo firmar se queda con una parte, así que es toda una cadena”. Samuel dice que se ha puesto en contacto con la embajada de Camerún para hablar de su situación, pero en vano:


“Niegan tener conocimiento de nuestra presencia aquí, a pesar de que somos muchos. Están encubriendo el tráfico de personas”.





Apunta contra la diplomacia de su país, a la que considera cómplice – “a nuestros gobiernos les importamos un bledo y nunca vendrán a buscarnos”- y recuerda que India ha conseguido la repatriación de 45 ciudadanos víctimas de engaños similares, tras haber denunciado públicamente estos reclutamientos.




Contactado por RFI, el Ministerio camerunés de Relaciones Exteriores aún no ha respondido a nuestras peticiones de más detalles.



En el entrenamiento y luego en el frente, Samuel hizo amistad con otros cameruneses, y nos transmitió mensajes de la mujer de uno de ellos, que le imploraba que le diera noticias de su marido.



Contactada por teléfono, con un bebé de menos de un año en brazos, nos cuenta:


“Sus padres tenían graves problemas de salud, así que él quiso marcharse para intentar encontrar la manera de ayudar a su familia. Encontró una agencia que le habló de un trabajo en Rusia. Se fue en junio, sin dar más detalles. Entonces me di cuenta de que le habían ofrecido un trabajo en el ejército, y que había firmado un contrato de un año. Debía hacer cuatro meses de entrenamiento, pero a finales de julio me dijo que estaba en Ucrania y que se iba a una misión de diez días, y que me avisaría cuando volviera. Me dijo que rezara por él. No he vuelto a saber de él”.






“Quien se eche atrás será torturado”






Samuel describe varias fotos en las que aparece en pequeños grupos con “malienses y gambianos” en una foto, y entre “dos egipcios” en otra. “Uno murió en un bombardeo, el otro no sé cuál es su situación actual”. Por último, menciona a Patrice, “su amigo de muchos años”, que también murió “dejando cuatro hijos. Su mujer me llama, no sé qué decirle, era como un hermano, me duele mucho”. Del grupo de cinco que embarcaron en el mismo avión en Yaundé, tres murieron, mientras que otro escapó con una herida.




La realidad de los combates es un shock para este hombre que dice “no haber disparado un arma en su vida antes de venir aquí”. Los ucranianos están librando una guerra de terror, evitando el contacto para salvar sus fuerzas frente a un ejército ruso que no tiene reparos en enviar a sus auxiliares extranjeros a la refriega. “Nunca he visto a un ucraniano desde que estoy aquí”, dice Samuel. “Conozco a gente que lleva aquí dos años, nunca han visto a un ucraniano con sus propios ojos, nunca han disparado una bala contra nadie, ni siquiera hay enemigos. Ellos [los ucranianos] se esconden, huyen de nosotros, nos envían drones con bombas enormes, eso es lo que te mata, junto con las minas. Y tenemos que avanzar, no se nos permite retroceder. ‘Los rusos no retroceden’, dicen. Si te echas atrás, te torturan. Tenemos que avanzar para ocupar el terreno. Pero estamos muy mal equipados. Los rusos tienen máquinas para interferir las ondas de los drones, pero eso sólo lo usan para ellos. Nos envían a luchar y morir sin nada”.




Aunque es difícil verificar las cifras de pérdidas humanas en el conflicto ucraniano, la proporción es claramente desfavorable para Rusia y su estrategia de “carne de cañón”. Un reciente informe de un instituto estadounidense estimaba que cada kilómetro cuadrado ganado por los rusos costaba más de 50 vidas. El ejército británico, por su parte, estimó que 45.680 rusos habrían muerto en noviembre de 2024, un récord desde el inicio de la invasión.





“Ves cientos de cuerpos putrefactos y los pisas”






En estas condiciones, empujados a primera línea, pistola en mano, pero también a punta de pistola, por sus oficiales de los grupos paramilitares contratados por el Kremlin, los “reclutas” africanos no dudan en utilizar estrategias radicales para evitar la carnicería. “He visto a gente pegarse un tiro en la mano para evitar ir al frente y llegar al hospital”, cuenta Samuel. “Incluso me escondí entre los muertos para evitar los drones. Pasamos semanas sin comer, escondidos. Por eso lo denuncio”.




¿Cuántas personas están en su situación, atraídas por falsas promesas? Es imposible saberlo, pero las cuentas se multiplican: en Nepal, en marzo de 2024 se había identificado a un millar.




En mayo, un informe de los servicios de inteligencia ucranianos, retransmitido por la publicación Kyiv Independent, mencionaba el reclutamiento en Somalia, Uganda, Burundi y Ruanda: “Se les promete una prima de contratación de 2.000 dólares, un salario mensual de 2.200 dólares, un seguro médico y pasaportes rusos para ellos y sus familias”.




En septiembre, este medio publicó un video con los testimonios de un somalí y un sierraleonés hechos prisioneros por el ejército ucraniano.




Son condiciones atractivas para jóvenes sin trabajo en economías en crisis, como Samuel, que, a pesar de su diploma de técnico de laboratorio, se ganaba la vida instalando aparatos de aire acondicionado.




En septiembre, un grupo de catorce ghaneses testificó en un vídeo difundido por la televisión nacional. Afirmaron haber sido atraídos y engañados por uno de sus compatriotas, ex futbolista. También en este caso, los contratos se firmaron bajo coacción.




En otro relato, recogido por el medio Jeune Afrique, un centroafricano que pudo huir a Letonia afirma haber sido reclutado directamente en Bangui por mercenarios Wagner mientras se encontraba bajo custodia policial. Un paramilitar habría “comprado” su liberación por varios cientos de miles de francos CFA, a cambio de firmar un contrato para una “empresa de seguridad”. En diciembre de 2023, voló a Rusia con otros ex detenidos centroafricanos, formando parte de un grupo de entre 300 y 400 subsaharianos, según su testimonio. Estas declaraciones suscitaron un comunicado de insatisfacción de la fiscalía de la República Centroafricana, que denunció la información como “carente de toda verosimilitud y fundamento jurídico”. La fiscalía afirmó que “nunca ha habido reclutamiento de personas bajo custodia policial en las unidades de policía judicial de la República Centroafricana”.





“Los africanos ya no deben venir aquí a morir”





Junto a estos pocos miles de reclutas engañados, perdidos en el Donbass, también hay voluntarios, como Jean Claude Sangwa, estudiante congoleño en Lugansk, en una región del este de Ucrania ocupada desde 2014, y magnificada por las redes rusas en 2022. También aquí es imposible cuantificar.




En marzo de 2022, el periodista nigeriano Philip Obaji escribió en la publicación estadounidense Daily Beast que unos 200 “rusos negros”, ex rebeldes de la República Centroafricana que habían cambiado de lealtad y habían sido entrenados por Wagner, habían sido enviados a Rusia. Esta información ha sido facilitada por funcionarios centroafricanos, pero no hemos podido confirmarla en ningún otro sitio.




Philip Obaji también afirmó posteriormente que los detenidos centroafricanos, incluidos los culpables de delitos graves, habían sido liberados para servir en el frente ucraniano, siguiendo el ejemplo del reclutamiento masivo en las cárceles rusas por parte del grupo mercenario.




Por ejemplo, un joven zambiano y otro tanzano fueron detenidos cerca de Moscú y vistieron el uniforme de Wagner, antes de morir en Ucrania a finales de 2022. Fueron recibidos por el jefe de la empresa, Yevgeny Prigozhin, ya fallecido.




Voluntarios o no, motivados o no, sus condiciones siguen siendo extremadamente precarias en el frente oriental ucraniano. Y no es cuestión de quejarse: los mercenarios rusos no dudan en publicar videos de los malos tratos infligidos a los rebeldes y desertores, incluida la muerte a mazazos, la herramienta favorita de los hombres de Wagner.




Samuel sabe que, si lo descubren, lo matarán. Pero dice estar dispuesto a correr el riesgo: “Lo que quiero es alertar a los africanos que viajan a Rusia, para que comprendan que están siendo utilizados. Les están mintiendo para que vengan aquí. Quiero contarle a la gente lo que está pasando, para que lo sepan, para que se detenga, para que los africanos dejen de venir aquí a morir. He perdido a seres queridos. Venimos aquí a morir en una guerra que no sabemos de dónde viene ni por qué empezó. Me gustaría contar mi parte de la historia cuando termine.
El fantasma del Blog
La ONU sitúa a España en el puesto 17 en administración digital, aunque la percepción de los usuarios es diferente



Los informes califican de buena la disponibilidad de prestaciones, pero los expertos precisan que una cosa es la oferta de servicios y otra que estos funcionen




RAÚL LIMÓN
03 FEB 2025 · 05:20


El último informe E-Government Survey de la ONU, que evalúa el desarrollo y la eficacia de los servicios públicos digitales a nivel global, ha situado a España en el puesto 17 de los 193 países analizados y el décimo europeo. Madrid destaca junto a Tallin (Estonia) como una de las ciudades con mayor índice de gestiones oficiales automatizadas. Pero esta posición se refiere a datos objetivos sobre infraestructura, recursos destinados, capacidades del personal y servicios disponibles, no sobre su funcionamiento eficaz ni la percepción de la ciudadanía. Tampoco indica que España sea aún ejemplar en estos modelos, sino que es una comparación con el resto de los países, donde se registra una brecha digital que, aunque ha disminuido a la mitad en dos años, aún es significativa.


La posición de España, que el Gobierno atribuye a “una estrategia nacional coherente de la colaboración entre los diferentes niveles de gobierno, el sector privado y la sociedad civil”, analiza las infraestructuras de telecomunicaciones, las capacidades tanto de los funcionarios como por los ciudadanos para la administración electrónica y la disponibilidad de servicios en línea.


Con estos datos, el informe de la ONU otorga un puesto a España entre los 20 primeros del mundo por la asignación de recursos al desarrollo del gobierno electrónico, el catálogo de servicios disponibles en línea, entre los que destacan los impuestos, registros y licencias, la interoperabilidad de los portales gubernamentales y la participación de la ciudadanía en los avances disponibles.



De todas las ciudades analizadas por Naciones Unidas destaca Madrid, que lidera con Tallin la clasificación de ciudades en digitalización. En especial, el informe destaca los servicios de gestión urbana, movilidad, salud y participación.



A raíz del informe, y pese a la buena posición alcanzada, el Gobierno admite: “Aún queda camino para seguir trabajando en la mejora continua de los servicios digitales, en la capacitación de los funcionarios y en la educación de los ciudadanos en competencias digitales. Solo así podremos garantizar que España no solo mantenga su posición actual, sino que todos podamos beneficiarnos de un gobierno electrónico más eficiente, transparente y cercano a la ciudadanía”.




El último análisis de la fundación Alternativas sobre la administración electrónica recuerda que el programa Década Digital de la UE (EU’s Digital Decade), fija los objetivos para dentro de seis años: 100% de prestación en línea de servicios públicos clave para ciudadanos y empresas, 100% de ciudadanos de la UE con acceso a registros médicos electrónicos y 80% de ciudadanos con identidad digital.



Otro marco de referencia europeo, el eGovernment Benchmark, establece que los servicios se centren en el usuario, la compatibilidad con dispositivos móviles, la transparencia e información clara y abierta sobre los servicios y el uso de datos personales, así como que haya habilitadores tecnológicos como la firma electrónica y que los extranjeros puedan acceder a los servicios.



Celia Fernández Aller, profesora de la Universidad Politécnica de Madrid y especializada en derecho, ética y nuevas tecnologías, destaca que España ocupa generalmente una buena posición por las infraestructuras de conexión y herramientas como la firma electrónica. Recuerda que, además del informe de la ONU, otros estudios, como el del Banco Mundial, deja en buen lugar a España. Pero matiza que una cosa son los números y otra la eficacia real de los servicios disponibles.




“Si hay un trámite en internet, tiene que funcionar perfectamente. Porque una cosa es que esté disponible y otra que sea eficaz. Hay gestiones muy fáciles, como el empadronamiento, pero otras no funcionan tan bien, sobre todo si se compara con procesos en empresas punteras. No es lo mismo tener a disposición una herramienta digital que esta sea siempre efectiva”, precisa.



También resalta la importancia de la capacitación de la ciudadanía para acceder a estos servicios disponibles. “Es un aspecto clave”, afirma para añadir: “En España no somos los mejor situados en alfabetización digital. No es una cuestión de meter ordenadores, sino de capacitar a la gente. Y luego está el envejecimiento de la población, que genera una brecha importante. A los mayores hay que garantizarles un acceso analógico y la realidad es que muchas veces no se hace”.



Esteban Morillo es director corresponsable del área de Automatización Inteligente en Servinform, una entidad que ha asumido el encargo de la digitalización de servicios en Andalucía y Baleares. “Al principio me sorprendió la conclusión del informe de la ONU, pero luego, a partir de los parámetros que utilizan para hacer la clasificación, creo que es correcto”, admite.




Pero matiza que no es lo mismo llegar a esa conclusión con un análisis desde fuera que desde dentro. “Cuando conoces la administración y ves la cantidad tan inmensa de procedimientos administrativos que hay que optimizar, que se podrían hacer más rápido, como, por ejemplo, la gestión de subvenciones, entonces se ve el trabajo que queda por hacer”, resume.



En este sentido, Morillo cree que falta integración entre las distintas aplicaciones de las administraciones y aumentar la robotización para, según explica, “pueda realizar de forma más rápida tareas que hacen las personas”. El directivo es optimista con la progresiva disminución de la brecha digital y observa una tendencia de los usuarios a intentar completar los procesos en internet desde el principio. Pero advierte que, si no funciona, la ciudadanía llega de peor humor a la ventanilla.



Mayor deficiencia en justicia





Entre los servicios que observa con mayor deficiencia digital destaca los relacionados con la justicia o con ayudas como la dependencia o de funcionamiento interno de la administración. Y con respecto a los procedimientos, cree que algunas de las limitaciones son la distancia entre el lenguaje administrativo y el ciudadano o las singularidades que imponen los distintos departamentos implicados en un mismo proceso.




Considera que la digitalización administrativa es segura y que precisamente esa premisa, que tacha de ineludible, a veces, ralentiza el procedimiento. Y distingue este aspecto de la vulnerabilidad de la infraestructura tecnológica o de los errores humanos, que pueden dar lugar a sucesos como los registrados en ayuntamientos y hospitales españoles en los últimos ejercicios.




A pesar de las limitaciones, un reciente informe sobre administración telemática (La digitalización al servicio de la ciudadanía), elaborado por Amazon Web Services (AWS), NTT DATA, Genesys y Salesforce, destaca que “en España existe voluntad, tecnología y conocimiento” para lograr la prestación de servicios más ágiles, personalizados y accesibles”.



El informe resalta “la necesidad de rediseñar los servicios públicos con un enfoque centrado en las personas”. “Esto implica”, según el trabajo, “reducir trámites innecesarios, evitar la duplicación de información y garantizar que los servicios sean claros, ágiles y adaptados a las necesidades de los ciudadanos”. También aboga por adaptar normativas sobre contratación y protección de datos para que, sin renunciar a las exigencias y cautelas, no supongan un lastre en la digitalización.



Las cuatro compañías abogan por la creación de una “identidad digital única que unifique la interacción con todas las Administraciones”. “La actual fragmentación de sistemas y credenciales genera confusión y dificulta la experiencia de los usuarios”, argumentan.



“La tecnología para acercar el sector público al ciudadano ya existe, pero es necesario crear el escenario propicio para dar el salto a la Administración digital. Esto pasa por fomentar la colaboración entre empresas y organismos públicos, rediseñar los servicios, poniendo al ciudadano en el centro de las decisiones y modificando las normativas que obstaculizan la digitalización”, concluye el informe.
El fantasma del Blog
Responsable de la ONU en Congo: “Como Naciones Unidas, no podemos tolerar que un Estado invada a otro Estado miembro”





Vivian van de Perre, directora adjunta de la Monusco, alerta de la grave situación humanitaria en Goma, tomada por los rebeldes del M23 y alerta de que el conflicto se extiende al sur y podría convertirse en una guerra regional





Joost Bastmeijer
Saskia Houttuin
Dakar
04 FEB 2025 - 05:30 CET



El rostro de Vivian van de Perre emerge al otro lado de la pantalla en una conexión vía Zoom y queda rápidamente muy claro que la situación en Goma, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), es complicada. La responsable adjunta de la misión de estabilización de la ONU en el país, la Monusco, está usando un chaleco antibalas y un casco azul de protección. “Normalmente, no los llevo, pero encontramos balas por todas partes en nuestras oficinas”, dice, a modo de saludo.




Después de días de intensos combates entre el ejército congoleño y los rebeldes del M23, que controlan la localidad, una calma parcial se respira en las calles, pero esta responsable de la ONU describe una situación humanitaria crítica. “Es un caos. No hay agua, no hay electricidad, no hay instalaciones médicas, no hay internet... También hay mucha delincuencia. Hubo una fuga de la mayor prisión de la ciudad y escaparon 4.000 reos. En esa prisión había unos centenares de mujeres. Fueron violadas y se prendió fuego al ala femenina. Esas mujeres murieron”, describe. Van de Perre alerta además de que el M23, apoyado por Ruanda, avanza hacia el sur del país e insta a los países involucrados en el conflicto a presionar para que el Gobierno y los rebeldes se sienten a negociar. “La población ha sufrido durante demasiado tiempo”, recuerda.




Pregunta. El presidente congoleño, Félix Tshisekedi, dice que está trabajando en “una respuesta fuerte”.




Respuesta. No queremos que esto se resuelva militarmente. Las partes beligerantes deben volver a la mesa de negociaciones porque la población está sufriendo enormemente. Y eso solo será posible si los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y otros países importantes ejercen suficiente presión sobre Ruanda y el Gobierno congoleño. Los países vecinos han tomado partido en este conflicto, lo que nos hace temer que esto pueda convertirse en un problema regional. Tememos que, si no volvemos a las negociaciones, podríamos estar encaminándonos hacia la tercera guerra del Congo.



P. En su intervención en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU el martes pasado, describió la grave situación humanitaria en la ciudad





R. Más de 700.000 personas han huido a Goma, algunas de ellas ya se han desplazado varias veces. También hay alrededor de 1.000 cadáveres en las calles. Es un caos. No hay agua, no hay electricidad, no hay instalaciones médicas, no hay internet... También hay mucha delincuencia. Hubo una fuga de la mayor prisión de la ciudad y escaparon 4.000 reos. En esa prisión había unos centenares de mujeres. Fueron violadas y se prendió fuego al ala femenina. Esas mujeres murieron. Actualmente, estamos dando cobijo a 2.000 personas en nuestro cuartel general y en las bases militares de Goma y sus alrededores. Se trata de civiles y también funcionarios gubernamentales, agentes de policía y militares congoleños, que vinieron a nuestras bases en busca de protección. Una vez más se ve lo importante que es el mantenimiento de la paz. En el último momento, cuando sus vidas corren peligro, vuelven a confiar en la ONU.




Los países vecinos han tomado partido en este conflicto, lo que nos hace temer que esto pueda convertirse en un problema regional. Tememos que, si no volvemos a las negociaciones, podríamos estar encaminándonos hacia la tercera guerra del Congo





P. ¿Hay espacio para dar cobijo a tanta gente?





R. La gente duerme en cualquier lugar, no tenemos suficientes alimentos ni suministros médicos. Hay heridos y también hay niños. Tampoco tenemos suficientes baños, así que la gente se las tiene que arreglar y encontrar algún lugar... Después de tres días, también hay personas que tienen diarrea. Estamos preocupados, pero esas personas no pueden salir de aquí. Necesitamos muchas cosas y el problema es que los almacenes de las agencias humanitarias han sido saqueados en estos días. El aeropuerto es también importante para que llegue la ayuda humanitaria urgente, por lo que debe ser reabierto, pero va a tardar, porque todavía hay muchos explosivos sin detonar en la zona de la pista.



P. ¿Cómo se percibe la presencia ruandesa en el M23?





R. Ruanda jugó un papel importante en la toma de Goma. Apoyan al M23 y también hay tropas ruandesas aquí. Su presencia está demostrada. Me refiero al informe del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que afirma que hay entre 3.000 y 4.000 soldados ruandeses en el este de la RDC. Yo creo que ya hay más. Nuestras patrullas, que pueden salir, lo ven. Gran parte del armamento pesado del M23 también viene de Ruanda. El M23 está realmente mucho más avanzado desde el punto de vista armamentístico que el ejército del Congo y también están mucho mejor entrenados. Nosotros, como Naciones Unidas, obviamente no podemos tolerar que un Estado invada a otro Estado miembro.



P. La presencia ruandesa ¿ha hecho que el conflicto tome un cariz más étnico?




R. Vemos que sí. Hemos percibido discursos de odio, gente atacada porque piensan que son hutus o tutsis. Pero es también un conflicto por los recursos naturales. Oro, diamantes y el coltán de nuestros teléfonos móviles. Hay mucho dinero ahí involucrado y eso marca sin duda el conflicto.



P. ¿Hay conversaciones con Ruanda sobre posibles rutas de suministro de ayuda humanitaria vía Kigali?




R. Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU están involucrados en esas negociaciones



P. ¿También negocian con el M23?




R. Sí, hablo con ellos, pero eso no quiere decir que les apoye. La realidad es que son la autoridad de facto. Y si queremos hacer algo desde la ONU, tenemos que coordinarnos con quien está a cargo, sea quien sea. Así que hablamos con ellos sobre convoyes de ayuda, sobre la necesidad de traer agua...




Hemos percibido discursos de odio, gente atacada porque piensan que son hutus o tutsis. Pero es también un conflicto por los recursos naturales. Oro, diamantes y el coltán de nuestros teléfonos móviles. Hay mucho dinero ahí involucrado y eso marca sin duda el conflicto




P. ¿Y qué posición tiene el M23 hacia Naciones Unidas?





R. Se quejan de que estamos protegiendo a miembros del ejército congoleño en nuestras bases y de que apoyamos al Gobierno congoleño. Siempre les doy una copia de nuestro mandato y les digo: ‘Vayan a hablar con el Consejo de Seguridad de la ONU’. Y lo entienden.




P. ¿Cuál es su sentimiento de cara a los días venideros?





R. En el momento en que hablamos, la situación en Goma es más tranquila, pero temo que pueda empeorar de nuevo en los próximos días. Tenemos informes de que en algunos lugares la gente está ya movilizándose. Y paralelamente, la violencia se está extendiendo hacia Kivu del Sur y la ciudad de Bukavu está ahora en peligro, aunque los rebeldes están a unos 60 kilómetros. La Monusco no está presente en esa zona, tuvimos que salir el 30 de junio. Las cosas tampoco van nada bien en Kinshasa. Mire, este país se ha visto devastado por el conflicto durante décadas. La población ha sufrido durante demasiado tiempo. Cuando hablo con las personas desplazadas, pregunto sobre todo a las mujeres qué es lo que más quieren. Pienso que me van a responder comida o agua, pero siempre me dicen: “Queremos paz”.
El fantasma del Blog
Los bonobos reconocen la ignorancia de los demás: cae otra habilidad que se creía exclusiva de los humanos



Un experimento de cooperación demuestra por primera vez que otros animales, además de las personas, son capaces de comunicar a sus compañeros información si la desconocen




Constanza Cabrera
03 FEB 2025 - 21:00 CET



Tímidos y raramente vistos fuera de la densa selva africana que habitan al sur del río Congo, los bonobos tienen una elevada memoria social, son agresivos en algunas ocasiones, pero también pueden resolver sus desavenencias con caricias y sexo. Ahora, investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EE UU) han identificado una nueva faceta que la especie también tiene en común con los humanos: los bonobos pueden intuir la ignorancia de los demás, y comunicarse para corregirla y cooperar.




De nuevo, una capacidad que parecía exclusiva de las personas, resulta ser parte del comportamiento de otros animales. El bonobo (Pan paniscus) es, junto con su especie hermana —el chimpancé (Pan troglodytes)—, el pariente más cercano de los humanos. Para los autores del descubrimiento, que publica este lunes la revista PNAS, la sofisticada habilidad social de percibir carencias en el conocimiento de los demás es clave en la manera en que las personas cooperamos, nos comunicamos y trabajamos juntos de manera estratégica. Y sostienen en su estudio que “esas elaboradas capacidades mentales debieron aparecer hace millones de años en los antepasados comunes que compartimos con los otros simios”. Durante la evolución, los homínidos se separaron de la línea de los chimpancés y bonobos hace unos 8 millones de años.




Para llegar a esas conclusiones, los investigadores sometieron a un sencillo experimento —que involucró tres vasos y unas uvas que servían de golosina— a tres bonobos residentes en un centro de investigación dedicado a la conservación de estos simios: Ape Initative, en Iowa (Estados Unidos). En las primeras sesiones, los científicos colocaron a los simios en un contexto de cooperación con el estudiante de doctorado Luke Townrow, que se sentaba frente a cada bonobo: para llevarse ellos la golosina, su socio humano tenía que poder encontrarla.



En la siguiente fase del experimento, a veces Townrow podía ver bajo qué vaso el autor principal del estudio, Christopher Krupenye, escondía la uva; y en otras ocasiones, no. Los bonobos siempre lo veían todo. Los resultados de la investigación muestran que estos animales señalaban con entusiasmo las golosinas escondidas cuando Townrow les preguntaba “¿Dónde está la uva?”, sobre todo él no había visto en qué vaso estaban ocultas. En cambio, si el estudiante había visto en dónde estaba escondida la golosina y hacía la pregunta, el simio normalmente se quedaba quieto esperando a que se la dieran.



“Nosotros trabajamos con una población de bonobos que ha sido altamente socializada con humanos y por eso tienen mucha comunicación. Pensamos que sería particularmente útil para probar nuestra hipótesis”, explica Krupenye, catedrático de psicología y ciencias del cerebro en la Universidad Johns Hopkins. De hecho, Kanzi es una superestrella. Este bonobo de 40 años se le considera el primer gran simio que ha demostrado comprender el inglés hablado en otro análisis.



Los científicos plantean que estos simios “pueden actuar para comunicarse y coordinarse eficazmente” frente a la ignorancia de otro. Según el primatólogo Josep Call, investigador de la Universidad de Saint Andrews (Reino Unido) y ajeno al estudio, señala que “hay otros resultados consistentes en la literatura con lo que ellos encontraron”.



Los hallazgos de la nueva investigación van de la mano también con otra liderada por científicos de la Universidad de Duke (EE UU), que en 2017 observaron cómo los bonobos salvajes que viven en el santuario Lola ya Bonobo (en la República Democrática del Congo) fueron capaces de ayudar a desconocidos. Otro estudio de 2013, publicado en la revista PLOS ONE, también sustenta la capacidad de esta especie de primate de compartir con otros. Sin embargo, ahora es la primera vez que se demuestran esas capacidades en un experimento controlado.



Dos representaciones contrapuestas




Algo que ayuda a los humanos a navegar por el mundo es que sabemos que otras personas tienen mentes separadas de la nuestra. Estas dos visiones diferentes es lo que permite comprender realmente el comportamiento de los demás, pero también coordinarnos de la manera más eficaz. En este estudio, explica Christopjer Krupenye, los bonobos tuvieron que reconocer cuándo su compañero carecía de información. La investigación sugiere que los simios pueden mantener “dos representaciones conflictivas en paralelo”: una que refleja la verdadera naturaleza del mundo y otra que no.



Esto se traduce en que el grupo analizado señala las uvas porque, al parecer, pueden identificar una discrepancia entre la falta de información de su interlocutor y su propio conocimiento. “Cuando señalan, lo hacen en el lugar correcto. Por lo tanto, sabemos que conocen dónde está la comida. Al mismo tiempo, también saben que su pareja, a la que le falta esa información, tiene una comprensión opuesta. La diferencia entre esas visiones del mundo es lo que los lleva a llenar el vacío para comunicarse”, aclara el autor principal del estudio.



Asimismo, los científicos reconocen que no saben si los bonobos señalaron las uvas para que sus pares hagan una “acción correcta” o si lo hicieron porque “están compartiendo información. Es una pregunta abierta importante para futuras investigaciones”, sostiene Krupenye.



Claroscuros en la mente de los simios




En 1978, los primatólogos estadounidenses David Premack y Guy Woodruff se preguntaron si los simios tienen una “teoría de la mente”, es decir, si son capaces de inferir estados mentales de individuos de su misma especie como los humanos. Lo que se conoce hasta ahora es que los chimpancés comprenden a los demás en términos de una psicología de percepción-objetivo.



“Comprobar esta teoría sería un ejercicio muy difícil. Lo que sabemos es que hay algunas similitudes y algunas diferencias”, agrega Josep Call. Mientras tanto, Luke Townrow cree que una pregunta importante que debe hacerse, en relación con ese aspecto, es si los simios son realmente capaces de señalar o comunicarse para cambiar el estado mental de otra persona: “Acabamos de hablar de cómo creemos que pueden reconocer que alguien más tiene una perspectiva diferente a la suya, pero lo que no sabemos es si comprenden que pueden comunicarse para cambiar esa perspectiva”, señala el científico.
El fantasma del Blog
El hijo de Obiang torturó a los opositores secuestrados después de que el juez Pedraz renunciara a detenerlo



EL PAÍS accede a la declaración de un expreso en la que relata su encuentro con los desaparecidos en una cárcel de Guinea Ecuatorial







José María Irujo
Madrid
05 FEB 2025 - 05:30 CET




Los opositores españoles a Teodoro Obiang Nguema secuestrados por el régimen del dictador fueron conducidos en enero de 2023 a celdas de castigo y torturados durante tres meses poco después de que Carmelo Ovono Obiang, hijo del sátrapa y principal investigado por delitos de terrorismo, regresara desde Madrid a Malabo al renunciar el juez Santiago Pedraz a detenerlo pese a estar rodeado por la Policía.




Así consta en una reciente declaración a la Policía española, refrendada en la Audiencia Nacional, del expreso y opositor Francisco Micha Obama que coincidió con los secuestrados en la cárcel de Oveng Azem, en la ciudad oriental de Mongomo. Durante las torturas se les conminó a que renunciaran a las querellas que tras su desaparición habían presentado sus familias en España, según su testimonio al que ha tenido acceso este diario.




Micha, un veterano opositor de 72 años, y asilado político en España desde 1993, había corrido la misma suerte que las cuatro víctimas. Él fue secuestrado en Lomé (Togo) en 2018, junto con Fulgencio Obiang, otro disidente que vivía en Roma, y conducido a uno de los aviones presidenciales de Teodoro Obiang. Trasladados a la siniestra prisión guineana de Black Beach fueron torturados, juzgados y condenados a penas de 54 y 59 años de prisión.




Un año más tarde, se produjo su cambio a la prisión de Oveng Azem, una cárcel que el testigo describe como un penal destinado a los presos políticos. Un centro que controlan los miembros de seguridad de Presidencia a las órdenes de Carmelo Ovono Obiang, alias Didi, secretario de Estado y viceministro de Seguridad Exterior de la antigua colonia española. Y allí tuvo lugar el encuentro con los cuatro secuestrados cuya desaparición investiga desde hace cuatro años la Audiencia Nacional por terrorismo, torturas y delitos de lesa humanidad. Desde hace casi tres años Exteriores no ha logrado visitar a los presos.




Un año en un sótano




Micha afirma que durante más de un año los secuestrados Feliciano Efa, Martin Obiang Ondo y Bienvenido Ndong permanecieron recluidos en Antorsión, una zona del sótano de la prisión donde se practicaban las torturas que dirigía Carmelo Ovono Obiang.




Lo describe como un lugar húmedo y frío, con cuatro celdas aisladas y una gran sala con mesas y sillas donde se les interrogaba frente a la estructura metálica en la que les practicaron la tortura del cocodrilo: un martirio que consiste en colgar sus cuerpos de las manos y pies atados hasta que revientan sus venas, un suplicio habitual contra los presos políticos en las cárceles guineanas.




Las celdas tienen una dimensión de dos por dos metros cuadrados, sin luz natural ni aire. Del techo cuelgan unos largos tubos fluorescentes siempre encendidos para que el preso pierda la noción del tiempo. La cama, sin colchón ni sábanas, es una estrecha estructura de cemento. La comida y las condiciones higiénicas son peores que la de los pabellones. Esta descripción de las celdas subterráneas coincide con los testimonios que los cuatro secuestrados lograron enviar a sus familiares y que constan en la querella judicial que se investiga.




“Carmelo Ovono se solía encontrar en la instancia donde se desarrollaba el interrogatorio, atento a todo lo que se decía. Escribía algo en un papel y se lo entregaba a los agentes, siendo estos los que formulaban las preguntas. En otras ocasiones parecía recibir instrucciones por teléfono”, señala su testimonio.




Un mono naranja




Micha afirma que en una fecha que no puede concretar, entre 2021 y 2022, los secuestrados Feliciano Efa, Martin Obiang Ondo y Bienvenido Ndong salieron de Antorsión, el sótano donde se practican las torturas, y los repartieron por los pabellones. Bienvenido fue instalado en el pabellón de Micha y allí le relató el secuestro y “las brutales torturas dirigidas” por el hijo del dictador. En las mismas estuvieron también presentes Nicolás Obama Nchama, alias Nico, ministro del Interior, e Isaac Nguema Ondo, Papi, director general de seguridad. Los tres figuran como investigados por estos hechos en la causa que sigue la Audiencia Nacional.



Durante sus encuentros en el patio exterior de la prisión, los secuestrados le confesaron como Julio Obama tras pasar un año en las celdas del sótano y debido a su frágil estado de salud fue ingresado varias veces en un hospital de Bata. “En uno de estos traslados, los presos vieron como solo volvía el mono naranja de Julio, por lo que dedujeron que había muerto”, relata el opositor. Los tres secuestrados fueron de nuevo trasladados de los pabellones y desaparecieron durante meses.




Julio Obama falleció en circunstancias no aclaradas, en enero de 2023, semanas después de que el juez Pedraz renunciara a detener a Carmelo Ovono en Madrid y obligara a los policías que le investigaban a que le entregaran la querella presentada por las familias de los secuestrados. Esa misma madrugada tomó un vuelo a Malabo. Desde entonces, pese a tener residencia en España, mujer, una hija, así como propiedades y cuentas en el BBVA, no ha regresado. Tampoco lo han hecho los otros dos altos cargos del Gobierno que viajaban con frecuencia a Madrid.



Venganza y renuncia




Tras varios meses desaparecidos, Bienvenido, Feliciano y Martin, regresaron a los pabellones. Y relataron a Micha que el hijo del presidente Obiang tras conocer el procedimiento judicial abierto contra él en la Audiencia Nacional y regresar a Guinea Ecuatorial, “en venganza les volvió a bajar a Antorsión (las celdas del sótano) para someterles durante tres meses a interrogatorios y torturas con idea de que renunciaran a las acciones legales que había emprendido”.




Micha relata finalmente cómo el hijo de Obiang dirigió el interrogatorio al que él mismo fue sometido. Le preguntó “insistentemente” sobre los miembros que integran el grupo de oposición Coalición para la Restauración Democrática de Guinea Ecuatorial (Cored) y sus planes de financiación y organización. Y se justificó diciendo que “lo ha ordenado el presidente”. Y afirma que las torturas sufridas por Fulgencio Obiang, el otro opositor junto al que fue secuestrado en Togo, fueron también obra de Didi. El “deplorable estado psicológico” de este último obligó al director del centro a pedir que se le trasladara a un centro de dementes. El presidente Obiang se negó.



Micha salió de la prisión de Oveng Azem el pasado mes de julio debido a una grave enfermedad y logró la libertad condicional “por razones humanitarias”, según la documentación que ha presentado a la policía española. Le trasladaron a su pueblo con los ojos vendados y le apuntaron con una pistola en la cabeza frente al jefe del poblado. No ha hecho caso a la última frase que escuchó de boca de sus carceleros: “Si vuelves a hacer algo te mataremos”.
El fantasma del Blog
Caos en Goma a pesar del alto el fuego de los rebeldes del M23: violencia sexual, huidas hacia Ruanda y alimentos con precios disparados



Los civiles tratan de adaptarse a una nueva cotidianidad en medio de la declaración del alto el fuego de la guerrilla apoyada por Ruanda tras intensos enfrentamientos contra el Ejército congoleño que han dejado al menos 900 muertos, según la ONU




Laetitia Kasongo
Goma (República Democrática del Congo)
05 FEB 2025 - 05:30 CET




Una semana después de la reanudación de los combates entre el Movimiento 23 de Marzo (M23), apoyado por Ruanda, y el ejército congoleño en el este de la República Democrática del Congo, la ciudad de Goma intenta recuperar una apariencia de normalidad. Aunque el M23 ha decretado un alto el fuego a partir de este martes, la vida cotidiana aún es un caos. Entre las restricciones, el desplazamiento forzado y la inseguridad, cada uno se adapta a su manera a una situación inestable e imprevisible. Mientras unos padecen el devastador golpe de la violencia, otros sufren las consecuencias de las restricciones y, paradójicamente, algunos, encuentran oportunidades en medio del desastre.Por un lado, la seguridad parece haber mejorado gracias al refuerzo de la presencia militar. Por otro, la falta de acceso a internet, la subida de los precios y la incertidumbre hacen mella en la población.



La violencia sexual, además, acecha a las mujeres que huyen del conflicto. Una familia con seis niñas cuenta la tragedia que han vivido. “Era un miércoles, hacia las tres de la tarde, cuando los combates se intensificaban”, relata Nadine mientras llora, “oímos abrirse la puerta principal de la casa y, en un minuto, unos hombres armados entraron a mi habitación. Al día siguiente me desperté en el hospital. Decidimos abandonar la ciudad para evitar lo peor”.



La toma de Goma por parte del M23 es un hito en un conflicto que lleva casi 30 años. El grupo armado, que tiene sus orígenes en las milicias tutsis que combaten a los grupos hutus, ha dejado a su paso centenares de muertos y un nuevo desplazamiento forzado en la región. En su ofensiva, la milicia se ha hecho con el control de zonas ricas en coltán, el apetecido mineral con el que se fabrican teléfonos móviles y otros productos tecnológicos. Aunque Naciones Unidas calcula que hay cerca de 900 fallecidos, el Gobierno de la República Democrática del Congo ha asegurado este martes que “hay más de 2.000 cadáveres por enterrar”. Eso sin contar las víctimas que pueda haber en fosas comunes.



La guerra ha cambiado el panorama en Goma, pero sus habitantes intentan adaptarse como pueden. En el centro de la ciudad, es fácil ver a algunas personas en mototaxis y coches. Algunos tratan de abastecerse de alimentos mientras otros cruzan la frontera, huyendo del horror.



En los puestos fronterizos de la Petite Barrière (Pequeña Barrera) y la Grande Barrière (Gran Barrera) hay grandes aglomeraciones. Hay mucha gente que va y viene entre Goma y Gisenyi (Ruanda), gracias a procedimientos de cruce de fronteras más flexibles. Freddy, conductor de mototaxi, se alegra de este cambio. “Antes necesitabas pasaporte para ir a Gisenyi. Ahora, si tienes una tarjeta de votante, puedes pasar sin problemas. Para los que tienen familia al otro lado, es un gran alivio”, dice.



Para Rebecca, estudiante de informática, esta facilidad de paso se ha convertido en una necesidad. “Con el internet cortado en Goma, nos vemos obligados a ir a Ruanda para trabajar. Afortunadamente, ahora es más sencillos”, afirma. Pero, por esa misma frontera, se ha producido un desplazamiento masivo de personas que abandonan Goma por miedo a las represalias del ejército congoleño.



Paradójicamente, en las callejuelas del distrito de Virunga, hay cierta sensación de seguridad. Albertine, una comerciante de 40 años, reacomoda sus puestos bajo una lona improvisada, aprovechando que la vida comercial se reanuda tímidamente. “Antes de la guerra, había demasiados bandidos en los barrios. Con el refuerzo militar, la delincuencia ha disminuido, sobre todo por la noche. Ahora podemos volver tarde a casa del mercado sin tanto miedo a los ladrones”, relata Albertine.




Este sentimiento es compartido por Dorcas, madre de tres hijos, que siente que un alivio tras el miedo que ha vivido a diario. “Desde que el M23 está más presente, dormimos mejor. Antes, oíamos hablar de secuestros casi todas las semanas. Ahora es menos frecuente”, comenta la mujer.



Las comunicaciones colapsadas




La falta de internet es otra de las consecuencias más graves para la población. A lo largo del bulevar Kanyamuhanga, los cibercafés cerrados recuerdan el impacto de esta restricción en la economía local. Dieudonné, un periodista independiente, ha tenido problemas para trabajar. “Sin conexión, es imposible enviar mis artículos a las redacciones. Muchos jóvenes empresarios que viven de la tecnología digital se ven abocados al paro”, asegura con impotencia.



Los estudiantes también se han visto afectados. Claude, de 24 años, se ve obligado a atravesar la frontera todos los días para tratar de conectarse. “Ya no podemos investigar en línea, hacer cursos a distancia o incluso comunicarnos con nuestros seres queridos en el extranjero”, relata.



Mientras tanto, en el mercado central de Goma, los clientes escasean. Los precios se han duplicado en pocos días. Assani, un vendedor de arroz y harina, suspira mientras muestra sus existencias agotadas. “Un saco de harina de maíz costaba 18 dólares antes de la guerra. Hoy cuesta 30 dólares. Las familias comen menos, algunas sólo una vez al día”, asegura.



Los transportistas tampoco se han librado. Aimé, un motociclista, se queja del aumento del precio del combustible. “Es más caro, así que el coste de transportarse en moto ha subido. Mucha gente prefiere ir andando para ahorrar dinero”, explica.



Un trauma imborrable




Más allá de las dificultades materiales, el choque psicológico es el que ha dejado la mayor huella en la mente de la gente. “Ni siquiera tenemos el valor de hablar de la situación que hemos vivido, porque es un acontecimiento traumático”, cuenta Générose Musavuli, una vecina de Goma. “Hasta el día de hoy, los sonidos de fuertes golpes y balas siguen nublando mis oídos. El miércoles 28 de diciembre, cuando me desperté, descubrí que una bala había atravesado el tejado y perforado el techo del balcón de mi habitación. Desde entonces, paso noches en vela, pensando que otra bala podría entrar”, relata.



Musavuli tuvo que huir temporalmente a Kigali (Ruanda) para buscar algo de tranquilidad. “Tras unos días en Kigali, me siento un poco liberada de toda esa carga mental. Pero el trauma es enorme y requiere mucho apoyo psicológico”, reconoce.


El fantasma del Blog
Trump afirma por sorpresa que EE UU “tomará el control” de Gaza


El presidente señala que su país “poseerá” la Franja y la demolerá para reconstruirla de forma que sea la “Riviera de Oriente Próximo”, en la que vivirá “gente del mundo”, tras desplazar a sus habitantes de forma permanente




Macarena Vidal Liy
Antonio Pita
Washington / Jerusalén
04 FEB 2025 - 20:22ACTUALIZADO:05 feb 2025 - 02:58 CET





En uno de los anuncios más sorprendentes en décadas de historia de Oriente Próximo, y en un giro radical a la política de Washington en la región, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desgranado este martes su plan, más radical aún de lo que se esperaba, para el futuro de Gaza. Su país “tomará el control” de la Franja, la “poseerá” y demolerá para reconstruirla de forma que se convierta en la “Riviera de Oriente Próximo” en la que vivirá “gente del mundo”, tras desplazar por la fuerza de forma “permanente” a sus habitantes.




“Estados Unidos se hará cargo de la Franja de Gaza y haremos un trabajo con ella también. Seremos sus dueños y seremos responsables de desmantelar todas las bombas peligrosas sin explotar y otras armas en el lugar [...] Si es necesario, lo haremos, nos haremos cargo de esa parte, la desarrollaremos, crearemos miles y miles de puestos de trabajo, y será algo de lo que todo Oriente Próximo podrá estar muy orgulloso”, añadió Trump en rueda de prensa con un primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que no ocultaba su satisfacción y que le definió como “el mejor amigo que Israel ha tenido nunca en la Casa Blanca”.



Trump ha reiterado su propuesta de reubicar a los habitantes de Gaza en Egipto, Jordania “y otros muchos países”, pero añadiendo que sería de forma “permanente” y señalando que Gaza se convertiría en un lugar “internacional” en el que “también” podrían vivir palestinos.




No precisó cómo piensa ejecutar una propuesta que contraviene el derecho internacional, un corpus entero de resoluciones de la ONU y no tiene en absoluto en cuenta la voluntad de los gazatíes. Tampoco le parece un gran obstáculo, parece, la oposición cerrada de Jordania y Egipto a un plan que pone en peligro su propia estabilidad: “tengo la sensación de que aunque digan que no, el rey de Jordania (Abdalá II) y el (presidente) de Egipto, Abdelfatá el Sisi, abrirán sus corazones y nos darán el tipo de tierra que necesitamos para conseguir esto y que la gente pueda vivir en paz y armonía”, declaraba el presidente.



La solución de los dos Estados, Israel y Palestina, que ha sido la política oficial de Estados Unidos durante décadas y que la Administración del demócrata Joe Biden planeaba como el objetivo final de las negociaciones sobre el futuro de Gaza, parece muerta y sepultada. “Hemos tratado la otra manera durante décadas y décadas y décadas. No va a funcionar. No ha funcionado nunca, y no funcionará jamás. Hay que aprender de la Historia. La Historia no puede seguir repitiéndose”.



Netanyahu ha apoyado la iniciativa de Trump de que EE UU tome el control de Gaza. “Creo que es algo que puede cambiar la historia” de Oriente Próximo, ha dicho en la rueda de prensa, antes de alabar al nuevo presidente estadounidense por “llevar a un nivel mucho mayor” el tercer objetivo de la invasión de la Franja: “Asegurarse de que nunca vuelva a suponer una amenaza para Israel”.




Antes del inesperado anuncio, Trump ya había insistido en su idea de expulsar a 1,8 millones de palestinos de la franja y reasentarlos en otros países. Pero no había planteado hasta ahora que Estados Unidos fuera a hacerse cargo del territorio en una de las zonas más espinosas del mundo. Por el contrario, desde que asumió el poder el 20 de enero, había rechazado cualquier posibilidad de implicarse en la vecina Siria.



“Nos vamos a asegurar de que se hace algo de verdad espectacular”, declaró Trump en una rueda de prensa en la que en ocasiones sonó más como el antiguo promotor inmobiliario que fue que como el estadista que aspira a ser. “Van a tener paz... la única razón por la que los palestinos quieren volver a Gaza es que no tienen alternativa. Pero ahora es un sitio de demolición. Prácticamente cada edificio está derrumbado, viven debajo de escombros de cemento, es muy peligroso. En cambio, pueden ocupar una zona preciosa con viviendas y seguridad, vivir sus vidas en paz y armonía”, declaraba.



Previamente, un alto funcionario había tratado de matizar las líneas maestras de un plan que ya ha recibido un tajante rechazo árabe, y aseguraba que el presidente estadounidense no trataba de imponer una solución, sino de colaborar con árabes e israelíes.




La segunda fase del acuerdo de alto el fuego para Gaza y el programa nuclear de Irán iban a ser los asuntos protagonistas de la reunión entre Netanyahu y Trump. Una conversación en la que ambos han reseteado una relación personal más que borrascosa, pero que fue de enorme conveniencia política para los dos líderes durante el primer mandato del republicano. Y va a ser, a tenor de lo anunciado en la rueda de prensa, una dulce luna de miel en su segunda legislatura. Inmediatamente antes de la reunión, Trump firmaba una orden ejecutiva en la que declaraba la vuelta a la era de “máxima presión” contra Irán: “espero que no tengamos que utilizarla mucho”, ha apuntado en la ceremonia de su firma en el Despacho Oval, “es muy dura contra Teherán”.



El encuentro tuvo el formato de las grandes ocasiones. Una reunión a solas de los dos líderes y sus asesores más cercanos, primero. Otra, con sus equipos al completo, inmediatamente después. Y más tarde una cena de trabajo, precedida de una rueda de prensa con todas las alharacas en la Sala Este de la Casa Blanca, la de mayores dimensiones de toda la residencia presidencial.




El momento de su charla era clave. En Oriente Próximo debían haber comenzado ya las negociaciones para la segunda fase del acuerdo de alto el fuego en Gaza e intercambio de prisioneros entre Israel y el grupo islamista de Hamás. La tregua se sostiene de manera delicada; en Líbano, el pacto de alto el fuego firmado por Israel y Hezbolá podría expirar en las próximas semanas; Irán es una incógnita, después de que esas milicias aliadas en la región hayan quedado seriamente castigadas.



La segunda fase del alto el fuego en Gaza, tras la primera de seis semanas que comenzó el 19 de enero, prevé la retirada de las tropas de ocupación de la Franja y la devolución del resto de rehenes, tanto vivos como muertos. Pero las presiones del ala más radical del Gobierno que lidera Netanyahu han desatado los interrogantes sobre lo que pueda ocurrir: exigen al primer ministro que vuelva a poner en marcha la apisonadora de su ejército, una vez superadas las primeras seis semanas.



Todo en la rueda de prensa ha sido tan sorpresivo que el foro israelí que representa a las familias de los rehenes y presiona para completar el alto el fuego en Gaza ha cancelado, sin especificar los motivos, la reacción que tenía prevista en cuanto acabase.



Recuerdo de la Nakba




En semejante caldo de cultivo, la propuesta de Trump sobre el desalojo de Gaza cae como una bomba. La idea de un desplazamiento forzoso de la población gazatí suena distinto en Washington o en Israel, donde una mayoría lo apoya (según un sondeo difundido este martes) y ha recibido el apoyo de políticos de derecha tanto en el Gobierno como en la oposición. En cambio, ha generado el rechazo frontal de palestinos y de los países árabes. Lo que propone Trump es la segunda edición de la Nakba, la limpieza étnica que se produjo entre 1947 y 1949, cuando cientos de miles de palestinos huyeron o fueron expulsados ante el avance de las milicias sionistas y, tras la creación del Estado de Israel y el inicio de la primera guerra con los vecinos árabes. Tres cuartos de siglo después, los refugiados palestinos son hoy millones, al sumarse sus descendientes (entre ellos la mayoría de los gazatíes) y nunca han podido volver a unos hogares de los que se despidieron creyendo que estarían de regreso en cuestión de semanas.



Una de las grandes ambiciones de los dos líderes es cerrar la normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudí, el proceso que quedó interrumpido por el estallido de la guerra en Gaza tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023. “La expansión de los acuerdos de Abraham”, no solo con Riad, sino con otros países árabes y musulmanes, “continuará y florecerá durante esta Administración”, subrayaba el alto cargo. “Es algo que va a llevar tiempo, pero está en lo más alto de nuestras prioridades”.



Los dos líderes abordaban también el programa nuclear iraní, contra el que un Netanyahu pletórico tras los golpes a Hezbolá en Líbano y Hamás en Gaza se ha mostrado cada vez más dispuesto a ir a por todas. Según el diario Yediot Aharonot, el israelí cree que solo yendo a por Irán será posible el efecto dominó de normalización de las relaciones con su país.




Arabia Saudí es uno de los cinco países que, junto con la Liga Árabe y la Autoridad Nacional Palestina, ha firmado una carta a la Administración Trump tratando de ofrecer una alternativa al desplazamiento forzoso palestino. Tras la rueda de prensa, su Ministerio de Exteriores ha subrayado la “firmeza” de su posición: solo normalizará sus relaciones con Israel cuando se cree una vía política hacia un Estado palestino. Trump acababa de decir que Riad no pone esa condición, que choca con las demandas de los socios ultras de Netanyahu, que sueñan con recolonizar Gaza. Él también se opone a la creación de un Estado palestino.



Tras acudir a la Casa Blanca, Netanyahu tiene previsto dialogar también por separado este miércoles con el consejero de Seguridad Nacional, Mike Walz, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth. El jueves lo dedicará a encuentros en el Capitolio con los líderes del Senado y la Cámara de Representantes y otros legisladores.
El fantasma del Blog
La révolution musulmane du xviiie siècle





L'histoire du Fouta-Djalon, comme celle du royaume de Dahomey ou de l'empire ashanti, ne peut se comprendre en dehors du contexte global de la traite négrière qui dominait l'économie de la côte atlantique. Au xvie siècle, l'essor du commerce atlantique provoqua un mouvement de population vers la côte et vers la forêt de différents peuples qui souhaitaient profiter de la nouvelle voie commerciale ouverte par les Européens.



Les riches pâturages avaient en outre attiré les pasteurs peuls, arrivés à partir du xve siècle avec un important cheptel, faisant du pays une région très prospère. L'intégration au commerce atlantique provoqua une profonde transformation économique, politique et sociale qui est à l'origine de la révolution musulmane du début du xviiie siècle.



Causes et caractère de la révolution musulmane





La « révolution musulmane » a trop souvent été présentée comme étant le fruit d'un simple « conflit ethnique ».


Au xviie siècle, les Peuls étaient sans doute devenus le groupe social le plus riche et le plus puissant du pays grâce à l'accroissement considérable de la population peule dû aux migrations en provenance de diverses régions (Boundou, Fouta-Toro, Macina, Sahel), à l'expansion du commerce atlantique (exportation de bétail et de cuir à destination de l'Europe et de l'Amérique) et à l'apparition de l'islam militant[pas clair] en tant que nouvelle idéologie politique.



La révolution musulmane au Fouta-Djalon, comme au Boundou, fut avant tout une réaction populaire contre la traite esclavagiste.


Les dirigeants de la révolution musulmane ne venaient pas tous du Macina, mais aussi du Fouta-Toro et du Boundou où ils avaient des liens (y compris familiaux) avec le mouvement maraboutique de Nasr ad-Din fondé à la fin du xvie siècle. À ce titre, le Boundou servait de relais entre le Fouta-Toro vaincu et le Fouta-Djalon vainqueur.




Dans le contexte de chasse à l'homme à grande échelle organisée par le royaume de Kaabu, la révolution musulmane du Fouta-Djalon, soutenue tant par les Peuls que par les Mandé et les Diakhankés, avait pour premier objectif d'assurer la sécurité des musulmans, et ce quelle que soit leur ethnie. Ce mouvement au début était dirigé par douze marabouts peuls et dix marabouts diakhankés. L'alliance avec les Dioulas et les Diakhankés fut favorisée par le fait que ces peuples adhéraient eux aussi à l'islam. Ces commerçants étaient également intéressés par l'idée de créer un pays unifié en lieu et place des petites chefferies dialonkés qui étaient incapables de protéger les habitants contre les esclavagistes.



Le mouvement se heurta en revanche à l'opposition des Dialonkés et des Peuls non-musulmans (Peuls « de brousse » nomades, contrairement aux Peuls sédentaires du Fouta-Djalon).




Le djihad peul sous Karamoko Alpha (1725-1751)





En 1725, le savant musulman Karamoko Alpha Barry, à la tête d'une coalition multiethnique à majorité peule, gagne la bataille de Talansan. Les chefs dialonkés sont repoussés vers la côte de la future Guinée. Karamoko Alpha Barry prend le titre d'almamy (étymologiquement : imam, guide des croyants) et fonde la confédération du Fouta-Djalon, un État théocratique féodal qui s'appuie à la fois sur les traditions peules, les pratiques esclavagistes et sur les principes de l'islam.




La confédération est divisée en neuf provinces ou diwe (sing. diwal) : Labé, Bhouria, Timbi, Timbo, Kébali, Kolladé, Koïn, Fougoumba et Fodé Hadji. Les chefs portent le titre d'alfa, chacun recevant la charge du territoire qu'il avait libéré au cours de la guerre sainte. Ainsi, Karamoko Alpha mo Timbo était non seulement almamy de la confédération, mais aussi alfa du diwal de Timbo, la capitale. Le pouvoir de l'almamy était limité non seulement par la grande autonomie des différentes provinces, mais aussi par un conseil des anciens qui se réunissait à Fugumba (capitale religieuse) et jouait le rôle de parlement.



La conversion à l'islam rencontra une farouche résistance notamment de la part des pasteurs Peuls nomades, qui considéraient l'islam comme une façon de les contraindre à la sédentarisation et de les contrôler politiquement et économiquement.




Alpha Ibrahima Sori Maoudo (1751-1791)




Après la mort de Karamoko Alpha vers 1751, le titre d'almamy revint à Ibrahima Sory Mawdo dit Mawdo (le Grand), qui mena une politique militaire agressive envers les peuples voisins, en alliance avec le royaume jalonké du Solimana. Cette guerre se faisait à nouveau au nom du djihad, mais avait désormais clairement pour but d'asservir les peuples voisins au profit de l'aristocratie, et de vendre aux marchands européens et arabo-musulmans, dont la demande était croissante.




Ainsi, le Fouta-Djalon, qui s'était constitué en réaction aux conséquences désastreuses de la chasse à l'homme à grande échelle, finit par lui-même participer à ce commerce.


L'alliance du Fouta-Djalon et du Solimana fut défaite en 1762 par Kondé Bourama, roi du Sankaran. Le Solimana quitta alors l'alliance et en 1762, le Sankaran occupait Timbo, capitale politique du Fouta-Djalon. Un sursaut stoppa l'armée du Sankaran devant les portes de Fougoumba (capitale religieuse), et permit finalement non seulement de repousser le Sankaran en 1776, mais aussi d'imposer la domination du Fouta-Djalon sur les plaines à l'Est. Cette victoire consolida définitivement l'autorité de l'almamy Sori Maoudo et celle de la faction militariste des Soriya.




Le partage des pouvoirs après Sori Maoudo





La mort de Sori Maoudo en 1791 ouvrit une période d'anarchie. Son fils Sadou fut assassiné par les partisans de la faction maraboutique des Alfaya regroupée autour de Abdoullaï Bademba, fils de Karamokho Alfa. On adopta alors un système d'alternance entre les deux familles Alfaya et Soriya, qui demeura en vigueur jusqu'au xxe siècle.




Cette alternance, similaire à celle en vigueur dans les royaumes sebbe, affaiblit considérablement le pouvoir central par rapport aux chefs de province, et permit au Conseil des anciens (chargé de faire respecter la charia) de contrôler le pouvoir de l'almamy. L'organisation de l'État constituera un exemple de décentralisation à base de laquelle se trouvaient les « conseils de village » élisant leurs représentants avec consultation directe, qui devenaient alors membres du Conseil des anciens.



La consolidation de l'aristocratie et la mise en place d'un système esclavagiste





Le royaume du Fouta-Djalon put maintenir son indépendance et même agrandir ses frontières jusqu'à la colonisation européenne. Mais le régime perdit son caractère révolutionnaire car le parti maraboutique, une fois assurée la sécurité des musulmans au Fouta-Djalon, se transforma en une aristocratie religieuse et militaire, qui participa activement à la traite esclavagiste en utilisant le jihad pour réduire en esclavage les païens vivant en-dehors du Fouta-Djalon à destination du monde arabo-musulman.



À partir du xviiie siècle, les Européens cessèrent en effet d'acheter de l'or, de l'ivoire et du cuir, et n'étaient plus intéressés par aucune autre marchandise africaine que les esclaves. Le commerce des esclaves et l'organisation de caravanes vers la côte devinrent monopole de l'État. Le Fouta-Djalon, vu sa position centrale entre la côte et le Royaume bambara de Ségou (actuel Mali), échangeait également sur la côte les esclaves capturés dans la savane et la forêt contre des marchandises venues d'Europe (notamment le sel, nécessaire à l'élevage intensif). Cela amena au Fouta-Djalon un nombre énorme d'esclaves de toutes origines.


Le Fouta-Djalon lui-même commença à faire grand usage d'esclaves dans son économie. Les esclaves travaillaient aux champs pour satisfaire les besoins en nourriture de leurs maitres africains mais aussi la demande en céréales des navires négriers (pour la nourriture des esclaves pendant la traversée).



En tout état de cause, s'il est vrai que les Peuls y étaient dominants, il s'agissait d'une société multiethnique esclavagiste divisée en classes sociales.



L'intégration autour des Peuls au xviiie siècle






À la fin du xviiie siècle, la capitale religieuse de l’État théocratique du Fouta-Djalon est Fougoumba, où est intronisé l’Almamy (du mot arabe imam), qui gouverne dans la capitale politique, Timbo, assisté du « Conseil des Anciens ». L’élément peul domine, dans un État multiethnique. La société est fortement hiérarchisée et inégalitaire, le clivage fondamental se situant entre musulmans et non-musulmans et la discrimination des uns sur les autres.




Au sommet, se trouve l’aristocratie militaire et la classe maraboutique (lasli), puis viennent les hommes libres musulmans (rimbé).


En bas de l'échelle des hommes libres se trouvaient les « Peuls de brousse », convertis tardivement à l'islam après le djihad ; ils travaillaient eux-mêmes la terre et leur bétail, tâche considérée comme impure par l'aristocratie, et étaient exploités par le reste des citoyens libres sous forme d'impôts et corvées.




Les serviteurs et esclaves, presque toujours non-musulmans (mattioubé), originaires d'un très grand nombre de pays et d'ethnies, étaient parqués dans des villages de culture (roundé), exploités au profit de l’[aristocratie des Peuls. Plusieurs révoltes d'esclaves se produisirent d'ailleurs dans le pays contre l'Islam à la fin du xviiie siècle.




Comme dans les sociétés de l'Europe antique, l'esclavage libéra l'aristocratie du travail manuel et permit une véritable révolution culturelle. La classe maraboutique se consacra tout entière à l'enseignement, implantait des écoles dans tout le pays, traduisait le Coran en langue peule afin qu'il soit plus facilement accessible à l'ensemble du peuple. On vit également apparaître une riche et abondante littérature en langue peule. Contrairement aux États maliens où, à cette époque, l'islam était demeuré la religion de l'élite, l'islam se répandit largement dans la population du Fouta-Djalon.



La prospérité économique et une relative stabilité politique favorisaient la cohabitation entre diverses ethnies. Le brassage des populations, l’adhésion forcée ou pas à l’islam et aux valeurs des Peuls favoriseront l’intégration qui aboutira à une homogénéisation ethnique.




De plus, l'interdiction formelle de réduire un musulman en esclavage garantit également une grande stabilité interne, contrastant fortement avec l'anarchie, la violence et le dépeuplement qui avait cours partout ailleurs du fait de la chasse à l'homme esclavagiste à grande échelle – c'est ce qui explique encore à l'heure actuelle la très forte densité de population au Fouta-Djalon alors que la zone est pourtant relativement pauvre en ressources naturelles.


Finalement, ce système inspira un grand nombre de révolutions musulmanes en Afrique de l'Ouest dans la période qui suivit, comme celle du royaume du Fouta-Toro de la fin du xviiie siècle.



La « guerre sainte » du xixe siècle contre la colonisation française





Au cours du xixe siècle, les Peuls du Fouta-Djalon mèneront des opérations de résistance pour se protéger contre les attaques venant des régions voisines.



La colonisation française commença en 1838 en Guinée. Dès 1850, les Français fondent un protectorat des rivières du Sud, rattaché au Sénégal. La colonisation s'était heurtée à une très forte résistance, en particulier chez les Peuls du Fouta-Djalon, les Coniaguis et les Guerzés. Sous l'autorité française se développa une élite citadine commerçante qui adopta culture et langue françaises.



Profitant de la division sur la succession au trône, l'armée française, sous le commandement d'Alfred Dodds, occupent la capitale Timbo et le dernier almamy du Fouta indépendant, Bokar Biro, est vaincu à la bataille de Porédaka en 1896. Les chefs du Fouta qui avaient assisté les Français, seront soit assassinés (Alpha Ibrahima Sori Yilili), soit envoyés en exil (Alpha Yaya).



Renforcement de la colonisation française au xxe siècle





En 1897, les Français installent un almamy au Fouta-Djalon avant de démembrer la République théocratique. Le Fouta est intégré dans sa majorité à la nouvelle colonie des Rivières-du-Sud qui deviendra la Guinée française, englobée, deux ans plus tard, dans le gouvernement général de l'Afrique-Occidentale française. Une partie est occupée par la Grande-Bretagne en Sierra Leone et les Portugais s'empareront du Gabou en Guinée-Bissau. La France impose une dure occupation militaire et instaure un système de travaux forcés parfois considéré comme une forme d'esclavage.



Le Fouta-Djalon fut un centre de culture théologique peul. Les grands poètes-théologues sont Thierno Samba Mombéya, Thierno Saadou Dalen, Thierno Aliou Bhoubha Ndian et Thierno Diawo Pellel. Ils sont considérés comme d'illustres personnalités issues de la noblesse du Fouta et prêchant le bon exemple (le Peul savant et pieux, fervent dans la religion).



Les exilés de la période Sékou Touré





Près d'un million de réfugiés guinéens vivent au Sénégal et en Côte d'Ivoire. Beaucoup d'originaires du Fouta Djallon s'exilent dès les années 1950 au Sénégal, où ils tiennent des petits métiers : commerce de charbon de bois, vente ambulatoire de cigarettes, petits étals de quartier, taxis.



Le pays accède à l'indépendance en 1958, deux ans avant le reste de l'Afrique francophone. ans les années 1960, en conséquence de la fermeté de Sékou Touré vis-à-vis de la France et son souhait d'abandonner le franc CFA, l'ancienne puissance coloniale organise des maquis « pour qu’ils développent un climat d’insécurité en Guinée et, si possible, qu’ils renversent Sékou Touré », selon les mots de Maurice Robert, chef du secteur Afrique au service de documentation extérieure et de contre-espionnage (SDECE) de 1958 à 1968, notamment grâce à l'opération Persil.



La répression qui s'abat sur les enseignants fin 1961 amène les étudiants et les cadres à émigrer pour devenir enseignants, quelquefois fonctionnaires et le plus souvent chômeurs à Dakar, Bamako, Abidjan, Monrovia ou Freetown. En 1964-1965, c'est au tour des commerçants de s'exiler, ce qui entraîne des pénuries. Pour échapper aux réquisitions en nature, les paysans des savanes brûlent cases et récoltes, pour fuir vers les pays voisins avec leur bétail6. À la fin des années 1960, la croissance ralentit au Sénégal et s'accélère en Côte d'Ivoire, où les travailleurs guinéens remplacent ceux du Burkina Faso et qui regroupe alors la plus grande communauté scolaire guinéenne à l'étranger, plus de 5 000 personnes, soutenus par le gouvernement ivoirien. Le 27 août 1977 voit la révolte des marchandes du marché de madina, contre la police économique du régime pour appliquer la loi restreignant le commerce.



Les flux migratoires et les massacres des années 2000





Dans les années 2000, la Guinée est confrontée à l'afflux de plusieurs centaines de milliers de réfugiés v.enus du Liberia et de Sierra Leone, alors que le dictateur Lansana Conté, successeur de Sékou Touré, s'accroche au pouvoir, malgré une contestation sociale débouchant sur la grève générale en Guinée de 2007, menée par Rabiatou Serah Diallo.



À partir de 2004, Cellou Dalein Diallo, originaire de Labé, dans la région du Fouta-Djalon, occupe le poste Premier ministre laissé vacant pendant huit mois à la suite du départ en exil de François Lonseny Fall. Il participe activement à la mise en place du système de Lansana Conté qu'il a servi fidèlement plus de 11 ans dans différents gouvernements. La nomination de Cellou Dalein, un Peul, au poste de premier ministre était toute la preuve de fidélité et de confiance que le vieux général lui portait. Vu la crise qui existait dans le pays, il fut utilisé pour avoir l'aide des riches commerçants peuls, de la même ethnie que lui. Mais la guerre des clans au palais présidentiel finira par avoir raison une fois de plus de Cellou Dalein. Le 5 avril 2006, à la suite de la diffusion de décrets de remaniement ministériel, Elhadj Fodé Bangoura homme de main et puissant secrétaire général à la présidence, obtient du président Lansana Conté son départ.




Il est blessé lors des viols et des massacres du 28 septembre 2009, pendant lequel les militaires assassinent 156 personnes, tandis qu'au moins 109 jeunes femmes ou jeunes filles ont été victimes de viols et de mutilations sexuelles8. Ce drame affaiblit le régime en place mais sans le faire chuter.


Cellou Dalein Diallo est candidat à l'élection présidentielle de l'année suivante, obtenant 43,69 % des voix, devant Alpha Condé. Il s'incline cependant au second tour avec 47,48 % des voix11. Après les violences de 2009, le nombre d'exilés, souvent originaire de l'ethnie des peuls et du Fouta-Djalon, continue à croître, près de 5 000 d'entre eux formant la communauté des Peuls de New York, aux États-Unis.











La revolución musulmana  del siglo xviii





La historia de Fouta-Djalon, como la del reino de Dahomey o la del imperio Ashanti , no puede entenderse fuera del contexto global del tráfico de esclavos que dominó la economía de la costa atlántica. En el siglo xvi , el auge del comercio atlántico provocó un movimiento de población hacia la costa y hacia la selva de diferentes pueblos que querían aprovechar la nueva ruta comercial abierta por los europeos.



Los ricos pastos también atrajeron a los pastores fulani , que llegaron a partir del siglo xv  con un gran rebaño , haciendo del país una región muy próspera. La integración en el comercio atlántico provocó una profunda transformación económica, política y social que dio lugar a la revolución musulmana de principios del siglo xviii  .



Causas y carácter de la revolución musulmana





Con demasiada frecuencia se ha presentado la "revolución musulmana" como el resultado de un simple "  conflicto étnico  ".



En el siglo xvii  , los fulani se habían convertido posiblemente en el grupo social más rico y poderoso del país, gracias al aumento considerable de la población fulani debido a las migraciones desde varias regiones ( Boundou , Fouta-Toro , Macina , Sahel ), la expansión del comercio atlántico (exportación de ganado y cuero a Europa y América ) y el surgimiento del Islam militante [poco claro] como una nueva ideología política.




La revolución musulmana en Fouta-Djalon, como en Boundou, fue ante todo una reacción popular contra la trata de esclavos .



Los dirigentes de la revolución musulmana no procedían todos de Macina, sino también de Fouta-Toro y Boundou, donde tenían vínculos (incluso familiares) con el movimiento marabútico de Nasr ad-Din, fundado a finales del siglo xvi  . En este cargo, Boundou sirvió de relevo entre el derrotado Fouta-Toro y el victorioso Fouta-Djalon.



En el marco de una persecución a gran escala organizada por el reino de Kaabu , la revolución musulmana de Fouta-Djalon, apoyada tanto por los peuls como por los mandé y los diakhankés , tenía como objetivo primordial garantizar la seguridad de los musulmanes , cualquiera que fuera su etnia. Este movimiento estuvo liderado inicialmente por doce  morabitos fulani y diez morabitos diakhanké. La alianza con los dioulas y los diakhankés se vio favorecida por el hecho de que estos pueblos también se adherían al Islam. Estos comerciantes también estaban interesados en la idea de crear un país unificado en lugar de los pequeños cacicazgos dialonké que no podían proteger a los habitantes contra los traficantes de esclavos .




El movimiento, sin embargo, encontró la oposición de los dialonkés y de los peuls no musulmanes (los peuls nómadas del "campo", a diferencia de los peuls sedentarios de Fouta-Djalon).



Yihad Fulani bajo Karamoko Alpha (1725-1751)






En 1725, el erudito musulmán Karamoko Alpha Barry, al frente de una coalición multiétnica con una mayoría fulani , ganó la batalla de Talansan . Los jefes dialonké fueron empujados hacia la costa de la futura Guinea . Karamoko Alpha Barry tomó el título de almamy (etimológicamente: imán , guía de los creyentes) y fundó la confederación Fouta-Djalon, un estado teocrático feudal que se basaba en las tradiciones fulani, las prácticas esclavistas y los principios del Islam.



La confederación está dividida en nueve provincias o diwe (sing. diwal ): Labé , Bhouria, Timbi , Timbo , Kébali , Kolladé, Koïn , Fougoumba y Fodé Hadji. Los líderes llevan el título de alfa , y cada uno recibe la responsabilidad del territorio que ha liberado durante la guerra santa . Así, Karamoko Alpha mo Timbo no sólo era el alma de la confederación, sino también alfa del diwal de Timbo , la capital. El poder del almamy estaba limitado no sólo por la gran autonomía de las diferentes provincias, sino también por un consejo de ancianos que se reunía en Fugumba (capital religiosa) y desempeñaba el papel de parlamento .



La conversión al Islam encontró una feroz resistencia, en particular por parte de los pastores nómadas fulani , que veían en el Islam una forma de obligarlos a establecerse y controlarlos política y económicamente.




Alfa Ibrahima Sori Maoudo (1751-1791)





Tras la muerte de Karamoko Alpha hacia 1751, el título de almamy volvió a Ibrahima Sory Mawdo conocido como Mawdo (el Grande), quien lideró una política militar agresiva hacia los pueblos vecinos, en alianza con el reino Jalonké de Solimana . Esta guerra se libró nuevamente en nombre de la yihad , pero ahora tenía el claro objetivo de esclavizar a los pueblos vecinos para beneficio de la aristocracia y de vender a comerciantes europeos y árabes musulmanes, cuya demanda estaba creciendo.



Así, Fouta-Djalon, que se formó como reacción a las desastrosas consecuencias de las cacerías humanas a gran escala , terminó participando ella misma en este comercio.



La alianza de Fouta-Djalon y Solimana fue derrotada en 1762 por Kondé Bourama, rey de Sankaran . Solimana entonces abandonó la alianza y en 1762 Sankaran ocupó Timbo , la capital política de Fouta-Djalon. Una oleada detuvo al ejército de Sankaran frente a las puertas de Fougoumba (capital religiosa), y finalmente permitió no sólo hacer retroceder a los Sankaran en 1776, sino también imponer el dominio de Fouta-Djalon en las llanuras del este. Esta victoria consolidó definitivamente la autoridad del almamy Sori Maoudo y la de la facción militarista de los Soriya .




El reparto de poder después de Sori Maoudo





La muerte de Sori Maoudo en 1791 abrió un período de anarquía . Su hijo Sadou fue asesinado por partidarios de la facción marabútica de Alfaya agrupada en torno a Abdoullaï Bademba, hijo de Karamokho Alfa . Se adoptó entonces un sistema de alternancia entre las dos familias Alfaya y Soriya , que se mantuvo en vigor hasta el siglo xx  .



Esta alternancia, similar a la vigente en los reinos Sebbe , debilitó considerablemente el poder central frente a los jefes provinciales y permitió al Consejo de Ancianos (encargado de hacer cumplir la sharia ) controlar el poder de los almamy . La organización del Estado constituirá un ejemplo de descentralización a partir de la cual los “consejos aldeanos” elegían a sus representantes mediante consulta directa, quienes luego pasaban a ser miembros del Consejo de Ancianos.




La consolidación de la aristocracia y el establecimiento de un sistema esclavista





El reino de Fouta-Djalon logró mantener su independencia e incluso ampliar sus fronteras hasta la colonización europea . Pero el régimen perdió su carácter revolucionario porque el partido morabito , una vez que había asegurado la seguridad de los musulmanes en Fouta-Djalon, se transformó en una aristocracia religiosa y militar , que participó activamente en el tráfico de esclavos utilizando la yihad para esclavizar a los paganos que vivían fuera de Fouta-Djalon para el mundo árabe-musulmán.



A partir del siglo xviii  , los europeos dejaron de comprar oro, marfil y cuero, y ya no se interesaron por ningún producto africano que no fueran esclavos. El tráfico de esclavos y la organización de caravanas hacia la costa se convirtieron en un monopolio estatal . Fouta-Djalon, dada su posición central entre la costa y el Reino Bambara de Ségou (actual Mali), también intercambiaba esclavos capturados en la sabana y el bosque de la costa por mercancías procedentes de Europa (en particular, sal , necesaria para la ganadería intensiva). Esto trajo a Fouta-Djalon una enorme cantidad de esclavos de todos los orígenes.


La propia Fouta-Djalon comenzó a utilizar ampliamente esclavos en su economía. Los esclavos trabajaban en los campos para satisfacer las necesidades alimentarias de sus amos africanos, pero también la demanda de granos de los barcos negreros (para la alimentación de los esclavos durante la travesía ).



En cualquier caso, si bien es cierto que los fulani eran dominantes allí, se trataba de una sociedad esclavista multiétnica dividida en clases sociales .




La integración en torno a los peuls en  el siglo xviii





A finales del siglo xviii  , la capital religiosa del estado teocrático de Fouta-Djalon era Fougoumba , donde estaba entronizado el Almamy (del árabe imán ) , que gobernaba en la capital política, Timbo , asistido por el "Consejo de Ancianos". El elemento fulani predomina en un estado multiétnico. La sociedad es altamente jerárquica y desigual, con una división fundamental entre musulmanes y no musulmanes y discriminación entre ellos.



En la cúspide se encuentran la aristocracia militar y la clase marabútica ( lasli ), luego vienen los hombres musulmanes libres ( rimbé ).



En lo más bajo de la escala de los hombres libres estaban los "fulanis de la selva "  , conversos tardíos al Islam después de la yihad  ; Trabajaban ellos mismos la tierra y su ganado, tarea considerada impura por la aristocracia, y eran explotados por el resto de ciudadanos libres en forma de impuestos y corvées.
Los sirvientes y esclavos, casi siempre no musulmanes ( mattioubé ), originarios de un gran número de países y grupos étnicos, fueron conducidos a aldeas agrícolas ( roundé ), explotados en beneficio de la aristocracia peul. A finales del siglo xviii se produjeron varias revueltas de esclavos en el país contra el Islam  




Como en las antiguas sociedades europeas , la esclavitud liberó a la aristocracia del trabajo manual y posibilitó una verdadera revolución cultural. La clase marabú se dedicó enteramente a la enseñanza, estableció escuelas por todo el país y tradujo el Corán al idioma fulani para que fuera más fácilmente accesible a todo el pueblo. También surgió una literatura rica y abundante en lengua fulani. A diferencia de los estados malienses donde, en ese momento, el Islam seguía siendo la religión de la élite , el Islam se extendió ampliamente entre la población de Fouta-Djalon.



La prosperidad económica y la relativa estabilidad política favorecieron la cohabitación entre diversos grupos étnicos . La mezcla de poblaciones, la adhesión forzada o no al Islam y a los valores de los fulani, favorecerá una integración que conducirá a una homogeneización étnica.




Además, la prohibición formal de esclavizar a un musulmán también garantiza una gran estabilidad interna, en marcado contraste con la anarquía, la violencia y la despoblación que prevalecían en el resto del país debido a la caza de esclavos a gran escala; esto es lo que todavía explica la altísima densidad de población en Fouta-Djalon, a pesar de que la zona es relativamente pobre en recursos naturales.



En última instancia, este sistema inspiró un gran número de revoluciones musulmanas en África Occidental en el período siguiente, como la del reino de Fouta-Toro a finales del siglo xviii  .




La “guerra santa” del siglo xix  contra la colonización francesa





Durante el siglo xix  , los fulani de Fouta-Djalon llevaron a cabo operaciones de resistencia para protegerse de los ataques de las regiones vecinas.



La colonización francesa comenzó en 1838 en Guinea . En 1850, los franceses fundaron un protectorado de los ríos del sur, anexionado a Senegal . La colonización encontró una resistencia muy fuerte, sobre todo entre los peuls de Fouta-Djalon, los coniaguis y los guerzés. Bajo el dominio francés, se desarrolló una élite comercial urbana que adoptó la cultura y el idioma franceses.



Aprovechando la división sobre la sucesión al trono, el ejército francés, bajo el mando de Alfred Dodds , ocupó la capital Timbo y el último almamy de Fouta independiente, Bokar Biro , fue derrotado en la batalla de Porédaka en 1896 . Los dirigentes de Fouta que habían ayudado a los franceses fueron asesinados ( Alpha Ibrahima Sori Yilili ) o enviados al exilio ( Alpha Yaya ).




Fortalecimiento de la colonización francesa en  el siglo xx





En 1897, los franceses establecieron un almamy en Fouta-Djalon antes de desmembrar la República teocrática. Fouta fue integrada en su mayoría en la nueva colonia de Rivières-du-Sud que se convertiría en la Guinea Francesa , incluida, dos años más tarde, en el gobierno general del África Occidental Francesa . Una parte está ocupada por Gran Bretaña en Sierra Leona y los portugueses se apoderarán de Gabou en Guinea-Bissau . Francia impuso una dura ocupación militar y estableció un sistema de trabajos forzados considerado a veces una forma de esclavitud.



Fouta-Djalon fue un centro de la cultura teológica fulani. Los grandes poetas-teólogos son Thierno Samba Mombéya, Thierno Saadou Dalen, Thierno Aliou Bhoubha Ndian y Thierno Diawo Pellel . Se les considera personalidades ilustres de la nobleza de Fouta y que predican el buen ejemplo (los fulani eruditos y piadosos, fervientes en la religión).



Exiliados del periodo de Sékou Touré





Casi un millón de refugiados guineanos viven en Senegal y Costa de Marfil . Muchos habitantes de Fouta Djallon se exiliaron en Senegal en los años 1950 , donde montaron pequeños negocios: venta de carbón, venta de cigarrillos en la calle, pequeños puestos de barrio, taxis.



El país obtuvo su independencia en 1958, dos años antes que el resto del África francófona . En los años 1960, ante la firmeza de Sékou Touré respecto a Francia y su voluntad de abandonar el franco CFA, la antigua potencia colonial organizó maquis "para que desarrollaran un clima de inseguridad en Guinea y, si era posible, derrocaran a Sékou Touré", en palabras de Maurice Robert , jefe del sector África del Servicio de Documentación Exterior y Contraespionaje ( SDECE ) de 1958 a 1968, en particular gracias a la operación Persil .



La represión que cayó sobre los docentes a finales de 1961 llevó a estudiantes y dirigentes a emigrar para convertirse en profesores, a veces en funcionarios y la mayoría de las veces en desempleados en Dakar , Bamako , Abiyán , Monrovia o Freetown . En 1964-1965, los comerciantes tuvieron que exiliarse, lo que provocó escasez. Para escapar de las requisas en especie, los campesinos de las sabanas queman chozas y cultivos, para huir a países vecinos con su ganado . A finales de los años 1960, el crecimiento se desaceleró en Senegal y se aceleró en Costa de Marfil , donde los trabajadores guineanos sustituyeron a los de Burkina Faso y que entonces contaba con la mayor comunidad escolar guineana en el extranjero, más de 5.000 personas, apoyada por el gobierno marfileño. EL 27 de agosto de 1977 ve la revuelta de las mujeres del mercado de Medina , contra la policía económica del régimen para aplicar la ley que restringe el comercio.




Flujos migratorios y masacres de los años 2000






En la década de 2000, Guinea se enfrentó a la afluencia de varios cientos de miles de refugiados procedentes de Liberia y Sierra Leona , mientras que el dictador Lansana Conté , sucesor de Sékou Touré , se aferraba al poder, a pesar de las protestas sociales que condujeron a la huelga general en Guinea en 2007 , liderada por Rabiatou Serah Diallo .



Desde 2004, Cellou Dalein Diallo , originario de Labé , en la región de Fouta-Djalon, ocupó el puesto de Primer Ministro que quedó vacante durante ocho meses tras la marcha al exilio de François Lonseny Fall . Participó activamente en la instauración del sistema Lansana Conté, al que sirvió fielmente durante más de 11 años en diferentes gobiernos. El nombramiento de Cellou Dalein, un fulani, como primer ministro fue una prueba de la lealtad y la confianza que el viejo general tenía en él. Dada la crisis que existía en el país, solía buscar ayuda de ricos comerciantes fulani, de su misma etnia. Pero la guerra de clanes en el palacio presidencial acabará por vencer a Cellou Dalein una vez más. El 5 de abril de 2006 Tras la fusión de los decretos de reorganización ministerial, Elhadj Fodé Bangoura, hombre de confianza y poderoso secretario general de la presidencia, obtuvo su salida del presidente Lansana Conté .



Resultó herido durante las violaciones y masacres del 28 de septiembre de 2009 , durante las cuales los militares asesinaron a 156 personas , mientras que al menos 109 mujeres jóvenes y niñas fueron víctimas de violación y mutilación sexual . Esta tragedia debilitó el régimen existente , pero no lo derribó.



Cellou Dalein Diallo fue candidato a la elección presidencial del año siguiente , obteniendo el 43,69% de los votos, por delante de Alpha Condé . Sin embargo, perdió en la segunda vuelta con el 47,48% de los votos . Tras la violencia de 2009 , el número de exiliados, a menudo de los grupos étnicos fulani y fouta-djalon, siguió creciendo y casi 5.000 de ellos formaron la comunidad fulani de Nueva York, en Estados Unidos .
El fantasma del Blog
La hoja de ruta del Club de Roma para un futuro equilibrado



Un nuevo informe del centro de expertos proyecta escenarios para el futuro de la humanidad, desde continuar como si nada ocurriese hasta dar un “gran salto” que equilibre las relaciones entre pobreza, desigualdad, género, alimentación, y producción energética





Mariano Aguirre
06 FEB 2025 - 05:30 CET



En 1968, el empresario italiano Aurelio Peccei, el jefe de asuntos científicos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), Alexander King, y un grupo de científicos fundaron el Club de Roma, un laboratorio de ideas que reúne a expertos de todo el mundo. El marco de referencia era una perspectiva global y de largo plazo, y analizar el conjunto y el entrelazamiento de problemas globales económicos, medioambientales, políticos o sociales.




Paralelamente, un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts liderados por Jay Forrester, profesor de sistemas, examinaron cinco factores básicos que, desde su punto de vista, determinaban y, en sus interacciones, limitarían el crecimiento del planeta: la población, la producción agrícola, el agotamiento de los recursos no renovables, la producción industrial y la contaminación.





Así, en 1972 el Club de Roma publicó Los límites del crecimiento, liderado por el científico Dennis Meadows. El libro vendió millones de ejemplares. Su mensaje, basado en avanzadas formas de conocimiento, fue que, si proseguían sin modificaciones las tendencias en crecimiento de la población mundial, industrialización, contaminación, producción de alimentos y explotación de recursos, se manifestarían “los límites del crecimiento” a través de un declive súbito de la población y de la capacidad industrial. Pero, planteó que era posible alterar ese rumbo buscando un equilibrio global entre estabilidad económica y ecológica. El resultado sería una sociedad no obsesionada con el crecimiento, pero materialmente suficiente, socialmente equitativa y ecológicamente perdurable.





Cinco cambios extraordinarios





Pese a innumerables debates que generó el informe, y la crisis del petróleo de 1973, a partir de la década siguiente se inició el denominado modelo capitalista neoliberal. Esto significó más privatización, menor papel del Estado, recortes de regulaciones e inversiones en servicios públicos, y precarización laboral. En 1992, el Club de Roma publicó la actualización Más allá de los límites del crecimiento, en El País-Aguilar.





El fin de la URSS y la globalización impulsaron aún más esas políticas. El resultado ha sido que entre la primera y segunda década del siglo XXI la crisis ambiental ha ido más rápido de lo previsto; y el extendido descontento social con la democracia, especialmente debido a la desigualdad, favorece a populismos agresivos hacia la ecología, el feminismo, la cooperación al desarrollo y la asistencia humanitaria, la diversidad sexual y de modelos de familia y el Derecho Internacional.





El Club de Roma acaba de publicar el nuevo informe Un planeta para todos (Icaria, Barcelona, 2024) aplicando las técnicas más avanzadas de modelos de futuro fusionadas con análisis de expertos sobre sostenibilidad global, desarrollo, economía, clima, y energía. “El potencial de la humanidad a largo plazo”, dice el informe, “depende de que la civilización realice cinco cambios extraordinarios en las próximas décadas sobre pobreza, desigualdad, empoderamiento de las mujeres, alimentación, y energía”.




El punto de partida del informe son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pero con preguntas como ¿son alcanzables?, ¿Qué se necesita para lograrlos?, ¿Cuáles son los caminos para una prosperidad sostenible a largo plazo? Los autores (del Norwegian Business School, el Potsdam Institute for Climate Impact Research, y el Stockholm Resilience Centre) y un amplio equipo de asesores y expertos no predicen el futuro, pero plantean que se precisan una serie de transformaciones urgentes. Para ello utilizan escenarios que el Club de Roma define como “relatos sobre el futuro” que pueden ayudar a tomar mejores decisiones en la actualidad.




Cada escenario es analizado y procesado con el modelo informático de dinámica de sistemas Earth4All, que estudia la dinámica del bienestar humano en los límites del planeta en este siglo. Earth4All toma en consideración los factores mencionados y otros como población y Producto Nacional Bruto entre los años 1980 y 2100. El desarrollo mundial se calcula basándose en 10 regiones del mundo. Pero Earth4All no predice eventos, sino que presenta tendencias y resultados que se basan en los datos que se le suministran. Los autores del informe explican que fueron moderados en la información suministrada, pero, aun así, los resultados son alarmantes, por ejemplo, en el colapso de la producción alimentaria.




Basándose en la teoría de la complejidad aplicada a cuestiones económicas, políticas, medioambientales y sociales, los autores relacionan las dinámicas que se producen entre los cinco factores, y con Earth4All implementan “pirámides de cambios” más o menos graduales utilizando “palancas” para transformaciones básicas y otras más audaces. El modelo va mostrando si los cambios y dinámicas entre los factores son suficientes para cambiar el paradigma dominante y crear una “economía del bienestar” o si se hace “demasiado poco y demasiado tarde”.




La economía del bienestar se basa en otro proyecto complementario denominado WeAll. Este indica las necesidades fundamentales: la dignidad, una naturaleza restaurada, sentido de pertenencia en el marco del bien común, equidad en la distribución de bienes y riqueza y participación de la ciudadanía.




Un planeta para todos termina con un llamado a la acción. Ante la pobreza y polarización de la política moderna, las 10 páginas finales son una síntesis clara y profunda de lo que pueden hacer los ciudadanos, y las medidas concretas que deben exigirle a los políticos para que este sea un planeta, justo y sostenible para todos.




Mariano Aguirre Ernst es asesor del Centro Regional de Paz y Seguridad de la Fundación Friedrich Ebert, y Associate Fellow de Chatham House.

El fantasma del Blog
Trump empieza a cambiar el mundo (y no para bien) al suspender los fondos de USAID para la ayuda al desarrollo



La Casa Blanca denuncia el “despilfarro y abuso” en programas para promover vehículos eléctricos en Vietnam, en programas contra el sida en África o para apoyar la diversidad en los puestos de trabajo en Serbia. La medida perjudicará a millones de personas en el mundo






Macarena Vidal Liy
Washington
05 FEB 2025 - 05:30 CET



¿Cómo sería un mundo sin el mayor donante global de ayuda humanitaria? El futuro de la mayor agencia de cooperación al desarrollo del mundo, la estadounidense USAID, está más que en riesgo. Primero fue la suspensión de casi todos los programas de cooperación exterior, hace 10 días. Ahora llegan las amenazas de cierre que ha proferido Elon Musk, el oligarca tecnológico al frente de los esfuerzos del Gobierno de Donald Trump para diezmar el gasto burocrático. Mientras el hombre más rico del planeta se plantea cómo echar el cerrojo a lo que ha descrito como “un nido de víboras marxistas”, en el resto del mundo se contempla con ansiedad el futuro de unos programas de asistencia de los que dependen millones de personas para sobrevivir o mejorar su calidad de vida.




“USAID se ha desviado desde hace mucho tiempo de su misión original de promover los intereses de Estados Unidos en el exterior, y ahora está muy claro que una proporción importante de los fondos de USAID no se alinean con los intereses nacionales fundamentales de Estados Unidos”, sostenía el Departamento de Estado en un comunicado al anunciar que su responsable, Marco Rubio, asume también las riendas de la agencia hermana de manera interina, mientras Musk y Trump deciden qué hacer con ella.




La institución federal de ayuda al desarrollo existe desde 1961, cuando la fundó John F. Kennedy en plena Guerra Fría. Su objetivo era coordinar la asistencia exterior estadounidense, ya entonces considerada una herramienta excelente para la buena imagen de Estados Unidos en territorios donde disputaba la influencia a la Unión Soviética. Hoy día, USAID emplea a 10.000 funcionarios, la mayoría destinados en el extranjero, y actúa en cerca de 130 de países. Gestiona el 60% de la asistencia exterior estadounidense: solo en el año fiscal 2023 desembolsó casi 44.000 millones de dólares (42.588 millones de euros). Sus aportaciones representan el 42% del total de la ayuda humanitaria de la que tiene noticia.






USAID actúa en cerca de 130 de países y gestiona el 60% de la asistencia exterior estadounidense: solo en el año fiscal 2023 desembolsó casi 44.000 millones de dólares





El argumento de Musk, y de su jefe, el presidente Donald Trump, para desmantelar USAID es que la agencia se ha convertido en un foco de rebeldía progre dentro de la Administración estadounidense a la aplicación de las prioridades del nuevo gobierno republicano. Esto es, “Estados Unidos primero” y demostrar que “cada dólar” se invierte en promover los intereses de Estados Unidos.





Revisión de excepciones




Hace dos semanas, una orden ejecutiva presidencial ordenaba la congelación de casi la totalidad de los programas de ayuda exterior estadounidenses. Las únicas salvedades eran las asistencias militares a Israel y Egipto, aunque se preveía la posibilidad de solicitar excepciones que Rubio tendría que autorizar. Pocos días más tarde, el Departamento de Estado anunciaba que permitiría aquellos programas de alimentos y medicinas imprescindibles para salvar vidas. También pocos días más tarde confirmaba que ha recibido miles de solicitudes de excepciones. La inmensa mayoría, no obstante, se encuentra bajo revisión, para determinar si cumplen ese requisito clave de “avanzar los intereses estadounidenses”, dado que no se considera que se trate de casos de vida o muerte.





“Si vamos a pedir explicaciones, si preguntamos, vale, muéstrame tus programas de ayuda externa y para qué sirven, históricamente hemos recibido muy poca cooperación [del personal de USAID]. Pero si dices, te congelo tus fondos hasta que me lo expliques, recibes mucha más cooperación”, declaraba Rubio en una entrevista con la presentadora de radio Megyn Kelly la semana pasada.




El problema es que, para un presidente movido por el interés, que cree que para ganar alguien tiene que perder y que nadie regala nada, demostrar que un programa de lucha contra el sida en África promueve las causas estadounidenses es un desafío descomunal. Otro tanto ocurre con los programas de asistencia en Ucrania, que representan buena parte de los desembolsos de USAID, dada la oposición política de muchos republicanos —empezando por el propio Rubio— a donar más ayuda a la causa de Kiev en el futuro.




Un comunicado de la Casa Blanca se mofaba de lo que consideraba “proyectos ridículos —y en muchos casos, maliciosos—, favoritos de burócratas recalcitrantes, sin apenas supervisión”. Entre sus ejemplos de “despilfarro y abuso” entre los fondos distribuidos por la agencia de cooperación, incluye 32.000 dólares para un “cómic transgénero” en Perú, 2,5 millones para el desarrollo de vehículos eléctricos en Vietnam (Trump no es exactamente un admirador de este tipo de automóviles, y ha eliminado los objetivos que marcó su predecesor Joe Biden para 2030), 1,5 millones para alentar la diversidad y la inclusión en los puestos de trabajo en Serbia o “millones” para la ONG de salud pública EcoHealth Alliance, “que estuvo implicada en proyectos de investigación en el laboratorio de Wuhan” al que la primera Administración Trump acusó de haber dejado escapar el coronavirus causante de la pandemia de covid.





Pero tras las mofas y la fijación del Gobierno contra cualquier proyecto que huela a igualdad de género, diversidad o integración de minorías hay perjudicados reales. Desde refugiados birmanos en la frontera con Tailandia que huyen de cuatro años de guerra civil —si no de conflictos aún más antiguos— y dependen de los medicamentos que suministra USAID, a las personas que morirán en África si se cancela el proyecto PEPFAR de lucha contra el sida, lanzado por el presidente republicano George W Bush (2001-2009) y que ha salvado millones de vidas. Pasando por programas para el acceso a la energía, agua limpia, lucha contra la corrupción o contra el tráfico de personas.




Los sucesivos gobiernos estadounidenses han aceptado la premisa de que la ayuda exterior, aunque pueda ser controvertida, no solo es una útil herramienta de ‘soft power’, sino que es fundamental para la estabilidad en el mundo






No son actividades que contribuyan de manera material a las arcas del Tesoro estadounidense. Pero sí generan buena voluntad hacia Estados Unidos en los territorios que las reciben. Y contribuyen a la estabilidad global.




Desde la fundación de USAID, los sucesivos gobiernos estadounidenses, sean demócratas o republicanos, han aceptado esa premisa. Que la ayuda exterior, aunque pueda ser controvertida en algunas ocasiones o se ejecute de manera muy mejorable en otras, no solo es una útil herramienta de soft power, sino que es fundamental para la estabilidad en el mundo. Y la estabilidad en el mundo es, a su vez, imprescindible para la seguridad nacional estadounidense: una América Latina empobrecida desencadenaría olas aún mayores de migrantes hacia el Norte; un Oriente Próximo en llamas es una bandera de reclutamiento para el terrorismo islamista; de un sureste asiático insalubre puede surgir la próxima pandemia.




Hasta el regreso de Trump a la Casa Blanca el pasado 20 de enero y la firma de esa orden ejecutiva. La ayuda, parece, hay que pagarla de alguna manera. Este lunes, en unas declaraciones en el Despacho Oval, Trump apuntaba que, a cambio de la asistencia estadounidense, Ucrania podría enviar tierras raras, necesarias para la fabricación de productos electrónicos y de las que Estados Unidos carece.




“Desastre humanitario sin paliativos”




La perspectiva del desmantelamiento ha hecho saltar todas las alertas rojas de las organizaciones humanitarias sobre el terreno. La directora ejecutiva de Médicos Sin Fronteras en Estados Unidos, Avril Benoît, advertía que la súbita pausa de la asistencia humanitaria, y el desmantelamiento del sistema de cooperación estadounidense van a provocar “un desastre humanitario sin paliativos, que afectará a millones de las personas más vulnerables del mundo”.




“Ya tenemos noticias de organizaciones locales que han cerrado sus puertas y no saben cuándo podrán reabrir, o si lo harán”, apunta la responsable de esta ONG, que no recibe dinero de USAID pero asegura que ya percibe sobre el terreno la confusión y los problemas que los últimos anuncios han comenzado a generar. “El enorme papel que desempeña el Gobierno de Estados Unidos en la financiación de la ayuda internacional hace que estas interrupciones de programas estén causando un vacío que no es posible cubrir de forma inmediata por otros actores”.




De confirmarse el cierre por demolición, o la reducción al absurdo, de USAID —convertida, en el mejor de los casos, en un mero brazo suplementario del Departamento de Estado—, otros rivales de Estados Unidos —China, Rusia, Irán— pueden intentar aumentar su influencia en casillas clave del tablero estratégico mundial que Washington deje súbitamente vacías.




“Cerrar USAID es un acto de teatro político que costará vidas, perjudicará los intereses estadounidenses y fortalecerá a los adversarios de Estados Unidos”, advierte Patrick Gaspard, presidente del think tank demócrata Center for American Progress. “Cada día USAID acomete unas tareas reales que no solo benefician a millones de personas en el exterior, sino a millones de personas en Estados Unidos, al contener la difusión de enfermedades, prevenir el terrorismo y ayudar a detener el tráfico de personas”.
El fantasma del Blog
Una española que vive en Ghana enseña cómo es el interior de las casas en este país de África: «Están muy bien»


En occidente creemos saberlo todo sobre otras culturas, cuando la realidad es que casi siempre caemos en prejuicios





ABC
J. M.
05/02/2025 a las 17:18h



En Occidente, a menudo caemos en el error de mirarnos demasiado el ombligo. Creemos saberlo todo sobre otras culturas y sociedades, cuando la realidad es que casi siempre caemos en prejuicios infundados. Lo peor es que estos son muy fáciles de desmentir solo con echar un ojo, y todavía más ahora, que existen internet y las redes sociales. 




Sobre este tema ha hablado recientemente la usuaria de TikTok @stampbystamptravel, una española que actualmente reside en Ghana y se dedica a compartir su día a día en redes sociales. En uno de sus vídeos más recientes, Leyre –que es su nombre real– ha querido mostrar cómo son las viviendas en este país africano.




La razón detrás de su decisión tiene que ver con los «comentarios muy extraños» que ha recibido, en los que algunos usuarios le preguntaban cómo era posible vivir en una casa allí. Para responder a esas dudas, Leyre ha explicado que en Acra, la capital de Ghana, «las casas son totalmente normales».




En el vídeo, la usuaria manifiesta su hartazgo por tener que justificar una y otra vez que su vivienda es similar a la que cualquiera podría encontrar en España. Explica que, al igual que en cualquier otro país, en Ghana hay casas de distintos tipos y precios, dependiendo de la ubicación y del nivel adquisitivo de sus propietarios. También subraya que muchas de estas viviendas no tienen nada de particular ni exótico, más allá de lo que la imaginación de algunos pueda proyectar sobre África.



«Es un país muy grande, con un tejido industrial importante»





Para desmontar los mitos, Leyre decide hacer un recorrido por su casa, enseñando diferentes estancias. Comienza en su salón, que es amplio, está amueblado y tiene una gran ventana que deja pasar la luz. Después, pasa a la cocina, que aunque no es «la más moderna de todas», cuenta con todo lo necesario. Recorre también el baño y su habitación , demostrando que no hay ninguna diferencia fundamental entre su vivienda en Ghana y cualquier otra en España.




A lo largo de la publicación, insiste en que el desarrollo de un país no se puede reducir a una serie de tópicos obsoletos y que la idea de que en Ghana todo el mundo vive en cabañas es sencillamente falsa. Aunque es cierto que las viviendas pueden ser más precarias en algunas zonas rurales, como sucede en cualquier parte del mundo, en las ciudades existen barrios con infraestructuras perfectamente equipadas.




Además, la joven señala que la mentalidad europea sobre África está marcada por lo que nos enseñan los medios de comunicación, que tienden a reforzar la idea de que todo el continente es sinónimo de pobreza extrema. Sin embargo, destaca que Ghana es un país con una economía en crecimiento y un sistema democrático consolidado, en mejores condiciones que otros estados africanos. «Es un país muy grande, con un tejido industrial importante», recalca, intentando aportar una visión más ajustada a la realidad.
El fantasma del Blog
La guerra en Sudán desata una violencia descarnada y de perfil étnico en la región de Jazira



En el último año, este céntrico Estado rural ha sufrido algunos de los peores y más extendidos niveles de brutalidad de los paramilitares y del ejército desde el comienzo de la contienda






Marc Español
El Cairo (Egipto)
07 FEB 2025 - 05:30 CET




El pasado 11 de enero el ejército de Sudán consiguió quitarse una espina que llevaba clavada desde hacía poco más de un año. Sin apenas resistencia por parte de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido, con las que lleva casi dos años atrapado en una feroz guerra civil, las tropas regulares recapturaron la estratégica y simbólica ciudad de Uad Madani, en el centro del país, cuya pérdida tan solo un año antes había desatado una crisis casi existencial entre sus filas.




Uad Madani es la capital del Estado de Jazira y se encontraba bajo control de los paramilitares desde diciembre del 2023, cuando estos la ocuparon también sin casi oposición del ejército, que entonces se retiró sin dar explicaciones. Hasta aquel momento vivían 700.000 personas en la ciudad, que en los meses anteriores se había convertido en un refugio para decenas de miles de desplazados y en un centro logístico clave para las agencias de ayuda humanitaria.




Tras hacerse con Uad Madani, las Fuerzas de Apoyo Rápido ocuparon con relativa facilidad casi todo el resto de Jazira, un Estado eminentemente rural. Millones de personas huyeron, engrosando la mayor crisis de desplazados del mundo en la que se ha convertido Sudán. Pero muchas otras no pudieron o no quisieron hacerlo, lo que las dejó expuestas a un régimen de terror que se ha recrudecido en los últimos meses y del que ahora van aflorando más detalles.




La llegada del ejército y de grupos armados aliados en zonas de Jazira previamente ocupadas por las Fuerzas de Apoyo Rápido, sin embargo, también ha ido acompañada de atrocidades de marcado perfil étnico. En este caso, contra comunidades tradicionalmente marginalizadas de la región, sobre todo procedentes de zonas periféricas del país y de Sudán del Sur, a las que uniformados acusan ahora en grupo de haber apoyado a los paramilitares.




“Todas las acciones que tuvieron lugar indican que lo que le ha ocurrido a la población del Estado de Jazira equivale a un genocidio”, considera Al Mubar Mahmoud, secretario general de la Conferencia Jazira, una organización civil que ha documentado violaciones de derechos humanos en la región. “Un genocidio olvidado”, lamenta, “frente al que han hecho la vista gorda tanto el mundo como la élite política y las fuerzas civiles [sudanesas]”.




La violencia contra civiles en Sudán ha sido muy elevada desde el inicio de la guerra. Pero las atrocidades en zonas como la capital, Jartum, y la región de Darfur han tendido a acaparar más atención internacional, mientras que Jazira ha quedado en gran medida fuera del foco.





Terror paramilitar




El Estado de Jazira está formado por ocho provincias y las Fuerzas de Apoyo Rápido llegaron a ocupar del todo seis y parte de una séptima. Sin embargo, dado que no estaban interesados en su administración, el control del territorio y el sometimiento de la gente se ha basado sobre todo en expulsar a buena parte de sus habitantes y en inyectar miedo entre los que se quedaron. Mahmoud afirma que han contabilizado unos 7.000 muertos y que hay 10.000 desaparecidos.



En la mayoría de las localidades por las que pasaron, los paramilitares saquearon negocios, viviendas, vehículos, ganado, cosechas y medios de producción agrícola. También ejecutaron a miles de civiles, perpetraron todo tipo de actos de violencia sexual contra mujeres y niñas —desde violaciones en grupo a matrimonios forzados— y fueron muy frecuentes los secuestros, asesinatos selectivos, torturas y desapariciones, incluido en centros de detención extraoficial, según han denunciado grupos de derechos humanos, el ejército y el Gobierno sudanés.





Una de las peores masacres en la región de las Fuerzas de Apoyo Rápido tuvo lugar el pasado junio en el pueblo de Uad al Nora, al oeste de Jazira, donde lanzaron dos rondas de ataques hasta invadirlo. Mataron a 222 personas, señala Mahmoud. Un vídeo que mostraba unos 50 cuerpos envueltos en telas blancas y colocados ante decenas de vecinos del pueblo que se habían congregado a su alrededor en silencio se convirtió en la estampa de aquella matanza.




Mahmoud apunta que bajo la ocupación de los paramilitares las principales ciudades de Jazira “se tornaron en entornos inhabitables”. La mayoría de los hospitales fueron destruidos, no había electricidad, la gente tenía que usar combustible para bombear agua, y muchos tuvieron que recurrir a talar árboles por la escasez de carbón. Los saqueos masivos provocaron que los desplazamientos tuvieran que realizarse a pie o con animales y endurecieron mucho el trabajo en el campo. También se impusieron en ocasiones una suerte de impuestos mensuales.






Sulaima Ishaq, directora de la Unidad de Lucha contra la Violencia contra la Mujer del ministerio de Asuntos Sociales sudanés, afirma que han documentado 66 violaciones en Jazira, la mayoría en grupo, aunque nota que la cifra real es muy superior pero muy difícil de registrar por el tabú que supone





La situación en el norte y el este de Jazira se agravó todavía más a partir de finales de octubre, después de que el ejército lanzara una ofensiva en el Estado y el líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido en la región, Abu Aqla Keikal, desertara y se uniera a las filas castrenses junto a los combatientes de sus Fuerzas de Escudo de Sudán a cambio de una amnistía. La decisión de Keikal aceleró la fractura de los paramilitares en varias facciones con una gran autonomía.




Lo que siguió fue una brutal campaña de represalias de marcado carácter tribal por parte los paramilitares sobre todo en el este de Jazira, de donde proviene Keikal. Además de los abusos anteriores, las Fuerzas de Apoyo Rápido perpetraron nuevas masacres, incendiaron mercados, casas, cosechas e instalaciones públicas, asediaron localidades, llegaron a envenenar un envío de alimentos a una de ellas, inundaron pueblos y expulsaron a decenas de miles de personas, según han documentado grupos civiles del Estado de Jazira.




Los paramilitares también han seguido utilizando la violencia sexual como arma de guerra en todo momento. Sulaima Ishaq, directora de la Unidad de Lucha contra la Violencia contra la Mujer del ministerio de Asuntos Sociales sudanés, afirma que han documentado 66 violaciones en Jazira, la mayoría en grupo, aunque nota que la cifra real es muy superior pero muy difícil de registrar por el tabú que supone. También han trascendido suicidios para evitar violaciones.




“Van donde pueden encontrar mujeres escondidas y las acusan [de lo que sea] y luego hacen esto; siempre ocurre en grupos”, explica Ishaq a EL PAÍS. “[Muchas] no han hablado de ello ni han conseguido atención médica a tiempo, hasta que ha sido demasiado doloroso”, agrega.




La ciudad de Hilaliya, en el norte de Jazira y con una población de unos 30.000 habitantes, ha sido testigo de la peor matanza ocurrida en el Estado a manos de los paramilitares hasta la fecha. En plena campaña de represalias por la deserción de Keikal, las Fuerzas de Apoyo Rápido asediaron la ciudad el 25 de octubre y el número de muertos en los días posteriores aumentó a alrededor de 500, algunos de ellos envenenados, según la Conferencia Jazira. “Desde que entraron las Fuerzas de Apoyo Rápido cada día es un crimen”, desliza Mahmoud. Las Fuerzas de Apoyo Rápido no contestaron a las preguntas de EL PAÍS para este artículo.




Brutalidad militar






Cuando el ejército recuperó Uad Madani, la capital de Jazira, las primeras imágenes que circularon fueron de celebraciones dentro y fuera del país. Pero los vítores iniciales dieron paso rápidamente a testimonios de nuevos ataques por perfil étnico contra personas tanto de la periferia de Sudán, sobre todo de Darfur, como de Sudán del Sur que se encontraban en las zonas recapturadas y que fueron acusados en grupo de haber apoyado a los paramilitares.





En este caso, quien se hallaban detrás de la violencia fueron en su mayoría soldados regulares, miembros de los servicios de inteligencia general y combatientes de dos milicias aliadas del ejército, la islamista Al Bara ibn Malik y la de Keikal, el militar que desertó, según señalan activistas y sugieren los uniformes y parches que visten en vídeos de abusos. Entre su retahíla de violaciones se cuentan saqueos, detenciones, torturas, ejecuciones sumarias y la quema de personas y casas, por lo que algunos lo consideran también una campaña de limpieza étnica.





Odio hacia la comunidad kanabi





Una de las principales víctimas de esta segunda oleada de violencia han sido las comunidades de asentamientos informales formados hace décadas por trabajadores agrícolas y sus familias que llegaron a Jazira desde regiones de la periferia de Sudán y de países de África occidental para buscar empleo en grandes proyectos agrícolas del Estado. Estas comunidades, llamadas kanabi, han sido históricamente marginalizadas y explotadas como mano de obra barata.




La campaña de desinformación y los discursos de odio hacia la comunidad kanabi empezaron a propagarse con fuerza entre sectores afines al ejército sudanés al menos desde octubre, según han documentado los investigadores de Sudan Witness, que identificaron ya entonces imágenes y vídeos falsos y mal atribuidos para sugerir que colaboraban con los paramilitares.




Jafar Mohamedeen, presidente del Congreso Kanabi, un grupo de defensa de sus derechos, compartió con EL PAÍS una lista de 47 personas que asegura que han sido asesinadas en ataques contra asentamientos kanabi, aunque afirma que la cifra real es muy superior. Por su parte, Sudan Witness ha identificado al menos tres asentamientos kanabi afectados por incendios, probablemente provocados, entre el 11 y el 14 de enero al sur y al este de Uad Madani, aunque no ha podido determinar la autoría.




Uno de los peores ataques atribuidos a las fuerzas de Keikal tuvo lugar el 9 de enero en una localidad llamada Kombo 5, en el este de Jazira, donde 24 personas fueron asesinadas, 13 mujeres secuestradas y dos niños quemados vivos dentro de su casa, según Mohamedeen. En otro asentamiento, Dar al Salam, se ha impedido a los locales enterrar a más de 10 cadáveres, lo que ha obligado a dejarlos a la intemperie expuestos a la descomposición y a los perros.




Decenas de vídeos e imágenes compartidas con este medio, que no han podido ser verificados independientemente pero que coinciden con el tipo de ataques denunciados, incluyen casos de vejaciones, golpes, degollamientos, ejecuciones en grupo, incendios de casas y cadáveres tirados en canales de irrigación con signos de quemaduras. Otro vídeo difundido a mediados de enero muestra a un joven agredido por soldados que es arrojado vivo a un río y tiroteado.



La otra comunidad que ha sufrido más esta violencia ha sido la sudsudanesa. Una de las peores matanzas, de al menos decenas de personas, ocurrió cerca de Uad Madani al poco de que el ejército tomara la ciudad, según explica Akoc Manhiem, un miembro de la comunidad, desde Sudán del Sur. “Los asesinatos han sido constantes desde el inicio de la guerra porque ambas partes acusan a los sudsudaneses de participar [con el otro bando]”, lamenta Manhiem.



El ejército condenó a mediados de enero en un comunicado lo ocurrido en Jazira, pero lo redujo a “violaciones individuales”. Su comandante, Abdelfatá al Burhan, formó a su turno un comité para investigar parte de los hechos. EL PAÍS preguntó al portavoz castrense, Nabil Abdallah, si la investigación seguía abierta dos semanas después, pero no obtuvo respuesta. En el pasado, investigaciones similares no condujeron a procesamientos específicos.



Youssef Abusin, un líder de las fuerzas de Keikal, el militar que desertó al ejército, mantiene que las acusaciones de crímenes contra la gente de los kanabi son “políticas”, que no atacaron a civiles y que usaron “la fuerza adecuada”. En declaraciones a este medio, Abusin acusa a algunos miembros de la comunidad de haber sido reclutados por los paramilitares —con los que ellos combatieron hasta octubre— y de haber cometido saqueos y desplazado a civiles.
El fantasma del Blog
La generación Z encabeza la lucha contra el cambio climático en África




Decenas de jóvenes africanos nacidos en los noventa y dos mil llevan años liderando movimientos multitudinarios y divulgando en sus comunidades sobre los efectos directos de la crisis climática en el continente





Beatriz Olaizola
Madrid
07 FEB 2025 - 05:00 CET




La foto se viralizó en cuestión de horas. En el centro, mirada desafiante, Greta Thunberg, y a su lado, otros tres jovencísimos activistas. Serios y con sus tarjetas de identificación colgadas del cuello. Todos blancos. Era enero de 2020 y los cuatro acababan de participar en una conferencia sobre el clima en el Foro de Davos. La imagen era de la agencia de noticias Associated Press y fue tomada después de una manifestación por las calles de la ciudad. Varios medios internacionales la utilizaron para ilustrar sus noticias sobre el encuentro. Pero en la ponencia y marcha posterior, los protagonistas no habían sido cuatro, sino cinco. La quinta era Vanessa Nakate, ugandesa de 24 años y la activista medioambiental africana que más ha destacado en el último lustro. Nakate sí salía en la fotografía, justo en el lateral izquierdo, aunque en la versión difundida no aparecía. La habían recortado.





“¿Por qué me sacasteis de la foto? Yo era parte del grupo”, tuiteó ella. Algunas agencias, como Reuters, confundieron a Nakate con otra activista africana y en la fotografía identificaban con nombre y apellidos a los cuatro jóvenes, pero no a la ugandesa, según relató The Guardian. Nakate decidió grabar un video para reivindicar que ella también estuvo en Davos y que era tan activista climática como el resto. Entre lágrimas, dijo:





“Pienso en la gente de mi país y de todo África, en cómo les afecta el cambio climático, en las personas que he visto morir, perder a sus familias, su sustento, sus casas y todo lo que soñaron. ¿Quién va a poder hablar por ellas, quien les va a ayudar, traer su mensaje? Porque incluso las personas que esperamos que lo difundan, los medios, no lo hacen. Es tan decepcionante. Es la primera vez en mi vida que entiendo la definición de racismo. Y tienen el valor de cortar la foto sin dar una explicación o pedir perdón. ¿Significa eso que no tengo valor como activista climática o que la gente en África no tenemos valor? Somos el continente que menos contribuye a las emisiones de CO₂, pero los más afectados por la crisis climática. Borrar nuestras voces no cambiará nada, borrar nuestras historias no cambiará nada”.





En la noticia original ya no se puede ver la foto sin Nakate. La agencia estadounidense la retiró, pidió disculpas y lo justificó aludiendo a “cuestiones de composición”. Cuando se desató la polémica, Nakate, que ahora tiene 27 años, llevaba ya tiempo luchando contra el cambio climático en su país: huelgas, manifestaciones solitarias frente al parlamento de Uganda, ser la primera representante en África del movimiento Fridays for Future, fundado por Thunberg, o crear del movimiento Rise Up, una plataforma para los defensores climáticos africanos.





Como Nakate ―y muchos inspirados por ella y por las acciones de otros activistas jóvenes― cada vez más personas de diferentes países de África, la mayoría nacidos a finales de los noventa o comienzos de los dos mil, se han convertido en los últimos años en líderes de la lucha ambiental y la voz de sus comunidades, en divulgadores y en impulsores de movimientos regionales que reúnen a decenas de miles de personas. Gran parte de estas acciones pasan desapercibidas en las grandes conferencias y eventos internacionales, pero la generación Z africana está a la vanguardia del activismo climático y exige más visibilidad y representación. En la COP27, celebrada en 2022 en Egipto, fue la primera vez que la juventud africana contó con un pabellón propio, junto a activistas de otras regiones.




Alarma constante





Periodos de sequía muy largos, brutales inundaciones que se repiten a un ritmo nunca visto, lagos y puntos de agua vitales que desaparecen, como el lago Chad, que llegó a ser el sexto más grande del mundo en 1970 y ha perdido el 90% de su superficie, aumento exponencial de las temperaturas, cientos de muertos y cientos de miles de desplazados forzosos, hambrunas, una red de infraestructuras deficiente, inestabilidad económica y política, enumera Johari Gautier Carmona, periodista y escritor franco-español especializado en literatura africana y autor del libro África: cambio climático y resiliencia. Retos y oportunidades ante el calentamiento global (Ediciones UAB, 2022).





“Los 55 países que conforman el continente están ante una situación inaudita, en la que todo ha cambiado y está cambiando. Y ellos no lo dicen ahora. Llevan ya un periodo bastante largo comentándolo, desde los primeros protocolos del clima. En Kioto, en 1997, [los países africanos] ya emitieron mensajes de alarma en los que hablaban del cambio del ciclo del agua o de periodos de sequía mucho más alargados”, cuenta por videollamada Carmona. África, señala, es emisor de menos de un 4% de los gases de efecto invernadero, mientras que Estados Unidos, Europa y China concentran el 53%. “A lo largo de todas las cumbres [climáticas] hemos visto cómo África está en una situación realmente alarmante y sola”.





Sola se ha sentido muchas veces Aqlila Alwy, de 22 años y natural de la ciudad costera de Malindi, en Kenia.


“No conocía a nadie en mi vida que fuera activista climático. Comencé a tuitear y publicar en Instagram, no sabía si estaba haciendo bien y tenía muchas dudas. La gente decía que era rara y me preguntaban cosas como: ‘¿Por qué publicas sobre la protección del medio ambiente y los árboles?’ Me dijeron que no debería molestarme y que debería seguir la corriente de las tendencias si quería hacer amigos y encajar”, relata por videollamada.






Su interés, unida a la preocupación, empezó, como con muchos otros, con una visión, un texto, una imagen. En su caso, una publicación en redes. Antes de eso, sabía poco o nada del cambio climático y de sus efectos: “Al crecer, a menudo veía noticias sobre áreas que experimentaban sequías o inundaciones y pensaba que era normal, algo que sucede todos los años”. Poco a poco empezó a informarse, leer, buscar, indagar, aprender. Y, como una bola de nieve, su implicación no paró de crecer. A más aprendía, más se daba cuenta de que la gente de su entorno no sabía lo que era el cambio climático y por qué pasaba lo que pasaba. Decidió que debía hacer algo.





Alwy explica que la situación climática de Kenia es alarmante y ella misma ha experimentado sus efectos.


“A medida que los recursos hídricos y alimentarios se hicieron más escasos, tanto los humanos como la vida silvestre se vieron obligados a competir, lo que provocó encuentros peligrosos y mayores tensiones. En algunas zonas, las escuelas tuvieron a cerrar temporalmente para acoger a desplazados, lo que privó a muchos niños de su derecho a la educación. En marzo [de 2024] nos enfrentamos a inundaciones devastadoras, las más mortíferas de la historia reciente. Más de 315 personas perdieron la vida, alrededor de 188 resultaron heridas, 38 desaparecieron y miles fueron desplazadas. Las inundaciones destruyeron viviendas, infraestructuras y tierras de cultivo, dejando a las familias luchando por reconstruir sus vidas. Los medios de vida desaparecieron de la noche a la mañana”, describe.





Habla de caos, de sentir que todo está del revés y que no controlas nada. “El clima se ha vuelto tan impredecible que parece como si la propia naturaleza estuviera desequilibrada”. No tardó en darse cuenta de que lo más difícil era explicar la complejidad de la crisis climática en su entorno más cercano. Gran parte del activismo en África tiene que ver justo con eso, con la sensibilización y la educación ambiental. Alwy empezó organizando limpiezas en la playa donde creció, que abastece a los pescadores de su ciudad y que ya casi no reconoce. La costa está cada vez más invadida de residuos y el mar de plásticos. Al principio se unieron unos pocos vecinos, pero ahora, cada vez que vuelve, la comunidad se ha encargado de mantenerla limpia sin ella. A partir de ahí, comenzó a dar charlas en colegios sobre igualdad, desarrollo sostenible y cómo el cambio climático y sus efectos estaban afectando a su vida, educación y futuro.





Otros activistas, como Leah Namugerwa y Hilda Nakabuye, de 22 y 27 años y ambas de Uganda, han sufrido en su día a día los efectos directos del cambio climático. Nakabuye vive en Kampala, capital del país, y es licenciada en gestión y cambios en las cadenas de suministros. Por las fuertes lluvias y vientos su familia perdió parte de la plantación, y las altas temperaturas fueron las que finalmente terminaron con su única forma de sustento económico, que era la agricultura. “Tuve que faltar a la escuela durante meses porque mis padres ya no podían pagar mis tasas de matrícula, el cambio climático destruyó su fuente de ingresos”, recuerda.




La Organización Meteorlógica Mundial (OMM) recoge en su informe del Estado del clima en África de 2022 que la agricultura es “el pilar de los medios de vida y las economías nacionales de África y sustenta a más del 55% de la fuerza laboral”. Aun así, debido al la crisis cllimática, el crecimiento de lla productividad agrícola “ha disminuido un 34% desde 1961 debido”, la mayor caída en comparación con la que han experimentado otras regiones del mundo.




Con mucho esfuerzo, Nakabuye accedió a la universidad, donde empezó a oír hablar del cambio climático e inició su estudio a fondo. Ahora defiende que todos aquellos que saben sobre la crisis climática deberían hacer algo con ese conocimiento. Ella empezó a manifestarse en 2017, con 20 años, y, junto a Vanessa Nakate, fue una de las activistas que inició el Fridays For Future Uganda, el movimiento juvenil más grande de África Oriental.





“Mis amigos no querían estar en la calle, así que hice mi primera huelga sola frente a la universidad. Me asusté y pensé que tal vez estaba haciendo algo malo. Ahora somos un movimiento de más de 54.000 estudiantes. Tenemos presencia en más de 72 comunidades y hemos realizado muchísimas acciones y proyectos climáticos, y todavía seguimos levantando nuestras voces”, comenta. También creó Climate Striker Diaries, una plataforma en línea para fomentar la conciencia digital sobre el cambio climático.





Su compatriota, Leah Namugerwa, empezó en el activismo a los 14 años y es conocida por liderar campañas de plantación de árboles y por iniciar una petición para prohibir las bolsas de plástico en Uganda. Habló en el Foro Urbano Mundial en 2020 y fue delegada de jóvenes en la COP25. Su cumpleaños número 15 los celebró plantando 200 árboles y desde entonces lidera el proyecto Árboles de cumpleaños.



Un día, viendo las noticias, apareció una información sobre un corrimiento de tierras que afectó a numerosas poblaciones, murieron varias personas, sus campos quedaron destrozados, el ganado se perdió y los colegios se vinieron abajo. Esa imagen se le quedó grabada.


“En ese momento que me di cuenta de que había experimentado exactamente las mismas cosas sobre las que había leído. Había sufrido una inundación de camino a la escuela. Había visto cultivos arrasados por la erosión del suelo. No eran solo datos, eran hechos”.





Su pasión, dice, es contribuir a crear el tipo mundo que quiere ver, pero que comenzar, tan joven, a movilizar y concienciar a su comunidad fue muy difícil.




“Al principio fue incómodo, porque uno de los primeros pasos que di como forma de responder al cambio climático fue la huelga. La gente no entendía lo que estaba diciendo, por qué sostenía el cartel todos los viernes en diferentes calles, hablando sobre este tema que la gente ignora tanto, y para el que el nivel de conciencia sigue siendo muy bajo” , relata.





Financiación escasa





Tanto Nakabuye como Namugerwa consideran que el activismo climático joven en África ha crecido en los últimos años y lo sigue haciendo, pero que enfrenta varios obstáculos. El primero, y que repiten todos los activistas con los que ha hablado este periódico, es el dinero. Según la OMM, los peligros relacionados con el clima se han agravado en las últimas décadas en África, pero “la financiación para la adaptación a ello es “solo una gota en el océano de lo que se necesita”.




Las dos ugandesas lo saben bien.

“Como organizaciones juveniles, hay pocas formas para que recibamos financiación. Poco más del 0,99 % de la financiación climática se destina a nosotros. No podemos implementar algunas de las ideas o acciones que queremos debido a la falta de acceso a los fondos. Y también hay un acceso limitado al soporte tecnológico o técnico. Muchas organizaciones juveniles no están registradas, o les resulta difícil registrarse, dado el tipo de trabajo que hacemos o el tipo de entorno en el que operamos”, cuenta Nakabuye.





Jania Ney Yosimbom, en Camerún e involucrada en organizaciones climáticas desde los 14 años, también considera que el mayor desafío que enfrenta como activista joven es la falta de financiación. Estudiante de enfermería y testigo de cómmo las altas temperaturas arrasaron los cultivos de su madre en 2019, cuenta que la falta de apoyo económico también les aleja de las grandes cumbres. El desplazamiento cuesta dinero, las credenciales para asistir, cuesta dinero, el alojamiento cuesta dinero.




“Obtener esas credenciales o registrar una iniciativa liderada por jóvenes es bastante difícil, es un procedimiento largo y costoso, que se suma a la incertidumbre de obtener los resultados deseados. También la falta de colaboración entre las partes interesadas [el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil y los donantes] y los activistas locales. Hay mucha disparidad, lo que hace que el progreso sea lento y desafiante” , expone Yosimbom.






El informe de Oxfam Intermón Climate Finance in West Africa (Financiación climática en África occidental, en su traducción al español) de 2022 reveló que la financiación climática “es insuficiente y agrava peligrosamente los niveles de deuda”. “El 62 % de los 13.900 millones de dólares que los donantes declaran haber movilizado entre 2013 y 2019 se ha provisto en forma de préstamos, y, por lo tanto, deberán ser devueltos – muchos de ellos con intereses–, agravando, la crisis de deuda en la que se encuentran ya la mayoría de los países del oeste de África”, señalaba el texto.





Y la ONG Climate Policy Initiative (CPI) alertaba en 2020 de que los países solo habían recibido el 12 % de los 250.000 millones de dólares anuales necesarios para aplicar sus planes climáticos. Para 2050 y como resultado del impacto en la salud del cambio climático, África perderá 2.169 millones de dólares, recoge a su vez el informe Cuantificar el impacto del cambio climático en la salud humana, elaborado en 2024 por el Foro Económico Mundial en colaboración con la consultora Oliver Wyman.

“África es más vulnerable a los impactos del cambio climático en la salud que otras regiones, exacerbados por la falta de recursos, infraestructuras inadecuadas y la carencia de equipo médico esencial, lo que complica aún más su capacidad para abordar y adaptarse a los desafíos ambientales”, se expone en el informe.






Otra barrera, señalan Nakabuye y Namugerwa, es el riesgo de ser activista climático en Uganda y en otras regiones.

“A muchos activistas en Uganda se les llama antidesarrollo. Eso aumenta los riesgos para los activistas climáticos o defensores de los derechos humanos. Además, tenemos un espacio cívico reprimido en el país, lo que nos dificulta organizar reuniones, huelgas climáticas o manifestaciones” , enumeran.






Divulgación en redes sociales





Gran parte del activismo joven, tanto en los paíes africanos como en otros territorios, se centra en la divulgación en redes sociales. La gran mayoría de activistas tienen perfiles activos en X, Instagram y Facebook, donde graban vídeos, lanzan mensajes e interactúan con otros activistas y comunidades. Pero la manera en la que más impacto creen que genera es con el contacto cercano. Adenike Oladosu, de 28 años y natural de la ciudad de Ogbomosho, al sudoeste de Nigeria, habla de cómo ha cambiado todo su entorno, una de las zonas más verdes de Nigeria. No reconoce lo que ve y no es como cuando era niña.

“En mi infancia había más espacios verdes. De hecho, cultivamos en la parte trasera de la casa, pero ahora no hay posibilidad. Cada vez más gente se muda allí, por lo que ya hay casas en lugares donde antes había tierras agrícolas”
.






Oladosu, graduada en economía agrícola y fundadora del movimiento Fridays for Future en Nigeria, opina que los jóvenes deben involucrarse en la toma de decisiones y en las políticas ambientales si quieren ser parte del cambio. También que deben saber de lo que hablan y estar informados, porque

“si no sabes que un problema existe, difícilmente te vas a comprometer a luchar contra él”. “Si debemos convertirnos en líderes del mañana, tenemos que participar en la toma de decisiones de hoy, de modo que cuando lleguemos a ser líderes, podamos hacerlo mejor que cualquier otro. No queremos ser los que arrastran la crisis climática” , señala con convicción.






Pero ser joven y ser mujer es una dificultad añadida, comenta.


“En Nigeria se considera que las mujeres no forman parte de quienes toman las decisiones. Que no participan en todas las acciones que estamos tomando, porque sienten que es responsabilidad de los adultos hombres hacerlo. Desafiar esas normas, romper esas barreras también es hacer que nuestros líderes rindan cuentas”.





Regina Magoke, de 22 años y la ciudad Dar-es-Salam, en Tanzania, coincide con ella. Empezó en el activismo en 2021, testigo de cómo el cambio climático obligaba muchas mujeres de su comunidad a abandonar los estudios.

“La distancia entre el hogar y la escuela es muy grande. Debido a las condiciones climáticas y la temporada de lluvias, no tienen un camino claro por donde puedan viajar de casa a la escuela. Entonces deciden simplemente quedarse en casa. Tal vez la gente no vea cómo se relaciona el cambio climático con el abandono de una escuela, pero esa es la consecuencia” , explica.





De los efectos colaterales sobre las mujeres también divulga Dorcas Naishorua, keniata de 24 años, graduada en ingeniería civil y parte de la comunidad masái. Con la crisis climática la vida de las mujeres y las niñas se para y pierden libertades:


“Cuando una familia no tiene capital para sostenerse, no les queda otra opción que utilizar a las jóvenes como un activo, intercambiarlas con cualquier hombre rico o alguien que esté dispuesto a darte pasto a cambio de tu chica”


Trabajan con una de 89 niñas y mujeres jóvenes que se han sometido a esta práctica.






Magoke en Tanzania y Naishorua en Kenia, como el resto de activistas consultadas, centran mucha de su labor en dar charlas en colegios o institutos e involucrar a las mujeres de sus regiones en la divulgación y la educación. Y parte de la ola de activismo en África ―todas creen que hay un movimiento en el continente―, tiene que ver con el acceso a la tecnología, a las redes y a poder lanzar el mensaje de forma conjunta más allá de las comunidades y regiones de cada uno. De lo local, que para todos es lo fundamental, a lo global.




Naishorua lo resumen así:


“Me alegra ver cómo se reúnen los jóvenes de diferentes partes, celebrando eventos, cumbres, conferencias. Solo para que la gente entienda y haga oír sus voces, nuestras voces. Muchos de nosotros somos anónimos, pero de una forma u otra, cuando sumas el esfuerzo, puedes ver que hay un movimiento global de jóvenes por el clima”.


El fantasma del Blog
Líderes pigmeos de Camerún: “Queremos que el mundo escuche nuestra voz para que el pueblo baka no desaparezca”



Los activistas, dirigentes de las asociaciones Abawoni y Okani, que acaban de ganar el Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2024, hacen un llamamiento para preservar su cultura y su modo de vida tradicional




Chema Caballero
Madrid
08 FEB 2025 - 05:30 CET



Los bakas, uno de los pueblos primigenios de África, han vivido, desde sus orígenes, en las selvas de la cuenca del río Congo, en el sur y el este del actual Camerún. No hace mucho, fueron expulsados de su hábitat tradicional que ha sido cedido a empresas madereras, mineras o convertido en reservas de caza. Los pigmeos, que tradicionalmente subsistían gracias a la caza, la pesca y la recolección, se han visto obligados a adaptarse a un nuevo modo de vida que rompe con sus tradiciones y cultura milenarias. Mientras, según sus denuncias, son discriminados, vejados y semiesclavizados por las comunidades bantúes con las que se ven forzados a convivir. Para defenderse de esto, en los últimos años, han creado asociaciones que luchan por sus derechos, sus tierras y la conservación de su esencia.




Abawoni y Okani son dos de ellas y han recibido el Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2024 que otorga la revista del mismo nombre, pionera en España en la información sobre África. Para recogerlo se han traslado a Madrid dos de sus líderes. Luc Ndeloua (47 años), presidente de Abawoni, es agricultor y reside en Minton, sur de Camerún. Timothée Eminni, (35 años), encargado de asuntos jurídicos y políticos de Okani, es abogado y está terminando un doctorado en derecho medioambiental en la Universidad de Yaundé II.



Pregunta. ¿Qué significa ser baka?




Timothée Eminni. Ser baka es una conexión con la espiritualidad auténtica de un pueblo cazador y recolector, un modo de vida diferente al de los demás pueblos que viven en Camerún. Pero ser baka también es ser parte de una comunidad que sufre discriminación. Sin embargo, nosotros estamos orgullosos de ser bakas porque somos un pueblo que todavía mantiene sus valores. No vemos la selva como un lugar a explotar, no vemos en el árbol dinero; vemos en el árbol vida, amor, protección y, sobre todo, seguridad para el futuro. Y estamos orgullosos de ello porque nuestros abuelos y nuestros padres fueron expulsados de la selva, pero esa selva todavía nos protege.



P. ¿Cuál es la diferencia entre el pueblo baka y los otros pueblos de Camerún?





Luc Ndeloua. La diferencia principal es que los otros pueblos no conocen la selva. Los bantúes nacieron en aldeas y nosotros nacimos en la selva. Los bakas no vivimos en la selva, somos parte de la selva y por eso la cuidamos y nos cuida.




T. E. Históricamente, somos los primeros habitantes de Camerún, y eso nos hace diferentes a los demás pueblos. Por eso, queremos conservar nuestra forma de vivir, lo que puede suponer ser menos abiertos a todo lo que es la modernidad, a pesar de la presión que ponen sobre nosotros. Por ejemplo, seguimos conservando nuestra farmacopea tradicional; las plantas de la selva nos curan. El lado negativo es que los otros pueblos no nos ven como iguales, como seres humanos, y piensan que pueden dominarnos y someternos.




P. ¿Qué ha supuesto para el pueblo baka la expulsión de la selva?





T. E. La separación entre los bakas y la selva ha debilitado a nuestro pueblo. Ese fue el inicio de todos los problemas que tenemos ahora. Ha desnaturalizado al baka, le ha privado de su identidad, de su razón de ser, que es el bosque. Cuando vivíamos en la selva podíamos llevar a cabo actividades de educación tradicional allí. Los kobos, los ancianos, podían caminar con los jóvenes en el bosque y decirles: “Tal árbol te cura de eso, tal árbol da el fruto que se come en tal temporada, en tal río podemos hacer el lavado espiritual”. Estábamos directamente conectados con la naturaleza. Pero también la caza. Teníamos un modo de cazar en el que los cazadores iniciados sabían qué animales se podían matar y en qué periodo. Todo eso casi ha desaparecido cuando nos expulsaron de la selva para crear áreas protegidas y parques nacionales en los que no podemos cazar. Ya no tenemos acceso a la selva como antes y los jóvenes no tienen esa oportunidad de ser educados en ella. Las nuevas generaciones se orientan hacia la modernidad y eso crea una ruptura con la tradición.



Los bakas no vivimos en la selva, somos parte de la selva y por eso la cuidamos y nos cuida

Luc Ndeloua




P. ¿Podemos decir que la cultura baka está desapareciendo?





T. E. Los objetos modernos se utilizan cada vez más. Cada vez es más difícil encontrar el dumu [un instrumento de percusión, más conocido como tamtam]. Cuando hay una fiesta o reunión en un pueblo, aparecen instrumentos de música modernos, se pone un pincho USB y se sigue la música moderna. Esto es un ejemplo. No es una desaparición inmediata, pero tenemos miedo de que esta fragilización de nuestra cultura sea cada día más fuerte.




L. N. Por eso, desde nuestras asociaciones estamos creando estrategias para acercar a los jóvenes a nuestra cultura, para que no la olviden. Llevamos a los jóvenes a la selva para transmitirles nuestro conocimiento. Si desaparece nuestra cultura, desaparece nuestro pueblo




P. ¿Cómo ven ustedes el futuro del pueblo baka?





T. E. El futuro del pueblo baka se encuentra en manos de varios actores. En el plano político, el Gobierno de Camerún debe poner en marcha políticas que aseguren los derechos humanos, el derecho a la tierra y a los recursos naturales de los bakas. Si no es así, corremos el riesgo de desaparecer. Al mismo tiempo, a nosotros nos incumbe conservar nuestra cultura y defender nuestra causa. Tenemos que convencernos de que debemos despertar porque nuestro futuro está en nuestras manos. Para ello hay que educar a nuestros hijos en la escuela occidental y en la escuela de la selva. Las dos deben ir de la mano. Los bantúes, por su parte, deben aceptar convivir con nosotros como buenos vecinos. Finalmente, queremos que todo el mundo escuche nuestra voz para que el pueblo baka no desaparezca.





La Asamblea Nacional [de Camerún] cuenta con 180 diputados, pero no hay ni un solo pigmeo

Timothée Eminni





P. Han hablado de la discriminación que sufren los bakas por parte de los otros pueblos de Camerún, ¿en qué consiste?






T. E. Se ve a distintos niveles. En los pueblos, los jefes bantúes piensan que los bakas les pertenecen y hablan de “mis bakas”. Los utilizan como sirvientes, les obligan a hacer todo tipo de trabajos para ellos. A nivel gubernamental sentimos que no hay voluntad política para integrar a los pigmeos en el sistema administrativo. Un ejemplo: la Asamblea Nacional cuenta con 180 diputados, pero no hay ni un solo pigmeo. Allí se hacen leyes que nos afectan y nuestra voz no es escuchada. Hemos hecho peticiones a las autoridades reclamando estar presentes en esos momentos de toma de decisiones, pero hasta ahora no hemos recibido ninguna respuesta. No hay ningún baka en ningún puesto de responsabilidad en todo el país. Por eso reclamamos una ley nacional sobre los derechos de los pueblos indígenas que establezca cuotas en los órganos de poder para que estemos representados a todos los niveles.




P. ¿Qué hacen sus asociaciones para cambiar esta situación?





L. N. En Abawoni promocionamos la educación. Creemos que nuestro futuro pasa por educar a nuestros hijos. Pero eso cuesta dinero, por eso enseñamos a los bakas a cultivar la tierra, algo nuevo para nosotros. En la agricultura podemos encontrar los medios para educar a nuestros hijos.




T. E. En baka, “okani” significa “despertar” y eso es lo que queremos para nuestro pueblo. Por eso nos centramos en la protección de los derechos humanos y legales de nuestra gente y sensibilizamos sobre derechos de los pueblos autóctonos y el liderazgo. Somos conscientes de que tenemos que coger en nuestras manos la lucha por nuestros derechos.También trabajamos para acompañar el desarrollo de la pequeña economía local. Y hemos promovido sinergias con asociaciones de pueblos autóctonos de Camerún creando una plataforma, llamada Babandi, que sirva de interlocutor con el Gobierno camerunés. Además, ahora luchamos por el derecho a la tierra y los derechos forestales, porque las áreas protegidas y los parques nacionales nos han hecho mucho daño, han violado nuestros derechos. Cuando queremos entrar en la selva para sobrevivir, no podemos.

El fantasma del Blog
Nerea Irigoyen, viróloga: “Si no lo prevenimos ya, el dengue o el zika serán endémicos en Europa”



La científica española recibió tres millones para investigar en la Universidad de Cambridge virus como el del zika y el del Nilo Occidental, que cada vez extienden más su alcance debido al cambio climático





Patricia Ruiz Guevara
Madrid
08 FEB 2025 - 05:20 CET



Justo 10 días después de que supiéramos que 2024 fue el año más cálido registrado en el planeta y el primero en que se superó un aumento de 1,5 grados de media respecto a niveles preindustriales, Estados Unidos salió del Acuerdo de París. Ha sido una de las primeras medidas de Donald Trump como presidente de un país que es el primer responsable histórico del calentamiento global.



El incremento del nivel medio de temperatura del planeta produce fenómenos extremos más intensos y más frecuentes, pero no solo eso. También aumenta el hábitat y favorece la reproducción de las especies de mosquitos que transmiten virus como el dengue, el virus del Nilo Occidental o el zika. Estas enfermedades, que provocan epidemias en Latinoamérica y antes nos parecían estrictamente tropicales, se han disparado en todo el mundo y ya llevan unos años adentrándose en Europa.




Nerea Irigoyen Vergara (1981, Zaragoza), doctora en Biología Molecular, es experta en flavivirus (virus que se propagan por artrópodos) y lidera desde 2018 un grupo de investigación en zika en la Universidad de Cambridge (Reino Unido). En 2023 se convirtió en una de las pocas españolas en conseguir una Wellcome Trust CDA Fellowship, una beca de 2,6 millones de libras (unos tres millones de euros) para financiar su investigación. Su objetivo es comprender los mecanismos del virus que entre 2015 y 2016 tuvo al mundo en alerta; en concreto, cómo afecta la infección de zika a las células cerebrales humanas. La viróloga subraya que es momento de investigar, concienciar y actuar, porque “la situación está empeorando y hay que tomar acciones preventivas ya”.



Pregunta. El verano pasado fallecieron nueve personas en Andalucía por un brote del virus del Nilo. Asociamos los mosquitos al calor, pero, aunque estamos en invierno, la Diputación de Sevilla ya ha anunciado acciones de prevención y tratamiento. ¿Por qué hay que empezar ya a tomar medidas?





Respuesta. Venimos del año más caluroso de los registros, los veranos cada vez son más largos y cada vez habrá más mosquitos, especialmente si vivimos episodios de danas o lluvias, porque se dan las dos cosas que estos insectos necesitan: calor y agua. Tenemos que adelantarnos y tomar medidas antes de que los mosquitos eclosionen, mientras están en estado de larva. En zonas como Andalucía el problema son los arrozales, por eso necesitas eliminar todas las larvas para que no se cree una superpoblación de mosquitos que acabe interaccionando con los humanos y transmitiendo el virus.



P. También hubo casos de dengue en Tarragona, y los dos últimos veranos han sido particularmente fuertes en Francia y el norte de Italia, ¿por qué son zonas más propicias?




R. Toda la cuenca mediterránea está muy expuesta a mosquitos transmisores de virus, solo hay que ver cómo el mosquito tigre (cuyo nombre científico es Aedes albopictus) ha llegado al sur de Europa. En 2023, París fumigó por primera vez sus calles para impedir que hubiera una escalada de casos de dengue. Este mosquito puede transmitir ese virus, y también el zika y el chikungunya. Hay otro mosquito, el Aedes aegypti, que puede transmitir las mismas enfermedades y también la fiebre amarilla. La clave está en las temperaturas. El mosquito tigre necesita entre unos 17 y 29 grados, y el Aedes aegypti, que transmite mejor, un poco más altas, hasta los 34 grados. Es decir, hay sitios en Europa donde estos mosquitos pueden sobrevivir fácilmente.




P. ¿La presencia de estos mosquitos ha provocado que estos virus se conviertan en endémicos, es decir, son enfermedades que se han establecido de forma fija en España?





R. Depende. El virus del Nilo Occidental sí, ya es endémico, porque se empieza a ver durante todo el año y en distintos animales, como pájaros, que actúan como reservorios principales del virus. El del dengue o el del zika no, pero si no ponemos ningún tipo de medida preventiva, haremos que acaben siendo endémicos en Europa. Lo que sí hay son casos de transmisión autóctona, es decir, gente que no ha viajado a ningún país tropical y se están contagiando. Como los mosquitos ya están establecidos aquí, si tú viajas a un país donde hay dengue, zika o chikungunya, te infectas y vuelves a Europa, puedes iniciar un ciclo de transmisión autóctona si otro mosquito te pica y después transmite la enfermedad.




P. ¿Qué habría que hacer para que en España y Europa esos virus no se conviertan en endémicos?





R. Sobre todo, tener mucho control de los mosquitos, poniendo trampas para poder determinar el tipo y cantidad, así como con campañas de fumigación y de control de larvas en invierno y a principios de primavera. También hay que formar a los sanitarios para que puedan reconocer los síntomas de estas enfermedades y concienciar a los ciudadanos. Y, por supuesto, hay que invertir más en ciencia en enfermedades virales emergentes. En España también está la iniciativa de Mosquito Alert, una plataforma de colaboración ciudadana para que la gente pueda compartir información sobre los mosquitos con los que se encuentra en su entorno. Así se pueden rastrear, localizar los puntos calientes y saber qué tipos hay.




P. ¿Qué más podemos aportar los ciudadanos para prevenir y para cuidarnos?





R. Hay que tener mucho cuidado con la acumulación de agua y cubrir o vaciar todos esos recipientes donde se puede estancar, como las macetas o las ruedas de los coches, porque es a donde van los mosquitos y donde las larvas pueden crecer. En países de Latinoamérica y el sudeste asiático lo tienen muy interiorizado. Estuve en Guatemala y nada más entrar a los cementerios hay un aviso. Nosotros todavía no somos tan conscientes. Cubrirse el cuerpo, llevar ropa de colores más claros y poner mosquiteras en casa son otras cosas que tenemos que empezar a hacer.




P. En zonas donde estos mosquitos son autóctonos, ¿puede que una opción sea eliminar estas especies?





R. Esto de momento se está haciendo a pequeña escala, en sitios donde hay una gran prevalencia de virus para poder asegurar que no se descontrolen los sistemas sanitarios. Pero siempre que eliminas una especie hay que tener en cuenta cuáles son las consecuencias en la cadena trófica. Por ejemplo, se están liberando mosquitos genéticamente modificados para ser estériles, así las poblaciones se reducen y se controla la transmisión de virus. Otra cosa que se está haciendo en sitios como Indonesia o Australia es introducir en los mosquitos una bacteria que se llama Wolbachia, que hace que el insecto ya no pueda albergar el virus.




P. Con todas estas medidas, ¿está mejorando el contagio de estas enfermedades?





R. No, con el cambio climático está empeorando. Estamos viviendo una epidemia de dengue brutal, la peor. En Europa no tenemos el nivel de casos de Latinoamérica, como en Argentina o en Brasil, donde hay millones, pero es algo que aquí antes no estaba ocurriendo y ahora sí, y además viajamos más. Todavía podemos hacer algo, pero igual dentro de 10 años esto se ha desbocado.





P. Si no podemos controlar a los mosquitos transmisores de estos virus, ¿es posible crear una vacuna?





R. Con el dengue es muy complicado, porque tiene cuatro serotipos (es el mismo virus, pero con ciertas diferencias). Si te infectas con dengue de un tipo, la primera reacción no suele ser mala. Creas anticuerpos y si un mosquito te vuelve a transmitir el mismo tipo, igual no te pasa nada. Pero si te toca otro tipo, los síntomas son peores porque utiliza los anticuerpos como una especie de amplificador. Esto es muy problemático para la creación de vacunas, necesitas una que proteja los cuatro tipos por igual porque, si no, puedes descompensar y crear un problema mayor. Esto pasó con la vacuna Dengvaxia de Sanofi Pasteur. El zika también interacciona mucho con el dengue, entonces muchos expertos creen que habría que hacer una vacuna frente a los cuatro tipos de dengue y zika, y esto es más complicado todavía.




P. Lamentablemente, el zika se hizo muy famoso en 2015 cuando empezaron a nacer niños con microcefalia en Brasil en los que se encontró ARN del virus. Ya hace 10 años de eso, ¿qué pasó?





R. Al principio nadie sabía por qué y luego se asoció a que las madres durante el embarazo se habían contagiado con zika, el virus había pasado al feto, había infectado su cerebro y le había impedido desarrollarse. Esto es como la punta del iceberg: la microcefalia es lo máximo que puede pasar, pero se ha visto que hay muchos niños que nacieron aparentemente con la cabeza con un volumen normal que también han tenido problemas de desarrollo. Hay muchos niños que son ciegos, sordos, tienen un retraso motor o de desarrollo mental por el virus del zika. Esto es un horror, y encima en comunidades muy pobres donde las madres tienen que dejar de trabajar para cuidarles. También hubo un gran pico de abortos ilegales en Sudamérica en esa época y llegó a ser una de las causas de muerte más común para mujeres. Estamos hablando de comunidades donde además hay mucha violencia sexual contra ellas, que en muchos casos no pueden elegir quedarse embarazadas. Este virus tiene una problemática social. Ahora hay menos casos y mucha gente dejó de investigar el zika, pero vendrá la próxima epidemia, y por eso estamos trabajando en ello.




P. ¿Cómo lo están haciendo?





R. Una de las investigadoras postdoctorales de mi equipo desarrolla modelos muy sofisticados para estudiar la neuropatología del virus. Hace organoides de cerebro, como si recrearas un cerebro muy pequeñito, diminuto, en una placa de Petri que se puede mantener hasta un año en cultivo. Así puedes estudiar qué pasa en los distintos estadios de gestación del cerebro de un feto si se infecta con zika. Queremos comparar los resultados si se hace con zika americano y con zika africano, que ahora mismo solo circula en África. Se pensaba que este no hacía nada, porque no se ha observado que cause microcefalia ni problemas en los niños, pero lo que hemos visto es que en realidad es mucho más agresivo con las células. Nuestra hipótesis de trabajo es que si te infectas con él estando embarazada, lo que te provoca es un aborto, mientras que el zika americano permite la supervivencia del feto, pero con déficit y problemas.




P. ¿Puede esta investigación utilizarse para estudiar otros flavivirus?





R. Sí, queremos desarrollar estos modelos de forma muy sistemática, con técnicas novedosas de neurotropismo y patogénesis, para utilizarlos en otros virus que también infectan al cerebro, como el virus del Nilo, que ha sido mucho menos investigado en este aspecto.





P. La pregunta que es obligatorio hacer desde hace dos años: ¿tiene sentido utilizar inteligencia artificial (IA) para investigar en este tipo de virus?





R. Creo que la IA sí se puede utilizar mucho para modelos de predicción epidemiológica, para estudiar los mosquitos, qué tipo de temperatura y humedad les gusta, qué lugares prefieren… Para entrenar esos modelos hacen falta muchos datos, y en temas de flavivirus los hay porque siempre ha existido mucha colaboración con países más en vías de desarrollo. Por ejemplo, el Instituto Pasteur en París tiene muchas deslocalizaciones en África y Latinoamérica.




P. Hablando de colaboración, usted es una de las fundadoras de la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido, con la que tratan de promover la comunicación entre la comunidad de investigadores españoles del Reino Unido. Se cumplen cinco años del Brexit, ¿les ha puesto las cosas más difíciles?




R. En el plano científico creo que ha sido desastroso. Durante unos años se ha perdido el acceso a financiación europea, los presupuestos se redujeron para muchos investigadores y ahora necesitas un visado para poder trabajar aquí. Los trámites son mucho más complicados y hay muchas universidades que no suelen pagar estas visas, así que tienes que hacer un desembolso de miles de libras tú. Es una pena, porque era un hub global de atracción de talento.




P. ¿Se plantea volver a España?





R. Yo creo que si le preguntas a cualquiera que esté aquí: “En las mismas condiciones que tienes ahora, ¿te irías mañana a Madrid?”, te diría, “me cojo el primer vuelo”. Pero hoy por hoy todavía no es la situación. Pese al Brexit, creo que el papel del investigador sigue estando mejor considerado en Reino Unido y es más fácil montar tu propio grupo de investigación. Soy optimista y creo que algún día cambiará. Sigo esperando que después de la pandemia de coronavirus se hayan dado cuenta de que, o invertimos en ciencia, o estamos vendidos. Porque llegará otra pandemia y no habremos hecho nada.


El fantasma del Blog
Gaza: Occidente no se entera de nada




El Sur Global ve a Israel como una potencia subrogada de Occidente que destruye cuerpos morenos, como en tiempos coloniales. Los grandes medios occidentales, que acusan a Putin de barbarie pero no aplican el mismo rasero con Netanyahu, no comprenden lo que está pasando en el resto del mundo





Pankaj Mishra
06 OCT 2024 - 05:30 CEST






“En el principio fue la prensa y después apareció el mundo”, escribió Karl Kraus en 1921. La alusión bíblica no era una floritura retórica. En una era apocalíptica, el escritor austriaco —seguramente el primer gran analista de los medios de comunicación— tenía motivos para creer que el periodismo había dejado de ser un filtro neutral entre la imaginación popular y el mundo exterior y había decidido construir una nueva realidad.




Kraus había refinado su crítica durante la I Guerra Mundial, cuando empezó a culpar a los periódicos de estar agravando el desastre sobre el que debían informar. “¿Cómo es posible que se esté empujando al mundo hacia la guerra?”, preguntaba; en su opinión, el origen de la guerra fundacional del siglo XX estaba en el hundimiento de las facultades cognitivas e imaginativas en todo el continente que había provocado la prensa y que facilitó que las naciones europeas cayeran en la trampa de una guerra que no supieron prever ni detener. “Gracias a décadas de práctica”, escribió, “[el periodista] ha creado en la humanidad tal falta de imaginación que es capaz de enzarzarse en una guerra de exterminio contra sí misma”.




Puede parecer fácil despreciar, desde nuestra perspectiva privilegiada y bien informada, el mundo provinciano de las publicaciones periódicas vienesas contra las que despotricaba Kraus. Sin embargo, ahora que se extienden, imparables, unas guerras encarnizadas en Europa y Oriente Próximo que amenazan con convertirse en conflagraciones más amplias y están desgarrando el tejido de varias sociedades, la crítica de Kraus al cuarto poder, el llamado pilar de la democracia, no solo es más pertinente, sino que resuena como un análisis general de la decadencia de las instituciones democráticas en Occidente.




La fragilidad innata de esas instituciones la vieron hace mucho tiempo los súbditos asiáticos y africanos de los colonialistas europeos. Mohandas “Mahatma” Gandhi, para quien la democracia era literalmente el gobierno del pueblo, insistía en que, en Occidente, era pura teoría. No podía ser una realidad mientras “persista el inmenso abismo entre los ricos y los millones de personas hambrientas” y los votantes “se dejen guiar por sus periódicos, tantas veces deshonestos”.




Hoy, una evaluación así de contundente llegaría a la conclusión de que la deshonestidad de gran parte de los medios digitales que trafican con bulos y teorías de la conspiración es sistemática.


La prensa tradicional, que suele estar en manos de grandes magnates, mantiene su pretensión de tener una responsabilidad política y ética, de ser una luz en esa oscuridad en la que supuestamente muere la democracia.


Pero las pruebas de su ineptitud e incluso su carácter corrupto no han hecho más que acumularse de forma siniestra en las tres décadas que llevo dedicado al periodismo
.




Mi carrera como escritor de literatura de no ficción empezó en serio con la guerra contra el terrorismo, la guerra fundacional de nuestro propio siglo, que asoló grandes partes de Asia y África y vació las libertades civiles en Occidente para, al final, terminar con la humillante retirada occidental de Afganistán en 2021. A principios de 2001 viajé a Afganistán y Pakistán por encargo de Granta y The New York Review of Books. Los largos artículos que escribí basándome en esos viajes aparecieron justo después del 11 de septiembre, por lo que, en los medios de comunicación estadounidenses y europeos, muchos consideraron que era un “experto en terrorismo”.




No rechacé esta etiqueta tan absurda con la vehemencia que debería haber tenido. En aquella época había muy pocos escritores de origen no occidental en la prensa angloamericana; las páginas de opinión estaban llenas de diatribas intolerantes contra el islam y sentí el peso de tener cierta responsabilidad. Aunque la pueril pregunta de “¿por qué nos odian?” me producía rechazo, quería hacer todo lo posible para luchar contra la deshumanización de unas sociedades tan profundamente dañadas como Afganistán e Irak y la demonización de las minorías en Occidente.




Tuve que ver, incrédulo, cómo la BBC proyectaba en horario de máxima audiencia un documental sobre los efectos beneficiosos del Imperio Británico para el mundo entero. Cuando escribía para publicaciones occidentales, me sentía presionado para no apartarme demasiado de su consenso general: que la invasión simultánea de múltiples países era buena, justa y necesaria, concebida para liberar a su población, en especial a las mujeres, de unos opresores crueles y hacer avanzar la democracia.




Y no me quedó más remedio que observar con impotencia cómo los sectores más respetables de la prensa occidental no solo alentaban una guerra basada en la mentira, sino que además contribuían a racializarla. Hoy conocemos las fantasías de los nacionalistas de extrema derecha actuales, en las que un enemigo infrahumano de piel oscura, que devora animales domésticos, se dispone a destruir la civilización blanca occidental. Pero las teorías sobre la violencia ejercida contra esta némesis de tez oscura florecieron durante años en las publicaciones periódicas “de toda la vida” y los intelectuales progresistas.




“Es hora de pensar en la tortura”, proclamaba Newsweek unas semanas después del 11 de septiembre. “Una brutalidad selectiva”, recomendaba Time. Cuando la invasión de Irak estaba en marcha, The Atlantic expuso en un reportaje de portada las ventajas de la “tortura light”. En The New York Times Magazine , Michael Ignatieff instaba a los estadounidenses a asumir su destino imperial e invadir Irak; pero, además, este profesor de derechos humanos también definía cómo era posible someter a los cuerpos negros y morenos a “formas de privación del sueño” y “desorientación (como mantener a los prisioneros encapuchados) que causaran estrés”. La fecha de publicación del artículo fue inoportuna: justo cuando aparecieron las primeras fotos de prisioneros encapuchados de la cárcel de Abu Ghraib.




La impunidad con la que Israel ha asesinado a casi 200 escritores, académicos y periodistas en Gaza, después de prohibir la presencia de periodistas extranjeros en el lugar de las ejecuciones, se la concedieron sus amigos occidentales poco después del 11 de septiembre. En 2002, después de que Israel bombardeara y destruyera una emisora de radio en Cisjordania, Anne Applebaum, en la actualidad una destacada crítica de la “autocracia”, declaró que “los medios de comunicación oficiales de los palestinos son un blanco apropiado para la ira de Israel”. La “prohibición a los musulmanes” de Trump y las fantasías violentas de J. D. Vance nos escandalizan solo si nos olvidamos de que, en 2006, Martin Amis confesó en tono cómplice a un periodista de The Times su “clara necesidad” de decir cosas como esta: “La comunidad musulmana tendrá que sufrir hasta que ponga sus asuntos en orden. ¿Qué tipo de sufrimiento? Prohibirles viajar. Más adelante, deportaciones. Restringirles las libertades. Obligar a desnudarse, para cachearla, a cualquier persona que tenga aspecto de ser de Oriente Medio o Pakistán”.




Hoy en día, la opinión general es que la guerra contra el terrorismo fue un fracaso militar y geopolítico. Pero todavía no somos plenamente conscientes de que fue un inmenso fracaso intelectual y moral: un intento de los medios de comunicación y la clase política de Occidente de construir una realidad, que tuvo resultados catastróficos, pero consiguió integrar la crueldad y la mendacidad, a fondo y de forma duradera, en la vida pública. Y, en parte porque este desastre no se reconoció —los periodistas y escritores que promovían los falsos relatos y jaleaban la violencia a gran escala siguieron en sus puestos e incluso obtuvieron ascensos—, hoy volvemos a verlo en las informaciones que dan los medios de comunicación occidentales sobre la guerra de Israel contra Gaza: otra guerra que ha quemado en la hoguera todas las normas jurídicas y morales internacionales y que ha adormecido y pervertido las conciencias.





El historiador Omer Bartov ha señalado que Israel, con su aparente respuesta a un ataque terrorista de Hamás sin precedentes, quiso desde el principio “hacer inhabitable toda la Franja de Gaza y debilitar a su población hasta que muera o busque todas las formas posibles de huir del territorio”. Ahora, con las bombas de mil kilogramos que les proporciona Estados Unidos, los líderes israelíes de extrema derecha quieren militarizar aún más la ocupación de Cisjordania y Gaza, y provocar a sus enemigos, mediante actos de terrorismo en Líbano e Irán, para generalizar la guerra. Pero todas estas realidades innegables e incluso la aniquilación de Gaza, que, a diferencia de muchas otras atrocidades, vemos retransmitida en directo por sus autores y por sus víctimas, se ocultan e incluso se niegan cotidianamente en los principales medios de comunicación de Occidente.




Los palestinos y los árabes conocen desde hace décadas las numerosas líneas rojas ocultas que limitan el debate sobre la trayectoria de Israel. Mis propios intentos esporádicos de abordar el tema me han mostrado un pérfido régimen de represiones y prohibiciones en Occidente. Pero no solo se reprimen o se desoyen los puntos de vista no occidentales como el mío. Cada vez está más claro que los periodistas occidentales más destacados parecen haber decretado una receta general con la que tratan de proteger su retorcida lógica: que, como dijo Gideon Rachman, responsable de Opinión sobre política internacional de Financial Times, “la mejor forma de evitar una catástrofe humanitaria en Gaza es apoyar a Israel”.




En llamativo contraste con la identificación inequívoca de la barbarie rusa en Ucrania, el modo verbal preferido en las noticias occidentales sobre las atrocidades israelíes es la voz pasiva, que dificulta saber quién hace qué a quién y en qué circunstancias. (“La solitaria muerte de un hombre de Gaza con síndrome de Down”, decía el primer titular de un reportaje de la BBC sobre unos soldados israelíes que soltaron un perro de ataque contra un palestino con discapacidad y luego lo dejaron morir). El reportaje de The New York Times sobre un siniestro hito, la matanza de 30.000 palestinos —en su inmensa mayoría mujeres y niños— a manos de Israel, se titulaba Vidas acabadas en Gaza. Otro reportaje más reciente de Associated Press sobre la política del hambre impuesta por Israel se titula Un bebé palestino de 10 meses dejó de gatear de repente. La polio había llegado a Gaza.





Los periodistas y el propio presidente de Estados Unidos dieron protagonismo a unas informaciones no confirmadas, y que finalmente resultaron falsas, sobre bebés israelíes decapitados. Mientras tanto, todos guardan silencio a propósito de múltiples informaciones corroboradas sobre violaciones y torturas en las cárceles israelíes. Un artículo en The Atlantic, revista hoy dirigida por un antiguo miembro de las Fuerzas de Defensa israelíes que difundió un famoso informe falso sobre Irak, se atrevió a afirmar, incluso después del asesinato de miles de niños en Gaza, que “es posible matar niños legalmente”.




Desde luego, el relato de los medios de comunicación occidentales sobre la “defensa propia” de Israel es una muestra más de la drástica discrepancia entre lo que dicen los principales periodistas de Occidente y lo que los demás vemos que está pasando en el mundo. No puedo evitar una sensación de déjà vu ni dejar de hacerme una vieja pregunta: ¿aún es posible aumentar la capacidad cognitiva en el menguante ámbito del periodismo occidental, el reino encantado en el que he pasado provechosamente la mayor parte de mi vida?




Al fin y al cabo, vivimos en un mundo mucho más grande que el que habitaba Karl Kraus en la Viena de principios del siglo XX, con una variedad infinitamente mayor de experiencias y perspectivas. Hay mucha más diversidad demográfica en las redacciones de los periódicos y los medios de comunicación que cuando yo empecé a escribir. ¿Podrían evitarse las constantes debacles intelectuales y morales del periodismo cultivando un clima de opinión menos conformista y la apertura a experiencias y puntos de vista diferentes?




En las fantasías ultra, un enemigo de piel oscura devora mascotas y se dispone a destruir la civilización blanca






Tal vez, pero, para ello, el primer paso es ser conscientes de los formidables obstáculos que nos aguardan: vivimos en una época muy confusa, especialmente desconcertante para la generación de periodistas y comentaristas occidentales de más edad, que alcanzaron la madurez en las décadas posteriores al final de la Guerra Fría y la caída del comunismo, cuando la democracia y el capitalismo occidental parecían definir el futuro del mundo entero.




Hoy, todos los supuestos que han sustentado la política y el periodismo occidentales durante casi tres décadas yacen hechos añicos. Vivimos en un mundo en el que el futuro de la democracia no está garantizado ni siquiera en Europa y América, y mucho menos en la India. El capitalismo occidental ha creado demasiadas desigualdades y ahora está generando una reacción violenta. Los demagogos y los líderes despóticos están en pleno auge. Y lo más inquietante es que, tras un largo paréntesis, hay grandes partidos políticos, a ambos lados del Atlántico, que vuelven a exhibir explícitamente el nacionalismo blanco como ideología.




En una época de dificultades económicas generalizadas, los etnonacionalistas de Estados Unidos y el Reino Unido, como los de Alemania, Francia, Hungría, Polonia e Italia, comparten la hostilidad hacia los inmigrantes y atacan unas instituciones que consideran insuficientemente patrióticas o demasiado indulgentes con las minorías sexuales, étnicas y raciales. Este panorama tan sombrío puede extenderse más. Las principales ideologías económicas de crecimiento sin fin y prosperidad global se han topado con las restricciones medioambientales y la innovación tecnológica, además de sus propios límites, y parecen insostenibles.




Los responsables y redactores de las publicaciones más veneradas no se habían preparado mentalmente para el derrumbe de su ideología de la globalización capitalista ni para la rápida pérdida de poder, legitimidad y prestigio de Occidente.

Estaban demasiado aferrados, por origen nacional y de clase y por formación, a las tesis intelectuales desarrolladas durante su hegemonía total.

Estaban tan involucrados en los estertores de muerte del viejo mundo que ahora no pueden sentir las contracciones del nuevo que está naciendo.

Es más, les cuesta comprender sus propias sociedades, que están cambiando drásticamente a su alrededor; se obsesionan con cosas que no son más que meros síntomas de un consenso social roto, como las “guerras culturales”, y acaban extrayendo con dificultad el significado de abstracciones como “populismo”, “retroceso democrático” y “crisis del liberalismo”.








Otro problema, más grave, es que las élites intelectuales y políticas de Occidente cuentan con muy pocos medios para comprender —y mucho menos para explicar— el resto del mundo.

Los periodistas de los grandes medios intentan plasmar la velocidad y la magnitud de la transformación histórica actual —el ascenso del sur global— mediante análisis cuantitativos.

Presentan datos estadísticos sobre la importancia creciente de China en el comercio exterior y el volumen cada vez mayor de las economías de la India, Brasil e Indonesia.





Pero estos datos y estas cifras no son más que pequeñas ondas en el aluvión de cambios mundiales que está barriendo todo lo que antes creíamos.





Vivimos en un mundo que difiere por completo, en todas sus variantes de mentalidad política, actitud emocional y estructura económica, del mundo de hace solo dos décadas . La historia siempre ha consistido en un choque entre distintos relatos en los que la gente desea reconocerse. El relato que escogemos sobre el pasado nos orienta hacia el mundo actual, nos ofrece un lugar y una identidad, y explica en líneas generales nuestros sentimientos sobre lo que es posible. El marco del periodismo occidental, muy utilizado, se construyó sobre los triunfos de Occidente: la derrota de los regímenes totalitarios en dos guerras mundiales, la contención de Alemania, Italia y Japón en la posguerra y la victoria sobre el comunismo en la Guerra Fría, seguida de la propagación mundial del capitalismo y la democracia occi­dentales. Esta experiencia excepcional de progreso en el Occidente de posguerra llevó a sus beneficiarios a hacer generalizaciones optimistas sobre los cambios en el resto del mundo y la capacidad de Occidente para dirigirlos.





Pero esta versión de la historia en la que les gustaba reconocerse a varias generaciones de periodistas occidentales choca ahora con otro relato mucho más amplio, resonante y convincente: el de la descolonización, el acontecimiento fundamental del siglo XX para la inmensa mayoría de la población humana.




La palabra se utilizó por primera vez para describir el proceso histórico que comenzó en los años cuarenta, cuando “las personas de piel oscura” (en expresión del sociólogo estadounidense W. E. B. Du Bois) de Asia y África empezaron a liberarse del poder occidental directo e indirecto. Pero ahora se refiere a algo más que un simple traspaso del poder político y económico en la historia mundial. La descolonización es una forma abreviada de describir cómo numerosos pueblos no blancos, entre ellos muchos afroamericanos y grupos de población inmigrante en Occidente, se sitúan en un continuo histórico más largo, ven su pasado y miden sus posibilidades para el futuro.




Es indudable que, si hay un marco analítico capaz de explicar una gran variedad de fenómenos nacionales e internacionales —desde el auge del nacionalismo chino y la extrema derecha en Occidente hasta las guerras culturales en Europa y Norteamérica, los disturbios en las universidades estadounidenses a propósito de Gaza, las divisiones en PEN América o el hecho de que Kylie Jenner haya perdido casi un millón de seguidores en Instagram—, es el de la descolonización.




Ese es el motivo de que los líderes y comentaristas occidentales, en especial los que se dejaron absorber en exceso por la fantasía del fin de la historia después de 1989, tengan ahora el deber de reaccionar ante una dinámica histórica crucial —el reequilibrio del poder occidental construido a través del imperialismo— y, además, comprender las numerosas formas culturales y psicológicas de manifestarse ese reequilibrio.




Es una tarea muy difícil, sin duda. Porque no es fácil descubrir ni siquiera ciertos hechos esenciales de la historia mundial como el imperialismo y la descolonización: languidecen en la oscuridad, ocultos por los relatos monumentales sobre la civilización occidental que van de Platón a la OTAN. Recuerdo que, cuando, en los años noventa, empecé a publicar en Europa y Estados Unidos, todo escritor y periodista que se preciara solía decir que su país era heredero espiritual de la democracia ateniense, el individualismo renacentista y la racionalidad de la Ilustración.




Era posible leer millones de palabras sobre los méritos de la democracia y el liberalismo occidentales y los males del totalitarismo oriental, escritas por figuras intelectuales angloamericanas como Michael Ignatieff, Timothy Garton Ash, Martin Amis, Thomas Friedman y Anne Applebaum, sin encontrar ni un solo párrafo sobre las consecuencias de la esclavitud, el imperialismo y la descolonización. Parecían obsesionados con los crímenes de Hitler, Stalin y Mao, pero, para ser supuestamente unos internacionalistas liberales, no parecían tener en cuenta la historia occidental moderna de esclavitud en masa, expolio colonial y guerras genocidas contra los pueblos indígenas.




Esa ignorancia, en otro tiempo un lujo asequible, hoy sería fatal para la generación actual de periodistas y comentaristas: se encuentran con un orden mundial en el que la democracia y el liberalismo, o incluso la estabilidad política normal, han dejado de ser unas cosas que se pueden dar por sentadas. Se les exige que vean el mundo tal como es, sin la obligación de embellecer su propio bando que imponía la Guerra Fría. En cierto sentido, se ven obligados a trazar con precisión nuestro fragmentado paisaje geopolítico y cultural y a reconocer sus múltiples historias y geografías, además de la nueva constelación de fuerzas.




Esto significaría, en primer lugar, reconocer que el elemento que tenían en común las diversas luchas de los condenados de la tierra —y que ha sobrevivido a los fracasos poscoloniales de muchos Estados-nación— era la convicción de que el orden mundial no podía seguir apoyándose en el privilegio racial. Hoy, las historias y las visiones del mundo determinadas e incluso agresivas de los países de Asia, África y América Latina están poniendo completamente en tela de juicio las tesis tradicionales de Occidente. Se suponía que la historia había terminado con el triunfo del liberalismo y el capitalismo occidental. Sin embargo, en la actualidad, los miembros de una clase intelectual que está fuera de Occidente —un arquitecto en Yakarta, un médico en Kuala Lumpur, un abogado en Mumbai, un sociólogo en Estambul, un economista en Doha, un profesor en Lahore o un estudiante en Ciudad del Cabo— quieren articular sus propias experiencias, explorar sus propias historias y tradiciones.



Veo con impotencia a parte de la prensa alentando una guerra basada en la mentira y, además, contribuyendo a racializarla




Ven que los líderes, los políticos y los periodistas responsables de las calamitosas guerras de Occidente no han rendido cuentas todavía. También ven el gran contraste entre la generosa hospitalidad occidental para con los refugiados ucranianos y los muros y vallas que los países europeos y Estados Unidos construyen para mantener alejadas a las personas de piel oscura víctimas de sus propias guerras.




Recuerdan que Occidente no solo negó a los países más pobres la tecnología para fabricar sus propias vacunas durante una larga y devastadora pandemia, sino que acaparó vacunas que ya estaban caducadas. Este “apartheid de las vacunas” costó millones de vidas en Asia, África y Latinoamérica y volvió a confirmar, a juicio de muchos, que lo que quiere siempre Occidente es proteger sus intereses bajo el disfraz de una retórica universalista de democracia y derechos humanos.




Esta nueva conciencia se observa con gran claridad en el furioso rechazo del mundo no occidental a la violencia cometida por Israel y Occidente en Oriente Próximo. El antagonismo aparentemente irreconciliable entre israelíes y palestinos se perfila sobre una de las líneas divisorias más traicioneras de la historia moderna: la “línea del color”, calificada por W. E. B. Du Bois como el problema esencial de la política internacional: “La cuestión de hasta qué punto las diferencias raciales se convertirán a partir de ahora en la base para negar a más de la mitad del mundo el derecho a compartir en la medida de sus posibilidades las oportunidades y los privilegios de la civilización moderna”. La indignación se dispara entre las mayorías cuando una potencia subrogada de Occidente en Oriente Próximo demuestra con qué facilidad se pueden seguir capturando, quebrando y destruyendo los cuerpos negros y morenos al margen de todas las normas y leyes de la guerra.




Mucho antes de que estallara la guerra y de que las informaciones sobre ella se convirtieran en mentiras descaradas, las personas de ascendencia no occidental ya estaban exigiendo urgentemente la descolonización de los sistemas occidentales de conocimiento y un cambio en la imagen que tienen de sí mismos los antiguos imperios que impusieron la supremacía blanca. Eso quiere decir una transformación de las culturas públicas, desde la sustitución de topónimos, estatuas y fondos de museos hasta la modificación y corrección de los planes de estudios académicos, el periodismo y la retórica política.




Como es lógico, este cambio de imagen es inaceptable para muchos occidentales, cuya reacción es obstinarse en ideas fracasadas y tesis destrozadas y apresurarse a reforzar las estructuras de desigualdad que siempre los ha beneficiado. El nacionalismo blanco en la política actual ha empezado a tener una siniestra contrapartida en el ámbito cultural que trata de acabar con la diversidad intelectual, aunque de boquilla defienda el pluralismo demográfico.




Hemos visto actuar a este poder despótico en el intento de muchos miembros de la clase política, empresarial y mediática occi­dental de suprimir las investigaciones académicas y artísticas sobre el racismo y el imperialismo. Lo vemos ahora en la represión de las discrepancias políticas. Tenía previsto dar una conferencia sobre Israel, Gaza y Occidente para la London Review of Books, pero los organizadores, del Barbican Centre de Londres, decidieron anularla para evitar problemas. Al llegar a Canadá he descubierto más casos de personas que intentan resistirse a la despolitización forzosa de la literatura y las artes y se encuentran con que les hacen el vacío.




En 2018, The New York Times llamó a Wanda Nanibush “una de las voces más poderosas de la cultura indígena en el mundo del arte norteamericano”. El año pasado, de pronto, desapareció, después de varias publicaciones sobre Palestina en Instagram, un caso que evoca siniestros recuerdos de cómo se borraba de las fotografías incluso a las personas más poderosas en las sociedades totalitarias. Naomi Klein escribe que “las extraordinarias redadas, detenciones e incautaciones de bienes de los 11 de Indigo [un grupo pacifista que organizó una protesta en Toronto y que fue acusado de vandalismo y antisemitismo] constituyen un ataque a la libertad de expresión política que no había visto nunca en Canadá”. ¿Es pura coincidencia que el diario canadiense The Globe and Mail suprimiera todas las referencias a Israel de este discurso cuando me propuso publicar un extracto?




La escritora sudafricana Kagiso Lesego Molope preguntó en la gala del Writers’ Trust celebrada en Toronto hace unos meses: “Se acerca el momento en el que el mundo empezará a pedir perdón por lo que está ocurriendo, y entonces nos preguntarán: ¿para qué usasteis vuestro poder?”. Es una pregunta que tenemos que hacernos todas las personas y todas las instituciones. Pero muchos han adoptado, en el mejor de los casos, la postura de los delegados demócratas en la Convención de Chicago, que se taparon los oídos para no oír los nombres de los niños palestinos muertos mientras salían del centro de convenciones.




Porque, en el peor de los casos, hay una serie de instituciones occidentales —desde universidades de la Ivy League hasta cadenas públicas de televisión— que han tomado medidas claramente antidemocráticas y han infringido sus propios principios de libertad de conciencia y expresión. Ayer, la Universidad de California publicó en su página web una lista del armamento militar que necesita para librar una guerra contra sus estudiantes: la lista incluye 3.000 cartuchos de munición de pimienta, 500 cartuchos de munición de impacto de 40 milímetros, 12 drones y nueve lanzagranadas.




A finales de febrero escribí que asistimos a una especie de desmoronamiento del mundo libre. Desde entonces, las pruebas se acumulan a una velocidad siniestra. Quizá no debería sorprendernos. La incompetencia intelectual y la bajeza moral del cuarto poder quedaron diagnosticadas desde el momento en que Kraus advirtió contra “el suicidio intelectual de la humanidad por medio de su prensa”. Con la vista puesta en el futuro, en nuestra época, Gandhi predijo que era probable que incluso “los Estados que hoy en teoría son democráticos (…)se vuelvan claramente totalitarios”, porque un régimen en el que “los más débiles van al paredón” y “unos cuantos propietarios capitalistas” prosperan “no puede sostenerse más que por medio de la violencia, velada o incluso descarada”. Vaclav Havel, elogiado en Occidente por haber sido un “disidente” anticomunista, en realidad afirmaba en su ensayo Política y conciencia (1984) que los sistemas totalitarios de la Unión Soviética y Europa del Este representaban el futuro del mundo occidental; advertía contra el poder que actúa “al margen de toda conciencia, un poder arraigado en una ficción ideológica omnipresente que puede racionalizar cualquier cosa sin necesidad de rozar jamás la verdad”.




Observamos indefensos cómo Israel actúa al margen de toda conciencia y racionaliza un genocidio emitido en directo




Estamos destinados a ser observadores indefensos mientras una potencia que actúa al margen de toda conciencia y se basa en ficciones ideológicas es capaz de racionalizar hasta un genocidio retransmitido en directo. Desde luego, después de Gaza tengo todavía menos confianza en que sea posible recuperarnos de la era de la posverdad. Mis contribuciones al periodismo literario e intelectual durante tres décadas resultan hoy insignificantes, desproporcionadas en comparación con el reconocimiento y las recompensas materiales que he recibido.




Pero no tengo más remedio que reconocer que necesitamos con urgencia ideas nuevas para reexaminar nuestro pasado y trazar el rumbo que nos lleve desde el presente hasta un futuro habitable. Estoy convencido de que esas ideas saldrán de una nueva generación de escritores, artistas y periodistas. También sé que, a medida que se agrave nuestra policrisis —guerras inevitables, desastres climáticos y terremotos políticos—, el ansia de contar con una descripción fresca y justa del mundo será aún más irreprimible; y muchos de nosotros nos sentiremos obligados a satisfacerla.




Hay muchos escritores y periodistas que no nos acompañarán en esta tarea esencial: son los escritores, académicos y periodistas asesinados por las Fuerzas de Defensa de Israel. Me parece increíble que las ejecuciones extrajudiciales de nuestros colegas y la destrucción de escuelas, universidades y bibliotecas en Gaza sigan sin merecer una mención por parte de las comunidades literarias, académicas y periodísticas de Occidente. Cada vez parece más evidente que, como señaló Arundhati Roy, “lo único ético que pueden hacer los palestinos, por lo visto, es morir. Lo único legal que podemos hacer los demás es verlos morir. Y guardar silencio. Si no, ponemos en peligro becas, subvenciones, sueldos y medios de vida”.




Hoy debo unirme a quienes intentan romper los inhumanos grilletes que nos atenazan la mente y el alma. Dedico este premio a la memoria de los escritores asesinados en Gaza. Ya he dado gran parte del dinero que lo acompaña, y daré el resto, a escritores y periodistas de Palestina. Gracias.




Pankaj Mishra (Jhansi, la India, 1969) es escritor. Su último ensayo es Fanáticos insulsos (2020). El año que viene publicará The World After Gaza (el mundo después de Gaza, Galaxia Gutenberg). Texto del discurso pronunciado por Pankaj Mishra, galardonado con el Weston International Award, en el Royal Museum de Ontario (Canadá), el 16 de septiembre.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.



Este dio en el clavo

Y el caso es que en esta Expedicion a la Caldera de Luba alguien lo vio venir en el 2005









El discurso que no se pudo escuchar en el campo de concentración de Buchenwald



El filósofo israelo-alemán Omri Boehm, nieto de un superviviente del Holocausto y crítico con Netanyahu, iba a pronunciar un discurso en el 80º aniversario de la liberación de Buchenwald. Pero su participación fue cancelada por las presiones de la Embajada israelí en Berlín, según ‘Der Spiegel’. Ofrecemos íntegra su intervención





Omri Boehm
13 ABR 2025 - 05:30 CEST



El historiador judío-estadounidense Yosef Hayim Yerushalmi fue uno de los más profundos conocedores de la historia de la memoria judía. Su obra más destacada, Zakhor, que se publicó en alemán en 1988 con el título Zachor-¡Recuerda!, termina con una pregunta: “¿Y si lo contrario del olvido no fuera el recuerdo, sino la justicia?”. El propio Yerushalmi nunca respondió a la pregunta hasta su muerte en 2009, ni se molestó en explicar lo que quería decir con ella. Y, sin embargo, constituye un buen punto de partida para reflexionar sobre el significado y la fuerza del recuerdo en un momento en que ese recuerdo se enfrenta a nuevos e intolerables desafíos.




Según Yerushalmi, la tradición judía distingue claramente entre la historia y la memoria. La historia se escribe en tercera persona, y su objetivo es transmitir conocimientos fácticos sobre el pasado. La memoria, en cambio, solo puede contarse en primera persona, ya sea singular o plural; y no es puramente objetiva ni estrictamente descriptiva, sino que nos interpela, nos insta a actuar. La diferencia fundamental es, por tanto, que mientras la historia trata realmente del pasado, el recuerdo en realidad se orienta hacia el presente y el futuro. Y esa es también la razón por la que es posible recordar y, sin embargo, olvidar. En otras palabras, lo contrario del olvido no es solo conocer el pasado, sino también acatar en el futuro las obligaciones que nos impone dicho pasado.




El objetivo moral más elevado




Esta constatación nos permite resolver una contradicción que parece constituir la esencia de la vida y del pensamiento judíos. Por un lado, el judaísmo se caracteriza por ocuparse intensamente de la memoria; por otro, constituye una tradición profética que se interesa principalmente por el futuro o incluso por la utopía y el ideal. Y no es ninguna contradicción, ya que cuando los profetas exhortan una y otra vez “¡recuerda!”, ¡zakhor!, en realidad quieren que no olvidemos nunca que solo podremos honrar el pasado si buscamos la justicia en el futuro.



Pero me gustaría ir más lejos en esta argumentación porque, en mi opinión, las reflexiones de Yerushalmi a este respecto no son más que el comienzo. El objetivo más elevado que nos marcan los profetas, de hecho, no es la justicia, sino la paz. Martin Buber, por ejemplo, lo vio claramente. Pero fue Hermann Cohen quien lo expresó de manera más rotunda, cuando explicó que la justicia no puede ser el objetivo moral más elevado, porque depende de la ponderación y valoración, y, por tanto, es en sí incompleta y sesgada. La paz, por el contrario, representa en la tradición judía lo que para los griegos era la armonía: la perfección, el todo. La palabra shalem en hebreo significa “completo”, y es el origen de la palabra hebrea para paz: Shalom. La paz viene a completar la justicia universalizándola. ¿Es posible entonces que lo contrario del olvido no sea ni el recuerdo ni la justicia, sino la paz?




Al hacer estas reflexiones, Cohen no solo se basaba en los profetas, sino también en el ideal fundamental de la Ilustración, al que Kant dedicó su obra más influyente: Sobre la paz perpetua. Frente a la doctrina de Heráclito según la cual “la guerra es el padre de todas las cosas” (que desde siempre convence a todos los que se consideran “realistas”), los profetas hebreos y Kant plantean una alternativa radical: para ellos, el origen de las relaciones humanas, de la política humana y del derecho humano no es la supuesta necesidad de la guerra, sino el ideal de la paz.



Kant, al igual que los profetas que le precedieron, era perfectamente consciente de que la realidad de nuestro mundo es brutal. Pero esa era precisamente la cuestión. Lo que él quería decir era que, en medio de esa brutalidad o, como él mismo escribió, “esa barbarie”, debemos someternos a leyes cuyo ideal sea la paz, porque solo así conseguiremos que esta siga siendo posible a pesar de todo. Según la advertencia de Kant, el destino de una humanidad que no se mantenga fiel al ideal de la paz será inevitablemente la destrucción.



Cuando hoy recordamos los horrores de Buchenwald, cuando rememoramos las insoportables imágenes tomadas cuando el campo fue liberado por las tropas estadounidenses, y cuando miramos a los ojos de los últimos supervivientes que aún están con nosotros, algunos de los cuales podían verse precisamente en esas imágenes, me vienen invariablemente a la memoria la advertencia de Kant y las enseñanzas de los profetas. ¿Podremos evitar el olvido si el recuerdo no va acompañado de un compromiso ineludible con la paz?



Existen, por supuesto, otras tradiciones judías del recuerdo contrapuestas a esto. Una tradición alternativa comienza con una exigencia que actualmente nos resulta sumamente familiar: “Recuerda (zakhor) lo que te hizo Amalec” y “arrasa su semilla”. Esa tradición o la paz. ¿Por cuál nos decantaremos? ¿Y a qué precio?




Deshumanización total






Sobre la paz perpetua se publicó en 1795 y parecía completamente utópica en vida de Kant. “Algo bueno en teoría, pero imposible en la práctica” fue ya por aquel entonces el comentario habitual de sus oponentes “realistas”. Sin embargo, las ideas fundamentales de ese texto se incorporaron al derecho internacional después de la Segunda Guerra Mundial en reacción a la devastación de la guerra y a las imágenes de los campos de concentración.



En las fotografías procedentes de Buchenwald (y de Auschwitz, Treblinka, Bergen-Belsen y tantos otros lugares), la humanidad se miró al espejo y constató que no solo estaba implicada en una guerra desalmada y en un genocidio. El antisemitismo fanático que había llevado a la Alemania nazi a intentar exterminar sistemáticamente a los judíos era también un ataque al concepto mismo de la dignidad humana.



Ese concepto no era nuevo ni siquiera entonces, pero por fin a través de esas imágenes fue reconocido como la base central de nuestra vida en común sobre la tierra y, algo que a menudo se pasa por alto, fue incluido por primera vez en las constituciones de los Estados y en los convenios internacionales. El mérito de documentos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos o la Ley Fundamental alemana reside en que dejan claro que el Estado de derecho y el derecho internacional no son convenciones arbitrarias, sino que se basan en una obligación moral.




Tras los horrores acontecidos en Buchenwald y en otros lugares, una noción hasta entonces meramente utópica pasó a ser la idea central de una nueva tendencia: garantizar la protección por parte del Estado de las personas en tanto que ciudadanos, pero también protegerlos frente a sus Estados, incluso aunque no fueran ciudadanos, como fue el caso de los judíos en Buchenwald. Es decir, que al incorporar la dignidad de las personas al derecho, la humanidad se negó a reconocer la guerra, la máxima contradicción de cualquier ideal, como el origen de todas las cosas. En su lugar, optó por inscribir un gran “nunca más” en la existencia humana al derivar la fuerza vinculante de nuestras leyes de los ideales de dignidad y paz, considerándolos la máxima expresión de nuestro compromiso con el futuro en función de nuestro compromiso con el pasado.



En ocasiones se dice que la afirmación “nunca más” admitiría dos formulaciones diferentes: una es simplemente “nunca más”; la otra es, en vista del antisemitismo genocida que condujo a la solución final, “nunca más para nosotros”. Según esta última, la tarea futura consiste en garantizar que los judíos nunca vuelvan a correr el peligro de ser aniquilados. Pero ha llegado el momento de abandonar esta distinción.



La afirmación “nunca más” solo es válida en su acepción universal, y solo así podrá estar a la altura de su formulación particular; sobre todo, porque un mundo en el que los judíos sean los únicos en sustraerse a la guerra de exterminio que sufrieron en el pasado será un mundo en el que no estarán a salvo de otras guerras de exterminio. Un mundo en el que puedan repetirse los horrores de Buchenwald es un mundo en el que esos horrores podrán reproducirse en cualquier parte, y afectar una vez más a los judíos; sobre todo, teniendo en cuenta que el antisemitismo está lejos de haber desaparecido.



Solo si la comunidad internacional se compromete a descartar para siempre la posibilidad de que estallen guerras ilimitadas, podremos asegurarnos de que no vuelvan a producirse esos crímenes. Hoy en día, cuando se habla de la brutal masacre del 7 de octubre, en ocasiones la gente exclama “¡nunca más!”. Otros observan la destrucción y el hambre reinantes en Gaza, y dicen lo mismo. Si la intención en ambos casos es establecer un paralelismo con el Holocausto, ambas afirmaciones son engañosas.



Y sin embargo, en ambas hay algo de verdad.


Por un lado, porque ambas señalan el hecho estremecedor de que en dos ocasiones no se logró evitar la completa deshumanización de las sociedades;


y por otro, porque ambas revelan que la comunidad internacional, dividida como está por sus diversas alianzas, aun así coincide en su voluntad de tolerar, y a veces incluso justificar, unos crímenes deshumanizantes, que a su vez socavan la posibilidad de la paz.


Solo una comunidad internacional que rechazara estos hechos sería una comunidad verdaderamente comprometida para que nunca volviera a haber un Buchenwald.




No es exagerado decir que hoy, en el 80º aniversario de la liberación de Buchenwald, el mundo entra en una nueva era. Los Estados Unidos, que liberaron este campo, iniciaron entonces una larga alianza democrática y liberal con Europa. Hoy, ese mismo país está dando la espalda a sus aliados liberales europeos, así como al Estado de derecho y al derecho internacional, mientras Vladímir Putin libra una brutal guerra de agresión contra Ucrania. Esto, a su vez, obliga a la UE a convertirse en una gran potencia militar para poder asumir su propia protección.



Y mientras esto ocurre, los populistas de derechas disfrutan de un respaldo sin precedentes entre la población de todo el viejo continente, y aúnan fuerzas con grupos afines a escala mundial. Estos grupos europeos no son especialmente peligrosos porque nieguen sus raíces fascistas y antisemitas, sino por el hecho de pretender ser quienes realmente asumen la responsabilidad del pasado. Y lo hacen llevando además muy a gala su desprecio por el Estado de derecho, el derecho internacional y la Ilustración europea.



Deberíamos advertir en voz alta contra el peligro que supone esa gente, pero sin olvidarnos de hacer autoexamen, para que desde la izquierda democrática, la derecha democrática y el centro democrático podamos estar absolutamente seguros de ser una auténtica alternativa en la lucha conjunta contra esas tendencias; una alternativa inequívocamente comprometida con el Estado de derecho y el derecho internacional; una alternativa que entienda por qué debemos resistir la tentación que emana de las doctrinas neorrealistas de tachar la dignidad humana y la paz de nobles falacias ingenuas y de pedir que se amplíe el poder de Europa a costa del Estado de derecho.



Esas doctrinas nos llevarán rápidamente del “nunca más” al “otra vez”. Tampoco sería estrictamente realista ignorar las guerras de exterminio de las que nos protegen ideales tales como la dignidad humana y la paz. Por estos motivos, hoy nos toca recordar Buchenwald. Pero eso no basta. También debemos asegurarnos de no olvidar nunca.



Omri Boehm (Gilon, Israel, 1979) es filósofo y autor de Universalismo radical. Más allá de la identidad (Taurus, 2025).

Con traducción de Ana Hernanz.





El fantasma del Blog
Maram Kairé, astrónomo senegalés: “El desarrollo del continente africano pasará por el sector espacial”



El director de la Agencia Senegalesa de Estudios Espaciales acaba de liderar el lanzamiento del primer nanosatélite senegalés al espacio





Laura Feal
Dakar (Senegal)
09 FEB 2025 - 05:30 CET




Maram Kairé (Dakar, 46 años) es protagonista del documental Star Chasers of Senegal (Cazadores de estrellas de Senegal). Y su vida también podría ser de película. Acaba de lanzar el primer nanosatélite senegalés al espacio, un asteroide lleva su nombre, ha liderado tres misiones para la NASA y promueve un bus espacial que recorre pueblos de Senegal enseñando estrellas. Habla de astronomía con pasión, la misma que sintió cuando con ocho años descubrió que había personas que iban al espacio. Ingeniero de formación, pero astrónomo autodidacta, Kairé es el director de la Agencia Senegalesa de Estudios Espaciales (ASES) desde su fundación en 2023.




Pregunta. ¿Cómo nace su pasión por el espacio?





Respuesta. La primera noticia que tuve del espacio fue con la explosión del transbordador Challenger, en 1986. Vivíamos en un pueblo sin electricidad y mirábamos la televisión enganchada a la batería del coche de mi padre, solamente durante los telediarios. Con 12 años cogí en la biblioteca del colegio el libro Paciencia en el azul del cielo: la evolución cósmica, del astrofísico canadiense Hubert Reeves, y a partir de ese momento no dejé de mirar el cielo.




P. ¿Fue fácil seguir su sueño?





R. Yo tenía claro que quería dedicarme toda la vida a investigar el espacio. Cuando terminé el bachillerato me fui a Francia para estudiar en la universidad, pero mi padre no quería que estudiase astronomía. Su argumento era que con esa carrera no podría ejercer en Senegal y él quería que volviese. Así que opté por la informática de sistemas, con lo que contentaba a mi padre y podía acercarme al sector espacial. Al cabo de unos años volví a Senegal y trabajé de informático porque no había ni formación ni infraestructuras para el desarrollo de la astronomía. Así que me dediqué a educar y a crear esas infraestructuras, para que en el futuro los jóvenes que sueñen con las estrellas puedan quedarse en el país.




P. A su regreso, hizo divulgación científica con la Asociación Senegalesa para la Promoción de la Astronomía (ASPA). ¿Qué estrategias utilizaba con los niños y sus familias?





R. Desarrollamos un programa escolar, dos festivales, en Saint Louis y en Dakar, con varias ediciones, y un spacebus. Este último es un proyecto de caravana, que se retomará en abril de 2025 y que propone instalar unos “pueblos científicos” efímeros en 27 puntos de toda la geografía de Senegal con un equipo de más de 60 animadores. Es una gran campaña de promoción de la astronomía y la ciencia en general, que ha tenido réplica en Marruecos y Francia.




P. En la cultura popular senegalesa hay muchas creencias relacionadas con el cielo, las estrellas o la luna. ¿Cómo concilian ese saber tradicional con la ciencia moderna?





R. No entramos en oposición con los saberes locales. En el festival Saint-Louis bajo las estrellas, en 2009, instalamos telescopios en las playas de Guet Ndar. Allí, los pescadores nos explicaron cómo usan las estrellas para guiarse sin GPS y nosotros les enseñamos cómo leemos el mapa del cielo. Por otra parte, desde hace 15 años trabajamos con la Comisión de la Luna Creciente, un consejo de sabios que determina la aparición de la luna en el mes sagrado del Ramadán. Es algo muy sensible por lo que les trasladamos nuestros cálculos astronómicos, pero también les acompañamos a la costa en sus observaciones, poniendo en valor sus métodos.




P. Pese a que no es astrónomo de formación, ha sido designado por la NASA para colaboraciones de una gran responsabilidad en Senegal.





R. Después de no haber podido estudiar lo que quería, fue un sueño que la NASA contase conmigo para la coordinación de sus equipos. La primera misión fue en 2018 para la observación del objeto espacial más alejado del sistema solar, una roca detrás de Plutón, en el Cinturón de Kuiper. Después nos encargaron dos misiones más de observación de ocultaciones de asteroides troyanos del planeta Júpiter en el marco del lanzamiento de la sonda Lucy: Polymeles, en septiembre de 2020, y Orus, en octubre de 2021. Fueron acciones complejas que resolvimos con éxito y eso nos llevó a ganarnos la confianza de la NASA con quien seguimos colaborando. Es un orgullo que Senegal esté asociado a esas prestigiosas tareas que van en beneficio de toda la humanidad.




P. ¿Cómo es el otro Maram Kairé, el asteroide?




R. [Risas] Es muy oscuro y está escondido en algún lugar del cinturón de asteroides, tiene cinco kilómetros de diámetro y tarda cuatro años y medio en dar la vuelta al sol. El reconocimiento lo otorgó la Unión Astronómica Internacional. Es increíble pensar que el nombre de un senegalés va a perdurar grabado alrededor del sol milenios después de su existencia.




P. Desde su fundación en 2023 usted dirige la Agencia Senegalesa de Estudios Espaciales. ¿Cuáles son los desafíos políticos detrás de esta institución?





R. Un país en vías de desarrollo, como Senegal, presenta grandes exigencias como mejorar el acceso al agua, a la electricidad o a la salud para su población. Convencer al presidente de la prioridad de crear una agencia espacial no era fácil, pero nuestro trabajo de divulgación durante 16 años y con la NASA confirmó la importancia de posicionarnos en el sector espacial. La prioridad ahora es la transferencia de competencias y de tecnologías en los acuerdos que estamos firmando con Turquía, China, Estados Unidos o Francia.




P. El pasado agosto, se realizó el lanzamiento del primer nanosatélite senegalés, GaindeSat, concebido y realizado al 100% por ingenieros locales. ¿Cuál es su función?





R. GaindeSat [Gainde es león en wolof y es el símbolo de Senegal] reúne datos sobre los niveles de agua en el país. Esto reduce la dependencia de los grandes dispositivos de recursos humanos que había que desplegar en terreno, reduce fallos y multiplica el número de medidas que puedes tomar en un periodo de tiempo. Los datos son explotados por el Ministerio de Educación Superior.




P. ¿Cuáles son los próximos proyectos de la ASES?





R. Trabajamos en la construcción de nuestra primera constelación de satélites compuesto por tres unidades de dos nanosatélites cada una. Los dos primeros los estamos preparando con la empresa francesa Prométhé Earth Intelligence, cuyo lanzamiento esperamos que se pueda hacer en 2027. Pero para mí, lo verdaderamente importante es la construcción de un centro de ensamblaje de pruebas e integración de satélites para que los otros satélites de la constelación puedan fabricarse en Senegal.




P. El sector espacial es una prioridad para la Unión Africana, que inaugurará en abril la sede de la Agencia Espacial Africana (UA), en El Cairo. ¿Cuáles son las claves de esta carrera espacial?





R. Desde 2018 es una ambición para la UA desarrollar este sector estratégico. Casi la mitad de los países africanos cuentan con una agencia espacial. La de Senegal, creada en 2023, es la número 22, y otras como Costa de Marfil y Burkina Faso están en preparación. Se prevé que de aquí a 2030 haya 100 satélites lanzados desde el continente africano [actualmente hay 59 pertenecientes a 15 países]. Los africanos nos hemos dado cuenta de que todas las problemáticas que nos incumben tienen una posible respuesta espacial: teleeducación, telemedicina, agricultura inteligente y de precisión, seguimiento de ganaderías, seguridad de fronteras, vigilancia marítima, control de recursos naturales… El desarrollo del continente pasará inevitablemente por el dominio de las ciencias y las tecnologías y hoy en día el sector más interdisciplinario es el espacial. África ha entendido que hay que desarrollar una economía alrededor de lo espacial.




P. ¿Qué significa a nivel simbólico?





R. La soberanía tecnológica va de la mano de la soberanía en la toma de decisiones. Cuando los africanos tengamos el dominio tecnológico suficiente para controlar lo que pasa por encima de nuestras cabezas, crearemos relaciones de confianza. El sector espacial es colaborativo, trabajaremos con quienes tienen más avance, pero la relación deberá ser beneficiosa para todos y no crear dependencias.




P. Cuando se ve pasar una estrella fugaz se pide un deseo. ¿Cuál es el suyo cuando ocurre?





R. Hacer de Senegal una nación espacial.


El fantasma del Blog
Lukébakio: “La sangre del Congo corre por mis venas”



El delantero belga, máximo goleador del Sevilla, recuerda sus difíciles inicios antes de recibir este domingo al Barça




Rafael Pineda
Sevilla
09 FEB 2025 - 05:15 CET




Dodi Lukébakio atiende con una sonrisa en la ciudad deportiva Jesús Navas. Es el mejor futbolista del Sevilla, que recibe este domingo al Barcelona (21.00, DAZN) en un partido que puede definir si el equipo andaluz mira hacia arriba o hacia abajo en la tabla. Lukébakio es el máximo goleador del equipo con nueve tantos.




La historia de Lukébakio y el Sevilla se remonta al 23 de febrero de 2015. En un choque de la Youth League entre el Anderlecht y el Barcelona juvenil, su fútbol dejó impresionado a García Pimienta, entonces técnico azulgrana y quien ahora lo dirige en el club andaluz. A sus 19 años, Lukébakio era un joven prodigio. Un belga de origen congoleño, pues en el Congo nacieron sus padres, orgulloso de la multiculturalidad que se vive en la capital de Europa. “Yo soy producto de un país diverso y multicultural como Bélgica. En Bruselas conviven muchas nacionalidades y creo que esa combinación es buena porque nos da muchas ventajas. Hablo francés con mi mujer, aprendí holandés (en su variante flamenca) en el colegio, mis padres se expresan en mangala y sé inglés. Ahora estoy aprendiendo español. En la selección hablamos francés y flamenco, todos nos enriquecemos”, advierte Lukébakio, quien utiliza el español, el inglés y el francés en la charla.




Su herencia africana también está muy presente en el carácter y el físico de Lukébakio, un auténtico atleta. “Hay mucho de África en mí, claro. Hay aspectos de su cultura que se viven en mi familia. La sangre del Congo corre por mis venas y soy producto de una mezcla”, aclara. Una familia que le ayudó en lo que pudo en sus inicios. “Mi madre lo hizo todo por mí, pero no tenía coche, ni ella, ni mi padrastro. Por eso al principio fue algo complicado porque tenía que coger muchos autobuses y el metro para poder entrenar. Pero no me quejo demasiado, tuve una infancia feliz, con el fútbol siempre presente en mi vida. Todas esas cosas que tuve que superar me hicieron más fuerte”, aclara.



Fútbol, familia y religión son los tres pilares de la vida de Lukébakio. “Soy lo que soy gracias a Jesús. Hace ocho años lo descubrí y la religión (cristiana) es básica en mi vida. Sin la religión, mi vida no tendría sentido”, admite el delantero del Sevilla.



Entre la religión, la mezcla de culturas y un físico portentoso se ha ido forjando un futbolista que pasó por Anderlecht, Toulouse, Charleroi, Watford y Fortuna de Düsseldorf antes de triunfar, por fin, en el Hertha de Berlín. Cristiano Ronaldo fue siempre su referente. Tras un breve paso por el Wolfsburgo, donde jugó la Champions, el Sevilla lo fichó del Hertha en el verano de 2023 por 10 millones de euros. En Inglaterra afirmaban que le faltaba físico para la élite. “Era muy joven en aquella época y me costaba. He jugado en diversos países y he vivido distintos tipos de fútbol. Todo eso me ha ayudado a ser lo que ahora soy”, aclara.




Y ahora Lukébakio es feliz. “Estoy en el mejor momento de mi carrera, sin duda. Este año me están saliendo las cosas bien. Quiero mejorar mis estadísticas, pero siempre pensando en el bien del equipo. El Sevilla es un club muy grande y todos vamos a trabajar para devolverlo a donde se merece”, comenta Lukébakio, quien expone las razones por las que no triunfó el año pasado en el club andaluz. “Tuve lesiones y me perdí bastantes partidos. También, honestamente, la situación del club era muy difícil. Tuvimos tres entrenadores y eso es complicado. La dinámica este año es mucho mejor”.




Lukébakio no se preocupa por el futuro. “Ya se verá. Solo Dios lo sabe y ahora llevo al Sevilla en mi corazón”, asegura después de haber disputado una Eurocopa y un Mundial con Bélgica. Tras jugar un partido con el Congo, decidió formar parte de la selección belga, donde ha jugado ya 25 partidos y ha anotado dos goles. “No lo pensé profundamente, era joven y tenía problemas con mi pasaporte. Hubo gente enfadada con esta decisión. Pedí perdón, tampoco conocía el Congo. Luego he podido ir a ese país y es fantástico. Viajé con mi familia y disfruté de un país maravilloso”, aclara.
El fantasma del Blog
La batalla desde Asturias para recuperar el cuerpo de un rey senegalés que luchó contra la Francia colonial




La familia de Sihalébé Diatta, rey de la provincia senegalesa de Casamance, lleva diez años intentando que los restos de su antepasado, expuestos en un museo de París desde 1904, puedan volver a casa


'Los rehenes', cómo la historia colonial sigue siendo “un tabú” y una “cuestión de bandos”





El diario.es
Leticia Quintanal
Oviedo —
8 de febrero de 2025 22:33 h
Actualizado el 09/02/2025 05:30 h





Una operación quirúrgica hace diez años, en el por entonces recién estrenado Hospital Universitario Central de Asturias, fue lo que vinculó para siempre, aunque él aún no lo sabía, a Michelle Gaspard Diatta con el Principado.




Así fue como, una década después y ya con 29 años, este estudiante senegalés de la provincia de Casamance acaba en el campus de humanidades de la Universidad de Oviedo, estudiando el cuarto curso del Grado de Lenguas Modernas, donde conoce al profesor que da comienzo a un nuevo capítulo en la historia de su vida.




Fue en uno de los debates abiertos en la clase de 'Cultura de los países de habla francesa', abordando la restitución de objetos culturales, expoliados durante el período colonial al continente africano, donde Michelle se animó a contar la historia de su familia, algo que hasta entonces nunca antes había hecho, según nos explica su profesor, Vicente E. Montes.




“En ese momento supe que teníamos que ayudarle”, reconoce, para a continuación, poner el caso en conocimiento del grupo de innovación docente, África en el Milán, El Milán en África, que integra junto a otros profesores y profesoras de la universidad asturiana, procedentes de diferentes disciplinas.




Desde ese grupo se han puesto manos a la obra para echarle una mano a Michelle a la hora de prensentar el escrito que deben enviar al gobierno senegalés, explicando su solicitud, así como en la difusión de este caso para lograr que otras personas de Casamance, que en estos momentos puedan encontrarse en la diáspora, sepan de esta historia.




Para saber dónde comienza la historia de la familia Diatta hay que remontarse al siglo XV, cuando los exploradores portugueses llegaron a Casamance, una provincia del sur de Senegal y hogar del reino de Kasa, poblado, mayoritariamente, por la etnia 'diola'. Antes de ser devastados por el comercio de esclavos y la opresión colonial, los 'diolas' estaban organizados en estructuras descentralizadas: los reyes sacerdotes, encargados de los vastos arrozales, actuaban como guías espirituales y desempeñaban una función clave en la cohesión social de la región.




A pesar de ser comunidades de gran autonomía y resistencia a autoridades externas, 'diolas' y colonizadores portugueses consiguieron vivir pacíficamente durante tres siglos, quizás porque estos últimos, llegaron a entender y a respetar la idiosincrasia de este pueblo, que convertió a la provincia de Casamance en el centro comercial vital para el intercambio de alimentos, ganado, marfil, cuero, cera y oro.




Sin embargo, tras la guerra librada entre Portugal y Francia por la ocupación de este territorio, la firma de un convenio entre ambos países dio entrada al control francés de Casamance y a la progresiva salida de los portugueses, que habían permanecido en la provincia senegalesa durante casi cuatro siglos.




La situación con los franceses cambió radicalmente el día a día de Casamance, y el enfrentamiento con los 'diolas' fue inmediato y continuado, debido a la opresión que la nueva colonia ejercía sobre los 'diolas', a quienes intentaban someter de todas las formas. En esta situación, lo que intentaron los colonos fue recurrir a los jefes locales como intermediarios, pero estos, tampoco se dejaron doblegar.




A pesar de que en 1901 los franceses lograron fortalecer su control en la región, la resistencia de los diolas dio pruebas de firmeza durante todo el siglo XIX y principios del XX, siendo el rey Sihalébé Diatta y la reina Aline Sitoe Diatta dos figuras emblemáticas de la misma.




Según cuenta Michelle Diatta, fue gracias a las fuentes orales que la historia de este rey, su antepasado, fue transmitiéndose de generación en generación, hasta llegar a nuestros días. A pesar de que son muchos diolas los que desconocen la historia del rey que defendió Casamance de la colonia francesa, costándole, incluso, la vida.




Han sido estas mismas fuentes las que contaron cómo las primeras órdenes coloniales, que consistían en la entrega de siete toneladas de arroz (elemento sagrado para los diolas) destinadas a Francia, fueron sustituidas, por orden del rey Sihalébé, por siete toneladas de excrementos de vacas, para manifestar su desobediencia.




Esta respuesta, según cuenta Michelle Diatta, provocó el enfado de las autoridades francesas, que fueron a buscarle a su domicilio, si saber que él no estaría, ya que pasaba la mayor parte de su tiempo en el ´bosque sagrado'', pero amenazaron con matar a toda su familia, si no se entregaba.




Así fue capturado, muriendo 20 días después, ya que, según las costumbres diolas, los reyes no podían ser vistos ni comiendo ni bebiendo, algo que él se negó a hacer como manifiesto de rechazo al poder francés. El hecho de no haber ingerido alimento durante casi tres semanas despertó la curiosidad de los franceses, que decidieron estudiar ese cuerpo y para ello lo enviaron al Museo del Hombre, en París, donde permaneció como parte de la colección de restos humanos coloniales.



La tragedia de la colonización




El hecho de que el cadáver de Sihalébé Diatta permanezca desde 1904 en un museo parisino, no solo refleja la tragedia vivida por los pueblos africanos colonizados, sino también la falta de voluntad política de la República de Senegal por la conservación de la historia de figuras heroicas que hicieron frente a las imposiciones coloniales.




Y es que, tras el interés que Francia manifestó recientemente por devolver a África parte de su patrimonio, la familia Diatta envió una carta al por entonces presidente de Senegal, Macky Sall, solicitando la repatriación de los restos de Sihalébé Diatta, “por justicia histórica y cultural”, pero no han obtenido respuesta.




Mientras el Museo del Hombre de París afirma que no tiene inconveniente en devolver los restos solicitados, según explica Michelle, es necesaria la implicación del gobierno senegalés y que este solicite formalmente a su homólogo francés que Sihalébé Diatta pueda volver a Casamance.




Es en este proceso en el que, en estos momentos, se hallan Michelle y su familia, apoyados por el grupo África en el Milán, El Milán en África, de la Universidad de Oviedo y liderado por el profesor Montes.
El fantasma del Blog
L’Afrique du Sud dans le viseur de l’administration Trump





Après les critiques formulées par le président américain et Elon Musk contre Pretoria, le secrétaire d’Etat américain, Marco Rubio, a annoncé qu’il n’assisterait pas à une réunion prévue à Johannesburg dans le cadre du G20, dont l’Afrique du Sud assure la présidence.





Le Monde
Par Mathilde Boussion (Johannesburg, correspondance)
Publié le 07 février 2025 à 14h37



« Nous sommes, en tant que Sud-Africains, un peuple résilient. Et on ne se laissera pas intimider.  » Le président sud-africain, Cyril Ramaphosa, a affiché le visage de la fermeté face aux attaques américaines qui se multiplient contre l’Afrique du Sud, à l’occasion de son discours sur l’état de la nation, le 6 




La veille, le secrétaire d’Etat américain, Marco Rubio, avait annoncé sur la plateforme X qu’il ne prendrait part à une réunion des ministres des affaires étrangères prévue à Johannesburg dans le cadre du G20, dont l’Afrique du Sud assure la présidence : « L’Afrique du Sud fait des choses très mauvaises. Exproprier des propriétés privées. Utiliser le G20 pour promouvoir “la solidarité, l’équité et la durabilité” ». En d’autres termes : « DEI [les politiques de diversité et d’inclusion] et le changement climatique », a déclaré Marco Rubio, accusant le pays d’ « antiaméricanisme ».





La nouvelle charge confirme que l’Afrique du Sud est dans le viseur de l’administration Trump, quelques jours après les attaques du président américain et d’Elon Musk qui ont accusé le pays de « confisquer des terres » et de promouvoir des « lois racistes » au préjudice de la population blanche. Le sénateur républicain Ted Cruz lui a également reproché de « faire tout son possible pour s’aliéner les Etats-Unis » après une demande du gouvernement sud-africain à Taïwan de déménager sa délégation hors de sa capitale Pretoria.



« Il devient clair que les Etats-Unis sont disposés à adopter des mesures punitives contre l’Afrique du Sud en rétorsion contre ses positions adoptées par le passé en matière de politique étrangère », observe le chercheur Priyal Singh, de l’Institut d’études de sécurité (ISS), un groupe de réflexion panafricain.


Epreuve de force




L’Afrique du Sud a irrité les Etats-Unis et certains de ses alliés européens à de multiples reprises ces dernières années en affichant sa proximité avec Moscou ou en prenant la tête de la contestation à Israël. Mais ses alliés occidentaux, à commencer par l’administration Biden, s’étaient jusque-là efforcés de ménager le pays par crainte de le voir dériver un peu plus vers la Russie et la Chine.




Avec Donald Trump, le temps des cajoleries est révolu. L’heure est à l’épreuve de force, un exercice auquel Pretoria, qui s’efforce d’afficher une image plus policée sur la scène internationale depuis plusieurs mois déjà, n’est pas habitué. Pour le pays, la difficulté réside notamment dans le fait que les critiques visent cette fois sa politique intérieure, une nouveauté qui suggère que l’administration Trump étend désormais l’appréciation de « l’alignement » de ses alliés à leurs orientations domestiques.





A moins que les attaques ne soient un message destiné à l’électorat de Donald Trump. « L’idée que la population blanche est désavantagée par les politiques de diversité et d’inclusion fait partie de l’idéologie trumpiste, elle séduit la sphère MAGA [Make America Great Again] et le racisme qui la sous-tend », souligne la directrice de l’Institut sud-africain d’affaires internationales (SAIIA), Elizabeth Sidiropoulos.




Sur la question des terres, Pretoria plaide le malentendu. Cyril Ramaphosa a assuré que le « gouvernement sud-africain n’a confisqué aucune terre » et il s’est entretenu avec Elon Musk des « problèmes de désinformation » autour du pays. Après les attaques du secrétaire d’Etat américain, le ministre des affaires étrangères, Ronald Lamola, a quant à lui réaffirmé que l’Afrique du Sud était « un pays souverain et démocratique attaché à la dignité humaine, à l’égalité et aux droits, défendant le non-racisme et le non-sexisme tout en plaçant notre Constitution et l’Etat de droit au premier plan ».



Vers des sanctions commerciales  ?



Jusqu’où iront les Etats-Unis ? L’annonce de Marco Rubio signifie-t-elle que le pays ne participera pas du tout au G20 ? En créant l’incertitude sur la présence des Etats-Unis, Marco Rubio est déjà parvenu à détourner l’attention des thèmes mis en avant par la présidence sud-africaine.





Le secrétaire d’Etat américain laisse également planer le spectre d’un G20 en partie vidé de sa substance. « L’une des fonctions principales du G20 est de bâtir un consensus autour des grandes problématiques mondiales. Sans le soutien de la première puissance au monde, il sera difficile pour l’Afrique du Sud de mener un travail efficace », relève le chercheur Priyal Singh.





Mais la plus grande crainte de l’Afrique du Sud est celle des sanctions financières et commerciales. Donald Trump a déjà menacé de mettre fin aux financements américains à destination du pays. En matière d’aide internationale, le gouvernement sud-africain a relativisé le poids des Etats-Unis, en soulignant que le pays contribue uniquement à son programme de lutte contre le VIH à hauteur de 17 %.



L’Afrique du Sud pourrait également être exclue de l’African Growth and Opportunity Act (AGOA), qui exonère de taxes 1 800 produits issus de trente-deux pays du continent africain. « Si l’Afrique du Sud est exclue, ce sera douloureux, pour le secteur de la construction automobile en particulier », met en garde Elisabeth Sidiropoulos.




Les Etats-Unis sont le troisième partenaire commercial de l’Afrique du Sud, après la Chine et l’Union européenne. Un partenaire important, mais dont d’autres pays ne seraient peut-être pas fâchés de prendre la place. Au lendemain de l’annonce de Marco Rubio, l’ambassadeur chinois en Afrique du Sud a publiquement assuré que « la Chine est prête à soutenir la présidence sud-africaine du G20 ».


Mathilde Boussion (Johannesburg, correspondance)












Sudáfrica en la mira de la administración Trump




Tras las críticas del presidente estadounidense y Elon Musk a Pretoria, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, anunció que no asistiría a una reunión prevista en Johannesburgo en el marco del G20, que preside Sudáfrica.






Le Monde
Por Mathilde Boussion (Johannesburg, corresponsal)
Publicado el 07 de febrero de 2025 a las 14:37



“Somos, como sudafricanos, un pueblo resiliente. Y no nos dejaremos intimidar. El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, mostró la cara de firmeza ante los ataques estadounidenses que se multiplican contra Sudáfrica, con motivo de su discurso sobre el estado de la nación, el 6




El día anterior, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, había anunciado en la plataforma X que no participaría en una reunión de ministros de Asuntos Exteriores prevista en Johannesburgo en el marco del G20, de la que Sudáfrica ejerce la presidencia: “Sudáfrica está haciendo cosas muy malas. Expropiar propiedades privadas. Utilizar el G20 para promover “la solidaridad, la equidad y la sostenibilidad”. En otras palabras: “DEI [las políticas de diversidad e inclusión] y el cambio climático”, dijo Marco Rubio, acusando al país de “antiamericanismo”.



El nuevo cargo confirma que Sudáfrica está en el punto de mira de la administración Trump, unos días después de los ataques del presidente estadounidense y Elon Musk, que acusaron al país de "confiscar tierras" y promover "leyes racistas" en detrimento de la población blanca. El senador republicano Ted Cruz también le acusó de "hacer todo lo posible para alienar a Estados Unidos" después de una solicitud del gobierno sudafricano a Taiwán para trasladar su delegación fuera de su capital, Pretoria.




“Queda claro que Estados Unidos está dispuesto a adoptar medidas punitivas contra Sudáfrica en represalia por sus posiciones adoptadas en el pasado en materia de política exterior”, observa el investigador Priyal Singh, del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS), un grupo de reflexión panafricano.




Prueba de fuerza





Sudáfrica ha irritado a Estados Unidos y a algunos de sus aliados europeos en numerosas ocasiones en los últimos años al mostrar su proximidad a Moscú o al liderar la protesta en Israel. Pero sus aliados occidentales, comenzando por la administración Biden, se habían esforzado hasta entonces por salvar al país por temor a que se desviara un poco más hacia Rusia y China.




Con Donald Trump, se acabó el tiempo de la negociación . Es el momento del enfrentamiento, un ejercicio al que Pretoria, que se esfuerza por mostrar una imagen más policial en la escena internacional desde hace varios meses, no está acostumbrado. Para el país, la dificultad radica en particular en el hecho de que las críticas apuntan esta vez a su política interna, una novedad que sugiere que la administración Trump está ampliando ahora la apreciación de la “alineación” de sus aliados a sus orientaciones nacionales.




A menos que los ataques sean un mensaje para el electorado de Donald Trump. “La idea de que la población blanca se ve perjudicada por las políticas de diversidad e inclusión es parte de la ideología trumpista, seduce a la esfera MAGA [Make America Great Again] y al racismo que la subyace”, subraya la directora del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales (SAIIA), Elizabeth Sidiropoulos.




Sobre la cuestión de la tierra, Pretoria alega el malentendido. Cyril Ramaphosa aseguró que el "gobierno sudafricano no ha confiscado ninguna tierra" y habló con Elon Musk sobre los "problemas de desinformación" en todo el país. Después de los ataques del secretario de Estado estadounidense, el ministro de Asuntos Exteriores, Ronald Lamola, reafirmó que Sudáfrica era "un país soberano y democrático comprometido con la dignidad humana, la igualdad y los derechos, defendiendo el no racismo y el no sexismo al tiempo que coloca nuestra Constitución y el estado de derecho en primer plano".



¿Sanciones comerciales?




¿Hasta dónde llegarán los Estados Unidos? ¿Significa el anuncio de Marco Rubio que el país no participará en absoluto en el G20? Al crear incertidumbre sobre la presencia de Estados Unidos, Marco Rubio ya ha logrado desviar la atención de los temas presentados por la presidencia sudafricana.



El secretario de Estado estadounidense también deja que el espectro de un G20 parcialmente vaciado de su sustancia. “Las principales funciones del G20 es crear un consenso en torno a los principales problemas mundiales. Sin el apoyo de la primera potencia del mundo, será difícil para Sudáfrica llevar a cabo un trabajo eficaz ”, señala el investigador Priyal Singh.




Pero el mayor temor de Sudáfrica es el de las sanciones financieras y comerciales. Donald Trump ya ha amenazado con poner fin a la financiación estadounidense para el país. En cuanto a la ayuda internacional, el gobierno sudafricano ha relativizado el peso de Estados Unidos, destacando que el país solo contribuye a su programa de lucha contra el VIH en un 17%.




Sudáfrica también podría ser excluida de la Ley Africana de Crecimiento y Oportunidad (AGOA), que exime de impuestos a 1.800 productos de treinta y dos países del continente africano. “Si Sudáfrica está excluida, será doloroso, para el sector de la fabricación de automóviles en particular”, advierte Elisabeth Sidiropoulos.



Estados Unidos es el tercer socio comercial de Sudáfrica, después de China y la Unión Europea. Un socio importante, pero otros países podrían tomar su lugar. Al día siguiente del anuncio de Marco Rubio, el embajador chino en Sudáfrica aseguró públicamente que “China está dispuesta a apoyar a la presidencia sudafricana en el G20
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Claves del brote de virus de Marburgo en Tanzania, una enfermedad letal, similar al ébola y muy contagiosa



Hasta el momento se han confirmado dos casos con esta dolencia, que tiene una tasa de mortalidad de entre el 25% y casi el 90%, pero hay otros 82 sospechosos y 281 personas están en cuarentena






Patricia R. Blanco
Madrid
10 FEB 2025 - 05:30 CET



Tanzania confirmó el 20 de enero un brote del virus de Marburgo en Kagera, en el noroeste del país, después de que uno de los 25 casos sospechosos que los sanitarios habían detectado resultara positivo. Casi tres semanas después, hay dos casos confirmados y 82 sospechosos y de estas personas, al menos 10 han muerto. “Sabemos que ocho de estos casos son probablemente de fiebre de Marburgo”, confirma desde Kagera Marietter Osundwa, coordinadora del equipo que Médicos Sin Fronteras (MSF) ha enviado al país africano para contener la expansión del virus y atender a los enfermos.




Aunque las cifras de incidencia en Tanzania puedan parecer reducidas, esta enfermedad, de la misma familia que el virus de ébola, “es muy peligrosa y contagiosa, con una tasa de mortalidad que oscila entre el 25% y casi el 90%”, explica Osundawa durante una entrevista telefónica con EL PAÍS. “Si no se contiene el brote, puede propagarse muy rápidamente”, añade.




Estas son las claves de esta dolencia, para la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reclama el desarrollo “urgente” de una vacuna:




¿Qué es el virus de Marburgo?





“Es una enfermedad que provoca fiebre hemorrágica grave y a menudo mortal, que pertenece a la familia de los filovirus, la misma que la del Ébola”, explica Osundawa. Según la enfermera de MSF, además de fiebre, puede causar “vómitos, diarrea y sangrado en fases muy avanzadas” por la nariz, las encías o la vagina. “Aunque el periodo de infección suele ser de 21 días, a menudo los enfermos empiezan a sufrir los síntomas a partir de las 48 horas de la infección, pero antes de esos dos días, la mayor parte de las personas son asintomáticas”, añade.




Según la OMS, “los casos mortales que suelen presentar alguna forma de hemorragia” se producen con “rapidez”, generalmente como consecuencia de una sepsis vírica, una insuficiencia multiórgánica o por la gravedad de las hemorragias.





¿Cómo se transmite?



El virus de Marburgo pasa a los humanos después de una exposición prolongada a murciélagos frugívoros (que se alimentan de frutos) Rousettus, que habitualmente viven en minas o cuevas. “Después pasa de persona a persona por el contacto con fluidos corporales” (secreciones, sangre u otros líquidos orgánicos) o por el contacto con superficies contaminadas con estos líquidos.




¿Cuál es la situación actual en Tanzania?



Hasta el 5 de febrero, había “82 casos sospechosos, 2 confirmados y 10 muertes, de las que 8 están consideradas como casos muy probables de fiebre de Marburgo”, detalla por teléfono Osundawa. Además, “281 personas” que han sido contactos directos de los afectados “están en cuarentena en hoteles o en otros lugares designados por el Ministerio de Sanidad” de Tanzania.




¿Por qué el brote es tan preocupante?






“Sabemos que es una enfermedad muy peligrosa y contagiosa, con una tasa de mortalidad que puede ser muy alta, ya que oscila entre el 25% y casi 90%”, alerta Osundwa. Según añade, “si no se contiene, puede propagarse muy rápidamente”. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ha expresado su preocupación por este brote y anunció la semana pasada que la organización que dirige prestaría todo su apoyo “para contener la enfermedad y proteger la salud de todos los habitantes de Tanzania y de la región”. Por el momento, la organización ha asignado tres millones de dólares (2,89 millones de euros) de su Fondo de Contingencia para Emergencias para acelerar los esfuerzos de control del brote.



¿Este brote se ha expandido?



Por el momento, según la “información disponible, solo está concentrado en Kagera”, afirma la coordinadora de MSF en Tanzania.




¿En qué países se ha detectado la enfermedad?



En 2023, Tanzania ya sufrió otro brote del virus de Marburgo. Además, se han detectado casos esporádicos en Angola, República Democrática del Congo, Gana, Kenia, Guinea Ecuatorial, Ruanda y Sudáfrica.




¿Existe tratamiento?



No existe ningún tratamiento que cure la enfermedad, por lo que “la atención se centra en los cuidados paliativos” como hidratación y el tratamiento del dolor o de otros síntomas que puedan aparecer. Tampoco existe una vacuna aprobada para prevenir esta dolencia, aunque sí hay algunas candidatas en desarrollo. La OMS ha declarado “la enfermedad por el virus de Marburgo como enfermedad prioritaria para la que se necesita urgentemente una vacuna”.




¿Qué se está haciendo en Tanzania para contener el brote?



La coordinadora de MSF en Kagera describe varias medidas como “la creación de un centro sanitario para las personas infectadas o sospechosas de estarlo, una intervención rigurosa en el rastreo de los contactos, medidas de cuarentena, programas de control de la infección o campañas de salud pública” para explicar a la población cómo protegerse.




¿Cómo puede protegerse la población?





Impedir que aumenten los contagios es crucial para contener el brote. Por eso, Osundwa recomienda “lavarse las manos regularmente con agua y jabón, desinfectar las superficies y evitar tocar animales enfermos o muertos, especialmente si son murciélagos, que pueden ser una fuente de transmisión”. Además, es necesario que “los cadáveres sean manipulados por personal capacitado para cumplir con los procedimientos de seguridad, ya que en este contexto suelen ser una fuente de contaminación”. Por último, la enfermera de MSF recomienda “cumplir con las restricciones de cuarentena y de viaje impuestas por el Gobierno y practicar el distanciamiento social cuando sea recomendable, especialmente en las regiones afectadas”.

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Lo primero es comprender el trumpismo



Igual que sucedió con el fenómeno Thatcher, para hacerle frente es necesario hacer un diagnóstico acertado de las razones más profundas de su éxito






Carlos Corrochano Pérez
10 FEB 2025 - 05:00 CET



Para comprender un presente, el nuestro, marcado por la omnipresencia del capitalismo de plataformas y el avance reaccionario, 1979 es un año imprescindible. Fue entonces cuando Margaret Thatcher ganó sus primeras elecciones. En 1979, también, se creó la primera red colaborativa de internet. Son dos hechos en apariencia inconexos, pero enormemente útiles para abordar dos cuestiones esenciales hoy, en pleno advenimiento del trumpismo 2.0: diagnóstico y alternativas; reacción y digitalización. Esto es: la necesidad de caracterizar adecuadamente nuestra época, y la igualmente necesaria tarea de imaginar alternativas.




En 1979 se materializó el ascenso al poder del thatcherismo, un hito electoral que abrió las puertas de un mundo cuyos agónicos retazos habitamos todavía. En un ensayo publicado en esas fechas, titulado El gran espectáculo del giro a la derecha, Stuart Hall se hizo cargo del estado de desorientación en el que se hallaba sumida la izquierda británica ante el primer vendaval neoliberal. Ese texto contenía dos frases que, aunque quizá de Perogrullo, se erigen como guías estratégicas de enorme actualidad: “si queremos ser efectivos, solo puede ser sobre la base de un análisis riguroso de las cosas tal y como son, no como nos gustaría que fueran”. Además, apuntaba Hall, “debemos denunciar las satisfacciones obtenidas al aplicar esquemas analíticos simplificadores a acontecimientos complejos”. El fenómeno Thatcher desbordó las coordenadas políticas hasta el momento imperantes; para hacerle frente era necesario, en primerísimo lugar, comprender las razones más profundas de su éxito.




Algo similar sucede hoy con el trumpismo, herencia bastarda de la Dama de Hierro. Durante su irrupción abundaron los análisis que hacían hincapié en las fake news y la desinformación. Combatir a Trump era, entonces, desenmascarar la “posverdad” que traía consigo. Poco después, repuntaron las analogías históricas que comparaban el movimiento MAGA con el fascismo de entreguerras. Estos discursos, evocadores en lo retórico, se demostraron políticamente estériles: las llamadas a combatir el fascismo no impidieron su vuelta; la proliferación del fact-checking y su correlato —”dato mata relato”, clamaban por doquier— apenas contribuyó a la resistencia. Nadie dijo que fuera fácil: a mediados del siglo pasado, Theodor Adorno ya alertaba de la “naturaleza intrínsecamente antiteórica” e inaprensible de la reacción.




Ahora, en el albor de una segunda Administración de Trump, el nuevo fetiche analítico se desplaza hacia Silicon Valley. Hoy, comprender las fortalezas y novedades del trumpismo implica hablar de “tecnocasta”, “broligarquía”, “corte tecnológica”. No es un cambio baladí, desde luego: la imagen de los grandes caciques tecnológicos en la primera fila de la coronación de Trump constituye un salto cualitativo de innegables consecuencias. Ahora bien: el desafío, como estipulara Hall, es apostar por diagnósticos complejos que posibiliten estrategias efectivas, nunca al revés.




En la dimensión estrictamente teórica, son muchos los peros que poner al enfoque de la tecnocasta y su tesis de fondo: la asunción de que vivimos ya en una realidad “tecnofeudal”, en la que grandes empresas tecnológicas, actuando como señores feudales, acumulan poder y riqueza mediante el control de la información y los datos. Como apunta Evgeny Morozov, etiquetar a estas corporaciones como rentistas ignora la dimensión productiva y creativa de sus modelos de negocio. Además de simplista, esta mirada nos concibe como “siervos digitales”, desprovistos de agencia o capacidad de acción. Por otro lado, es fundamental reconocer el papel del Estado en el auge de estas empresas: el iPhone o el buscador de Google no existirían sin inversión estatal.




Pero no me preocupa la falta de rigurosidad per se, la autorreferencialidad de la teoría. Mi obsesión con el diagnóstico, como la de Hall, es instrumental: comprender bien a Trump y sus acólitos no es un bien en sí mismo; es condición de posibilidad de una estrategia política que les haga frente. Si el enfoque de las fake news hubiera ayudado a diluir el fenómeno del magnate neoyorquino, bienvenido fuera. Mi miedo, pues, es que encontremos subterfugios estilísticos para obviar que el trumpismo politiza y da sentido a un malestar real. Ernst Bloch acuñó la idea de “fraude de ejecución” para describir al fascismo: era su forma de tomarse muy en serio los deseos y anhelos que este explotaba, aunque no les diera solución. No es muy diferente a lo que vemos hoy.




En realidad, mis dudas con el señalamiento de la “tecnocasta” son suspicacias sobre su eficacia:


¿Centrar el debate en la figura de Elon Musk desactiva la posibilidad de cuestionar el sistema que lo engendró?


¿Invisibiliza, quizá, otros rasgos esenciales del nuevo trumpismo, como el retorno al expansionismo territorial de antaño, la subordinación de Groenlandia, Panamá, Canadá, incluso Gaza?


¿Estamos ante una sucesión de falsas dicotomías?

Estas, creo, son las preguntas que debemos hacernos antes de confiar en el discurso de la “tecnocasta” como antídoto contra Trump.





También en 1979, a miles de kilómetros de distancia, dos estudiantes de la Universidad de Duke crearon Usenet, el “Arpanet para pobres”: una estructura descentralizada basada en servidores distribuidos, que facilitaba discusiones temáticas abiertas, promovía el libre intercambio de ideas, con accesibilidad y horizontalidad, sin algoritmos ni jerarquías empresariales. Este ejemplo es relevante porque hoy, en plena privatización y captura oligárquica de las redes sociales, carecemos de comunidades de software libre como Usenet.




Así, nuestro contexto, más allá del necesario antagonismo con la oligarquía tecnológica, nos exige nuevas ideas, propuestas, creatividad. En uno de sus últimos artículos, Marta Peirano incidía en tres palabras que deberíamos escuchar más a menudo: infraestructura pública digital. Promover una arquitectura tecnológica a escala europea permitiría poner la inteligencia artificial al servicio del bien común, mejorar los servicios públicos, garantizar la transparencia algorítmica, tener voz propia en un convulso entramado geopolítico. Deberíamos hablar más, también, sobre cómo hacer que redes horizontales como Bluesky o Mastodon, las mejores alternativas a X, se parezcan más a Usenet; evitar su enshitificación —su deterioro gradual, su conquista por trolls—.




Estas conversaciones ya están teniendo lugar. En una entrevista reciente, Sam Altman, creador de ChatGPT, afirmaba que “toda la estructura social será susceptible de debate y reconfiguración”, prescribiendo “cambios en el contrato social”. Altman tiene razón. He aquí el meollo de la cuestión: reconstruir el contrato social ante la transformación digital y climática. El tema es, claro, qué dirección toma esta remodelación: si ahonda en el desmantelamiento oligárquico de nuestra vida en común; o si lo ensancha para democratizar todas las esferas de lo cotidiano, incluidas las redes sociales.




1979 marcó el inicio del mundo contemporáneo, con sus luces —la promesa emancipadora de internet— y sus muchas sombras —el primer triunfo del neoliberalismo—; un mundo que, en 2025, presencia sus últimos y agónicos estertores. Soy plenamente consciente de que este texto plantea más preguntas que respuestas, en un momento en el que la certeza es un anhelo colectivo; sin embargo, como mostró Hall, la duda es la llave que abre la puerta a todo lo demás. Nuestra tarea, ahora, es resistir las tentaciones retóricas, formular las preguntas adecuadas, construir herramientas políticas eficaces y delinear horizontes de transformación deseables.




Carlos Corrochano Pérez es politólogo y jurista, ha coordinado el volumen colectivo Claves de política global (Arpa, 2024).

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30.000 candidatos para 350 empleos: Las ofertas de trabajo como temporeros en África desborda todas las previsiones




Caos y tensión en los centros habilitados en Senegal y Gambia ante la enorme afluencia de aspirantes para acceder al programa de migración circular y venir a España como trabajadores del campo





José Naranjo
María Martín
Nuadibú (Mauritania) / Madrid
10 FEB 2025 - 05:30 CET




Los programas de migración circular u ofertas de empleo temporal para trabajadores agrícolas lanzados por el Gobierno español en los países de África subsahariana —de donde salen los cayucos hacia Canarias— están teniendo una respuesta masiva. Más de 30.000 personas de Senegal, Mauritania y Gambia se han postulado en las últimas semanas para lograr alguno de los 350 puestos de trabajo de temporada en Huelva que se han abierto este año para estos tres países. En Senegal y Gambia, donde los documentos se debían presentar en persona en las oficinas habilitadas, se han producido enormes colas, caos y escenas de desbordamiento ante la gran afluencia de aspirantes. El aluvión de solicitudes enfrenta las aspiraciones migratorias de la juventud y la limitación de los canales disponibles.




“Nunca había visto algo así”, asegura Aly Sow, un conductor senegalés de 44 años que el lunes 27 de enero acudió a presentar su dosier a la oficina de senegaleses del exterior de la región de Saint Louis, en el norte de Senegal. “Había gente haciendo cola desde las cuatro de la madrugada. Hubo empujones, personas que trataban de pasar por delante, de todo. Me sorprendió ver a estudiantes y personas que tienen un buen trabajo. Todo el mundo quiere irse”, asegura. Komilá Diatta, de 35 años, trabaja como jornalero para una empresa china en Dakar y gana alrededor de 225 euros al mes para mantener a su mujer y su hijo. Su sueño es entrar en el programa. “En tres meses en España puedo ganar lo que gano aquí en dos años”, apunta, “pero, visto lo visto, no tengo muchas esperanzas”.




“El gran número de jóvenes se explica por el hecho de que en su subconsciente la migración está asociada al éxito económico y al avance social”, explica Aly Tandian, sociólogo, profesor de la Universidad Gaston Berger de Saint-Louis y presidente del Observatorio Senegalés de la Migración.


“Se piensa en España como el país de la abundancia, una tierra milagrosa donde la naturaleza rebosa de generosidad para sus habitantes y sus huéspedes y será difícil, tras estos programas de migración circular, hacer comprender a los jóvenes africanos que España no necesita mano de obra”.





Senegal es el único país de los tres donde ya existía esta iniciativa, que se retomó en 2022 tras la pandemia con el traslado de 17 trabajadores a Albacete. Una de las claves para medir el éxito de estos programas es que una vez terminado el trabajo, los candidatos vuelvan a sus países y no permanezcan en España de forma irregular y aquel año, todos ellos regresaron. En 2023 se decidió ampliar el cupo a 120 trabajadores, pero, en esa ocasión, dos de cada tres se quedaron irregularmente. Aun así, el programa siguió adelante y en 2024 fueron 150, de los que un centenar regresó a Senegal tras el periodo estipulado. La Guardia Civil acabó detectando una trama que amañaba la contratación para beneficiar a los aspirantes que pagaban el trato de favor para, después, exigirles dinero, incluso por quedarse en España irregularmente. Para este año 2025 se han previsto 350 plazas, de las que 100 están reservadas para los jóvenes que cumplieron su contrato el año pasado y 250 son nuevas.




El Gobierno de Dakar ha informado de que se han presentado unas 24.000 candidaturas para esas 250 nuevas plazas, según informó Khadim Bamba Fall, responsable de las oficinas de recogida de los documentos. El interés generado por esta iniciativa no sorprende en Senegal, donde, por ejemplo, el reclutamiento de 2.000 profesores para combatir el déficit del sistema llevó a 147.000 aspirantes a presentar su candidatura el pasado 30 de enero. Sin embargo, que la presentación de documentos fuera presencial provocó escenas de caos en las oficinas regionales del Ministerio de Exteriores, así como en los tribunales donde debían pedir sus certificados de antecedentes penales. Por ello, el Gobierno paralizó el proceso y creó una plataforma online que siguió recibiendo solicitudes hasta este viernes.




“En una época donde la digitalización está en el centro de las políticas públicas, esas imágenes son rechazables y atestiguan la urgente necesidad de modernizar los mecanismos administrativos. Una plataforma digital creada para ello hubiera facilitado no solo la presentación de candidaturas, sino un mejor seguimiento de las mismas”, ha lamentado en un comunicado el Colectivo de ONG para procedimientos de visados justos e igualitarios. El secretario de Estado de Senegaleses del Exterior, Amadou Chérif, aseguró al periódico oficial Le Soleil que esperaban cierto “entusiasmo”, pero “no de esta magnitud”, y que la decisión de que fuera presencial se debió a facilitar la participación de los jóvenes del medio rural, con menos acceso a Internet.




En Gambia, país para el que se han reservado 50 plazas y que participa por primera vez en este programa, el proceso de preselección comenzó este lunes 3 de febrero, para lo cual se habilitaron seis oficinas en todo el país. Escenas similares a las vividas en Senegal se produjeron ante las puertas del Ministerio de Trabajo, en Banjul. El reparto de formularios se tuvo que suspender después de que grupos de jóvenes escalaran el muro que rodea el ministerio y se produjeran agresiones entre ellos. Aunque muy limitada, la migración circular es una iniciativa importante para las autoridades de Banjul que solicitaron expresamente que se incluyese a Gambia en los programas, según fuentes diplomáticas del país africano. La iniciativa, de hecho, traerá a Madrid, del 24 al 26 de este mes, a los titulares de Exteriores y Comercio y Empleo gambianos para avanzar en la implementación del acuerdo.




La presentación de expedientes en Mauritania, en cambio, se hizo a través de una plataforma digital del Gobierno el pasado mes de enero y no hubo incidentes. Para este último país, que también se estrena en la migración circular con España, hay otros 50 puestos reservados y se presentaron un total de 7.000 candidaturas.




La ampliación de los programas de migración circular fue una de las promesas estrella de la visita que realizó el pasado verano el presidente español Pedro Sánchez a estos tres países, durante la cual se reunió con sus respectivos presidentes. Un ejemplo de esta fórmula es la que España mantiene desde hace 20 años con las miles de temporeras marroquíes que cada año vienen asumir la recogida de frutos rojos, especialmente en Huelva. A pesar de que las condiciones laborales en las que trabajan las mujeres siguen siendo mejorables, el Gobierno considera este sistema un éxito y lleva años intentando perfeccionarlo y ampliarlo, mirando a Centroamérica y al resto de África.




Desde 2022, de hecho, el reglamento permite conceder autorizaciones de trabajo de cuatro años que permiten trabajar en España nueve meses por cada ejercicio. Y se incentiva la vuelta a los países de origen durante en cada una de esas cuatro temporadas con un permiso que les permite trabajar libremente en otro sector el tiempo que quieran. “Es una herramienta valiosa para fomentar vías regulares, ordenadas y seguras que, además, suponen un beneficio para España y los países de origen”, mantienen fuentes del Ministerio de Migraciones.




La fórmula genera el rechazo de la derecha española, que habló, una vez más, de efecto llamada, pero también de Sumar, que ve en la promesa de la migración circular una “visión reduccionista” que “no resuelve el problema ni es respuesta para los que residen aquí”. El sociólogo Aly Tandian también es crítico con la iniciativa porque, entre otras cosas, parte de la misma premisa usada por los “vendedores de sueños que operan en la inmigración irregular”, la de que Europa necesita mano de obra debido al envejecimiento de su población. Tandian la cuestiona: “No estoy seguro de que los programas de migración circular tal como se proponen puedan realmente convertirse en una alternativa a la inmigración ilegal. Hoy en Senegal necesitamos directrices claras y duraderas en materia de gobernanza migratoria y de políticas de empleo, más que simples medidas efímeras”, explica. “Tal como se propone, puede incentivar la salida de candidatos que no estaban previamente destinados a migrar, pero que aprovechan esta oportunidad para irse de manera completamente regular y legal. La migración circular estaría ampliando así la base de reclutamiento de candidatos y puede constituir un incentivo”.
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Justice : Nicolas Sarkozy est désormais placé sous bracelet électronique





La Croix (l’AFP) le 07/02/2025 à 16:04
Mis à jour le 07/02/2025 à 16:55




Nicolas Sarkozy porte depuis vendredi 7 février 2025 un bracelet électronique. Condamné pour corruption et trafic d’influence dans l’affaire des écoutes, il est le premier ancien président concerné par ce dispositif. En raison de son âge, il pourrait demander un aménagement prochainement.



C’est inédit pour un ancien président de la République : Nicolas Sarkozy s’est vu poser ce vendredi après-midi, à son domicile, le bracelet électronique auquel il a été condamné dans l’affaire dite des écoutes.




L’ex-président avait été convoqué au tribunal de Paris le 28 janvier dernier par un juge d’application des peines (JAP) pour déterminer les modalités de cette mesure. À l’issue de sa convocation, le JAP avait fixé le début d’exécution de la peine au 7 février, a indiqué vendredi 7 février le parquet de Paris.



L’ex-chef de l’État ne peut désormais quitter son domicile qu’entre 08 h 00 et 20 h 00 – 21 h 30 les lundis, mercredi et jeudis car il comparaît ces jours-là, depuis le 6 janvier et jusqu’au 10 avril, au procès des soupçons de financement libyen de sa campagne 2007.




Un agent de surveillance électronique de l’administration pénitentiaire est donc venu à son domicile, pour poser le bracelet à sa cheville, et paramétrer le dispositif. « La procédure suit son cours, je n’ai aucun commentaire à faire », a réagi Me Jacqueline Laffont, l’avocate de Nicolas Sarkozy. L’entourage de ce dernier n’a pas non plus souhaité réagir.



Cette procédure avait été lancée après le rejet le 18 décembre du pourvoi en cassation de Nicolas Sarkozy dans l’affaire dite des écoutes, rendant définitive sa condamnation à un an de prison ferme aménagé sous bracelet électronique pour corruption et trafic d’influence.




Libération conditionnelle




Peu après la confirmation de sa condamnation dans l’affaire des écoutes, et avant l’ouverture du procès libyen, Nicolas Sarkozy s’était rendu avec sa femme et sa fille aux Seychelles pour des vacances, ce qu’il ne pourra désormais plus faire sans en demander l’autorisation.



Il va cependant pouvoir demander sans délai à bénéficier d’une libération conditionnelle – et donc pouvoir se faire retirer ce bracelet – sous certaines conditions, comme le permet la loi pour les plus de 70 ans, âge qu’il a depuis le 28 janvier, jour de sa convocation devant le JAP.




Dans ce dossier aussi appelé « Bismuth », l’ex-chef de l’État avait été, le 17 mai 2023, une deuxième fois reconnu coupable d’avoir noué en 2014, au côté de son avocat historique Thierry Herzog, un « pacte de corruption » avec Gilbert Azibert, haut magistrat à la Cour de cassation, afin qu’il transmette des informations et tente d’influer sur un recours formé dans l’affaire Bettencourt. Et ce, en échange d’un « coup de pouce » promis pour un poste honorifique à Monaco.




L’ex-président a toujours fait valoir qu’il avait perdu son recours dans l’affaire Bettencourt et que Gilbert Azibert n’avait jamais été nommé sur le Rocher. Mais selon la loi, le délit de corruption peut être constitué par de simples offres ou promesses.




Les trois hommes se sont vus infliger la même peine, avec pour Thierry Herzog, qui a prêté serment il y a 45 ans, une interdiction de porter la robe noire pendant trois ans. Avec le rejet des pourvois, ces peines deviennent, elles aussi, définitives.



La Croix (l’AFP)










Justicia: Nicolas Sarkozy debera llevar una pulsera electrónica





La Croix (AFP) el 07/02/2025 a las 16:04
Actualizado el 07/02/2025 a las 16:55



Nicolas Sarkozy lleva una pulsera electrónica desde el viernes 7 de febrero de 2025. Condenado por corrupción y tráfico de influencias en el caso de las escuchas telefónicas, es el primer expresidente afectado por este dispositivo. Debido a su edad, podría solicitar una resolución pronto.



Esto es inédito para un ex presidente de la República: a Nicolás Sarkozy le colocaron este viernes por la tarde, en su casa, la pulsera electrónica a la que fue condenado en el llamado caso de las escuchas telefónicas.



El expresidente había sido citado al tribunal de París el 28 de enero por un juez de ejecución de penas (JAP) para determinar las modalidades de esta medida. Tras su convocatoria, el JAP había fijado el inicio de la ejecución de la sentencia en el 7 de febrero, informó el viernes 7 de febrero la fiscalía de París.



El exjefe de Estado ahora solo puede salir de su casa entre las 08:00 y las 20:00 - 21:30 los lunes, miércoles y jueves porque comparece esos días, desde el 6 de enero y hasta el 10 de abril, en el juicio por sospecha de financiación libia de su campaña de 2007.




Por lo tanto, un agente de vigilancia electrónica de la administración penitenciaria vino a su casa, para colocar la pulsera en su tobillo y configurar el dispositivo. “El procedimiento sigue su curso, no tengo ningún comentario que hacer”, reaccionó Jacqueline Laffont, abogada de Nicolas Sarkozy. El entorno de este último tampoco quiso reaccionar.




Este procedimiento se inició tras la desestimación el 18 de diciembre del recurso de casación de Nicolas Sarkozy en el llamado caso de las escuchas telefónicas, lo que hizo definitiva su condena a un año de prisión bajo pulsera electrónica por corrupción y tráfico de influencias.




Libertad condicional





Poco después de la confirmación de su condena en el caso de las escuchas telefónicas, y antes de la apertura del juicio libio, Nicolas Sarkozy había viajado con su esposa y su hija a Seychelles de vacaciones, lo que ya no podrá hacer sin pedir permiso.



Sin embargo, podrá solicitar sin demora una libertad condicional -y, por lo tanto, podrá retirar esta pulsera- bajo ciertas condiciones, como lo permite la ley para los mayores de 70 años, edad que tiene desde el 28 de enero, día de su citación ante el JAP.




En este caso, también llamado “Bismuth”, el ex jefe de Estado había sido declarado culpable por segunda vez el 17 de mayo de 2023 por haber establecido en 2014, junto a su abogado Thierry Herzog, un “pacto de corrupción” con Gilbert Azibert, alto magistrado del Tribunal de Casación, para que transmitiera información e intentara influir en un recurso interpuesto en el caso Bettencourt. Y esto, a cambio de un “impulso” prometido para un puesto honorífico en Mónaco.




El expresidente siempre argumentó que había perdido su recurso en el caso Bettencourt y que Gilbert Azibert nunca había sido nombrado en le Rocher. Pero según la ley, el delito de corrupción puede consistir en simples ofertas o promesas.




Los tres hombres fueron condenados a la misma pena, además Thierry Herzog, con 45 años de carrera a sus espaldas, se le ha impuesto la prohibición de llevar la toga durante tres años. Con la desestimación de los recursos, estas penas también se convierten en definitivas.


La Croix (AFP)
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La denuncia de los masáis que llevó a la cancelación de un megaproyecto turístico en Tanzania





La noticia llega tras años de denuncias por parte de comunidades indígenas y organizaciones civiles sobre abusos de derechos humanos en el Parque Nacional de Ruaha






Diego Menjíbar
Nairobi (Kenia)
11 FEB 2025 - 05:30 CET





La cancelación de un megaproyecto turístico en el Parque Nacional de Ruaha en Tanzania a finales de enero, financiado por el Banco Mundial, es el más reciente episodio de una lucha por la defensa de los derechos humanos y la propiedad de la tierra de comunidades indígenas africanas. Esta historia de apropiación de tierras para usos turísticos y recreativos comenzó hace más de 40 años y ha enfrentado a comunidades indígenas, centros de investigación y a organismos internacionales con el Gobierno tanzano. Pero, para el Instituto Oakland, que publicó un informe que despertó el interés mediático por el caso, la batalla aún no ha terminado. “Esto envía un mensaje claro al Gobierno de que los días de impunidad por abusos de derechos humanos en nombre de la conservación están llegando a su fin”, ha asegurado a EL PAÍS Anuradha Mittal, directora del instituto. El Banco Mundial no ha respondido a la solicitud de entrevista de este diario.




La institución financiera lanzó el proyecto Proyecto de Gestión Resiliente de los Recursos Naturales para el Turismo y el Crecimiento (REGROW) en 2017 con el objetivo de impulsar el turismo en el sur de Tanzania, una región menos conocida que los safaris y el monte Kilimanjaro del norte. Esto ayudaría al Gobierno a lograr su meta de generar 6.000 millones de euros en ingresos provenientes de los cinco millones de turistas previstos para 2025.




Pero varias instituciones alertaron de las consecuencias de este proyecto y de los antecedentes de la expansión del parque. En octubre, el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas presentó los resultados de un estudio de impacto de REGROW, el proyecto en el que el Banco Mundial invertiría 150 millones de euros, y manifestó “su profunda preocupación”. En una carta, el Grupo de Trabajo se refirió a denuncias de “ejecuciones arbitrarias, desapariciones forzadas, uso excesivo de la fuerza, violencia, incluidas violaciones de mujeres, tortura y tratos inhumanos o degradantes contra las personas que viven en las áreas fronterizas del Parque Nacional de Ruaha por parte de los guardaparques”. Las denuncias de abusos sistemáticos de derechos humanos hacia las comunidades llevaron a que el pasado 21 de enero el proyecto fuese cancelado. Dos masáis fueron quienes dieron la voz de alerta.




Uno de ellos ha hablado con EL PAÍS en condición de anonimato: “El 25 de octubre de 2022, la Ministra de Tierras y Vivienda, Angeline Mabula, ordenó públicamente a todos los agricultores y pastores que nos encontrábamos en la zona de expansión del parque a que abandonáramos nuestros hogares y tierras de cultivo”, explica. La razón fue el inicio de la implementación del proyecto: “Ahí empezaron los desalojos y la expropiación del ganado, tierras de cultivo, escuelas, dispensarios, mezquitas e iglesias”.




Las comunidades afectadas contactaron con el Instituto Oakland para multiplicar el alcance de sus denuncias: “En abril de 2023, enviamos una carta al Banco Mundial con sus preocupaciones. Al no tomar medidas, en junio presentamos una solicitud de inspección en nombre de los indígenas”, explica la directora. En septiembre publicaron un informe que expuso algunos desgarradores testimonios de las víctimas. “Los guardaparques me agredieron y confiscaron mi ganado. Como propietario de los animales, no tenía más opción que seguirlos, por lo que fui severamente golpeado. Sentí que iba a morir. Los animales también fueron torturados. No comieron ni bebieron agua durante seis días”, dice un pastor citado en el documento.




En mitad del proceso de inspección, el Banco Mundial suspendió los desembolsos para el proyecto en abril de 2024, citando como principales razones “el incumplimiento por parte del gobierno de Tanzania de sus obligaciones ambientales y sociales, la planificación de los reasentamientos involuntarios en el Parque Nacional de Ruaha (RUNAPA), así como la ausencia de un mecanismo de reparación de agravios y quejas”. Pero la suspensión no detuvo los abusos, según las denuncias, y los graves incidentes a manos de los rangers de los Parques Naturales de Tanzania (TANAPA) continuaron.





Esto llevó a que el pasado 18 de octubre, un Grupo de Trabajo de la ONU formado por nueve relatores especiales de diferentes mandatos, enviara una carta al gobierno de Tanzania denunciando todas las violaciones cometidas contra las comunidades. Ese fue el principio del fin de REGROW, según Aua Baldé, experta en desapariciones forzadas y representante de la sección africana del Grupo de Trabajo de la ONU.




Una cronología de los abusos





Ruaha es una región clave debido a su importancia ecológica y económica donde los pueblos Sangu, Maasai y Datoga han habitado históricamente. Allí, los problemas empezaron en 1980 cuando los proyectos de irrigación del Gran Río de Ruaha alteraron su flujo, causando la interrupción del agua en la presa de Mtera en 1993. El gobierno atribuyó la degradación ambiental y la escasez eléctrica a las actividades a los pastores, algo que fue rebatido casi dos décadas después por el relator especial de la ONU sobre derechos de los pueblos indígenas, James Anaya. El relato atribuyó esos problemas a las grandes explotaciones agrícolas de la zona.




En 1998, parte del humedal de Ihefu se incorporó a la Reserva de Caza de Usangu, redefiniendo sus fronteras y forzando el desalojo de pescadores y pastores. Las comunidades aceptaron los nuevos límites, permitiendo únicamente la caza deportiva y la investigación científica.




Pero, en mayo de 2006, el Gobierno tanzano lanzó la “Operación Antiganado”, que resultó en el desalojo forzoso de 1.000 familias de diferentes etnias. Dieciséis aldeas fueron desmanteladas y más de 20.000 cabezas de ganado incautadas por la policía, los guardaparques de TANAPA y las unidades contra la caza furtiva en 2007, preparando el terreno para lo que vendría al año siguiente.




En 2008, el gobierno aprobaba la ampliación del Parque Nacional Ruaha y la inclusión de la Reserva de Caza Usangu y los humedales de Ihefu. La expansión incluía tierras legalmente registradas donde vivían las comunidades, aunque sus habitantes nunca fueron consultados ni se obtuvo su consentimiento libre, previo e informado, algo que atenta contra la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. “Los esfuerzos del Consejo del Distrito de Mbarali y los desafíos legales impidieron los desalojos inmediatos tras el anuncio, y las comunidades locales permanecieron en la zona”, recoge este informe del Instituto Oakland.




A pesar de no haber sido expulsados, los abusos continuaron. El Instituto Oakland cita en su informe hechos como el asesinato del pescador William Nundu en 2021 y de otros dos jóvenes pastores: Sandu Masanja, de 25 años, y Ngusa Salawa, de 14. También se refiere a la agresión de seis rangers contra un pastor y a tres mujeres masáis en 2023, quemando con un cuchillo caliente al primero, y desnudando y golpeando a las segundas. El 27 de agosto, un líder de Chama Cha Wafugaji Tanzania entregó al Banco Mundial una lista con 13 personas asesinadas por los guardabosques entre 2017 y 2021. “La magnitud de estas violaciones es enorme y pone en riesgo sus vidas, sus medios de subsistencia y su patrimonio cultural”, comenta Baldé.




A finales de 2023, se hizo efectiva la Nota Gubernamental 754, que duplicaba oficialmente el tamaño del parque y confirmaba los límites establecidos en 2008, afectando a 21.250 residentes de 23 pueblos en el parque.




Ahora, el informe del Grupo de Trabajo de la ONU ha sido determinante para la cancelación del proyecto, al señalar que desde 2021 “las autoridades han estado confiscando animales a los residentes, subastándolos y multando a sus propietarios”. Desde ese año hasta marzo de 2024, más de 18,000 cabezas de ganado fueron incautadas. Godwell Meing’ataki, Comisionado Asistente de Conservación de RUNAPA, indicó que “12.758 vacas y cabras fueron capturadas en el parque durante 2021/2022″, lo que permitió a la agencia recaudar alrededor de medio millón de euros.





Esperanzas y demandas de las comunidades





Balakrishnan Rajagopal, relator especial de la ONU sobre el Derecho a una Vivienda Adecuada y miembro del Grupo de Trabajo, reconoce que Tanzania “tiene derecho” a promover proyectos para promover el turismo y el desarrollo pero advierte de que “debe garantizar que beneficien a los pastores y respeten sus derechos, dignidad y autonomía”.




Los desalojos forzosos tienen, además, implicaciones culturales para las poblaciones indígenas como los masáis. Uno de ellos es“la pérdida de lugares ceremoniales y áreas medicinales”, explica Nelson Ole Reiyia, cofundador de Nashulai, un proyecto liderado por masáis en Kenia cuyo modelo de conservación se centra en transmitir conocimientos ancestrales indígenas. “El capitalismo y las grandes empresas dicen que no somos buenos para la conservación, pero a lo que realmente se refieren es que no somos buenos para la industria turística”, añade.




El Instituto Oakland ha interpelado al gobierno para que, ahora, revierta los límites del parque. “Hasta que el gobierno no revierta los límites del Parque Nacional Ruaha a las fronteras de 1998, las vidas de más de 84.000 personas seguirán en suspenso”, afirma la directora.




En un documento elaborado por las comunidades afectadas, al que EL PAÍS ha tenido acceso, las víctimas también expresan una serie de demandas al gobierno: “Pedimos que se retiren las balizas que marcan la expansión del parque, el reembolso de las multas pagadas por los pastores para recuperar su ganado, el valor del ganado subastado, la compensación por la pérdida de producción agrícola durante tres temporadas y la indemnización para las víctimas de la violencia perpetrada por Parques Naturales de Tanzania”, concluyen.

El fantasma del Blog
Dos tercios de los países están sumidos en la corrupción, según Transparencia Internacional



Europa cae por segundo año consecutivo en el Índice de Percepción que elabora la ONG. La puntuación de España baja cuatro puntos con respecto a 2023





Luis Carlos Pinzón
Madrid
11 FEB 2025 - 06:01 CET




Los niveles de corrupción son “extremadamente elevados” en todo el mundo. Así lo resume el más reciente Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), publicado este martes por la ONG Transparencia Internacional. Los datos son contundentes. Dos de cada tres países obtuvieron menos de 50 puntos sobre 100 posibles: el promedio global es de apenas 43. En Europa, la media ha disminuido por segundo año consecutivo, para situarse en 64 puntos. España (56) ha caído cuatro puntos en comparación a 2023, pero mantiene el lugar que comparte con Chipre, República Checa y Granada. La caída española se debe, entre otros factores, a la “falta de avances en el ámbito nacional” y al “desmantelamiento de ciertas estructuras en algunas comunidades autónomas”.




Dinamarca (90) y Finlandia (88) encabezan el Índice. Uruguay (76) y Chile (63), por su parte, obtienen las puntuaciones más altas en América Latina y, en Norteamérica, EE UU sacó 65 puntos, cuatro menos que el año pasado. El informe destaca “el marcado contraste entre las naciones con instituciones fuertes e independientes y elecciones libres con aquellas con regímenes autoritarios”. Mientras las democracias tienen un promedio de 73 puntos, los países “autoritarios” apenas alcanzan 33. “Si bien puede percibirse que algunos países no democráticos gestionan ciertas formas de corrupción, el panorama más amplio muestra que la democracia y las instituciones sólidas son cruciales” para combatirla, subraya el documento.




Estas “tendencias peligrosas”, analiza el presidente de la ONG, François Valérian, “destacan la necesidad de responder con medidas concretas a fin de abordar la corrupción global”. No en vano, más de una cuarta parte de los países examinados obtuvieron en 2023 su puntuación más baja hasta el momento. Entre ellos, Austria (67) y Alemania (75) ―que enfrentan el creciente ascenso de las ultraderechas del Partido de la Libertad (FPÖ) y Alternativa para Alemania (AfD), respectivamente― y Francia (67) ―sumida en la inestabilidad política―. Los tres países con peor puntuación en la región son Rumania (46), Bulgaria (43) y Hungría (41). En Budapest, el ultraconservador Viktor Orbán acumula múltiples sanciones de la Unión Europea por sus ataques al Estado de derecho.




Con todo, los países con menores índices de corrupción enfrentan su mayor riesgo en “la influencia de los grupos de presión”. Para Transparencia Internacional, “los intereses corporativos poderosos a menudo moldean o bloquean las políticas climáticas para favorecer las ganancias a corto plazo en lugar de la sostenibilidad ambiental a largo plazo”. Así, por ejemplo, el documento resalta como los “lobbies corporativos” jugaron un “papel clave en la redacción de la ley climática de 2021, influyendo en sus disposiciones finales”. Según la ONG, la corrupción y la crisis climática “están estrechamente interrelacionadas”, y las debilidades sistémicas en este último sector “reflejan la necesidad de medidas más sólidas de integridad para evitar la captura de políticas por parte de la industria de los combustibles fósiles”.




Casi 6.800 millones de personas ―el 85% de la población mundial― viven en los países con una puntuación del IPC inferior a 50. El informe, de 21 páginas, insiste en que la corrupción puede profundizar “la marginación de las poblaciones vulnerables”, en especial las que “sufren desproporcionadamente los efectos negativos del cambio climático”. Al respecto, la directora ejecutiva de la ONG, Maíra Martini, resaltó como “las personas vulnerables alrededor del mundo necesitan desesperadamente que se tomen medidas” en defensa del medio ambiente. En estos términos, la ONG recomienda “colocar la corrupción en el centro del debate mundial”, fundamental pata reconstruir “la confianza de las sociedades en las iniciativas climáticas” como el Acuerdo de París, pacto del que el presidente Donald Trump retiró en enero a EE UU, el primer responsable histórico del calentamiento global.
El fantasma del Blog
Une vidéo montrant "200 mercenaires français" arrêtés par l'armée rwandaise ? C'est faux





AFP
Publié le 03 février 2025 à 17:33
Lecture : 7 min
Par : Emilie BERAUD, AFP Afrique



Goma, cœur économique de l'est de la République démocratique du Congo (RDC), est désormais aux mains des troupes rwandaises et du groupe armé antigouvernemental M23. Après la chute de la ville, "200 mercenaires français" combattant auprès des forces congolaises auraient été arrêtés, prétendent plusieurs publications sur Facebook, vidéo à l'appui. Si des paramilitaires français sont bien présents en RDC, ces images montrent des hommes de nationalité roumaine, a assuré à l'AFP le porte-parole de l'armée rwandaise. Une déclaration confirmée par un correspondant de l'AFP présent lors de l'opération.



Le groupe armé antigouvernemental M23 et les troupes rwandaises ont pris le 29 janvier 2025 le contrôle de Goma, grande ville de l'est de la République démocratique du Congo (RDC) et cœur économique d'une région riche en minerais.



Le même jour, une dizaine de comptes et pages Facebook ont publié une vidéo montrant un groupe d'hommes blancs, alignés les uns derrière les autres sur une esplanade en béton. 



"200 mercenaires français, embauchés par le Gouvernement Congolais pour défendre le Congo RDC, ONT DÉPOSÉ LES ARMES ET SE SONT RENDUS AUX REBELLES RWANDAIS DU M23 ET À L’ARMÉE RWANDAISE [sic]", prétendent en légende les auteurs de ces publications (1,2,...), basés pour certains en Côte d'Ivoire, pour d'autres en Mauritanie. 



Mais ces images, d'abord filmées et diffusées par la télévision rwandaise, ne montrent pas des mercenaires français. En réalité, ces paramilitaires sont de nationalité roumaine, a assuré à l'AFP le porte-parole des forces armées rwandaises. 



Images de mercenaires roumains 




Sur la vidéo diffusée sur Facebook, on aperçoit un logo, apposé en filigrane en haut à droite: "RBA DIGITAL", est-il écrit. 


Ces initiales sont celles de la Rwanda Broadcasting Agency (RBA), média d'Etat rwandais, évoqué d'ailleurs comme source dans la publication.



En effectuant une recherche d'image inversée, nous avons retrouvé une occurrence de cette même vidéo sur le compte X de la RBA, publiée le 29 janvier à 11h59.




"Plus de 200 mercenaires européens qui ont soutenu la RDC dans la lutte contre les rebelles du M23 sont arrivés au Rwanda. Ils devraient quitter l'aéroport international de Kigali pour retourner dans leur pays d'origine", peut-on y lire, en anglais. 



Les forces armées rwandaises ont également publié un message sur X à ce sujet, le même jour, précisant la nationalité de ces mercenaires.



"Cet après-midi, les Forces de défense du Rwanda (RDF) ont reçu et escorté plus de 280 mercenaires roumains qui combattaient aux côtés des Forces armées de la République démocratique du Congo (FARDC) dans l'est de la RDC. Ces mercenaires se sont rendus au M23 après la prise de la ville stratégique de Goma. Ils sont actuellement transportés vers Kigali", est-il écrit.



Sur l'une des photos accompagnant ce post, on reconnaît l'esplanade en béton ainsi que plusieurs hommes visibles sur la vidéo relayée sur Facebook, comme encadré ci-dessous. 



Plusieurs journalistes de l'AFP étaient sur place lorsque ce groupe de combattants s'est rendu à l'armée rwandaise. 



Dans un reportage publié le 29 janvier (lien archivé ici), ils décrivent une longue file indienne d'hommes habillés en civil ou d'un simple pantalon treillis et comment, encadrés de soldats rwandais en armes, ils ont pénétré à pied et dans le calme en territoire rwandais via le poste-frontière de Gisenyi. 



A l'aide de chiens renifleurs, les soldats rwandais ont inspecté leurs affaires, sacs à dos ouverts au sol, puis les paramilitaires se sont présentés un par un aux autorités de Kigali pour une fouille au corps avant de se faire enregistrer. 



Ces hommes "sont des Roumains, même s'il peut y avoir d'autres nationalités parmi eux", a indiqué l'un des correspondants de l'AFP basé à Goma. 



Ces combattants font partie des soldats qui avaient été engagés pour combattre aux côtés de l'armée congolaise dans le conflit qui l'oppose depuis des années dans la région de Goma au groupe armé M23, soutenu par le Rwanda.


Pour confirmer leur nationalité, l'AFP a pris contact le 31 janvier avec le porte-parole des forces armées rwandaises.



Les hommes sur ces photos sont "tous Roumains", a assuré le porte-parole à l'AFP. "N'oubliez pas qu'ils ont tous des passeports et qu'ils sont tous passés par l'immigration" entre la RDC et le Rwanda, a-t-il ajouté. S'il y avait eu des Français parmi eux, "l'ambassade serait venue les réclamer", affirme-t-il, et "ils seraient restés" en RDC.



En parallèle, le ministère des Affaires étrangères de Roumanie a fait état de "l'évacuation en cours" de ses ressortissants, promettant de prendre toutes les mesures pour "les mettre hors de danger". 



La veille, les autorités avaient convoqué une cellule de crise au sujet de "la détérioration de la situation" dans l'est de la RDC, "où sont présents des citoyens roumains travaillant à titre privé pour le gouvernement, dans le cadre d'une mission de formation de l'armée". 



Quatre d'entre eux ont été blessés dans les combats, a déclaré leur chef Constantin Timofte sur la télévision publique roumaine. "L'armée nationale a abandonné le combat et nous avons dû battre en retraite", a-t-il dit. 



Présence de paramilitaires français en RDC 




Si cette vidéo ne montre pas 200 mercenaires français déposant les armes, des paramilitaires français sont bien présents en République démocratique du Congo. 



Depuis fin 2022, environ un millier d'anciens militaires européens sont arrivés à Goma. Ces hommes sont intégrés dans le dispositif des Forces armées de la République démocratique du Congo (FARDC) contre le M23 et repartis dans deux sociétés, selon des sources internes.


La première, Congo Protection, dont sont issus les hommes qui se sont rendus mercredi, est gérée à Goma par le Roumain Horatiu Potra, ancien membre de la Légion étrangère française. Ses soldats, v.enus principalement d'Europe de l'Est, formaient des unités des FARDC, participaient à la sécurisation de Goma et, selon les mêmes sources, ont combattu au sol contre le M23.



L'autre, Agemira, est dirigée par des Français, dont des retraités de l'armée. Ils assuraient initialement la maintenance de la Force aérienne congolaise. Ils ont ensuite été intégrés au commandement des opérations et ont pris part à des bombardements sur des positions du M23.



Selon un des correspondants de l'AFP basé à Goma, "la société militaire privée française a été évacuée avant la chute de la ville".


Après avoir conquis Goma, chef-lieu du Nord-Kivu, le groupe armé antigouvernemental M23 et l'armée rwandaise progressent dans la province voisine du Sud-Kivu, alors que les dirigeants des pays d'Afrique australe (SADC), réunis vendredi en sommet, ont exprimé leur "soutien indéfectible" à Kinshasa.



Le président rwandais Paul Kagame et son homologue congolais Félix Tshisekedi participeront samedi 8 février à un sommet régional extraordinaire en Tanzanie, afin de d'essayer de résoudre ce conflit qui dure depuis plus de trois ans.



Dans ce dossier, la RDC accuse le Rwanda de vouloir piller les nombreuses richesses naturelles de sa région du Nord-Kivu. Le Rwanda affirme, lui, vouloir éradiquer des groupes armés, notamment créés par d'ex-responsables hutu du génocide des Tutsi au Rwanda en 1994, qui menacent selon lui sa sécurité. 










Un vídeo que muestra a "200 mercenarios franceses" detenidos por el ejército ruandés ¿Es falso?






AFP
Publicado el 03 de febrero de 2025 a las 17:33
Por: Emilie BERAUD, AFP África





Goma, el corazón económico del este de la República Democrática del Congo (RDC), está ahora en manos de las tropas ruandesas y del grupo armado antigubernamental M23. Tras la caída de la ciudad, "200 mercenarios franceses" que luchaban con las fuerzas congoleñas habrían sido detenidos, afirman varias publicaciones en Facebook, con un vídeo de apoyo. Si bien los paramilitares franceses están presentes en la RDC, estas imágenes muestran a hombres de nacionalidad rumana, aseguró a la AFP el portavoz del ejército ruandés. Una declaración confirmada por un corresponsal de la AFP presente durante la operación.



El 29 de enero de 2025, el grupo armado antigubernamental M23 y las tropas ruandesas tomaron el control de Goma, una gran ciudad del este de la República Democrática del Congo (RDC) y corazón económico de una región rica en minerales.



El mismo día, una docena de cuentas y páginas de Facebook publicaron un vídeo que mostraba a un grupo de hombres blancos, alineados uno detrás del otro en una explanada de hormigón.




"200 mercenarios franceses, contratados por el Gobierno congoleño para defender el Congo RDC, HAN DEPOSITADO LAS ARMAS Y SE HAN RENDIDO A LOS REBELDES RUANDESES DEL M23 Y AL EJÉRCITO RUANDÉS [sic]", afirman en la leyenda los autores de estas publicaciones (1,2,...), con base para algunos en Costa de Marfil, para otros en Mauritania.



Pero estas imágenes, primero filmadas y transmitidas por la televisión ruandesa, no muestran mercenarios franceses. En realidad, estos paramilitares son de nacionalidad rumana, aseguró a la AFP el portavoz de las fuerzas armadas de Ruanda.



Imágenes de mercenarios rumanos




En el vídeo difundido en Facebook, vemos un logotipo, colocado en filigrana en la parte superior derecha: "RBA DIGITAL".






Estas iniciales son las de la Agencia de Radiodifusión de Ruanda (RBA), un medio de comunicación estatal de Ruanda, mencionado como fuente en la publicación.




Al realizar una búsqueda de imágenes invertidas, encontramos una aparición de este mismo vídeo en la cuenta X de la RBA, publicada el 29 de enero a las 11:59




"Más de 200 mercenarios europeos que apoyaron a la República Democrática del Congo en la lucha contra los rebeldes del M23 han llegado a Ruanda. Deberían salir del aeropuerto internacional de Kigali para regresar a su país de origen", se lee, en inglés.



Las fuerzas armadas de Ruanda también publicaron un mensaje en X al respecto, el mismo día, especificando la nacionalidad de estos mercenarios.



"Esta tarde, las Fuerzas de Defensa de Ruanda (RDF) recibieron y escoltaron a más de 280 mercenarios rumanos que luchaban junto a las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) en el este de la RDC. Estos mercenarios fueron al M23 después de tomar la ciudad estratégica de Goma. Actualmente están siendo transportados a Kigali".




En una de las fotos que acompañan a este post, reconocemos la explanada de hormigón, así como a varios hombres visibles en el vídeo transmitido en Facebook, como se muestra a continuación.




Varios periodistas de la AFP estaban allí cuando este grupo de combatientes se entregó al ejército ruandés.



En un reportaje publicado el 29 de enero, describen una larga fila india de hombres vestidos de civil o con simples pantalones de celosía y cómo, enmarcados por soldados ruandeses armados, entraron a pie y en silencio en territorio ruandés a través del puesto fronterizo de Gisenyi.



Con la ayuda de perros rastreadores, los soldados ruandeses inspeccionaron sus pertenencias, con las mochilas abiertas al suelo, y luego los paramilitares se presentaron uno por uno a las autoridades de Kigali para un registro corporal antes de registrarse.



Estos hombres "son rumanos, aunque puede haber otras nacionalidades entre ellos", dijo uno de los corresponsales de la AFP con sede en Goma.



Estos combatientes forman parte de los soldados que habían sido contratados para luchar junto al ejército congoleño en el conflicto que lo enfrenta desde hace años en la región de Goma con el grupo armado M23, apoyado por Ruanda.




Para confirmar su nacionalidad, la AFP se puso en contacto el 31 de enero con el portavoz de las fuerzas armadas de Ruanda.



Los hombres de estas fotos son "todos rumanos", aseguró el portavoz a la AFP. "Recuerde que todos tienen pasaportes y que todos han pasado por la inmigración" entre la RDC y Ruanda, agregó. Si hubiera habido franceses entre ellos, "la embajada habría venido a reclamarlos", afirma, y "se habrían quedado" en la RDC.




Al mismo tiempo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rumanía informó de la "evacuación en curso" de sus ciudadanos, prometiendo tomar todas las medidas para "ponerlos fuera de peligro".




El día anterior, las autoridades habían convocado una célula de crisis sobre "el deterioro de la situación" en el este de la RDC, "donde están presentes ciudadanos rumanos que trabajan de forma privada para el gobierno, como parte de una misión de entrenamiento del ejército".




Cuatro de ellos resultaron heridos en los combates, dijo su jefe Constantin Timofte en la televisión pública rumana. "El ejército nacional abandonó la lucha y tuvimos que retirarnos", dijo.



Presencia de paramilitares franceses en la RDC




Si bien este video no muestra a 200 mercenarios franceses depositando las armas, los paramilitares franceses están presentes en la República Democrática del Congo.



Desde finales de 2022, alrededor de mil ex militares europeos han llegado a Goma. Estos hombres están integrados en el dispositivo de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) contra el M23 y repartidos en dos sociedades, según fuentes internas.



La primera, Congo Protection, de la que proceden los hombres que se rindieron el miércoles, está dirigida en Goma por el rumano Horatiu Potra, ex miembro de la Legión Extranjera Francesa. Sus soldados, procedentes principalmente de Europa del Este, formaron unidades de las FARDC, participaron en la seguridad de Goma y, según las mismas fuentes, lucharon en tierra contra el M23.




El otro, Agemira, está dirigido por franceses, incluidos jubilados del ejército. Inicialmente se aseguraron del mantenimiento de la Fuerza Aérea Congoleña. Luego se integraron en el comando de operaciones y participaron en bombardeos en posiciones del M23.



Según uno de los corresponsales de la AFP con sede en Goma, "la empresa militar privada francesa fue evacuada antes de la caída de la ciudad".



Después de conquistar Goma, la capital de Kivu del Norte, el grupo armado antigubernamental M23 y el ejército ruandés avanzan en la provincia vecina de Kivu del Sur, mientras que los líderes de los países del sur de África (SADC), reunidos el viernes en una cumbre, expresaron su "apoyo inquebrantable" a Kinshasa.




El presidente ruandés Paul Kagame y su homólogo congoleño Félix Tshisekedi participarán el sábado 8 de febrero en una cumbre regional extraordinaria en Tanzania, para tratar de resolver este conflicto que ha durado más de tres años.




En este caso, la RDC acusa a Ruanda de querer saquear las numerosas riquezas naturales de su región de Kivu del Norte. Ruanda afirma que quiere erradicar los grupos armados, en particular creados por ex funcionarios hutu del genocidio de los tutsis en Ruanda en 1994, que, según él, amenazan su seguridad.
El fantasma del Blog
Tanzania más allá de los safaris y las playas de Zanzíbar




Caminar hasta la cascada de Materuni, conocer la producción del café arábica, bañarse en las aguas termales de Chemka o navegar por el lago Duluti, dentro de un cráter. Planes al aire libre para unas vacaciones alejadas de los tópicos turísticos de este país de África Oriental




Diego Menjíbar
12 FEB 2025 - 05:35 CET




Un eco sordo se escucha al final de un sendero en las faldas que rodean el monte Kilimanjaro, en Tanzania. La vegetación es verde, exuberante y las bajas temperaturas a 1.600 metros de altitud demuestran que no todo en África es calor y desierto. Después de 40 minutos de trekking por una selva tropical que lo abarca todo, se revela el misterio de aquella música: la cascada de Materuni, un imponente salto de agua de casi 100 metros de altura, que se precipita sobre la tierra recompensando a todos los visitantes que deciden conocer una Tanzania más allá de lo mainstream. Es decir, más allá de los safaris, del archipiélago de Zanzíbar o de Dar es Salam.




Para llegar hasta la cascada es necesario recorrer en coche (o moto, para los más atrevidos) un empinado camino de tierra y dejar atrás la ciudad de Moshi hasta alcanzar Materuni, el último pueblo antes de entrar en el parque nacional del Kilimanjaro. Una sencilla ruta de senderismo zigzaguea por las frondosas colinas y huertos donde reside la población local. Además, durante la caminata, si las condiciones climáticas lo permiten, es posible divisar el pico Uhuru, el más alto de África. Su nombre es suajili y puede traducirse como “Libertad”. La cascada nace en los glaciares de la montaña y brota de las aguas que se conservan en el subsuelo después de las lluvias. Es recomendable llevar un traje de baño porque está permitido sumergirse en las gélidas aguas de la cascada.





Materuni es una localidad poblada por la tribu chagga, el tercer grupo étnico más numeroso del país. Unas 3.000 personas viven actualmente repartidas en pequeñas aldeas a lo largo y ancho de los senderos que rodean este remoto lugar. A pesar de que la presencia de turistas se ha incrementado durante los últimos años, el pueblo sigue siendo uno de los rincones más bellos y menos conocidos por los visitantes que deciden experimentar unas vacaciones diferentes en este país de África Oriental. En lengua chagga, a la cascada se la conoce como Mnambe, lo cual se traduce como “el primero en nacer”. Por el módico precio de 10.000 chelines tanzanos (poco más de tres euros), se puede contratar a un guía local con el que compartir el camino y aprender sobre las técnicas agrícolas de la población, como el cultivo de frutas y verduras, entre las que destacan el plátano y el café.




Café: de la planta a la taza





De camino a la cascada, Tom, un guía de 25 años, va recogiendo granitos de café y los guarda en su puño. Al regresar, en un desvío cercano, varios jóvenes ya lo tienen todo dispuesto sobre una mesa: la hoja de la planta, el grano rojo, verde y maduro; el mortero, las ollas y las sartenes, los cuencos donde lo muelen y el afrutado producto final. Es aquí cuando explican cómo se produce, de principio a fin, el café arábica, una de las variedades más preciadas a nivel global. Original de la región de Kaffa, en el sudoeste de Etiopía, esta planta prospera en climas tropicales y subtropicales, y se cultiva principalmente en las tierras altas, entre los 1.000 y los 2.200 metros de altitud, lo que convierte a Materuni en el escenario perfecto para este producto.




A pesar de que Tanzania conoce el café desde el siglo XVI, no fue hasta el XIX, con la llegada de los colonos alemanes, cuando se popularizó su consumo y producción entre la población. Hoy el café es el principal cultivo de exportación del país y también el sustento económico para miles de familias en esta región. Y es aquí, en las faldas del monte Kilimanjaro, donde se planta y cultiva “sin ningún tipo de fertilizantes ni pesticidas, durante cuatro o cinco años”, explica Tom.





El proceso es laborioso porque se hace enteramente de forma manual. Primero se separa la cáscara del grano, se sumerge en el agua para que fermente y se seca al sol durante un mes. Luego se separa la cáscara del grano, se tuesta hasta que se vuelve negro, se muele dos veces con un mortero de madera al ritmo de canciones tradicionales chagga y, cuando ya no queda resto alguno de las cáscaras, se mezcla con agua caliente. Finalmente, se hace acopio para vender el café cuando los precios suben por la demanda.




Después de un tradicional y abundante almuerzo a base de plátano, vegetales y carne de ternera —todo ello preparado por una cocinera local—, el visitante puede terminar la ruta bebiendo una taza de café, elaborado de principio a fin frente a sus ojos. Y, si lo desea, también se puede comprar un paquete (kilómetro 0) de la variante arábica.




De Moshi a Arusha en tres paradas imprescindibles




Los viajeros más intrépidos no querrán perderse la oportunidad de viajar en Dala dala, los buses de línea tanzanos que destacan por sus extravagantes grafitis de personalidades famosas del momento, que van desde la presidenta del país, Samia Hassan, hasta el rapero Snoop Dogg o el futbolista Leo Messi. La comodidad, sin embargo, no está asegurada, por eso la estación central de autobuses de Moshi es la mejor alternativa para elegir el transporte deseado si no se dispone de coche propio.




Aproximadamente a medio camino entre Moshi y Arusha se encuentran las aguas termales de Chemka, también conocidas como Kikuletwa. Estas son, literalmente, un oasis en medio del desierto: entre el polvo áspero de los caminos, aparece de la nada un balneario con bar-restaurante, mesas y bancos para comer, y un puesto para alquilar gafas de buceo. Además, las aguas prístinas y los columpios aseguran momentos de calma y diversión.




A menos de una hora de Chemka, y a poco más de un kilómetro de Arusha, está el lago Duluti, ubicado dentro de un cráter volcánico. En el distrito de Meru, y de entrada gratuita, ofrece aguas tranquilas que pueden recorrerse con una pequeña embarcación o con un kayak. Y si bien bañarse no tiene coste alguno, el alquiler de las barcas sí. Pero, como todo en Tanzania, está abierto a negociación y nunca superará los 15 euros por persona para una experiencia que dura aproximadamente dos horas.




La última parada de este recorrido se encuentra en Arusha, el epicentro turístico de Tanzania —después de Zanzíbar— y punto de partida de todos aquellos que se dirigen hacia los safaris del Serengeti y Ngorongoro. Sin embargo, no nos detenemos ahí, sino que vamos directamente al parque nacional de Meru —montaña volcánica de 4.562 metros de altitud (la cuarta de África)— y, dentro de este, a las cascadas de Napuru. La entrada al parque cuesta 10 euros, a lo que hay que sumarle otros 10 para el guía local que lleva hasta la cascada. Napuru dispone de una zona de ocio donde se puede acampar, dar un paseo en quad y cenar. Después de bajar por una fatigosa consecución de escaleras, se llega hasta un río muy poco caudaloso, donde la exuberante flora y fauna, compuesta por diferentes especies de monos y aves exóticas, deja sin aliento a cualquiera. Media hora después, se llega a la cascada de Napuru, enclavada dentro de una gigantesca cueva natural. Isaya, una guía local, asegura que “cae en picado sobre las rocas desde 75 metros”. Un remanso donde huir del caos y a tan solo a 30 minutos del centro de la ciudad.
El fantasma del Blog
Los hijos de madres solteras en Marruecos seguirán siendo parias sin acceso a la prueba de ADN del padre



La reforma del Código de Familia excluye la obligatoriedad de las pruebas de paternidad. Decenas de miles de madres solteras son expulsadas por sus familias cada año




Juan Carlos Sanz
Casablanca
12 FEB 2025 - 05:40 CET





“En Marruecos todo el mundo te mira mal cuando sabe que eres madre soltera”, musita Zineb (nombre ficticio), de 19 años, con una sonrisa casi infantil atenuada por el corrector dental metálico. Acaba de dar a luz hace poco más de un mes a un bebé del que cuida en el hogar de acogida de la asociación INSAF (Institución Nacional de Solidaridad con las Mujeres) en Casablanca, junto a una veintena de niños sin padre, nacidos de madres repudiadas por sus familiares. La reforma de la Mudawana o Código de Familia —presentada en diciembre al rey Mohamed VI y al Gobierno, y todavía pendiente de ser remitida al Parlamento—, no permitirá, como piden las organizaciones feministas, reclamar al progenitor biológico el apellido paterno ni el derecho del hijo a alimentos y a la herencia. El Consejo de Ulemas, máxima autoridad religiosa consultada por el monarca en su calidad de “comendador de los creyentes”, ha zanjado la cuestión al decretar que las pruebas de ADN para determinar la paternidad son “contrarias a la sharía (ley islámica)”.




“Un familiar que me alojaba en su casa y la propietaria de un piso que compartí después con otras chicas me echaron a la calle cuando vieron que mi vientre aumentaba de tamaño”, recuerda Zineb con tristeza sus tribulaciones en Casablanca, adonde se trasladó tras dejar su pueblo del interior del país para escapar de la presión social y las habladurías. “Pude seguir manteniéndome”, precisa, “gracias a que conservé mi trabajo en un restaurante porque llevaba ropa muy ancha que ocultaba mi embarazo”.




Pese a la falta de datos oficiales, las ONG que acogen a madres solteras estiman que cada año se registran unos 50.000 casos en Marruecos: un 7% de los nacimientos. Los orfanatos del Estado (con más de 30.000 ingresados, según la asociación Maroc Coeur) son el destino más habitual de sus hijos. Los abandonos de bebés en portales de viviendas o contenedores de basura se cuentan por decenas en grandes ciudades como Casablanca.




“Se lo dije a mi hermana, pero mi padre aún no sabe que ha sido abuelo. Tengo miedo de que se entere de que he tenido un hijo sin estar casada”, confiesa Zineb, que trata ahora de reorganizar su vida. Ha empezado a asistir a los talleres de formación laboral que ofrecen las instalaciones de la INSAF (confección, cocina o peluquería) mientras su hijo queda al cuidado de una guardería en el mismo centro.




“En 25 años de existencia hemos acogido a cerca de 15.000 mujeres. Ahora atendemos a un millar al año, pero hace falta mucha más ayuda social”, detalla Amina Jalid, de 58 años, secretaria general de la INSAF, en la sede de la asociación, un edificio que se alza entre bloques de viviendas de un barrio popular de la capital económica marroquí. “Lamentablemente, Marruecos no va a contar con un texto legal que obligue a un hombre a someterse a una prueba de ADN para determinar la paternidad. Los ulemas lo han vetado al alegar que se opone a la tradición religiosa y socava los fundamentos de la familia”, lamenta Jalid.





En contra de lo que ocurría hace décadas con los hijos “nacidos fuera del lecho conyugal”, cuentan ya con un apellido paterno (ficticio, aunque aprobado por la Administración) y documentos de identidad, pero Jalid advierte de que siguen siendo “niños estigmatizados en un país que aspira a la modernidad, y de que no van a tener los mismos derechos como ciudadanos en el futuro”.




Aunque sirva para demostrar la paternidad biológica, la prueba de ADN no garantiza en Marruecos la obtención de la filiación paterna a los hijos de madres solteras, en igualdad de derechos con los nacidos en el seno del matrimonio. El Gobierno ha anunciado tras la presentación de la reforma de la Mudawana que se va a asegurar la asistencia de los padres a los hijos, pero aún no ha concretado de qué forma.




En la conservadora justicia marroquí, los jueces rechazan las pruebas de ADN para reconocer la paternidad. El único precedente en sentido contrario data de 2017, cuando un tribunal de Tánger estableció un “lazo biológico” entre un hombre y una niña nacida fuera del matrimonio después de que se efectuara un estudio genético y le condenó a indemnizar a la pequeña con 100.000 dirhams (9.600 euros), el equivalente a 2,7 anualidades del salario mínimo marroquí. Los tribunales superiores, sin embargo, no tardaron en tumbar una resolución judicial que había sido celebrada como una avance por la sociedad civil.




La joven Zineb no ha tendido que recurrir a la prueba de ADN para que su hijo haya sido reconocido por el padre, de 21 años. “Tuvimos un noviazgo durante más de un año y me quedé embarazada la primera vez que mantuvimos relaciones sexuales; surgió de improviso y no tomamos precauciones…”, rememora. “Al principio me planteé criar el niño sola, pero él ha venido a visitarme y ha asumido la paternidad. También ha encontrado un trabajo fijo y vamos a casarnos”, asegura, “aunque nos quedaremos a vivir aquí, en Casablanca, ninguno de los dos queremos volver al pueblo”.




La responsable de Desarrollo Social de la INSAF, Saadi el Alaui, de 26 años, formada en universidades españolas, explica que la asociación se financia con subvenciones públicas de Marruecos y de la Unión Europea, así como con donaciones de ONG internacionales, como Oxfam o Manos Unidas. La INSAF se hace cargo de la madre desde antes del nacimiento durante al menos seis meses y asume los gastos que genera el hijo durante dos años, aunque sigue haciendo un seguimiento posterior.




Segunda reforma del Código de Familia





La segunda reforma de la Mudawana, tras la aprobada en 2004 al comienzo del reinado de Mohamed VI, trata de sortear los escollos de la aplicación de sharía como fuente legal, en contraposición a los derechos reconocidos en la Constitución de 2011 y los tratados internacionales que vinculan a Marruecos. Se mantiene la tradición coránica de la poligamia, pero se limita de hecho al autorizar que la mujer prohíba al marido en el contrato matrimonial casarse con una segunda esposa. En el caso de la sucesión hereditaria por agnación (que da preferencia al varón), los padres pueden acordar sucesiones en vida para impedir que tíos o primos priven a sus hijas de los bienes familiares.




Para el reconocimiento de los hijos de madres solteras, las soluciones jurídicas están aún por ver. Ministra de Familia entre 2007 y 2011 por el Partido del Progreso y el Socialismo, Nuzha Skali, de 73 años, se declara en contra de la exclusión del examen del ADN como prueba de paternidad. “Sirve como reconocimiento de derechos que protegen a los nacidos fuera del matrimonio recogidos en la Constitución, que declaran la igualdad de todos los hijos cualquiera que sea su filiación”, puntualiza. “Hay que esperar todavía a conocer el texto que presenta el Gobierno en el Parlamento tras el veto a las pruebas de ADN de los ulemas”, aclara esta veterana feminista, “pero que los padres se limiten a hacerse cargo económicamente de los hijos extramatrimoniales no es la solución. Es preciso reconocer su derecho a tener una familia”.




Amina Jalid, secretaria general de la INSAF, sostiene que “ser madre soltera en Marruecos, donde no hay políticas de control de la natalidad y el aborto está penalizado, supone una condena a sufrir una vida de discriminación”. “Cuando la familia se entera de que la hija está embarazada, la futura madre es expulsada sin contemplaciones de casa”, advierte, “y muchas se van con lo puesto y tienen que dormir en la calle o en las estaciones de tren o autobuses”. “La reforma anunciada y pendiente de aprobación por el Parlamento no es la que esperábamos”, concluye. “Necesitamos mucho más, incluido el derecho a la prueba de ADN”.



Paradojas de los exámenes genéticos





En Marruecos, la prueba de ADN es utilizada habitualmente en investigaciones policiales y judiciales. Puede servir para descubrir al autor de una violación, pero en ningún caso sirve para atribuir la paternidad legal. Se da la paradoja de que un mismo hombre puede recurrir al examen de muestras genéticas con el fin de descartar la paternidad sobre un hijo nacido dentro del matrimonio y rechazar el mismo método para verificar si es suyo el hijo de una mujer con la que ha tenido relaciones extramatrimoniales.




El artículo 32º de la Constitución marroquí obliga al Estado a garantizar “igualdad en la protección jurídica y la consideración social a todos los hijos, independientemente de su situación familiar”. El artículo 7º de la Convención relativa a los Derechos del Niño, ratificada por Marruecos, garantiza el derecho a tener apellidos y a que los hijos sean cuidados por sus padres.




Son varias las voces que en Marruecos contradicen el dictamen de los ulemas. El Consejo Económico y Social, una institución oficial, ha pedido expresamente que se reconozca el derecho a la prueba de ADN como “elemento científico para determinar la paternidad”.




La Alianza de Asociaciones en defensa de los Derechos de las Madres Solteras y de sus Hijos, de la que forma parte la INSAF junto a una decena de ONG, ha criticado en un comunicado difundido la semana pasada la decisión del Consejo de Ulemas por reflejar una percepción de las madres solteras como “pecadoras eternas”. “La negativa a integrar los exámenes genéticos como prueba de filiación constituye una negación de los derechos de los niños nacidos fuera del matrimonio”, refutan las ONG a los doctores de la sharía, al tiempo que reclaman que las pruebas de ADN sean obligatorias en caso de litigio.
El fantasma del Blog
Fabricantes sin escrúpulos, antídotos inútiles y escasez de medicamentos frente a las mortíferas mordeduras de serpiente en África



Una investigación de The Bureau of Investigative Journalism revela que, en África subsahariana, los pacientes se enfrentan a un “salvaje oeste” donde los tratamientos para el veneno de estos reptiles cuestan una fortuna o no funcionan





Paul Eccles
Andjela Milivojevic
Rachel Schraer
Londres
13 FEB 2025 - 08:00 CET



Kamidikolo, un obrero del sur de Uganda de 60 años, estaba tratando de averiguar qué había hecho que las ratas entraran corriendo en su casa cuando sufrió la mordedura de una serpiente, justo cuando intentaba alcanzar una lámpara. Ese fue el último instante en el que este hombre pudo usar ambos brazos. Cuando Kamidikolo llegó al hospital, el veneno ya había comenzado a descomponer su piel y músculos. La carne alrededor de la mordedura se estaba necrosando y desprendía un olor a carne podrida.




Lo único que podía detener el daño era un antídoto contra la mordedura de serpiente. Le dieron un vial de este tratamiento, pero no pudo frenar el rastro de destrucción que el veneno había comenzado a trazar a través de su cuerpo.




Una investigación de The Bureau of Investigative Journalism (la Oficina de Periodismo de Investigación, TBIJ, por sus siglas en inglés) revela que, en África subsahariana, los pacientes se enfrentan a un “salvaje oeste” de antídotos ineficaces que están mal fabricados, mal comercializados y mal regulados. Según los expertos, algunos de ellos tienen la misma utilidad que tendría inyectar agua.




El TBIJ analizó muestras de antídotos comprados en tres países y descubrió que algunos de ellos podrían requerir más de 70 viales para tratar eficazmente algunas mordeduras. Los antídotos suelen escasear; la mayoría de los centros no tienen existencias suficientes y los pacientes no pueden permitirse —ni recibir— tantos viales a tiempo para que surtan efecto. Una empresa de antídotos ha sido acusada de investigación fraudulenta. Otra empresa exportó un antídoto para serpientes indias a África occidental, donde sabían que no funcionaría, un acto que los expertos califican de poco ético y criminal. Los antídotos son medicamentos “antiguos” que se han elaborado de la misma manera durante más de un siglo: inyectando veneno de serpiente a caballos y ovejas y extrayendo anticuerpos de su sangre (los anticuerpos son producidos por el sistema inmunológico para combatir virus, toxinas y otros peligros).




Este origen antiguo es una de las razones por las que los antídotos han evitado las normativas que ahora se aplican a muchos otros medicamentos. A pesar de ser una medicina de vida o muerte, no están sujetos a los mismos estándares que el paracetamol. No hay requisitos para que los antídotos pasen por ensayos clínicos para demostrar que son seguros y efectivos en humanos.



“Es un espectáculo de vaqueros”, afirma Thea Litschka-Koen, una destacada experta en mordeduras de serpiente en Esuatini, en el sur de África. “Algunos venden cosas que, francamente, sería mejor tirar por el desagüe”.




Una crisis oculta




El daño que causa la mordedura de una serpiente depende de la especie que sea. Si es una serpiente venenosa, puede causar lesiones que llegan a cambiar la vida o incluso provocan la muerte. “Te hacen heridas horribles”, asegura Litschka-Koen, que fundó la Fundación Antiveneno de Esuatini, una organización benéfica que recauda fondos para tratar a las víctimas de mordeduras de serpientes. Algunas serpientes, como la que mordió a Kamidikolo, tienen un veneno citotóxico, lo que significa que daña y finalmente mata las células. Las personas que han sobrevivido a estas mordeduras afirman que la sensación es como si te inyectaran ácido hirviendo. Una mordedura citotóxica puede cubrir todo un brazo o el tórax, o toda una pierna, y tardar casi un año en curarse, explica Litschka-Koen.




Otras serpientes, como la víbora de arena, impiden que la sangre se coagule y provocan un sangrado excesivo. Y luego hay serpientes como la infame mamba negra, cuyo veneno neurotóxico estrangula las señales nerviosas del cerebro. Las víctimas sienten que su cuerpo se paraliza. El número exacto de personas afectadas por las mordeduras de serpiente es un misterio. Es un problema que a menudo no se registra. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 5,4 millones de personas sufren mordeduras cada año. Los cálculos sobre muertes en todo el mundo oscilan entre 80.000 y 140.000. Pero está claro quiénes son los más afectados. “Es la enfermedad de los pobres”, señala Litschka-Koen. “Esa es la cruel verdad de la mordedura de serpiente”.





Los que sufren las mordeduras suelen vivir en zonas alejadas, a menudo rurales, concentradas principalmente en el sur de Asia y África. Por lo general, los agricultores y los niños son los más propensos a las mordeduras. TBIJ ha examinado siete casos, el de Kamidikolo incluido, en los que las víctimas de mordeduras de serpiente sufrieron graves lesiones a pesar de recibir tratamiento. Dos no sobrevivieron. Aunque la muerte es el riesgo máximo, el triple de personas sobreviven y quedan con discapacidades permanentes. Meses después, Kamidikolo sigue sin poder usar del todo su brazo y depende de analgésicos y somníferos. Esto significa que este padre de cinco niños menores de 10 años, que se gana la vida con trabajos ocasionales de reparaciones o en la construcción, no puede trabajar. Ya no puede permitirse enviar a sus hijos pequeños a la escuela.




Su historia es una historia común; Litschka-Koen ha visto a todo tipo de personas, desde ancianos hasta una niña de 18 meses, con miembros amputados, desechados por las comunidades y relegados a la pobreza. “La mordedura de serpiente tiene consecuencias económicas devastadoras para el individuo, la familia y todo el país”, asegura Litschka-Koen.





La mejor manera de prevenir estas consecuencias es un tratamiento rápido con antídoto. Con una dosis eficaz, administrada correctamente, las posibilidades de supervivencia pueden ser seis veces mayores. Pero para personas como Kamidikolo, a menudo es mucho más fácil acceder a los herbolarios locales que a la atención médica convencional. Incluso quienes viven en los principales centros urbanos pueden tener dificultades: la mordedura de serpiente ocupa poco o ningún lugar en el plan de estudios de muchas facultades de medicina africanas.




En países ricos como Australia, donde el antídoto es de alta calidad y gratuito para los pacientes, las mordeduras de serpiente causan solo una o dos muertes al año. Pero en muchos países africanos, el tratamiento eficaz se ha visto afectado por problemas durante años. En 2023, por ejemplo, 20.000 personas murieron por mordeduras de serpiente en el África subsahariana. “Tenemos que controlarlo”, reitera Litschka-Koen. “Es increíble que esté tardando tanto. No se puede mirar a otro lado e ignorar la crueldad, el dolor y el sufrimiento”.





Igual que inyectar agua





En su despacho del tercer piso de un edificio de paneles de vidrio en Valencia, en España, el profesor Juan Calvete examina un pequeño frasco con tapa azul. Calvete es respetado en todo el mundo como experto en antídotos contra las mordeduras de serpientes. Las paredes y estanterías a su alrededor están adornadas con abalorios y recuerdos de colaboraciones con otros expertos. En el laboratorio contiguo, se oye el zumbido y los chasquidos de las máquinas mientras sus compañeros analizan venenos y antídotos. Calvete gira el frasco que tiene en la mano para mirar el texto de la etiqueta. Este enumera el veneno de las serpientes indias que se pueden tratar con él, parte de la etiqueta está escrita en bengalí y el precio del frasco aparece en rupias indias. Es, a todas luces, un antídoto fabricado para India. Pero un reportero de TBIJ lo había comprado en África oriental.





El veneno de serpiente y sus efectos varían mucho de una especie a otra, e incluso dentro de la misma especie en función de dónde vive, qué come y otros factores genéticos. Un antídoto formulado para funcionar en una región puede ser prácticamente inútil contra las mordeduras de serpiente en otro lugar. Calvete lo expresa de forma más contundente cuando explica lo que sucedería si a uno le mordiera una serpiente africana muy venenosa, como una mamba negra, y él le diera el antídoto indio que tenía en la mano. “Puede hacer dos cosas”, explica. “Una, coger el teléfono y despedirse de su madre. Y la otra, si tiene una heladería cerca y encuentra un sabor que le guste, comerse un helado. Porque eso será lo último que comerá”.





Las palabras de Calvete tienen mucho peso. Su laboratorio en el Instituto de Biomedicina de Valencia es la única fuente de confianza para las evaluaciones oficiales de la OMS sobre la calidad de los antídotos. La investigación científica ha demostrado desde hace tiempo que los antídotos indios contra las mordeduras de serpiente no funcionan contra las serpientes africanas. Calvete probó dos antídotos indios comprados en Uganda y Nigeria por TBIJ. Fabricados por Bharat Serums and Vaccines (BSV) y Premium Serums and Vaccines, que también fabrican diferentes antídotos africanos, mostraron una capacidad terriblemente baja para actuar contra el veneno de serpientes del África subsahariana. “Administrar a un paciente este antídoto sería casi como inyectarle agua destilada”, asegura. Ambas empresas negaron haber exportado sus productos a Uganda y Nigeria, respectivamente. Premium Serums declaró a TBIJ: “Nunca hemos exportado nuestro [antídoto indio] a África. Es lamentable que las autoridades reguladoras de África permitan la importación de antídotos tan inadecuados contra las mordeduras de serpiente”.




¿Cómo se analizaron los antídotos adquiridos por TBIJ?





Calvete y su equipo realizaron pruebas para cinco antídotos suministrados por TBIJ, que habían sido adquiridos en Nigeria, Tanzania y Uganda. Cada antídoto venía en forma de un polvo fino, el cual se pesaba. Luego, el equipo diluyó los polvos en una solución salina y analizó la cantidad de los ingredientes esenciales que había en cada vial.





A continuación, comprobaban la eficacia con la que el antídoto se adhería a los venenos de cuatro de las serpientes más peligrosas y extendidas en el África subsahariana: la víbora sopladora, la cobra escupidora de cuello negro, la mamba negra y la víbora de alfombra de África occidental. La capacidad de adhesión muestra a cuánto veneno se “adherirá” el antídoto por unidad. A grandes rasgos, cuanto más se pueda adherir, mejor funcionará el antídoto. La adhesión a las toxinas del veneno es el primer paso para detenerlas; si el antídoto no puede adherirse a ellas, no puede neutralizarlas. La adhesión es un buen indicador de si un antídoto puede contrarrestar un veneno en particular.





El antídoto de BSV se ha exportado a Malí, Somalia y Tanzania en los últimos años, y un reportero de TBIJ pudo comprar un vial en Uganda el año pasado. David Williams, uno de los principales expertos de la OMS en mordeduras de serpientes, señala que las personas que compran los antídotos para los ministerios de salud nacionales no siempre entienden cómo funcionan. “Nadie les dice qué especie de serpiente se supone que deben buscar”, explicaba. “Compran el producto más barato que pueden encontrar. Y no es hasta que llega a manos del médico cuando alguien se da cuenta de que no es para las serpientes que vienen de nuestro país”.




Pero un fabricante como BSV debería saber dónde funcionará su producto. La empresa, que declara que su misión es “preservar, proteger y mejorar la calidad de vida”, lleva años fabricando antídotos. No fabrica antídotos para África; cuando TBIJ llamó a BSV, un empleado confirmó que el único antídoto que fabrica la empresa es para su uso contra serpientes indias. Las acciones de BSV ya han causado muertes antes. Uno de sus antídotos más antiguos se fabricaba utilizando una mezcla de venenos de serpientes africanas e indias. Básicamente, utilizaba una especie de víbora india en lugar de la especie africana común. Cuando se usó en Ghana en 2004, las investigaciones demostraron que provocó un aumento de casi siete veces la mortalidad en comparación con los pacientes tratados con un antídoto diferente. Los fabricantes no siempre participan en la distribución de antídotos. Pero BSV sí lo hace: los registros muestran que realizó varios envíos de su antídoto indio a Malí, donde no funcionó. BSV niega haber exportado su producto a Somalia, Tanzania y Uganda, pero señala que sus exportaciones a Malí habían sido aprobadas por el Ministerio de Salud del país. El Ministerio de Salud de Mali lo niega. Williams califica las exportaciones de BSV a Mali de “extremadamente inapropiadas”.




En su laboratorio de Valencia, Calvete se muestra más mordaz. “No hay palabras adecuadas para describir esto”, afirma. “Llevan muchos años en el sector, así que deberían saber lo que hacen”. “Si este es el caso, debería investigarse como un fraude porque sería un delito vender un producto que salva vidas a un país donde no va a funcionar”, asegura.





Investigando a Inosan




La calidad varía enormemente incluso en los antídotos creados específicamente para África. Inoserp Pan-Africa, fabricado por la empresa mexicana y española Inosan Biopharma, afirma combatir las mordeduras de 18 especies diferentes de serpientes. Pero las pruebas del TBIJ demostraron que, por vial, Inoserp era, con diferencia, el peor de todos los antídotos africanos analizados. De hecho, en las pruebas contra el veneno de serpiente del África subsahariana, obtuvo peores resultados que uno de los productos antiofídicos fabricados para las serpientes indias.





El problema no es que contenga el antídoto equivocado, sino que no hay suficiente cantidad en el frasco. En el laboratorio, se demostró que la capacidad de adhesión de Inoserp contra el veneno de mamba era 10 veces menor por vial que la de un producto de la competencia (PANAF Premium). Las implicaciones para los pacientes son graves. Por ejemplo, los resultados de las pruebas indican que los médicos podrían necesitar más de 70 de estos viales para tratar las mordeduras de algunas de las serpientes más peligrosas. Tantas dosis introducirían dos problemas: retrasos y costes elevados.




En realidad, es muy poco probable que un médico administre tantos viales. En primer lugar, un doctor espera horas entre cada dosis de antídoto para ver cómo responde el paciente, por lo que, con toda probabilidad, el medicamento tardaría demasiado en hacer efecto. “El tiempo es vida”, afirma Calvete. “La probabilidad de salir del hospital con todos los miembros intactos es mucho mayor si no tienen que tratarte con un vial detrás de otro”.




El coste también es prohibitivo. Una sola dosis de Inoserp, comprada en Tanzania, donde la atención sanitaria no siempre es gratuita, le costó a TBIJ 66 dólares (unos 63 dólares) aproximadamente las ganancias de un mes con el salario mínimo del país. El problema, como revelan las pruebas, es que, en comparación con sus competidores, Inosan pone una fracción del ingrediente activo necesario en un vial de Inoserp.




El bajo rendimiento de Inoserp no sorprende a Calvete. Él cree que Inoserp no está a la altura de las afirmaciones que hace en su envase. Calvete señala que ha hablado con Inosan sobre esto, “pero no han cambiado la forma en que fabrican su producto”. “Cuantas más ampollas vendas, más dinero obtienes”, remacha. Inosan ha vendido Inoserp por valor de 3,2 millones de dólares a al menos 13 países del África subsahariana en los últimos cinco años, según los datos de envío analizados por TBIJ. Inosan declaró a TBIJ que Inoserp se ha sometido a varios ensayos clínicos y que “casi todas” las pruebas han mostrado “una neutralización aceptable y cumplen las especificaciones con respecto a otros productos similares”. Añadió que, aunque sus productos contienen una menor cantidad de ingrediente activo, “esto no indica ninguna reducción en la potencia neutralizante o dilución. Evaluamos la capacidad neutralizante independientemente del contenido de proteínas”.





La empresa defendió su precio alegando que aún no había obtenido beneficios con el antídoto y que los intermediarios, como los mayoristas, eran responsables de parte del coste. Sobre el terreno, las experiencias de los médicos varían. Eugene Erulu, médico de Kenia con más de 20 años de experiencia en mordeduras de serpiente, se niega a utilizar Inoserp. Pero otros no están de acuerdo. Nicklaus Brandehoff es médico de urgencias y director ejecutivo de la Fundación Asclepio para Mordeduras de Serpiente, que dirige clínicas en Guinea y Sierra Leona. Afirma que el producto de Inosan “parece hacer su trabajo bastante bien”. Esto es especialmente cierto, señala, para el veneno de serpiente neurotóxico, el tipo que daña el sistema nervioso, causando debilidad muscular y parálisis.





Señales de alerta en la regulación y la investigación





La OMS tiene su propio proceso de aprobación como red de seguridad para los países que no tienen los medios para controlar los antídotos. Desestimó la última solicitud de Inosan. Basándose en las pruebas presentadas, no podía garantizar que los beneficios de usar Inoserp superaran los riesgos. La empresa está actualmente en trámites para ser evaluada de nuevo.




Abdul-Subulr Yakubu dirige la unidad de cardiología del hospital universitario de Tamale, pero generalmente acaba tratando mordeduras de serpiente; el norte de Ghana es tierra de reptiles. A menudo se encuentra en la situación de tener que administrar a un paciente varias veces la dosis recomendada de antídotos, incluido uno fabricado por la empresa india Vins. En 2017, la OMS desestimó la evaluación de Vins de sus productos para el África subsahariana, al igual que hizo con los de Inosan. “No estamos seguros de si tenemos que administrar grandes volúmenes, porque no es muy eficaz”, señala Yakubu.




El veneno de serpiente y sus efectos varían mucho de una especie a otra, e incluso dentro de la misma especie en función de dónde vive, qué come y otros factores genéticos. Un antídoto formulado para funcionar en una región puede ser prácticamente inútil contra las mordeduras de serpiente en otro lugar





Después de todo, hay muchos factores más que pueden complicar el tratamiento de una mordedura de serpiente. Muchos pacientes que acuden al hospital porque han sufrido una mordedura han ido primero a curanderos locales, retrasando su tratamiento y a veces introduciendo infecciones. Algunos llegan demasiado tarde para que el antídoto funcione. Otros no saben qué tipo de serpiente les ha mordido, lo que dificulta la administración del mejor tratamiento. Vins solicitó la recomendación de la OMS para su antídoto en 2016. El proceso se canceló cuando, entre otras cuestiones, Vins presentó un artículo sobre su medicamento supuestamente elaborado por dos investigadores respetados, quienes negaron haber participado en el estudio. La profesora Kate Jackson, una de las autoras que aparecen en el artículo, confirma: “Yo no recolecté esas serpientes y no existen en [la República del] Congo”. No recuerda que Vins se pusiera en contacto con ella en relación con el artículo. Vins declara que “un empleado de alto nivel” presentó la investigación con el nombre de Jackson y que su contrato fue “inmediatamente rescindido” cuando la empresa se enteró. “Desde entonces, hemos reforzado aún más nuestros protocolos para garantizar que esto no se repita nunca. Estamos de acuerdo en que caer en tales actos pone en duda la validez de los datos”.




Es otro ejemplo de prácticas cuestionables y de la escasez de investigaciones fiables. Sin ellas, explican los trabajadores sanitarios a TBIJ, prueban el antídoto disponible y esperan lo mejor, sin estar nunca seguros de si fue el medicamento o la suerte del paciente lo que tuvo más efecto. TBIJ probó un vial de Vins comprado en Uganda. Contenía mucho más del ingrediente activo que el producto de Inosan. Tras haber obtenido malos resultados en pruebas anteriores, Vins fue, en general, el antídoto con mejor rendimiento en las pruebas de TBIJ y, frente a tres de cada cuatro serpientes, superó a uno de los únicos antídotos aprobados por la OMS para su uso contra algunas serpientes en el África subsahariana: PANAF, el antídoto fabricado por Premium Serums para su uso contra serpientes en la región. Pero Calvete señala que incluso los mejores antídotos disponibles en el África subsahariana “podrían ser mejores y deberían ser mejores”. Vins ha vuelto a presentar su solicitud a la OMS y actualmente está volviendo a pasar por el proceso de aprobación.




Quedarse corto




Aunque un antídoto ineficaz puede tener consecuencias mortales, es realmente el último de muchos obstáculos entre un paciente con mordedura de serpiente y la supervivencia. Primero tienen que llegar a una clínica a tiempo y esperar que la clínica tenga un antídoto adecuado. La escasez es un gran problema en todo el continente, como bien sabe Nicholas Amani Hamman, director médico del Hospital y Centro de Investigación de Mordeduras de Serpientes de Kaltungo, en Nigeria. Este otoño, tuvo que ver morir a un niño de cuatro años mientras esperaba una segunda dosis de antídoto.




Tras ser mordido por una serpiente cuando volvía a casa después de ayudar en la granja, Desire fue trasladado al hospital, donde le administraron un frasco de EchiTAb-Plus-ICP, un antídoto diseñado para tratar las mordeduras de las serpientes nigerianas. No fue suficiente y su sangre no coagulaba, pero Nicholas no tenía más para administrarle. Su hospital hizo un llamamiento urgente a las autoridades y organizaciones benéficas para conseguir el medicamento, pero no llegó a tiempo para salvar al niño.




En otros casos, la escasez abre la puerta a la entrada masiva de antídotos inapropiados, de baja calidad o incluso falsos. A pocas horas en coche hacia el norte, el profesor Abdulrazaq Habib dirige el Centro de Investigación e Intervención de Mordeduras de Serpiente de Nigeria. Cuando el antídoto se agota en su hospital, escribe una receta para que los pacientes lo consigan en una farmacia. Es posible que un paciente tenga que “volver a su pueblo y vender una cabra, una oveja o una vaca” para poder pagar el tratamiento. Ni siquiera entonces hay garantía de que vayan a conseguir el antídoto adecuado. A lo largo de los años, Habib ha visto de todo, desde medicamentos auténticos que no funcionan para las serpientes de la región, hasta productos falsos y medicamentos para el asma que se venden como antídotos porque los frascos son similares. Cuando TBIJ envió a un periodista a una farmacia en el noroeste de Nigeria, nos ofrecieron antídotos adecuados para serpientes indias y una vacuna contra la rabia. Ninguno de ellos habría servido para una mordedura de serpiente.




La más desatendida del mundo




En África subsahariana se fabrica muy poco antídoto. Se calcula que la región recibe tan solo el 2,5 % del que necesita. Ha llegado a depender de las importaciones, creando lo que Thea Litschka-Koen y otros expertos llaman un “salvaje oeste”. Han prosperado las prácticas descuidadas y los fabricantes sin escrúpulos.




“A ver, no se puede meter a todos los fabricantes en el mismo saco. Hay algunos fabricantes fenomenales por ahí... No debemos pensar que todos los que fabrican antídotos lo hacen para ganar dinero rápido. Eso no es verdad”, asegura Litschka-Koen. “La razón de todo este desastre es que la mordedura de serpiente ha estado totalmente ignorada”. La mordedura de serpiente tiene fama de ser la más desatendida de las enfermedades tropicales desatendidas. Es una clasificación que se aplica a un grupo de enfermedades prevenibles y tratables. A pesar de su impacto, la mordedura de serpiente solo consolidó su lugar en la lista de la OMS de enfermedades tropicales desatendidas prioritarias en 2017, años después que otras enfermedades. La mayoría de los países del mundo han acordado el objetivo de reducir a la mitad la mortalidad y la discapacidad mundiales por mordeduras de serpientes de aquí a 2030. Sin embargo, en los cinco años transcurridos desde que se estableció ese objetivo, las mordeduras de serpientes han recibido solo 83 millones de dólares en fondos para investigación y desarrollo. En comparación, el ébola recibió 1.650 millones de dólares en fondos similares. El ébola mató a 2.485 personas en esos cinco años; es posible que las mordeduras de serpientes hayan matado a más de 150 veces esa cantidad.





Pero se han conseguido avances prometedores. Esuatini, la patria de Litschka-Koen, ha conseguido financiación internacional para fabricar un antídoto para las especies locales de reptiles. Esto, combinado con una estrategia global para hacer frente a las mordeduras de serpiente, significó que, en la temporada de mordeduras de serpiente más reciente, Esuatini registró cero muertes por primera vez en su historia. El profesor Abdulrazaq Habib cree que África tiene un potencial “enorme” si se le presta el apoyo adecuado. La producción de antídotos locales de alta calidad, reitera, debería ser el objetivo.




Los Gobiernos nacionales deben intensificar sus esfuerzos, al igual que la comunidad internacional; señala la escasez de antídotos en Nigeria en el pico de la temporada de mordeduras de serpientes, que atribuye a una mala planificación. “No digo que sea fácil, pero no hacer nada no es una opción”.





Un medicamento antiguo sujeto a normas antiguas





El primer antídoto contra la mordedura de serpiente se fabricó a mediados de la década de 1890. La forma en que se fabrican los antídotos no ha cambiado realmente desde entonces: las serpientes son “ordeñadas” para obtener su veneno, que se inyecta en caballos u ovejas, que luego producen potentes anticuerpos. Convertir esos anticuerpos en antídotos implica extraer plasma (la parte líquida de la sangre) de los caballos. Jeff Brown, un científico especializado en productos farmacéuticos y dispositivos médicos, califica los antídotos como “antigüedades” del mundo del desarrollo de medicamentos. “Es como coger una cucharada de sangre de caballo y aplicártela, y esperar que salga bien”, explica Brown, que trabaja para PETA Science Consortium International.




A diferencia de la mayoría de los medicamentos, los antídotos no tienen que pasar por ensayos clínicos con humanos para comprobar su eficacia y seguridad. Esto se debe en parte a que se introdujeron antes de que los ensayos clínicos fueran obligatorios y a que su forma de elaboración no ha cambiado desde entonces. Esto significa que hoy en día se ofrecen a la gente antídotos contra las mordeduras de serpiente que solo se han probado en animales.




El profesor Nicholas Casewell, director del Centro de Investigación e Intervenciones de Mordeduras de Serpiente de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, señala que no se tienen pruebas sólidas para estos tratamientos. Aunque parezca que funcionan en ratones, advierte, “no se puede estar seguro de la dosis a la que serán eficaces en humanos, lo que plantea muchos retos a los médicos”. Otra peculiaridad es la información que los fabricantes escriben en la caja. Incluso para un medicamento básico como el paracetamol, la mayoría de los reguladores exigen que el envase indique la cantidad del ingrediente esencial en cada dosis; por ejemplo, un comprimido estándar de paracetamol en Reino Unido contiene 500 mg. Pero los antídotos que se venden en toda África no especifican cuánto ingrediente esencial hay en cada vial. “Es totalmente descabellado administrar un medicamento cuando no se conoce la cantidad de producto activo que contiene el frasco”, señala el profesor Juan Calvete, que dirigió las pruebas de antídotos del TBIJ.




No hay nada que impida a los fabricantes hacer las afirmaciones que quieran sobre el número de venenos de serpiente diferentes que pueden tratar y la dosis necesaria para hacerlo, algo que las pruebas del TBIJ han demostrado que es extremadamente poco fiable en algunos casos. Calvete describe la normativa actual como una tragedia: “Hay que cambiar las reglas”.




Este reportaje fue inicialmente publicado en inglés por The Bureau of Investigative Journalism (TBIJ).

Elaborado con información adicional de Shafa'Atu Suleiman y Laura Margottini.
El fantasma del Blog
Nelson Mandela : l’histoire secrète d’une libération







Fraternite
Par :
Isac YAI
Date :
11 février 2025





Le 11 février 1990, Nelson Mandela, le plus célèbre et le plus ancien prisonnier politique du monde, fait ses premiers pas d’homme libre. Des millions de personnes à travers la planète, qui vivent l’événement en direct sur leur petit écran, découvrent le visage souriant, mais aminci et vieilli, de celui dont les dernières images connues ont été prises au début des années 1960. Ce Grand reportage, diffusé pour la première fois en 2010, revient sur les conditions méconnues de cette libération. Par Nicolas Champeaux.






11 février 1990. Voilà Nelson Mandela devant les caméras du monde entier et il lève le poing au ciel. Il est libre, enfin, après 27 années en détention. Pour le chanteur anti-apartheid Johnny Clegg et des millions de Sud-Africains, Mandela était une promesse à qui l’on avait coupé les ailes : « C’était fantastique. Pour moi, c’était comme si les nuages s’étaient dissipés pour faire place au paradis. Quand il est sorti et qu’il a levé la main pour saluer tout le monde, il dégageait un certain sang-froid et il exprimait l’assurance que l’histoire allait tranquillement se dérouler et qu’on allait réussir. Je fais partie des générations qui ont grandi dans la fin des années 1960, les années 1970 et les années 1980 et qui n’avaient jamais vu Nelson Mandela. On savait ce que son nom évoquait, mais on ne pouvait pas associer son nom à une image. À l’époque, il était illégal de porter sur soi une photo de Nelson Mandela, c’était un acte criminel. C’est cette notion que je développe dans ma chanson Asimbonanga. On ne l’avait jamais vu Mandela. Alors que pour nous, le simple son de son nom évoquait la promesse d’une nouvelle Afrique du Sud ».



Ironiquement, Mandela, au fil des années 1980, était aussi devenu l’homme providentiel aux yeux des dirigeants de l’apartheid, un régime aux abois. Isolé sur la scène internationale, en proie à l’ébullition contestatrice des townships noirs, dans les banlieues résidentielles aussi, de plus en plus de jeunes blancs boycottent le service militaire obligatoire. Ils ne veulent pas être associés à la répression sans cesse plus féroce de manifestations organisées par des Sud-Africains noirs dont la seule revendication est le droit à la dignité.




Le régime se résout alors à négocier dans le secret le plus total. Et durant les deux années qui ont précédé sa libération, le ministre de la Justice Kobie Coetzee et le chef des services secrets Niel Barnard ont rencontré Mandela. Barnard se souvient, Frederik de Klerk n’a été mis dans la confidence que à la suite de son accession à la présidence en août 1989 : « De Klerk était furieux car il n’avait pas été informé du processus de négociation en cours et jusqu’à un certain point, je le comprends. C’était un ministre de premier plan dans le gouvernement Botha. Donc de Klerk était extrêmement irrité que, soi-disant dans son dos, des fonctionnaires sécurocrates avaient été aux manettes des négociations avec l’aval de Botha. Mais moi, j’étais intimement persuadé qu’il ne fallait surtout pas informer les membres du gouvernement. Et j’ai convaincu Botha. Je lui ai dit si vous les informez, les négociations capoteront dès le lendemain ».




En 1982, Nelson Mandela et d’autres éminents dirigeants de l’ANC (African National Congress), dont Walter Sisulu et Ahmed Kathrada, sont transférés à la prison de haute sécurité de Pollsmoor, dans la ville du Cap. Kathrada avait lui aussi été condamné à la prison à vie à l’issue du procès de Rivonia. Il venait de passer 18 années en détention à Robben Island aux côtés de Nelson Mandela. Mais à Pollsmoor, ce dernier ne lui pipe pas mot de ses premières rencontres avec l’ennemi : « Le jour où on l’a ramené à la prison après son opération à l’hôpital, les officiers supérieurs lui ont dit “Mandela, on va vous séparer de vos codétenus”. Notre réaction immédiate a été de protester. Mais Mandela nous a dit “Non, ne dites rien, il en sortira peut-être quelque chose de bon.” C’est là que l’on a compris qu’il avait quelque chose en tête. Mais nous n’avions aucune information. Mandela, délibérément, a franchi le premier pas sans nous informer. C’était un démocrate. Il n’était pas sûr qu’on allait le soutenir dans sa démarche. Et si la majorité avait été contre, il aurait dû s’y résigner. Lui-même le dit dans sa biographie. Il voulait prendre l’initiative seul, parce qu’il y a des moments où les dirigeants doivent montrer la voie. Et puis Mandela allait être isolé ici et il disait souvent « Il y a une chose qu’offre la prison, c’est le temps pour réfléchir ».




Niel Barnard : « La première réunion a eu lieu en 1988 dans le bureau du commandant en chef de la prison de Pollsmoor, le 23 mai, je crois. Arrive Mandela. Il était vêtu de son uniforme de prisonnier et avait des bottes aux pieds. Mais je dois dire que même dans cette tenue, on voyait bien que c’était un homme fier. Il dégageait une certaine grandeur et était doté d’une incroyable personnalité. Nous avons immédiatement abordé les trois questions que j’étais chargé de lui soumettre. D’abord, était-il intéressé par une solution politique négociée dans un cadre constitutionnel ? Deuxièmement, accepterait-il de renoncer à la campagne militaire de son mouvement ? Et troisièmement, quelles étaient ses vues sur le futur rôle du Parti communiste ? C’était une bonne réunion. Nous avons décidé de poursuivre le processus et durant deux années, nous avons eu d’intenses négociations sur ces trois sujets-là. Il faut savoir que dans un deuxième temps, quand Mandela a été transféré à Victor Verster, nous l’avons délibérément autorisé à rencontrer ses codétenus pour qu’il puisse les informer, parce que nous savions qu’il était sous pression. Les autres devaient se demander “va-t-il sceller un accord secret et peut-on lui faire confiance ?” »





Mandela a assumé des rôles de premier plan au sein du mouvement de libération avec la Ligue des Jeunes, puis en tant que volontaire en chef de la campagne de désobéissance civile et aussi à la tête de la branche armée de l’ANC, Umkhonto we Sizwe (« fer de lance de la nation »). Il a surtout gagné ses galons lors de son discours du procès de Rivonia, alors que lui et ses coaccusés risquaient la peine de mort. Mandela a déclaré qu’il était prêt à mourir pour la cause d’une société libre et démocratique.




Mac Maharaj, le protégé de Nelson Mandela à Robben Island, parle de son mentor comme d’un chef naturel et d’un fin stratège qui inspire une confiance sans faille : « Mandela n’était pas chef simplement parce qu’il occupait la position de chef, mais parce qu’il réaffirmait son leadership au quotidien. C’était le cas en prison notamment. Je vais vous donner un exemple. On travaillait à la carrière, les prisonniers s’y rendaient à pied et nous étions encadrés de gardiens armés, deux devant, deux derrière et deux de chaque côté. Et un matin, les gardiens étaient particulièrement agressifs. Ils étaient déchaînés et hurlaient dans nos oreilles “Marchez plus vite !” On avait l’impression qu’ils voulaient nous tabasser. Et là, les prisonniers ont commencé à murmurer aux uns et aux autres une consigne. Mandela dit qu’il faut marcher lentement. Moi, je me suis dit mais pour qui se prend-il ? Mes jambes me disent de marcher vite parce que je n’ai pas envie de me faire taper dessus. Et c’est là que l’on a vu Mandela se faufiler entre les prisonniers pour gagner le premier rang. Et d’un coup, je me rendais compte que j’avais ralenti l’allure. Pourquoi ? Parce que le tout premier rang emmené par Mandela marchait doucement. Donc Mandela était là, en première ligne des représailles et des menaces. Il avait saisi que pour convaincre les siens de se comporter d’une certaine manière dans un climat menaçant, il fallait qu’il soit le plus exposé au danger, à l’avant. Il a démontré aussi qu’il ne servait à rien de répondre aux gardes et de leur dire d’aller en enfer. Et donc, toutes les rangées marchaient doucement. Les gardes criaient crier jusqu’à ne plus savoir quoi faire. Je donne cet exemple parce que c’est une chose de grimper sur une estrade et d’ordonner à ses troupes de se battre. Mais quand la bataille bat son plein, se comporter en vrai dirigeant, c’est s’assurer la loyauté de ses troupes en s’exposant soi-même sur la ligne de front ».





Mandela, avant de poursuivre ses entretiens avec le pouvoir, souhaite en informer le mouvement. Il demande à son avocat, Georges Bizos, de se rendre en Zambie pour alerter Oliver Tambo, le chef de l’ANC en exil. Nelson Mandela, est impatient de négocier directement avec le président. Mais Peter Wilhelm Botha est victime de deux crises cardiaques. La rencontre secrète aura finalement lieu en juillet 1989. Neil Barnard : « Nous avons conduit Mandela au bureau présidentiel de Tuynhuys au Cap. Le Service national des renseignements était en charge de l’opération. Je me suis donc occupé du déplacement de la prison Victor Verster à Tuynhuys. Nous arrivons à Tuynhuys. Les services de sécurité de la présidence ont dû voir Mandela, mais je ne pense pas qu’ils l’aient reconnu, parce qu’en tant que chef des renseignements, j’amenais souvent des chefs d’États africains au palais pour des rencontres avec le président Botha et j’avais de bons rapports avec la police de sécurité. Ils savaient qu’ils n’avaient pas à me demander qui j’introduisais dans le bâtiment. Donc voilà, on a fait rentrer Mandela au nez et à la barbe de la sécurité pour La réunion. Et fait étonnant, comme le font souvent les personnes âgées, Mandela et Botha ont passait un certain temps à se convaincre l’un l’autre qu’ils étaient en parfaite santé. Ensuite, ils ont parlé de l’Afrique, des Afrikaners et de la guerre anglo-boer. C’était une rencontre très courtoise, centrée avant tout sur les personnalités de l’un et de l’autre. Ils ont parlé de l’Afrique. C’était une très bonne réunion ».




Nelson Mandela s’est révélé un négociateur redoutable. Ses interlocuteurs diront que sa chaleur était désarmante, et à Robben Island, il avait appris la langue de l’ennemi, l’afrikaans. Mac Maharaj : « Mandela m’a persuadé d’étudier l’afrikaans. Moi, j’y ai été opposé, mais il s’est appuyé sur un cas de figure militaire et il m’a demandé “Comment est-ce que tu vas conduire le général ennemi à tomber dans l’embuscade que tu lui as tendue ? Pour réussir, tu dois comprendre le mode de raisonnement du général. Ainsi, si tu attaques une base A, tu sais par avance qu’il déplacera ses forces au point B et c’est là que tu auras tendu ton embuscade.” Donc Mandela m’a dit il te faut les comprendre. Mais pour cela, il te faut connaître leur histoire, leur langue, leur culture et leur système de valeurs ».




En décembre, Mandela retourne au bureau présidentiel du Cap. On le fait de nouveau entrer en cachette par le garage. Il rencontre le successeur de Botha, Frederik de Klerk. Les deux hommes promettent de se revoir. Mandela vivait alors dans une maison dans l’enceinte de la prison Victor Verster. Il pouvait lire les journaux, recevoir des visites. Il s’amusait aussi des progrès de l’électroménager, avec une certaine fascination pour le four à micro-ondes. Pendant ce temps, les services de renseignement se rendent en Angleterre et en Suisse pour rencontrer les chefs de l’ANC en exil. Le président Frederik de Klerk, avant même son investiture, avait promis de transformer totalement l’Afrique du Sud. Des paroles immédiatement suivies de gestes concrets. Les autorités donnent leur feu vert pour la grande marche de la paix dans les rues du Cap en septembre. La chute du mur de Berlin, deux mois plus tard, convainc le gouvernement de passer à la vitesse supérieure. Il ne peut plus prétendre lutter contre l’ANC afin d’endiguer l’expansion communiste. Le 2 février 1990, de Klerk annonce la libération imminente de Mandela et la levée de l’interdiction pesant sur l’ANC. 





La libération de Mandela a lieu dans la précipitation. Ses soutiens ont moins de 24 h pour organiser la cérémonie. Les Sud-Africains réservent à Mandela un accueil triomphal, mais des voyous se mêlent à la foule. La tension menace. Neil Barnard, le chef des renseignements du président de Klerk : « Il y a eu de nombreux pillages ce jour-là et on en a peu parlé. C’était l’une des préoccupations majeures. C’est d’ailleurs pour cette raison que son premier discours a été organisé au Cap et non à Soweto, parce qu’il aurait été extrêmement difficile de faire régner l’ordre là-bas. C’était un énorme défi pour nous. Mandela croyait que ses marshals allaient pouvoir contrôler la foule, mais ce n’était pas le cas. C’était très délicat. Imaginez un peu ce qui se serait passé si les célébrations avaient dégénéré en chaos. Nous aurions dû imposer à nouveau l’état d’urgence, réquisitionner les militaires peut-être, et toutes les négociations seraient tombées à l’eau. Nous aurions peut-être même été contraints d’arrêter de nouveau Nelson Mandela. Mais heureusement, tout s’est bien passé ».




« Amandla! Awetu! Amandla! » (« Le pouvoir est à nous ! »). Au Cap, le 11 février, du balcon de la mairie, Mandela appelle ses soutiens à poursuivre la lutte armée jusqu’à la capitulation du régime apartheid. Aucune aigreur ni esprit de vengeance dans son discours. Cependant, il invite les Blancs à apporter leur pierre à l’édifice d’une nouvelle Afrique du Sud. Vingt ans plus tard, Ahmed Kathrada, l’un des plus fidèles compagnons de Mandela, se félicite de l’esprit de réconciliation qui a soufflé dès le 11 février après un si long chemin : « Il y a toute une histoire derrière le 11 février. Ça remonte à ses premières rencontres avec les gens de l’autre bord et ses premières revendications : “Libérez d’abord tous les autres prisonniers politiques, levez les interdictions qui pèsent sur nos organisations” disait-il. Je vous rappelle que l’on parle là des gens qui étaient les responsables des pires lois du pays. On devait échanger avec eux et ce n’est pas facile. Ils voulaient nous imposer tout un tas de conditions. Ils nous ont dit “On ne négocie pas de communistes dans votre délégation”. Mandela leur a répondu “Nous n’avons pas choisi les membres de votre délégation. Là, vous parlez de notre délégation, vous n’allez pas la composer à notre place.”





C’était une épreuve de longue haleine. Mais à la fin, il a réussi. Même si nous avons fait des concessions et eux aussi. C’est pourquoi nous avons accepté le concept d’un gouvernement intérimaire au cours des cinq premières années. On leur a garanti que leur chef de la police et leur chef de l’armée allaient pouvoir rester sur place. Dans notre camp, il y a des gens, encore aujourd’hui, qui nous reprochent d’avoir trop concédé. Mais le plus souvent, ce sont des jeunes qui n’ont pas vécu cette époque. Ils pensent que c’était une victoire militaire et que l’on pouvait dire à l’ennemi “Voilà, nous avons gagné”. Mais ce n’était pas ça du tout. C’était une solution négociée. Je pense que d’un point de vue global, c’était même une réussite. Les gens ont accepté le fait de partager le même pays, le même drapeau, le même hymne national. C’est ça la signification du 11 février. C’est la liberté, même pour nos compatriotes blancs. Ils étaient mal dans leur peau avant. Quand ils étaient à l’étranger, ils cachaient leur passeport sud-africain parce qu’à l’époque, le monde entier était de notre côté. Donc, on leur a dit “Nous vous avons libérés vous aussi. Désormais, vous pouvez montrer avec fierté votre passeport sud-africain, agiter avec fierté votre drapeau sud-africain”. Nous leur avons apporté la sécurité et la liberté, mais surtout, nous avons offert la dignité à tous les Sud-Africains. Et c’est cela la leçon, l’héritage du 11 février ».




Nathalie Amar : Nicolas Champeaux est en ligne du Cap. Nicolas, ce qui frappe en écoutant votre reportage, c’est que durant ces années de prison, Mandela et les autres dirigeants de l’ANC poursuivent la lutte de façon méthodique et très disciplinée.




Nicolas Champeaux : Oui, Mandela et les siens se sont comportés en fait, dès leur arrivée, comme si l’univers de la prison était une version réduite du monde. Par conséquent, ils ont continué à se battre pour faire valoir leur droit à la dignité. Ils ont continué à combattre la discrimination en prison. Ils ont protesté, par exemple, quand les détenus d’origine indienne recevaient des rations de nourriture plus généreuses que celles des Noirs. Par ailleurs, ils ont scrupuleusement respecté les règles de fonctionnement de l’ANC. Les décisions étaient collectives. Ils débattaient de tout, des durées, des grèves de la faim par exemple. Mandela et les siens aussi inventaient des moyens astucieux pour faire sortir des instructions visant à déstabiliser le régime et le contraindre, à terme, à négocier. Le message de ce 20e anniversaire est très clair. L’ANC dit que la lutte a libéré Nelson Mandela. Ce n’était pas un geste de bienveillance, un cadeau de Frederik de Klerk. C’est bien le peuple sud-africain qui a ouvert les grilles de la prison Victor Verster il y a vingt ans, jour pour jour.




Ce qu’il faut dire, donc, Nicolas, c’est que ce 11 février, bien entendu, tout n’est pas réglé avec la libération de Mandela et les négociations avec le pouvoir de Klerk continuent.




Et oui, car Mandela l’a dit le 11 février 1990, il fallait encore libérer le peuple sud-africain et lui permettre de de choisir ses dirigeants politiques à l’avenir et de voter. Alors l’ANC se vante d’avoir pu imposer le calendrier et les règles des négociations, mais Mandela négociait tout de même avec des hommes qui étaient encore maîtres de tous les instruments du pouvoir. C’était un véritable défi. Et Mac Maharaj, que l’on entend dans le reportage, l’a répété ce matin : « Cette marche, cette deuxième marche était une marche vers l’inconnu ».



« Mandela, l’histoire secrète d’une libération », un Grand reportage de Nicolas Champeaux. Réalisation Marc Minatel. 



Source : rfi















Nelson Mandela: la historia secreta de una liberación




Fraternite
Por: Isac YAI
Fecha:11 de febrero de 2025




El 11 de febrero de 1990, Nelson Mandela, el preso político más famoso y antiguo del mundo, dio sus primeros pasos como hombre libre. Millones de personas en todo el mundo, que viven el evento en vivo en su pequeña pantalla, descubren el rostro sonriente, pero demacrado y envejecido, de aquel cuyas últimas imágenes conocidas fueron tomadas a principios de la década de 1960. Este Gran Reportaje, emitido por primera vez en 2010, repasa las condiciones desconocidas de esta liberación. Por Nicolas Champeaux.





11 de febrero de 1990. Aquí está Nelson Mandela frente a las cámaras de todo el mundo levantando el puño al cielo. Está libre, por fin, después de 27 años de detención. Para el cantante anti-apartheid Johnny Clegg y millones de sudafricanos, Mandela era una promesa a la que le habían cortado las alas:

“Fue fantástico. Para mí, era como si las nubes se hubieran disipado para dar paso al cielo. Cuando salió y levantó la mano para saludar a todos, desprendía cierta compostura y expresó la seguridad de que la historia se desarrollaría tranquilamente y que tendríamos éxito. Soy una de las generaciones que crecieron a finales de los años 60, 1970 y 1980 y que nunca habían visto a Nelson Mandela. Sabíamos lo que evocaba su nombre, pero no podíamos asociar su nombre con una imagen. En ese momento, era ilegal llevar una foto de Nelson Mandela, era un acto criminal. Esta es la noción que desarrollo en mi canción Asimbonanga. Nunca habíamos visto a Mandela. Mientras que para nosotros, el simple sonido de su nombre evocaba la promesa de una nueva Sudáfrica ”.






Irónicamente, Mandela, a lo largo de la década de 1980, también se había convertido en el hombre providencial a los ojos de los líderes del apartheid, un régimen en apuros. Aislados en la escena internacional, plagados de la ebullición protestante de los municipios negros, también en los suburbios residenciales, cada vez más jóvenes blancos boicotean el servicio militar obligatorio. No quieren asociarse con la represión cada vez más feroz de las manifestaciones organizadas por sudafricanos negros cuya única reivindicación es el derecho a la dignidad.





El régimen decide entonces negociar en total secreto. Y en los dos años previos a su liberación, el ministro de Justicia Kobie Coetzee y el jefe del servicio secreto Niel Barnard se reunieron con Mandela. Barnard recuerda, Frederik de Klerk solo fue puesto en confianza tras su ascenso a la presidencia en agosto de 1989:

“De Klerk estaba furioso porque no había sido informado del proceso de negociación en curso y hasta cierto punto, lo entiendo. Fue un ministro destacado en el gobierno de Botha. Así que de Klerk estaba extremadamente irritado porque, supuestamente a sus espaldas, los funcionarios de seguridad habían estado al mando de las negociaciones con el respaldo de Botha. Pero yo estaba íntimamente convencido de que no había que informar a los miembros del gobierno. Y convencí a Botha. Le dije que si les informas, las negociaciones fracasarán al día siguiente ”.






En 1982, Nelson Mandela y otros destacados líderes del ANC (Congreso Nacional Africano), incluidos Walter Sisulu y Ahmed Kathrada, fueron trasladados a la prisión de alta seguridad de Pollsmoor, en Ciudad del Cabo. Kathrada también había sido condenado a cadena perpetua al final del juicio de Rivonia. Acababa de pasar 18 años detenido en Robben Island junto a Nelson Mandela. Pero en Pollsmoor, este último no le dijo ni una palabra sobre sus primeros encuentros con el enemigo:

“El día que lo llevaron a la cárcel después de su operación en el hospital, los oficiales superiores le dijeron 'Mandela, te separaremos de tus compañeros de prisión”. Nuestra reacción inmediata fue protestar. Pero Mandela nos dijo “No, no digas nada, tal vez salga algo bueno”. Fue entonces cuando entendimos que tenía algo en mente. Pero no teníamos ninguna información. Mandela, deliberadamente, dio el primer paso sin informarnos. Era un demócrata. No estaba seguro de que lo apoyaran en su enfoque. Y si la mayoría hubiera estado en contra, debería haberse resignado. Él mismo lo dice en su biografía. Quería tomar la iniciativa solo, porque hay momentos en los que los líderes deben mostrar el camino. Y luego Mandela iba a ser aislado aquí y a menudo decía “Hay una cosa que ofrece la prisión, es el tiempo para pensar”.






Niel Barnard:

“La primera reunión tuvo lugar en 1988 en la oficina del comandante en jefe de la prisión de Pollsmoor, el 23 de mayo, creo. Llega Mandela. Estaba vestido con su uniforme de prisionero y botas en los pies. Pero debo decir que incluso con este atuendo, se podía ver que era un hombre orgulloso. Tenía cierta grandeza y tenía una personalidad increíble. Inmediatamente abordamos las tres preguntas que tenía la tarea de presentarle. En primer lugar, ¿estaba interesado en una solución política negociada en un marco constitucional? En segundo lugar, ¿aceptaría renunciar a la campaña militar de su movimiento? Y en tercer lugar, ¿cuáles eran sus opiniones sobre el futuro papel del Partido Comunista? Fue una buena reunión. Decidimos continuar con el proceso y durante dos años tuvimos intensas negociaciones sobre estos tres temas. Hay que saber que en un segundo momento, cuando Mandela fue trasladado a Victor Verster, le permitimos deliberadamente reunirse con sus compañeros de prisión para que pudiera informarles, porque sabíamos que estaba bajo presión. Los demás tenían que preguntarse “¿sellará un acuerdo secreto y se puede confiar en él?” »





Mandela asumió papeles de liderazgo en el movimiento de liberación con la Liga de la Juventud, luego como jefe voluntario de la campaña de desobediencia civil y también al frente de la rama armada de la ANC, Umkhonto we Sizwe ("la punta de lanza de la nación"). Se ganó sus galones durante su discurso en el juicio de Rivonia, cuando él y sus coacusados se enfrentaban a la pena de muerte. Mandela dijo que estaba dispuesto a morir por la causa de una sociedad libre y democrática.




Mac Maharaj, el protegido de Nelson Mandela en Robben Island, habla de su mentor como un líder natural y un fino estratega que inspira una confianza inquebrantable:

“Mandela no era líder solo porque ocupaba la posición de líder, sino porque reafirmaba su liderazgo a diario. Este fue el caso en la cárcel en particular. Te daré un ejemplo. Trabajábamos en la cantera, los prisioneros iban a pie y estábamos supervisados por guardias armados, dos delante, dos detrás y dos a cada lado. Y una mañana, los guardias eran particularmente agresivos. Estaban furiosos y gritaban en nuestros oídos “¡Camina más rápido!” Teníamos la impresión de que querían golpearnos. Y allí, los prisioneros comenzaron a susurrarse una instrucción. Mandela dice que hay que caminar despacio. Me dije a mí mismo, pero ¿a quién se cree? Mis piernas me dicen que camine rápido porque no quiero que me golpeen. Y ahí es donde vimos a Mandela colarse entre los prisioneros para ganar el primer puesto. Y de repente, me di cuenta de que había ralentizado el ritmo. ¿Por qué? Porque la primera fila liderada por Mandela caminaba lentamente. Así que Mandela estaba allí, a la vanguardia de las represalias y las amenazas. Había captado que para convencer a los suyos de que se comportaran de cierta manera en un clima amenazante, tenía que estar más expuesto al peligro, al frente. También demostró que no tenía sentido responder a los guardias y decirles que se fueran al infierno. Y así, todas las filas caminaban suavemente. Los guardias gritaban hasta que ya no sabían qué hacer. Doy este ejemplo porque una cosa es subir a una plataforma y ordenar a sus tropas que luchen. Pero cuando la batalla está en pleno apogeo, comportarse como un verdadero líder es asegurar la lealtad de sus tropas exponiéndose en la línea del frente ”.




Mandela, antes de continuar sus conversaciones con el poder, desea informar al movimiento. Le pide a su abogado, Georges Bizos, que vaya a Zambia para alertar a Oliver Tambo, el jefe de la ANC en el exilio. Nelson Mandela, está ansioso por negociar directamente con el presidente. Pero Peter Wilhelm Botha es víctima de dos ataques cardíacos. El encuentro secreto finalmente tendrá lugar en julio de 1989. Neil Barnard:

“Llevamos a Mandela a la oficina presidencial de Tuynhuys en Ciudad del Cabo. El Servicio Nacional de Inteligencia estaba a cargo de la operación. Así que me ocupé del traslado de la prisión Victor Verster a Tuynhuys. Llegamos a Tuynhuys. Los servicios de seguridad de la presidencia deben haber visto a Mandela, pero no creo que lo hayan reconocido, porque como jefe de inteligencia, a menudo traía a jefes de Estado africanos al palacio para reunirse con el presidente Botha y tenía buenas relaciones con la policía de seguridad. Sabían que no tenían que preguntarme a quién introduje en el edificio. Así que ahí lo tienes, llevamos a Mandela a la nariz y la barba de la seguridad para la reunión. Y sorprendentemente, como suelen hacer los ancianos, Mandela y Botha pasaron algún tiempo convenciéndose mutuamente de que estaban perfectamente sanos. Luego hablaron de África, los Afrikaners y la guerra anglo-boer. Fue un encuentro muy cortés, centrado sobre todo en las personalidades de uno y otro. Hablaron de África. Fue una muy buena reunión ”.




Nelson Mandela demostró ser un negociador formidable. Sus interlocutores dirán que su calor era agotador, y en Robben Island, había aprendido el idioma del enemigo, el afrikáans. Mac Maharaj:

“Mandela me convenció de estudiar afrikáans. Yo me opuse, pero se basó en un caso militar y me preguntó “¿Cómo vas a llevar al general enemigo a caer en la emboscada que le has tendió? Para tener éxito, debes entender el modo de razonamiento del general. “Así, si atacas una base A, sabes de antemano que trasladará sus fuerzas al punto B y ahí es donde habrás tendido tu emboscada ”“.” Así que Mandela me dijo que tienes que entenderlos. Pero para ello, hay que conocer su historia, su idioma, su cultura y su sistema de valores ”.





En diciembre, Mandela regresa a la oficina presidencial de Ciudad del Cabo. Lo hacemos entrar de nuevo a escondidas por el garaje. Conoce al sucesor de Botha, Frederik De Klerk. Los dos hombres prometen volver a verse. Mandela vivía entonces en una casa en el recinto de la prisión Victor Verster. Podía leer los periódicos, recibir visitas. También se divirtió con los avances de los electrodomésticos, con cierta fascinación por el horno microondas. Mientras tanto, los servicios de inteligencia viajan a Inglaterra y Suiza para reunirse con los líderes de la ANC en el exilio. El presidente Frederik De Klerk, incluso antes de su investidura, había prometido transformar totalmente Sudáfrica. Palabras inmediatamente seguidas de gestos concretos. Las autoridades dan luz verde a la gran marcha de la paz en las calles de Ciudad del Cabo en septiembre. La caída del Muro de Berlín, dos meses después, convenció al gobierno de pasar a la siguiente marcha. Ya no puede pretender luchar contra el ANC para frenar la expansión comunista. El 2 de febrero de 1990, De Klerk anunció la inminente liberación de Mandela y el levantamiento de la prohibición de la ANC.




La liberación de Mandela tiene lugar a toda prisa. Sus seguidores tienen menos de 24 horas para organizar la ceremonia. Los sudafricanos le dan a Mandela una bienvenida triunfal, pero los matones se mezclan con la multitud. La tensión amenaza. Neil Barnard, el jefe de inteligencia del presidente De Klerk:

“Había muchos saqueos ese día y se habló poco de ellos. Esta era una de las principales preocupaciones. Por esta razón, su primer discurso se organizó en Ciudad del Cabo y no en Soweto, porque habría sido extremadamente difícil mantener el orden allí. Fue un gran desafío para nosotros. Mandela creía que sus alguaciles podrían controlar a la multitud, pero no fue así. Fue muy delicado. Imagina lo que habría pasado si las celebraciones hubieran degenerado en el caos. Deberíamos haber impuesto de nuevo el estado de emergencia, requisar a los militares tal vez, y todas las negociaciones habrían caído al agua. Incluso podríamos haber tenido que detener de nuevo a Nelson Mandela. Pero afortunadamente, todo salió bien ”.





¡Amandla! ¡Awetu! ¡Amandla!




¡El poder es nuestro! ». En Ciudad del Cabo, el 11 de febrero, desde el balcón del ayuntamiento, Mandela llama a sus partidarios a continuar la lucha armada hasta la capitulación del régimen del apartheid. No hay amargura ni espíritu de venganza en su discurso. Sin embargo, invita a los blancos a aportar su granito de arena al edificio de una nueva Sudáfrica. Veinte años después, Ahmed Kathrada, uno de los compañeros más fieles de Mandela, se congratula del espíritu de reconciliación que sopló el 11 de febrero después de un camino tan largo: “Hay toda una historia detrás del 11 de febrero. Se remonta a sus primeros encuentros con la gente del otro lado y sus primeras reivindicaciones: “Liberen primero a todos los demás presos políticos, levanten las prohibiciones que pesan sobre nuestras organizaciones”, dijo. Les recuerdo que estamos hablando de las personas que fueron las responsables de las peores leyes del país. Teníamos que hablar con ellos y no es fácil. Querían imponernos un montón de condiciones. Nos dijeron “No se negocian comunistas en su delegación”. Mandela les respondió: “No hemos elegido a los miembros de su delegación. “Ahí, hablas de nuestra delegación, no la vas a componer en nuestro lugar ”“.”




Fue una prueba a largo plazo. Pero al final, tuvo éxito. Aunque nosotros hayamos hecho concesiones y ellos también. Es por eso que aceptamos el concepto de un gobierno interino durante los primeros cinco años. Se les aseguró que su jefe de policía y su jefe de ejército podrían permanecer en el lugar. En nuestro bando , hay personas, incluso hoy en día, que nos reprochan haber concedido demasiado. Pero la mayoría de las veces, son jóvenes los que no han vivido esa época. Piensan que fue una victoria militar y que se le podría decir al enemigo “Aquí, hemos ganado”. Pero no era eso en absoluto. Fue una solución negociada. Creo que desde un punto de vista general, incluso fue un éxito. La gente aceptó compartir el mismo país, la misma bandera, el mismo himno nacional. Ese es el significado del 11 de febrero. Libertad, incluso para nuestros compatriotas blancos. Antes estaban mal en su piel. Cuando estaban en el extranjero, escondían su pasaporte sudafricano porque en ese momento el mundo entero estaba de nuestro lado. Así que les dijimos “También os hemos liberado. Ahora puede mostrar con orgullo su pasaporte sudafricano, agitar con orgullo su bandera sudafricana ”. Les hemos traído seguridad y libertad, pero sobre todo hemos ofrecido dignidad a todos los sudafricanos. Y esa es la lección, el legado del 11 de febrero ”.





Nathalie Amar: Nicolas Champeaux está en línea del Cabo. Nicolas, lo que llama la atención al escuchar su informe es que durante estos años de prisión, Mandela y los demás líderes de la ANC continúan la lucha de manera metódica y muy disciplinada.




Nicolas Champeaux: Sí, Mandela y los suyos se comportaron de hecho, desde su llegada, como si el universo de la prisión fuera una versión reducida del mundo. Por lo tanto, siguieron luchando por hacer valer su derecho a la dignidad. Continuaron luchando contra la discriminación en prisión. Protestaron, por ejemplo, cuando los reclusos de origen indio recibían raciones de alimentos más generosas que las de los negros. Además, respetaron escrupulosamente las normas de funcionamiento de la ANC. Las decisiones fueron colectivas. Debatían de todo, de la duración, de las huelgas de hambre, por ejemplo. Mandela y los suyos también inventaron formas ingeniosas de emitir instrucciones destinadas a desestabilizar el régimen y obligarlo, con el tiempo, a negociar. El mensaje de este 20 aniversario es muy claro. El ANC dice que la lucha liberó a Nelson Mandela. No fue un gesto de benevolencia, un regalo de Frederik De Klerk. Fue el pueblo sudafricano el que abrió las puertas de la prisión Victor Verster hace veinte años, día a día.



Lo que hay que decir, entonces, Nicolás, es que este 11 de febrero, por supuesto, no todo está resuelto con la liberación de Mandela y las negociaciones con el poder De Klerk continúan.



Y sí, porque Mandela lo dijo el 11 de febrero de 1990, todavía era necesario liberar al pueblo sudafricano y permitirle elegir a sus líderes políticos en el futuro y votar. Así que el ANC se jacta de haber podido imponer el calendario y las reglas de las negociaciones, pero Mandela seguía negociando con hombres que todavía eran dueños de todos los instrumentos del poder. Fue un verdadero desafío. Y Mac Maharaj, que se escucha en el reportaje, lo repitió esta mañana: “Esta marcha, esta segunda marcha era una marcha hacia lo desconocido”.




“Mandela, la historia secreta de una liberación”, un gran reportaje de Nicolas Champeaux. Dirigido por Marc Minatel.

El fantasma del Blog
Muletas ‘made in Sudán del Sur’ con un manual elaborado por universitarios de Madrid



Estudiantes de los grados de Fisioterapia, Ingeniería Biomédica y Diseño Industrial de la Universidad Alfonso X El Sabio diseñan un documento con el paso a paso para fabricar los apoyos con palés, botellas, llantas y vendas




Ana Puentes
Madrid
14 FEB 2025 - 05:30 CET



En mayo pasado, Almudena Barbero (Valencia, 45 años) salió del aeropuerto de Entebbe , en Uganda, con un manual para construir muletas y con cuatro prototipos en su equipaje. Los había recibido en Madrid, hace apenas unos días, de manos de estudiantes de los grados de Fisioterapia, Ingeniería Biomédica y Diseño Industrial de la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX). Cerca de 200 alumnos de esas tres carreras, trabajaron durante cuatro meses, entre febrero y mayo de 2024, para crear el manual y los prototipos en el marco del UAX Makers, un proyecto educativo universitario que busca que los jóvenes resuelvan un reto. En esta ocasión, debían conseguir crear un documento con el paso a paso para que las personas en Sudán del Sur pudieran construir sus propias muletas a base de madera de palés, botellas de plástico, neumáticos, vendas y unos cuantos tornillos.




El objetivo era ofrecer una solución de dispositivos ortopédicos en un país de 11 millones de personas en el que 1,2 millones tienen algún tipo de discapacidad, según la ONG Light For The World. El conflicto armado, la pobreza y la falta de acceso a servicios sanitarios, según cita el programa de Conocimiento para el Desarrollo y la Diplomacia (K4DD, por sus siglas en inglés), son los principales culpables. La situación se ha agravado con la guerra de Sudán: un 30% de los 3,5 millones de sudaneses que han abandonado su país han llegado a Sudán del Sur.




El resultado del trabajo de clase de la UAX aterrizó en el aeropuerto de Entebbe, viajó por tierra hasta la ciudad ugandesa de Kampala, subió por el norte hasta Koboko hasta que, finalmente, cruzó la frontera y llegó a Yei, en Sudán del Sur. Allí, los manuales pasaron a las manos de un grupo de beneficiarios de la ONG Nzuri Daima. “Ahora mismo estamos reproduciendo los diferentes modelos que crearon en la universidad”, cuenta Almudena Barbero, fundadora de esta organización, a través de una nota de voz enviada por WhatsApp desde Uganda.




A la vez, uno de los prototipos que Barbero trasladó hasta Sudán del Sur ya le hace la vida más sencilla a un chico. “El primer usuario de los prototipos fue un joven afectado por una malaria “muy complicada”, según cuenta la fundadora de la ONG Nzuri Daima. “Se le juntó con una fiebre tifoidea y tuvo una infección que lo debilitó mucho. Ha usado las muletas en su rehabilitación y espero que pronto las ceda a otra persona”, resume Barbero. Confiesa que en la fundación, los jóvenes y adultos, están tan entusiasmados que quieren hacer “más y más muletas” para las víctimas del conflicto, los expacientes de malaria, los niños y los ancianos. “Creo que esto va a generar un impacto más grande de lo que imaginamos”, sostiene.




Este enero, la ONG envió a la universidad, por correo electrónico, las fotos de las primeras muletas hechas gracias a la guía del manual y el ingenio de los sudaneses. “Miraron los manuales y las muletas que traje desde Madrid. Les pareció muy sencillo, pero también hicieron sus propias adaptaciones. Seguramente los prototipos mutarán hasta llegar al modelo más útil y práctico”, afirma Barbero que, de hecho, es exalumna del grado en Fisioterapia de la UAX.





En Madrid, los estudiantes, profesores y coordinadores del proyecto universitario celebraron que el proyecto continuaba. “Me siento muy orgulloso”, dice con una sonrisa Antoine Fournet (Migé, 35 años), estudiante del grado de Fisioterapia, desde el nuevo edificio de la UAX en Chamberí. “Pasamos de empezar sin nada, sin ninguna información, a conseguir que la gente en Sudán del Sur pueda hacer muletas a partir de los diseños”, celebra el alumno. Antes de ser parte del proyecto, Fournet tenía “una idea de la geopolítica y el conflicto” en el país africano, pero no imaginaba lo mucho que había impactado la salud de la gente. En 2018, el K4DD había alertado de que las personas con discapacidad se enfrentan no solo a barreras para ser atendidos por un médico, sino también para acceder a dispositivos de asistencia.




Un proyecto de clase ‘con propósito’




La idea de las muletas surgió en septiembre de 2023 cuando una de las niñas a las que atendía la ONG se rompió una pierna en medio de un proyecto de circo. “Nos dimos cuenta de que prácticamente no existían las muletas en Sudán del Sur. Aunque pedimos ayuda a un carpintero para hacer unas, eran muy pesadas e incómodas y era un poco desastre”, cuenta Barbero por WhatsApp. Poco después, un antiguo profesor de la UAX le escribió un mensaje y le contó que la universidad quería desarrollar muletas para un país con poco acceso a esos dispositivos. Entonces, empezó un trabajo intercontinental para crear el manual y los prototipos.





El proceso comenzó con una fase analítica, a cargo de los estudiantes de Fisioterapia. En esa etapa, explica Fournet, utilizaron algunos datos de altura y peso promedio de adultos y niños en el país africano y, a partir de eso, indicaron qué medidas debía tener una muleta. “Le sugerimos a los compañeros de Ingeniería Biomédica ―que se encargarían de la etapa de diseño― qué materiales podríamos usar”, detalla el alumno. Fournet reconoce que fue un reto encontrar información de los perfiles de esa población y pensar en cómo adaptar el dispositivo para terrenos inestables. Además, fue complejo enfrentarnos a pensar en los tipos de lesiones. Como hay guerra, hay amputaciones. También hay dificultades de nutrición y de nivel económico”, reflexiona, “por eso una buena muleta es clave para rehabilitación”.




El estudio analítico de Fisioterapia quedó luego en manos del profesor Javier Hermoso, Jefe de Estudios del Grado de Ingeniería Biomédica de UAX. “De este tipo de clases, suele salir un producto mínimo viable, una maqueta. Pero los chicos esta vez se propusieron crear un producto final. El objetivo final no era una nota, era ayudar a esta población”, explica Hermoso por videoconferencia. Tomaron los palés, los probaron en los laboratorios de la universidad, sacaron los parámetros de resistencia y probaron una y otra vez hasta conseguir los modelos finales.




Cuando lo lograron, la siguiente tarea fue diseñar manuales “tipo Ikea” para que pudieran ser fácilmente replicados en África. La meta, afirma Cristina de la Macorra, Coordinadora de Innovación Pedagógica de la Facultad de Ciencias Biomédicas y de la Salud de la UAX, era entregar una solución que fuera sostenible en el tiempo. “El manual está traducido al inglés, francés [y al suajili, para que pudiera ser leído también en Tanzania]. Los alumnos estaban realmente involucrados”, afirma la coordinadora. “Pocas veces he estado tan orgulloso como ingeniero”, agrega Hermoso, “esto fue una lección de vida y una lección ingenieril. Nunca me hubiese planteado enseñar procesos industriales de esta manera”. Fournet, a su vez, con este proyecto, ha reforzado su deseo de ejercer Fisioterapia con un enfoque pediátrico y, quizá, trabajar en alguna ONG.
El fantasma del Blog
“La mafia de PayPal”: conozca a los oligarcas sudafricanos que rodean a Trump, desde Elon Musk hasta Peter Thiel






democracynow.org
10 DE FEBRERO DE 2025




El ataque del presidente Trump contra Sudáfrica está claramente vinculado a su influyente asesor Elon Musk y a una camarilla de ricos oligarcas estadounidenses, “todos los cuales, de una forma u otra, crecieron en Sudáfrica cuando eran niños”. Estos hombres son conocidos como la “mafia de PayPal” debido a su participación en la fundación de la empresa de tecnología financiera PayPal, explica el periodista Chris McGreal. McGreal, ex corresponsal en Sudáfrica de The Guardian , describe la historia familiar de Musk, pro apartheid y neonazi, que parece formar la base de su adhesión a una ideología de derecha que cree que los sudafricanos blancos “son víctimas del fin del apartheid” y corren el riesgo de un “genocidio blanco”.





AMY GOODMAN : Quiero incluir en esta conversación a Chris McGreal, quien fue corresponsal en Johannesburgo de The Guardian durante los últimos años del apartheid, hasta 2002. Su nuevo artículo para The Guardian se titula “¿En qué cree Elon Musk?” y “Cómo las raíces de la ‘mafia de PayPal’ se extienden a la Sudáfrica del apartheid”.

Esto es realmente esclarecedor, Chris. ¿Quiénes son los miembros de la mafia de PayPal y qué vínculos tienen con la Sudáfrica del apartheid?





CHRIS McGREAL: Bueno, son un grupo de hombres que estaban en la cima, que fundaron PayPal, y que, de una forma u otra, crecieron en Sudáfrica cuando eran niños. Está el propio Musk, que nació en Sudáfrica y vivió allí, fue a la escuela secundaria allí hasta los 18 años y luego se mudó a Canadá.


Tienes a Peter Thiel, que fue cofundador de PayPal junto con Musk. Thiel nació en Alemania, pero fue llevado a Sudáfrica cuando era niño. Su padre era ingeniero de minas, vivió en Johannesburgo y luego se mudó al Sudoeste de África, que entonces era una colonia sudafricana, ahora Namibia. Y fue a la escuela en Swakopmund, que era conocido por ser probablemente el último lugar del planeta donde la gente todavía se saludaba abiertamente con "Heil Hitler" y celebraba el cumpleaños de Hitler. Fue a una escuela alemana allí antes de mudarse a los Estados Unidos cuando tenía 10 u 11 años.



Está David Sacks, que nació en Ciudad del Cabo. Fue un gran empresario de PayPal y ahora es el zar de la inteligencia artificial y las criptomonedas de Trump. Se mudó a Tennessee cuando era relativamente pequeño, pero creció allí en la diáspora sudafricana blanca.




Y tenemos a Roelof Botha, hijo de Pik Botha... perdón, nieto de Pik Botha, el último ministro de Asuntos Exteriores de la Sudáfrica del apartheid. Era el rostro aceptable del apartheid. Recordarán que solía recorrer Estados Unidos intentando dar un toque de brillo a la forma en que estaban reformando las cosas y que todo estaba mejorando, lo que aparentemente no era así.



Pero entonces, ves a esas cuatro personas clave en la cima de PayPal, y todas ellas tienen una conexión muy íntima con Sudáfrica.




AMY GOODMAN : Bueno, acabamos de entrevistar a Errol Musk, el padre de Elon Musk. Háblanos de la importancia de lo que dijo y también de cómo consiguió su riqueza en Sudáfrica y cuándo estos hombres se fueron de Sudáfrica.




CHRIS McGREAL: Bueno, Errol Musk todavía vive en Sudáfrica. 



AMY GOODMAN : Sí, sus hijos.



CHRIS McGREAL: — Por eso, por supuesto, Errol Musk hizo su dinero de muchas maneras diferentes, pero la principal fue que invirtió en minas de esmeraldas en Zambia y se hizo extremadamente rico. Las condiciones en esas minas eran notoriamente malas, como lo eran en las minas de todo el sur y centro de África. Ganó mucho dinero con eso, tanto que cuando la madre de Musk se divorció de él, en el acuerdo de divorcio se mencionaban un avión, un yate y varias casas. Así que era extremadamente, extremadamente rico.




El propio Musk se quedó en Sudáfrica hasta los 18 años. Primero fue a la escuela en Johannesburgo y terminó en Pretoria Boys High, que es una escuela exclusivamente para blancos cerca de Pretoria, que es la capital. Había una peculiaridad: había algunos estudiantes negros. Creo que el primer estudiante negro de la escuela era hijo de un diplomático extranjero, pero el diplomático provenía de una de las patrias negras que solo Sudáfrica reconocía como independiente, parte de las estructuras del apartheid.




Musk tiene pasaporte canadiense por parte de su madre, porque el padre de la madre de Musk era canadiense, o los padres de su madre eran canadienses. Y ahí hay toda una historia. Quiero decir, Errol Musk se consideraba un liberal antiapartheid. Se unió al Partido Federal Progresista, que aparentemente estaba en contra del apartheid, pero lo dejó cuando empezó a apoyar el principio de una persona, un voto. En realidad, no cree en eso. El abuelo de Musk, un abuelo canadiense, había sido el jefe de la rama canadiense de un movimiento político en la década de 1930 llamado Tecnocracia Incorporada, que, en esencia, quería acabar con la democracia en Estados Unidos y Canadá y que los tecnócratas gobernaran el país, lo que puede sonar familiar. Ese partido se convierte en un partido fascista de facto , que se prohíbe durante la Segunda Guerra Mundial. Y luego el abuelo se muda a la Sudáfrica del apartheid, sin haber tenido ninguna conexión con el lugar, en 1950 porque le gusta el sonido del apartheid. E incluso Errol Musk dice de su abuelo que era un neonazi declarado.





AMY GOODMAN : Este es el padre de [Elon] Musk, Errol, en Podcast and Chill con MacG , hablando sobre el padre de la madre de Elon Musk, Joshua Haldeman, alegando que apoyó a los nazis y al apartheid de Sudáfrica.




CITA
ERROL MUSK : Por cierto, sus padres eran muy fanáticos a favor del apartheid. Esto es bastante interesante. Sus padres llegaron a Sudáfrica desde Canadá porque simpatizaban con el gobierno afrikáner. Solían apoyar a Hitler y todo ese tipo de cosas. Pero obviamente no sabían... no creo que supieran lo que estaban haciendo los alemanes... los nazis. Pero ellos... en Canadá, estaban en el partido nazi... estaban en el partido alemán en Canadá y simpatizaban con los alemanes.



MACG : Sí.



ERROL MUSK : Entonces, cuando el gobierno afrikaner llegó al poder aquí en 1948, el padre de Maye, que era un tipo bastante interesante, era un muy buen piloto, dijo que quería estar con los afrikaner porque estaba de acuerdo con el apartheid.




AMY GOODMAN : De nuevo, ese es Errol Musk, el padre de Elon Musk. Para concluir esta discusión, ¿podría hablarnos de lo que acaba de suceder? ¿El poder de la mafia de PayPal ahora para decidir que Estados Unidos corte toda la ayuda a Sudáfrica y acepte a los afrikáneres como refugiados en Estados Unidos?



CHRIS McGREAL: Sí, es bastante sorprendente. Realmente lo es. Pero tiene sus raíces en algo que se remonta a unos años atrás, que fue una campaña de agricultores afrikáneres blancos, a través de una organización llamada AfriForum, que fue muy activa aquí durante el primer mandato de Trump. Vinieron en 2018, se reunieron con John Bolton y otros, y estaban impulsando mucho la idea de un genocidio blanco en Sudáfrica. Y en realidad, es una continuación de esa campaña. AfriForum ha estado a la vanguardia de la idea de que los afrikáneres son las víctimas del fin del apartheid, que los afrikáneres son las personas que realmente han sufrido en Sudáfrica. Y ahora se ha llegado a un punto en el que, absurdamente, se ha propuesto que tengan el estatus de refugiados.




AMY GOODMAN : Finalmente, ¿le sorprendió el saludo nazi que hizo Elon Musk cuando se dirigió a la gente en un mitin de Trump?



CHRIS McGREAL: Bueno, dado que se reconoció de inmediato lo que era, sí, incluso para los estándares de Musk, pensé: "¡Guau!". No me sorprendió que luego intentara fingir que no era lo que era y se le ocurrieran todo tipo de explicaciones. Pero creo que casi todos los que vieron eso pensaron de inmediato: "Oh, sabemos lo que es eso", y asumieron que Elon también sabía lo que era.



AMY GOODMAN : Chris McGreal, corresponsal de The Guardian en Johannesburgo desde hace mucho tiempo . Incluiremos un enlace a su artículo titulado “Cómo las raíces de la 'mafia de PayPal' se extienden a la Sudáfrica del apartheid”. Y publicaremos la segunda parte de esta conversación en línea en democracynow.org.












¿En qué cree Elon Musk?



El hombre al que Trump le dio vía libre para hacer una cruzada contra el gobierno federal apoyó a los demócratas hasta 2022. Pero algunas de las posiciones de larga data de Musk conducen directamente a sus simpatías de extrema derecha.






The Guardian
Chris McGreal
Sábado 8 de febrero de 2025 14.24 CET




Elon Musk no es una persona sociable, como podrán atestiguar millones de personas en todo el mundo después de que el hombre más rico del planeta cortara el suministro de alimentos, atención médica y probablemente hasta la vida misma a algunos de los más vulnerables sin siquiera pensarlo dos veces.



Musk se ve a sí mismo como un hombre de datos, que maneja los números como un machete para abrirse camino a través del despilfarro y la corrupción del gobierno mientras lidera la carga de la derecha para capturar el estado de Estados Unidos.




A los pocos días de que Musk enviara a sus secuaces a derribar las puertas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAid) y a hurgar en sus finanzas, la agencia estaba prácticamente fuera de servicio. Musk afirmó que USAid era “una organización criminal” y llena de marxistas, una afirmación que el ex administrador de la agencia durante el gobierno de George W. Bush, Andrew Natsios, que se describe a sí mismo como un republicano conservador, calificó de “ridícula”.



A Musk no le importó. Menos de tres semanas después de la investidura de Donald Trump , el jefe del nuevo “departamento de eficiencia gubernamental” (Doge), un grupo especial creado por Trump, ha construido una amplia base de poder en Washington de un tipo nunca antes visto.



Trump ha dado vía libre a Musk para enviar a sus agentes a más de una docena de agencias federales para buscar evidencia de mala gestión y subversión, y para crear caos en general, fuera de los límites habituales de supervisión y regulación.



De manera crucial, Musk ahora controla de hecho la Oficina de Gestión de Personal (OPM), que supervisa el empleo federal. Inmediatamente alentó a más de 2 millones de empleados del gobierno a renunciar con el objetivo declarado de obligar a unos cientos de miles a irse.



Está claro quién cree Musk que debería gobernar el país, desde su reclutamiento hasta Doge de "empleados gubernamentales especiales" de sus propias empresas y de la industria tecnológica en general para asaltar las ciudadelas federales. Entre ellos hay una proporción significativa de jóvenes ingenieros de software varones del tipo que tienden a adorar a los multimillonarios tecnológicos como Musk, incluido un adolescente que se hace llamar " Big Balls " en línea.



Pocos, si es que hay alguno, han pasado por las autorizaciones de seguridad que necesitan otros empleados del gobierno para acceder a información sensible y personal. Si lo hubieran hecho, Doge podría haberse desanimado de contratar a otro recluta de Silicon Valley, Marko Elez, quien fue enviado al Departamento del Tesoro de Estados Unidos, donde tuvo acceso a los registros de los contribuyentes. Elez renunció el jueves después de que el Wall Street Journal revelara que había publicado mensajes racistas en las redes sociales y defendido la eugenesia.




A primera vista, Musk está cumpliendo el compromiso de Trump de recortar el gasto, “ desmantelar el Estado profundo ” y despedir a los “burócratas rebeldes”. Pero su apoyo a la extrema derecha, incluido un respaldo irrestricto al partido nacionalista alemán Alternativa para Alemania (AfD), y lo que para gran parte del mundo pareció un saludo nazi en las celebraciones de la investidura de Trump, han planteado preguntas urgentes sobre las creencias políticas de Musk y cómo pretende utilizar su nuevo poder.



En realidad, gran parte de lo que Musk está haciendo también es bueno para sus negocios, como la eliminación de organismos reguladores y la reducción del poder de los sindicatos y los trabajadores. La junta laboral, que defiende los derechos de los trabajadores, ha sido congelada y las agencias que regulaban la industria financiera han sido eliminadas o se les ha ordenado que abandonen partes clave de su trabajo.




La política de Musk ha sido ecléctica. En el pasado, ha apoyado la renta básica universal y un impuesto a las emisiones de carbono. Al mismo tiempo, siente una profunda aversión por los sindicatos y el transporte público porque significa estar rodeado de “ desconocidos al azar , uno de los cuales podría ser un asesino en serie”. Defiende una hostilidad visceral hacia los programas de diversidad y parece considerar subversivos a quienes creen en ayudar a los menos afortunados.




A esta mezcla se suma la fascinación de Musk por el movimiento pro natalismo , al que ha contribuido engendrando 12 hijos, y su esperanza de que un día su empresa de cohetes, SpaceX, los ayude a colonizar Marte.



Musk , que creció en Sudáfrica durante el apartheid, es evidente que desconfía de la democracia y de los líderes que ésta produce. Su abuelo encabezó un movimiento político marginal en Canadá en la década de 1930, Technocracy Incorporated, que pretendía abolir la democracia en favor de un gobierno de técnicos de élite, pero sus connotaciones de fascismo hicieron que fuera prohibido durante la Segunda Guerra Mundial.




Musk muestra algunas de las mismas tendencias, al igual que otros multimillonarios de Silicon Valley con inclinaciones libertarias que no están contentos con el desorden del gobierno electo. Ha hablado a favor de la democracia directa, en la que las políticas y otras cuestiones se deciden mediante referendos populares en lugar de representantes electos.



Mientras tanto, Musk parece feliz de adoptar la versión estadounidense del gobernante “hombre fuerte” a través de la “ teoría del ejecutivo unitario ” de la derecha republicana, que considera la autoridad del presidente como primordial y al Congreso como un impedimento para la implementación de su voluntad.



A lo largo de los años, Musk se ha descrito a sí mismo como “políticamente moderado” y “no conservador”. Apoyó al candidato demócrata en todas las elecciones presidenciales desde la victoria de Barack Obama en 2008, hasta que en los últimos años se desentendió del partido.



“En el pasado voté por los demócratas porque (en su mayoría) eran el partido de la bondad. Pero se han convertido en el partido de la división y el odio, así que ya no puedo apoyarlos y votaré por los republicanos. Ahora, observen cómo se desarrolla su campaña de trucos sucios en mi contra”, escribió en X en 2022.


Pero había pistas sobre otros motivos, incluida una declaración de que votaría por los republicanos debido al apoyo de Joe Biden a los sindicatos y a lo que consideraba un respaldo demócrata insuficiente para sus empresas.



Poco antes de las elecciones presidenciales del año pasado, Musk declaró que Trump salvaría la democracia estadounidense de los atropellos de los demócratas contra las libertades individuales, pero en público siguió moviéndose cada vez más hacia la derecha, con un apoyo abierto a los líderes políticos europeos racistas, incluido el AfD, y promoviendo acusaciones de un “genocidio blanco” en su país de nacimiento, Sudáfrica.



El biógrafo de Musk, Walter Isaacson, ha vinculado su cambio de votante de Obama a animador del AfD a la transición de su hija, Vivian Jenna Wilson.



Wilson tenía 16 años cuando le envió un mensaje de texto a un familiar: “Oye, soy transgénero y ahora me llamo Jenna. No se lo digas a mi papá”. El día después de que Wilson cumpliera 18 años en 2022, cambió su nombre debido a “su identidad de género y al hecho de que ya no vivo con mi padre biológico ni deseo estar relacionada con él de ninguna manera”.



Musk le dijo a Isaacson que estaba optimista sobre el cambio, pero luego Wilson se convirtió en un ferviente marxista y no quiso hablar más con él, una situación que describió como una de las más dolorosas de su vida.



“Ella fue más allá del socialismo para convertirse en una comunista plena y pensar que cualquiera que sea rico es malvado”, le dijo Musk al autor.


Musk culpó a la progresista escuela de Wilson en Los Ángeles y dijo que estaba preocupado por el "virus de la mente despierta" que frena a Estados Unidos.


Después de que California aprobara una ley que prohíbe a los distritos escolares exigir a los profesores que informen a los padres sobre los cambios en la orientación sexual y la identidad de género de un estudiante, Musk anunció que trasladaría las sedes de sus dos empresas más grandes, SpaceX y X, a Texas. Dijo que la ley provocó una “destrucción masiva de los derechos de los padres” y puso a los niños en riesgo de sufrir un “daño permanente”.



Musk no dijo que el traslado de sus empresas también tendría importantes ventajas fiscales para él y sus negocios, que además estarían sujetos a menos regulaciones climáticas que en California.



Aun así, su aparente enojo por la transición de su hija parece haber desencadenado una hostilidad más amplia hacia las cuestiones de identidad y los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), un blanco favorito de la derecha trumpiana. Musk anunció que las palabras “cis” y “cisgénero” se consideraban insultos para X, y se manifestó en contra de los pronombres, tuiteando que eran “una porquería”.



A fines de 2022, otro tuit vinculó la hostilidad de Musk hacia la forma en que las personas eligen identificarse (una posición extraña para un hombre que dice ser un defensor de la libertad de expresión) con su enojo por las restricciones de Covid de la administración Biden.



Musk se burló de Anthony Fauci, el principal asesor médico de Biden, quien jugó un papel decisivo en el confinamiento y otras medidas para contener la crisis.


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Algunos vieron el tuit como evidencia de que Musk ahora se identificaba abiertamente con la extrema derecha , que desafió las regulaciones sobre el uso de mascarillas y las órdenes de quedarse en casa y pidió que Fauci fuera encerrado por inmiscuirse en sus libertades.


Pero aunque la hostilidad de Musk hacia los pronombres era personal, las regulaciones de Covid afectaron sus negocios y su patrimonio neto.



Musk se negó a cerrar su fábrica de Tesla en el punto álgido de la pandemia, alegando sin pruebas que el “pánico” por el virus haría más daño que la propia enfermedad. Despreció el distanciamiento social, predijo que el virus se cobraría pocas vidas en Estados Unidos (finalmente se cobró más de 1,2 millones) y calificó el confinamiento de “fascista” y de “borrador de las libertades de las personas”. Musk tuiteó un meme en el que comparaba al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, con Hitler por las restricciones de su gobierno frente al Covid.



Musk puede haber disfrazado su postura como una preocupación por el bienestar de las personas, pero su efecto inmediato fue mantener sus fábricas en funcionamiento incluso si las personas que trabajaban en ellas corrían un mayor riesgo de infección y muerte. Y si bien Musk afirmó tener una posición de principios a favor de la libertad individual, tiene antecedentes de suprimir los derechos de sus propios trabajadores.



En 2023, dijo que no estaba de acuerdo con el concepto de sindicatos.



“No me gusta nada que genere una especie de relación de señores y campesinos ”, dijo en la Dealbook Summit del New York Times. “Los sindicatos naturalmente intentan crear negatividad en una empresa”.



Una de las razones por las que a Musk tal vez no le gusten los sindicatos es que tienden a defender a sus miembros. Ha enfrentado acusaciones de ex empleados de usar agresivamente un proceso secreto de resolución de disputas para defenderse de las reiteradas denuncias de acoso sexual y racial dentro de sus empresas, incluidas acusaciones de que las mujeres sufren un ambiente de “fraternidad” en el que se manosean y se abusa de ellas, pero que son ignoradas e incluso perpetradas por gerentes de alto nivel.




Sin embargo, aunque Musk restringe los derechos de sus empleados a buscar reparación en los tribunales, él y sus empresas presentaron al menos 23 demandas en tribunales federales en el año hasta agosto de 2024, según la revista Fortune .



Entre ellas, se incluye una demanda interpuesta por X contra el Centro para Contrarrestar el Odio Digital por un informe que acusaba a la red social de ganar millones de dólares gracias a cuentas que difundían odio por parte de “neonazis, supremacistas blancos, misóginos y propagadores de peligrosas teorías conspirativas”. Un juez de California desestimó la demanda el año pasado, diciendo que estaba claro que el “caso trata de castigar a los acusados por su discurso”.



Es probable que Musk pase mucho más tiempo frustrado por los tribunales. Los jueces ya han suspendido su campaña para que se produzcan dimisiones masivas en la función pública y han impuesto algunas restricciones a la recopilación masiva de datos por parte de Doge. Los trabajadores federales, los sindicatos y las organizaciones de derechos civiles están preparando una serie de demandas para impugnar las acciones de Musk.



Pero los propios tribunales pueden convertirse en un objetivo para Musk mientras trabaja para derribar el viejo orden.


Isaacson escribió en su biografía que Musk una vez describió estar en “un estado de guerra en todo momento” como una de sus configuraciones predeterminadas.


Nadie piensa que, mientras Trump siga considerando al multimillonario más como un activo que como un pasivo, la sed de poder de Musk se detendrá en desmantelar las agencias federales. La pregunta es dónde lanzará su próxima ofensiva.













Elon Musk sortea los conflictos de intereses mientras empieza a beneficiarse de los recortes impulsados por Trump



El multimillonario sacará partido en sus empresas de la supresión y debilitamiento de las agencias federales que le investigan




Miguel Jiménez
Washington
12 FEB 2025 - 20:49 CET





Una de las tareas que tiene Elon Musk por delante es revisar los gastos del Pentágono. Este martes, en su insólita comparecencia en el Despacho Oval de la Casa Blanca con su hijo X Æ A-XII junto a Donald Trump, le preguntaron si no suponía eso un conflicto de intereses, dados los multimillonarios contratos que tiene SpaceX con el Departamento de Defensa. “Lo primero, yo no soy el que presenta el contrato, ya sabes, son gente de SpaceX, o algo así, los que presentan el contrato”, se despachó el multimillonario, fundador, jefe máximo y principal accionista de SpaceX. Musk sortea los conflictos de intereses y la transparencia con su estatus de empleado especial de la Administración republicana mientras empieza a beneficiarse de las medidas impulsadas por él mismo, como los recortes de medios a los reguladores y supervisores, todo ello con el visto bueno del presidente, Donald Trump.




El caso de Elon Musk no tiene precedentes. El hombre más rico del mundo, con un imperio de empresas con conflictos y contratos con las agencias federales, ha asumido un enorme poder para llevar a cabo una “drástica reforma” de la Administración en la que Trump le ha dado amplios poderes. De raíz, eso le sitúa en posición de favorecer sus prioridades. ¿Es un despilfarro destinar decenas de millones de dólares a salvar millones de vidas en África, pero no lo es destinar miles de millones a programas espaciales con los que ver más cerca su ensoñación de crear una civilización humana en Marte?




Musk es el dueño de las tijeras y ha decidido, por ejemplo, desmantelar la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB), que considera un organismo inútil. Esa agencia se dedica a combatir los abusos de grandes empresas contra los ciudadanos y ante él se han presentado decenas de reclamaciones contra Tesla, el fabricante de coches eléctricos del que también es jefe y principal accionista, en relación con la financiación de sus vehículos. “CFPB RIP”, tuiteó Musk. Muerto el perro, se acabó la rabia. Tesla no tendrá que preocuparse mucho ya de esas denuncias. Además, de la CFPB depende la estricta supervisión de las compañías que quieren entrar en el negocio de los medios de pago, como quiere hacer X, su red social. Camino despejado.





El dueño de Tesla no ocultó tampoco en campaña que con su ofensiva desreguladora aspiraba a que se beneficiasen sus compañías. Por ejemplo, señaló a los analistas que aspiraba a favorecerse a sí mismo creando una vía más sencilla para la aprobación federal de los vehículos autónomos en lugar de las complicadas normativas estatales que existen ahora. De forma similar, podrá dotarse de un marco normativo más favorable para el lanzamiento de cohetes (SpaceX), la inteligencia artificial (xAI) y los implantes informáticos para el cerebro (Neuralink).




Bajo investigaciones




En varias de sus empresas, Musk ha estado sujeto al escrutinio de los supervisores. Por ejemplo, su sistema de conducción autónoma está bajo la lupa de la Oficina de Investigación de Defectos de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés), que ha identificado cuatro casos en los que un vehículo Tesla sufrió un accidente después de entrar en una zona de visibilidad reducida de la calzada. En paralelo, el Departamento de Justicia y la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) investigan si Musk y Tesla han exagerado las capacidades de conducción autónoma de sus coches. El Departamento de Justicia también investiga si Tesla engañó a los clientes sobre la distancia que pueden recorrer sus vehículos eléctricos antes de necesitar una recarga.




Los lanzamientos de SpaceX también han sido investigados por la Autoridad Federal de Aviación (FAA). Ya en campaña, Musk decía que era necesario acabar con tanta regulación: “A menos que haya un esfuerzo consciente para la desregulación y tener una regulación sensata, Marte será imposible. Estaremos para siempre confinados en la Tierra”, dijo en un mitin en Pensilvania.




En la última semana de Joe Biden en el poder, la FAA detuvo temporalmente los lanzamientos de la nave espacial Starship de Space X tras abrir una investigación por una explosión del artefacto que obligó a desviar vuelos comerciales y provocó una lluvia de restos hacia las islas del Caribe. El jefe de la FAA dimitió tras la llegada de Trump al poder.




Nombramientos afines




El presidente ha ido nombrando a destacados aliados de Musk para puestos destacados de la Administración, incluido el astronauta aficionado Jared Isaacman para director de la NASA, el principal cliente de su empresa SpaceX. David Sacks, “zar de las criptomonedas y la inteligencia artificial”, partidario de una regulación laxa, es otro viejo conocido del magnate. Ambos forman parte de la conocida como “mafia de PayPal”, pues fueron cofundadores de dicha empresa de pagos.




Además, la Comisión de Valores y Bolsa (SEC) le demandó también justo antes de la llegada de Trump al poder por saltarse la ley y engañar a los inversores en la compra de Twitter, con un beneficio ilícito estimado de más de 150 millones de dólares, una investigación abierta en 2022. Musk se mostró desafiante al respecto y al entonces presidente de la SEC, Gary Gensler, ya dimitido, le sustituirá Paul Atkins, elegido por Trump para el puesto. La firma del multimillonario Neuralink también está bajo investigación de la SEC, según reconoció su abogado.




Las empresas de Musk, además, acumulan denuncias por supuestas prácticas discriminatorias y abusivas ante el Departamento de Trabajo. Los jóvenes ingenieros que forman parte del equipo del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) han tenido acceso a sus sistemas. Los sindicatos se quejaron de que ahí hay información confidencial acerca de investigaciones sobre las empresas de Musk y secretos comerciales de la competencia. Trump ha despedido a varios miembros del Consejo Nacional de Relaciones Laborales, paralizando su capacidad para imponer sanciones.




Muchas de esas investigaciones pueden acabar en nada con Trump en el poder y Musk como su principal aliado. Mientras, el multimillonario sigue tomando toda clase de decisiones sobre asuntos que le afectan directa o indirectamente. Cuando el martes le preguntaron en la Casa Blanca por los conflictos de intereses, contestó: “Todas nuestras acciones son totalmente públicas, así que si ves algo como: ‘Elon, puede que haya un conflicto ahí’, no es que la gente vaya a ser tímida al respecto. Lo van a decir inmediatamente”. En realidad, buena parte de las actuaciones del DOGE son opacas, aunque tanto Musk como el propio organismo vayan tuiteando sin mucho contexto algunos de sus recortes, a veces difundiendo desinformación o falsedades.




Al propio Trump también le preguntaron por ello, con Musk delante. “Es un tipo con éxito, por eso queremos que haga esto. No queremos que lo haga un tipo sin éxito”, argumentó primero, para asegurar después que si viera algún conflicto o algún problema, no le dejaría que se metiera. En realidad, como con la CFPB, el presidente parece mirar para otro lado.


El fantasma del Blog
“En España, la gente piensa que las personas negras acabamos de llegar”: ‘Afromayores’ o cómo envejecer lejos de su tierra



La periodista Lucía-Asué Mbomío Rubio y el fotógrafo Laurent Leger-Adame recogen en un proyecto audiovisual la memoria de las personas afro de la tercera edad: su día a día, sus historias migratorias, las trabas sufridas cuando llegaron y cómo viven la jubilación





Silvia Laboreo Longás
Madrid
15 FEB 2025 - 05:30 CET




La periodista Lucía-Asué Mbomío Rubio llevaba tiempo registrando las conversaciones con su padre, José Mbomío, que llegó a España para estudiar en 1966, como hacían otros jóvenes de Guinea Ecuatorial. En estas entrevistas, grabadas con el móvil, cabían desde historias de su familia hasta los recuerdos de cómo fue mudarse a otro país y construir una nueva vida alejado de su tierra.




Pero un diagnóstico de demencia con cuerpos de Lewy hizo que lo que había empezado como una charla infinita entre padre e hija se transformara en algo más. “En un momento de desmemoria me parecía bonito poder hacer memoria”, cuenta Mbomío. La enfermedad reflotó una idea que la periodista tenía en la cabeza: entrevistar a personas mayores afro que vivieran en España y que, tras la jubilación, no hubieran regresado a su país. Una reflexión a la que había llegado tras una charla con el artista Justo Aliounedine Pouye Nguema, quien le sugirió visitar a gente africana que viviera en residencias y “mirar más hacia los afromayores”.




Ese observar dónde y cómo están aquellos que nos preceden hizo que se pusiera en contacto con el fotógrafo reunionés Laurent Leger-Adame. Y de esa unión surgió Afromayores, un proyecto fotográfico y audiovisual que aúna las historias de vida y reconoce los aportes de la gente afro mayor de 65 años en España. Ahora, este proyecto autogestionado acaba de estrenar su segunda temporada, que puede verse en Instagram y YouTube.




“En España, la gente piensa todo el rato que las personas negras acabamos de llegar. No hay una memoria general con respecto a nuestros cuerpos en este territorio”, cuenta Mbomío, que explica que todavía le felicitan por lo bien que habla español, pese a tener casi 44 años y haber nacido en Madrid. “Pero también felicitan a mi padre, que habla español perfectamente por imposición colonial, porque al final su país fue España hasta 1968″, añade.




Para los creadores del proyecto, era importante hablar, entre otras cosas, de cómo envejece alguien lejos de su casa. En los reportajes se cuenta la historia de hombres y mujeres de Marruecos, Guinea Ecuatorial, Uruguay, Colombia o República Democrática del Congo que vinieron a España con la idea de regresar a sus países en algún momento de sus vidas. Pero la vida, precisamente, se les cruzó y no volvieron. Ya sea porque tuvieron descendencia y los hijos hicieron de ancla, por los sistemas sanitarios, porque llevaban toda su vida cotizando y querían disfrutar de su jubilación o porque ellos cambiaron y sus países también.




Este último es el caso de Marcos Suka-Umu Suma, mediador intercultural nacido en Guinea Ecuatorial de padres cameruneses. Suka vino a España a estudiar en 1974, en los 80 volvió a Camerún y tras 12 años dando clases de español en la Universidad de Yaundé, regresó a Madrid con sus dos hijos. Ahora, ya jubilado y con 74 años, no se plantea volver. “La nostalgia es bastante traicionera porque tú aquí estás pensando en cosas que cuando vuelves a Camerún ya no las encuentras. O se hacen de otra manera. Quieres pasar por los lugares que conocías y algunos ya no existen. Otros han cambiado. Tus amigos ya no son los mismos o se han desplazado también. Algunos ya no viven”, explica. “El país que tú conocías ya no existe”.





Para otros, como Milagrosa Eribé Bokoso fue la muerte de su marido lo que le hizo quedarse. Durante la dictadura de Francisco Macías, esta mujer ecuatoguineana envió a sus ocho hijos a Madrid, aprovechando que una de sus tías ya vivía en el país. Después, en 1998, fue ella la que emigró y se mudó con su familia al barrio madrileño de Manoteras. Su hija fue clara: “Mamá, aquí se busca uno la vida”. Eribé trabajó cuidando de ancianos, limpiando casas y de cocinera, siempre con la idea de regresar a su país natal cuando se jubilase. Pero su marido murió en 2020 de un infarto cerebral y ella ya no volvió. “¿Qué hago yo sola en mi tierra? Tengo sobrinos y una hermana, pero todos mis hijos y nietos están en España. No puedo pedirles que vayan conmigo, tienen su vida aquí. Y yo no me atrevo a mudarme porque no sé vivir sola”, explica a EL PAÍS a sus 69 años en el salón de su casa en Parla.




Cuando eres negro en un colectivo, siempre tienes que dar el ‘do de pecho’. No es justo

Anacleto Bokesa Camó, enfermero ecuatoguineano jubilado






El día del rodaje, el fotógrafo y la periodista compran el desayuno y van a las casas de los afromayores, donde, normalmente, ya les esperan con más desayuno. “Estamos un ratazo comiendo, no es un ‘llego y te quito el alma, es un llego y vamos a hablar’. Tú me cuentas quién eres, pero yo también. Hay veces que echamos el día entero”, explica Mbomío. Después llegan las fotos, otra de las partes centrales del proyecto. “Queremos desmontar la idea de la vejez como algo que hay que esconder, algo feo o triste. Lo que ves en esas fotos es luz a tope, gente sonriendo, guapísima, afrofelicidad y afrogozo”, añade.




Cada vídeo es un homenaje, cuenta el fotógrafo, de 46 años, que explica que en muchas entrevistas tiene la sensación de estar en su pueblo, escuchando a sus tíos y abuelos contar historias. “Y ellos, cuando se ven luego, se sienten escuchados y vistos en una sociedad en la que se les ha invisibilizado”, añade Leger.



Nostalgia, racismo o la alegría de la jubilación




La mayoría de los testimonios empiezan con la llegada a España y cómo fue lidiar con la nostalgia de su tierra. “Teníamos nuestras reuniones que curaban la soledad”, explica en su vídeo José Mbomío, de 86 años, maestro jubilado y padre de Lucía Mbomío. “Cuando llegué aquí la primera vez, no podías escuchar música africana en ningún sitio. Éramos pocos y la mayoría estudiantes, por lo que congeniamos fácilmente y cuando necesitábamos divertirnos un poco y salir bailar, lo hacíamos generalmente en casas de amigos. Allí teníamos nuestra música y comida”, recuerda por su parte Suka cuando recibe a este diario en su casa del Barrio de la Concepción.




También explican cómo fue encontrar trabajo. Una tarea imprescindible y donde el género lo atravesaba todo. Las mujeres, muchas veces, no encontraban trabajos más allá de la limpieza y los cuidados. “Al principio no me sentaba bien lo de limpiar. Me decía ¿por qué tengo que limpiar si puedo hacer otra cosa? Con el tiempo te vas acostumbrando, lo aceptas porque no te queda otro remedio”, resume en el vídeo Martha Kembia, una mujer nacida en 1951 en República Democrática del Congo, que estudió pedagogía en su país, trabajó como maestra y en una multinacional estadounidense y en España solo encontró trabajo en el sector de la limpieza. Kembia cuenta que cuando limpiaba en un concesionario de coches, era ella la que se encargaba de hacer las traducciones al francés. Un día sugirió que le contrataran, pero le dijeron que no porque era un trabajo de cara al público.





En los reportajes se entremezclan esos recuerdos más duros, normalmente vinculados al racismo, la falta de oportunidades y los conflictos que asolan sus países, con otros más cotidianos y luminosos, como los que hablan de lo que hacen después de haber alcanzado la soñada jubilación. “El día que la conseguí, escribí en el estado de WhatsApp: ‘He ganado la lotería’. En mi tierra trabajé sin estar dada de alta en la Seguridad Social. Entonces, para mí, la jubilación, fue como una lotería. Y todo el mundo me preguntaba: ¿Qué te tocó? ¡La jubilación!, les decía yo”, recuerda entre risas Eribé.




Este retrato poliédrico responde a dos aspectos que la periodista y el fotógrafo tenían claros cuando abordaron el proyecto. El primero, mostrar un relato de las personas migrantes más allá de los padecimientos y las dificultades que acarrea esta migración. “Queríamos luchar contra la narrativa del dolor” explica Mbomío. Y el segundo, batallar contra la llamada Black excellence (excelencia negra). “Ese tener que ser siempre excelentes y si no, no existimos. La excelencia se mide por lo que tú eres, no por tus diplomas”, añade Leger. Como contaba Anacleto Bokesa Camó, enfermero ecuatoguineano jubilado de 72 años, “para estar al mismo nivel y que te considerasen como tus compañeros, tenías que ser mejor”. “Cuando eres negro en un colectivo, siempre tienes que dar el ‘do de pecho’. No es justo”, añadía.




Estos pilares siguen siendo centrales en la segunda temporada del proyecto, que tanto Mbomío como Leger hacen en su tiempo libre. En esta nueva edición hay testimonios de mayores de Marruecos, Angola, Cuba, Cabo Verde y Nigeria. Siempre, como resume la periodista, con esa idea de reconocimiento a los que llegaron antes: “Viniste para acá y aguantaste carros y carretas, que ojalá no te hubiera tocado hacerlo, pero mira, aquí estás. Te queremos, te admiramos, no solo tus hijas y tus hijos, sino una comunidad entera que sabe que lo has hecho por quienes venían detrás”.





El fantasma del Blog
Guinea Ecuatorial: un tesoro de África Central por descubrir


Destacados expertos del turismo y el periodismo participaron en un encuentro organizado por LA RAZÓN para poner sobre la mesa las posibilidades de este destino




La Razón
ESTHER G. VALERO
Creada: 14.02.2025 02:50
Última actualización: 14.02.2025 02:50




Paisajes impresionantes, imponentes selvas tropicales, pintorescas playas, una biodiversidad única, un rico mestizaje de culturas, unas infraestructuras modernas… convierten a este pequeño paraíso situado en la costa oeste de África Central en un destino turístico de ensueño.




A pesar de ser uno de los países africanos de menor extensión, con apenas 26.051 kilómetros cuadrados, este pequeño paraíso engloba las islas Bioko, donde se ubica su capital, Malabo, así como la isla Annobón, los islotes de Corrisco, Elobey y la región continental del Río Muni. Sin duda, un tesoro que ofrece atractivas alternativas al viajero, quien puede disfrutar de turismo de lujo, de naturaleza, cultural, religioso… Las opciones son infinitas. El problema es que existe un gran desconocimiento del destino y algunas barreras impiden un flujo turístico dinámico.



Sorprenden las trabas burocráticas y la ausencia de hoteles españoles en este paraíso





Precisamente para poner sobre la mesa las infinitas posibilidades que ofrece este imponente destino, LA RAZÓN organizó la mesa redonda «Guinea: un destino turístico por descubrir». Expertos del turismo, el sector empresarial y el periodismo discutieron sobre el potencial de este país, las trabas burocráticas existentes, así como las oportunidades y los desafíos a los que se enfrenta en el ámbito turístico.



José Antonio Vera: «Es un país con aeropuertos de primer nivel y unas infraestructuras realmente buenas»




José Antonio Vera, director de publicaciones de LA RAZÓN y expresidente de la Agencia EFE , fue el encargado de abrir la discusión, subrayando la falta de conocimiento que se tiene sobre este país. «Gran parte de la sociedad española sabe que Guinea Ecuatorial está en África, algunas personas tienen idea de que allí se habla español, pero pocas lo conocen realmente».



Vera, que ha visitado Guinea recientemente, aseguró que le sorprendió encontrar «un país con varios aeropuertos, uno de ellos de primerísimo nivel», así como «autopistas e infraestructuras realmente buenas». Sin embargo, lamentó la ausencia de hoteles de marca española y de vuelos regulares, y criticó las trabas burocráticas existentes, como la necesidad de visados, que dificultan el intercambio entre ambos países. «Guinea tiene una riqueza impresionante, pero sus relaciones políticas con España no favorecen este potencial», señaló y enfatizó en la necesidad de un cambio en la política española, a la que calificó de «miope», para eliminar estos obstáculos y fomentar la colaboración.




Arantxa Bartolomé: «Guinea es una extensión para el español en África; allí se va a sentir como en casa»





Arantxa Bartolomé Madiba, responsable de Desarrollo de Negocio de Ilende & Partners y asesora de empresas del sector turístico, tomó la palabra a continuación para resaltar las características que convierten a Guinea Ecuatorial en un destino ideal para los turistas españoles: «A tan solo cinco horas de vuelo, ofrece una variedad de paisajes, desde playas de arena blanca hasta selvas tropicales y volcanes; un clima agradable y un ambiente seguro», añadió. Además, como excolonia española y debido a los lazos culturales y el idioma común, hizo hincapié en que los españoles se sentirían como en casa. «Guinea es una extensión para el español en África; es la puerta natural de entrada a este continente para los españoles y tiene un potencial similar al de destinos como el Caribe, pero mucho más cercano».



Asimismo, a pesar de ser consciente de que el descubrimiento del petróleo en la década de los 90 ha sido el principal motor del desarrollo económico, considera que tiene un gran potencial para convertirse en un destino turístico de lujo. «Es un país seguro, amigable, con buenas infraestructuras, diversidad climática y una riqueza natural y cultural que podrían convertirlo en un destino natural para el turismo de naturaleza, de aventura, religioso», recalcó.




Iñaki Collado: «El turismo de negocios podría ser una pieza clave para construir una oferta única»




Iñaki Collado, presidente de la Asociación de Agencias Especialistas en Viajes de Incentivos, Idemice, subrayó la importancia de Guinea Ecuatorial como el único país de África donde se habla español, lo que lo hace atractivo para los turistas hispanohablantes. En el sector de viajes de incentivos (MICE), Collado señaló que «es un país por descubrir» y vio grandes oportunidades, ya que este tipo de turismo es un motor para la economía local, generando empleo de calidad y posicionando al país en el mapa turístico internacional. Sin embargo, también señaló que la falta de vuelos directos y las restricciones de visados son obstáculos importantes, así como el desconocimiento sobre Guinea Ecuatorial: «Muchas personas no saben lo que el país realmente ofrece», destacó.



A pesar de estas dificultades, Collado instó a Guinea a priorizar en la formación y la calidad de los servicios para convertirse en una gran potencia del turismo en el futuro: «Guinea Ecuatorial tiene la enorme oportunidad de construir una oferta única y diferenciada desde cero, y el turismo de negocios podría ser una pieza clave», concluyó.



Jesús Fonseca: «Este destino es un tesoro; cuenta con infinidad de maravillas por descubrir»




Por su parte, Jesús Fonseca, exdirector de la Agencia EFE en Guinea Ecuatorial, con una extensa trayectoria periodística y una estrecha relación con este país, describió este destino como «un tesoro oculto».


A pesar de los prejuicios políticos y el desconocimiento generalizado, Fonseca destacó las increíbles infraestructuras y la seguridad del país, que lo convierten en un destino ideal para los turistas, especialmente para aquellos que buscan algo diferente. «Guinea tiene un régimen político tolerante y ha sabido aprovechar su riqueza petrolera para modernizar el país», señaló el periodista, quien también afirmó que los guineanos, en su mayoría, tienen una relación positiva con España.




Fonseca subrayó que la historia y las raíces comunes entre ambos países ofrecen una excelente oportunidad para la cooperación turística y lamentó que las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial se hayan politizado de forma negativa. Según él, la razón de que existan tantas barreras de entrada a Guinea se debe a que «la relación de España con Guinea está politizada y envenenada».



Aun así, Jesús recalcó que Guinea tiene un gran potencial turístico, con infinidad de maravillas por descubrir.



Solo cinco horas separan a España y Guinea, pero no hay una línea aérea que opere regularmente




En resumen, los expertos coincidieron en señalar a Guinea Ecuatorial como un país con un enorme potencial turístico, especialmente dada su cercanía a España, su riqueza natural, cultural e histórica, y su seguridad. Sin embargo, todavía haría falta romper las barreras políticas y burocráticas que dificultan el desarrollo del sector, como la falta de vuelos directos y las restricciones de visados. A pesar de estos obstáculos, la visión de todos ellos es positiva.



José Antonio Vera recalcó la necesidad de un cambio en la política española para favorecer las relaciones con Guinea Ecuatorial, mientras que Arantxa Bartolomé vio un futuro brillante para el país en el turismo de lujo y sostenible. Iñaki Collado destacó que Guinea tiene la oportunidad de desarrollar un turismo de calidad, y consideró necesario hacer más esfuerzo por formar y profesionalizar los servicios turísticos. Jesús Fonseca, por su parte, enfatizó que la relación histórica entre ambos países debe aprovecharse para impulsar el turismo y otras formas de colaboración.



No hay duda de que este destino reúne todas las condiciones para convertirse en un valor turístico seguro, pero antes es necesariosuperar las trabas burocráticas y promover una colaboración más estrecha y efectiva entre España y Guinea Ecuatorial.




CITA
1-Orden de 10 octubre 1953 HALLAZGOS. En aguas de Africa Occidental . Presidencia del Gobierno (BOE 18 noviembre 1953, núm. 322)


2- Ley de 26 de diciembre de 1958 de Régimen Jurídico para la investigación y explotación de hidrocarburos (BOE de 29 de diciembre de 1958 num. 311)


3- DECRETO 194/1960, de 11 de febrero, por el que se adjudican dos permisos de investigación de hidrocarburos solicitados por la Sociedad «Phillips Oil Company» en la Zona III (Sahara). (BOE de 13 de febrero de 1960, num. 38)


4- Decreto 195/1960, de 11 de febrero (BOE de 13 de febrero de 1960, num. 38) por el que se adjudican cinco permisos de investigación de hidrocarburos, solicitados por la «Compañía Española de Petróleos, S. A.», (CEPSA), y «Spanish Gulf Oil Company» (SPANGOC), en la Zona III (Sahara).


5- DECRETO 196/1960, de 11 de febrero, por el que se adjudican seis permisos de investigación de hidrocarburos, solicitados conjuntamente por las Sociedades «Texaco (Spain) Inc »y «California Oil Company of Spain» en la zona III (Sahara). (BOE de 13 de febrero de 1960, num. 38)


6- Decreto 197/1960, de 11 de febrero (BOE de 13 de febrero de 1960, num. 38) por el que se adjudica un permiso de investigación de hidrocarburos, solicitado por la Sociedad «Atlantic Exploration Company», en la Zona III (Sahara).


7- Decreto 277/1960, de 18 de febrero BOE» núm. 46, de 23 de febrero de 1960, páginas 2178 a 2179, por el que se adjudican dos permisos de investigación de hidrocarburos, solicitados conjuntamente por «Spanish Gulf Oil Company» (SPANGOC) y «Compañía Española de Petróleos, S. A.» (CEPSA), en la Zona II (Río Muni).


8- Decreto 1175/1960, de 15 de junio (BOE de 28 de junio de 1960, num. 154) por el que se dispone la nueva estructuración del Servicio Minero y Geológico de las Provincias Africanas.


9- Orden de 16 de enero de 1962 (BOE de 20 de enero de 1962, num. 18) por la que se aclaran determinados detalles de aplicación de los Decretos de 25 de junio de 1959 y 15 de junio de 1960.


10- Decreto 1419/1962, de 22 de junio (BOE de 29 de junio de 1962, num. 155) por el que se reorganiza la Comisión de Coordinación para la aplicación de la Ley de Hidrocarburos de las Provincias Africanas.


11- Decreto 2742/1965, de 22 de julio, por el que se amplia el articulo 172 del Reglamento de 12 de junio de 1959 para aplicación de la Ley de Régimen Jurídico de investigación y Explotación de Hidrocarburos de 26 de diciembre de 1958(BOE de 24 de septiembre de 1965 num. 229)


12- Decreto 595/1966, de 12 de marzo, por el que se adjudican dos permisos de investigación de hidrocarburos, solicitados conjuntamente por las sociedades “Mobil Producting Spain Inc.” (MOBIL), “Compañía Española de Petróleos, SA” (CEPSA) y “Compañía Ibérica de prospecciones, SA” (CIPSA), en la zona II (Fernando Poo). (BOE de 14 de marzo de 1966 num. 62)


13- Orden de 4 de agosto de 1966, complementaria del Decreto 596/ 1966 de 12 de marzo, por el que se disponen las condiciones que debe cumplir la compañía "Spanish Gulf Oil Company" como adjudicataria de un permiso de investigación de hidrocarburos sobre la cuadricula numero 9 de la Zona II (Fernando Poo); (BOE de 6 de agosto de 1966) Calendario de inversiones 8 años.


14- Decreto 1846/1967, de 13 de julio, por el que se adjudican tres permisos de investigación de hidrocarburos solicitados conjuntamente por las sociedades “Spanish Gulf Oil Company” y "Compañía Española de Minas de Riotinto, SA” en la zona II (Fernando Poo) (BOE de 24 de agosto de 1967, num. 202)


15-Ley 9/1968, de 5 de abril, sobre secretos oficiales «BOE» núm. 84, de 06/04/1968


16- Decreto 1043/1968, de 2 de mayo (BOE de 27 de mayo de 1968 num. 127) por el que se publica el mapa oficial de cuadrículas sobre áreas marinas de la zona II (Río Muni)


17-Jueves, 9 de mayo de 1968 «Spanish Gulf Oil Company» comenzará, seguramente, sus trabajos de prospección petrolífera submarina en aguas de Guinea Ecuatorial a primeros de junio próximo, según informa un portavoz de la propia compañía. Para hacer estas prospecciones se utilizará la moderna plataforma de perforación «Heron» de la compañía «Zapata Off-Shore» de Houston, Texas. «Spanish Gulf» está asociada con la Compañía Española de Petróleos, S: A., y en Fernando Poo con «Minas de Río Tinto» y «Banco de Bilbao». La duración de las perforaciones será como mínimo de seis meses.


18-DECRETO 2467/1968, de 9 de octubre, por el que se concede la independencia a Guinea Ecuatorial (BOE Num 245 de 11 de octubre)


19-Decreto 242/1969, de 20 de febrero, por el que se desarrollan las disposiciones de la Ley 9/1968, de 5 de abril sobre Secretos Oficiales.


20-La calificación de materia reservada que pesa sobre la información relativa a la República de Guinea Ecuatorial dispuesta por el Gobierno en el año 1973,



21-WikiLeaks. FM AMEMBASSY YAOUNDE TO SECSTATE WASHDC 5394, INFO AMEMBASSY MADRID, DECEMBER 9, 1974 En su impaciencia por tener un acuerdo firmado y confiando en la buena fe y la reputacion de AMOCO, MACIAS puede dar menos consideración a las implicaciones de terminos concretos que pueden ser de importancia considerable a largo plazo. Creo que es de suma importancia que los representantes de AMOCO hagan todos los esfuerzos durante las negociaciones para que las condiciones en que se efectuen las actividades de exploracion y las obligaciones de las dos partes son completamente entendidos por MACIAS y se especifiquen en anexos o cartas de acompañamiento y no en el propio acuerdo.

El fantasma del Blog

Le Burkina Faso entre dans l’ère de l’électromobilité avec Itaoua, son premier constructeur de véhicules 100% électriques



VivAfrik
Par Moctar FICOU -
12 février 2025




Le Burkina Faso marque un tournant historique dans le secteur automobile avec le lancement de sa première marque de véhicules entièrement électriques. Le constructeur burkinabè Itaoua vient de dévoiler un modèle révolutionnaire, intégralement conçu et assemblé sur le sol national. Cette avancée positionne le pays parmi les pionniers de l’innovation technologique en Afrique de l’Ouest et ouvre la voie à une mobilité durable et accessible.



Une prouesse technologique 100% burkinabè




Le modèle électrique d’Itaoua est une véritable prouesse technique, alliant autonomie et rapidité de recharge. Grâce à une batterie de pointe, le véhicule peut parcourir jusqu’à 330 kilomètres après seulement 30 minutes de charge. Ce rendement exceptionnel est rendu possible par l’intégration de technologies avancées développées en collaboration avec des ingénieurs locaux et des experts internationaux.



Un engagement fort pour l’électromobilité en Afrique




Le projet d’Itaoua s’inscrit dans une dynamique globale de transition énergétique et de lutte contre le réchauffement climatique. En misant sur une production locale, l’entreprise ambitionne de réduire la dépendance aux importations de véhicules et de favoriser l’industrialisation du pays. Ce pari audacieux pourrait transformer l’économie burkinabè, en créant des emplois et en dynamisant le secteur technologique national.




Des bénéfices économiques et environnementaux





L’essor des véhicules électriques au Burkina Faso présente plusieurs avantages à savoir l’éduction des coûts de transport : l’électricité, moins onéreuse que les carburants fossiles, permet aux usagers de réaliser des économies substantielles, moins d’émissions de CO2 : une alternative écologique qui participe à la lutte contre la pollution urbaine ; et la valorisation des énergies renouvelables : l’intégration de panneaux solaires pour la recharge des véhicules pourrait renforcer l’indépendance énergétique du pays.




Quels défis pour une adoption massive ?





Malgré son potentiel, la généralisation des véhicules électriques au Burkina Faso devra surmonter plusieurs défis parmi lesquels le développement des infrastructures de recharge : la mise en place de bornes de recharge sur tout le territoire est essentielle pour garantir une adoption à grande échelle ; le coût d’acquisition : bien que la production locale vise à réduire les prix, le coût initial reste un obstacle pour de nombreux Burkinabè et la formation et l’entretien : un réseau de techniciens qualifiés devra être formé pour assurer la maintenance de ces nouveaux véhicules.




Une révolution en marche




Avec le lancement de sa première voiture 100% électrique, Itaoua prouve que l’innovation africaine est en plein essor. Ce projet ambitieux pourrait inspirer d’autres pays du continent à investir dans l’électromobilité, ouvrant ainsi la voie à un avenir plus vert et plus indépendant sur le plan énergétique. Le Burkina Faso se positionne désormais comme un acteur clé de la transition écologique en Afrique.


Moctar FICOU / VivAfrik










Burkina Faso entra en la era de la electromovilidad con Itaoua, su primer fabricante de vehículos 100% eléctricos



VivAfrik
Por Moctar FICOU -
12 de febrero de 2025



Burkina Faso marca un punto de inflexión histórico en el sector del automóvil con el lanzamiento de su primera marca de vehículos totalmente eléctricos. El fabricante de Burkina Faso Itaoua acaba de presentar un modelo revolucionario, totalmente diseñado y ensamblado en suelo nacional. Este avance posiciona al país entre los pioneros de la innovación tecnológica en África Occidental y allana el camino para una movilidad sostenible y accesible.



Una hazaña tecnológica 100% Burkina Faso




El modelo eléctrico de Itaoua es una verdadera hazaña técnica, que combina autonomía y velocidad de carga. Gracias a una batería de última generación, el vehículo puede recorrer hasta 330 kilómetros después de solo 30 minutos de carga. Este rendimiento excepcional es posible gracias a la integración de tecnologías avanzadas desarrolladas en colaboración con ingenieros locales y expertos internacionales.



Un fuerte compromiso con la electromovilidad en África




El proyecto de Itaoua forma parte de una dinámica global de transición energética y lucha contra el calentamiento global. Al aportar por la producción local, la empresa aspira a reducir la dependencia de las importaciones de vehículos y promover la industrialización del país. Esta audaz apuesta podría transformar la economía de Burkina Faso, creando puestos de trabajo y dinamizando el sector tecnológico nacional.



Beneficios económicos y ambientales




El auge de los vehículos eléctricos en Burkina Faso tiene varias ventajas, a saber, la reducción de los costes de transporte: la electricidad, más barata que los combustibles fósiles, permite a los usuarios realizar ahorros sustanciales, menos emisiones de CO2: una alternativa ecológica que participa en la lucha contra la contaminación urbana; y la valorización de las energías renovables: la integración de paneles solares para la recarga de vehículos podría reforzar la independencia energética del país.



¿Cuáles son los retos para una adopción masiva?




A pesar de su potencial, la generalización de los vehículos eléctricos en Burkina Faso tendrá que superar varios desafíos, entre ellos el desarrollo de infraestructuras de carga: la implantación de estaciones de carga en todo el territorio es esencial para garantizar una adopción a gran escala; el coste de adquisición: aunque la producción local tiene como objetivo reducir los precios, el coste inicial sigue siendo un obstáculo para muchos burkinabè y la formación y el mantenimiento: habrá que formar una red de técnicos cualificados para garantizar el mantenimiento de estos nuevos vehículos.



Una revolución en marcha




Con el lanzamiento de su primer coche 100% eléctrico, Itaoua demuestra que la innovación africana está en pleno auge. Este ambicioso proyecto podría inspirar a otros países del continente a invertir en electromovilidad, allanando así el camino para un futuro más verde y energéticamente independiente. Burkina Faso se posiciona ahora como un actor clave en la transición ecológica en África.


Moctar FICOU / VivAfrik
El fantasma del Blog
La oenegé que atiende a los refugiados de África occidental en Galicia: «Intentamos que nuestro trabajo sea de acompañamiento e integración»



Dos equipos de Accem ayudan a adaptarse a Galicia a 106 africanos en Bueu y 70 en Sanxenxo. Así es cómo se organizan




MARCOS GAGO
bueu / la Voz de Galicia
16 Feb 2025. Actualizado a las 05:00 h.





La hora del desayuno en el hotel Alda Bueumar es a las nueve de la mañana y en ese momento el comedor del establecimiento se convierte en el bullicioso punto de encuentro de los 106 refugiados de Mali y otros países africanos en conflicto, que la oenegé Accem supervisa en el marco de un programa del Ministerio de Migraciones. Bueu es uno de los dos lugares del entorno de Pontevedra donde se está desarrollando este programa de acción concertada y atención humanitaria, junto con Sanxenxo, donde hay 70.



La logística de esta actuación es compleja porque para sus participantes, que llevan poco en España, todo, absolutamente todo, es nuevo. Así que hay que empezar a trabajar en múltiples aspectos a la vez para facilitar las condiciones que aceleren una integración lo más rápida posible en la sociedad europea.



Ariadna Navarro es la responsable de Accem en Pontevedra y se ocupa de la actividad de esta oenegé en la provincia. El equipo destinado a Bueu lo dirige Pablo Bermejo. Lo forman cuidadores, trabajadores sociales, psicólogo, integradores sociales, profesores de español, y un educador social, entre otros. «El objetivo es acompañarles desde las necesidades más básicas hasta detectar qué pueden hacer una vez que llegan aquí. También se ve cómo se puede apoyar en los trámites administrativos, dependiendo de en qué momento está su solicitud de asilo, y se da esa asistencia jurídica, y también talleres prelaborales y clases de idiomas», explica Ariadna Navarro. Y apunta: «Las claves de una buena convivencia son la gente del lugar, que haya espacios de contacto. Intentamos que nuestro trabajo sea de acompañamiento e integración».




Bermejo indica que los refugiados que están en Bueu han pasado varios filtros previos desde su llegada a Canarias. Se trata de cribados realizados por el ministerio, que es quién decide, en base a las circunstancias de cada persona, a quién deriva a Galicia. «Cando eles chegan aquí xa teñen a entrevista de asilo feita e están á espera de saber cal é o resultado da decisión que tome o ministerio», precisa. Todos los refugiados atendidos en el Bueumar son hombres, la mayoría de entre 18 y 30 años



Prioridad: aprender español




«Cando chegan fáiselles unha entrevista individualizada, para poder coñecer a súa historia e cal é o itinerario que queren trazar, e ver qué necesidades poden ter a nivel sanitario, psicolóxico, xurídico; a partir de aí empezamos a traballar na súa inserción laboral e na sociedade», detalla Bermejo.



Una de las prioridades es el aprendizaje del español. Reciben clase varias horas al día, de mañana y de tarde. También tienen actividades deportivas, aprovechando la playa cercana. Paralelamente, se les deriva al servicio público de empleo, dándose de alta como demandantes de formación y trabajo, dependiendo de si tienen el permiso laboral. La mayoría de los refugiados de Bueu lo tienen ya activado.




Navarro explica cómo son estas clases, según el nivel de conocimiento del español. La mayoría sabe francés, lo que agiliza el aprendizaje: «Se traducen entre ellos si hay alguno que habla muy bien francés o español y hay otro que le cuesta más».




«Hay bastante gente que está haciendo cursos en Vigo, otros empezaron a trabajar recientemente», precisa. En el caso de los refugiados buenenses, hay gente que se está formando para los sectores de la construcción, marinero pescador, logística, electricidad, fontanería, y procesado de pescado y congelados.




Una vez que uno de esos refugiados que trabaja supera el tope de ingresos fijado por el ministerio «ya salen del centro y viven por sus propios medios», incide Navarro. El alquiler puede ser un problema, pero desde Accem intentan alcanzar acuerdos con las empresas para que les faciliten el acceso a la vivienda. El objetivo final es que sean totalmente independientes.



«Notan a amabilidade e un trato próximo na xente»




Cuestiones del día a día más normal pueden ser fuente de dudas para estos refugiados. Bermejo explica cómo son algunas de las consultas más típicas que les hacen: «Moitas veces preguntan por cuestións básicas como que hai que facer para abrir unha conta no banco, como facer para ir a tal sitio, como falar coa xente».



En los deportes, comparten con los españoles la afición por el fútbol. Accem está ahora empezando los contactos con los clubes deportivos para diversificar sus actividades. También están contactando con colectivos sociales.



Los responsables de la oenegé destacan la buena recepción por parte de los gallegos. «Dinnos que notan unha amabilidade e un trato próximo na xente de aquí, tanto en Mondariz [donde estuvieron algunos antes] como en Bueu».



Asimismo, desde Accem impulsan también iniciativas con los centros educativos para fomentar la integración. El objetivo es «acercar la realidad del mundo a los adolescentes y es una forma también de romper estereotipos y prejuicios. Al final, ven que son chavales como ellos y que tienen las mismas inquietudes», concluye Navarro.
El fantasma del Blog
África se sube al negocio de las remesas digitales y presiona para reducir el coste de las transacciones




Las ‘start-ups’ despiertan el interés de inversores y, a la vez, empujan al mercado para aprovechar mejor el dinero que envía la diáspora africana hacia el continente más caro del mundo para estas operaciones financieras





Ana Puentes
Madrid
17 FEB 2025 - 05:30 CET



África, pionera en dinero móvil y en pagos a través de teléfonos inteligentes, ahora quiere dar el salto final para que el envío de remesas a través del móvil sea cada vez más barato y más fácil, desde el Norte Global hacia todos los rincones del continente africano. En la última década, varias start-ups (empresas emergentes) han sacudido el mercado y han presionado a compañías tradicionales para que las tasas por transacción sean más económicas. Ahora, estas compañías nativas africanas toman un nuevo impulso y expanden sus negocios por cuenta de inversores interesados en este mercado en África. Así, compañías como Nala (creada en Tanzania), Juicyway y Flutterwave (Nigeria), APS (Gambia), Cauridor (Costa de Marfil), Mukuru y Mama Money (Sudáfrica) han extendido su cobertura y han potenciado la competencia.




Una de las fintech, como se llama a las empresas dedicadas a la tecnología financiera, más populares de África es Nala. Se creó en 2021 y en julio pasado recaudó 40 millones de dólares (38,16 millones de euros) por cuenta de inversores. Con esos recursos, espera expandirse. Nala, de momento, tiene 500.000 usuarios que pueden enviar dinero desde la Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido hacia 10 países africanos. Otra fintech que ha conseguido millonarias inversiones es Cauridor, que recientemente recaudó 3,5 millones de dólares para su expansión y para mejorar su infraestructura de pagos.




Además del interés privado por estas start-ups, organizaciones internacionales también impulsan esta forma de envío de remesas. El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de Naciones Unidas, por ejemplo, adelanta un proyecto con la compañía APS para acelerar la llegada de remesas digitales a zonas rurales de Gambia.




Pese a estos avances, aún hay brechas. África Subsahariana es la región más cara del mundo para enviar dinero y en la que más se ha encarecido esta transacción entre 2023 y 2024, según datos del Banco Mundial. En el mundo, enviar 200 dólares al exterior implica pagar de media una tasa del 6,65% por la transacción. Pero si esos 200 dólares van hacia África Subsahariana, la media de tasa es del 8,37%, una cifra bastante alejada de la meta de Naciones Unidas, que quiere reducirla a menos del 3% para 2030.




En África, más de 200 millones de personas se benefician de las remesas, según datos de Naciones Unidas. Con el dinero, las familias pueden pagar alimentos, educación, vivienda, servicios y gastos médicos. En 2024, África recibió más de 100.000 millones de dólares en remesas, de acuerdo con datos provisionales de expertos del Banco Mundial. Nigeria, con 19.800 millones de dólares al año, está en la cima de países que más reciben dinero por cuenta de las remesas. En otros Estados, las remesas representan una parte importante de su Producto Interno Bruto (PIB). En Gambia, por ejemplo, equivalen al 21,4% del PIB; en Sudán del Sur, al 17,5%, y en Lesotho, al 20,6%. Además, la ONU calcula, a partir de los datos de 2023, que las remesas en África equivalen a casi el 6% del PIB del continente y superan la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) “que asciende a 42.000 millones de dólares y a la Inversión Extranjera Directa (IED), que es de 48.000 millones de dólares”.



Las tareas pendientes para aprovechar las remesas




De ahí que, según expertos, sea vital insistir en abaratar costes para aprovechar el flujo de las remesas. Killian Clifford, asesor senior de gobernanza de migración y empoderamiento financiero y económico de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) asegura, por correo electrónico, que “corresponde a la comunidad internacional, a los gobiernos y al sector privado por igual, ayudar a eliminar las barreras de inclusión para promover remesas más rápidas, seguras y baratas”. Para Frédéric Ponsot, especialista técnico sénior en remesas y diáspora del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la clave está en incentivar la competencia. Esto implica no solo facilitar el surgimiento de nuevas compañías, sino promover que haya más actores especializados en ciertos corredores de envío, es decir, las “vías” que toma el dinero cuando va de un país a otro. “APS, por ejemplo, está en Gambia, pero también tiene licencias de operación en Reino Unido y Europa, por lo que puede cubrir el corredor de principio a fin”, explica Ponsot en una videollamada. Así, APS no tiene que hacer alianzas con otras grandes compañías como Western Union para operar y todas las ganancias quedan dentro del grupo. Por eso, el modelo es sostenible.



Corresponde a la comunidad internacional, a los gobiernos y al sector privado por igual, ayudar a eliminar las barreras de inclusión para promover remesas más rápidas, seguras y baratas

Killian Clifford, asesor senior de gobernanza de migración y empoderamiento financiero y económico de la OIM




Sin embargo, llegar a funcionar como lo hace APS es caro, reconoce Ponsot. “Uno de los principales retos es conseguir capital. Cuesta mucho conseguir que los clientes confíen en la marca y cuesta mucho conseguir las licencias”, recuerda el experto. También, agrega, hay barreras a la hora de lograr respaldos con los bancos, que ven en las start-ups negocios de alto riesgo. Frente a esto, la OIM, advierte de que si esas start-ups quieren “convertirse realmente en panafricanas” es necesario armonizar las normas y los sistemas de pago de los países. “Rara vez son interoperables”, reconoce Clifford, pero considera que con la llegada de la Zona de Libre Comercio Continental Africana podrían verse avances.




Otro de los mayores desafíos a largo plazo, de acuerdo con los expertos, es cómo estas start-ups serán sostenibles y cómo lo conseguirán sin convertirse en un riesgo. Hay compañías que ofrecen tasas bajas por transacción y otras que, incluso, prestan gratis el servicio porque sacan sus ganancias a través de tasas de cambio de moneda que les son más rentables. “Nos preguntamos si están alterando el mercado de manera justa o injusta. Al principio, el coste [de las transacciones] bajará, pero si las empresas quiebran, el mercado se concentrará de nuevo [en pocos competidores] y el coste volverá a subir”, advierte Ponsot y agrega que si las start-ups desaparecen, pueden minar la confianza que África ha empezado a tener en las remesas y billeteras digitales.




La sudafricana Onafriq, una de las empresas pioneras en dinero y remesas digitales, ya consiguió ser sostenible a través de un sistema de alianzas y sociedades con otras marcas. Ahora, avanza al siguiente nivel. Rachel Balsham, directora general para el sur y el oriente de África, explica que Onafriq trabaja en nuevas herramientas y alianzas para lograr que ese dinero enviado de forma digital siga circulando en el sistema de forma digital, sin pasar al efectivo. Además, también busca promover “las remesas con propósito”. Esto lo harán, explica, facilitando que los africanos en el exterior puedan pagar directamente el hospital o la escuela de sus familiares. “Esto da a la diáspora un poco más de control sobre su dinero”, afirma la directora.




Aunque Balsham reconoce que bajar el coste de las tasas seguirá siendo un reto, advierte que el atractivo de las remesas digitales en el contexto africano va más allá. “La gente elige enviar remesas por el móvil no solo por el coste, sino porque dan una sensación de seguridad, conveniencia y control”, afirma.





El fantasma del Blog
Invertir en innovación y creer en los jóvenes para hacer realidad un turismo respetuoso en África



ONU Turismo abrirá una oficina temática sobre nuevas tecnologías e ideas con sede en Marruecos, el país más visitado del continente en 2024





Ángeles Lucas
Marraquech
17 FEB 2025 - 05:30 CET





“Si me dijeras que tengo que elegir un continente en el que poner todo mi dinero, sería en África. Soy completamente optimista con la promoción del turismo aquí”, asevera la india Aradhana Khowala, experta y consultora internacional del sector tras participar en un panel del encuentro Innovación tecnológica e inversión turística, organizado por Marruecos y ONU Turismo y celebrado a finales de enero en Marraquech. En la cita se oficializó la firma para abrir una oficina temática de la organización mundial centrada en la innovación en África y tendrá sede en Rabat, en Marruecos, el país más visitado del continente en 2024, con 17,4 millones de turistas internacionales. “Hemos recibido mucho apoyo de los ministerios [marroquíes] y es nuestro deseo que esté aquí el hub de innovación para África”, declaró el secretario general de la organización, Zurab Pololikashvili, en el acto, en el que participaron los ministros de Turismo e Inversión entre dos centenares de inversores, académicos y profesionales del sector.



“Los inversores están viendo interés en el desarrollo de África como destino de turismo. El 92% de la inversión extranjera se dedicó el año pasado a alojamientos y hoteles, de lo que se espera la creación de 20.000 puestos de trabajo. E invierten desde países como Bélgica, España, Francia y Estados Unidos”, detalla la directora ejecutiva de ONU Turismo, Natalia Bayona. “Además, se invierte mucho en todas las áfricas: en Marruecos, en Sudáfrica, en Tanzania, en Nigeria, en Zambia... y eso es bueno por la diversificación de destinos”, observa Bayona, consciente también de una demanda histórica: la baja conectividad de vuelos.



“Una mejor conectividad de vuelos cambiaría las reglas del juego”, incide Khowala, que es directora adjunta de la consultora internacional Adapmind Partners. Su entusiasmo por África lo trufa con ”la debilidad de las infraestructuras y la desigualdad en el acceso a la formación”, pero se le vuelve a iluminar la cara cuando menciona la demografía. “África cuenta con la población más joven del planeta. En los próximos 15 años en África se tomarán decisiones importantes para regir el mundo”, vaticina, y está convencida de que las nuevas generaciones, y con ellas su innovación, no perpetuarán las prácticas destructivas previas. “El sector del turismo no siempre ha estado en la línea de frente de la innovación, no se ha aventurado. Pero estamos en el momento en el que no cambiar ya no es una opción y eso va a venir desde las start ups (empresas emergentes). Ellas van a mover el tablero”, considera.



La oficina prevista por ONU Turismo para innovación, cuyo presupuesto se aprobará previsiblemente en mayo, organizará talleres para la reclamada formación de personal, tanto del ámbito público como privado, y celebrará conferencias, foros y concursos de start ups. Hay margen de mejora. El pasado deja por el mundo hoteles levantados a pie de playa tras desplazar a comunidades de pescadores, que se priorice el agua potable para los turistas, el despilfarro de alimentos o contratos a personal local solo para empleos de baja cualificación. Unas dinámicas que, sumadas al apogeo de los pisos turísticos, la masificación de destinos, el horario laboral desregulado o la ausencia de mujeres directivas, dibujan un panorama alejado de ser un referente para los nuevos actores. “Ya no queremos un turismo sostenible, que consiste en impactar lo mínimo. Ahora abogamos por el turismo regenerativo, que es dejar el lugar mejor de lo que lo encontramos”, apunta Khowala, que apuesta por regulaciones sólidas e incentivos públicos para facilitar la senda.




Younnes Ouazri, de 32 años, ha sido el ganador este 2025 del Concurso de start-ups de Marruecos convocado por ONU Turismo con su proyecto Eco-Dôme de construcción de alojamientos con tierra local. “Nuestra solución consiste en recuperar el antiguo patrimonio marroquí y combinarlo con tecnologías modernas. Creamos modelos digitales de nuestros edificios y después usamos procesos vernáculos para hacer alojamientos con un impacto mínimo en el medio ambiente, un máximo de confort y un consumo de energía reducido”, explica Ouazri, que recogió el premio en el mismo encuentro celebrado en Marraquech. Detalla que hasta el momento cuentan con cinco proyectos turísticos en zonas rurales que sufrían éxodo poblacional. “Para el Mundial de Fútbol de 2030 esperamos crear 20 más en todas las regiones de país y que generen al menos 500 empleos directos y más de 1.000 indirectos”, avanza.



El inversor estadounidense-sudanés, Magdi Amin, miembro del jurado del concurso, pronuncia como un axioma: “La manera más rápida de desarrollar África será a través de las starts-up. Están resolviendo verdaderamente con tecnología las grandes brechas que existen en educación, sanidad, empleo”. El experto añade que el turismo crea cerca de 24 millones de empleos y genera cerca del 8% del producto interior bruto en el continente, pero cree que todavía falta conocimiento sobre África por parte de los inversores. “Ven más riesgos, por eso es importante que se tengan equipos en terreno”, recomienda Amin, que enumera la rápida penetración de los teléfonos inteligentes y apunta a la promoción de las plataformas online para optimizar las cadenas de valor. Apuesta también por la combinación de la realidad virtual con las experiencias palpables mientras enseña en su móvil una impresionante reconstrucción en tres dimensiones (3D) de las pirámides Meroë de Sudán elaborada por Google Arts.



Además del 3D o el desarrollo de aplicaciones, la inteligencia artificial es central para la innovación. El treinteañero baidaní Badr Lemkhente lanzó hace dos años la start up HostifAI, una plataforma basada en IA para facilitar la comunicación entre clientes, personal y gestores de hoteles y apartamentos a través de WhatsApp. En dos años han conseguido servicios a cadenas como Accor y Sofitel en varios países. Lemkhente espera en su próxima fase crear una red que difunda a los viajeros servicios sobre el terreno. “Así mejoramos la visibilidad de los actores locales, que a menudo quedan marginados en el turismo de masas”, apunta.



Este emprendedor observa que los directivos más jóvenes son más permeables a los cambios para un turismo más innovador. Y como Ouazri, ve en los campeonatos futbolísticos convocados en Marruecos una oportunidad. “Esperamos expandirnos con la Copa Africana de Naciones [a finales de este 2025] y con la Copa del Mundo en 2030″, proyecta con ilusión. Marruecos se ha propuesto recibir a 26 millones de visitantes en 2030 y, para ir preparando la cifra, lanzó junto a ONU Turismo en el encuentro en Marraquech una amplia guía para invertir en el país titulada Tourism Doing Business. Investing in Morocco. Los demás finalistas al concurso nacional de start-ups esperan también ese empuje para promover sus iniciativas, entre las que se encontraban: tours en bicicleta por Marraquech para conocer zonas alternativas, aplicaciones de audioguías de patrimonio por descubrir para mayores y niños, servicios para fomentar el sector en zonas rurales, plataformas para centralizar la ascendente demanda de surf y costa, o servicios de comida tradicional en formato callejero.



Mientras, en esta transición hasta la plena incorporación digital, Marraquech deja escenas como un fulgurante Tesla con una pantalla enorme que muestra un GPS medio desorientado entre las enjutas calles de la abarrotada medina. O un recepcionista de un riad que proporciona a los visitantes recién instalados un mapa de papel y una fotocopia con un camino marcado con flechitas para llegar sin perderse a la inmensa plaza Yemaa el-Fna: “Es que Googlemaps no sabe ubicar bien dónde estamos”, excusa. En esa plaza emblemática, el contraste vuelve a ser flagrante y los míticos encantadores de serpientes comparten espacio con un chico que ofrece a niños y mayores unas gafas de realidad virtual en ese entorno declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El fantasma del Blog
Sommet de l’UA : la RDC et le Soudan au coeur des discussions à Addis-Abeba



15 février 2025
Paix et sécurité



À l’entame du 38e sommet annuel de l’Union africaine (UA) à Addis-Abeba, le chef de l’ONU a appelé, samedi, à mettre fin à la flambée des combats en République démocratique du Congo (RDC) et au Soudan, deux conflits qui font selon lui peser une menace imminente sur la stabilité de tout le continent africain.



Le rendez-vous annuel de l'UA, qui rassemblait ce weekend les chefs d’États et de gouvernement des 55 pays de l’organisation panafricaine pour une durée de deux jours dans la capitale éthiopienne, s’est ouvert alors que les combats respectifs en RDC et au Soudan sont en pleine recrudescence.



Dans un discours prononcé lors de la première journée, au cours de laquelle les rênes de la présidence tournante de l’UA ont été confiées au président angolais, Joao Lourenço, pour une durée d’un an, le Secrétaire général de l'ONU n'a pas mâché ses mots quant à l'urgence de la crise en RDC.



« Le peuple congolais subit - une fois de plus - un cycle brutal de violence », a déclaré António Guterres au siège de l'organisation.



Depuis le début de l’année, les rebelles du Mouvement du 23 mars, soutenus par les forces rwandaises, ont réalisé une percée face à l’armée régulière du gouvernement de Kinshasa dans la région du lac Kivu, à l’est de la RDC. 

Après Goma, le chef-lieu de la province du Nord-Kivu, tombé entre les mains du M23 à la fin du mois de janvier, le groupe armé gagne désormais du terrain dans la province voisine du Sud-Kivu, en direction de son chef-lieu Bukavu.

« Les combats qui font rage dans le Sud-Kivu, en raison de la poursuite de l'offensive du M23, menacent de précipiter toute la région dans le gouffre », s’est inquiété M. Guterres.





Éviter l’escalade régionale




L’implication du Kigali fait craindre une expansion du conflit au niveau régional, de même que le récent durcissement de ton entre le Rwanda et l’Afrique du Sud, l’un des principaux fournisseurs de contingents de la Mission de la Communauté de développement d'Afrique australe en RDC (SAMIDRC), qui est déployée dans l’est du pays aux côtés de la Mission de maintien de la paix de l’ONU (MONUSCO).



« L'escalade régionale doit être évitée à tout prix », a insisté le Secrétaire général à Addis-Abeba.



Tout en apelante au respect de l'intégrité territoriale de la RDC, M. Guterres a estimé que seul le dialogue permettrait de sortir de l’impasse actuelle.



Relance des processus de Luanda et de Nairobi




Lors d’une conférence de presse dans la foulée de son discours, M. Guterres a rappelé l’importance des conclusions du sommet conjoint de la Communauté de l'Afrique de l'Est (EAC) et de la Communauté de développement de l'Afrique australe (SADC), organisé le 8 février en Tanzanie.  



A cette occasion, les membres des deux groupes régionaux ont appelé à un cessez-le-feu immédiat en RDC et à la relance des efforts régionaux fondés sur de processus de Luanda, principal cadre de négociation entre Kinshasa et Kigali, et le processus Nairobi, centré sur la résolution du conflit à l’intérieur de la RDC.
Le chef de l’ONU a également indiqué qu’il avait participé, vendredi, à une session extraordinaire du Conseil de paix et de sécurité de l’UA dans la capitale éthiopienne.



« Nous nous sommes concentrés sur les crises au Soudan et en République démocratique du Congo », a-t-il confié.



Escalade au Soudan



M. Guterres a par ailleurs déploré la flambée de violence actuelle au Soudan, où, depuis avril 2023, les paramilitaires des Forces de soutien rapide (FSR) sont en guerre contre l’armée du général Abdel Fattah al-Burhane, au pouvoir de facto suite au putsch d’octobre 2021 dans le pays.


« Le Soudan est en train de se déchirer sous nos yeux et connaît aujourd'hui la plus grande crise de déplacement et de famine au monde », a rappelé le Secrétaire général lors de son discours. 



Près de deux ans de guerre civile dans cette nation du nord-est de l’Afrique ont fait des dizaines de milliers de morts et déplacé plus de 12 millions de personnes, dont plus 3,5 millions qui ont franchi les frontières avec les pays voisins.



Le Soudan est également devenu le seul pays au monde à être officiellement frappé de famine.



Appel à une trêve pour le Ramadan



À l'approche du mois sacré du Ramadan, M. Guterres a appelé à une cessation immédiate des hostilités. 



Il a également demandé à la communauté internationale de s'unir pour mettre fin à l’afflux d’armes et au financement des combats.Rentrant dans le détail des maux traversés par le pays lors de sa conférence de presse, le chef de l’ONU a déploré les rapports quotidiens « horribles » faisant état de meurtres de civils, de violations des droits de l’homme et de violences sexuelles.



« Les discours de haine et les attaques à motivation ethnique sont en hausse », a-t-il ajouté. « Et l’économie est en chute libre ».M. Guterres s'est également inquiété du fait que l’augmentation du flux d’armes et des combats déstabilisent l’ensemble de la région.



« Le peuple soudanais a besoin d’une voie claire pour sortir de ce cauchemar », a-t-il déclaré. « Et le monde a besoin d’un Soudan stable et pacifique ».









Cumbre de la UA: la RDC y Sudán en el centro de las discusiones en Addis Abeba





15 de febrero de 2025
Paz y seguridad


Al comienzo de la 38a cumbre anual de la Unión Africana (UA) en Addis Abeba, el jefe de la ONU pidió el sábado que se ponga fin al brote de combates en la República Democrática del Congo (RDC) y Sudán, dos conflictos que, según él, suponen una amenaza inminente para la estabilidad de todo el continente africano.



La reunión anual de la UA, que reunió este fin de semana a los jefes de Estado y de Gobierno de los 55 países de la organización panafricana durante dos días en la capital etíope, se abrió cuando los respectivos combates en la RDC y Sudán se intensifican.



En un discurso pronunciado el primer día, durante el cual las riendas de la presidencia rotativa de la UA fueron confiadas al presidente angoleño, Joao Lourenço, por un período de un año, el Secretario General de la ONU no se anduvo con rodeos sobre la urgencia de la crisis en la RDC.



“El pueblo congoleño sufre, una vez más, un brutal ciclo de violencia”, dijo António Guterres en la sede de la organización.



Desde principios de año, los rebeldes del Movimiento del 23 de marzo, apoyados por las fuerzas ruandesas, han logrado un avance frente al ejército regular del gobierno de Kinshasa en la región del lago Kivu, al este de la República Democrática del Congo.



Después de Goma, la capital de la provincia de Kivu del Norte, que cayó en manos del M23 a finales de enero, el grupo armado está ganando terreno en la vecina provincia de Kivu del Sur, en dirección a su capital Bukavu.



“Los combates que se libran en Kivu del Sur, debido a la continuación de la ofensiva del M23, amenazan con precipitar a toda la región en el abismo”, se preocupó Guterres.


Evitar la escalada regional



La participación de Kigali hace temer una expansión del conflicto a nivel regional, así como el reciente endurecimiento del tono entre Ruanda y Sudáfrica, uno de los principales proveedores de contingentes de la Misión de la Comunidad de Desarrollo de África Austral en la RDC (SAMIDRC), que está desplegada en el este del país junto con la Misión de Mantenimiento de la Paz de la ONU (MONUSCO).


“La escalada regional debe evitarse a toda costa”, insistió el Secretario General en Addis Abeba.


Mientras apelaba al respeto de la integridad territorial de la RDC, el Sr. Guterres consideró que solo el diálogo permitiría salir del impasse actual.


Relanzamiento de los procesos de Luanda y Nairobi



En una conferencia de prensa a raíz de su discurso, el Sr. Guterres recordó la importancia de las conclusiones de la cumbre conjunta de la Comunidad de África Oriental (EAC) y la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC), celebrada el 8 de febrero en Tanzania.


En esta ocasión, los miembros de los dos grupos regionales pidieron un alto el fuego inmediato en la RDC y la reactivación de los esfuerzos regionales basados en el proceso de Luanda, principal marco de negociación entre Kinshasa y Kigali, y el proceso de Nairobi, centrado en la resolución del conflicto dentro de la RDC.


El jefe de la ONU también indicó que había participado el viernes en una sesión extraordinaria del Consejo de Paz y Seguridad de la UA en la capital etíope.


“Nos hemos centrado en las crisis en Sudán y la República Democrática del Congo”, dijo.


Escalada en Sudán



El Sr. Guterres también lamentó el actual brote de violencia en Sudán, donde, desde abril de 2023, los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FSR) están en guerra contra el ejército del general Abdel Fattah al-Burhane, en el poder de facto tras el golpe de octubre de 2021 en el país.


“Sudán se está desgarrando ante nuestros ojos y ahora está experimentando la mayor crisis de desplazamiento y hambruna del mundo”, recordó el Secretario General durante su discurso.


Casi dos años de guerra civil en esta nación del noreste de África han causado decenas de miles de muertes y han desplazado a más de 12 millones de personas, de las cuales más de 3,5 millones han cruzado las fronteras con los países vecinos.


Sudán también se ha convertido en el único país del mundo que ha sido golpeado oficialmente por el hambre.


Llamamiento a una tregua para el Ramadán



A medida que se acerca el mes sagrado del Ramadán, el Sr. Guterres pidió un cese inmediato de las hostilidades.


También pidió a la comunidad internacional que se uniera para poner fin a la afluencia de armas y a la financiación de los combates. Al detallar los males que atraviesa el país en su conferencia de prensa, el jefe de la ONU lamentó los "horribles" informes diarios sobre asesinatos de civiles, violaciones de los derechos humanos y violencia sexual.


“El discurso de odio y los ataques por motivación étnica están aumentando”, agregó. “Y la economía está en caída libre”. El Sr. Guterres también se preocupó de que el aumento del flujo de armas y los combates están desestabilizando toda la región.


“El pueblo sudanés necesita una forma clara de salir de esta pesadilla”, dijo. “Y el mundo necesita un Sudán estable y pacífico”.
El fantasma del Blog
Carlos Mazón mantiene el hermetismo y niega información sobre dónde estuvo el día de la dana


El presidente de la Generalitat responde con una hoja de dietas de un conductor a la solicitud de la relación de desplazamientos




María Fabra
Valencia - 17 FEB 2025 - 16:32 CET



Los intentos de la oposición por arrojar algo de luz sobre dónde estuvo el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, el día de la dana que provocó la muerte de 224 personas, han vuelto a caer en saco roto. El jefe del Gobierno valenciano mantiene su hermetismo. Si la semana pasada la negativa fue a aportar el listado de llamadas efectuadas y recibidas, tanto de su teléfono como desde los de su equipo más cercano en la Generalitat Valenciana, ahora lo ha hecho con los desplazamientos realizados por su vehículo aquel 29 de octubre.



En una respuesta parlamentaria, el secretario autonómico de Transparencia, Santiago Lumbreras, remite a los socialistas una hoja de dietas del conductor de Carlos Mazón en la que no señala direcciones ni horas concretas, sino que simplemente anota los desplazamientos entre ciudades y las horas de inicio y fin de la jornada. De hecho, los socialistas preguntaron solo por los desplazamientos realizados ese día y, al tratarse de una nota de dietas, el formulario recoge el trabajo de todo el mes con el fin de las dietas.



El portavoz socialista en las Cortes, José Muñoz, ha utilizado unos términos que utiliza el propio Mazón y ha hablado de “apagón informativo”, ya que oficialmente solo se conoce su paradero hasta las dos y media de la tarde y desde después de las siete y media de esa misma tarde, cinco horas después, cuando apareció en el órgano de coordinación de emergencias, Cecopi, desde el que se lanzó una alerta de aviso a los móviles de los ciudadanos a las 20.11, cuando decenas de pueblos ya estaban inundados y ya había personas desaparecidas. “Nunca, nunca, nunca, nunca ha explicado de su boca qué hizo durante esa tarde”, ha recordado Muñoz. De informaciones que ha ido confirmando el entorno de Mazón, pero nunca desvelado por él, se sabe que el presidente de la Generalitat comió en un restaurante, el Ventorro, con una periodista en un almuerzo que calificó de trabajo y en el que se sentó a la mesa como jefe del PP regional y no como jefe del Gobierno valenciano. Al menos esa es la explicación que dio para no dar a conocer el coste de esa comida, a la que llegó antes de las tres de la tarde. De momento se desconoce si Mazón se trasladó a algún otro sitio antes de las siete y media de la tarde.



Tal como ha expuesto el socialista una de las pocas cosas que ha explicación el presidente de la Generalitat es que llegó tarde al Cecopi porque hubo un atasco, según contó en las Cortes, “y ya les digo yo que es mentira”, ha afirmado Muñoz.



Para el portavoz del PSPV en el parlamento valenciano, el hermetismo de y la falta de transparencia de Mazón “no es un insulto al Partido Socialista sino un insulto a una sociedad valenciana que quiere respuestas”. “Las víctimas quieren saber qué hacía su máximo responsable, que no está pendiente de reconstruir sino de salvarse políticamente, cueste lo que cueste, caiga quien caiga y echándole la responsabilidad a quien se la tenga que echar menos a él mismo. Y esto es indigno para un presidente de la Generalitat”, ha añadido José Muñoz.



Los socialistas han apelado además al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, al que han reclamado que deje de hacer el cálculo electoralista, “pensando si le van a ir bien o mal las elecciones: la Comunitat Valenciana necesita pasar página y con un president que inflige dolor a las víctimas y la sociedad es imposible”, han exigido.



Por otra parte, sobre la respuesta dada por la Generalitat a la jueza que investiga la dana, que atribuye a la exconsejera de Emergencias, Salomé Pradas la orden del envío de la alerta a los móviles, tanto el PSPV como Compromís han calificado de “miserable” que la Generalitat señale a la exconsejera, en un movimiento que, a su juicio, demuestra que Mazón “está acorralado y ya no tiene escapatoria” y debería llevar al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a cesarle. “Probablemente, la alerta llegó tarde porque Salomé Pradas no podía contactar con Carlos Mazón”, ha indicado el socialista Muñoz. Mientras, el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, ha señalado que “será interesante cuando Salomé Pradas pueda hablar y decir todo lo que ha callado hasta ahora”, al tiempo que ha acusado a Mazón de “miserable” por apuntar hacia ella “huyendo de su responsabilidad”.










Así no se puede seguir.

Necesitamos normas contra la corrupción



El retraso en la transposición de directivas europeas se debe a que nadie en los partidos tradicionales está dispuesto a dejar de tirarse a la cabeza la corrupción en lugar de aumentar la confianza de los ciudadanos





Soledad Gallego-Díaz
16 FEB 2025 - 05:30 CET



El St Antony’s College de Oxford está organizando una serie de seminarios sobre el populismo en Europa. Los directores son, algo que parecería increíble en España, un parlamentario del Partido Laborista y otro del Partido Conservador y parten del convencimiento de que el populismo es una amenaza para la democracia. La historia la cuenta en la revista Prospect Peter Kellner, expresidente de YouGov, una firma internacional de análisis de datos. Kellner analiza las últimas encuestas sobre el voto populista, por ejemplo, las realizadas por el Instituto Tony Blair, y llega a la conclusión de que los votantes populistas tienen poco interés en el tamaño del Estado o en cómo derrocar el orden económico: “Quieren un gobierno competente y honesto, que eleve los niveles de vida, mantenga las calles seguras y proporcione escuelas y hospitales decentes”, explica.



El mensaje favorito de los partidos populistas de extrema derecha es que nada de eso se puede conseguir porque los inmigrantes están inundando nuestros países. Los encuestados están de acuerdo en su mayoría con este mensaje. Pero, según Kellner, el resultado es muy distinto cuando se pregunta si se les debería expulsar o impedir que los inmigrantes trabajen en los hospitales, en labores agrícolas, en la construcción, en las escuelas, como dependientes o camareros o como investigadores en las universidades. Entonces responden claramente que no se les debe expulsar.



Así que se puede explicar a los ciudadanos que las políticas de los partidos populistas “son estúpidas y no funcionarán”, prosigue Kellner. “El problema es que un mensaje de ese tipo sólo es creíble si proviene de personas a las que los votantes respetan. Lamentablemente, eso se aplica a muy pocos políticos tradicionales. Los partidos tradicionales necesitan, sobre todo, revivir su reputación de honestidad y competencia. Sólo entonces podrán derrotar al populismo”.



Recuperar la reputación de honestidad requiere que los ciudadanos tengan la percepción y el convencimiento de que esos políticos luchan contra la corrupción y fomentan la transparencia. Y ahí es donde aparece un problema serio en España. Según los últimos datos de Transparencia Internacional, una organización no gubernamental que promueve medidas contra crímenes corporativos y corrupción política, España ha bajado cuatro puntos en el Índice de Percepción de la Corrupción y se coloca en el puesto 16º entre los 27 países de la Unión Europea y en el 46º en un total de 180 países analizados. Datos palmariamente malos.



La primera constatación en España es que la lucha contra la corrupción no es un punto de encuentro entre los partidos tradicionales, es decir, entre los que, de una forma u otra y hasta ahora, han encabezado la formación de gobiernos y previsiblemente lo harán en los años próximos. En España sería imposible organizar un seminario dirigido conjuntamente por diputados del Partido Popular y del PSOE. Imposible, porque no se trata de un objetivo común, sino de uno de los principales instrumentos que unos y otros se tiran a la cabeza como herramientas de la lucha por el poder. El resultado de esa brutal instrumentación es que España no dispone del marco normativo necesario para luchar contra la corrupción política ni contra los crímenes corporativos. El problema no es que en España haya más corruptos que en Dinamarca, sino que en Dinamarca poseen desde hace años la legislación necesaria y las prácticas imprescindibles para prevenir, primero, y detectar rápidamente después esos posibles casos de corrupción política y empresarial.



En España es escandaloso el retraso en la trasposición de las directrices europeas, y lo es porque nadie, ni en el PP ni en el PSOE, está dispuesto a dejar de lado todas sus diferencias y todos sus inmediatos intereses electorales, y trabajar juntos para aumentar el nivel de confianza de los ciudadanos. Se busca que el ciudadano no confíe en “el otro”, en lugar de encontrar el punto de encuentro que permita sanear el conjunto, tanto en el ámbito estatal como en el las comunidades autónomas (en dos de ellas, Baleares y Valencia, incluso se acaban de eliminar las agencias anticorrupción). Es cierto que el actual Gobierno diseñó un plan de transparencia con mejoras sustanciales, pero en realidad ese plan está paralizado, zarandeado en la lucha política electoral. La realidad es que aún no se ha podido nombrar la Autoridad Independiente de Protección del Informante. ¿No hay en España ningún candidato o candidata con suficiente prestigio para ocupar ese puesto, fundamental a la hora de conseguir información? Así no se puede seguir .
El fantasma del Blog
La corrupción en España: por detrás de Ruanda y bajando



La clave del bienestar de una sociedad reside en la calidad de las instituciones, tanto democráticas como burocráticas




Víctor Lapuente
18 FEB 2025 - 05:00 CET



¿Qué clasificación mundial querrías que encabezara tu país? ¿La de renta per capita? No lo sé, porque una nación puede ser rica por mérito y esfuerzo, pero también por el azar (porque los ángeles divinos te hayan bendecido con petróleo) o la ignominia (porque los abogados del diablo te hayan convertido en un paraíso fiscal). ¿El ranking de democracias? En el 90% de los casos sí, porque en los países democráticos se vive mejor que en los autocráticos, pero hay algunas (contadas, pero reveladoras) excepciones. Por ejemplo, tras independizarse del imperio británico, a la isla autoritaria Singapur le fue mejor que a la democrática de Jamaica. La democracia es necesaria, pero no suficiente. La clave del bienestar de una sociedad reside en la calidad de las instituciones, tanto democráticas como burocráticas. Por eso es tan grave que, tras los fuegos artificiales de Trump, Musk esté dinamitando la Administración federal.



¿Qué es la calidad de las instituciones? Básicamente, que lo que la ciudadanía ha decidido que haga el sector público (ya sea limitarse a patrullar las calles en una nación más neoliberal o colmarnos con políticas sociales en una más progresista) se haga de forma equitativa e imparcial, sin privilegios ni corruptelas.



¿Y cómo se mide la calidad de las instituciones? Es muy difícil. Si miramos solo los datos objetivos, lo que llevan a cabo los gobiernos (aprobar leyes de transparencia o crear organismos anticorrupción), la justicia (sentencias por corrupción) o los medios (noticias sobre escándalos y abusos de poder), no solo no tendremos una visión correcta, sino que podría ser completamente deformada. Los países más corruptos son especialistas en producir leyes de buen gobierno. Y en Corea del Norte o Venezuela hay pocas condenas por corrupción.



Por eso, indicadores basados en percepciones subjetivas de expertos, como el que conocimos la semana pasada, el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional (TI), son tan relevantes. No hay factor al alcance de la acción humana en (pongamos) una generación que determine más el futuro económico (medido en más riqueza y menos desigualdad), social (más esperanza de vida y mejor protección del medioambiente) o político (menos voto a los populistas) que tu lugar en una clasificación así.


Y España está en la posición 46 del mundo, por detrás de la mayoría de la UE, o de Botsuana y Ruanda.

Y lo peor no es la mediocre situación, sino la preocupante tendencia.

Hace 20 años ocupábamos el puesto 22.


¿Qué nos ha pasado?
El fantasma del Blog
La ministra de Cultura de Francia rompe un tabú diplomático al visitar el Sáhara Occidental


Rachida Dati pone en marcha un centro de la Alianza Francesa en El Aaiún






Juan Carlos Sanz
Rabat
17 FEB 2025 - 21:38 CET



La ministra de Cultura de Francia, Rachida Dati, ha roto este lunes un tabú diplomático al convertirse en el primer miembro de un gobierno occidental en visitar el Sáhara Occidental, territorio controlado en un 80% por Marruecos tras la salida de las tropas coloniales españolas hace medio siglo y que la ONU sigue considerando como “no autónomo” o pendiente de descolonización.



Dati ha viajado a El Aaiún, capital saharaui, para poner en marcha la creación de un centro educativo y cultural de la Alianza Francesa, en un gesto que refuerza el reconocimiento de la autoridad marroquí sobre el Sáhara. El pasado octubre, el presidente Emmanuel Macron reafirmó ante el Parlamento de Rabat la soberanía de Marruecos sobre la antigua colonia española durante una visita oficial en la que empresas galas suscribieron contratos con el país magrebí por un monto de 10.000 millones de euros.



En enero de 2021, en los últimos días del primer mandato del presidente Donald Trump, el entonces subsecretario de Estado de EE UU para Oriente Próximo y el Norte de África, David Schenker, se convirtió en el representante occidental de mayor rango en visitar El Aaiún, donde anunció la creación de un consulado estadounidense que aún sigue pendiente de abrir sus puertas. Schenker dijo en aquella visita: “Lo mejor está aún por llegar”.



Ataviada con una melfa, la vestimenta tradicional de las mujeres saharauis, la ministra Dati, nacida en Francia en el seno de una familia magrebí, ha superado el listón fijado por el diplomático norteamericano. “La cooperación cultural con esta región refleja el fuerte compromiso de Francia con Marruecos”, ha declarado este lunes en El Aaiún, según informa la agencia oficial marroquí de noticias MAP. “Vamos a incrementar la oferta cultural francesa y los cursos de calidad de enseñanza de la lengua mediante la apertura de un centro de la Alianza Francesa”, agregó.



Desde 2013, durante los gobiernos del Partido Popular en España, el Instituto Cervantes tiene aprobados los planes la creación de una extensión (centro afiliado) en El Aaiún junto con la apertura simultánea con la de otra dependencia similar en Tinduf (Argelia), donde se sitúan los campamentos de exiliados saharauis establecidos por el Frente Polisario.



Además de actuar como centro cultural y de enseñanza de la lengua española en el Sáhara Occidental, el objetivo principal del Instituto Cervantes en El Aaiún era la formación de profesores y su certificación con el DADIC (Diploma de Acreditación Docente del Instituto Cervantes), que habilita para ejercer la enseñanza. Altos cargos del Instituto Cervantes confirmaron recientemente en Rabat que el proyecto permanece congelado desde entonces por razones políticas.



El Polisario rompió a finales de 2020 el alto el fuego que mantenía desde 1991 ―cuando se puso fin, con mediación de Naciones Unidas, a 15 años de guerra abierta con Marruecos― y reanudó un conflicto considerado por la ONU como “hostilidades de baja intensidad”. Marruecos solo plantea desde 2007 una propuesta de autonomía bajo su soberanía, respaldada por países como Francia y España; el Frente Polisario insiste en la celebración de un referéndum de autodeterminación que pueda dar paso a la independencia.



Tres decenas de países, en su mayoría árabes y africanos, han abierto representaciones diplomáticas en el Sáhara para reconocer la soberanía marroquí. La República Árabe Saharaui Democrática, proclamada en el exilio por el Frente Polisario y admitida como Estado miembro de la Unión Africana, ha sido reconocida por unos 80 países.
El fantasma del Blog
Célestin Monga, économiste camerounais : « Pleurnicher pour l’aide n’est pas une stratégie de développement pour l’Afrique »


Dans un entretien au « Monde », l’économiste camerounais Célestin Monga estime que le gel des financements accordés par les Etats-Unis à l’étranger pourrait s’avérer salutaire pour les pays africains. Il relativise le poids de l’Usaid dans les budgets des pays concernés.




Le Monde
Propos recueillis par Laurence Caramel
Publié le 14 février 2025 à 19h30
modifié le 15 février 2025 à 01h38



Célestin Monga est professeur d’économie à l’université Harvard (Massachusetts, Etats-Unis). Ancien vice-président de la Banque africaine de développement et conseiller économique à la Banque mondiale, l’universitaire camerounais a réalisé une grande partie de sa carrière au sein d’institutions internationales. Il a notamment publié, avec l’économiste chinois Justin Yifu Lin, Beating the Odds : Jump-Starting Developing Countries (« vaincre l’adversité : relancer les pays en développement », Princeton University Press, 2017, non traduit).



Comment réagissez-vous à la suspension de l’aide publique américaine, notamment en Afrique ?



Cette décision est brutale et traumatisante pour des millions d’Africains dont les vies dépendent des médicaments financés par l’Usaid [Agence américaine pour le développement international], pour les enfants qui ne vont à l’école que grâce à ces subsides ou encore pour les femmes dont la cause est défendue par des ONG dotées de fonds américains. Les conséquences humaines de la suspension me touchent.


Pour autant, il est difficile pour l’Afrique de dire aux Etats-Unis ce qu’ils doivent faire de l’argent de leurs contribuables. Le président Donald Trump a été élu, et il avait annoncé ce qu’il ferait pendant sa campagne. Il faut plutôt chercher les coupables du côté des élites africaines qui se satisfont du misérabilisme, soixante-cinq ans après les indépendances, et sous-traitent leurs responsabilités à des gouvernements étrangers. Je ne jetterai donc pas la pierre à M. Trump. Je suis camerounais, et ce qui m’importe, c’est ce que font les Africains. Pleurnicher pour l’aide n’est pas une stratégie de développement.



Cette décision américaine était-elle prévisible ?




Lors de son premier mandat [2017-2021], Donald Trump avait fait des déclarations pour le moins inhabituelles [en janvier 2018, il avait qualifié Haïti et les Etats africains de « pays de merde » lors d’une réunion sur l’immigration]. Il ne s’est pas rendu en Afrique, mais il n’a jamais caché ce qu’il en pense. Les responsables africains ne peuvent pas être surpris quand, de retour au pouvoir, il adopte ensuite de telles mesures.


Des historiens constateront peut-être, dans un siècle, que les Africains remercient Donald Trump d’avoir ainsi brutalisé leur ego, de les avoir secoués et d’avoir dit ouvertement ce que beaucoup pensent tout bas.



Pourquoi relativisez-vous l’importance de l’aide ?



Il faut ramener ce débat à ses justes proportions. En 2023, l’Afrique a reçu moins de 20 milliards de dollars [19,3 milliards d’euros] des Etats-Unis, et moins de 60 milliards de tous les pays abusivement appelés « donateurs ». Ces sommes sont infimes pour un continent de 1,4 milliard d’habitants, qui lui-même ne rapatrie pas l’essentiel de ses 610 milliards de dollars de recettes d’exportation dans les pays riches. L’appui américain à l’Afrique, c’est cinq fois moins que les capitaux illicites qui quittent le continent chaque année et dont il faudrait se demander ce qu’ils deviennent ! Ce que l’on appelle « l’aide publique au développement » ne représente donc rien par rapport aux flux financiers générés en Afrique.



Il faut sortir de cette sémantique de l’illusion : personne n’aide personne. A côté des transactions que l’on classe sous le registre de « dons », il faudrait mesurer ce que les pays occidentaux reçoivent de l’Afrique dans divers secteurs, tels que celui des matières premières dont ils fixent les cours d’achat, le montant des maigres royalties qu’ils versent aux Etats, la monnaie de paiement dont ils décident de la dépréciation à leur guise… Ce que le continent perd quand on lui impose de vendre ses produits en dollars – le rendant donc dépendant des fluctuations du billet vert – est bien supérieur à ce qu’il reçoit sous forme de « dons ». Les décideurs africains paraissent incapables de comprendre ces dynamiques.





Les budgets de l’éducation et de la santé de nombreux pays africains reposent massivement sur cet argent extérieur, provoquant l’émoi lorsque l’Usaid se retire…




Il faut se méfier des illusions comptables. Notons tout d’abord que 75 % des budgets d’éducation et de santé sont constitués de salaires, qui ne sont pas payés par les donateurs, mais par les Etats. Ensuite, la plupart des pays africains ont signé des programmes avec le Fonds monétaire international [FMI] pour pouvoir bénéficier de ses financements. Or le FMI conditionne son appui à des critères budgétaires qui laissent peu de marge pour investir, alors même que les besoins sont considérables et ne font qu’augmenter en raison de la forte croissance démographique. Finalement, les dépenses d’investissement sont arbitrairement comprimées, réduites à la portion congrue, et correspondent à ce que des bailleurs étrangers veulent bien consentir.





Cette situation est le résultat d’une construction comptable reposant sur une vision étriquée de ce qu’est une politique économique et qui se réduit à équilibrer des comptes publics alors que les populations souffrent. C’est ainsi qu’on promeut une industrie de la misère et de la charité. A la décharge des institutions internationales, les pays africains proposent très peu de stratégies crédibles de transformation, et donc très peu de programmes susceptibles d’attirer des financements. Ils se contentent chaque mois de trouver de l’argent pour payer les fonctionnaires et l’armée, et ne développent pas l’économie qui permettrait d’élargir l’assiette fiscale, de générer des recettes budgétaires et de se libérer de cette dictature exotique de la pitié imposée par Washington.




La bonne gestion des finances publiques n’est-elle pas, comme le défend le FMI, une des conditions pour attirer des investissements privés et développer l’économie ?




Cela fait plus de soixante ans que ces institutions tiennent le même discours, et je suis bien placé pour en parler. J’ai longtemps occupé de hautes responsabilités à la Banque mondiale, où je me suis battu contre des moulins à vent. Parfois la nuit, quand je ne dors pas, je m’amuse à relire d’anciens rapports écrits par le FMI sur le Cameroun ou d’autres pays depuis trente ans. Ils répètent la vieille liturgie de l’équilibre des comptes publics – sans aucun résultat, puisque ce discours n’est basé sur rien.




Le Ghana, qui est considéré comme un pays africain plus performant que les autres, a signé 17 accords avec le FMI. Fin 2022, il était en défaut de paiement. Les institutions de Bretton Woods n’ont pas été conçues pour aider les pays africains à sortir de la pauvreté. Ce sont des institutions financières. Elles vendent de l’argent. Et peuvent obtenir des ressources à moindre coût que leurs actionnaires, en tête desquels les Etats-Unis, attribuent aux pays en développement. Ces décisions sont essentiellement politiques. Le pire, c’est que les programmes financés charrient aussi des stratégies de développement erronées et entretiennent l’addiction des Etats africains à ce que l’on appelle « l’aide ». Au lieu de perdre des mois, voire des années, à négocier de petits appuis budgétaires, ou le financement de microscopiques projets sans impact sur l’économie, les gouvernements africains devraient créer des zones économiques spéciales et y attirer des capitaux privés domestiques et extérieurs, pour enclencher l’industrialisation et créer des emplois.



Les décisions du FMI servent-elles donc avant tout les intérêts occidentaux ?




En réalité, je crois que les Occidentaux jouent contre leurs propres intérêts. Quel est l’intérêt des citoyens américains et européens de voir l’Afrique enfermée ad vitam aeternam dans la pauvreté ? Seules quelques dizaines de grandes entreprises ou de familles, à Londres, New York, Bruxelles ou Paris, trouvent leur compte dans la situation actuelle. L’industrialisation de l’Afrique profiterait énormément à l’Occident, qui y vendrait des centaines de milliards d’euros d’équipements et de technologies. Le succès économique du Sénégal, du Nigeria ou de l’Ethiopie créerait des millions d’emplois directs et indirects en Afrique, mais aussi en France, au Royaume-Uni et en Italie. La Chine a perçu le potentiel africain et se positionne comme un interlocuteur qui ne donne pas de leçon et qui propose des deals gagnant-gagnant. L’une des conséquences de la décision de Donald Trump sera de pousser les leaders africains à se tourner encore davantage vers d’autres horizons : la Chine, les Emirats arabes unis, la Russie et d’autres.




Peu de dirigeants africains ont réagi à la décision américaine…



Le président kenyan, William Ruto, celui du Rwanda, Paul Kagame, et le premier ministre sénégalais, Ousmane Sonko, ont pris acte et considèrent qu’il faut saisir ce moment pour commencer à s’affranchir de cette dépendance. Il faudrait que l’Union africaine réunisse les chefs d’Etat et engage une réflexion nouvelle sur ce que serait une stratégie pragmatique pour financer massivement des infrastructures productives et créer des emplois sur le continent. La priorité devrait être l’accès des produits manufacturés en Afrique aux marchés occidentaux et en Asie. C’est bien plus important que l'aide.



En septembre, l’African Growth and Opportunity Act (AGOA), qui permet à 1 800 produits africains d’entrer aux Etats-Unis en franchise de taxes, arrivera à échéance. Que fera Donald Trump ? Va-t-il le suspendre ? Va-t-il menacer d’exclure, comme il l’avait fait lors de son premier mandat, les pays qui ne se soumettent pas à ses injonctions ? [En 2017, le Rwanda, la Tanzanie et l’Ouganda avaient tenté de limiter les importations de vêtements de seconde main.]




Du côté européen, il faudrait arrêter le chantage climatique : le futur règlement contre la déforestation va, entre autres, durement pénaliser le secteur du cacao en Côte d’Ivoire, le pays le plus proche de l’Occident. Comment vivront les planteurs ivoiriens ? Le climat et l’environnement sont des problèmes très importants, mais on ne peut pas demander aux paysans africains, qui n’en sont pas responsables, de les résoudre. On ne peut pas imposer à un pays à ce niveau de développement de cesser de couper ses arbres, sans lui offrir de contrepartie, sans s’engager par exemple à acheter chaque année une quantité substantielle de ses exportations de produits manufacturés.



Des discussions sur un rééquilibrage des relations entre l’Afrique et le reste du monde peuvent-elles avoir lieu ?




Malheureusement, avec les élites actuelles, de part et d’autre, j’en doute. Le déficit de leadership est mortel. Mais la colère des jeunes en Afrique gronde. Même le diable ne parviendra pas à protéger ceux qui refusent d’entendre cette colère.

Laurence Caramel









Célestin Monga, economista camerunés: “Llorar por ayuda no es una estrategia de desarrollo para África”


En una entrevista concedida a "Le Monde", el economista camerunés Célestin Monga considera que la congelación de las financiaciones concedidas por Estados Unidos en el extranjero podría resultar beneficiosa para los países africanos. Pone en perspectiva el peso de USAID en los presupuestos de los países en cuestión.



Entrevista realizada por  Laurence Caramel
Publicado el 14 de febrero de 2025 a las 19:30 horas
modificado el 15 de febrero de 2025 a las 01:38 horas.




Célestin Monga es profesor de economía en la Universidad de Harvard (Massachusetts, Estados Unidos). Ex vicepresidente del Banco Africano de Desarrollo y asesor económico del Banco Mundial, el académico camerunés desarrolló gran parte de su carrera en instituciones internacionales. Ha publicado, en colaboración con el economista chino Justin Yifu Lin, Beating the Odds: Jump-Starting Developing Countries (Princeton University Press, 2017, no traducido).



¿Cómo reacciona usted ante la suspensión de la ayuda pública estadounidense, especialmente en África?




Esta decisión es brutal y traumática para millones de africanos cuyas vidas dependen de medicamentos financiados por la USAID [Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional] , para niños que sólo van a la escuela gracias a estos subsidios o para mujeres cuya causa defienden ONG con fondos estadounidenses. Las consecuencias humanas de la suspensión me afectan.



Sin embargo, es difícil para África decirle a Estados Unidos qué hacer con el dinero de sus contribuyentes. El presidente Donald Trump fue elegido y anunció lo que haría durante su campaña. Más bien, deberíamos buscar a los culpables entre las élites africanas que, sesenta y cinco años después de la independencia, se conforman con su miseria y subcontratan sus responsabilidades a gobiernos extranjeros. Así que no le tiraré piedras al señor Trump. Soy camerunés y lo que me importa es lo que hacen los africanos. Pedir ayuda no es una estrategia de desarrollo.


¿Era previsible esta decisión norteamericana?




Durante su primer mandato [2017-2021] , Donald Trump hizo algunas declaraciones cuanto menos inusuales [en enero de 2018, llamó a Haití y a los estados africanos "países de mierda" durante una reunión sobre inmigración] . No ha estado en África, pero nunca ha ocultado sus pensamientos sobre ella. Los dirigentes africanos no pueden sorprenderse si, al regresar al poder, adopta tales medidas.


Los historiadores podrán observar, dentro de un siglo, que los africanos agradecen a Donald Trump por haber brutalizado de esa manera sus egos, por haberlos sacudido y por haber dicho abiertamente lo que muchos piensan en voz baja.


¿Por qué restar importancia a la ayuda?




Es necesario poner este debate en perspectiva. En 2023, África recibió menos de 20.000 millones de dólares [19.300 millones de euros] de Estados Unidos y menos de 60.000 millones de todos los países erróneamente llamados "donantes". Se trata de sumas minúsculas para un continente de 1.400 millones de habitantes, que no repatria la mayor parte de sus 610.000 millones de dólares de ingresos por exportaciones a los países ricos. El apoyo estadounidense a África es cinco veces menor que el capital ilícito que sale del continente cada año y ¡deberíamos preguntarnos qué pasa con él! La llamada "ayuda oficial al desarrollo" no representa nada comparada con los flujos financieros generados en África.



Debemos salir de esta semántica de la ilusión: nadie ayuda a nadie. Además de las transacciones que se califican de "donaciones", habría que medir lo que los países occidentales reciben de África en diversos sectores, como las materias primas cuyos precios de compra fijan, el importe de los magros royalties que pagan a los Estados, la moneda de pago que deciden depreciar a su antojo... Lo que el continente pierde cuando se ve obligado a vender sus productos en dólares -haciéndose así dependiente de las fluctuaciones del billete verde- es mucho mayor que lo que recibe en forma de "donaciones". Los responsables de la toma de decisiones africanas parecen incapaces de comprender estas dinámicas.





Los presupuestos de educación y salud de muchos países africanos dependen en gran medida de este dinero externo, lo que causó revuelo cuando USAID se retiró...




Debemos tener cuidado con las ilusiones contables. En primer lugar, cabe señalar que el 75% de los presupuestos de educación y salud se compone de salarios, que no son pagados por los donantes, sino por los Estados. Luego, la mayoría de los países africanos firmaron programas con el Fondo Monetario Internacional [FMI] para poder beneficiarse de su financiamiento. Sin embargo, el FMI condiciona su apoyo a criterios presupuestarios que dejan poco margen para la inversión, pese a que las necesidades son considerables y sólo aumentan debido al fuerte crecimiento poblacional. Por último, el gasto de inversión se comprime arbitrariamente, se reduce al mínimo indispensable y se corresponde con lo que los donantes extranjeros están dispuestos a aceptar.




Esta situación es el resultado de una construcción contable basada en una visión estrecha de lo que es una política económica y que se reduce a equilibrar las cuentas públicas mientras las poblaciones sufren. Así se promueve una industria de miseria y caridad. En defensa de las instituciones internacionales, los países africanos ofrecen muy pocas estrategias de transformación creíbles y, por lo tanto, muy pocos programas con probabilidades de atraer financiación. Se contentan con encontrar dinero cada mes para pagar a los funcionarios y al ejército, y no desarrollan la economía que les permitiría ampliar la base impositiva, generar ingresos presupuestarios y liberarse de esta exótica dictadura de la piedad impuesta por Washington.




¿No es la buena gestión de las finanzas públicas, como sostiene el FMI, una de las condiciones para atraer la inversión privada y desarrollar la economía?




Estas instituciones llevan más de sesenta años manteniendo el mismo discurso y yo estoy en condiciones de hablar de ello. Pasé mucho tiempo en el Banco Mundial, ocupando altos cargos, donde luché contra molinos de viento. A veces, por la noche, cuando no puedo dormir, disfruto releyendo viejos informes escritos por el FMI sobre Camerún u otros países durante los últimos treinta años. Repiten la vieja liturgia del equilibrio de las cuentas públicas, sin resultado alguno, pues este discurso no se basa en nada.




Ghana, considerado un país africano con mejor desempeño que otros, ha firmado 17 acuerdos con el FMI. A finales de 2022, se encontraba en mora de pago. Las instituciones de Bretton Woods no fueron diseñadas para ayudar a los países africanos a escapar de la pobreza. Estas son instituciones financieras. Venden dinero. Y pueden obtener recursos a un coste menor del que sus accionistas, encabezados por Estados Unidos, destinan a los países en desarrollo. Estas decisiones son esencialmente políticas. Lo peor es que los programas financiados también conllevan estrategias de desarrollo erróneas y mantienen la adicción de los estados africanos a lo que se llama "ayuda". En lugar de perder meses o incluso años negociando pequeños apoyos presupuestarios o la financiación de proyectos microscópicos sin impacto en la economía, los gobiernos africanos deberían crear zonas económicas especiales y atraer capital privado nacional y externo para impulsar la industrialización y crear empleos.


¿Las decisiones del FMI sirven principalmente a los intereses occidentales?




En realidad, creo que los occidentales están jugando contra sus propios intereses. ¿Cuál es el interés de los ciudadanos estadounidenses y europeos en ver a África atrapada ad vitam aeternam en la pobreza? Sólo unas pocas decenas de grandes empresas o familias, de Londres, Nueva York, Bruselas o París, se encuentran en la situación actual. La industrialización de África beneficiaría enormemente a Occidente, que vendería allí equipos y tecnología por valor de cientos de miles de millones de euros. El éxito económico de Senegal, Nigeria o Etiopía crearía millones de empleos directos e indirectos en África, pero también en Francia, Reino Unido e Italia. China ha visto el potencial africano y se está posicionando como un interlocutor que no da sermones y que ofrece acuerdos en los que todos ganan. Una de las consecuencias de la decisión de Donald Trump será empujar a los líderes africanos a mirar aún más hacia otros horizontes: China, Emiratos Árabes Unidos, Rusia y otros.




Pocos dirigentes africanos han reaccionado a la decisión estadounidense...




El Presidente keniano, William Ruto, el Presidente ruandés, Paul Kagame, y el Primer Ministro senegalés, Ousmane Sonko, han tomado nota y creen que hay que aprovechar este momento para empezar a liberarnos de esta dependencia. La Unión Africana debería reunir a los jefes de Estado e iniciar una nueva reflexión sobre lo que sería una estrategia pragmática para financiar masivamente la infraestructura productiva y crear empleos en el continente. La prioridad debe ser el acceso de los productos manufacturados de África a los mercados occidentales y a Asia. Es mucho más importante que la ayuda.




En septiembre expirará la Ley de Crecimiento y Oportunidades para África (AGOA), que permite que 1.800 productos africanos ingresen a Estados Unidos libres de aranceles. ¿Qué hará Donald Trump? ¿Lo suspenderá? ¿Amenazará con excluir, como hizo durante su primer mandato, a los países que no se sometan a sus mandatos? [En 2017, Ruanda, Tanzania y Uganda intentaron limitar las importaciones de ropa de segunda mano.]




Del lado europeo, el chantaje climático debe cesar: la futura reglamentación contra la deforestación penalizará severamente, entre otras cosas, al sector del cacao en Costa de Marfil, el país más cercano a Occidente. ¿Cómo vivirán los plantadores marfileños? El clima y el medio ambiente son problemas muy importantes, pero no podemos pedir a los agricultores africanos, que no son responsables de ellos, que los resuelvan. No se puede obligar a un país en este nivel de desarrollo a dejar de talar sus árboles sin ofrecer algo a cambio, por ejemplo sin comprometerse a comprar una cantidad sustancial de sus exportaciones manufactureras cada año.


¿Es posible debatir sobre el reequilibrio de las relaciones entre África y el resto del mundo?




Lamentablemente, con las élites actuales de ambos lados, lo dudo. El déficit de liderazgo es mortal. Pero la ira de los jóvenes en África está creciendo. Ni siquiera el diablo podrá proteger a quienes se nieguen a escuchar esta ira.
El fantasma del Blog
Defender la solidaridad frente al trumpismo



Ante el desmantelamiento de USAID es preciso una defensa radical de la cooperación internacional: redistribución de la riqueza, las oportunidades y el poder





Ignacio Martínez
Koldo Unceta
18 FEB 2025 - 05:30 CET



En una comparecencia en 1996 ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los EE UU, Nicholas Eberstadt, del American Enterprise Institute, un think tank de corte conservador fundado en los albores de la Segunda Guerra Mundial, afirmaba que:

“los cuantiosos y continuos flujos de financiamiento externo en condiciones concesionales procedentes de los países desarrollados han permitido a los gobiernos del Tercer Mundo adoptar políticas antieconómicas, mal concebidas, improductivas o, incluso, francamente destructivas”.


Por todas estas razones, los fondos de ayuda internacional, concluía, debían ser suprimidos.




Esas palabras sonaban entonces a ocurrencias surgidas en los laboratorios de ideas más ultraliberales, pero sin posibilidades reales de calar en la opinión pública ni en la agenda política. En el contexto de las ideas instaladas en esos días en el establishment, no cabía pensar en un ataque directo a la ayuda internacional . Tampoco cabía pensar en que una administración como la estadounidense, incluso una vez superadas las tensiones de la Guerra Fría, se planteara renunciar al poder blando y la influencia ejercida a través de la cooperación internacional.




Sin embargo, hoy, casi treinta años después, lo que entonces no pasaban de ser ocurrencias, se ha convertido en una hoja de ruta. La administración Trump ha iniciado el proceso de desmantelamiento de USAID, la Agencia gubernamental de Ayuda al Desarrollo de los EE UU y principal donante de fondos de Ayuda Humanitaria en el ámbito internacional. Elon Musk, la persona más rica del mundo según la lista Forbes, ha declarado que “ha llegado el momento de que USAID muera”.



¿Qué ha pasado en treinta años para que lo que entonces eran ensoñaciones de un pequeño grupo de radicales ultraliberales se haya convertido en realidad? Sería largo y complejo analizar aquí la profundidad de los cambios sociales e ideológicos acaecidos en este tiempo, pero hay algo que no admite discusión: el trumpismo, con el beneplácito o la neutralidad de buena parte de la población, y una aquiescencia sonrojante de parte importante de la comunidad internacional, ha decidido dejar atrás algunas referencias hasta ahora incuestionables (al menos en teoría) del pensamiento ilustrado como la democracia y la defensa de los derechos humanos.



La naturaleza agresiva y autoritaria de las decisiones que se están anunciando a un ritmo vertiginoso en EE UU en las primeras semanas de mandato de Trump harán que esta ayuda, lamentablemente, sea aún más necesaria




La cooperación internacional ha sido acusada de facilitar la occidentalización forzosa de pueblos y sociedades del mundo, destruyendo formas de vida y culturas autóctonas preexistentes. Por todo ello, muchas voces llevan años reclamando un cambio de paradigma para la cooperación internacional, un nuevo enfoque capaz de superar las limitaciones del actual modelo.




Es preciso un enfoque mucho más comprensivo que supere la actual discrecionalidad y obligue a una auténtica redistribución de la riqueza, las oportunidades y el poder, mediante mecanismos de fiscalidad internacional y gobernanza global democrática. Un enfoque capaz de abordar la pobreza estructural ahondando en sus causas y no quedándose solo en sus manifestaciones más lacerantes. Un enfoque que, por otra parte, sea capaz de respetar y complementar distintas visiones del mundo, sin pretender imponer la obligatoriedad del modelo occidental. Y un enfoque que asuma la existencia de unos límites justos y seguros en la Tierra que no deben ser sobrepasados.




Ahora bien, las limitaciones del actual modelo de cooperación internacional y la necesidad de sustituirlo por otro más amplio, democrático y comprensivo, no pueden obviar que la ayuda humanitaria y el flujo de recursos desde los países más ricos hacia los más pobres continúan siendo necesarios. La ayuda humanitaria no basta, pero sigue siendo imprescindible en un mundo caracterizado por la privación, la violencia, la destrucción de los recursos y la discriminación de millones de personas. La naturaleza agresiva y autoritaria de las decisiones que se están anunciando a un ritmo vertiginoso en EE UU en las primeras semanas de mandato de Trump harán que esta ayuda, lamentablemente, sea aún más necesaria.




En estas circunstancias, desmantelar USAID representa un golpe directo a la democracia y los derechos humanos, y supone un anuncio al resto del mundo de que, en el futuro, las relaciones internacionales deberán regirse únicamente de acuerdo a los intereses de las grandes empresas. Para el trumpismo, ya no es necesaria la retórica humanitaria para encubrir sus intereses. Esta es ya una retórica que estorba y que, por lo tanto, hay que desechar cuanto antes, de forma contundente, hasta el punto de proponer sin rubor la limpieza étnica en la Franja de Gaza para hacer de un territorio devastado, y cimentado sobre un genocidio, una ciudad de vacaciones para una élite turística mundial.




Ya no estamos solo ante un free rider que quiere desentenderse de los asuntos globales y aprovecharse del viento de cola de los esfuerzos del resto sin gastar sus recursos. Estamos ante un actor poderoso que quiere dinamitar cualquier estructura de solidaridad, apoyo y cooperación internacional.




La búsqueda de la integración cooperativa, y no otra, debería ser el horizonte de la Unión Europea y otras muchas partes del mundo para afrontar el punto de inflexión histórico al que nos aproximamos




No solo es preocupante la amenaza global a la que nos enfrentamos con cada una de las medidas anunciadas. Es igualmente alarmante el efecto en cascada que pueda producirse en otros países en forma de cierre de agencias, estructuras y fondos de cooperación en un contexto de creciente securitización, confrontación, vulneración de derechos y aceleración de un modelo productivo extractivista.




En este momento crítico, en el que los desafíos planetarios hacen imprescindible la acción colectiva global, urge una respuesta del resto de países y de la sociedad civil internacional. Renunciar a la idea de que debemos seguir cooperando con mucha más fuerza es renunciar a construir un mundo vivible para el conjunto de la humanidad.




Por este motivo no hay mejor respuesta posible que una defensa radical de la cooperación internacional. Pero dicha respuesta no debería basarse en defender los viejos esquemas de la ayuda al desarrollo, sino que tendrá que descansar en nuevas referencias de alcance global como la redistribución, la reciprocidad, el respeto mutuo y las responsabilidades compartidas, aunque diferenciadas.




Es momento de que la comunidad internacional lance un mensaje claro en esta dirección. Aún a riesgo de pecar de excesiva ingenuidad, esperamos que Europa esté a la altura de las circunstancias y que su mensaje sea nítido en defensa de la cooperación como respuesta democrática a los problemas del mundo.




Es sin duda un momento crítico en la historia, lo sabemos, y no debemos mirar hacia otro lado. Los únicos caminos posibles (o al menos decentes) son la estrategia del aislamiento al matonismo y la confrontación desde la defensa de la democracia y la justicia global. La búsqueda de la integración cooperativa, y no otra, debería ser el horizonte de la Unión Europea y otras muchas partes del mundo para afrontar el punto de inflexión histórico al que nos aproximamos.




Ignacio Martínez es profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid . Koldo Unceta es catedrático jubilado de Economía Aplicada de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)
El fantasma del Blog
« L’Afrique a besoin de moins de dons et de plus d’investissements »





Le séisme provoqué par le quasi-démantèlement de l’agence américaine Usaid doit être l’occasion de réfléchir aux lacunes du système d’aide internationale, plaide Marie de Vergès, journaliste au « Monde », dans sa chronique.





Marie de Vergès
Publié le 13 février 2025 à 06h00
modifié le 13 février 2025 à 09h09


L’Afrique ne fait sans doute pas partie des priorités diplomatiques de Donald Trump. Ce continent de 1,4 milliard d’habitants n’a même jamais été évoqué au cours de sa campagne électorale. Pourtant, l’une des toutes premières décisions du président américain, le quasi-démantèlement de l’Usaid, l’agence américaine pour le développement international, frappe aujourd’hui l’Afrique plus qu’aucune autre région du monde.



Il n’est pas besoin de chercher loin pour en voir les effets. A Goma, par exemple, dans l’est de la République démocratique du Congo (RDC), où des combats entre rebelles et forces congolaises viennent de faire des milliers de morts. Malgré l’urgence, la réponse humanitaire s’y esquisse avec peine, faute de pouvoir compter sur les financements des Etats-Unis, principal pays donateur de la RDC.




Des trous béants pourraient se creuser dans les budgets de certains Etats, comme au Soudan du Sud, où l’assistance américaine représente 7 % du produit intérieur brut. Au Kenya, ce sont près de 40 000 agents de santé, auparavant rémunérés par l’Usaid, qui s’interrogent sur leur avenir. A travers toute l’Afrique subsaharienne, on s’alarme d’une mesure susceptible de ralentir la détection de futures pandémies, d’aggraver les lacunes des systèmes éducatifs et de condamner le travail d’ONG engagées dans la lutte contre la malnutrition. Des craintes légitimes. Couper le robinet aussi brutalement ne peut rester sans conséquences, parfois dramatiques, pour les populations les plus vulnérables.




Mais, pour choquante qu’elle soit, cette séquence devrait conduire à réfléchir aux carences d’un modèle, celui de l’aide internationale, qui nourrit la dépendance et ne définit pas assez clairement de clauses d’extinction. Un débat qui rebondit déjà en Afrique, comme en témoigne la sortie, fin janvier, de l’ancien président kényan Uhuru Kenyatta. Dans une intervention filmée devenue virale, l’ex-dirigeant intimait à ses pairs de cesser de se reposer sur l’argent des contribuables américains. « C’est un appel à se réveiller, lançait-il sans fard. Au lieu de pleurer, il faut se demander : qu’allons-nous faire pour nous aider nous-mêmes ? »


Critiques à nuancer



Les reproches adressés à l’aide publique au développement sont anciens et multiples. Les bailleurs sont accusés, pêle-mêle, de dépeupler les administrations locales en recrutant les meilleurs éléments pour gérer leurs programmes ; de flécher leur argent de façon à favoriser leurs intérêts économiques et idéologiques ; pis encore, d’alimenter l’irresponsabilité, voire la corruption, des régimes bénéficiaires. Dès 2009, l’économiste zambienne Dambisa Moyo dressait, dans son ouvrage L’Aide fatale. Les ravages d’une aide inutile et de nouvelles solutions pour l’Afrique (JC Lattès, 2009), l’inventaire féroce d’un système ayant échoué à améliorer le sort des Africains, malgré les centaines de milliards de dollars déversés depuis des décennies sur le continent.




Chacune de ces critiques mérite la nuance. Et personne ne peut décemment attendre de l’aide internationale qu’elle favorise à elle seule le développement. Mais le séisme parti de Washington incite à en repenser les modalités et la finalité. Quel doit être l’horizon ? Remplir enfin l’engagement, pris par les pays riches il y a des décennies, d’y consacrer 0,7 % de leur richesse nationale brute ? Ou se préparer minutieusement à y mettre un jour un terme ? Cet objectif ne serait pas le moins ambitieux. Il correspond aux aspirations de nombreux citoyens africains, avides de responsabilité et de souveraineté.



« Le passage d’un modèle insoutenable d’aide sans fin à un système qui favorise l’entreprise locale et l’autodétermination n’est pas seulement souhaitable, il est essentiel », écrit, dans une tribune, publiée par le site Semafor, le Ghanéen Gregory Rockson, cofondateur de la société mPharma, spécialisée dans l’offre de médicaments abordables. Il serait irresponsable de renverser la table du jour au lendemain. Mais l’Afrique, comme le suggère l’entrepreneur, a besoin de moins de dons et de plus d’investissements. A charge aussi pour les dirigeants des pays africains d’en tracer le chemin.


Marie de Vergès






“África necesita menos donaciones y más inversiones”

El terremoto provocado por el casi desmantelamiento de la agencia estadounidense Usaid debe ser una oportunidad para reflexionar sobre las deficiencias del sistema de ayuda internacional, argumenta Marie de Vergès, periodista de “Le Monde”, en su columna.





Marie de Vergès
Publicado el 13 de febrero de 2025 a las 06:00
modificado el 13 de febrero de 2025 a las 09:09



Es probable que África no sea una de las prioridades diplomáticas de Donald Trump. Este continente de 1.400 millones de habitantes ni siquiera se mencionó durante su campaña electoral. Sin embargo, una de las primeras decisiones del presidente estadounidense, el casi desmantelamiento de Usaid, la agencia estadounidense para el desarrollo internacional, afecta ahora a África más que a cualquier otra región del mundo.



No es necesario buscar mucho para ver los efectos. En Goma, por ejemplo, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), donde los combates entre rebeldes y fuerzas congoleñas acaban de dejar miles de muertos. A pesar de la urgencia, la respuesta humanitaria se perfila con dificultad, ya que no se puede contar con la financiación de Estados Unidos, el principal país donante de la RDC.



Podrían abrirse agujeros en los presupuestos de algunos estados, como Sudán del Sur, donde la asistencia estadounidense representa el 7% del producto interior bruto. En Kenia, casi 40 000 trabajadores de la salud, anteriormente remunerados por Usaid, se preguntan sobre su futuro. En toda el África subsahariana, estamos alarmados por una medida que podría ralentizar la detección de futuras pandemias, agravar las deficiencias en los sistemas educativos y condenar el trabajo de las ONG comprometidas con la lucha contra la desnutrición. Temores legítimos. Cortar el grifo tan bruscamente no puede quedar sin consecuencias, a veces dramáticas, para las poblaciones más vulnerables.



Pero, por muy impactante que sea, esta secuencia debería llevar a reflexionar sobre las deficiencias de un modelo, el de la ayuda internacional, que alimenta la dependencia y no define con la suficiente claridad las cláusulas de extinción. Un debate que ya está rebotando en África, como lo demuestra la salida, a finales de enero, del ex presidente keniano Uhuru Kenyatta. En una intervención filmada que se volvió viral, el exlíder ordenó a sus compañeros que dejaran de confiar en el dinero de los contribuyentes estadounidenses. “Es una llamada a despertar”, dijo sin tapujos. En lugar de llorar, hay que preguntarse: ¿qué vamos a hacer para ayudarnos a nosotros mismos? »



Críticas para matizar




Los reproches dirigidos a la ayuda pública al desarrollo son antiguos y múltiples. Los arrendadores están acusados, de despoblar a las administraciones locales reclutando a los mejores elementos para gestionar sus programas; de destinar su dinero para favorecer sus intereses económicos e ideológicos; peor aún, de alimentar la irresponsabilidad, incluso la corrupción, de los regímenes beneficiarios. Ya en 2009, la economista de Zambia Dambisa Moyo elaboró, en su libro L'Aide fatale . Los estragos de una ayuda innecesaria y nuevas soluciones para África (JC Lattès, 2009), el feroz inventario de un sistema que no ha logrado mejorar la suerte de los africanos, a pesar de los cientos de miles de millones de dólares derramados durante décadas en el continente.



Cada una de estas críticas merece el matiz. Y nadie puede esperar decentemente de la ayuda internacional que promueve por sí sola el desarrollo. Pero el terremoto de Washington nos lleva a repensar las modalidades y la finalidad. ¿Cuál debe ser el horizonte? ¿Por fin el compromiso, asumido por los países ricos hace décadas, de dedicarles el 0,7% de su riqueza nacional bruta? ¿O prepararse meticulosamente para ponerle fin algún día? Este objetivo no sería el menos ambicioso. Corresponde a las aspiraciones de muchos ciudadanos africanos, ávidos de responsabilidad y soberanía.



“La transición de un modelo insostenible de ayuda sin fin a un sistema que promueve el negocio local y la autodeterminación no solo es deseable, es esencial”, escribe, en un foro, publicado por el sitio web Semafor, el ghanés Gregory Rockson, cofundador de la empresa mPharma, especializada en la oferta de medicamentos asequibles. Sería irresponsable cambiar la mesa de la noche a la mañana. Pero África, como sugiere el empresario, necesita menos donaciones y más inversiones. También es responsabilidad de los líderes de los países africanos trazar el camino.


Marie de Vergès
El fantasma del Blog
Países Bajos devuelve a Nigeria su parte de los Bronces de Benín



Las piezas figuran en un lote de 113 objetos saqueados en 1897. Es la tercera vez que el actual Gobierno neerlandés encabezado por la extrema derecha restituye obras por consejo del Comité de Colecciones Coloniales





Isabel Ferrer
La Haya
19 FEB 2025 - 12:00 CET



El Gobierno de Países Bajos ha resuelto atender la petición de Nigeria de recuperar la parte que conservaba de los denominados Bronces de Benín. Aparecen en un lote de 113 objetos saqueados en 1897 por soldados británicos en el curso de una expedición de castigo en el entonces reino africano, para expulsar al monarca local. Las piezas, millares, acabaron siendo subastadas en Europa y este grupo estaba incluido en la colección del Wereldmusuem (Museo de Culturas del Mundo) neerlandés. La restitución ha sido aconsejada por el Comité de Colecciones Coloniales, que cifra en unos 300.000 los objetos de diversos países susceptibles de ser retornados. Alemania y Francia han tomado decisiones similares en los últimos años.




“Con esta devolución contribuimos a reparar una injusticia histórica que aún se siente”, ha declarado Eppo Bruins, ministro neerlandés de Cultura, en un comunicado. Ha añadido que el patrimonio es esencial “para contar y vivir la historia de un país y de una comunidad”. En total, la colección de los Bronces de Benín consta de miles de figuras, placas y colgantes de metal, y Nigeria lleva décadas pidiendo a diversos museos que se las devuelvan. Este lote se encontraba en las sedes que el Museo de Culturas del Mundo tiene en las ciudades neerlandesas de Leiden y Róterdam. Eran propiedad del Gobierno y del municipio, respectivamente, y Róterdam devuelve a Nigeria seis objetos más a sumar a los 113. Entre ellos, una campana, platos con relieve, un porta cocos y un bastón.



Las obras fueron saqueadas por soldados británicos en el curso de una expedición punitiva y se llevaron también millares de relieves o piezas de marfil tallado de la ciudad de Benín. El palacio del rey (Oba) fue destruido y el botín acabó siendo subastado en gran parte y desperdigado.



Países Bajos solo aprueba una solicitud de restitución de estas características si recibe una reclamación del país en cuestión. En 2024, casi trescientos tesoros de oro de javanés y balinés regresaron a Indonesia. Hasta la fecha, la nueva coalición de derecha en el poder, encabezada por la extrema derecha del líder Geert Wilders, ha aprobado tres devoluciones similares. Antes de las elecciones del pasado 2023, el Partido por la Libertad (PVV) de Wilders, criticó duramente lo que calificó de “venta del patrimonio colonial” que sigue llenando varios museos nacionales. Este enero, los Ysleta del Sur Pueblo, una comunidad indígena de Texas (Estados Unidos) recibieron de vuelta siete piezas entre las que se contaba un sonajero, un escudo y un tambor. Sus miembros son pueblos que fueron desplazados del Nuevo México español, y las piezas acabaron ilegalmente en Países Bajos.



En Países Bajos, junto a la petición oficial por parte del país afectado, las restituciones precisan de una investigación por ambas partes para aclarar si se trata de arte robado, o bien de regalos o compras legítimas, en la época colonial. Es preciso, por tanto, demostrar la fuerza ejercida para arrancarlos del territorio de origen. El Consejo para la Cultura, órgano asesor del Gobierno neerlandés, elaboró en 2020 un informe donde indicaba que el retorno del patrimonio cultural arrebatado entre el siglo XVII y 1975 era “una forma de reconocer y admitir la injusticia cometida”.



Este tipo de acuerdos no está exento de tensiones por el lugar donde serán expuestos una vez retornados. Alemania también ha devuelto Bronces de Benín a Nigeria, y el país africano los cedió al Oba local. Los tesoros pasaron entonces a manos privadas y a la vista de las críticas, el Gobierno nigeriano ha llegado a un acuerdo por el que se ocupa del mantenimiento y exposición, aunque el custodio sea el actual monarca.
El fantasma del Blog
CITA(Julian Navascues @ Jan 7 2007, 11:35 AM) *
La maldición del unilateralismo




JOSCHKA FISCHER
EL PAÍS
Opinión
07-01-2007



Que Estados Unidos se haya dado cuenta de que ha perdido la guerra en Irak es tal vez el dato más trascendental de la política internacional en 2006. La era del unilateralismo norteamericano está objetivamente acabada. Sólo el futuro nos dirá si la política exterior estadounidense va a reflejar o no esa realidad. Por desgracia, esto significa también que se ha perdido una oportunidad extraordinaria. Porque sólo Estados Unidos -con todo su poder y su sentido de misión- tenía la capacidad de crear un nuevo orden mundial a principios del siglo XXI. Para lograrlo, habría tenido que supeditar su poder al objetivo de construir el nuevo orden, tal como hizo al terminar la II Guerra Mundial en 1945. En lugar de eso, sucumbió a la tentación del unilateralismo.







La grandeza nacional de una potencia mundial nace siempre de su capacidad de definir el mundo.

Si la potencia mundial lo olvida, o pierde la capacidad de actuar en consecuencia, empieza su declive.

Resulta casi tentador pensar que el gran rival de Estados Unidos en la guerra fría, la Unión Soviética, le dejó con su brusca desaparición -de la que se cumplen 15 años-



un caballo de Troya:



el regalo envenenado del unilateralismo.






Sin un vuelco fundamental en la conciencia política estadounidense, la amnesia unilateralista de su política exterior tendrá consecuencias de gran alcance y dejará un inmenso vacío en el sistema mundial. Ninguna otra nación -ni China, ni Europa, ni India, ni Rusia- tiene ese poder y ese sentido de misión necesarios para asumir el papel de Estados Unidos. Sólo este país podía (y potencialmente puede aún) aunar en su política exterior el realismo y el idealismo, el interés y la ética.



Sólo Estados Unidos tenía una política exterior que se proponía como misión la libertad y la democracia. No siempre fue así, ni tampoco en todas partes; desde luego, no en el caso de Latinoamérica. Pero, cada vez que ha actuado con arreglo a ese principio, su fuerza y su voluntad de buscar la cooperación internacional ha impulsado un orden cuyas instituciones siguen manteniendo unido el mundo.



La ONU, la OTAN, el FMI y el Banco Mundial, el derecho internacional público y el derecho penal internacional y hasta la Europa libre y unida de hoy son los logros supremos de la política exterior estadounidense. Señalan unos momentos históricos en los que Estados Unidos utilizó su poder para impulsar un orden mundial y, al mismo tiempo, proteger sus propios intereses de la manera más eficaz y sostenible.



El alejamiento de esta gran tradición no comenzó con los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Ya en los últimos años de la guerra fría, EE UU había empezado a considerar todo el sistema de tratados e instituciones internacionales como un obstáculo para sus intereses. Las élites responsables de la política exterior veían cada vez más su país como un Gulliver maniatado y oprimido por enanos políticos, con sus leyes internacionales, sus tratados y sus instituciones multilaterales. Los estadounidenses empezaron por valorar menos el orden mundial que ellos mismos habían creado, luego lo debilitaron y, por último, lo atacaron deliberadamente.



Así, pues, el debate actual que existe en Estados Unidos sobre las consecuencias de la derrota en Irak no es todo lo profundo que debería, porque, a pesar de las críticas que se hacen al poder estadounidense, sigue siendo una discusión basada en el uso unilateral de dicho poder. Ocurre tanto con las opiniones de la oposición demócrata como con el Informe Baker-Hamilton.



Lo que hace falta es un regreso consciente y deliberado de la política exterior estadounidense al multilateralismo. Un cambio de actitud que es esencial para que mejoren las cosas, porque la situación en Irak representa, sobre todo, una derrota de la orientación unilateralista de EE UU.



Oriente Próximo, Corea del Norte, Darfur, África central y oriental, el Cáucaso: en ninguno de estos lugares puede actuar con éxito EE UU si lo hace solo. No obstante, sin EE UU y su poder, las perspectivas de futuro en todos esos sitios son aún más pesimistas: más peligros y más caos.



La situación es similar con respecto al crecimiento mundial, la energía, la gestión de los recursos naturales, el cambio climático, el medio ambiente, la proliferación nuclear, el control de armas y el terrorismo. Ninguno de estos problemas puede solucionarse, ni siquiera contenerse, de forma unilateral. Pero ninguna solución que se intente podrá llegar muy lejos sin Estados Unidos y su capacidad de dirigir con decisión.



Lo mismo sucede con el futuro del derecho internacional, el derecho penal internacional recién creado y Naciones Unidas. Si no desarrollamos más estas normas e instituciones, la globalización también será cada vez más caótica.




Madeleine Albright dijo una vez que EE UU era "el país indispensable".



Tenía razón entonces,



y sigue teniéndola hoy
.



Sólo hay una potencia capaz de arrebatar el puesto a Estados Unidos: Estados Unidos .





Lo que hay que saber hoy es si su crisis de conciencia actual significa el comienzo de una vuelta al multilateralismo. ¿Volverán los estadounidenses a recuperar el espíritu de 1945 o decidirán, a pesar de la lección y la decepción, mantenerse en su camino solitario?



Ninguna otra potencia puede asumir el papel de Estados Unidos en el mundo en un futuro inmediato. La alternativa a su liderazgo es el vacío y el caos creciente. Ahora bien, de aquí a 10 o 20 años, si Washington sigue rechazando sus responsabilidades multilaterales, es posible que China defina las reglas. Por todo esto, los amigos de Estados Unidos no son los únicos vitalmente interesados en que regrese al multilateralismo. Dados los peligros que representa el unilateralismo para el orden mundial actual, también lo están sus enemigos.





Joschka Fischer, ex ministro de Exteriores y vicecanciller de Alemania, es profesor invitado en la Escuela Woodrow Wilson de la Universidad de Princeton. © Project Syndicate, 2006.

Traducción de M. L. Rodríguez Tapia.








Trump repite la propaganda rusa


La ofensiva actitud del presidente de EE UU hacia su homólogo ucranio coincide con el argumentario del Kremlin


El País
20 FEB 2025 - 05:00 CET



El giro dado por Donald Trump para normalizar sus relaciones con Rusia excluyendo a la Unión Europea y a Ucrania de las negociaciones de paz representa la voladura de décadas de política exterior estadounidense. La nueva actitud de la Casa Blanca socava la confianza entre aliados de ambos lados de Atlántico y pone en riesgo la seguridad en Europa. Además, Trump envía una peligrosa señal a Rusia —el país que el 24 de febrero de 2022 invadió a su vecino— sobre la cohesión y determinación de Occidente frente a la amenaza que representa.



No contento con esto, el mandatario estadounidense ha lanzado gravísimas acusaciones contra Ucrania y su presidente, Volodímir Zelenski, a quien hizo responsable, contra toda evidencia, de haber iniciado la guerra. Lo ha calificado de “dictador” y le ha advertido que “o se mueve rápido o pierde el país”.

Resulta inaudito ver al inquilino de la Casa Blanca repitiendo el argumentario del Kremlin.




Zelenski estuvo comedido al responder que el presidente de EE UU vive en una burbuja de desinformación, pero ha dicho una gran verdad. Resulta alarmante que la visión estratégica global del hombre que maneja el mayor arsenal del mundo se alimente de la propaganda rusa. No es de extrañar que, en este ambiente, Putin se haya permitido sugerir la implicación de la UE en un ataque ucranio a una estación de bombeo en el sur de Rusia. Con esta dinámica resultará difícil enfocar la resolución del conflicto a partir de hechos verificables. Difícilmente podrá la realidad “alternativa” de Trump conducir a una paz justa y duradera.



La exclusión de Ucrania y de Europa —en estos momentos, el único aliado fiable que le queda a Kiev— de las conversaciones del martes en Riad no solo es una afrenta diplomática, también pone en cuestión la legitimidad de cualquier acuerdo al que lleguen rusos y estadounidenses. Resulta por eso acertada la postura de la UE de considerar intolerable que se recompense a Vladímir Putin con concesiones que legitimen su agresión. La integridad territorial de Ucrania no puede ser utilizada como moneda de cambio entre Washington y Moscú.



Y en esta estrategia resulta coherente la aprobación anunciada ayer de una nueva ronda de sanciones comunitarias —la decimosexta— para tratar de debilitar la capacidad bélica y económica del régimen de Putin. Estas medidas —que incluyen la prohibición de transacciones con puertos y aeropuertos rusos, la desconexión de bancos del sistema SWIFT y sanciones a individuos y entidades clave— son una respuesta necesaria a las flagrantes violaciones del derecho internacional por parte de Rusia. La presión económica —y no la capitulación, que es lo que propone Trump— es una herramienta esencial para disuadir futuras agresiones y forzar a Rusia a cesar en su postura beligerante. Porque la guerra continúa.



Más complicada resulta la negociación, iniciada el lunes por Emmanuel Macron, para enviar soldados europeos que garanticen una futura paz en Ucrania. Y no solo por el muy prematuro objeto de la discusión, sino por el malestar que ha generado el formato elegido por el presidente francés, que ayer tuvo que convocar una segunda reunión, esta vez telemática. Era importante que Europa hablase con una sola voz antes de que EE UU y Rusia se reuniesen en Arabia Saudí, pero la falta de unidad con la primera que terminó la cita en el Elíseo demostró que dejar fuera a la mayoría de los socios de la UE tampoco sirvió para adoptar decisiones trascendentales con la contundencia y agilidad que exige el momento.

El fantasma del Blog
CITA(El fantasma del Blog @ May 4 2024, 11:03 AM) *
La UE contra la desinformación


Bruselas abre una investigación a Meta para comprobar si pone límites a los bulos de cara a las elecciones europeas de junio




EL PAÍS
04 MAY 2024 - 05:00 CEST



Las autoridades de la UE están intensificando su ofensiva contra la desinformación a través de las redes sociales de cara a las elecciones al Parlamento Europeo que se celebran dentro de un mes, entre el 6 y el 9 de junio. Como reconocen responsables tanto de la Unión como de la OTAN, los bulos se han convertido en un potente factor de manipulación e injerencia que exige adoptar medidas contundentes para frenar sus perniciosos efectos.



Bruselas ha abierto esta semana una investigación a Meta —la empresa matriz de Facebook e Instagram— por sospechas de que no está haciendo suficientes esfuerzos para controlar ciertos contenidos de carácter político en sus plataformas. La UE considera que su sistema de moderación no es lo suficientemente ágil a la hora evitar la proliferación de noticias falsas. También cuestiona la decisión de la plataforma de silenciar determinadas voces —la llamada prohibición en la sombra— sin conocimiento de los usuarios ni justificar adecuadamente tal medida.



Facebook cuenta con más de 308 millones de usuarios mensuales en Europa y casi 3.000 millones en todo el mundo, lo que convierte a la red social en un importante agente de la conversación digital, pero también de potencial manipulación bajo apariencia de neutralidad, como pudo comprobarse en el referéndum del Brexit en el Reino Unido en 2016 y en las elecciones que ese mismo año convirtieron a Donald Trump en presidente de Estados Unidos.



La investigación a Meta se produce después de que la Comisión haya analizado las principales redes sociales para comprobar si cuentan con salvaguardas apropiadas para combatir los bulos y la publicidad engañosa. La nueva Ley de Servicios Digitales, aprobada el año pasado, obliga a compañías como la de Mark Zuckerberg a poner en marcha esos sistemas para reducir el riesgo de injerencia electoral.



En ese terreno, Rusia acumula un largo historial de uso de herramientas de guerra híbrida —desde espionaje a campañas de desinformación y propaganda encubierta— para interferir en la política de otros países y desestabilizar a sus adversarios. En el contexto de la invasión de Ucrania, esos esfuerzos se han redoblado. Una investigación coordinada entre varios países de la UE ha desvelado la existencia de una red de influencia del Kremlin que incluye pagos a eurodiputados de extrema derecha de diversas nacionalidades. Ante estas evidencias, Bélgica, que ostenta este semestre la presidencia rotatoria de la UE, ha activado el mecanismo de crisis para facilitar el intercambio de información entre los Veintisiete. A juicio del primer ministro belga, los objetivos de esta ofensiva son claros: llevar más candidatos prorrusos al Parlamento Europeo.



En la misma línea, la República Checa anunció a finales del mes pasado el cierre de una plataforma de apariencia informativa llamada Voice of Europe, con sede en Praga, que difundía noticias falsas con claro sesgo ultra. También el ministro para Europa del Gobierno francés ha denunciado que Rusia pretendía inundar el país de propaganda para alterar el debate público e interferir en la campaña europea. Nadie duda de que los intentos de injerencia aumentarán a media que se acerquen las elecciones de junio, lo que obliga a ciudadanos y autoridades a estar alerta ante una manipulación invisible pero omnipresente.




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