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El fantasma del Blog
Miriam González: "El listón de la ética política está muy por debajo del de la sociedad"




* Sobre la polarización: "No sé por qué se ha aceptado que PP y PSOE no pueden ponerse de acuerdo en casi nada"

* Reforma fiscal: "Hay que ofrecer una mayor seguridad jurídica y dirigirla a crear empleo"

* 'España Mejor': "Nacemos de la frustración y para articular la contribución de la sociedad civil"




El Economista
Carlos Reus
6:00 - 23/12/2024




Miriam González Durántez (1968) lanza sobre el tablero político un catálogo de propuestas para mejorar la calidad democrática. Presidenta y fundadora de 'España Mejor', se alza como la voz de una parte de la sociedad civil frustrada por la deriva de las políticas públicas. "Hemos normalizado esta hiperpolarización", reconoce, mientras señala -en su entrevista con elEconomista.es- que las soluciones solo pueden pasar por un pacto entre Gobierno y oposición.



¿Qué radiografía hace del momento político en el que está instalado España?




El diagnóstico es que claramente no tenemos las normas e instrumentos que se tienen en otros países, y eso es inaceptable. Además, recurrentemente vemos un problema de corrupción, de conflictos de interés, de falta de transparencia, pero no se refuerzan las normas. No se aprueban normas más estrictas para que esa situación no se vuelva a producir. Y eso da lugar a que se nos vaya la energía política, como ha ocurrido este año, en enzarzarse en ese tipo de situaciones.



¿La falta de ética está solo en la política o también en otras instituciones?




Hay una parte de falta de ética relacionada con la corrupción, que no solo está en la política. Pero si me pregunta si esto es una situación generalizada en la sociedad, yo te diría que no. Al revés. El listón de la ética política está por debajo del listón de la ética social. La gente está desanimada, enfadada, y se pregunta: ¿cómo ha vuelto a ocurrir otra vez?



Bueno, yo le preguntaba por la posible falta de ética profesional en el mundo de la Justicia, y en el de los medios de comunicación...




¿Qué si están corruptos?



No sé si hasta ese límite, sino si habéis detectado una falta de ética profesional en ambos sectores



En la Justicia estoy segura de que hay gente que no actúa de manera correcta y otra que sí, como en todos los colectivos. Pero sí hay mecanismos para corregir las irregularidades, un buen sistema. Lo que hay que hacer es activarlos. Y si a veces no se activan, es porque hay una invasión política del Consejo General del Poder Judicial. Esa es la anomalía. Si eso se corrigiera, el sistema funcionaría mucho mejor.



¿Y los medios de comunicación?



Sería muy positivo que hubiera más transparencia en la publicidad institucional. Lo que ocurre en España es muy diferente a lo que pasa en otros países que conozco bien, como Reino Unido y EEUU. En España hay medios de comunicación muy precarios y por ello están condicionados por esa publicidad institucional dirigida por un poder político. Aquí, ese poder político tiene más fuerza que los medios, en otros países ocurre lo contrario: los medios son los que empujan al poder político. La publicidad institucional debería interpretarse como una necesidad del poder público para comunicar un bien público. La administración debería seleccionar a los medios que canalicen esos mensajes con el objetivo de que lleguen a quien debe llegar. Todo ese proceso debería ser transparente y evaluado con posterioridad.



El Gobierno acaba de aprobar una medida que obliga a los perfiles más seguidos que hayan difundido bulos a corregir esa información falsa, ¿qué le parece?


Sería estupendo que todos los políticos se comprometieran a cumplir con esa norma. Sería estupendo verles hacer correcciones de lo que dicen. Muchísima desinformación procede de los propios partidos políticos, que utilizan medios de comunicación para ello. Si eso ocurre en algún momento, ganaríamos mucho. De todos modos, la Inteligencia Artificial lleva todo a otro nivel, y va a ser muy difícil saber lo que es real de lo que no lo es. va a ser determinante en este debate.


No sólo contáis con ese documento de propuestas para mejorar la ética del Gobierno, también planteáis mejoras en materia fiscal o de vivienda...




Si, nacen de la frustración. Muchos nosotros nos quejamos de lo que ocurre, y había que articular esa contribución de la sociedad civil. Hemos construido 21 grupos de trabajo en los que hay expertos en determinadas áreas, pero también otras con una experiencia, que sufren esos problemas en su día a día. Vamos buscando los rangos de soluciones.



¿Hay margen para redirigir la política fiscal en España?




Lo principal es dar una mayor seguridad jurídica. No se entiende porque tenemos esos vaivenes tan constantes. Dentro de un Gobierno se debería tener claro cuáles son las normas que impiden que se den tumbos en un área tan sensible. Nosotros proponemos que de toda la carga fiscal que se puede ir retirando, se priorice una rebaja de las cotizaciones por encima de tocar otro tipo de impuestos para ayudar a elevar la creación de empleo.



Bueno, con esta la fiscal actual ha sido compatible con una creación de empleo récord...




Depende de lo que tu pienses que es empleo récord. Yo cuando veo las cifras de desempleo y veo que se celebra que bajemos unas décimas de punto, me horroriza. Tenemos países vecinos, como Francia, con una tasa de paro cercana al 7%, que se plantean tener una política de pleno empleo. Me da envidia. Nos hemos acomodado a jugar con unos niveles de desempleo que tienen mucho impacto en la sociedad. Los niveles de desempleo juvenil son terribles.



La política fiscal ahora está en el centro de la batalla política, con posturas casi irreconciliables...¿confía en que se alcance algún punto de encuentro?




Es muy difícil. Hay dos partidos con mucho apoyo, no sé por qué se ha aceptado que no se pueden poner de acuerdo en casi nada. En España hemos tenido situaciones de grandes desacuerdos ideológicos en situaciones más difíciles, y se han encontrado puntos de acuerdos en ciertos reductos. Hemos normalizado esta hiperpolarización. En materia de vivienda, por ejemplo, por todos los lados tenemos una actitud permanentemente electoralista. Miden lo que dicen por el impacto que pueda tener su mensaje electoralmente.



¿Por dónde pasan las soluciones?




Se arreglaría de forma muy sencilla, si el presidente Pedro Sánchez y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, decidiesen sentarse sobre una mesa y ver de todas las cosas que se puedan hacer para solucionar el tema de la vivienda.
El fantasma del Blog
También pasan cosas extraordinarias: Una docena de buenas noticias para terminar este año





Niños robados que descubren su origen, el fin de la malaria en Egipto, caracoles que salvan cosechas, la resiliencia de los gazatíes, o la voz alta y clara de las artistas africanas están entre los reportajes más optimistas que hemos publicado en Planeta Futuro en 2024




BEATRIZ LECUMBERRI
Madrid - 24 DIC 2024 - 05:30 CET



Está claro que 2024 no ha sido un año de buenas noticias. Los conflictos han aumentado en número y en intensidad. Según el Institute for Economics & Peace (IEP) habría en este momento 56 en todo el mundo en los que están involucrados 92 países, una cifra que no se registraba desde la Segunda Guerra Mundial. Algunos nos interpelan y preocupan más como Ucrania o Gaza, donde los muertos ya superan oficialmente los 45.000, pero también existen otros de los que hablamos menos, como Sudán, República Democrática del Congo o Haití.




Todas las guerras implican desplazados y refugiados, crímenes sexuales contra las mujeres, hambre y niños desatendidos y enfermos. Este año también se han incrementado los estragos climáticos, desde el extremo calor en el Sahel hasta las terribles inundaciones en puntos de Asia. En Planeta Futuro hemos estado donde se producían estas noticias, hemos vuelto cuando terminaba la emergencia y hemos contado también hechos importantes que ocurren en lugares que no suelen salir en la prensa, porque tendrán repercusiones en la población local y sus coletazos pueden llegar también hasta las puertas de nuestras casas.




Por eso hemos viajado a Gambia, donde hubo un amago de despenalizar la ablación genital femenina, a Ghana, cuyos minerales llegan hasta nuestros países, pero dejan a la población local sumida en la pobreza y las enfermedades, a Senegal, donde el gran sueño de los jóvenes parece ser migrar, o a República Democrática del Congo y a otros lugares afectados por la mpox, por citar algunos ejemplos.


Incluso en medio de esas crisis tan dolorosas y complicadas brotan noticias esperanzadoras que sorprenden y conmueven. Esta selección, publicada en Planeta Futuro a lo largo de este año, es la prueba.



La huida de su boda de Masago




Con 17 años, Naishorua Masago, una chica masái del norte de Tanzania a la que todo el mundo llama Nai, logró huir de la boda que su padre tenía prevista para ella y seguir estudiando. Todo ello, gracias al apoyo y a la fuerza que le transmitieron las integrantes de un consejo de pastoras que desde hace más de 20 están intentando cambiar tradiciones muy arraigadas y defender los derechos más básicos de las mujeres.




La lucha contra el sida de las jóvenes en Philippi



Philippi es sinónimo de crimen, basura y pobreza. Pero en esta barriada a las afueras de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, también está en marcha un proyecto piloto de salud que podría cambiar la vida de miles de africanos, sobre todo de mujeres y niñas obligadas a menudo a tener sexo sin protección. Consiste en administrar de forma gratuita, voluntaria y discreta la llamada CAB-LA, la profilaxis preexposición (PrEP) inyectable, un tratamiento preventivo, que evita el contagio y que contiene medicamentos antirretrovirales, que son como los utilizados para tratar a las personas portadoras del virus y que protegen a las células del sistema inmunitario de la infección.



Las baterías nuevas de Aljazzar en Gaza




Tener el teléfono móvil cargado es vital para la supervivencia en Gaza, pero en la Franja, devastada por más de 14 meses de guerra, no hay electricidad. Desde su tienda de campaña de desplazado en el sur de este territorio palestino, Abdallah Aljazzar, un joven licenciado en Literatura Inglesa, ha ideado un sistema de paneles y baterías que permite cargar los dispositivos de varias decenas de vecinos al día. Costó reunir el dinero para comprar unas baterías nuevas y encontrar quién las vendía en Gaza, donde la ayuda humanitaria entra a cuentagotas, pero se logró y el sistema sigue funcionando.




Los caracoles de Pakisoni




Tres millones de agricultores malauíes han confiado en iniciativas de agricultura climáticamente inteligente (CSA, por sus siglas en inglés) para recuperar la fertilidad del terreno y mejorar el rendimiento de las cosechas. A menudo se trata de prácticas sencillas como el compostaje, los cultivos intercalados o las hileras de surcos. Y también el control sostenible de los caracoles, vistos hasta hace poco como una plaga. Ahora, en lugar de rociarlos con productos químicos, agricultores como Eleniya Pakisoni los ven como una manera inesperada de ganarse la vida.




La vuelta a casa de Ramírez




Osmín Ricardo Tobar Ramírez nunca olvidará la fecha del 9 de enero de 1997. Tenía siete años y la Procuraduría General de la Nación entró en su casa y se lo llevó junto a su hermano, tras una denuncia por abandono presentada por una vecina. “Me dijeron que nos devolverían en la tarde, pero esa fue la última vez que vi mi casa,” recuerda. Alrededor de 30.000 niños de Guatemala fueron dados en adopción internacional entre 1977 y 2007 y en muchos casos, los procesos estuvieron impregnados de corrupción. Algunos han regresado y ayudan a otras personas a encontrar a sus familias biológicas, como Osmín, que fue adoptado en Estados Unidos. En 2018, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, condenó al Estado de Guatemala por la adopción irregular de este chico y su hermano.



El retorno de Papa Idrissa Aidara




Desde niño, Papa Idrissa Aidara tenía fijación con la omnipresencia del Made in China en su ropa, juguetes y objetos cotidianos. Con 19 años, obtuvo una beca para irse a estudiar a Shanghái. Después regresó a Senegal y hoy es propietario de un hotel en Saint Louis, en el norte del país, con el que trata de fomentar el agroturismo. Senegal tiene unos 18 millones de habitantes, pero a ellos hay que sumarles otros tres millones de residentes en el extranjero, la llamada diáspora. Las autoridades del país africano están intentando estimular el retorno de muchos de estos migrantes. “Pero no hay apoyo a la inversión, ni acompañamiento, es muy difícil. La diáspora podría jugar un gran papel en la creación de empleo, pero no se incentiva al pequeño empresario, conseguir un crédito es casi imposible”, recalca Aidara.



Contra los bulos en Ghana




Un candidato musulmán que come cerdo, otro cristiano que es un borracho, elecciones en fechas diferentes o imágenes alteradas gracias a la inteligencia artificial. Son algunos de los bulos difundidos en la campaña electoral para las elecciones celebradas en diciembre en Ghana. Para frenarlos, varios verificadores de datos locales se unieron y crearon la Ghana Fact-checking Coalition (GFC). También establecieron alianzas con organizaciones de la sociedad civil y periodistas para que circulara la información verificada. Por ejemplo, un centenar de emisoras de radio y televisión repartidas por las 16 regiones de Ghana colaboraron con ellos para publicar sus comprobaciones de datos en unas 45 lenguas locales




La voz de Raingou




Cyrielle Raingou tardó siete años en rodar su documental El espectro de Boko Haram. La directora convivió con el peligro del grupo yihadista en Camerún, pero también se enfrentó al machismo que cuestionó su autoridad durante los rodajes, a la visión estereotipada del cine africano por parte de los países occidentales, y a la falta de fondos que reciben los proyectos de las directoras del continente. Su voz, narrando sus logros y sus dificultades, es una de las que se escucha en este podcast, grabado durante el Festival de Cine Africano FCAT y dedicado a las directoras de cine africanas.



Una pequeña victoria para la doctora Li




“Quizás la mayor amenaza contra la salud de nuestro tiempo viene del cambio climático”, según Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La interconexión entre las dos realidades quedó clara durante la 77ª Asamblea Mundial de la organización en junio, cuando los 194 Estados miembros votaron por unanimidad a favor de una resolución en la que se comprometieron a integrar el cambio climático en la planificación de las políticas sanitarias nacionales, a equipar al personal sanitario adecuadamente para responder ante los efectos del calentamiento global y a realizar evaluaciones periódicas de cuáles son las poblaciones más vulnerables a la crisis climática para poder protegerla mejor. Es la batalla que lleva años librando Ailan Li, subdirectora general de Cobertura Sanitaria Universal de la OMS. Para ella, en países como Perú, por ejemplo, “las epidemias mortales de dengue son cada vez más intensas, magnificadas por el aumento de las temperaturas y las lluvias exacerbadas por el cambio climático”.



Okeyo contra el estigma del sida en África




Ruele Okeyo se graba tomándose los antirretrovirales en la playa, a punto de coger un avión, en la caja de un supermercado y en un restaurante. Este activista keniano de 27 años con 91.000 seguidores en su cuenta de TikTok no esconde su enfermedad y usa las redes como altavoz contra el estigma, con la esperanza de transmitir un mensaje positivo a quienes acaban de descubrir que son seropositivos o conviven con el virus. Otros influencers en su país y en otros como Ruanda o Namibia han decidido también dejar de ocultar la dolencia, que afecta a más de 25 millones de personas en África, según la Organización Mundial de la Salud.





Egipto dice adiós a la malaria




Más de 3.300 años después del fallecimiento de Tutankamón, que al parecer tuvo paludismo, Egipto se ha librado de esta enfermedad, gracias a casi un siglo de esfuerzos colectivos en materia de salud pública. Una de las claves del éxito egipcio en este proceso ha sido ampliar el acceso de la población a los servicios sanitarios, sobre todo públicos, y la formación de los profesionales del sector a la hora de detectar y combatir la enfermedad. También ha sido básico que su diagnóstico y tratamiento sean gratuitos y universales, y que no haya habido escasez de medicamentos.


Las madrinas de Ahmadi



Cuando los talibanes entraron en Kabul , en agosto de 2021, Waheda Ahmadi huyó de casa prácticamente con lo puesto. Días después, esta joven y su familia aterrizaron en España. Ahmadi aún está asumiendo la “tristeza de ser una refugiada”. En su largo camino hacia la integración, esta joven de 20 años ha estado acompañada por un grupo de mujeres españolas. Ir juntas al supermercado, dar un paseo o ensayar una entrevista de trabajo son algunas de las actividades de esta red femenina, llamada Netwomening, que ha prestado apoyo a decenas de mujeres que huyeron de Kabul para que puedan reiniciar su vida
El fantasma del Blog
De Sudán a Siria, pasando por República Democrática del Congo: Un año de desplazados alrededor del mundo




Acnur, la Agencia de la ONU para los refugiados, hace balance a través de imágenes de este 2024, un año en el que los nuevos conflictos, la agudización de las crisis y los desastres provocados por la emergencia climática han provocado el éxodo de casi 123 millones de personas, según datos de finales de junio





PLANETA FUTURO
25 DIC 2024 - 05:30 CET






1. Incluso para los estándares de los últimos años, 2024 ha sido un año de agitación en el que han estallado nuevos conflictos, se agudizaron las crisis existentes y se multiplicaron los desastres provocados por el clima. Como resultado, el número de personas obligadas a huir de sus hogares por conflictos y persecuciones alcanzó casi los 123 millones a finales de junio. Una cifra que, sin duda, ha aumentado aún más con la escalada del conflicto en Oriente Próximo y los cientos de miles de personas que siguen huyendo de la violencia en Sudán, Ucrania, la República Democrática del Congo y otros lugares del mundo. Mientras aumentan los nuevos desplazamientos, millones de personas se encuentran atrapadas en situaciones de exilio prolongado, sin poder regresar a sus hogares de forma segura y sin la posibilidad de reconstruir sus vidas en los sitios a los que han huido. Se necesitan soluciones urgentes, no solo para poner fin a los conflictos, sino también para que los refugiados y otros desplazados forzosos tengan la oportunidad de contribuir a sus nuevas comunidades. En la imagen, edificios bombardeados en la ciudad de Tiro, en el sur del Líbano, el 30 de noviembre de 2024, días después de la entrada en vigor del alto el fuego.



UNHCR/XIMENA BORRAZAS





2. La guerra y el derramamiento de sangre en Sudán no han cesado este 2024. El conflicto ha impulsado el éxodo de la población y provocado una de las mayores crisis de desplazamiento a nivel mundial, mientras el mundo miraba en gran medida hacia otro lado. Desde el estallido de los combates en abril de 2023, más de 12 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares. Esto incluye más de 3 millones de personas que han huido a países vecinos y 8,4 millones de desplazados internos. El conflicto ha tenido un impacto devastador en la seguridad alimentaria, ya que más de la mitad de la población se enfrenta ahora al hambre aguda. Los sudaneses llegan desesperados a países vecinos, como Chad, Sudán del Sur y Egipto, donde los servicios sanitarios, educativos y sociales nacionales se están resintiendo y la financiación de la comunidad internacional es insuficiente para cubrir las carencias de esta población. La estación de lluvias empeoró las condiciones ya de por sí terribles de los campamentos superpoblados, tanto dentro de Sudán como en Chad y Sudán del Sur, donde las inundaciones generalizadas contribuyeron a brotes de cólera y malaria. En 2025, si los esfuerzos de paz fracasan y la guerra continúa, se prevé que el número de personas obligadas a huir supere los 16 millones, una cifra que pondría a prueba los esfuerzos por satisfacer incluso las necesidades humanitarias más básicas.   En la imagen, refugiados sudaneses recién llegados a la ciudad fronteriza de Adré, en el este de Chad.




ACNUR/ANDREW MCCONNELL






3. A partir de finales de septiembre, la intensificación de los ataques aéreos israelíes golpeó docenas de ciudades en todo el Líbano, matando a miles de personas y desplazando a casi 900.000 dentro del país. Otras 557.000 personas cruzaron a Siria, en su mayoría sirios que habían hecho años antes el viaje inverso a Líbano en busca de seguridad. Tras un frágil alto el fuego que entró en vigor el 27 de noviembre, muchos desplazados han comenzado a regresar al sur del país, pero más de dos meses de ataques han reducido muchas zonas a escombros y la reconstrucción podría llevar años. Acnur y sus socios de la ONU y las ONG están proporcionando ayuda de emergencia y kits de invierno a los desplazados y retornados, pero se necesitan muchos más fondos. Acnur ha pedido en repetidas ocasiones un alto el fuego duradero que ponga fin al sufrimiento en Líbano y Gaza y ha solicitado la reanudación de la financiación crítica a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).  En la fotografía, varias personas que huyen de los ataques aéreos israelíes en Líbano cruzan la frontera de Jdeidet Yabous hacia Siria, el 7 de octubre de 2024.



ACNUR/HOUSSAM HARIRI






4. Una ofensiva lanzada por grupos armados el 27 de noviembre desembocó el 8 de diciembre en el derrocamiento del régimen del sirio Bachar el Asad. Esto ha generado esperanza de que se ponga fin a la mayor crisis de desplazados del mundo, y también incertidumbre sobre el futuro inmediato del país. Antes de estos acontecimientos, más de 13 millones de personas permanecían desplazadas dentro de Siria o en países vecinos. Tras casi 14 años de conflicto, las necesidades humanitarias alcanzan niveles récord en medio de la destrucción generalizada de hogares e infraestructuras y el colapso económico. Desde el inicio de la ofensiva, alrededor de un millón de personas —en su mayoría mujeres y niños— se han visto desplazadas de zonas como las provincias de Alepo, Hama, Homs e Idlib, muchas de ellas por segunda vez. Tras el derrocamiento del Gobierno, miles de sirios han regresado espontáneamente al país desde Líbano y Turquía, mientras que otros han huido en la otra dirección. Millones de refugiados sirios siguen de cerca los acontecimientos en su país para evaluar si la transición de poder será pacífica y respetará sus derechos y permitirá un retorno seguro. En la fotografía, una mujer ofrece dulces a las personas que cruzan en coche la frontera entre Líbano y Siria en Masnaa, Líbano, el 8 de diciembre de 2024



ACNUR/XIMENA BORRAZAS 






5. Más de 1.000 días después de que Rusia lanzara la invasión a gran escala de Ucrania, miles de ucranios han muerto y 6,7 millones se han convertido en refugiados, incluidos los 400.000 que cruzaron a Europa en busca de seguridad entre enero y agosto de este año. Los ataques aéreos coordinados se han intensificado en ciudades como Kiev, Járkov, Odesa y Dnipró y la población sigue huyendo o siendo evacuada de sus hogares en las zonas del este del país cercanas a la línea del frente, uniéndose a los más de 3,5 millones de desplazados internos. Innumerables niños están sin escolarizar, estudiando online o, en algunas de las zonas más afectadas, en refugios subterráneos para evitar los frecuentes bombardeos aéreos. Acnur colabora con el Gobierno de Ucrania para apoyar la respuesta humanitaria, así como los esfuerzos de reconstrucción. Sin embargo, en contraste con la masiva recepción de apoyo y solidaridad con Ucrania al comienzo de la guerra, esta corre el riesgo de convertirse en otra crisis olvidada. El país se encuentra en su tercer invierno en guerra, y los ataques a las infraestructuras energéticas, que interrumpen el suministro de calefacción, electricidad y agua, hacen que se avecinen dificultades para millones de personas. Valentyna Zavadska, de 63 años, se encuentra entre las ruinas de su casa en la región de Mikolaiv, al sur de Ucrania. Ha recibido ayuda del Acnur y sus socios para construir un espacio habitable en un edificio adyacente.



ACNUR/FELICIA MONTEVERDE HOLMGREN






6. Más de tres años después de la llegada al poder de los talibanes, en agosto de 2021, los afganos siguen lidiando con una crisis económica persistente, el legado de décadas de conflicto, los crecientes efectos del cambio climático y la reducción de los derechos y libertades de mujeres y niñas. Aunque la situación general a nivel de seguridad ha mejorado, el país sigue dependiendo en gran medida de la ayuda humanitaria. Los refugiados retornados recientemente y los que siguen desplazados dentro de Afganistán son especialmente vulnerables y necesitan apoyo, que Acnur está proporcionando en forma de ayuda en efectivo, refugio, capacitación y formación profesional. Las devastadoras y repentinas inundaciones de mayo y julio provocaron destrucción y desplazamientos generalizados en comunidades que ya estaban luchando contra múltiples crisis. En agosto, las autoridades de facto anunciaron una nueva ley de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, que introducía nuevas restricciones a las libertades de las mujeres, incluyendo las de movimiento, vestimenta y comportamiento, así como a los derechos de las minorías religiosas y de las personas LGBTQI+. Estas restricciones —combinadas con las crecientes presiones económicas— están teniendo un grave efecto en el bienestar y la salud mental de los afganos, especialmente de las mujeres afganas, lo que hace que las intervenciones psicosociales del Acnur sean más necesarias que nunca. En la imagen, un niño sentado entre las ruinas de la casa de su familia en la provincia de Baghlan, Afganistán, después de que esta fuera destruida por una inundación repentina en mayo de 2024.



ACNUR/ FARAMARZ BARZIN





7. La crisis de la República Democrática del Congo (RDC) sigue siendo una de las más complejas y desatendidas del mundo. Décadas de enfrentamientos entre las fuerzas armadas congoleñas y diversos grupos armados no estatales han ido acompañadas de violaciones generalizadas de los derechos humanos y violencia de género, dejando a 6,4 millones de personas desplazadas dentro del país y a más de un millón viviendo como refugiados en la región. El recrudecimiento de los combates en las provincias orientales del país obligó a huir a más de 940.000 personas solo en el primer semestre de 2024. Muchos viven ahora hacinados en lugares de desplazamiento insalubres, donde son vulnerables a los continuos riesgos de seguridad y a las enfermedades, incluido el virus mpox. Este año, la RDC ha estado en el epicentro de un brote de mpox, con algunos casos sospechosos entre refugiados y desplazados. Acnur está proporcionando ayuda de emergencia, como refugios, mantas y kits de cocina, así como apoyo psicológico para tratar los traumas, pero su capacidad para responder a la crisis en la RDC se está viendo obstaculizada por una grave escasez de fondos.  Un trabajador de divulgación comunitaria sensibiliza sobre el mpox en un campo de desplazados de Rusayo, en la República Democrática del Congo, el 26 de septiembre de 2024.




ACNUR/GUERCHOM NDEBO





8. Más de siete años después de que unos 750.000 rohingya huyeran de la violenta represión en el estado de Rakhine, en Myanmar, hacia Bangladés, las soluciones a la crisis siguen siendo difíciles de alcanzar. En Myanmar, la escalada del conflicto armado durante el último año ha empeorado las condiciones de los rohingya que permanecen en Rakhine y ha provocado niveles récord de desplazamiento interno en todo el país. El deterioro de la situación de seguridad ha tenido un efecto dominó en el millón de refugiados rohingya que viven al otro lado de la frontera bangladesí en 33 campos en Cox's Bazar. La escasez de fondos también ha obstaculizado gravemente los esfuerzos para apoyar a los refugiados en los campos, lo que ha provocado que las raciones de alimentos se redujeran en el primer semestre del año, que los centros de salud carecieran de equipos especializados y medicamentos y que la calidad del agua disminuyera, lo que ha provocado un aumento de los casos de cólera y hepatitis. Los campamentos también se han visto afectados por una serie de catástrofes medioambientales, desde incendios devastadores en la estación seca hasta corrimientos de tierras e inundaciones repentinas en la estación lluviosa. El empeoramiento de las condiciones en los campos está empujando a más rohingya a arriesgarse a tomar peligrosas rutas marítimas hacia Indonesia y otros lugares.  En la imagen, refugiados rohingya que llegan a Ulee Madon, en Aceh del Norte (Indonesia), procedentes de Bangladés, descargan sus pertenencias.




ACNUR/AMANDA JUFRIAN





9. Con 2024 en camino de ser el año más cálido jamás registrado, los fenómenos meteorológicos extremos causaron estragos en todo el mundo. Su impacto fue especialmente devastador en zonas ya afectadas por conflictos o que acogen a un gran número de desplazados forzosos. Un informe publicado por Acnur en noviembre reveló que tres cuartas partes de los desplazados forzosos viven en países muy afectados por el cambio climático, mientras que la mitad vive en lugares afectados tanto por conflictos como por graves riesgos climáticos. Muchos de los que han huido de los combates corren el riesgo de volver a ser desplazados por la sequía y las graves inundaciones. Así ocurrió en Kenia, Burundi y Somalia entre marzo y mayo, cuando las fuertes lluvias arrasaron África Oriental, inundando campos de refugiados y desplazados internos. También en mayo, más de medio millón de personas del sur de Brasil se vieron desplazadas por las inundaciones, entre ellas refugiados y personas necesitadas de protección internacional procedentes de Venezuela, Haití y Cuba. Este año, las inundaciones catastróficas también han afectado a desplazados en Yemen, Sudán y en toda África Occidental y Central. Además de proporcionar ayuda de emergencia a los afectados por estas catástrofes, Acnur pide que se destine más financiación climática a los refugiados y las comunidades de acogida para ayudarles a prepararse y adaptarse a los efectos cada vez peores del cambio climático.  En la fotografía, inundaciones en el estado brasileño de Rio Grande do Sul. En muchos de los barrios más afectados vivían refugiados.




ACNUR/DANIEL MARENCO





10. La violencia de género es una amenaza para las mujeres y las niñas en todo el mundo, y se calcula que una de cada tres mujeres se ve afectada por ella, según la ONU. Para las mujeres atrapadas en conflictos u obligadas a huir de sus hogares, los riesgos son aún mayores, y las cifras sugieren que la amenaza crece a medida que se multiplican las guerras. Solo el año pasado, las denuncias de violencia sexual relacionada con los conflictos aumentaron un 50%, incluso teniendo en cuenta que muchas víctimas no pudieron buscar ayuda. En Sudán, mujeres y niñas denuncian niveles espeluznantes de violencia sexual en zonas afectadas por conflictos y mientras huyen a países vecinos. En la República Democrática del Congo, las mujeres y las niñas se están llevando la peor parte del conflicto, con un aumento vertiginoso de las violaciones y de la explotación sexual por parte de miembros de la comunidad. En Afganistán, las crecientes restricciones impuestas a mujeres y niñas y los elevados índices de violencia de género han contribuido a una crisis de salud mental. Acnur trabaja con comunidades de refugiados y de acogida, y con socios locales para proporcionar apoyo psicosocial, alojamiento seguro, asistencia jurídica y en efectivo a las supervivientes, al tiempo que pone en marcha programas para prevenir la violencia antes de que se produzca. Josefina Cheia, oficial de violencia de género de Acnur en Mozambique, hace un gesto con la mano que significa "alto a la violencia contra las mujeres y las niñas". 



ACNUR/HÉLÈNE CAUX






11. Este año ha concluido la campaña #IBelong, de una década de duración, liderada por Acnur. Durante ese tiempo, más de medio millón de personas de todo el mundo que vivían en la sombra, privadas de su derecho a una nacionalidad, han adquirido la ciudadanía. En la última década, al menos 22 Estados adoptaron planes de acción nacionales para acabar con la apatridia y este año, Turkmenistán siguió los pasos de Kirguizistán anunciando que había erradicado todos los casos conocidos de apatridia en el país. Tailandia también dio un gran paso hacia el fin de la apatridia con la aprobación de una vía acelerada hacia la residencia permanente y la nacionalidad para casi medio millón de personas, incluidos miembros de grupos étnicos minoritarios, mientras que Sudán del Sur se adhirió a dos convenciones clave sobre apatridia. Con mucho trabajo aún por hacer, Acnur lanzó en octubre una nueva Alianza Global para Acabar con la Apatridia que incluye a más de 100 Estados y organizaciones de la sociedad civil que se han comprometido a relegar la apatridia a la historia. Adolat Shabozova, en el centro de la imagen, ha recibido ecientemente un pasaporte tras muchos años viviendo como apátrida en Tayikistán.



ACNUR/ELYOR NEMAT






12. Durante el verano, 45 atletas y atletas paralímpicos refugiados compitieron en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, formando los equipos de refugiados más numerosos de la historia en ambos eventos. Durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, fue galardonado con el Laurel Olímpico por su trabajo y el de Acnur, utilizando el poder del deporte para mejorar la vida de los refugiados y otras personas desplazadas. La boxeadora Cindy Ngamba ganó la primera medalla de la historia del Equipo Olímpico de Refugiados, un bronce en la categoría femenina de 75 kg, mientras que otros miembros del equipo que competían en 12 deportes batieron récords personales y mostraron al mundo su talento y determinación. Unas semanas más tarde, en los Juegos Paralímpicos, Zakia Khudadadi y Guillaume Junior Atangana, junto con su corredor guía Donard Ndim Nyamjua, consiguieron históricas medallas de bronce en la prueba femenina de taekwondo adaptado y en la masculina de 400 metros T11, respectivamente, acaparando titulares y arrojando luz sobre los 18 millones de personas con discapacidad que se calcula que hay desplazadas forzosas en todo el mundo. Acnur se asoció con el Comité Olímpico Internacional, la Olympic Refuge Foundation y el Comité Paralímpico Internacional para apoyar a los refugiados en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. En la imagen, miembros del Equipo Olímpico de Refugiados durante la ceremonia de inauguración en París el 26 de julio de 2024.



COI/DAVID BURNETT
El fantasma del Blog
El gobierno de los millonarios




Por primera vez, los dueños de inmensos monopolios, digitales o no, han llegado directamente al poder político para defender sus intereses.





NICOLÁS SARTORIUS
25 DE DICIEMBRE DE 2024 - 05:00 CET



Uno. Hace muchos años, a mediados del siglo XIX, el multifacético pensador de Tréveris, un tal Karl Marx , llevado de su acendrado espíritu crítico, sostuvo que los gobiernos eran los consejos de administración de los intereses de la burguesía en su conjunto. Quizás cuando fue escrita esa frase respondía o reflejaba buena parte de la realidad, pero con el paso del tiempo y la evolución de las luchas sociales y políticas acabaron perdiendo la virtualidad. Sólo tenemos que pensar que a mediados del XIX no existía el sufragio universal —las mujeres tenían vetado el derecho al voto y para los hombres todavía funcionaba el voto censitario, esto es el de los pudientes—. Los partidos obreros no habían nacido y las formaciones conservadoras y/o liberales únicamente representaban a las clases propietarias, por lo que aquel dicho o reflexión pudo tener sentido. Luego, con la extensión del sufragio a partir de la II Guerra Mundial, y la aparición de los partidos de izquierda a finales del siglo XX, la situación empezó a cambiar, y, con el tiempo, estos partidos alcanzaron los gobiernos y ya no se podía sostener que representasen los intereses de la burguesía.




Dos. A partir de entonces, los partidos políticos, aunque encarnan diferentes intereses económicos en función de las clases y sectores en que está dividida la sociedad, no eran una simple nomenclatura mimética de esas clases o sectores, pues las personas no piensan y actúan sólo por apetencias económicas. Por el contrario, les motiva una mayor variedad de causas e impulsos: creencias religiosas y actitudes morales; concepciones ideológicas; sentimientos identitarios; estructuras culturales o costumbres ancestrales. De ahí que, como señala nuestra Constitución en su artículo 6, “los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política”. Tan fundamental que sin ellos no existe democracia ni nada que se le parezca. Por eso vengo insistiendo desde hace muchos años en que el ataque sistemático, venga o no a cuento, a los partidos, a los políticos, a la política no son más que acometidas contra la democracia. Desde luego, supone una actitud bien diferente la crítica concreta y razonada sobre decisiones políticas o comportamientos individuales a la genérica descalificación de partidos o políticos como si fuesen una “clase” o “casta” con intereses propios, versión que se ha ido extendiendo como la lepra con gran daño a la democracia.




Tres. Ahora bien, una vez superada la representación estamental, propia del Antiguo Régimen, de base material agraria, y constituidas las naciones a partir de la Revolución Francesa, los partidos políticos se fueron erigiendo en la representación esencial de las democracias como cuerpo intermedio entre la ciudadanía. y el poder político. Al tiempo, se fueron creando nuevas instituciones, como las que conforman los diferentes poderes del Estado, los propios medios de comunicación y, al calor de la revolución industrial, las organizaciones sindicales y patronales. Todas ellas con la finalidad, entre otras, de evitar la excesiva concentración del poder en sus diferentes formas y de ir logrando un sano equilibrio en el funcionamiento del sistema. Un proceso que ha venido desarrollándose en las democracias, más o menos avanzadas, que hemos conocido hasta el presente. Unas democracias, por cierto, cuyo material base o físico, mueble o inmueble, han sido en esencia los objetos, las manufacturas propias de esa revolución industrial con su correspondiente “propiedad de los medios de producción”, adecuada al capitalismo. Sin embargo, lo anterior está comenzando a cambiar de forma acelerada como consecuencia de los efectos de la revolución digital si, por ejemplo, somos conscientes de que dicha mutación —inteligencia artificial y otras— todavía está en su más tierna infancia. Y, sin embargo, ya está teniendo consecuencias notables en el funcionamiento de nuestra vida política, ya que su materia prima no son los objetos, sino nosotros mismos y la rapiña de nuestros datos.





Cuatro. Uno de estos efectos, que golpea en el corazón de la democracia, consiste en que fuerzas muy poderosas entienden, en virtud del control que tienen de esas tecnologías, que sus instituciones —partidos, sindicatos, elementos del propio Estado o medios de comunicación— son un estorbo, lo que vengo calificando de jibarización de la democracia. Un ejemplo de lo que expongo está sucediendo en EE UU, a partir del triunfo de Trump/Musk. Una primera manifestación ha consistido en el hecho de que, por vez primera de una manera tan obscena, grandes propietarios o gestores de inmensos monopolios, digitales o no, han accedido directamente al poder político y desde él han expresado, nítidamente, sus intereses particulares. Si uno observa los nombramientos de Trump podrá certificar que no pocos de ellos han recaído en millonarios que pertenecen a los mismos sectores económicos de los que se tienen que hacer cargo políticamente, empezando por Musk. En efecto, las líneas maestras que se desprenden de las intenciones de estos poderosos millonarios se podrían resumir en los siguientes epígrafes: de entrada, estamos ante una Administración de Trump/Musk y no del Partido Republicano, que ha quedado abducido por el magnate y sus amiguetes y familiares, sin necesidad de partidos ni de Consejos de Ministros, pues ellos son la fusión, ósmosis o acoplamiento de la economía y la política. Una deriva harto peligrosa cuyo antecedente europeo, a mucho menor escala, fue la Italia de Berlusconi y ya vemos cómo ha terminado. Luego, en la misma línea, ese eslogan que lanzó Musk, o míster X, el día que ganaron las elecciones, dirigiéndose al público: “Ahora vosotros sois los medios de comunicación”; es decir, yo soy la opinión, pues sobran todos los medios tradicionales —periódicos, radios o televisiones—, porque las redes sociales y algoritmos que yo y mis compinches controlamos somos el pueblo y nos sobra todo lo demás. Si cunde el ejemplo, vamos a pasar de la propiedad privada de los medios de producción a la propiedad privada de las conciencias y opiniones, a través de X, Google o TikTok. De ahí que también se pretende reducir el Estado a su mínima expresión, trabajo a la que se dedicarán en el futuro Musk y otro millonario cuando declaran que sobran millones de funcionarios y todas las agencias estatales que se dedican a las pocas labores sociales que hay en EE UU. Si estuviesen en Europa se pondrían las botas. En el fondo, un alarde de anarco-liberalismo-nihilismo, que permite de paso una bajada radical de impuestos que acabe con lo que queda de Estado de bienestar, artefacto que, a juicio de sus más eximios teóricos como Milei y compañía, es un robo. Para terminar la faena una pasada por el negacionismo medioambiental, pues no hay que preocuparse si nuestro planeta se va al carajo, ya que según la tesis creacionista de Mayor Oreja y otros algún Creador benefactor nos lo repondrá o incluso nos proporcionará uno nuevo. La conclusión final de todo ello no es otra que, si estas teorías y políticas triunfasen, supondría la evaporación de la democracia social que conocemos y, desde luego, no convendría tentar la suerte y creerse esos estrambotes del creacionismo, no vaya a ser que sean un camello y sólo se salven los que puedan irse a Marte con Musk y sus conmilitones.



Nicolás Sartorius es abogado y escritor. Su último libro es La democracia expansiva (Anagrama).
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Sostener la cultura nómada para preservar la biodiversidad del Sáhara de la mano de los dromedarios




Los músicos de la región cruzan fronteras estilísticas y geográficas en un oasis al sur de Marruecos para honrar el modo de vida de la gente del desierto, en el Año Internacional de los Camélidos, según la ONU







ANALÍA IGLESIAS
M’hamid El Ghizlane (Marruecos)
26 DIC 2024 - 05:30 CET


Apenas dos veces por año se humedece el cauce del río Draa, en el sur de Marruecos, que serpentea desde las altas cumbres de la cordillera del Atlas hasta el océano Atlántico. Sin embargo, allí donde empieza el desierto, su inestable caudal alimenta las raíces de los árboles a su vera, nutre las capas freáticas del suelo de los palmerales que cimentan los oasis y rellena algunos pequeños embalses de riego. Pero, además, también tiene que colmar la sed de los establecimientos turísticos que hacen soñar a los viajeros del Sáhara, incluso en tiempos de sequía.




El Draa nombra el sistema fluvial más largo de Marruecos, con 1.100 kilómetros de longitud, y también designa el territorio de un patrimonio cultural ineludible, en el que confluyen los hábitos de los caravaneros nómadas y las costumbres de los pueblos árabes y amazighs que han construido sus casas junto a las puertas del norte del Sáhara. Allí, en los últimos terrenos antes de que las dunas se vuelvan olas de un mar de arena interminable, en la localidad de M’hamid El Ghizlane, se reúnen cada año músicos y camelleros con vecinos, mercaderes de zocos itinerantes y turistas para celebrar las culturas del desierto, y aprender a cuidarlo como espacio singular de biodiversidad




Sostener esos modos de vida nómada constituye, precisamente, el objetivo de la asociación local Joudour Sahara que, del 29 de noviembre al 1 de diciembre de este año, organizó la tercera edición del Festival Zamane, con apoyo estatal y socios internacionales. El festival son tres tardes de música que rescata los sonidos antiguos de la región, aunque también hay momentos del día dedicados a conocer los ecosistemas de un oasis, las amenazas a las que se enfrentan —entre ellas, los efectos del calentamiento global—, así como la encrucijada actual para sus poblaciones, mermadas por el éxodo de los jóvenes y los embates de todo tipo a los que se ha sometido a los espacios naturales en el último siglo.




En este imponente paisaje sahariano que ha atravesado todos los tiempos, emerge la figura del dromedario, protagonista de las antiguas caravanas como medio de transporte insustituible, actual atracción turística y eterno proveedor de cuero, leche y carne. Y Zamane rindió homenaje a esos animales de compañía, que han sido destacados por Naciones Unidas por su función “para generar resiliencia ante el cambio climático”, con la designación de 2024 como el Año Internacional de los Camélidos.




Sobre la arena más fina y dispersa que nunca (por la sequedad ambiente que la vuelve polvillo), donde las oraciones y las estaciones se establecen según la posición del sol, solo el fiel camello sigue encontrando caminos transitables. Esta capacidad de memorizar lugares exactos —aunque las dunas se muevan— y su resistencia a las variaciones térmicas son habilidades que rescatan algunos de los propietarios de las tropillas de camélidos reunidos en una jaima, en torno a una mesa con dátiles, durante una mañana de domingo en el oasis de M’hamid El Ghizlane. Hablan de su inteligencia y su valía, todavía hoy, cuando prácticamente han sido reemplazados en su función de transporte por los vehículos todoterreno. En efecto, hace solo un par de meses, cuando las inundaciones se volvieron catastróficas en la zona, solo se podía acceder a algunos sitios a lomos de un dromedario, porque en esas circunstancias, fallaba inclusive la última tecnología en tracción, según señalan.




La visión amplia del que monta un dromedario





Los hombres azules del Sáhara —por sus vestimentas y turbantes celestes— no se acomplejan al compararse con un dromedario en su concepción del espacio, abierto y sin fronteras, ni en su andar sin ataduras. La poesía oral que llega en árabe hassaní (la variante dialectal del sur marroquí) dice:





El olor de mi bienamada no lo olvidaré jamás, ni a lo largo del tiempo ni en ningún lugar


el olor de la bienamada no lo percibirá nadie más que quien monta sobre el dromedario.






Sin embargo, con el extractivismo, la agricultura intensiva y la sedentarización, ese espacio abierto y libre en el que las manadas de camélidos encontraban sus pasturas sin brújula se viene reduciendo inexorablemente. De ahí que los pobladores de toda la vida que han elegido quedarse en el lugar, como Halim Sbai, director de la asociación Joudour, ponen al Sáhara en pie de igualdad con la Amazonía, para decir que estos sitios naturales pertenecen a todo el mundo, y que deberían convertirse en espacios protegidos como los parques nacionales, en los que haya un turismo cultural y ecológico, restricciones vehiculares y se tracen pistas de velocidad limitada para el tránsito de quads y camionetas.



Históricamente, el oasis se ha integrado al desierto, con casas hechas de barro y ramas secas, una arquitectura que interactúa amablemente con el paisaje, o la “belleza innata que nos rodea”, según la descripción del adobe del arquitecto egipcio Hassan Fathy.



No obstante, “cuando construirse una casa de cemento fuera del oasis empezó a significar el progreso, este hábitat empezó a languidecer”, señala Sbai, quien nació y se crio en M’hamid, aunque tuvo que salir para hacer la secundaria y estudiar en la universidad, en Marrakech.



Al volver a su pueblo, relata, el turismo florecía y había empezado a entrar mucho dinero, “con todos los efectos colaterales negativos que esto conlleva, entre ellos, la polución o el que los jóvenes se descarríen”. Sbai confiesa que su reflexión acerca de la necesidad de “hacer cosas por el patrimonio cultural (lo inmaterial) y lo natural de este entorno” fue el germen de este festival. Porque a través de un evento festivo es posible visibilizar la problemática específica de estos espacios de frontera entre el oasis y el desierto. Al mismo tiempo, desde su asociación se impulsaron acuerdos con la fundación Playing for Change, para la creación de una escuela de música que ya está en marcha, y con otras ONG europeas para la construcción de huertos ecológicos y espacios comunitarios. Y con distintas administraciones marroquíes se comenzó el trabajo para revitalizar el ksar (ciudad fortificada) de Bounou, y dotarlo de las infraestructuras necesarias para fijar la población local.



“Los músicos son embajadores de lo que aquí sucede”, apunta el director del festival, mientras organiza la actuación de las cofradías de la región, que se forman en torno a los miembros más veteranos, blandiendo sus krakabs (castañuelas metálicas) que acompañan los coros de alabanzas, o las espadas para la teatralización de sus bailes. También hay invitados de Níger, como el músico Bombino, y del norte de Malí, entre otros.



Con el horizonte ondulado como escenario, las mujeres, ataviadas de manera diferente para cada ceremonia, cantan o bailan al ritmo de las palmas y los tambores; con sus característicos gritos ululan al viento o claman su sensualidad frente a los hombres casaderos, en danzas como la guedra. Cabe recordar que, en las sociedades saharianas, muy próximas a la cultura tuareg, la mujer tiene un estatus y una libertad particulares, además de su cuota de poder como ama de la jaima.




El desierto se desmembra en un campo de refugiados





“Yo quería ser artista; por las redes me enteré de que existía una app que simulaba las cuerdas de una guitarra y, usando la pantalla como mástil, comencé a aprender, solo”, explica Ali Ag Mohamed, de 18 años, líder del grupo Assouf N’dawna, que vive en el campo de refugiados de M’bara, en Mauritania, y que por primera vez ha viajado al exterior para tocar en un concierto propio, dentro del Festival Zamane. En ese asentamiento del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) se han establecido decenas de miles de malienses de diferentes etnias (tuaregs, bambara o peul, entre otras), que son las principales víctimas de décadas de conflictos entre facciones políticas que luchan por el poder y delincuentes con diversos negociados clandestinos en el Sahel.



En ese contexto, no cuesta imaginar a Ag Mohamed practicando la guitarra imaginaria, durante los largos dos años en que añoró tener una de verdad. Un día la guitarra llegó y, pronto, también el director de este festival magrebí, que quiso invitar a este joven y sus colegas a dar su testimonio, cantando sobre un escenario.



El siguiente capítulo es la travesía de Sbai, quien tuvo que viajar personalmente para que estos cuatro jóvenes de entre 18 y 32 años pudieran ir a Bamako y obtener sus papeles para cruzar varias fronteras que solo lo son a efectos burocráticos, porque en el Sáhara, todas las culturas se parecen como hermanas. Así llegaron al oasis de M’hamid El Ghizlane y pueden narrar su experiencia de autodidactas que, a pesar de vivir en las condiciones de un campo y casi haber “perdido la noción del tiempo”, se sienten “conectados con el mundo”, aunque no dejen de reclamar: “queremos volver a casa”, según expresa Ahmadou Ag Mohamed Aly, el mánager y hermano mayor de Ag Mohamed.



Ellos le llaman Azawad a la región saheliana que consideran su hogar. Hablan tamasheq y celebran la música tuareg, la que han popularizado sus ídolos de Kidal, los Tinariwen. El nombre del grupo evoca la nostalgia del lugar en el que nacieron, Gargando, en el que había un lago que no llegaron a conocer. Tocan, sobre todo, versiones de Tinariwen, ya que, según confiesa el representante: “Entre nosotros no hay derechos de autor, por eso queremos grabar nuestras canciones antes de hacerlas en vivo”. Por eso, sostiene Ahmadou, han demandado a las autoridades de Naciones Unidas poder contar con un estudio de grabación y una escuela de música en el campo.



Al otro guitarrista, Mohamed Aly Ag Mohamed (20 años), le preguntamos por sus referentes en la escena mundial, y tras un largo silencio, enumera: Dadju, Michael Jackson, Souf, Oussama, Goulame.



¿Sobre qué cantan? “La nostalgia, el placer, el sufrimiento”, desgrana el mayor de los intérpretes, Aboubacrine Ag Amano (hijo del conocido griot Amadou Ag Issa, del grupo Tartit), que en voz baja avisa: “Necesitamos cualquier tipo de ayuda para hacer música. Empezamos con nada. Gracias a Dios ya tenemos guitarras, pero necesitamos muchas otras cosas”.



“La raíz de los problemas de la región es el desconocimiento del otro”, interpreta Sbai, el anfitrión de este oasis. Para “arreglar estos conflictos hay que entender la cultura de estas personas nómadas, que son hombres libres, como los dromedarios, que no pueden estar en espacios cerrados porque se sienten prisioneros”, zanja.
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Radiografía del lucrativo negocio de los cayucos en Mauritania: “Todo explotó hace algo más de un año”





Jóvenes africanos y asiáticos recalan en Nuakchot en su camino hacia Canarias y pagan un alto precio en un entramado de corrupción del que otros se benefician. El desplome de la pesca por la presencia de grandes barcos chinos y turcos ha precipitado la búsqueda de otras fuentes de ingresos






JOSÉ NARANJO
Nuakchot (Mauritania) - 26 DIC 2024 - 05:30 CET




Cheikh, un joven maliense, sortea con su tuk-tuk los socavones de las calles de arena de Nuakchot a la caza de algún cliente. En la sombra de una esquina, un grupo de paquistaníes ataviados con pantalones anchos y el kameez, la tradicional camisa hasta las rodillas, parlotea en voz baja al abrigo de oídos indiscretos. Es temprano, pero la congolesa Amelie (nombre ficticio), con su pequeña de seis meses acurrucada en la espalda, se asoma a la puerta de su casa dispuesta a salir en busca de cualquier cosa que le permita ganar lo suficiente para vivir un día más. Mauritania se ha convertido en 2024 en el principal país de salida de cayucos hacia Canarias y Nuakchot en una Babel de hombres y mujeres que esperan su oportunidad. Es un negocio que transcurre en la oscuridad de casas abarrotadas y playas solitarias y del que muchos sacan un inmenso beneficio.




“Todo explotó hace algo más de un año”. En el salón de su casa del lujoso barrio de Sukuq, el armador de barcos M.A. conoce bien los entresijos del sector. “Muchos pescadores empezaron a acumular deudas y comprendieron que cada vez era menos rentable salir a faenar por la presencia de los grandes barcos chinos y turcos que se llevan todas las capturas. Miles de malienses habían llegado a Mauritania y trabajaban en tierra, descargando pescado en la zona del puerto y en otras actividades. Ellos querían ir a Canarias y no fue difícil que los pescadores entendieran que había una oportunidad de ganar dinero. Surgió incluso gente que los traía desde Malí y los alojaba en casas a la espera del momento de zarpar”, asegura.




Las personas que se encargan del negocio son conocidas en Mauritania como los samsara. Los precios por una plaza en un cayuco superan los 1.000 euros y alcanzan incluso los 3.000, hasta tres y cuatro veces más de lo que se paga en Senegal. “Una parte del dinero se destina a sobornos para que miembros de las fuerzas de seguridad miren para otro lado”, dice M.A. sin tapujos, “son ellos quienes les abren el mar”. Nuadibú ha sido desde 2006 uno de los principales puntos de salida, dada su proximidad a Canarias, pero una mayor vigilancia allí ha subido mucho los precios y hoy las playas solitarias próximas a Nuakchot o la zona de Tanit, al norte de la capital, menos vigiladas, han tomado el relevo.




Amelie salió de su Congo natal con 19 años. Su madre fue violada y descuartizada por unos milicianos delante de ella y emprendió una huida que le llevó hasta Malí, Argelia y Marruecos, donde cayó en manos de una red de prostitución. “Son gente muy violenta, no atienden a razones. A mí también me violaron muchas veces y quedé embarazada. Cuando nació mi hija lo tuve claro. No quería que ella pasara por todo esto y me escapé a Mauritania”, comenta con voz baja. Hace unas semanas le llegó un mensaje de un miembro de la red. Saben que está aquí con su hija y le han dicho que la matarán. Desde entonces vive aterrada.




Ha sido acogida por una familia congolesa, pero a sus miembros ya no les queda dinero para pagar el alquiler. Así que les toca mudarse. “Si al menos tuviera una oportunidad de irme a un lugar seguro, donde podamos vivir en paz mi hija y yo”, comenta. Mientras tanto, sin papeles que acrediten su origen o su nacionalidad, busca la manera de salir adelante como empleada doméstica o haciendo recados en el barrio a familias un poco más pudientes. “Duermo mal por las noches, ni siquiera he podido dar el pecho a mi bebé. Sueño con poder descansar algún día”, revela, “y si tengo la posibilidad de irme en un cayuco lo haría sin pensarlo”.




En el presente año 2024 y hasta el pasado 15 de diciembre habían llegado a Canarias 43.737 personas por vía marítima irregular, según el informe quincenal publicado por el Ministerio del Interior español, lo que supone un aumento del 18,6% respecto al mismo periodo de 2023. Se trata del año de mayor llegada de migrantes desde que en 1994 tocara tierra la primera patera en las Islas. Frente al descenso en la salida de embarcaciones desde Senegal, que obedece según los expertos al cambio político vivido en este país tras tres años de intensa inestabilidad, Mauritania se ha consolidado como el principal punto de salida de cayucos. Todo ello pese al despliegue de Guardia Civil y Policía Nacional, que incluye a medio centenar de agentes, dos patrulleras, un helicóptero y, ocasionalmente, un avión de patrulla marítima. La Agencia Europea de Fronteras (Frontex) negocia un acuerdo de trabajo con las autoridades mauritanas, pero no cuenta con ningún medio ni personal en este país africano.



“Los samsara saben perfectamente cuándo y dónde están esas patrullas”, insiste M.A. El engaño está presente en todo el proceso, como una especie de juego del gato y el ratón. “Hay personas que compran la gasolina para estos viajes, pero no en la zona del puerto, sino en el centro de la ciudad, con el objetivo de ser más discretos. Luego la llevan hasta los cayucos en pequeñas embarcaciones llamadas yalas y la cobran mucho más cara. Suelen llevar dos motores de 40 caballos, uno nuevo y otro usado. Hay un tráfico ilegal de motores también. Los cayucos que se interceptan es porque no pagan sobornos o porque los propios samsara avisan a la Policía para volver a cobrar a los migrantes en otro intento”, explica. “He visto a gente que hace un año me pedía dinero para el taxi que hoy se compran casas en los barrios más chic de Nuakchot”, añade.




Mauritania ronda los cinco millones de habitantes. Según Mohamed Lamine Kattari, director del Observatorio Atlas-Sahel de migraciones, entre ellos conviven algo más de un millón de extranjeros. “Hay unos 400.000 malienses, cifra que ha aumentado por el conflicto en su país. Además del campo de refugiados de Mberra, se concentran sobre todo en Nuadibú y Nuakchot, que es de donde salen los cayucos hacia Canarias. Muchos se quedan porque han mejorado sus condiciones de vida, pero la mayoría son jóvenes y tienen la idea de continuar hacia Europa. También hay personas de otros países africanos lejanos que aprovechan la paz y la buena marcha de la economía para prosperar aquí, recaudar dinero y proseguir su viaje. Y luego están los asiáticos, de Pakistán o Bangladés, que llegan en avión y cuya presencia es cada vez más notable, algo que no era tan habitual hace apenas tres años”, comenta.




A su juicio, las autoridades mauritanas hacen esfuerzos en el control migratorio y, cuando se detecta un caso de corrupción, se detiene a los responsables. “La colaboración entre las fuerzas de seguridad españolas y mauritanas es positiva, pero debería intensificarse”, asegura. El presidente español, Pedro Sánchez, visitó este país en dos ocasiones durante 2024. En febrero, anunció junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, una inversión de más de 500 millones, una parte de la cual iría destinada a control migratorio. En agosto, defendió la emigración legal frente a la irregular, así como la gestión compartida del fenómeno.
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Carlos Mazón sobre el almuerzo en el Ventorro el día de la dana: “No dije antes que fue una comida del PP porque nadie preguntó”


El presidente de la Generalitat gana tiempo para no presentar la factura mientras el Gobierno pone en duda sus versiones





MARÍA FABRA JOSÉ MARCOS
Valencia / Madrid -27 DE DICIEMBRE DE 2024 - 15:33 CET



El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha pretendido este viernes rebobinar 50 días para empezar a dar respuestas sobre su comida en el restaurante El Ventorro el día de la dana, que acabó con la vida de 223 personas en Valencia. Sin embargo, las contestaciones difieren del relato ofrecido y no enmendado hasta ahora sobre a quién representaba cuando se sentó a comer. En una respuesta parlamentaria, la Generalitat ha provocado que Mazón se sentara en la mesa como presidente del PP y no de la Generalitat. “No hay ninguna versión, siempre fue una comida del PP ”, ha dicho este viernes el propio Mazón, quien no ha considerado dimitir



Carlos Mazón comió con la periodista Maribel Vilaplana para ofrecerle la dirección de la televisión pública valenciana . Lo hizo, según ha dicho, como presidente de los populares valencianos aunque nunca antes lo había verbalizado “porque nadie preguntó”, ha afirmado después de mencionar hasta 17 veces la palabra transparencia . “Nunca se ha dicho que no fue una comida del Partido Popular”, ha dicho en más de una ocasión. Mazón no habló de la comida hasta 10 días después de la tragedia. Fue desde Presidencia de la Generalitat desde donde se confirmó que había almorzado con la periodista y que había sido en el Ventorro. Fue en las Cortes donde el propio Mazón dijo que había sido un “almuerzo de trabajo”, la misma versión que dio a la patronal ya los sindicatos para abandonar, poco antes de las dos y media, la reunión a la que asistía. También fue “una comida de trabajo” a la que aludió la vicepresidenta del Gobierno Valenciano, Susana Camarero, cuando fue preguntada. En ningún momento Camarero dijo que no le correspondiera a ella contestar a la cuestión desde un puesto institucional y dado que se trataba, según la última versión, de un encuentro de partido.



Lo único que gana Mazón con esta versión es tiempo para presentar la factura, que es lo que los socialistas valencianos reclamaron en las Cortes. “Lo normal es que esa factura siga su curso con absoluta normalidad y transparencia ante el Tribunal de Cuentas, es razonable que se haga así, como se hace anualmente con los gastos del partido”, ha subrayado Mazón que se ha escabullido de respuesta, tras la décima vez de hablar de transparencia, a por qué no la presenta voluntariamente. Lo único que ha añadido es que “si se considera necesario”, la presentarán en la comisión de investigación que se celebrará en las Cortes. Aun así, ha mascullado que “no hay nada que ocultar, porque ya se ha confirmado, porque ya está todo y todo sigue su curso, y la transparencia está marcada en la normativa y no hay absolutamente ningún problema”.



En la explicación de que se sentó a la mesa como presidente del PP ―aunque “no dejo de ser el presidente de la Generalitat”, tal como ha dicho al ser recriminado que abandonara este cargo durante unas horas en un día complicado― Mazón ha argumentado que son los partidos los que proponen a los candidatos y al ser preguntado por con qué otras personas ha almorzado para tratar la misma cuestión ya ha dicho que a veces ha sido él y “otras veces compañeros de partido” los que se han puesto en contacto con los candidatos a ocupar un puesto en la televisión pública valenciana.



Carlos Mazón apenas había hablado hasta ahora del almuerzo que le tomó varias horas y tras el que acudió al órgano de coordinación de emergencias, Cecopi, a las siete y media de la tarde, cuando ya había decenas de pueblos inundados y decenas de personas desaparecidas. Fue ese órgano desde el que la Generalitat decidió mandar la alerta masiva a los móviles, a las 20.12 horas, cuando la alcaldesa de Paiporta ya había advertido de que se estaba ahogando gente.



Críticas del Gobierno central




La nueva versión ha provocado la crítica del Gobierno por la falta de transparencia de Mazón. Tres pesos pesados del Ejecutivo, Félix Bolaños, Pilar Alegría y Óscar Puente, han incidido en las sucesivas versiones ofrecidas por el barón del PP y en el respaldo que le sigue dando Alberto Núñez Feijóo. “A mí no me importa dónde estaba Mazón en las horas clave de la dana, me da igual cuál de las versiones diferentes que ha dado es la cierta. A mí lo que me importa es dónde no estaba, que en las horas clave de la dana estaba en paradero desconocido es lo realmente grave”, ha cargado Bolaños. “Me ha parecido que Feijóo ponía hoy a Mazón como ejemplo de buena gestión en dos ocasiones… Si Mazón es el ejemplo de buena gestión del Partido Popular, pues ahí lo llevan”, ha apostillado el ministro de Presidencia, que ha destacado el despliegue por parte del Gobierno de más de 10.000 “servidores públicos” en la Comunidad Valenciana y la aprobación de un paquete de más de 16.000 millones de euros para la reconstrucción de la provincia y ayuda a los damnificados, que dos meses después de la tragedia se quejan de su lentitud.




Puente ha cuestionado directamente, sin andarse con rodeos, la validez de las explicaciones de Mazón. “ No me creo su versión, ¿por qué no dice dónde estuvo? No doy por buena la versión”, ha afirmado el ministro de Transportes en Onda Cero. Para Puente, la última versión del presidente autonómico del PP “induce a seguir alimentando las dudas sobre si es cierta su versión o no”. “Yo tengo serias dudas de que esa versión sea cierta, como la gran mayoría de las personas de este país”, ha sentenciado.



“ La falta de explicaciones, la sarta de mentiras , es la constante desde el 29 de octubre. Siempre el PP tiene problemas a la hora de enseñar las facturas”, ha sido la andanada de Alegría. “Si vamos al relato de los hechos, ¿cuántos días se tardó en explicar dónde estaba Mazón? Se explicó con quién comía, que luego no eran con los que comía; luego con un periodista para ofrecerle la televisión pública. ¿Eso lo hace el presidente del PP o de la comunidad autónoma? Se han dado tantas versiones, se ha convivido con la falsedad de una manera tan natural…. La verdad todavía no se ha explicado”, ha remachado la portavoz del Gobierno y ministra de Educación, FP y Deportes.








Mazón presentará la factura de la comida en El Ventorro ante el Tribunal de Cuentas y pasa al ataque: "No sé si Sánchez podrá acreditar sus tickets"

El presidente valenciano niega haber cambiado de versión y reivindica que ha sido "suficientemente transparente"





Noa de la Torre
Valencia
Actualizado Viernes, 27 diciembre 2024 - 14:10




En un intento de recuperar la iniciativa (y la normalidad) política, el presidente valenciano ha acudido este viernes a Castellón con motivo de la firma de un protocolo para la cesión al Ayuntamiento del edificio Borrull. Sin embargo, a dos días de que se celebre la manifestación que pedirá por tercera vez su dimisión, Carlos Mazón no logra pasar página a la controvertida comida que le mantuvo ausente durante horas el día de la dana. Tras negar un cambio en su versión de los hechos, el presidente de la Generalitat ha asegurado que el PP presentará la factura ante el Tribunal de Cuentas y ha pasado al ataque.



"No sé si Teresa Ribera o si Pedro Sánchez podrán acreditar sus tickets de comida de Bruselas o la India", ha dicho, en referencia a los lugares en los que se encontraban la ex ministra para la Transición Ecológica y el presidente del Gobierno el 29 de octubre. Mazón ha extendido incluso la petición de las facturas a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, y al presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo.



"No veo la noticia por ningún lado", ha insistido sin embargo cuando los periodistas le han preguntado este viernes por la famosa factura que, según alega ahora la Generalitat, la abonó el PP porque a aquella comida acudió Mazón en calidad de líder del partido en la Comunidad Valenciana.



"No hay nada que ocultar", ha defendido Mazón, que ha negado que haya cambiado su versión a pesar de que en un primer momento desde la Generalitat se informó de que la comida formaba parte de una ronda de reuniones que estaba manteniendo el presidente de la Generalitat para sondear sobre posibles incorporaciones a À Punt. En la comida, de hecho, planteó a la periodista Maribel Vilaplana asumir la dirección de la radiotelevisión pública valenciana, algo que ella confirmó pero que rechazó.



Según Mazón, "nunca se negó el almuerzo, bajo ningún concepto"." Siempre fue una comida del Partido Popular y nunca se ha dicho lo contrario. Yo no dejo de ser el presidente de la Generalitat nunca, pero también soy el presidente del Partido Popular", ha remarcado.



En este sentido, Mazón ha defendido que no hay necesidad ahora de hacer pública la factura de una comida que, en todo caso, acabará en el Tribunal de Cuentas a través del partido: "Lo normal y habitual es que siga su curso con absoluta transparencia ante el Tribunal de Cuentas, que es donde se deposita la contabilidad del partido". Es decir, la factura se presentará "cuando corresponda según la normativa vigente".



Es más, el jefe del Consell ha reivindicado que ha sido "suficientemente transparente en todo momento", aunque el Palau de la Generalitat mantuvo el secretismo sobre la comida durante días. "Espero que el resto de responsables políticos en la dana también sean transparentes y tengan la tranquilidad de traernos sus tickets", ha sentenciado.



Lo cierto es que el presidente de la Generalitat ha vuelto a encontrar el apoyo del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que ha quitado hierro al asunto al ser preguntado al respecto este viernes: "Yo no me voy a dedicar a ver los tickets de la comida de ningún dirigente político, ni de mi partido ni de otro. No creo que ese sea mi trabajo", ha zanjado Feijóo.



Desde el PSOE, que fue el que pidió la factura a través de una pregunta del grupo parlamentario en las Cortes Valencianas, se ha tildado a Mazón directamente de "mentiroso". Eso sí, el ministro de Transportes ha ido un paso más allá.



En una entrevista en Onda Cero, Óscar Puente ha dejado caer que "existe una duda más que razonable" de que Mazón estuviera comiendo el día de la dana en el restaurante El Ventorro. "No me creo su versión y no me la creo porque ha dado muchas", ha sentenciado.






Cronología de las versiones sin facturas de Mazón sobre su comida y sus llamadas en la dana


El presidente valenciano ha empezado a referirse personalmente a su polémica ausencia del centro de Emergencias en las horas cruciales de las inundaciones 50 días después




FERRAN BONO
Valencia -28 DE DICIEMBRE DE 2024 - 05:40 CET



Si no lo dijo antes es “porque nadie preguntó” . Nadie preguntó si había mantenido una larga comida con un periodista el fatídico 29 de octubre como presidente del PP valenciano y no como jefe del gobierno de la Generalitat, contestó este viernesCarlos Mazón. Tampoco nadie de su equipo ni él mismo se habían referido jamás a esa condición dual en alusión al polémico ágape hasta que la Generalitat justificó el jueves que no tiene y, por tanto, no entrega la factura del céntrico restaurante El Ventorro de Valencia al grupo parlamentario. socialista, que la había solicitado. Es cosa del partido.



Y eso que, tras el impacto inicial de la brutal catástrofe, no se ha dejado de preguntar a Mazón, a la vicepresidenta primera y portavoz, Susana Camarero, y a otros representantes autonómicos por qué el máximo responsable de la Generalitat fue el último en llegar ( o conectarse) al centro de Emergencias desde donde se gestionaba la respuesta a la dana que segó la vida de 223 personas. Una pregunta de cajón, lógica, formulada de múltiples maneras y por informadores de medios de comunicación diferentes, cuya respuesta aumentaba de interés conforme la Generalitat mantenía silencio, luego daba evasivas y finalmente ofrecía versiones incompletas, diferentes o con algunas variantes.



El propio Mazón ya se quejó el 3 de diciembre de que empezaba a resultar “un poco cansino” tener que dar más explicaciones sobre sus pasos desde poco antes de las 15.00 hasta las 19.30 de aquel 29 de octubre. Entonces, no hizo entonces ninguna mención a su condición presidente del PP, ni tampoco explicó que había hablado aquella tarde con el presidente de la diputación de Valencia, Vicente Mompó, del PP, a través de la aplicación de WhatsApp.



Esto último lo desveló el 18 de diciembre horas después de que Mompó tuviera que admitir que en sus facturas de su móvil no aparecían reflejadas las llamadas a Mazón, tras comprometerse en el pleno de la institución a enseñarlas. El responsable provincial insistió, sin embargo, en que sí habló con él, pero a través del móvil de la consejera de Interior, Salomé Pradas, defenestrada al poco tiempo. Ambas estaban en el centro de Emergencias, nerviosas por la situación de alarma.



El presidente de la Generalitat salió a confirmar que había contactado varias veces con el móvil de Mompó, si bien las llamadas no habían quedado registradas en la factura porque fue por WhatsApp. Fuentes de la Diputación añadieron que Mazón le había pedido a Mompó el teléfono de Ricardo Gabaldón, alcalde de Utiel, del PP, que ya había salido en varios medios. Eran las 17.48. La población ya se había inundado . Ya había desaparecido. En esa llamada, Mompó le instó en “tomar medidas” con urgencia, según contó el propio presidente de la Diputación a los medios el 22 de noviembre. La alerta a los móviles de la ciudadanía se envió sobre las 20.11.



Mazón ha insistido en todo este tiempo en que siempre estuvo comunicado con su equipo y con diversos alcaldes y que no era necesaria ni obligatoria su presencia en el Cecopi (Centro de Coordinación Operativo Integrado), reunido en el edificio de Emergencias de l'Eliana, en el día que se produjo la mayor tragedia natural del siglo en la Comunidad Valenciana. Pero ha evitado abundar personalmente en dar explicaciones sobre su ausencia. En su comparecencia en las Cortes Valencianas del 15 de noviembre hizo un salto temporal de varias horas en su relación y tan solo aludió a un “almuerzo de trabajo” y al tráfico denso y la lluvia de aquella tarde que demoró su llegada a la población situada a unos 20 kilómetros de Valencia.



Hasta este viernes, Mazón nunca ha hablado demasiado del supuesto contenido de la reunión con Maribel Vilaplana, la periodista con la que comió para ofrecerle la dirección de la televisión valenciana, según la versión dada por fuentes oficiales de la Generalitat cuando EL PAÍS desveló el 8 de noviembre el encuentro en el restaurante. Este viernes, Mazón informó la novedad justificativa de que el ofrecimiento forma parte del paquete de propuestas y otros posibles candidatos que, “como todo el mundo sabe, las hacen los grupos políticos y los partidos políticos”.


Compartir una botella de vino




El propietario del establecimiento y la propia informadora confirmaron la comida de aquel día. En la versión dada por una fuente autorizada por Vilaplana se aseguraba que compartieron en el centro de la mesa unos platos y se bebieron una botella de vino, sin tomar copas durante en la sobremesa, unas consumiciones que se podrían recoger en la factura que el PP. valenciano entregará al Tribunal de Cuentas, según asegura ahora Mazón. ¿Cuándo? Cuando toque. La periodista manifestó que se separaron sobre las 17.45 y que después desconoce si continuó en el restaurante o se marchó al Palau de la Generalitat, como señalaron fuentes de la Generalitat.



Desde allí, el presidente se desplazó a l'Eliana, cuando la Confederación Hidrográfica del Júcar advirtió del riesgo de ruptura de la presa de Forata, según las mismas fuentes. Nunca se ha explicado con quién estaba Mazón cuando realizó la extraña llamada a las 18.28 el día de la dana al alcalde socialista de Cullera, Jordi Mayor, solo para ofrecerle su número y sin transmitirle ninguna alarma por la situación meteorológica, según el edil, a a pesar de que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) había decretado el aviso rojo por lluvias torrenciales todo el día.



“Fue un almuerzo de trabajo y ya está”, afirmó Mazón el 7 de noviembre, aunque no constaba ningún acto en su agenda oficial. Con anterioridad, su entorno en Presidencia había deslizado que se trataba de una reunión de “carácter privado”. Este viernes, Mazón también reivindicó su condición dual en su polémico almuerzo: “No dejo de ser presidente de la Generalitat y no dejo de ser el presidente del PP y por tanto no hay ningún cambio de versión”.





CITA
Audiencia Nacional

(Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 3ª) Sentencia de 11 abril 2013

JUR\2013\126122


SUBVENCIONES REVOCACION PARCIAL COSTES DIRECTOS E INDIRECTOS SEGUROS DE VIAJE GASTO ELEGIBLE



Jurisdicción: Contencioso-Administrativa
Recurso contencioso-administrativo 427/2012
Ponente: Excma. Sra. Isabel García García-Blanco

SENTENCIA





Madrid, a once de abril de dos mil trece.


Visto el recurso contencioso-administrativo que ante esta Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional y bajo el número 427/12 , se tramita a instancia de la UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID, representada por la Procuradora Dñª. Magdalena Cornejo Barranco, y asistida por el Letrado D. Miguel Ángel Davara Fernández de Marcos, contra Resolución del Director General de Investigación Científica y Técnica, por delegación del Secretario de Estado de Investigación, MINISTERIO DE ECONOMÍA Y COMPETITIVIDAD, de fecha 12-2-2012 por la que se acuerda el reintegro de 7.11,46 € mas los correspondientes intereses de demora (2.418,75 €) en relación a la ayuda CGL2005-23762-E y en el que la Administración demandada ha estado representada y defendida por el Sr. Abogado del Estado.



En el presente recurso se impugna la resolución del Director General de Investigación Científica y Técnica, por delegación del Secretario de Estado de Investigación, MINISTERIO DE ECONOMÍA Y COMPETITIVIDAD, de fecha 12-2-2012 por la que se acuerda el reintegro de 7.111,46 € mas los correspondientes intereses de demora (2.418,75 €) en relación a la ayuda CGL2005- 23762-E.

2
La revocación parcial y reintegro subsiguiente tiene su base en que los gastos efectivamente realizados habían sido inferiores al presupuesto financiable sobre la base de un defecto de justificación de costes de ejecución por importe de 7.111,46 €.

Conforme al folio 61 del expediente, el importe que se considerar no justificado corresponde a la factura 0012/06/GE (costes de seguros de viaje en relación a la "Expedición Científica a la Gran Caldera de Luba" - Guinea Ecuatorial).



Inicialmente la Administración objeto tal gasto porque su justificación "no identifica la persona del proyecto que realiza el gasto" ( folio 14 del expediente) y, una vez que la UPM contesta al requerimiento de subsanación que le fue dado manifestando que son los seguros de vida, rescate y responsabilidad civil que se contrataron con motivo de la expedición y que dichos gastos los realizó el Director del Proyecto/Investigador Principal Sr. Serafin (folio 18 del expediente), la Administración abandona la mera objeción formal a la justificación de tal gasto para pasar objetar materialmente al mismo contestado que "no considera gasto elegible" (folio 21 del expediente), lo que se concreta posteriormente sobre la base de que "los costes pertenecientes a seguros de vida van incluidos dentro de los costes indirectos por lo cual deben ser asumidos por la propia entidad" (folio 61 del expediente).

(............)







La UPM tiene la factura 0012/06/GE correspondiente a los costes de seguros de viaje en relación a la "Expedición Científica a la Gran Caldera de Luba" - Guinea Ecuatorial

Mazon no tiene la factura, o no la aporta, de la comida en El Ventorro el día de la dana

“El diablo está en los detalles”
El fantasma del Blog
Relato de un periodista en Gaza: “De día, cubría los horrores de la guerra. De noche, trabajaba en mi tesis a luz de las velas”





Mohamed Solaimane acabó de escribir su tesis en una tienda de campaña para desplazados de la Franja, sorteando obstáculos inimaginables. Este es su relato en primera persona de cómo su trabajo se convirtió en un símbolo de la resistencia sobre la adversidad




MOHAMED SOLAIMANE
Al Mawasi (Gaza)
27 DIC 2024 - 05:30 CET



Un traje rescatado de entre los escombros de mi casa destruida de Jan Yunis. Un par de zapatos remendados porque no tenía otros. Una tesis doctoral de 500 páginas redactada en una tienda de campaña para desplazados en Al Mawasi, Gaza. Estos fragmentos de resiliencia me llevaron el 30 de octubre a una modesta habitación de la autoridad de telecomunicaciones de la Franja, donde Internet era lo suficientemente fuerte como para conectar una Gaza destrozada con El Cairo, Sudán y Ramala para la defensa de mi tesis doctoral.



El día debería haber sido feliz. Pero se desarrolló con el ensordecedor telón de fondo de la guerra.



Tras años de esfuerzos que parecían interminables, las palabras del comité resonaron en la sala: “Concedemos a Mohammed Omran Alastal [Mohamed Solaimane en su alias periodístico] el más alto grado de distinción en Estudios de Medios, con la recomendación de publicar su tesis como referencia para futuros investigadores”. El anuncio fue agridulce: un reconocimiento del triunfo, pronunciado en un momento despojado de celebración.



La sala estaba en silencio, salvo por el zumbido de los generadores y los tímidos aplausos de los pocos testigos, a diferencia de los típicos signos de celebración que cabría esperar. Mi público estaba formado por tres amigos que habían desafiado los peligros para estar allí. Estaban ausentes mi mujer, nuestros cinco hijos y mis ancianos padres. La amenaza de ataques aéreos y los riesgos de viajar por calles destrozadas por la guerra les habían impedido asistir. Su ausencia pesaba como un duro recordatorio de cómo el conflicto había erosionado incluso las alegrías más sencillas.



El viaje hasta ese momento había sido angustioso. Hacer un doctorado es difícil y estresante en las mejores circunstancias; en Gaza, se convirtió en una hazaña casi imposible. El acceso a Internet era un lujo escaso. Para comunicarme con mi supervisor en El Cairo o descargar materiales de investigación esenciales, a menudo caminaba kilómetros hasta lugares con conectividad estable. La electricidad, disponible solo unas pocas horas al día, dictaba mi horario. Cargar el portátil a menudo significaba hacer cola en los generadores comunitarios o depender de los paneles solares de los vecinos.



Incluso encontrar papel para imprimir la tesis fue una prueba de resistencia. El bloqueo había dejado a las tiendas locales con escasos suministros. Fueron necesarios días de buscar y rebuscar para reunir suficientes páginas. Cada hoja se convirtió en un símbolo de rebeldía contra un sistema diseñado para ahogar nuestras aspiraciones.



Durante más de cuatro años compaginé la vida de periodista, padre de familia, profesor universitario y estudiante decidido. Pero durante el último año, hacer malabarismos con estas tareas en medio del desplazamiento y el conflicto bélico hizo que las tareas más mundanas se volvieran inimaginables.



De día, cubría los horrores de la guerra, retransmitiendo en directo y en profundidad, cumpliendo plazos y rígidos horarios de emisión. De noche, trabajaba en mi tesis, a menudo en la oscuridad o a la tenue luz de las velas. El sonido constante de los drones y el estruendo esporádico de los ataques aéreos eran implacables. Mis hijos, aterrorizados por el caos, se aferraban a mí en busca de consuelo. El sueño escaseaba; la determinación era mi combustible.



Después de la defensa, volví a casa a pie, con la tesis y el portátil a cuestas. Algunos desconocidos me felicitaban, confundiendo mi traje con el de una boda. Cuando les explicaba a qué se debía, sus respuestas eran alentadoras: “Eso es más importante que una boda: eres un héroe”.

Mohamed Solaimane



En medio de todo esto, estaba la búsqueda interminable de alimentos cada vez más escasos, agua potable, medicamentos y otros artículos de primera necesidad para una familia de siete miembros, además de mis padres ancianos y otros familiares desplazados a los que ayudo a mantener. Durante todo este tiempo, solo los más cercanos sabían de mi aspiración de obtener un título de doctorado en medio de estas masacres interminables. Me ahorré a mí mismo cualquier comentario desmotivador — aunque comprensible— sobre cómo la vida es un lujo inconcebible como para siquiera pensar en mejorarla.



Precisamente estos sentimientos fueron los que atrajeron miradas de asombro y desconcierto mientras caminaba el día de mi defensa hacia la sede de la autoridad de telecomunicaciones de Gaza, con mi traje azul marino. No pensé en lo mucho que llamaba la atención de la gente fatigada mientras me abría paso entre carreteras llenas de escombros y casas reducidas a montones de piedras.



El traje provenía de mi propia casa bombardeada. Mi mujer, su hermano y un amigo habían trabajado incansablemente para recuperarlo de entre los escombros. Los zapatos que llevaba habían sido cuidadosamente reparados, una necesidad convertida en emblema de persistencia. Al subir las escaleras de la oficina de telecomunicaciones, un empleado me explicó por qué la gente me miraba atónita. “¿Un traje después de todo esto? Eres la prueba de que la esperanza perdura”, comentó con una sonrisa.



Los obstáculos logísticos para organizar la defensa fueron inmensos. Mi supervisor se unió desde El Cairo, el comité examinador se conectó desde Sudán y el Ministerio de Educación Superior participó desde Ramala. La precaria conexión a Internet de Gaza y la propia crisis de Sudán hacían muy real la posibilidad de interrupciones. Sin embargo, milagrosamente, la defensa se desarrolló sin incidentes.



Mi tesis, titulada Representación de las organizaciones de la sociedad civil en los nuevos medios de comunicación y actitudes de las élites palestinas hacia estas organizaciones, examinaba la compleja relación entre los medios de comunicación y la sociedad civil, y ofrecía ideas para mejorar su interacción. Terminarla en medio de la guerra y el desplazamiento era una prueba de perseverancia y del inquebrantable espíritu humano.



Después de la defensa, volví a casa a pie, con la tesis y el portátil a cuestas. Algunos desconocidos me felicitaban, confundiendo mi traje con el de una boda. Cuando les explicaba a qué se debía, sus respuestas eran alentadoras: “Eso es más importante que una boda: eres un héroe”. Por un breve instante, mi logro se convirtió en el suyo, un destello de esperanza en medio de la desesperación.



La reunión con mi familia fue muy emotiva. Mi madre, frágil y cercana a los 80, lloró mientras me abrazaba. “Soñaba con estar allí”, me dijo, “pero gracias a Dios lo has conseguido a pesar de todo”. Mi padre, un hombre de pocas palabras, me estrechó entre sus brazos, profundamente orgulloso. Sus sacrificios, su inquebrantable fe en el valor de la educación, habían sido la base de mi éxito.



La celebración fue discreta, reflejo de la cruda realidad de la vida en Gaza. Sin embargo, el logro tuvo profundas repercusiones, no solo para mí, sino para todos los que lo vieron como un triunfo de la resistencia sobre la adversidad. Era un recordatorio de que, incluso en medio de la devastación, merece la pena perseguir los sueños y de que el espíritu humano, aunque maltrecho, sigue siendo inquebrantable.
El fantasma del Blog
A Mazón se le atraganta la credibilidad




La nueva versión del 'president' sobre la comida en el Ventorro desata el escepticismo entre los miembros del PP valenciano




MARÍA FABRA
Valencia
29 DE DICIEMBRE DE 2024 - 05:40 CET



“Es otro error de esos que Feijóo le dijo que no podía cometer”. En el PP valenciano se extiende el convencimiento de que el quid ya no es si cae el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, si no cuándo cae. El nuevo giro de guion de entre sus escasas explicaciones sobre qué hizo, con quién ya qué horas el día de la dana ha menguado la credibilidad del líder del PP valenciano también en sus compañeros de partido, entre los que crece el escepticismo sobre la oportunidad de que permanezca en su puesto.




En una respuesta parlamentaria, la Generalitat ha evitado dar a conocer la factura del almuerzo que Mazón compartió con una periodista el día de las lluvias torrenciales alegando que se trató de una comida a la que se sentó como presidente del PP y no del Gobierno Valenciano y que, por lo tanto, el billete no está sometido a las reglas de transparencia del gasto público. “Él mismo está dando pie a la especulación”, sostienen las mismas fuentes del partido que recuerdanel “recado” del presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo. Quien habla ha pasado a formar parte del horrible de quienes dudan de cada palabra de Mazón sobre qué hizo el 29 de octubre , cuando las inundaciones acabaron con la vida de 223 personas y provocaron decenas de millas de damnificados que no han perdido la vida, pero sí cómo la vivían. “Todo el mundo sospecha que está mintiendo”, admite, de forma generalizada, al ser preguntado si ha cambiado el ánimo dentro del partido.




Dentro del Gobierno valenciano el mutismo crece. “Todo lo que se refería a esa comida da error. Pase lo que pase, esa comida da error”, aciertan a decir fuentes del Ejecutivo metafóricamente. Es una forma de decir que tampoco entienden el porqué de esta nueva versión. Y solo recuerdan las palabras que le dedicó el presidente de la Cámara de Comercio de Alicante, Carlos Baño, que salió a defensor a Mazón y dijo: “Se ha mentido o se han hecho afirmaciones sin fundamento con el único fin de causar un daño personal ”.




El caso es que Mazón ha endosado la factura y el problema al PP . Aunque por su pertenencia a este partido los populares ya estaban implicados, el hecho es que ahora ha pasado a ser un asunto también del PP y no solo del presidente de la Generalitat Valenciana. Mazón no estaba donde tenía que estar, gestionando la dana, porque estaba, como presidente del PP, negociando con una periodista la dirección de la televisión pública valenciana.




“Está débil”, certifican fuentes populares que niegan que la maniobra responda a un intento de retar a Feijóo, quien ha respaldado a Mazón en varias ocasiones pero que, según apuntan tanto en Madrid como en Valencia, no se olvida que pactó con Vox apenas Horas después de las autonómicas, sin esperar a que se celebren las elecciones generales, tal como hicieron otros dirigentes para no restablecer votos al candidato Feijóo. “No es Ayuso”, afirman significando que la fortaleza y el tacticismo de la presidenta madrileña nada tiene que ver con la de Carlos Mazón. “Es de la escuela de Ayuso”, le espetan desde la oposición a modo de crítica. El presidente valenciano cree que cuenta con el apoyo de la dirigente madrileña . Y la labra. La Comunidad de Madrid fue la única que nombró al presidente de la Generalitat en las Cortes para agradecer el envío de ayuda. Pero entre los populares valencianos dudan que Ayuso vaya a apostar en un pulso en el que no tiene nada que ganar.




Entre la torpeza y el error se debaten las fuentes del partido y del Gobierno valenciano para encontrar una explicación a los motivos de esta nueva versión que el propio presidente del Gobierno valenciano ha tratado de acompañar de un halo de transparencia. Entre la propia personalidad de Mazón y el desacierto de sus asesores dibujaron los motivos.




El cubierto en el Ventorro no es excesivamente caro. Es una casa de comidas que no tiene carta y ofrece según el mercado, con lo que el precio oscila a diario, aunque suele situarse alrededor de los 50 euros . Casi siempre tiene platos de cuchara y lo único que puede elevar la factura es el vino. Según la comensal del presidente del PP pidieron una botella de vino y “no hubo gin-tonics”, según dijo, al menos durante el tiempo que Vilaplana permaneció con Mazón porque ella abandonó el establecimiento a las 17.45 y, según el propietario del mismo, el presidente valenciano marchó “entre las seis y las seis y media”, justo la hora a la que llamó al alcalde de Cullera a quien le dijo que estaba con alguien y que había salido su nombre.




El problema es que a Mazón no se le ha atragantado solo el almuerzo. La reconstrucción de los pueblos afectados va lenta. Y a esa reconstrucción fio el continuar en su cargo, tal y como le reclamó Feijóo. Dos meses después de las lluvias torrenciales aún hay bajos por limpiar. Las campas a las que se trasladaron los coches que arrastró el agua siguen llenas, sigue habiendo centenares de familias que han perdido su casa y que esperan, alojadas en viviendas de amigos o familiares, que se les asigne un lugar para reconvertirlo en hogar y los pequeños empresarios y comerciantes encuentran muchas dificultades para reabrir sus negocios y, sin estos, falta el trabajo y, sin trabajo, al drama se unirá la pobreza. Además, el experimento de poner a un militar retirado al frente de la reconstrucción no está dando los frutos esperados. Y para paliar todo ello, Carlos Mazón ha decidido gastarse cerca de 18.000 euros en una campaña de propaganda con la que trata de ensalzar los trabajos de recuperación que no son más que el trabajo que le corresponde.




Carlos Mazón cambia de talante tan rápido como de cargo según con quien se siente a comer. La supuesta modestia para reconocer errores —algo que volvió a hacer el día después de Navidad, aunque aún sin decir cuáles (“todos tenemos que mejorar siempre, se trata siempre de mejorar de la mejor manera posible”)— choca con la destapada soberbia que utiliza para decir que ya ha dado muchas explicaciones y llenar sus intervenciones en el Parlamento autonómico de caras, aspavientos, muecas y ademanes impropios de un presidente que ha perdido 223 vecinos.
El fantasma del Blog
CITA(Julian Navascues @ Apr 7 2007, 09:27 PM) *
Restaurante a la carta

A la carte Restaurant






Hotel Fénix Gran Meliá






Entrantes
Starters






Crema de guisantes con menta y huevo de codorniz escalfado
Cream of pea soup with mint and poached quail eggs


Crema de tomate fresco con langosta al aroma de comino
Fresh cream of tomato soup with lobster in cumin aroma


Sopa de Pescadores y vieiras al aroma de azafrán con ali-oli suave de piñones
Fisherman’s soup and scallops in saffron aroma with a mild pine nut ali-oli


Espárragos verdes y setas plancha con carabinero y ajetes tiernos
Grilled green asparagus and mushrooms with prawns and tender garlic shorts


Ravioli de calabacines con gambas glaseadas
Courgette ravioli with glazed shrimp


Ensalada de bogavante con lascas de Mi-Cui, carpaccio de mango y vinagreta de manzana
Lobster salad with mango carpaccio and apple vinaigrette


Ensalada de bacalao confitado con tomate y aguacate, vinagreta de azafrán
Salad of cod confit with tomato and avocado in saffran vinaigrette





Los clasicos
The classics






Picada especial del chef
The chef’s special hors d’oeuvre


Jamón ibérico de bellota
Acorn-fed Iberian ham


Croquetas caseras de carabineros
Homemade prawn croquettes


Ensalada de queso de cabra con membrillo y vinagreta de frambuesas
Goat’s cheese and quince jelly salad with raspberry vinaigrette


Fetuccini con verduras y cigalas con su crema
Fettuccini with vegetables and crayfish in their own cream


Filetes de lenguado, setas y espárragos verdes, vinagreta de ceps
Sole fillets, mushrooms, green asparagus, cep mushroom vinaigrette


Arroz cremoso de bogavante
Creamy lobster rice






Pescados
Fish






Merluza de anzuelo, salteado de verduras, salsa perifollo y almejas
Longline hake with sautéed vegetables, chervil and calm sauce


Atún rojo vuelta y vuelta con mermelada de tomate y cebolla, vinagreta de soja
Red tuna cooked rare, tomato, onion marmalade and soy vinaigrette


Lomo de lubina salvaje con crujiente de pistachos, setas de otoño y salsa de cuncuan
Wild sea bass fillet with crunchy pistachio nuts, autumn mushrooms and kumquat sauce


Suprema de rodaballo con angulas y vinagre de Modena
Supreme of turbot with elvers and Modena vinegar


Calamar relleno con setas, gambas y jamón ibérico
Squid stuffed with mushrooms, shrimps and Iberian ham






Carnes
Meats







Solomillo de buey con hígado de pato y crujiente de alcachofa
Sirloin of beef with duck fiver and crunchy artichokes


Chuletitas de cordero lechal al aroma de romero y dúo de patatas
Suckling lamb chops in rosemary aroma served with potato duo


Entrecote de cebón con salsa de pimientos verdes y flor de calabacín
Pork entrecote served with green peppercorn and squash blossom sauce


Pichón confitado con fresas sobre torrijas de Pedro Ximenez con puré de manzana verde
Young pigeon confit with strawberries served on Pedro Ximenez french toast with green apple purée


Secreto ibérico, cebolla caramelizada, queso de cabra y setas de otoño
Iberian pork tenderloin with caramelised onion, goat cheese and autumn mushrooms






Postres
Desserts







Crema turron y café
Nougat and coffee cream

Helado de nata con sopa de frutas rojas
Cream-flavoured ice cream with red berry soup

Espuma de crema catalana con helado de vainilla
Créme brûlée foam with vanilla ice cream

Coulant de chocolate con crema inglesa y helado de leche merengada
Chocolate coulant with custard and whipped milk ice cream

Dali de frutas
Fruit Dali

Surtido de quesos con crema de membrillo
Assorted cheeses with quince jelly cream
El fantasma del Blog
La descolonización de la cooperación: ¿Hasta cuándo es bueno seguir debatiendo?



Es el tema de moda en el tercer sector, pero la descolonización ha opacado otros temas que necesitan ser centro de debate entre los cooperantes





GABRIEL PONS CORTÈS
30 DIC 2024 - 05:30 CET



Aprovechando el tiempo mientras trabajo en el huerto, me he dedicado a escuchar el podcast Living Decoloniality (Viviendo la decolonialidad) para mejorar mi formación en el que parece ser el tema de moda. Es un podcast muy bien hecho e interesante; sin embargo, no he encontrado nada que no se hablase ya en los años 90: escucha (salvo que ahora es activa), participación (aunque entonces no se decía stakeholders), toma local de decisiones, etc.



Llevado por la curiosidad, he buscado en Google Scholar cuántos artículos se han escrito sobre decoloniality desde 2019. Empezaron siendo algo más de dos mil, se han añadido alrededor de 1.500 artículos anuales hasta llegar a siete mil publicaciones sólo en 2023. Me preocupa esta tendencia.



Creo que hay tres razones importantes por las que como sector de cooperación estamos dedicando más tiempo del necesario a discutir sobre descolonización, aunque esto no significa que haya que silenciar el tema.



En la primera no me voy a extender, porque ya hablé de ello en otro artículo, donde decía que no hay muchas posibilidades de cambiar la manera de actuar de los donantes, porque ellos tienen el dinero y quieren que se justifique según sus condiciones.



La segunda razón es que hay un déficit de hacer cosas. Soy un boomer de la cooperación, que en los años 90 trabajaba escuchando a los Quilapayún y a Mercedes Sosa: para hacer esta muralla, tráiganme todas las manos: los negros, sus manos negras, los blancos, sus blancas manos.



Hoy las cosas han cambiado y debido al clima reinante los blancos no saben bien qué hacer con sus blancas manos . En los últimos años, he sido testigo de la reducción de personal en las ONG del Norte a un ritmo más rápido del que las ONG del Sur han sido capaces de asumir para seguir realizando los trabajos que antes se trabajaban entre ambos. Entre los temas más afectados por este déficit están escribir nuevos proyectos y mejorar el control contable. Como consecuencia, colegas del sector me han confirmado que la financiación de proyectos ha disminuido. Esto último en parte porque no se escriben suficientes proyectos, y en parte porque el control de calidad de los que se ejecutan ha bajado, con el consiguiente disgusto de los donantes. Se han retirado las blancas manos demasiado rápido.



Una solución a este problema sería que las ONG del Norte se dediquen a la incidencia en vez de ejecutar proyectos en el Sur, pero su legitimidad viene dada también por las cosas que hacen además de las cosas que dicen. Si hacen cada vez menos, habrá cada vez menos personal, y se harán cada vez menos cosas, hasta no hacer nada y desaparecer por irrelevantes. Este no sería un mal resultado si ocurriera porque todo el trabajo se ha asumido desde los países del Sur. Pero no es el caso.



El tercer tema es que dedicar mucho tiempo a hablar de un tema le quita tiempo a hablar de otros. Son los que menciono en los párrafos anteriores, para empezar, pero también la erosión de los fondos para las ONG del Norte, por dos razones.




La primera, porque los gobiernos de los países se han derechizado (ver este artículo del Centro Global para el Desarrollo). Reino Unido, Alemania, Suecia y Noruega han hecho grandes recortes en sus presupuestos de cooperación.




La segunda razón, porque la base de donantes de las ONG ha disminuido: en España muestra un envejecimiento constante, con una edad media actual de 59 años y el 61% de los socios mayores de 55 años. Los jóvenes ya no están motivados para financiar las ONG porque su manera de informarse ha cambiado. Ahora es a través de redes sociales, donde criptobros de gimnasio mandan mensajes insolidarios. Jóvenes más de derechas tienen menos interés en la cooperación (cuando no se oponen radicalmente).



Para las ONG, obtener fondos propios y discrecionales —que puedan usar con libertad—, es cada vez más difícil. Esta financiación es la que permite mejorar la participación previa al comienzo de los proyectos, porque esto cuesta dinero: hay que planificar el desarrollo del proyecto con tiempo, hacer reuniones con las comunidades, escribir los proyectos despacio. Los donantes no suelen pagar estos gastos.



No se trata de que no haya que hablar de descolonización, ni que la participación, la inclusión, el reparto de poder y el enfoque feminista no se discutan o se ignoren. Pero hay problemas existenciales que deberían también tener prioridad. Las ONG, tanto del Norte como del Sur, deberían ser máquinas de diseñar proyectos, invertir bien los fondos y justificarlos mejor, mientras los gobiernos no se hagan cargo de la pobreza.



Las conversaciones sobre descolonización en el sector de la cooperación, tanto en el Norte como en el Sur, me recuerdan a la caída de Bizancio, donde el tema candente era el sexo de los ángeles. Esta desconexión con la realidad les llevó a descuidar un tema más importante, la defensa de su territorio contra la invasión otomana. El imperio bizantino se extinguió sin que les diera tiempo a terminar la discusión.
El fantasma del Blog
CITA
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El 2024 de Amjad, Imán, Samir y Abdallah, atrapados en la guerra de Gaza: “La injusticia no puede durar para siempre”




Estos cuatro civiles palestinos, que han protagonizado reportajes de Planeta Futuro o han ayudado a que podamos escribirlos a distancia en los últimos 12 meses, terminan el año más debilitados, en duelo por sus allegados muertos y soñando con un alto el fuego en la Franja






BEATRIZ LECUMBERRI
Madrid
30 DIC 2024 - 05:30 CET



Los mensajes de voz de Samir Zaqut llegan, como siempre, envueltos en el inconfundible zumbido de los drones israelíes que sobrevuelan la huerta en la que vive con su esposa desde febrero, cerca de Deir el Balah, en el centro de Gaza. “Antes de nada, feliz Navidad”, saluda. Zaqut tenía la costumbre de colocar un árbol con luces y decoraciones en el salón de su casa y cada diciembre, invitaba a sus hermanos, sobrinos y primos a una comida festiva, que duraba horas. Es el segundo año que no respeta esa tradición. “No soy cristiano, pero da igual. Finalmente, Jesús era palestino, ¿no?”, dice. Su voz se escucha templada y animosa. “Si pierdo la esperanza, estoy muerto y, además, dentro de lo que cabe, soy afortunado. En este año, he cambiado de lugar solo en tres ocasiones. Otras personas han tenido que salir huyendo y mudarse 13 o 14 veces. Tengo la suerte de que este terreno es mío y no está en primera línea de la guerra”, cuenta, haciendo balance.



Zaqut es uno de los responsables de la ONG palestina Al Mezan, cuya misión va desde garantizar el derecho a la salud para los enfermos de Gaza, hasta denunciar la violencia contra las mujeres o cuidar de la salud mental de los niños, expuestos al conflicto desde que nacen. Desde octubre de 2023, cuando empezó la guerra en la Franja, sus miembros siguen, pese a las dificultades, redactando informes, haciendo trabajo de campo y manteniendo reuniones con otras ONG palestinas y extranjeras.



“Lucho cada día para seguir trabajando, porque soy víctima, es decir, soy un palestino que necesita ocuparse de que su familia tenga agua, pan y seguridad, pero también quiero seguir documentando lo que está pasando. Es mi obligación”, agrega Zaqut, contactado por Planeta Futuro durante este año para aportar precisiones sobre desplazamientos masivos, desnutrición infantil o restricción de la entrada de la ayuda humanitaria en la Franja.




Si pierdo la esperanza, estoy muerto y, además, dentro de lo que cabe, soy afortunado. En este año, he cambiado de lugar solo en tres ocasiones. Otras personas han tenido que salir huyendo y mudarse 13 o 14 veces


Samir Zaqut, ONG Al Mezan






Zaqut, Imán (que prefiere no dar su nombre completo), Amjad Tantish y Abdallah Aljazzar han respondido a preguntas idénticas para la elaboración de este reportaje. Una de ellas es sobre lo que añoran. “A mis dos hijas y a mi hijo, a los que hace casi un año que no vemos, desde que salieron de Gaza. Les echo profundamente de menos, pero por ahora, tiene que ser así”, responde Zaqut. “A mi hermano muerto... y también fumar un cigarrillo para relajarme”, afirma sin dudar Aljazzar. “El sabor de la carne y el pescado y la persona que yo era”, dice Imán.



“Mi pueblo, Beit Lahia, en el norte, hoy totalmente destruido por las bombas, y despoblado”, apunta Tantish, desde una tienda de campaña en la zona de Al Mawasi, en el sur de la Franja. Él, su esposa y sus cinco hijos huyeron hace más de un año de su hogar, muy cercano a la frontera con Israel, y desde entonces han vivido en tiendas de campaña entre las localidades de Rafah y Jan Yunis. “Mi casa había sobrevivido milagrosamente, pero fue bombardeada hace algunos días. Eso me ha afectado mucho porque tenía esperanza de volver en algún momento y recuperar nuestra vida. Ahora somos oficialmente personas sin hogar. Y ese sentimiento me produce un inmenso dolor que no logro digerir”, explica.



Al menos 45.000 palestinos han muerto violentamente en esta guerra, según cifras oficiales del ministerio de Salud de Gaza, controlado por el movimiento islamista Hamás. En Israel, más de 1.200 personas murieron en los ataques perpetrados por milicianos palestinos el 7 de octubre de 2023 y más de 250 fueron tomadas como rehenes, de las que un centenar siguen aún en Gaza.



Una mochila cada vez más pequeña




Resignado ante la idea de no poder retornar al norte de la Franja, aunque hubiera un alto el fuego hoy, Tantish ha empezado a cultivar un pequeño huerto cerca de su tienda de campaña, con la esperanza de poder recoger alguna verdura en primavera.



“Yo sí intentaría volver a mi casa”, apunta Zaqut. “Aunque sea para estar entre ruinas, pero serán las nuestras y estaremos con nuestros vecinos y con nuestros amigos de nuevo. Hay gente que ya está intentando regresar hacia al norte, aunque no haya alto el fuego, y muchos han perdido la vida en el intento”, lamenta.



Solo comemos comida enlatada. Prácticamente, no hay verduras y frutas y las que hay son demasiado caras. Se me ha olvidado a qué saben la carne y el pescado


Imán, periodista gazatí




Imán, sus padres y sus siete hermanos han cambiado de lugar unas siete veces desde que empezó la guerra. “Hace exactamente un año estábamos ya en una tienda de campaña, pasando frío y hambre, pero cada vez estamos peor”, afirma esta periodista de 23 años, que ha colaborado con este periódico en la producción de varios artículos sobre la situación humanitaria en Gaza. Los ataques israelíes han matado a entre 190 y 200 reporteros de la Franja desde octubre de 2023, según cifras palestinas. La joven explica que cada vez que deben huir, la mochila que llevan con sus pertenencias es más pequeña, que les faltan colchones y mantas y que pasan mucha hambre. “Solo comemos comida enlatada. Prácticamente, no hay verduras y frutas y las que hay son demasiado caras. Se me ha olvidado a qué saben la carne y el pescado”, cita.



Su casa en la ciudad de Gaza está parcialmente destruida y desde la miseria de su tienda de campaña en el centro de la Franja no se atreve a soñar con reconstruirla. “Ha habido tanto dolor y tanta miseria este año....”, suspira. “Echo de menos hacer deporte, echo de menos Gaza como era antes, también caminar al borde del mar con mis amigos. Echo de menos la persona que yo era”, piensa en voz alta.



El hambre es una realidad para los más de dos millones de habitantes de Gaza y, si Israel no permite que entre la ayuda humanitaria necesaria, más de 340.000 personas, un 16% de la población, estarán en una situación catastrófica y a un paso de la muerte de aquí a abril, según la ONU.



Tantish echa la vista atrás y también se le amontonan los recuerdos dolorosos desde hace un año: La muerte de su madre por falta de atención médica, la precipitada huida de la familia del norte de Jan Yunis, un área que era considerada segura, pero que fue atacada por Israel, o la pérdida de vecinos, amigos y de muchos de sus estudiantes. Este gazatí fue uno de los protagonistas de un reportaje de Planeta Futuro publicado en mayo sobre el destino del equipo de natación de Gaza, del que era entrenador. “Sigo en contacto con la mayoría de los chicos. Desde mayo, otro miembro del equipo murió, debido a la hepatitis C que contrajo y para la que no pudo recibir los cuidados médicos necesarios”, lamenta.



“El sentimiento que me queda en este final de año es la pérdida. Pérdida de todo y de todos. Pero no renuncio a tener esperanza, porque la injusticia no puede durar para siempre. Espero que el mundo no lo tolere”, añade Tantish.



Termino este año teniendo otra vida, una vida muy dura que me he visto obligado a aceptar, aunque no me guste, y en la que yo no he elegido nada: ni la comida que como, ni el agua que bebo, ni el frío que paso, ni el hacinamiento que sufro


Abdallah Aljazzar, gazatí




Mientras ese momento llega, la única vía de escape para Tantish sigue siendo nadar. “La última vez que entré en el mar fue a principios de diciembre. El agua estaba helada, pero me hizo bien. Fue una especie de despedida antes de que empezara el invierno”, explica. En el lado positivo de la balanza, también está el éxito de su sobrino y también miembro del equipo de natación, Abdel Rahman Tantish, que pudo salir de Gaza y se está entrenando en Catar, donde ha obtenido muy buenos resultados en pruebas de triatlón. “Tengo mucha esperanza de que él logre mi anhelado sueño y se clasifique para los próximos Juegos Olímpicos de 2028″, dice.



Aprender mientras se pierde todo




Desde hace un año, Aljazzar solo piensa en marcharse. Para ello lanzó una campaña de micromecenazgo con el fin de reunir los fondos suficientes y buscó un centro educativo en el que seguir estudiando, tras haberse licenciado en Literatura Inglesa en la universidad Al Azhar de Gaza, hoy convertida en una montaña de escombros. Este joven de 24 años solo espera que el paso de Rafah, en la frontera con Egipto, cerrado desde mayo, reabra pronto para poder viajar a Estados Unidos, donde finalmente ha obtenido una beca. “Es la única razón para seguir adelante”, asegura.



Por ahora, malvive en una tienda de campaña en el sur de la Franja junto a 20 miembros de su familia. Su hermano y su primo murieron en esta guerra, además de amigos, vecinos y parientes más lejanos. “2024 ha consistido en aprender mientras lo perdíamos todo”, dice, amargamente. “Hace un año estaba en casa de mi abuela, en Rafah, porque tuve que salir corriendo de mi apartamento, en el este de la ciudad. Ambos fueron destruidos. Hace un año, también tuve que aceptar que no vería nunca más a mi hermano”, agrega.



Aljazzar protagonizó un artículo de Planeta Futuro en septiembre, cuando logró comprar dos baterías nuevas para que una precaria instalación que había puesto en marcha gracias a paneles solares funcionara de nuevo y se pudieran cargar gratuitamente decenas de móviles de desplazados en el campo. “Las baterías siguen funcionando, ahora las uso sobre todo para bombear agua y traerla hasta tanques situados cerca las tiendas de campaña”, explica. Gracias a ese sistema, varias familias pueden disponer de agua sin desplazarse.



Pero este joven siente que su salud se está resistiendo a pasos agigantados debido a la falta de alimentos frescos y de calidad. “Hacemos una comida al día. Hoy tocó falafel”, dice. Aljazzar también se siente debilitado por el frío que hace en Gaza este diciembre y explica que tiene “la espalda destrozada” por cargar cosas pesadas desde hace un año, para que la vida en el campo de desplazados sea más llevadera.



“Termino este año teniendo otra vida, una vida muy dura que me he visto obligado a aceptar, aunque no me guste, y en la que yo no he elegido nada: ni la comida que como, ni el agua que bebo, ni el frío que paso, ni el hacinamiento que sufro”, concluye.

El fantasma del Blog
Sudán: radiografía de la peor crisis humanitaria del mundo




Cientos de miles de víctimas, entre muertos y heridos, malnutrición extrema y hambruna en algunas regiones han dejado el país al borde del cataclismo tras más de un año y medio de guerra. Mientras, algunas organizaciones se afanan en incrementar la ayuda





MARC ESPAÑOL
El Cairo
02 ENE 2025 - 05:30 CET



La devastadora guerra en la que llevan inmersos desde hace más de un año y medio el ejército regular de Sudán, las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido y grupos armados aliados de uno y otro bando ha provocado la mayor crisis humanitaria del mundo. Y la tragedia todavía sigue agravándose, hundida en un abismo que no parece tener final a pesar de los desesperados intentos de la sociedad civil local y de contadas organizaciones internacionales para tratar de poner freno al cataclismo.



Desde septiembre, con el fin de la época de lluvias en el país, la guerra se ha vuelto a acelerar, alimentada por injerencias extranjeras cada vez más evidentes, y el ejército ha comenzado a recuperar territorios perdidos previamente en medio de una bacanal de abusos, destrucción y muerte. Actualmente, la guerra se concentra en tres frentes: la zona de la capital, Jartum; el Estado de Gezira, en el centro; y la capital del Estado de Darfur Norte, El Fasher, en el oeste.



Si hay un aumento de la ayuda en Sudán, por supuesto que es bienvenido, pero debe ser mucho más que una simple gota adicional en el océano



Christopher Lockyear, secretario general de Médicos Sin Fronteras





La situación humanitaria en Sudán es catastrófica por la magnitud y por la complejidad de la crisis. La guerra está causando cientos de miles de bajas, entre muertos y heridos. Pero a estas se suman víctimas de abusos generalizados, como la violencia sexual y las torturas. Y unas condiciones incompatibles con la vida, como la malnutrición extrema, la ruina del sistema de salud y el bloqueo de la ayuda, que están disparando la mortalidad por causas que se pueden prevenir.



Pese a las dificultades, en los últimos meses algunas organizaciones humanitarias han tratado de aprovechar el mismo final de las lluvias que ha agilizado los combates para expandir sus operaciones en Sudán, según fuentes y datos consultados por este diario. Pero esta mejora es todavía exigua frente a las necesidades. “Si hay un aumento de la ayuda en Sudán es bienvenido, pero debe ser mucho más que una simple gota adicional en el océano”, apunta Christopher Lockyear, secretario general de Médicos Sin Fronteras (MSF).



Mar de crisis





Sudán es hoy la mayor crisis de desplazados del mundo. Desde el inicio de la guerra, más de 8,7 millones de personas han huido de sus hogares en busca de lugares más seguros, y más de 3 millones han cruzado a países vecinos como Egipto, Chad, Sudán del Sur y Libia. Antes de la contienda actual, además, ya había más de 3,8 millones de desplazados en Sudán, sobre todo por conflictos anteriores en regiones periféricas del país como Darfur y Kordofán.



En los últimos meses, uno de los principales motivos del aumento del número de desplazados ha sido el incremento de la violencia en los Estados de Gezira y de Darfur Norte, donde la guerra ha ido acompañada de una siembra del terror por parte de los paramilitares y de bombardeos indiscriminados de ambos bandos en zonas civiles.




En este contexto, más de 24 millones de personas —la mitad de la población— se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria. Y el último informe al respecto del principal comité internacional de expertos en esta materia, del 24 de diciembre, detectó hambruna en al menos cinco zonas del oeste y el sur, y avanzó que otras cinco la sufrirán en los próximos meses. Una hambruna no es solo fruto de la falta de alimentos, sino del colapso de sistemas de salud, medios de subsistencia, economías locales y estructuras sociales de comunidades enteras.



Desde el mayor campo de desplazados de Sudán, en Darfur Norte, Zamzam, donde se declaró una hambruna ya en agosto, Saddam Abkar Safi, miembro de un grupo de voluntarios local, explica por teléfono que la situación no ha dejado de deteriorarse en los últimos meses: “Se está volviendo muy difícil, sobre todo en Zamzam y en [la vecina capital de región] de El Fasher, debido al asedio que se nos ha impuesto. En Zamzam muchas personas desplazadas no tienen la capacidad para comprar lo necesario para subsistir en un día”, señala.



En Zamzam muchas personas desplazadas no tienen la capacidad para comprar lo necesario para subsistir en un día



Saddam Abkar Safi, miembro de un grupo de voluntarios local





A esta multiplicidad de crisis le está teniendo que hacer frente un sistema nacional de salud superado. En las zonas del país más afectadas por los combates, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que entre el 70% y 80% de centros sanitarios están cerrados o funcionan parcialmente, mientras que en otras partes del país son alrededor de la mitad. Desde el inicio de la guerra, la OMS ha podido documentar más de 120 ataques contra instalaciones, servicios y personal médico, aunque la cifra real se considera que es mucho mayor.



Esta descomposición del sistema de salud nacional, sumado a graves afectaciones en otros servicios básicos como el agua potable y la electricidad, abre la puerta a la proliferación de crisis sanitarias que en condiciones normales serían fácilmente prevenibles. Desde el verano, Sudán enfrenta un alarmante brote de casos de cólera desatado por una intensa temporada de lluvias y grandes inundaciones, que en gran medida golpearon regiones poco afectadas por los combates, como el este del país, pero con una alta densidad de población y desplazados.



Respuesta limitada




A pesar de la magnitud de la crisis, las organizaciones humanitarias han tenido que afrontar multitud de reveses y de obstáculos desde el estallido de la guerra, incluidos una inseguridad generalizada e intentos de las partes en conflicto de instrumentalizar la ayuda. También lidian con constantes trabas burocráticas y logísticas, sobre todo de las autoridades militares, que han demostrado ser especialmente rígidas cuando se han hallado a la defensiva en el frente.



Ahora, la llegada de la época seca ha vuelto a facilitar el transporte por carretera, la principal vía para mover suministros, lo que ha permitido que agencias humanitarias aumenten desde octubre el envío de ayuda a distintas zonas del país a través de rutas transfronterizas y, en menor medida, a través de las que cruzan territorios controlados por diferentes partes del conflicto, según muestran datos de la oficina de la ONU para asuntos humanitarios (OCHA).



En los cuatro meses entre agosto y noviembre, el número de camiones que entregaron ayuda transfronteriza y a través de líneas de frente en Sudán no llegó ni a 1.000




Buena parte de este aumento ha ido a cargo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), que a finales de noviembre anunció que había recibido autorización del Gobierno castrense para enviar más de 700 camiones a zonas que padecen o están en riesgo de sufrir hambruna. Leni Kinzli, responsable de comunicación del PMA, señala que se trata de “un plan más amplio” para acceder a zonas aisladas del país y seguir aumentando el flujo regular de ayuda mensual.



Kinzli afirma que el fin de la época de lluvias ha facilitado un mayor movimiento de suministros por carretera, pero asegura que también han empezado a recibir más autorizaciones por parte de las autoridades sudanesas para desplazar y entregar ayuda, coincidiendo con el cambio en la dinámica del conflicto desde septiembre y los primeros avances significativos del ejército. “Este aumento [permitirá] que lleguemos a más gente, especialmente a personas en riesgo de hambruna a las que ha sido tan difícil llegar, [incluido] en Darfur, Jartum y Gezira”, explica.



En los cuatro meses entre agosto y noviembre, el número de camiones que entregaron ayuda transfronteriza y a través de líneas de frente en Sudán no llegó ni a 1.000. En comparación, solo en octubre, el mes en el que menos ayuda entró en Gaza, llegaron 1.166 camiones humanitarios, según datos de la ONU.



Los convoyes transfronterizos a Sudán se realizan a través de dos cruces entre Chad y Darfur: Adré, que es el principal, y Tine. Su futuro, sin embargo, pende constantemente de un hilo, dado que, hasta la fecha, y en una decisión muy cuestionada, la ONU solo ha realizado envíos desde Chad con la aprobación del Gobierno castrense para respetar la soberanía del país. Pero las autoridades militares son reacias a enviar ayuda a zonas que escapan a su control, como la mayoría de Darfur, y niegan la existencia y el riesgo de hambruna pese a toda la evidencia.



“En Sudán nos hemos encontrado con una situación en la que la supervivencia de la población se ha visto sacrificada bajo pretextos de soberanía”, considera Lockyear, de MSF, una de las organizaciones más activas en Sudán y de las únicas que sigue operando en zonas asediadas. “Para desafiar estas restricciones práctica y políticamente, se podría haber hecho mucho más, y se puede hacer mucho más, y se debería hacer mucho más a partir de ahora”, desliza.



En un reconocimiento implícito de la magnitud de la crisis, y probablemente influido por el temor a medidas más drásticas de la comunidad internacional, la agencia del Gobierno militar que controla todo lo relativo a operaciones humanitarias, la Comisión de Ayuda Humanitaria (HAC, por las siglas en inglés) anunció el 24 de diciembre la distribución de cientos toneladas de ayuda humanitaria por el país. Estos suministros, sin embargo, se dirigirán a priori a localidades que controla el ejército. La HAC no ha respondido a preguntas de EL PAÍS.



Incluso con el repunte actual de entregas, lo que llega a muchas de las zonas más necesitadas siguen siendo solo suministros suficientes para lograr objetivos como no morirse de hambre, y no siempre se consigue. En este sentido, el PMA estima que con los más de 700 camiones anunciados en noviembre podrían alimentar en torno a 1,5 millones de personas por un mes. Pero solo en Zamzam, MSF ya calcula que, para suplir un mes de raciones alimentarias de emergencia, de apenas unas 500 calorías al día, se necesitarían unos 100 camiones cada mes.




La respuesta humanitaria es algo más que contar camiones y aviones. Necesitamos personal humanitario en el terreno


Christopher Lockyear, secretario general de Médicos Sin Fronteras



Las dificultades para operar de actores humanitarios han elevado la importancia de iniciativas locales de ayuda mutua, que dependen sobre todo de la diáspora sudanesa y han demostrado ser muy efectivos en zonas aisladas por la guerra. “Mientras hablo contigo, tengo una entrega del PMA que espero que salga mañana del almacén. Intentamos distribuir ayuda, aunque se interrumpa, no sea continuada y no abunde”, expresa Abdallah, de la unidad de respuesta de emergencia del cinturón sur de Jartum, que también asisten en un centro médico gratuito.




Estos grupos, sin embargo, también son los más expuestos a la violencia, han sido objetivo de ataques y el futuro de sus actividades nunca está garantizado. “Nos enfrentamos a grandes retos y dificultades por los bombardeos indiscriminados que se producen ahora y la dificultad para prestar asistencia”, apunta Safi, de la unidad de respuesta de emergencia de Zamzam. “Pedimos que se preste ayuda humanitaria en todas las circunstancias posibles”, agrega.



Para muchos, lo que falta es un compromiso político mucho mayor. “Estamos asistiendo a un fracaso humanitario global en términos de respuesta colectiva”, considera Lockyear, de MSF. “La presencia de la ONU y de ONG internacionales es muy escasa, incluso en zonas de acceso relativamente fácil”, lamenta.



En esta línea, Lockyear señala que se debe “aumentar el suministro de ayuda humanitaria por todos los medios posibles”, pero recuerda que “la respuesta humanitaria es algo más que contar camiones y aviones”. “Necesitamos personal humanitario en el terreno; me sorprendió la falta de presencia de agentes humanitarios en los lugares por los que viajé en Darfur”, indica.



Kinzli, del PMA, coincide con ello. “Seguimos buscando diferentes maneras de hacer llegar ayuda o asistencia a la gente, incluso si no podemos hacer llegar camiones [en determinadas zonas del país]”, señala. “[Porque] las necesidades en Sudán son tan inmensas, que una de cada dos personas se enfrenta a niveles de hambre aguda”, enfatiza, “y esto significa que, básicamente, todo el mundo necesita algún tipo de ayuda”.
El fantasma del Blog
Mujeres ‘queer’ y derechos humanos en Guinea Ecuatorial



Una artista acosada por fusionar la bandera ecuatoguineana con la bandera arcoíris, una abogada y defensora inhabilitada y la derogación de la patria potestad a madres ‘queer’: tres casos que enmarcan la narrativa política a la que se enfrenta la comunidad LGTBIQ+





TRIFONIA MELIBEA OBONO
02 ENE 2025 - 05:30 CET




Las mujeres queer han marcado la agenda política de Guinea Ecuatorial en los últimos dos años. Lo hacen desde el activismo, la defensa de los derechos humanos y la denuncia anónima. Son tres estrategias que transgreden el “modelo de mujer virtuosa” promovido por las instituciones públicas y que han despertado interés en el Examen Periódico Universal 2024 correspondiente al Cuarto Ciclo (un mecanismo de la ONU para revisar el cumplimiento de las obligaciones de los países en materia de derechos humanos). Los poderes públicos ecuatoguineanos, para desalojar a las mujeres de la esfera pública, han diseñado políticas y delineado narrativas que entrelazan nacionalcatolicismo y tradiciones étnicas. Las dos corrientes ideológicas preconizan que “las lesbianas no son mujeres, no son ciudadanas, y no son africanas”.



Este artículo está inspirado en el libro Cuerpos marcados, vidas que cuentan y políticas públicas (Bellaterra, 2019), editado por Lucas Platero y Silvia López. El texto, deslocalizado hasta Guinea, pretende averiguar cómo las políticas marcan los cuerpos queer femeninos a través del análisis de tres casos. Primero, el acoso cibernético organizado contra la artista e influencer Ana María Anguesomo Nzang después de que creara, en el marco del WorldPride 2023, un diseño que fusiona la bandera de Guinea Ecuatorial con la bandera arcoíris. El esbozo artístico se popularizó con el nombre “bandera Anguesomo”. Segundo, la inhabilitación de la abogada y defensora de derechos humanos Gema Jones Ndjoli, directora del despacho JONES & SACRISTÁN. Tercero, la derogación de la patria potestad a madres queer, una práctica que denuncian 42 disidentes sexuales en el Informe Sobre Lesbofobia, Derechos Humanos y Redadas Policiales en Guinea Ecuatorial.



La escritora Olga Viñuelas señala que las mujeres queer tienen que “hacer frente a la misoginia”, primero, y “luego a la lesbofobia”, para empoderarse. Guinea Ecuatorial, que penaliza la homosexualidad en la jurisdicción civil y militar, no recoge de manera expresa el término lesbiana ni la sexualidad femenina disidente en sus normas, aunque el salto a la agenda política está protagonizado precisamente por mujeres queer.



La “bandera Anguesomo” llegó a las redes sociales a la vez que el acoso cibernético, que lanzaba el siguiente mensaje: mujer de pasado normal, ahora de sexualidad anormal y transformación de mujer a otra especie, si regresas a nuestro país no lo vas a contar. Un tuit en la red social X del vicepresidente del país, Teodoro Nguema Obiang Mangué, cuyo contenido encaja en la estrategia política cripwashing o lavado de cara, agudizó la sexualización de la artista.



Cripwashing es el uso interesado que se hace del discurso de las personas con discapacidad para justificar el quebrantamiento de derechos de otros colectivos en situación de desventaja. En este caso, el vicepresidente describía la “bandera Anguesomo” a partir de la autenticidad ecuatoguineana frente a lo exógeno, la comunidad LGTBIQA+, y que en su opinión constituye una falta de respeto a todo un país.



Sin país e inhabilitada está Gema Jones Ndjoli. No existe una orden que le prohíbe la entrada a Guinea Ecuatorial, pero el acoso cibernético que acompaña su carrera transmite el siguiente mensaje: hasta que renuncies a ser trans y activista no te dejaremos; en nuestra sociedad no queremos a mujeres disfrazadas de hombres y viceversa; vete a España. Jones Ndjoli considera que el Colegio de Abogados ejerce acoso LGTBIQA+ fóbico y misógino contra ella, y lo ha denunciado en varias ocasiones, pero tanto ella como Ana María Anguesomo Nzang transgreden el “modelo de mujer virtuosa” que ya destacó la primera dama Constancia Mangué Nsue Okomo en 2019, utilizando la estrategia política cripwashing, la misma que el vicepresidente en el caso “bandera Anguesomo”.



El “modelo de mujer virtuosa” está institucionalizado en la comunidad LGTBIQA+. Las familias, cuando sus hijas queer deciden asumir la maternidad, solas, o en parejas con mujeres, recurren a los poderes públicos, a las comisarías de policía y al Ministerio de Asuntos Sociales e Igualdad de Género principalmente para derogarles la patria potestad sin documento administrativo que lo certifique. El proceso convierte a las mujeres queer en “no mujeres”. Así se recoge en el Informe Sobre Lesbofobia, Derechos Humanos y Redadas Policiales en Guinea Ecuatorial.



Que las lesbianas y las bisexuales se pongan a parir. En nuestro país hay pocos habitantes. Con este discurso se posicionó la primera dama Constancia Mangué Nsue Okomo frente a la presión internacional surgida en torno al Examen Periódico Universal correspondiente al Tercer Ciclo.



Las narrativas LGTBIQA+ fóbicas y lesbofóbicas contravienen la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW) y su Protocolo Facultativo, ratificados por Guinea Ecuatorial. La salud mental y la exclusión ocupan el primer eslabón de obstáculos que enfrentan las mujeres queer ecuatoguineanas, pero se cristianizan a su vez retos que siembran resiliencias. Una parte de sociedad ecuatoguineana, en su mayoría joven, valora la valentía que desprenden. Este espaldarazo transmite un mensaje, que las vidas de las mujeres queer sí cuentan, aunque las políticas marcan sus cuerpos y carreras profesionales.




Trifonia Melibea Obono es representante de la organización Somos parte del mundo Guinea Ecuatorial y es la relatora del informe "Estamos solas en el Mundo. Tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes contra las Minorías Sexuales en la República de Guinea Ecuatorial".
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Francia retira también las tropas de Costa de Marfil, su último bastión en África occidental




París devuelve a las autoridades marfileñas la base militar de Port-Bouët, centro logístico de sus operaciones antiyihadistas en la región






JOSÉ NARANJO
01 DE ENERO DE 2025 - 14:29 CET



Tras su expulsión de Malí, Burkina Faso y Níger, y anunciarse su salida de Chad y Senegal , las tropas francesas también tendrán que retirarse de Costa de Marfil. Así lo anunció, en su discurso de Fin de Año, Alassane Ouattara, presidente marfileño, quien indicó que se trata de un repliegue “concertado y organizado” que comenzará este mes de enero. Mientras tanto, Bassirou Diomaye Faye, presidente de Senegal, aseguraba también en su último discurso del año que la salida de las tropas francesas se hará efectiva en 2025. De esta manera, la presencia militar francesa se desvanece por completo de África occidental y solo se mantiene. en dos países del continente, Gabón y Yibuti.




“Podemos sentirnos orgullosos de nuestro Ejército, cuya modernización ya es efectiva”, dijo Ouattara este martes, “y en ese contexto hemos decidido la retirada concertada y organizada de las Fuerzas Francesas de Costa de Marfil. La base del 43 Batallón de Infantería de Marina de Port-Bouët será devuelta a las Fuerzas Armadas de Costa de Marfil desde este mes de enero de 2025″. Dicha base era hasta ahora el centro neurálgico de las intervenciones militares francesas en África occidental, sobre todo, en su lucha contra el yihadismo, y alberga a unos 600 soldados. El Ministerio de Defensa francés ya preveía una reducción de sus efectivos hasta llegar al centenario.




A diferencia de sus vecinos africanos, la decisión de Alassane Ouattara se produce en plena coordinación con el plan de repliegue anunciado por Francia en 2024. Sin embargo, su anuncio solemne en un discurso oficial permite al presidente marfileño anotarse el tanto ante la opinión pública a tan solo diez meses de unas elecciones presidenciales claves para el futuro de este país. Pese a llevar tres mandatos en el cargo , el propio Ouattara no ha desvelado aún si será candidato a dichos comicios. “Las elecciones serán tranquilas, transparentes y democráticas”, se limitó a decir en su discurso de Fin de Año.




En Dakar, el senegalés Faye escogía el mismo formato para poner fecha a la retirada francesa de su territorio, que ya anunciara hace un mes. “He dado orden al ministro de Defensa para proponer una nueva doctrina de cooperación en materia de defensa y seguridad que implique, entre otras consecuencias, el fin de toda presencia militar extranjera en Senegal a partir de 2025″, aseguró Faye. Este país acoge en la actualidad a unos 350 soldados franceses dedicados en su mayor parte a tareas de formación de los ejércitos de la región, según el Ministerio de Defensa francés.




Por su parte, las tropas francesas ya han iniciado su retirada de Chad tras la ruptura del acuerdo de cooperación militar por parte de Yamena hace un mes. El pasado 26 de diciembre, 30 soldados franceses cedieron al Ejército chadiano la gestión de una base militar en Faya-Largeau, en el norte del país, y emprendieron rumbo a la capital. El próximo campo militar que será devuelto al Ejército chadiano será el de Abeche y finalmente la base Kossei junto al aeropuerto. Las autoridades chadianas exigieron que dicha retirada fuera efectiva antes del 31 de enero de 2025.




Con la retirada de Senegal, Chad y Costa de Marfil a lo largo de este año, a París tan solo le quedará presencia militar en dos países africanos: unos 350 efectivos en Gabón y otros 1.500 en Yibuti. Para Francia, este último es fundamental al tratarse de una plataforma estratégica logística y operacional que se asoma a una ruta marítima clave en el comercio mundial y desde donde es posible intervenir en poco tiempo no solo en África, sino sobre todo en Oriente Próximo y el Océano Índico. La presencia militar francesa no está en cuestión en Yibuti, que también acoge bases militares de Estados Unidos, China, Japón e Italia.




Hace apenas cinco años, Francia tenía desplegados a unos 10.000 soldados en el continente, la mitad de ellos en la Operación Barkhane de lucha contra el yihadismo en Malí, Burkina Faso y Níger. Sin embargo, el propio fracaso a la hora de combatir esta amenaza, la creciente ola de soberanismo que recorre la región, la subida al poder de juntas militares en estos tres países mediante golpes de Estado y el acercamiento de estas a Rusia, con la llegada de mercenarios e instructores, precipitaron la expulsión de los últimos soldados franceses en el Sahel y el fin de las operaciones galas y europeas en la región.
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Pensamiento critico, el ultimo dique frente a la mentira





Desarrollar un criterio propio en medio de la actual desinformación y manipulación resulta imprescindible, y clave en la formación de futuros talentos






Miguel Ángel Garcia Vega
12 MAY 2024 · 05:30



Escribió Francis Scott Fitzgerald (1559-1904) que “la prueba de una inteligencia de primer nivel es la capacidad de tener dos ideas opuestas en la mente al mismo tiempo y seguir manteniendo la capacidad de funcionar”. La cita del escritor estadounidense procede de The Crack-Up (El hundimiento). El ensayo, que cumple casi un siglo, es una confesión crítica: relata la sumisión de Fitzgerald al alcoholismo, el desperdicio de su enorme talento, el hundimiento de su existencia. Curiosamente, aquellos días (finales del XIX) Nueva York se elevaba como su milagro dorado. Un in crescendo que la periodista y escritora argentina Leila Guerriero traslada a nuestros días. “En una era donde el ruido de la conversación está a todo volumen y proviene desde todos los ángulos, formarse un criterio propio en medio de la bulla, la desinformación, las contradicciones, la desmemoria, la manipulación de los discursos y los relatos puede ser difícil, pero resulta absolutamente necesario. Tan necesario como revisar y discutir ese criterio propio a menudo para que no se transforme en dogma”, reflexiona.




El sentido crítico comienza en los cambios de clase de los institutos y la algarabía de los chicos. Kiko Martín, profesor de Historia en el colegio Pío XII de Valencia, lleva dos décadas enseñando. “La Historia la relacionamos con temas de actualidad para que los jóvenes aprendan a discernir un discurso populista o demagógico de uno serio en términos políticos, culturales o literarios”, desgrana. En Literatura y Lengua también aprenden con textos de crítica social. La obsoleta idea de memorizar pierde terreno frente a la compresión lectora y la escritura.




El Ministerio de Cultura y Deporte quiere más pensamiento autónomo y menos memoria. Sobre todo en la EBAU (prueba de acceso a la Universidad). Algo que impulsaron hace lustros, por ejemplo, los liceos franceses. En la Universidad de Navarra, el 7% de los créditos totales pasan por los Seminarios de Grandes Clásicos. Grupos pequeños, 25 alumnos, dentro de lo que llaman “Core Currículum” (currículo esencial). Charlas, reflexiones sobre puntos de vista distintos que los alumnos deben defender. “Fomentamos el pensamiento crítico”, apunta José María Torralba, catedrático de Filosofía Moral y Política del centro. “La autonomía de razonar por uno mismo y, también, la trascendencia de valores como la humildad, lo minucioso y, desde luego, la valentía de exponer las ideas propias y no dar nada por seguro. Entramos en un mundo muy complejo y tenemos que construir un ejercicio para distinguir lo verdadero frente a lo falso”. Las normativas cambian. “Una democracia no es tal si faltan votantes con espíritu crítico; las empresas los necesitan para ser creativos, contribuyen a incrementar la productividad y la IA requiere de esa mirada; todas las nuevas compañías lo precisan”, desgrana.





Educar la mirada critica





Esta es una lectura; otro experto pasa las páginas con una mirada crítica sobre la crítica. “Es cierto que se tiene el presentimiento real de que las universidades han desistido de la educación del pensamiento crítico en su programa académico”, subraya Jesús Pérez Peña, director del Aula Cultural Manuel Alemán de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. El filósofo Günther Anders —recuerda Pérez Peña— ya avisó de que “la historia se juega en una situación del mundo denominada técnica y, por tanto, esta se convierte en la actualidad en el sujeto de la historia”. Esto se traduce en la proyección de la enseñanza basada en adquisición de competencias orientadas a la empleabilidad en el mercado técnico-científico. Pero el pensamiento crítico no puede darse —sintetiza el experto— sin alguna forma de distancia y libertad frente al crecimiento económico y lo que podríamos llamar “capitalismo cognitivo”.




El conocimiento ya no se oculta —como en El nombre de la rosa, de Umberto Eco— en antiguos incunables; los medios digitales compiten con las palabras en papel o pantallas. “Hay que conocer qué está pasando en el mundo en clave audiovisual y lectora. Son lenguajes que se complementan”, subraya Enric Prats, profesor de Pedagogía Internacional de la Universitat de Barcelona. Guiar en este camino al espacio crítico corresponde al docente. Pero con una idea. “Solo cuando el joven se pregunta a sí mismo, entonces, le ha calado el mensaje y se abre a lo crítico”, asevera Prats.




En los pupitres de Esade han lanzado Bachelor in Transformational Leadership and Social Impact. Incluye tres horas semanales de Clases de Diálogo Socrático. Desde trascendentales dilemas como qué es la amistad, o la justicia, hasta la responsabilidad social de la IA. Es la primera promoción, matiza Sira Abenoza, profesora del departamento de Política, Sostenibilidad e Innovación, dura cuatro años y aprenden a formular preguntas con valor. Aprender a entender un mundo que hasta a Mafalda le resulta complejo.



Preparados para preguntar




Allá por los años ochenta, en un instituto de Alcobendas (Madrid), José Luis Fernández fue profesor de la actriz Penélope Cruz. “A todos los chicos les enseñaba lo mismo: a razonar por su cuenta”. Transcurrido el tiempo, dirige la cátedra Iberdrola de Ética Económica y Empresarial de la Universidad Pontificia Comillas. Y añade: “Todo pensamiento es crítico. No puedes interactuar con los demás sin preguntar. Por ejemplo, a los profesionales les enseñamos el valor del escepticismo y a razonar sin prisas”. A la vez, todo este entorno de ChatGPT aún está lejos del ser humano. "Cuando lo abren, les inquirimos a los chavales qué les pregunta primero la máquina. ‘¿Qué quieres saber?’, dicen. Solo el hombre está preparado para preguntar”, reconoce. Por eso imparten talleres de debates donde la palabra retorna a la Grecia clásica. ¿Cuál es tu pregunta? Escucha el maestro.
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“La historia negra es una historia de terror”: la literatura y el cine de miedo plantan cara al racismo de la era Trump





El cineasta Jordan Peele selecciona a sus autores negros favoritos en ‘Ahí fuera gritando’, una antología de relatos que sirven de punta de lanza de la industria cultural contra los clichés raciales






BORJA BAS
Madrid
04 ENE 2025 - 05:30 CET



A mediados de octubre, la comunidad del terror estadounidense, encabezada por Stephen King, expuso su mayor miedo al mundo: el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Para contribuir a frenarlo, escritores, cineastas y otros agentes culturales organizaron un evento online bautizado como Scare Up The Vote (juego de palabras traducible como Suma tu voto) a favor de Kamala Harris, la candidata del Partido Demócrata. No por casualidad, algunas de las voces más destacadas de este encuentro eran racializadas: desde Tananarive Due, autora de referencia de lo que se conoce como black horror (terror negro), hasta el indio piesnegros Stephen Graham Jones.





Entre los participantes estaba también el neoyorquino de origen trinitense P. Djèlí Clark, que pocos días después de la victoria de Trump viajó a Barcelona con motivo del festival 42, dedicado a la literatura fantástica. Clark refrendó allí una de las máximas proclamas de su colega Tananarive Due. “Ella siempre dice que ‘la historia negra es una historia de terror negro’. Inevitablemente, los autores afroestadounidenses hemos crecido bajo el influjo de los movimientos por los derechos civiles y con una herencia cultural producto de la opresión social desde el esclavismo hasta hoy. Eso se refleja en las historias que contamos y en cómo las contamos”, explicó a EL PAÍS. En Ring shout. Nuestro cántico (Obscura Editorial, 2021), su novela más exitosa, Clark convierte el segundo advenimiento del Ku Klux Klan en una fantasía oscura, protagonizada por mujeres soldado negras en lucha contra un ejército de monstruos encapuchados abducidos tras ver El nacimiento de una nación. “No podemos olvidar que fue la primera película que se proyectó en la Casa Blanca, en 1915. Su popularidad propició una oleada de racismo asesino por todo EE UU”, recuerda.






En el filme de D. W. Griffith, el Ku Klux Klan salva a una mujer blanca a punto de ser violada por un esclavo liberto (un actor blanco con la cara pintada de negro, lo que en el argot racista se conoce como un blackface). El pánico infundado al negro violador trajo una oleada de linchamientos por todo el país. En respuesta, el historiador panafricanista W. E. B. Dubois publicaría el relato posapocalíptico El cometa (1920), en el que una chica blanca y un chico negro, únicos supervivientes de un meteorito que destruye Nueva York, se unen por encima de la barrera racial… hasta que aparece el hombre salvador blanco a restablecer el orden. “El contexto histórico es importante. Mientras escribía Ring Shout, no podía imaginar que su publicación coincidiría con el asesinato de George Floyd a manos de la policía [al que seguirían numerosas manifestaciones del movimiento Black Lives Matter]. Pensaba que mi novelita serviría de recordatorio, pero no hace falta recordar nada, porque todo ese terror real que vivimos los negros sigue igual de presente en EE UU. ¿Viste lo de los ciudadanos negros estadounidenses recibiendo mensajes anónimos a través de sus móviles amenazándolos con enviarlos de vuelta a recoger algodón tras la reelección de Trump? El linchamiento hoy sigue llegando con todas las herramientas a su alcance. Y eso es infinitamente más terrorífico que cualquier historia que un escritor como yo pueda publicar sobre el Ku Klux Klan”, reflexiona Clark.





'El nacimiento de una nación', de D. W. Griffith, se convirtió en el primer 'blockbuster' de la historia y sentó las bases del cine tal y como lo conocemos. También promovió la supremacía blanca y demonizó a los negros.





P. Djèlí Clark es uno de los 19 autores escogidos por el cineasta Jordan Peele para la antología de relatos de black horror Ahí fuera gritando (Minotauro), recién traducido al español. El libro recoge historias de otros esenciales de hoy, como la mencionada Tananarive Due, Cadwell Turnbull, Nnedi Okorafor, Tochi Onyebuchi o N. K. Jemisin. En el prefacio, Peele escribe que “el terror es una forma de superar tus mayores miedos o angustias… pero para las personas negras no es posible —ni lo ha sido durante décadas— sin empezar por contar sus propias historias”. El director ganó el Oscar a mejor guion original dando la vuelta a las narrativas tradicionales del terror con personajes negros em su ópera prima, Déjame salir (2017). En ella, una élite de blancos privilegiados prolongan sus vidas secuestrando, subastando y trasplantando sus conciencias a cuerpos de jóvenes negros. Su estreno coincidió con Trump sustituyendo a Obama en la presidencia. “Déjame salir es un documental”, tuiteó irónicamente su artífice




La académica Robin R. Means Coleman, especializada en la representación de la comunidad negra en el cine de terror, ha convertido la filmografía de Peele en objeto de estudio en sus clases. “Con Déjame salir fue un paso más allá. Puso en cuestión lo que el crítico cultural Rich Benjamin llama las ‘utopías suburbiales blancas’, esas comunidades residenciales convertidas en un bastión de la seguridad para la gente neoliberal blanca. De repente, el peligro eran ellos y el lugar seguro, el Brooklyn negro”, dice por videoconferencia. Means Coleman produjo en 2019 el documental Horror noire: A History of Black Horror, desde el que nos recuerda que “aunque ahora haya un renacimiento del black horror, ha habido creadores interesantes durante décadas. Podemos remontarnos a los años veinte, treinta y cuarenta, con cineastas como Oscar Micheaux o Spencer Williams. O a gente que marcó una época, como William Crane con Blacula [la versión blaxploitation del vampiro de 1972] y Rusty Candieff, director de Tales from the Hood”. Esta última, una especie de Creepshow producida por Spike Lee en 1995, abordaba con humor y horror temas como el racismo institucional, la violencia de género, los conflictos pandilleros o la brutalidad policial, con un episodio que saldaba cuentas con otro de la vida real: la absolución de cuatro policías por apalear al taxista Rodney King, que provocaría los peores disturbios raciales de la historia de Los Ángeles.




El protagonista negro de 'La noche de los muertos vivientes', Duncan Jones, añadió una textura extra de tensión alzándose como protector de un grupo de blancos aterrados.




Con La noche de los muertos vivientes (1968), rodada en plena revolución por los derechos civiles, se produjo un punto de inflexión. George A. Romero escogió a Duane Jones como protagonista de la película porque “fue el mejor actor que se presentó el día del casting”. Por primera vez en el cine, el negro no era ni la víctima ni el peligro, sino el protector contra los monstruos. “Según acabó el rodaje, en un pueblo de Pensilvania, Romero ha contado que metió las latas en su coche para ir a montar a Nueva York y en el viaje escuchó por radio la noticia del asesinato de Martin Luther King. Quiero pensar que en ese momento fue consciente de lo que intuitivamente había filmado. Se convirtió en un clásico instantáneo por su capacidad para reflejar las turbulencias sociales que estaban teniendo lugar en EE UU en esa época”, reflexiona Means Coleman. Esto es, una nueva realidad racial: las marchas pacíficas habían dado paso a las revueltas para plantar cara a las persecuciones y asesinatos.




La condición de héroe de la película de Romero no quita que el protagonista acabe tiroteado por las autoridades blancas y quemado en una pila de zombis. Es uno de los grandes clichés del cine de terror: el negro muere. Means Coleman es coautora de un libro que se titula, precisamente, The black guy dies first (el negro muere primero), en el que analiza todo esto que hoy puede sonar a chiste. Es el “negro sacrificial”, dispuesto a dar su vida por el protagonista blanco. Un ejemplo: Kubrick matando al único personaje negro de El resplandor (interpretado por Scatman Crothers) para provocar un impacto en el tramo final de la película, mientras que en la novela de King el personaje sobrevive. Otro tropo habitual: el del “negro mágico”, que gracias a su percepción paranormal y hechizos ayuda al blanco a conseguir sus fines. Algo que Whoopi Goldberg llevó al extremo de la parodia en Ghost (1990). “Hay comedias de terror que han jugado a desmontarlos, como las de Scary movie o Los Black se van de purga (2016). La chica final [como se conoce a la superviviente de los filmes slasher, de psicópatas asesinos] ya no siempre es la blanca, pero aún queda mucho por avanzar. El negro sacrificial persiste, no solo en el terror. Cuando ves películas como Civil war (2024) e introducen a ese personaje negro mayor que no va a poder salir corriendo cuando se presente el peligro, ya sabes que se va a sacrificar por el personaje blanco”, señala Means Coleman.




El personaje interpretado por Scatman Crothers en 'El resplandor', de Stanley Kubrick, es uno de los ejemplos más polémicos del cliché del 'negro sacrificial', dispuesto a dar su vida por la causa del protagonista blanco.






La profesora Kinitra Brooks, especializada en estudios culturales negros y autora de La guía negra para Lovecraft Country, piensa que “muchos de estos clichés provienen de los blancos, que han dominado la industria visual, haciendo una lectura de la negritud; pero se han quedado viejos. En los años recientes se le está dando la vuelta. Primero, porque los blancos están más versados. Segundo, porque cada vez hay más voces negras plasmando nuestra realidad: si es un negro quien habla de la magia, en lugar de algo maligno puede ser una conexión con nuestros ancestros, un instrumento de poder. Y tercero, la conversación ha avanzado a otro lugar, las audiencias actuales reclaman discursos más sofisticados”, comenta Brooks por videoconferencia.




Means Coleman se encarga de recordar que “no hay cliché más dañino que el de borrar sistemáticamente la presencia de gente negra, ha sido la manera más efectiva de silenciarnos históricamente”. Aunque el cambio empieza a ser palpable. Según la web Blackhorrormovies.com y su responsable, Mark H. Harris (coautor de The black guy dies first), en 2023 “los papeles de negros en el cine y las series de terror se triplicaron desde el estreno de Déjame salir en 2017″. Sin embargo, queda una cuenta pendiente en la industria: a pesar de la cantidad de novelas y relatos publicados por autores negros, difícilmente sus obras son escogidas para adaptarse a la pantalla. “Y cuando sucede, se pierden muchos detalles y se privilegian otros para llegar a las grandes audiencias. Si lo hacen hasta con Stephen King, imagínate con obras de autores racializados”, continúa Coleman. Los seguidores de Octavia E. Butler, por ejemplo, se llevaron un chasco al encontrarse con una visión hueca y reduccionista del trauma negro en la reciente adaptación a miniserie de Parentesco (1979), novela de referencia en la que una escritora negra viaja accidentalmente al pasado para toparse con sus antepasados esclavizados.




La literatura de terror negra siempre ha tenido un papel político, como se encarga de recordar Kinitra Brooks, precisamente acudiendo a otras ficciones especulativas de Octavia E. Butler traducidas recientemente al castellano: La parábola del sembrador y su secuela, La parábola de los talentos. En esta distopía publicada en los noventa y situada en las décadas de los veinte y treinta del presente siglo, un candidato presidencial fundamentalista cristiano se presenta como la mejor solución para un EE UU asolado por el colapso del capitalismo, el desastre ecológico y el racismo estructural enarbolando este eslogan de la victoria: ‘Make America great again’. ¿Les suena? “En esos libros súper oscuros sobre el fin del mundo, Butler no solo acertó en la época, sino en el tema. Vio lo que bajaba por el sumidero y nos brindó una guía para sobrellevarlo. Aunque las cosas se pongan mal, los negros lo hemos pasado peor. Mi padre siempre me recordaba: ‘Nací en los cincuenta y crecí en los sesenta: vamos a estar bien’. Sabemos qué es estar en la lucha, aunque aún quede mucha por delante”, concluye Brooks.
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Prescripción médica




El desafío del año que empieza es enfrentarse a los hechos y desmontar los relatos que los ocultan y deforman






JOSÉ ANDRÉS ROJO
03 ENE 2025 - 05:00 CET



El año ha empezado con un atentado en Nueva Orleans que ha dejado al menos 15 muertos y con la explosión de un coche en Las Vegas delante de un hotel de Donald Trump en la que falleció el conductor. No son buenas señales ante lo que se nos viene encima, el panorama es bastante desalentador. En Estados Unidos, las maneras arbitrarias y caprichosas de Trump se instalarán de nuevo en la Casa Blanca después de dejar turulatos a los demócratas tras su aplastante victoria en las elecciones de noviembre. Y Maduro conservará el poder en Venezuela, a pesar de lo que quiera hacer la oposición, y lo hará sin haber mostrado el resultado que dieron las urnas en su país y riéndose abiertamente de las reglas de la democracia y de los países que las defienden.





Europa da señales de una alarmante fragilidad. No hay en Bruselas nada que se le parezca a una firme voluntad común de enfrentarse a asuntos tan importantes como la guerra en Ucrania o la llegada de millares de inmigrantes que buscan en el viejo continente un futuro mejor. Francia y Alemania pasan, además, por momentos difíciles. No es fácil imaginar el tipo de papel que le tocará representar a la Unión en el nuevo mundo que parece estar configurándose, y en el que, con tantas turbulencias internas, es posible que tenga poco que decir. Luego está el polvorín de Oriente Próximo: los desmanes brutales de Israel, el horror que viven los palestinos, la radicalidad arcaica del régimen de los ayatolás, la incierta situación de Siria. Etcétera. Ruido por todas partes, inestabilidad, conflictos que se quedan enquistados y que no parecen tener solución.




Y todo ocurre en un marco en que la llamada comunicación se rige por las emociones y los estados de opinión que imponen las redes sociales donde la realidad desaparece y se instalan los relatos que la interpretan . No hay ya manera de enfrentarse a lo que ocurre sin las historietas que ocultan los hechos y los maquillan y deforman. “El propósito del arte es revelar las preguntas que han sido ocultadas por las respuestas”, decía el escritor James Baldwin.




Ahora hay solo respuestas, podría decirse, y en vez de pedirle al arte que revele las preguntas, quizá habría que insistir en que esa es también tarea propia de la información. Dar cuenta lo que hay más allá de los envoltorios. La cita de Baldwin la recoge Mariano Peyrou en Free jazz (Anagrama), un breve libro que publicó hace unos meses. Hubo un momento, a finales de los cincuenta, en que los músicos afroamericanos dieron un golpe en la mesa para romper la dinámica de las cosas y reclamar un poco de anarquía frente a la melodía que gobernaba los sonidos hasta hacerlos irrelevantes. Los relatos que ahora se imponen tienen la consistencia de esa melodía que se elabora para ocultar las aristas y la complejidad y ambigüedad de cuanto sucede. El free jazz, explica Peyrou, “señala el conflicto”. Es una manera de decir que no hay por qué tragar con una versión empaquetada de las cosas, tampoco con las que proponen los políticos. Y no importa tanto, en este contexto, la manera en que el free jazz procedió para trastocar las reglas de juego. Lo que tiene que tomarse casi como prescripción médica, y no tanto como parte de una lista de buenos propósitos para este 2025, es la necesidad de volver a los hechos. Escuchar las disonancias, mirar de frente el desorden y el caos, aceptar el ruido, y no contentarse con un amable cuento que certifica nuestros prejuicios
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James Baldwin al completo y sin censura





Figura clave del siglo XX, el escritor estadounidense rompió con el tabú de la raza y la homosexualidad en sus novelas, obras de teatro y ensayos. Su centenario alumbra la traducción de toda su obra y su publicación sin cortes ni cambios






ANDREA AGUILAR
25 JUL 2024 - 05:30 CEST



Carismático, valiente y obstinado en su lucha por alcanzar la libertad como creador, James Baldwin (Nueva York, 1924 - Saint-Paul-de-Vence, Francia, 1987) fue nieto de esclavos y predicador en su adolescencia temprana, se forjó como crítico en el West Village de Nueva York en los años cuarenta y como novelista y ensayista cuando vivía como expatriado en Francia y Turquía. “Había dicho que sería un escritor, Dios, Satán o Mississippi mediante, y el color no importaba porque iba a ser libre”, sentenció en uno de sus ensayos. El escritor, cuyo centenario se celebra este 2 de agosto, denunció alto y claro la injusticia racial en Estados Unidos, formó parte del movimiento por los derechos civiles y fue una de las primeras voces en escribir sin tapujos sobre relaciones homosexuales en sus obras teatrales y novelas.




Curiosamente, las menciones a España recorren de forma discreta su obra: en el prólogo de su colección de ensayos Nadie sabe mi nombre cita España cuando se refiere a su experiencia en Europa y la necesidad de regresar a Estados Unidos; en la novela El cuarto de Giovanni, España es el país al que viaja la novia del narrador protagonista; mientras que en Otro país los personajes discuten sobre un posible viaje al sur de los Pirineos para acabar denunciando la connivencia de Estados Unidos con el régimen franquista. Vuelve a incidir en esto en su célebre ensayo La próxima vez el fuego: “Defendemos nuestro papel en España refiriéndonos a la amenaza rusa y la necesidad de proteger el mundo libre”.





Hubo al menos una visita a Bilbao de Baldwin en los cincuenta aún mal documentada, pero sí consta que en la siguiente década el escritor asistió a los encuentros literarios de Formentor en 1962 y después mantuvo un breve affaire con Jaime Gil de Biedma, que le dedicó un poema; también fue amigo de Gabriel Ferrater. Su último viaje a España fue ya en tiempos de la joven democracia en 1984, apenas tres años antes de morir en Francia como consecuencia de un cáncer.




Cuando el dictador aún estaba vivo el nombre de James Baldwin aparecía con relativa frecuencia en la prensa española por su vinculación con el movimiento que denunciaba y combatía la sistémica segregación y discriminación racial en EE UU. También fue recurrente la presencia del escritor, cuya obra tuvo un enorme eco durante los cincuenta y sesenta, en los informes de los censores franquistas que rechazaron reiteradamente la publicación de su trabajo, algo en lo que estaba empeñada la editora Esther Tusquets, al frente del sello Lumen.




El escritor era más conocido que leído en España; de hecho, lo primero que se tradujo suyo fue una obra de teatro (Blues para Mr. Charlie, Lumen, 1966), aunque circularon algunos ejemplares de Otro país, editado por el sello argentino Sudamericana en 1965, y Lumen logró sacar Nadie sabe mi nombre en 1970 y Ve y dilo a la montaña dos años después. Esta última obra, según los censores que impusieron notables cortes, era “una novela excesivamente cruda cuya expresividad descarnada puede ocasionar escándalo”, tal y como recoge en un estudio sobre la obra del autor afroamericano y la censura franquista Jordi Cornellà-Detrell, profesor de la Universidad de Glasgow.




La investigación, que Cornellà-Detrell ha ampliado con un artículo sobre el rastro de España en el trabajo del escritor, muestra además algo sorprendente: los cortes y cambios que sufrieron los libros de Baldwin, en la península Ibérica debido a la censura franquista y en Argentina por decisión de sus editores, no fueron corregidos en las reediciones posteriores. “Las consecuencias más nocivas de la censura no fueron solo que algunos de sus libros apareciesen con recortes, sino que obras importantes, que habían tenido un gran éxito en Europa, no pudiesen aparecer hasta bastante más tarde”, explica Cornellà-Detrell. “Esto distorsionó la recepción de Baldwin en España: una novela tan importante como El cuarto de Giovanni, por ejemplo, solo pudo ser publicada por Bruguera en 1980, y muchos de sus ensayos todavía no han sido traducidos”.




El centenario viene a corregir esto y así en 2024 ha arrancado un nuevo impulso editorial que se prolongará varios años y que permitirá al público en español encontrarse con Baldwin sin cortes y al completo. Dos sellos independientes, Sexto Piso y Capitán Swing, publicarán, respectivamente, toda la ficción y no ficción del autor con nuevas traducciones. También en catalán aparecerán los títulos de Baldwin a cargo de Trotalibros y Tigre de papel. “Desde 2018 hemos tratado de recuperar su obra, que estaba bastante desperdigada y, en algunos casos, descatalogada”, explica José Hamad desde Sexto Piso. El cuarto de Giovanni ha sido la primera novela que este sello ha sacado esta primavera, una apasionada y trágica historia de amor entre el narrador y un camarero italiano, y seguirán con Ve y dilo a la montaña, el debut de Baldwin publicado en 1953 gracias a la ayuda de Richard Wright. Y, aunque los cortes que modificaron la relación homosexual y suprimieron las referencias a las drogas en la versión argentina de Otro país fueron corregidos en la traducción de hace unos años de Tres puntos, ahora sacarán una nueva versión, y saldrán, además, todos los cuentos de Baldwin reunidos en Nadie sabe mi nombre.



Llegó a ocupar la portada de ‘Time’ y a viajar con Belafonte y Poitier a Kenia para celebrar su independencia





En Capitán Swing han arrancado con el ensayo que reúne las dos cartas que Baldwin escribió a uno de sus sobrinos, publicadas originalmente en 1962 en The Progressive y The New Yorker, y reunidas en La próxima vez el fuego. Este escueto y emocionante texto, testimonio capital de lo que supone ser un hombre negro en Estados Unidos a mediados del siglo XX es una piedra angular de la lucha por los derechos civiles, cuyo eco ha traspasado generaciones, que han vuelto a dialogar con Baldwin. Valgan como ejemplo de esa conversación el libro coral editado por Jesmyn Ward Esta vez el fuego (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo) o la carta que Ta Nehisi Coates escribió a su hijo, tomando como modelo las de Baldwin, en Entre el mundo y yo (Seix Barral). “Desde que arrancamos la editorial hemos publicado textos de Frederick Douglas, W. E. B. Du Bois, Malcolm X o Angela Davis, y Baldwin encajaba perfectamente en nuestro catálogo; era importante sacar su obra”, explica Blanca Cambronero, editora de Capitán Swing. Incorporarán en los próximos años cuatro títulos más, entre los que figuran Nadie se acordará de sus nombres y Notas de un hijo nativo, que permanecía inédito.




El centenario de Baldwin impulsa su obra no solo en España sino en más de 15 países, según los datos facilitados por su agente, Ayesha Pande. Exposiciones, charlas, nuevos montajes de sus obras, clubs de lectura y proyecciones de documentales o del célebre debate que Baldwin mantuvo con William F. Buckley en la Universidad de Cambridge recorren todo Estados Unidos y se expanden por Reino Unido, Francia, Alemania y Turquía. “La obra de Baldwin ha pasado por varias fases, desde el apogeo de los sesenta hasta un cierto olvido en los noventa. En las últimas décadas ha resurgido: temas como la homosexualidad que trató en su obra, los debates sobre la descolonización o la lucha de Black Lives Matter han ayudado a revalorizar su trabajo”, sostiene Cornellà-Detrell, quien destaca la absoluta independencia de este autor. “Nunca escondió nada y tiene valor en su contexto y hoy en día. Está absolutamente vigente”.




Antes de que el asesinato de jóvenes negros en las calles de Estados Unidos en los últimos años volviera a poner sobre la mesa la violencia y sistémica injusticia hacia la población afroamericana, la llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos en 2008 trajo el eco de la obra de Baldwin, autor de cabecera del expresidente. Ese regreso en 2016 saltó a la gran pantalla y llegó al gran público con el multipremiado documental I Am Not Your Negro de Raoul Peck, que toma como ejemplo el libro inconcluso de Baldwin, Recuerda esta casa, leído en el filme por Samuel L. Jackson.




“La gente conoce su lucha por los derechos civiles, algo que fue esencial en su trabajo, pero quizá no tanto sus reflexiones sobre la condición humana, sobre el respeto y la dignidad que merece toda persona”, explica al teléfono su sobrino Karim Karefa, hijo de Gloria, hermana de Baldwin. “La manera que tenía de sobreponerse a la tragedia, de señalar los problemas, de reconocer lo que estaba pasando y cómo afectaba a blancos y negros fue reveladora. Y mantiene su relevancia porque entiende y conoce la historia, pero mira hacia el futuro”. Karefa destaca la manera que Baldwin tenía de dirigirse a niños y jóvenes, su forma directa de exponerse al retratar una historia, la suya, que sucedió en Harlem pero que podía situarse en muchos otros lugares. “Seguimos bregando con el racismo, pero él se adelantó a su tiempo al señalar lo que acarrearía no atajar los problemas”, concluye.





Nacido hace cien años en el hospital de Harlem fuera del matrimonio, James Arthur Jones tomó el apellido de David Baldwin, un predicador de la iglesia baptista estricto e inflexible, que se casó con su madre cuando él tenía tres años, marcó su infancia y terminó en un sanatorio. El matrimonio tuvo otros ocho hijos, y James encontró un refugio en la lectura, gracias al apoyo de profesores que le ayudaron en la escuela. Fue compañero de instituto en el Bronx del fotógrafo Richard Avedon, con quien editó la revista escolar The Magpie. Y en esos años parece ser que Baldwin se acercó a la Guerra Civil española, que llegó a inspirar, como él mismo contó, uno de sus primeros textos, del que no se conserva ninguna copia. “Uno de sus maestros, Orilla Miller, criticaba abiertamente el capitalismo y era un defensor de la causa republicana”, adelanta el profesor Cornellà-Detrell, “Baldwin reconocía que heredó de Orilla su compromiso por la causa antifascista en España”.





A los 19 años, tras la muerte de su padrastro, Baldwin se instaló en el West Village, corazón de la bohemia de aquel entonces en Nueva York. Trabajó como camarero y empezó entonces a colaborar como crítico en distintas publicaciones de la intelligentsia neoyorquina del momento como The Nation, Commentary o The Partisan Review. Entre sus amigos de aquella época estaba la dramaturga Lorraine Hansberry —a quien Nina Simone dedicó To Be Young, Gifted, and Black—, o el abogado y activista gay afroamericano Bayard Rustin, que organizó la gran marcha a Washington en 1963. Este círculo y sus extensiones son el nervio de la exposición en homenaje a Baldwin de la National Portrait Gallery de Washington comisariada por el crítico Hilton Als, que abrió este mes de julio y seguirá montada hasta abril de 2025, cuyo título This Morning, This Evening, So Soon (esta mañana, esta tarde, tan pronto) está tomado de uno de sus relatos.




El gran escritor afroamericano Richard Wright ayudó a Baldwin a conseguir una beca y en 1948 llegó a París. Tres años después logró terminar su primera novela en Suiza, donde se refugió tras una crisis nerviosa. Baldwin cargaría más tarde contra Wright en una devastadora crítica y un artículo posterior. También tuvo una sonada pelea por escrito con Norman Mailer. El autor de Los ejércitos de la noche escribió: “Baldwin parece incapaz de decirle al lector ‘que te jodan”. No era Mailer el único que atacaba al autor por su falta de radicalidad. La apabullante fama que Baldwin alcanzó tras su regreso a Estados Unidos en 1957 y hasta finales de los sesenta no estuvo exenta de controversia.




Otro país y Nadie sabe mi nombre tuvieron mucho éxito, pero fue La próxima vez el fuego el libro que le convirtió en una estrella mediática. Llegó a ocupar la portada de Time y a viajar con Harry Belafonte y Sidney Poitier a Kenia para celebrar la independencia de ese país. Su firme compromiso con el movimiento de los derechos civiles, que le llevó a participar en las marchas o a registrar votantes en Alabama, para algunos resultaba insuficiente. Su fama era vista con suspicacia en ciertos círculos del Black Power, como una prueba de que seguía el juego al establishment de los blancos. Y, sin embargo, cuentan que en 1960, frente a la chimenea de la casa de William Styron en Connecticut, dijo: “Querido, vamos a derribar y quemar vuestras jodidas casas”. Baldwin nunca respondió a las críticas vitriólicas que ya en los sesenta le lanzaban otros afroamericanos, por ejemplo, Eldridge Cleaver. A Mailer, no obstante, sí le contestó en 1961 con el contundente texto El chico negro mira al chico blanco.




Lejos de su país, Baldwin logró encontrar la distancia para reflexionar sobre su historia: “La conexión entre los blancos y los negros en América es más profunda y más pasional de lo que ninguno de nosotros quiere pensar”, escribió. Pero desde finales de los sesenta no pudo evitar quedar de alguna forma atrapado entre dos frentes. El asesinato de Martin Luther King, Malcolm X y Medgar Evers le empujó a volver a Francia. Allí volvió a encontrarle el editor Jaime Salinas, quien le había conocido en 1962 en Formentor. “Me recordó un poco a España, a los españoles que arrastran su cruz a cuestas desde hace siglos. Hablaba de una manera casi automática, como un ser que viene repitiendo lo mismo desde hace años. Al final de la cena un matrimonio americano que estaba al lado se metió con él. Más que indignación sentí tristeza. Lo que le dijeron era estúpido, injusto”, escribe Salinas en una de las cartas recogidas por Enric Bou en Cuando editar era una fiesta (Tusquets). Baldwin murió a los 67 años en su casa del sur de Francia, pero su obra hoy no deja de interpelar con urgencia al mundo.





Lecturas y exposiciones

El cuarto de Giovanni. James Baldwin. Traducción de Ismael Attrache. Sexto Piso, 2024. 192 páginas. 18,90 euros

L'habitació d'en Giovanni. James Baldwin. Traducción de Dolors Udina. Trotalibros, 2024. 216 páginas. 18,90 euros

La próxima vez el fuego. James Baldwin. Traducción de Paula Zumalacárregui Martínez. Capitán Swing, 2024. 88 páginas. 16 euros

La pròxima vegada, el foc. James Baldwin. Traducción de Rafael Tasis. Tigre de paper, 2024. 88 páginas. 16,64 euros

This Morning, This Evening, So Soon: James Baldwin and the Voices of Queer Resistance. National Portrait Gallery. Washington. Hasta el 20 de abril de 2025.

JIMMY! God's Black Revolutionary Mouth. Biblioteca pública de Nueva York. Hasta el 28 de febrero de 2025.
El fantasma del Blog
CITA(Jose Eduardo Padilla @ Nov 9 2005, 11:17 AM) *
Hola otra vez.


¡¡ A DONDE PUÑETAS VAMOS A PARAR !!

¡¡ SOCORRO !!

¡¡NO QUIERO ESE TIPO DE MUNDO FUTURO PARA MIS HIJOS!!


SR. RECTOR DE LA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID.

C/ Ramiro de Maeztu nº 7

Madrid



Esta carta, es continuación de mi texto enviado a usted por e-mail, hace escasamente minutos.

El objetivo es informar a usted, de las inexactitudes que se vierten en el texto de Internet editado por esa Universidad Politécnica de Madrid, con motivo de la financiación y patrocinio de esa Universidad, de la expedición prevista a la Gran Cadera de Lubá en fechas próximas


En la inocente creencia de que la universidad debe ejercer una actitud ética , honesta y también debe tener la docencia como objetivo permanente de su razón de ser, le ruego que como rector de esa venerable institución, tome las medidas que le dicte su conciencia, a fin de informar de la verdad a la ciudadanía de este país nuestro.


Agradecido y conmigo, la información veraz:

JEP
(datos personales)




AL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID

29/mayo/2024







La historia del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales (CEACS) del Instituto Juan March y, posteriormente, su transformación en el Instituto de Ciencias Sociales Carlos III-Juan March, es una historia de éxito.


En 1987 se creó el CEACS con la misión de mejorar la formación y la investigación en Ciencias Sociales (Ciencia Política y Sociología) en España. Un programa de becas y un exigente Máster de dos años en Ciencias Sociales permitieron a una nueva generación de doctores incorporarse a la academia internacional. Por las aulas del CEACS pasaron grandes figuras españolas de las Ciencias Sociales, la Economía, la Historia y el Derecho (entre otros muchos, Miguel Artola, Enrique Fuentes Quintana, Juan Linz, José María Maravall, Víctor Pérez Díaz y Francisco Rubio Llorente). Los cursos también fueron impartidos por algunos de los mejores profesores extranjeros en sus disciplinas (Gösta Esping-Andersen, James Fearon, Margaret Levi, Michael Mann, Adam Przeworski, Philippe Schmitter entre muchos otros). Un número importante de los estudiantes del CEACS se doctoraron en Universidades españolas y extranjeras (entre las que destacan la Universidad de Oxford, la Universidad de Nueva York, el Instituto Universitario Europeo de Florencia, Yale, Harvard, etc.), desarrollando posteriormente carreras académicas y profesionales de gran éxito, tanto en España como en el extranjero.



En 2013, el antiguo CEACS se integró en la Universidad Carlos III de Madrid como un nuevo Instituto, con financiación pública y privada, bajo el nombre de Instituto de Ciencias Sociales Carlos III-Juan March (IC3JM). En paralelo, la Universidad Carlos III creó un Departamento interdisciplinar de Ciencias Sociales. Estos cambios tenían el objetivo explícito de maximizar las sinergias entre el Instituto y el Departamento para consolidar una de las mejores instituciones de Ciencias Sociales de España y de Europa. Gracias al generoso apoyo de la Universidad, así como a la estrecha colaboración entre el Instituto y el Departamento, el objetivo original se ha alcanzado en menos de una década. Hoy, la Universidad Carlos III alberga una comunidad variada, cosmopolita e interdisciplinar en Ciencias Sociales, capaz de producir publicaciones punteras y atraer financiación para la investigación. A nadie debería sorprender que el Instituto haya obtenido un importante prestigio internacional.



Cuando en el extranjero se habla de Ciencias Sociales en España, una de las primeras referencias que viene a la mente es el IC3JM y la Universidad Carlos III. Los firmantes de esta carta sentimos una gran admiración por el trabajo realizado a lo largo de todos estos años. Por la misma razón, estamos seriamente preocupados por los últimos acontecimientos que se están produciendo en torno al IC3JM.



Ha habido una campaña de desprestigio del Instituto en la prensa, transformando un problema administrativo en un falso escándalo político y académico que afecta a la gestión del IC3JM. La actual directora del Instituto, la profesora Sandra León, que cuenta con una admirable trayectoria académica, excelentes publicaciones y una importante experiencia en gestión, se ha visto envuelta en graves acusaciones y su puesto como Profesora Titular está ahora en peligro. Nos preocupa que también se hayan vertido acusaciones infundadas contra el anterior director del Instituto, Ignacio Sánchez-Cuenca, Catedrático de Ciencia Política de la Universidad Carlos III. Si ha habido algún problema administrativo en la convocatoria de la plaza obtenida en 2021 por la profesora León, confiamos en que la Universidad lo resuelva sin perjudicar ni la carrera del profesor León ni el funcionamiento del Instituto.


Nuestra preocupación también aumenta por los retrasos en la renovación de convenios vitales para el futuro del instituto. Solicitamos al rector que salga en defensa del IC3JM y renueve acuerdos vitales que garanticen la supervivencia y funcionamiento del Instituto.


La Universidad Carlos III ha hecho una apuesta decidida y valiente por las Ciencias Sociales. Sería una tragedia que el esfuerzo realizado se diluyera ante las injustas acusaciones aparecidas en los medios de comunicación. Está en juego no sólo el prestigio del IC3JM y de la profesora León, sino también el de la propia Universidad Carlos III, una gran universidad en España y en Europa.


Apelamos a los valores académicos que la Universidad Carlos III de Madrid ha encarnado desde su creación en 1989 , con la esperanza de que el actual rector y su equipo encuentren una solución que dé estabilidad y confianza al IC3JM y a su directora, la profesora León. Solicitamos respetuosamente a la Universidad que resuelva cuanto antes la incertidumbre actual.


Atentamente,



John Ahlquist, Professor of Political Science, University of California, San Diego

Michael Albertus, Professor of Political Science, University of Chicago

John Aldrich, Pfizer-Pratt University Professor of Political Science, Duke University

Ben Ansell, Professor of Comparative Democratic Institutions, Nuffield College, University of Oxford

Fulya Apaydin, Associate Professor of International Studies, IBEI-UPF

Andreu Arenas, Associate Professor of Economics, University of Barcelona

Kevin Arceneux, Professor of Political Science, Science Po

Sascha Becker, Xiokai Yang Chair of Business and Economics, Monash University, Australia

Pablo Beramendi, Professor of Political Science, Duke University *

Fabrizio Bernardi, Professor of Sociology, UNED

Michael Biggs, Associate Professor of Sociology, University of Oxford

Carles Boix, Robert Garret Professor of Politics, Princeton University

Catherine Boone, Harold Laski Professor of Political Science, London School of Economics

Marius R. Busemeyer. Professor of Political Science, University of Konstanz

Ernesto Calvo, Professor of Government and Politics, University of Maryland

Ana Sofía Cardenal, Professor of Political Science, Universitat Oberta de Catalunya

Lars-Erik Cederman, Professor of International Conflict Research, ETH Zürich

Marina Costa Lobo, Director of the Social Sciences Institute, University of Lisbon

Carl Dahlstrom, Professor of Political Science, University of Gothenburg

Catherine E. De Vries, Professor of Political Science, Bocconi University *

Elias Dinas, Swiss Chair of Federalism, European University Institute

Mark Dincecco, Professor of Political Science, University of Michigan

Raymond Duch, Director of the Center for Experimental Social Sciences, Nuffield College, University of Oxford.

Modesto Escobar Mercado, Catedrático de Sociología, Universidad de Salamanca

Gösta Esping Andersen, Professor of Sociology, UPF *

James Fearon, Theodor and Francis Gaballe Professor of Political Science, Stanford University

Mariña Fernández Reino, Center for Migration,Policy and Society, University of Oxford

John Ferejohn, Samuel Tilden Professor of Law, NYU

Robert Fishman, Professor of Political Science and Sociology, UC3M*

Julia Fleischer, Professor and Chair in German Politics and Government at the University of Potsdam & Professor II at the Department of Government, University of Bergen

Aina Gallego, Associate Professor of Political Science, Universitat de Barcelona

Diego Gambetta, Chair in Social Science, Fondazione Collegio Carlo Alberto

Jennifer Gandhi, Professor of Political Science, Yale University

John Gerring, Professor of Government, University of Texas Austin

Francisco Garfias, Associate Professor of Political Science, University of California, San Diego

Ezequiel González, Professor of Comparative and Judicial Politics, Nuffield College, Oxford University

Libertad González, Professor of Economics, UPF

Kenneth F. Greene, Associate Professor of Government, University of Texas at Austin

Guy Grossman, Professor of Political Science, University of Pennsylvania

Jean Grugel, Research Professor at IBEI and Professor Development Politics, University of York, UK.

Peter A. Hall, Krupp Foundation Professor of European Studies, Harvard University

Silja Häusermann, Professor of Political Science, University of Zurich

Enrique Hernández Pérez, Associate Professor of Political Science, Autonomous University of Barcelona

Alfonso Herranz Loncán, Professor of Economic History, University of Barcelona

Jan Paul Heisig, Head of the Research Group "Health and Social Inequality, WZB Berlin Social Science Center

Simon Hix, Stein Rokkan Chair in Comparative Politics, European University Institute

Sarah Hobolt, Sutherland Chair in European Institutions, London School of Economics

Liesbet Hooghe, W.R. Kenan Professor at the University of North Carolina Chapel Hill


Evelyn Huber, Professor of Political Science, University of North Carolina, Chapel Hill

Macartan Humphreys, Director, Institutions and Political Inequality Unit, Science Center, Berlin

Torben Iversen, Harold Hitchings Burbank Professor of Political Economy, Harvard University

Erik Jones, Director, Richard Schuman Center for Advanced Studies, European University Institute

Jacint Jordana, Professor of Political Science, UPF

Stathis Kalyvas, Gladstone Professor of Government, All Souls College, University of Oxford*

Desmond King, Andrew W. Mellon Professor of American University, University of Oxford

Herbert P. Kitschelt, George V. Allen Distinguished Professor of International Relations, Duke University

Heike Kluever, Professor of Comparative Political Behavior, Humboldt University, Berlin

Sabino Kornrich, Associate Professor of Social Research and Public Policy, NYU Abu Dhabi

Alexander Kuo, Associate Professor of Politics, University of Oxford

Bram Lancee, Associate Professor of Sociology, University of Amsterdam

Gianmarco Leon Cilliota, Associate Professor of Economics, UPF

Margaret Levi, Professor, Stanford University, Director CASBS-Stanford(2014-2022) *

Fernando Limongi, Professor of Political Science, University of Sao Paulo

Johannes Lindvall, Professor of Political Science, University of Gothenburg

Noam Lupu, Professor of Political Science and Director of LAPOP Lab, Vanderbilt University

Mark Manger, Professor of Political Economy, Munk School of Global Affairs & Public Policy, University of Toronto

José María Maravall, Catedrático Emérito UM, FBA, Director CEACS (1996-2008) *

Isabela Mares, Arnold Wolfers Professor of Political Science, Yale University*

Gary Marks, Burton Craige Professor of Political Science, UNC-Chapel Hill

Lanny Martin, Professor of Political Science, Bocconi University

Wolfgang Merkel, Professor Emeritus, WZB Berlin Social Science Center

Jordi Muñoz, Associate Professor of Political Science, University of Barcelona


Harris Mylonas, Associate Professor of Political Science and International Affairs, George Washington University

Maria Victoria Murillo, Professor of Political Science, Columbia University

Monika Nalepa, Professor of Political Science, University of Chicago

Anja Neundorf, Professor in Politics & Research Methods, University of Glasgow

José Ramón Montero, Catedrático Emérito de Ciencia Política, UAM*

Alain Noël, Professor of Political Science, University of Montreal

Daniel Oesch, Director of the Swiss Centre of Expertise in Life Course Research, University of Lausanne, Switzerland

Salvador Parrado, Professor of Political Science, UNED

Leonid V. Peisakhin, Associate Professor of Political Science, New York University - Abu Dhabi

Steven Pfaff, Professor of Sociology, University of Washington (Seattle)

Paul Pierson, John Gross Distinguished Professor of Political Science, University of California, Berkeley

Andrea Pozas-Loyo, Investigadora Titular de Derecho Constitucional, Universidad Nacional Autónoma de México

Leandro Prados de la Escosura, Emeritus Professor of Economic History, UC3M*


Graeme Robertson, Professor of Political Science, University of North Carolina, Chapel Hill

Jonathan Rodden, Professor of Political Science, Stanford University

Nassos Roussias, Lecturer in Politics, University of Sheffield

David Rueda, Professor of Comparative Politics, University of Oxford

Andrea Ruggieri, Professor of Political Science and International Relations, University of Oxford, and Professor of Political Science, Università degli Studi di Milano

Shanker Satyanath, Professor of Politics, New York University

Kenneth Scheve, Dean Acheson Professor of Political Science and Global Affairs, Yale University

Philipp Schmitter , Emeritus Professor, Department of Political and Social Sciences, EUI

Livia Schubiger, Professor of Political Science and International Relations, Oxford University

Ian Shapiro, Sterling Professor of Political Science and Global Affairs, Yale University

David Siroki, Professor of International Relations, University of Florida

Svend-Erik Skaaning, Professor of political science, Aarhus University

Martin Smith, Professor of Politics, University of York

Heike Solga, Professor of Sociology, BZW Berlin

David Soskice, School Professor of Political Science, LSE

Yasemin Soysal, Research Professor of Global Sociology, Science Center, Berlin*

Susan Stokes, Tiffany and Margaret Blake Distinguished Service Professor, University of Chicago

Milan Svolik, Elizabeth S. & A. Varick Stout Professor of Political Science, Yale University

Jan Teorell, Lars Johan Hierta Chair, Stockholm University

Kathy Thelen, Ford Professor of Political Science, MIT

Mariano Torcal, Professor of Political Science, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona

Vera Troeger, Chair of Comparative Political Science, Universität Hamburg

Steven Van de Walle, Professor of Public Management, KU Leuven

Stefanie Walter, Professor of International Relations, University of Zurich

Nils Weidmann, Professor of Political Science, Konstanz University

Erik Wibbels, Penn Compact Professor of Political Science, University of Pennsylvania

Andreas Wimmer, Lieber Professor of Sociology and Political Philosophy , Columbia University

James Vreeland, Professor of Politics, Princeton University (*) Current or former member of the IC3JM Scientific Advisory Board

MIEMBROS DEL IC3JM


Antonio Cabrales, Professor in Economics, Carlos III University of Madrid

Simon Chauchard, Associate Professor and Distinguished Researcher, Carlos III University of Madrid

Sílvia Claveria, Assistant Professor, Carlos III University of Madrid

Jordi Domènech Feliu, Professor of Economic History, Carlos III University of Madrid

Juan J. Fernández, Associate Professor of Sociology, Carlos III University of Madrid

Pablo Fernández-Vázquez, “Atracción de Talento” Senior Researcher, Carlos III University of Madrid

Gema García-Albacete, Associate Professor of Political Science, Carlos III University of Madrid

Amuitz Garmendia, Visiting Professor, Carlos III University of Madrid

Patrick Kraft, Ramón y Cajal Fellow, Carlos III University of Madrid

Sebastián Lavezzolo, Associate Professor, and co-director MA in Social Sciences, Carlos III University of Madrid

Ilona Lahdelma, Assistant Professor, Carlos III University of Madrid

Juan Antonio Mayoral, Distinguished Researcher, Carlos III University of Madrid

Isik Özel, Associate Professor of Political Science, Carlos III University of Madrid

Jonas Radl, Associate Professor of Sociology, Carlos III University of Madrid

Andrew Richards Visiting Professor, Department of Social Sciences, Carlos III University of Madrid


Pedro Riera, Associate Professor of Political Science, Carlos III University of Madrid

Ignacio Sánchez-Cuenca, Professor of Political Science, Carlos III University of Madrid

Rickard Sandell, Associate Professor of Sociology, Department of Social Science UC3M, Fellow IC3JM and Instituto Figuerola


Margarita Torre, Associate Professor, Carlos III University of Madrid

Emiliano Travieso, Assistant Professor, Carlos III University of Madrid

Francisco Villamil, Assistant Professor of Political Science, Carlos III University of Madrid


DOCTORES MIEMBRO DEL INSTITUTO JUAN MARCH



Paloma Aguilar Fernández, Professor of Political Science, Complutense University of Madrid

Susana Aguilar Fernández, Professor of Sociology, Complutense University of Madrid

Berta Alvarez Miranda, Associate Professor of Sociology, Complutense University of Madrid

Sonia Alonso, Associate Professor, Deusto University -Bilbao

Francesc Amat, Ramón y Cajal Fellow, University of Barcelona
Maria Asensio Menchero, Associate Professor, Iscte-University Institute of Lisbon, Senior Officer at Strategy and Research Office, Ministry of Economy, Portugal.

Javier Astudillo Ruiz, Associate Professor, Department of Political and Social Sciences, Universitat Pompeu Fabra

Laia Balcells, Professor of Government, Georgetown University

Kerman Calvo, Associate Professor, Salamanca University.

Héctor Cebolla Boado, Permanent Research Fellow, The Spanish National Research Council (IEGD -CSIC)

Julia Cordero Coma, Associate Professor of Sociology, Universidad Complutense de Madrid,

Elisa Díaz Martínez, Government and Public Affairs Global Executive

Luis De la Calle, Lecturer in politics, University of Sheffield.

Rafael Durán Muñoz, Associate Professor of Politics, University of Málaga

María Fernández Mellizo-Soto, Associate Professor of Sociology, Complutense University of Madrid

Marta Fraile Maldonado, Permanent Research Fellow, The Spanish National Research Council IPBP -CSIC

Araceli García del Soto, Affiliated Faculty at the IIHA, Institute for International Humanitarian Affairs, Fordham University

Roberto Garvía Soto, Professor of Sociology, Carlos III University of Madrid

Carlos González Sancho, Policy Analyst, OECD

Maria José Hierro, Lecturer in Political Science, Yale University

María Jiménez Buedo, Associate Professor of Philosophy, UNED

Ignacio Lago, Professor of Political Science, UPF

Victor Lapuente, Professor of Politics, Fellow Quality of Government Institute, University of Gothenburg

Dulce Manzano, Permanent Research Fellow, The Spanish National Research Council IPBP -CSIC

Irene Martín Cortés, Associate Professor, Autonomous University of Madrid

Teresa Martín García, Permanent Research Fellow, The Spanish National Research Council (CSIC)

Ferran Martinez i Coma, Senior Lecturer, Griffith University, Australia

Alvaro Martínez Pérez, Lecturer in Sociology, University of Sheffield, UK

Irene Menéndez González, Assistant Professor of International Political Economy, IE University, Madrid

Josu Mezo, Associate Professor of Sociology, University of Castilla-La Mancha.

Laura Morales, Research Professor at IPP (CSIC -Madrid) and Professor of Political Science at Sciences Po -Paris

Francisco Javier Moreno Fuentes, Senior Researcher at the Institute of Public Goods and Policies of the Spanish National Research Council (CSIC)

Luis Ortiz Gervasi, Associate Professor, Department of Politics and Social Sciences, UPF

Lluís Orriols Galve, Associate Professor of Political Science, Carlos III University of Madrid

Didac Queralt, Assistant Professor of Political Science, Yale University

Ana Rico Gómez, Permanent Research Fellow, Carlos III Health Institute

Rubén Ruiz Rufino, Reader in Comparative Politics, King’s College London

Víctor Sampedro Blanco, Professor of Political Communication and Public Opinion Rey Juan Carlos University

Leonardo Sánchez Ferrer, Associate Professor of Politics, University pf Burgos

Ignacio Urquizu Sancho, Associate Professor of Sociology, Complutense University of Madrid

Celia Valiente, Professor, Department of Social Sciences, Carlos III University of Madrid

Helena Varela Guinot, Academic and Researcher, Iberoamerican University, City of Mexico





Cuantos optimistas hay por el mundo
El fantasma del Blog
CITA(Guest @ Jan 13 2006, 05:51 PM) *
Como biólogo me indigna el show que se ha montado entorno a la Caldera de Luba. Todos los datos que conozco indican que simplemente ha sido una gran actividad de multiaventura, eso sí, con un coste elevadísimo.

Aparte del engaño evidente, que ya de por sí bastaría para cabrearnos, lo peor es que este tipo de cosas desprestigian injustamente la labor de investigación y conservación que tantos biólogos y no biólogos (españoles y guineanos) llevan a cabo en Guinea. Varios proyectos centrados en la fauna, en el medio ambiente y en la sostenibilidad del desarrollo humano, están en funcionamiento o en proceso de empezar a funcionar, de forma callada, modesta, con un único objetivo: aumentar el conocimiento y promover la conservación.

Son proyectos a menudo carentes de fondos suficientes o de apoyos institucionales importantes, pero cuyos resultados reales están a años luz por delante de los shows mediáticos como el de Luba, sobrados de euros, de apoyos mediáticos y de cargos sobornados... pero carentes de utilidad práctica para la ciencia o para el pueblo de guinea.

El colmo es que en este mundo al revés, se presenta como una hazaña lo que en realidad es un atropello: la entrada de esta gente en el rinconcito de la Caldera que está declarado Reserva Científica, es decir, donde por criterios de conservación no se permite la entrada ni a los investigadores científicos, para mantener conservado tan frágil paraje. La Caldera está llena de caminos y ha sido visitada por multitud de personas (científicos y no-científicos), y en la Reserva Científica se podría haber entrado fácilmente, pero no se ha hecho para no degradarla. Ahora, sobornos mediante, esta gente ha entrado y nos lo venden como la gran machada del S.XXI, cuando no es más que un crimen ambiental y una mentira periodística.

Además, ni siquiera han entrado de la manera más suave y modesta posible: andando. No, ellos tenían que tomar imágenes espectaculares, así que han entrado haciendo rappel por las paredes, lo cuál habrá aumentado considerablemente su impacto, dañando la extremadamente frágil flora de las paredes rocosas.

Quién esté interesado en saber más sobre esta historia puede preguntar en la Universidad de Alcalá de Henares, a Noelia Zafra. Están embarcados en la consolidación de la Facultad de Medio Ambiente de la Universidad de Guinea Ecuat. Ellos sí hacen una labor encomiable en pro de la naturaleza guineana. Esta chica ha estado varias veces en la Caldera y era la encargada desde la Univ. de Guinea de tramitar el permiso para proyectos en Guinea... por supuesto, al darse cuenta de la barbaridad ambiental que se pretendía cometer y de la cantidad de mentiras en las que se basaba el proyecto, les denegó el permiso.

Pero los del show no tuvieron más que sobornar a altos cargos y el permiso les apareció por arte de magia.





El progreso y los bulos de excelencia.


Si dejamos que el abuso de la media-verdad por motivaciones ajenas a la institución refuerce la tendencia a fagocitar la innovación, insistiremos en el camino equivocado.






PABLO BERAMENDI
28 DE JUNIO DE 2024 - 10:31 CEST




El análisis comparado demuestra que cuesta mucho trabajo consolidar avances. Los países con déficits de desarrollo político rara vez transforman excesos de rentas puntuales (vía recursos naturales o booms de precios, por ejemplo) en la consolidación de una posición más avanzada. Para ello hacen falta, además, reformas institucionales que adecúen la forma de innovar y de crecer a nuevos entornos, nacionales e internacionales. Este argumento general adquiere una relevancia particular en el caso de la educación superior y su adaptación a un mercado global de talento y la revolución tecnológica. Las reformas son necesarias, urgentes y, en cierto modo, inevitables.



España ha progresado mucho en los últimos años en su integración académica global. Las iniciativas financiadas desde Europa y una creciente colaboración público-privada, sumadas a la entrada de una nueva generación de investigadores con experiencia y vocación internacionales, han cambiado el terreno. Pero estos avances han ocurrido a pesar de un entorno institucional infradotado e hiperburocratizado, diseñado específicamente para la protección de insiders, amenazados por la creciente competencia externa. Los procedimientos han mejorado: los diferentes sistemas de acreditación protegen contra esos ágrafos militantes que se convertían en mayorías de bloqueo y condenaban a sus instituciones por décadas. Pero a la vez queda mucho por hacer. Pretender atraer o retener gente competitiva internacionalmente con sueldos de limosna y unos procedimientos kafkianos de validación es una estrategia condenada al fracaso.




Reformar es difícil, siempre: se necesitan muchos recursos y superar las resistencias internas de aquellos que anticipan que el cambio recortará su influencia y expondrá sus limitaciones. En un entorno democrático como el de las universidades españolas, este grupo de interés dedica buena parte de sus esfuerzos a protegerse limitando el impacto de las reformas. Como consecuencia, las universidades se han politizado. Se han politizado hacia dentro, con grupos, partidos y facciones donde la crudeza de los debates es inversamente proporcional a la importancia del asunto; y, de forma casi natural, se han politizado hacia fuera. Si la adaptación institucional es ya difícil en un entorno político normal, se convierte en un imposible en sociedades polarizadas donde la construcción de relaciones basadas en medias verdades se ha convertido en una de las bellas artes.




Para su desgracia, la universidad ha ido adquiriendo un protagonismo creciente en la gresca política nacional y ello obliga a atrincherarse en función de la identidad real o asignada de los protagonistas. Un plagiador o el arquitecto de un cártel de citas recibe amparo rápidamente. Y al revés: una persona y un centro envueltos en un proceso burocrático kafkiano se convierte en el foco de un supuesto “caso” que afecta a un “instituto polémico”, corrupto y endogámico. Vista sin conocer los hechos, la cosa parece grave. Pero conviene diseccionar “el caso” y apreciar la construcción de bulos de excelencia.



El instituto Carlos III Juan March de Ciencias Sociales se crea en 2013 como una innovadora forma de transferir el generoso apoyo de una fundación privada a las ciencias sociales (desde 1987 a 2013, en exclusiva) a una universidad pública. Es un ejemplo de modernización institucional, con la creación simultánea de un departamento interdisciplinar (sociología, historia económica, ciencia política) y un instituto público-privado muy dinámico. La colaboración ha generado resultados excelentes (investigación, atracción de fondos y talento, innovación docente), construyendo en tiempo récord un centro de referencia. Así lo pudo comprobar como miembro externo de su consejo científico. Y así lo confirma la reciente carta de apoyo firmada por cerca de 200 académicos internacionales.




Tras ocho años al frente, el primer director deja su puesto y se inicia el proceso de renovación. La persona finalmente elegida había sido reclutada desde la Universidad de York, donde tenía su plaza permanente, a través del programa talento de la Comunidad de Madrid. Como parte del proceso, se convoca una plaza de profesor titular. En ese proceso, hace falta un documento acreditativo de la ANECA. La candidata y la Universidad en su momento asumieron que el certificado I3 de la comunidad, si cabe más exigente, equivalía al requisito. Todos erraron, creando un problema que en cualquier entorno normal es interno, administrativo y de la institución que falló en vigilando. La plaza está ahora en vías de anulación y habrá de repetirse siguiendo los procedimientos pertinentes.



Sobre estos hechos, cierta prensa conservadora cree haber encontrado un filón para demostrar que en las universidades y centros “progresistas” campan también la endogamia, la corrupción y la falta de rigor. El esfuerzo para construir esta equivalencia es considerable y solo se explica porque la persona elegida sirvió brevemente como alta comisionada para la lucha contra la pobreza infantil y su predecesor es un conocido intelectual público de izquierdas. Se trata de usar el “caso” como garrote político con la colaboración interna de quienes siempre vieron al Instituto como una amenaza o tienen rencillas personales que saldar. Todo muy edificante.


La candidata no necesita, ni necesita, que nadie manipule el proceso para ganar la plaza
.



Pero la verdad es otra: ni “caso”, ni corrupción, ni endogamia. No hay caso ni corrupción porque no hay objeto. La candidata no necesita, ni necesita, que nadie manipule el proceso para ganar la plaza. Su currículum y su trayectoria le permiten competir con quien sea para esa posición. Pretender ahora que se torció todo para colocar a alguien inadecuado es sencillamente absurdo.



El éxito de la estrategia de construcción del “caso” requiere dos elementos adicionales. El primero consiste en vincular a los actores con el actual gobierno. Así, el nombre del presidente Sánchez aparece en lugar destacado junto a fotos con la ministra de Trabajo. Sin duda ambos diseñan la conquista del centro para la izquierda en connivencia con oscuras fuerzas del capitalismo financiero español.


El segundo es más sutil. Se trata de generar dudas sobre la institución. Para ello se presentan prácticas habituales en la academia internacional como muestra de caciquismo rampante. Me refiero a los supuestos “certificados de ciudadanía”, aireados con detalle como elemento central del “caso”. En castellano suena muy mal, lo reconozco, pero se trata de una práctica muy común ( evaluaciones de servicio ) en las que se discute si el candidato es una persona que contribuye al común (buen ciudadano) o no. Es una dimensión más, junto a la investigación y la docencia. Pero la traducción transforma lo normal en un mecanismo de control de lealtades.



Los datos tampoco sustentan el relato. Sobre la supuesta endogamia, los números son elocuentes: de los 30 miembros permanentes del instituto, nueve son antiguos alumnos, menos del 30%. La mayoría de los miembros del departamento no se doctoraron en España. Dudo que haya otro departamento de Ciencias Sociales en España con más personal externo y formado internacionalmente. Es también un departamento capaz de atraer financiación exterior de modo sostenido (con cuatro proyectos de excelencia europeos, ERC, incluidos). Cuesta pensar que investigadores extranjeros de primer nivel estén deseando incorporarse a una cofradía de mediocres sin ética. Pero da igual. La realidad ni está ni se la espera.



Más allá de los costes personales o del morbo de cafetería, este tipo de campañas socavan la viabilidad de iniciativas muy necesarias para la educación superior en España. Si dejamos que el abuso de la media-verdad por motivaciones ajenas a la institución refuerce la tendencia a fagocitar la innovación, insistiremos en el camino equivocado. Se desincentiva la exploración de modelos alternativos para afrontar nuevos retos justo cuando sea más necesario. Conviene proteger a la educación superior de la lucha a garrotazos y permitir que nuestros centros punteros continúen una labor fundamental: ayudar a pensar a medio y largo plazo.


Pablo Beramendi es catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Duke.
El fantasma del Blog
El tiempo de la desconfianza





La razón ha sido reemplazada por la emoción como herramienta para juzgar lo que pasa; la sensación de no saber qué es la realidad común lleva una década ocurriendo, pero comenzó antes







JUAN GABRIEL VÁSQUEZ
05 DE ENERO DE 2025 - 05:00 CET



Circula por las carreteras secundarias de internet un video donde seis o siete presidentes franceses del último medio siglo hacen su alocución de fin de año ante las cámaras de la televisión nacional, y todos dicen en algún momento las mismas palabras: “Fue un año difícil” . No me consta que todos lo hayan dicho con el mismo grado de honestidad o de convicción, o si cada uno de ellos fue por lo menos un poco hipócrita; pero la política en un mundo ideal debería ser el oficio diario de hacer que la gente sufra menos, o, en otras palabras, que la vida sea más fácil para quienes la tienen más difícil, y eso pasa —me dije lleno del idealismo del año que comienza—por el reconocimiento de la dificultad. Y, sin embargo, a medida que avanzaba el vídeo, pasando de Mitterrand a Chirac y de Sarkozy a Macron, me percaté de estar teniendo la impresión, alarmista o justa, de que mi confianza en esas palabras sencillas iba disminuyendo, o de que disminuía mi confianza en la figura pública que las pronunciaba. En otras palabras: a cada una de esas cabezas parlantes le creí menos que a la anterior. ¿Por qué?




No se trata simplemente de que vivimos tiempos desastrados en los que ha dejado de ser posible la pequeña ficción optimista de antes: que el año próximo será mejor. La pose pesimista es tan frívola como el síndrome de Pollyanna, pero es innegable que algo se ha roto en nuestro tiempo y nos ha marcado la cara con una mueca de permanente escepticismo. ¿Pero de qué se trata? ¿Y cuándo ocurrió la ruptura? Es verdad que en los últimos años hemos ayudado a una transformación radical de nuestra relación con la realidad, pero no todo el mundo la siente de la misma forma; y el concepto de posverdad, que irrumpió en nuestros intentos por explicar el mundo en 2016 , es ya para muchos un lugar común, un cliché de columnas de opinión. Nos hemos acostumbrado incluso a lo que esa novedad explicaba: la manera en que la razón ha sido reemplazada por la emoción como herramienta para juzgar lo que pasa. Uno recuerda casi con nostalgia la idea de “hechos alternativos” que presentó una funcionaria trumpista para defender lo que en el mundo de los demás parecía ser simplemente una mentira. No estaba citando sin querer a Nietzsche (para quien los hechos no existen, solo las interpretaciones); Estaba repitiendo más bien lo que dijo Alexander Dugin, el ideólogo de Putin: que la verdad es cuestión de fe .





Esta relación inestable con la verdad, la sensación de no saber qué es la realidad común, lleva una década ocurriendo, pero sería un error creer que hace una década comenzó todo . Los que nos preocupamos más de lo saludable por estos asuntos recordamos un artículo del año 2004: Ron Suskind , periodista del New York Times, contaba allí su iluminadora conversación con un funcionario importante del gobierno de George W. Bush, y, aunque no daba el nombre del funcionario, se ha aceptado que se trataba de Karl Rove, uno de los más cínicos de esa administración de cínicos. Rove o quien fuera se estaba permitiendo una crítica de los periodistas como Suskind, esa gente que vive convencida de que “las soluciones emergen del estudio juicioso de la realidad discernible”. El mundo ya no funcionaba así, explicó Rove o quien fuera. “Nosotros ahora somos un imperio”, dijo. “Y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Aquel funcionario anónimo no hubiera podido imaginar la forma en que las nuevas tecnologías, que por entonces apenas comenzaban a nacer, se iban a convertir en los mejores artífices de ese anhelo. La diferencia, claro, es que ese imperio decadente que es Estados Unidos ya no tiene ni siquiera que crear una realidad: le basta con repetir una mentira, la que sea, y sabe que cuenta con la credulidad del rebaño.




De manera que el asunto viene de lejos, y haríamos bien en recordar que nuestro momento oscuro no sucedió de la noche a la mañana. Se ha estado produciendo lentamente, incubándose como una enfermedad, con nuestra complicidad o indiferencia.






Si yo tuviera que señalar un rasgo de nuestro tiempo, uno entre todos, que ha producido más que los otros la situación difícil en que nos encontramos, intentaría descubrir el momento en que los ciudadanos perdimos la confianza: la confianza en nuestros gobiernos, en nuestras autoridades, en nuestros medios de comunicación, en lo que llamamos con ligereza las elites, en nosotros mismos.






No hay nada más catastrófico para una sociedad abierta que el rompimiento de la confianza entre sus integrantes, y allí estamos nosotros ahora. Lo vemos por todas partes: en los pequeños narcisismos tribales que nos separan y nos polarizan, en la ligereza con la que juzgamos al otro, en la triste credulidad con que le abrimos los brazos a cualquier explicación sobre nuestros males que involucre a un chivo expiatorio, pero, en cambio, vemos en los hechos comprobados —la ciencia, por ejemplo— una conspiración de illuminati que se reúnen en las sombras con el único objetivo de robarnos nuestra libertad.




¿Cuándo comenzó esto? Tampoco la mentalidad que desconfía del conocimiento, o a la que le resulta rentable hacerlo, es algo novedoso. Yo recuerdo (la memoria es una maldición) una reacción impagable de Mariano Rajoy, cabeza del Partido Popular en 2007, cuando se habló por esa época de los 14 expertos que el Gobierno del Partido Socialista había convocado para consultarlos sobre, entre otros temas álgidos, el calentamiento global, las armas nucleares y los efectos de la globalización.



“Nosotros no necesitamos eminencias”,


dijo para la eternidad Rajoy:


“Tenemos principios y valores”.



Ya nadie recuerda esa anécdota, pero ahora, con la perspectiva de los años, podemos distinguir en esas actitudes risibles algo mucho más serio: la guerra que cierta manera de entender la política empezaba a declararles a las fuentes de autoridad, fueran las que fueran. Al año siguiente estalló por los aires la confianza ya mellada que tenían los ciudadanos en sus gobiernos, y asistimos todos al hundimiento de las economías y al posterior rescate de los irresponsables con el dinero de las vidas destrozadas: y no es imposible que allí, con la crisis económica del 2008, haya surgido también una crisis de confianza que luego fue arrasando con todo a su paso.





Sí: tal vez entonces se sembró lo que ahora recogemos. Pero luego la ponzoña de la desconfianza ha tomado otros caminos, más insidiosos e impredecibles. La victoria de lo que hemos dado en llamar posverdad es inconcebible sin la campaña de desprestigio de los medios que han llevado a cabo los nuevos populismos; durante la pandemia no nos ayudó la circunstancia brutal de que los ciudadanos no confiaban en sus gobiernos, que mentían e improvisaban y exageraban, y de que los gobiernos no confiaban en los ciudadanos, que desobedecían, hacían trampas pueriles y se entregaban a las teorías de la conspiración más imbéciles. Son muchos los ejemplos de este deterioro de la confianza; pero es que son muchos años ya que los diversos agentes del desorden han invertido en minarla, porque saben que una ciudadanía desorientada es más fácil de manipular . Nos han convencido de que la libertad es poner una bomba en el zócalo de las instituciones y las autoridades de nuestra vida pública, y les hemos creído. Pero quizás —pienso ahora, en este año que todavía está fresco— no sea tarde para recuperar la clarividencia.



Juan Gabriel Vásquez es escritor.
El fantasma del Blog
CITA(JEP @ Dec 15 2005, 06:03 PM) *
Esto es lo que hoy mismo dice Don Ignacio en el "blog" de la expedición:

¡Hola a todos! Estamos con Cirilo Riaco, el jefe de los guías locales de Ureca. Además de agradecerle enormemente su trabajo y colaboración, me gustaría recalcar que tanto él como su padre, que también fue guía, no han insistido en que sí hemos sido los primeros en pisar el fondo del volcán. Nadie lo había hecho. Algunas expediciones se han acercado, pero nadie hasta el fondo del mismo. Es justo reconocer que la Universidad de Arcadia viene todos los años a realizar una expedición, pero nunca han estado donde nosotros.

y ESTO es lo que me han borrado ya cuatro veces:

Se han dado noticias en este foro provenientes de Guinea Ecuatorial y de primera mano, transmitidas via e-mail, por personas solventes que allí están.

El rescate de D. Ignacio, tras cuatro días de “silencio”, con helicópteros y barcas que nuestra embajada tuvo que pedir prestados a la embajada de EEUU es ya la gota que colma el vaso.

No contento con eso, D. Ignacio os cuenta: “LO LOGRAMOS”.



Ante estos despropósitos, los que por aquí aparecéis y que no tengáis vinculaciones con PRISA ni con el mencionado D. Ignacio, podéis adoptar por dos opciones básicas:




a)Creer lo que se os cuenta de la realidad extra-oficial de este tinglado.

b.)Creer a PRISA.




Si optáis por a), solo os arriesgáis a que sea incierto algo que os cuenta un desconocido que saldrá de vuestras vidas en breve.


Si optáis por B.), le estaréis haciendo el juego a un gigante de los medios de manipulación organizada de masas y colaborando a que lo siga siendo.




Un día despertareis con una primera plana de prensa dando la noticia de un descalabro económico global pongo por caso y no sabréis ni como ha sido porque nadie os lo había contado hasta ese mismo momento.



En ese caso seréis cómplices de este montaje globalizado por dejación , y no os quepa duda de que quién pagará el pato SEREMOS TODOS.



Un poquito de


HONESTIDAD AL PODER.


"JOP"






CITA
¿Cuándo comenzó esto? Tampoco la mentalidad que desconfía del conocimiento, o a la que le resulta rentable hacerlo, es algo novedoso. Yo recuerdo (la memoria es una maldición) una reacción impagable de Mariano Rajoy, cabeza del Partido Popular en 2007, cuando se habló por esa época de los 14 expertos que el Gobierno del Partido Socialista había convocado para consultarlos sobre, entre otros temas álgidos, el calentamiento global, las armas nucleares y los efectos de la globalización. “Nosotros no necesitamos eminencias”, dijo para la eternidad Rajoy: “Tenemos principios y valores”. Ya nadie recuerda esa anécdota, pero ahora, con la perspectiva de los años, podemos distinguir en esas actitudes risibles algo mucho más serio: la guerra que cierta manera de entender la política empezaba a declararles a las fuentes de autoridad, fueran las que fueran. Al año siguiente estalló por los aires la confianza ya mellada que tenían los ciudadanos en sus gobiernos, y asistimos todos al hundimiento de las economías y al posterior rescate de los irresponsables con el dinero de las vidas destrozadas: y no es imposible que allí, con la crisis económica del 2008, haya surgido también una crisis de confianza que luego fue arrasando con todo a su paso.





Alguien vio la situación en la que nos encontramos actualmente en el año 2005. El que fuese; los de Guinea Ecuatorial, el Foro de Crónicas de Guinea, la UPM, Don Ignacio Martín Sanz, Don Iñigo de Barrón, los de la mediática......

El que fuese lo vio y además muy claro.
El fantasma del Blog
Crítica de la crítica de redes sociales




'TintaLibre' reproduce las reflexiones de Ekaitz Cancela, autor de 'Utopías digitales', para reflexionar el papel de las redes



EKAITZ CANCELA
05 DE ENERO DE 2025 - 05:30 CET






La crudeza del diagnóstico sobre el poder efectivo y la función real de las redes sociales conduce al autor a exigir la transformación de las redes en “instituciones sociales” en las que podamos definir “de manera democrática las condiciones del lenguaje y los procesos creativos que usamos”. para comunicarnos”. ¿Es factible la reversión del actual funcionamiento de las redes sociales? ¿Quién debería asumir esa transformación?






El poder político que han acumulado las redes sociales como instituciones centrales de nuestra vida pública, junto al corrosivo impacto del consumo irreflexivo promovido por el scroll cotidiano, son fenómenos que han moldeado profundamente nuestra era. Esas pasiones tristes y depresivas de la modernidad digital, aparentemente incontrolables, han permanecido latentes durante casi una década, pero en los últimos meses nos han golpeado con especial intensidad. El ascenso de Donald Trump y la llegada de Elon Musk al epicentro del poder estadounidense, como propietario de X (anteriormente Twitter), representa quizás uno de los episodios más rocambolescos del presente histórico, resultado de las transformaciones desatadas por la revolución de los medios de comunicación en los últimos años. No se trata únicamente de la fuga masiva de usuarios que la plataforma ha experimentado —casi un 10% de los 611 millones que la conforman—, ni de las idealizaciones nostálgicas sobre una libertad supuestamente perdida en los inicios de internet. Más bien, este fenómeno encapsula el complejo vínculo entre tecnología, poder y el imaginario colectivo contemporáneo.




No son solo redes sociales, estúpido





Las tecnologías de la información, los datos y las infraestructuras que producen no deben entenderse eminentemente desde una dimensión ideológica, como facilitadoras de la guerra cultural de la ultraderecha, sino desde su conexión con la economía, el calentamiento global o las guerras. Ambas esferas –en la jerga de las relaciones internacionales, el soft power y el hard power– comenzaron a diluirse en los albores de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos consiguió expandir su imaginario de la posguerra, fusionando los esfuerzos de Wall Street y Hollywood para crear un mercado global donde todo el planeta estuviera conectado. Internet, desarrollado gracias al dinero del Pentágono, la CIA y el Ejército, se convirtió en algo así como la fábrica y el supermercado al mismo tiempo, el espacio de trabajo y de juego que cada ciudadano recibía como parte de la herencia ilustrada cosmopolita tras la superación de los totalitarismos del siglo XX.




Las tecnologías de la información no deben entenderse eminentemente desde una dimensión ideológica, sino desde su conexión con la economía, el calentamiento global o las guerras





Pero la realidad siempre fue algo más complicada. Ciertamente, el ágora propiamente dicha nunca fue el valor más elevado en la configuración de las plataformas digitales. Como han demostrado los estudios de los hermanos Dan y Herbert S. Schiller, desde el principio, estas plataformas estuvieron basadas en la mercantilización de la sangre de la democracia, la información, y la privatización de las infraestructuras de comunicación de masas. Siempre fueron imaginadas como la base sobre la que reestructurar buena parte de la economía global tras la crisis industrial de los ochenta y la posterior crisis financiera de 2008. Por eso, no podríamos entender el rol que juegan las redes sociales, ni su regulación, pensándolas meramente como mecanismos para la producción y distribución del conocimiento, como si no existiera una agenda económica y geopolítica detrás de las decisiones que toman las cajas negras de los algoritmos que las sostienen. Incluso lo reconoció el republicano Mitt Romney cuando afirmó que la difusión masiva de contenido pro-palestino en TikTok durante el conflicto en Gaza se encuentra en el centro de los intentos de Estados Unidos por bloquear la plataforma china, suceso que coincidió además con la aprobación de los paquetes de ayudas a Ucrania.




Pero volvamos de nuevo al caso de Elon Musk, definido entre los juristas heterodoxos norteamericanos como “el maquiavelo del mercado”, el arquetipo par excellence del empresario moderno de tradición libertariana procedente de la costa oeste californiana. Lejos de ser solo un magnate de las redes sociales, Musk ha logrado cambiar la percepción y los hábitos de consumo sobre los coches eléctricos gracias a su empresa Tesla, impulsando baterías como Powerwall y Powerpac que reducen las emisiones de carbono y orientando la estrategia de producción de energías renovables del país. También ha creado SpaceX, responsable de tres cuartas partes de todos los objetos lanzados al espacio el año pasado y que enviará cinco naves no tripuladas hacia el planeta rojo el próximo año; una empresa que, además, se adjudicó la nueva red del Pentágono para vigilar permanentemente a todo el planeta mientras Joe Biden aún estaba en la Casa Blanca. Por último, ha desplegado su red Starlink en la puerta trasera de China, permitiendo a Ucrania conectar sus drones así como las redes de telecomunicación que permiten al Ejército operar. En los últimos años, el billonario ha conseguido emerger como uno de los proveedores principales de servicios tecnológicos de las administraciones del gobierno federal estadounidense.




El hecho de que buena parte del debate público sobre la regulación de las redes se centre en alertar sobre los peligros de este influencer de ultraderecha, evita problematizar las lógicas ulteriores: las funciones políticas que adopta el empresario, principalmente el que opera en Silicon Valley, en las funciones del gobierno en la era neoliberal. Las redes sociales ponen de manifiesto cómo el desarrollo del poder corporativo ha ido bifurcando los conceptos de democracia y economía de mercado en las sociedades capitalistas contemporáneas; la unidad que el liberalismo de posguerra había prometido mantener unida para garantizar la paz. La elección de Musk como representante del Departamento de Eficiencia Gubernamental, junto con el multimillonario Vivek Ramaswamy, es una broma macabra que captaba, sin sorna, un titular de Reuters: “Podría impulsar las asociaciones entre tecnología y defensa, facilitando que las pequeñas empresas participen en proyectos conjuntos con los grandes contratistas de defensa”.




La libertad como servicio





Hasta el momento, la única respuesta al auge de las redes sociales como dispositivos para la consolidación de la hegemonía cultural de la ultraderecha, y de sus líderes como protagonistas de la política estadounidense, ha sido la negación de esta separación y la apelación a una suerte de disfunción en el capitalismo que la regulación, entendida como la creación de un entorno legal para el despliegue del mercado de la información y el conocimiento, podría ayudar a corregir. Nadie en el Estado ha agitado esta bandera con tanta fuerza como José María Lassalle, responsable de la política cultural estatal durante el primer Gobierno de Mariano Rajoy y de asuntos digitales durante el segundo.




Pero, respondiendo a la sublevación liberal que propone en Ciberleviatán (Arpa, 2019), ¿cómo se establecen los derechos del homo digitalis (especialmente, el derecho individual, no corporativo, a la propiedad de los datos) cuando la información no solo es central para garantizar una esfera pública democrática, sino para engrasar las máquinas de guerra o los cohetes que garantizan la supremacía estadounidense en la carrera hacia Marte? En otras palabras, ¿es compatible la libertad individual, garantizada por un intercambio regulado de mercancías digitales, con las necesidades militares y geoeconómicas de Estados Unidos en su intento por vencer a China y crear un nuevo mundo hobbesiano sumido en una guerra de todos contra todos permanente, como ilustran las fuertes tensiones en Oriente Medio, África y Asia?





Resulta complicado creer que el bienestar colectivo, garantizado mediante el Estado débil y regulatorio que proponen los liberales, se impondrá a la agenda de seguridad nacional y a un Estado fuerte






Del mismo modo a lo ocurrido tras el giro neconservador estadounidense durante los atentados del 11-S, resulta complicado creer que el bienestar colectivo, garantizado mediante el Estado débil y regulatorio que proponen los liberales, se impondrá a la agenda de seguridad nacional y a un Estado fuerte que actúa violentamente para garantizar su presencia en la economía global mediante una agenda belicista. Recurriendo a otro ejemplo, en un momento en que las agencias de seguridad nacional y los contratistas de defensa estadounidenses utilizan el modelo de inteligencia artificial de código abierto Llama, desarrollado por Meta, ¿Cómo podemos creer que bastará con apelar a la “propiedad de la persona” y “la ley natural”, dos marcos tradicionalmente liberales, a la monetización garantizando la privacidad, al ideal de unos “gentlemen cuya excelencia descansa en una superioridad epistemológica y moral”, como hace el modelo de “capitalismo con rostro humano” propuesto por Lassalle?




Los liberales deben reconocer que la supervivencia del capitalismo ya no es compatible con la democracia representativa. En un momento de crisis sistémica, los Príncipes contemporáneos como Elon Musk pueden convertirse en órganos de las más modernas ideas y, al mismo tiempo, representar estos hechos desde un interés de clase completamente reaccionario. Ello es así porque han conseguido entender que la única forma de garantizar que las relaciones de dominación se mantengan intactas en el siglo XXI es abrazar el fundamentalismo de mercado. Al menos en la teoría, señala el intelectual Evgeny Morozov sobre esta agenda, “los mercados prometen un método universal de resolución de problemas, mucho más eficiente y racionalizado que la política democrática.” Personajes como Musk, Milei, Bolsonaro o el mismo Trump lo han comprendido como nadie y, gracias a las redes sociales, han ido desplazando progresivamente a los poderes públicos liberales del centro de la vida pública para introducir en su lugar los negocios que han iniciado en los últimos años.





Mediante lecturas atentas a pensadores marxistas como Antonio Gramsci , la ultraderecha ha entendido cómo funciona el capitalismo mejor que muchos comunistas. Leo Kofler, uno de los teóricos más brillantes –y olvidados– de la Escuela de Frankfurt, entendía el fetichismo sobre los bienes de mercado como una “etapa primaria de reflexión ideológica”. Es como si la aceptación ‘irreflexiva’ de la inevitabilidad económica y el destino social asociado en la conciencia cotidiana ocurriera de una forma espontánea e irracional. Como descubrieron teóricos nazis de la información como Joseph Goebbels, la conformidad ha dejado de generarse por la orientación hacia visiones del mundo normativas, como las de la modernidad, sino que se sostiene sobre la manipulación de la psique masiva: las formas ideológicas de la represión a escala global se incrustan en las estructuras de la mente . Este modo a través del que se ejerce la mediación del poder, que las redes sociales han perfeccionado con sus mecanismos adictivos para mantenernos conectados (por eso, estas empresas contratan a tantos antropólogos y psicólogos como ingenieros), se desarrolló y se optimizó en las décadas de prosperidad del New Deal. La publicidad, el marketing y las relaciones públicas, en detrimento de un periodismo comprometido con una verdad disociada de la propaganda política y empresarial, fueron centrales en esta estrategia.





En un momento en que las redes sociales, centrales para los nuevos formatos publicitarios, se muestran como claves para conquistar esa esfera inconsciente que modela nuestras vidas, la dominación del mercado sobre cualquier otra alternativa institucional social se ha impuesto a través de un sistema de formateo psicológico y una internalización de los imperativos, sean en materia de economía política, ecología o seguridad nacional. De esta forma, mediante los mecanismos de consumo, las plataformas de comunicación sirven para que las personas sean socializadas de tal manera que, voluntariamente, hagan lo que los empresarios esperan de ellas, consolidando sociedades que gobiernan los deseos más íntimos del ser humano a través de la llamada libertad de mercado.




En este contexto, la arquitectura digital se ha convertido en el marco normativo dominante de la racionalidad neoliberal: métricas cuantitativas y sistemas de clasificación que evalúan el contenido no en función de su calidad o significado inherente, sino mediante un sistema de valoración numérica que precede a la comunicación, a lo consciente, y que está diseñado para generar atención y participación sencilla, activa y entusiasta en el consumo de mercancías; un mecanismo de atracción y compulsión nacido tras la Segunda Guerra Mundial para que los mercaderes carismáticos sustituyeran a los líderes nazis. Así retrata este fenómeno contemporáneo el episodio de Black Mirror titulado “Nosedive”, donde cada aspecto de la vida cotidiana queda reducido a una puntuación, destacando que la lógica de la cuantificación no solo rige nuestras interacciones digitales, sino que se extiende a nuestras relaciones interpersonales en el mundo físico, borrando por completo la barrera entre ambos.





Las redes sociales se han convertido en la infraestructura básica para que el mercado se extienda sobre cada esfera de nuestra vida






Aunque estén reguladas, las plataformas digitales no pueden escapar al sistema de significación subyacente creado por las empresas tecnológicas y sus códigos algorítmicos, que interceptan, manipulan, amplifican y promueven la autoexplotación voluntaria de los deseos individuales. Ello es así porque las redes sociales se han convertido en la infraestructura básica para que el mercado se extienda sobre cada esfera de nuestra vida. Ciertamente, del ideal humanístico anteriormente competitivo de la burguesía liberal, representado por John Locke y Adam Smith, no queda nada más que un individualismo competitivo, basado en estrategias de significación como los “me gusta”, “publicar” y “compartir”, saturado con una visión pesimista del ser humano, que nos acerca a la idea de Hobbes del ser humano como un depredador que persigue sus propios intereses, que busca validarse o navegar la ansiedad contemporánea.




¡Socialicemos las infraestructuras de comunicación!





Elon Musk solo es uno de los capitanes de una maquinaria tecnológica que impone el miedo, la desesperación, la amenaza de muerte y la culpa en el capitalismo tardío. Sin embargo, la esperanza colectiva, el entusiasmo radical, el ímpetu por actuar con otras personas, el amor, la belleza, la celebración de las causas compartidas, el afán por la verdad, también pueden ser ‘potenciales’ latentes en los sujetos contemporáneos. Cualquier alternativa a las redes sociales nacerá de superar el nihilismo burgués decadente que representan tanto las facciones liberales como las reaccionarias en el siglo XXI. De lo contrario, seguiremos atrapados en el marco de Locke, que apelaba a un “pasado medieval” para reivindicar una nueva “modernidad ilustrada” del mismo modo en que autores contemporáneos emplean dicha fundamentación liberal para apelar a “una burguesía que convirtió la propiedad en la premisa de la ciudadanía, tal y como el propio Kant defendió al asociar a ella el status de propietario”, de nuevo en palabras de José María Lassalle .




Ciertamente, la noción optimista de la burguesía humanista, sea la del siglo XVIII o la de nuestros días, siempre ha adolecido de su incapacidad para llevar a cabo una crítica de la propiedad privada y de los límites que imponen sus jerarquías al florecimiento del ser humano. Lo que movía a los empresarios de aquella época y los impulsaba hacia la innovación industrial era el sueño de que los derechos de propiedad fraguados durante el auge del capitalismo facilitara el máximo desarrollo de las fuerzas, habilidades y talentos de cada individuo, es decir, la posibilidad de cultivar su ‘personalidad’ y su carácter ‘emprendedor’. Creían en la participación mediante la forma del ‘contrato libre’, aunque nunca mentaban el despojo del público de los mercados de consumo o la desposesión en la fábrica asociados a esta relación mercantil. Desde su ascenso revolucionario, los grandes ideólogos de la burguesía entendieron por libertad solamente la posibilidad del desarrollo incesante y la restauración de la totalidad de la personalidad a escala individual, confiando en la armonía social en tanto que resultara del laissez-faire, pero nunca se contemplaba alguna suerte de organización colectiva.




Ahora bien, solo hace falta fijarse en las dinámicas de las redes sociales para entender que la consecuencia de esta agenda ha sido desastrosa: la degradación del ser humano como herramienta pasiva de un objetivo económico, o su eliminación como una fuerza verdaderamente democrática y formativa. Que el ser humano activo, en toda su diversidad personal, social y cultural, sea capaz de disfrutar y convertirse en un ser libre en el verdadero sentido de la palabra solo puede ocurrir cuando el desarrollo de su personalidad se ha convertido en una posibilidad práctica a través de infraestructuras colectivas. Quien no es consciente de sus poderes, como imponen en el plano subjetivo los algoritmos corporativos, preserva sus talentos en un estado de letargo y no los utiliza productivamente. Nunca es libre, incluso si el deseo despertado bajo las inhumanas condiciones del scroll le parece la encarnación auténtica de la libertad. Algo así ilustra la serie Severance, donde la separación artificial entre la vida laboral y personal de los empleados de Lumon evidencia cómo un sistema puede despojar al individuo de su conciencia. Algo parecido sucede con las redes sociales, que fragmentan nuestra atención y anulan nuestra autonomía bajo la ilusión de elección, negándonos la posibilidad de una libertad auténtica.




Quien no es consciente de sus poderes, como imponen en el plano subjetivo los algoritmos corporativos, preserva sus talentos en un estado de letargo y no los utiliza productivamente





Las redes deben convertirse más bien en instituciones sociales donde definamos de manera democrática las condiciones del lenguaje y los procesos creativos que usamos para comunicarnos, conocernos e imaginarnos como seres en libertad. Deben sacar lo mejor de nosotras mismas, no la parte más salvaje y competitiva; deben hacernos sentir alegres y felices de compartir nuestras creaciones con otras personas, no despertar sentimientos o emociones violentas, casi siempre contra los grupos sociales oprimidos y reproduciendo relaciones de poder como las de clase, raza o género. En lugar de asentarse sobre las lógicas del mercado, las redes sociales deberían perfomar las prácticas de las instituciones culturales y sociales: los museos, las bibliotecas, las cinetecas, los teatros, las galerías de arte, las revistas literarias, los espacios de militancia, las organizaciones de mujeres, las fiestas populares… Después de todo, como señala Morozov, “la cultura es tan productiva a la hora de innovar como la economía, solo que no tenemos el sistema adecuado de incentivos y circuitos de retroalimentación para extenderla y hacer que se propague hacia otras esferas de la sociedad” ¿Cómo conseguir que otras prácticas sociales, hábitos y formas de vivir en sociedad, alternativas a la distribución de productos o servicios en el mercado, puedan ser entendidas como innovaciones más valiosas a la hora de ser compartidas o democratizadas? ¿Y cómo institucionalizarlas?




El filósofo francés Cornelius Castoriadis afirmaba que cualquier sociedad, a través de su imaginación colectiva, tiene la capacidad de crear y dar significado a sus instituciones, que no son fijas ni cerradas, sino que reflejan un proceso de transformación según los deseos y decisiones de la comunidad. Esta búsqueda instituyente de las condiciones que permiten la vida pública mediante la comunicación entre personas no puede ser individualista, debiendo escoger cada cual entre convertirse en emprendedor o consumidor. Necesitamos plataformas colectivas que permitan a los ciudadanos explorar formas alternativas de desarrollo socioeconómico y de construcción de subjetividades diversas. Quizá para ellos sean necesarias menos cajas negras y más herramientas estadísticas capaces de visualizar, a través de mapas, formas y colores, en definitiva, de diseños, las consecuencias de tomar diferentes políticas sobre los presupuestos públicos, facilitando así la deliberación. Este es, de hecho, uno de los objetivos que busca la plataforma público-común Decidim, en cuya base se encuentra el entendimiento de los datos como un bien común que sólo tiene utilidad en la medida en que sirve para tomar decisiones democráticas sobre la economía.




A la hora de plantear espacios de expresión y resistencia libres de los dictados algorítmicos y sus mecanismos de subjetivación, como es el caso de la red social Mastodon , también podríamos pensar en circuitos culturales, no solo digitales, donde se debatan las decisiones, se busquen nuevas narrativas y estéticas para extenderlas al conocimiento del público y se diseñen estrategias de participación sobre los asuntos públicos. La experimentación con infraestructuras sociales, basada en la redistribución del poder político, un elemento clave nunca considerado en el planteamiento institucional tras las revoluciones rusa y china, no se limitaría a resolver problemas, como propone el mercado. Las personas podrían plantearlos activamente, cuestionando las decisiones colectivas para orientarlas hacia fines solidarios que beneficien a la democracia, a la humanidad y al planeta. Este tipo de interacción entre las instituciones, las prácticas y nuestra comprensión de los intereses e ideales es el camino necesario para avanzar hacia formas más justas, igualitarias y avanzadas de organización social.



Ekaitz Cancela es autor de Utopías digitales (Verso Libros, 2023) y codirector del Center for the Advancement of Infrastructural Imagination (CAII) .
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Descolonización de la cooperación y las manos blancas


Necesitamos una cooperación solidaria que fortalezca los procesos impulsados por las organizaciones, sin imposiciones, y que respete la diversidad cultural y lingüística de los pueblos




LOURDES HUANCA
06 ENE 2025 - 05:30 CET



La última columna de 2024 publicada en Planeta Futuro cuestionó la importancia y oportunidad del debate sobre la descolonización. El autor plantea como un problema que “las manos blancas” están siendo sustituidas por manos marrones como las mías, que supuestamente no sabemos formular proyectos ni realizar el control de calidad como exigen algunos donantes, quienes, asegura, no cambiarán. A su vez, el autor sostiene que priorizar esta agenda implica dejar de lado otras más importantes, como la reducción de recursos para las ONG del Norte y la disminución del interés de los jóvenes del Norte Global hacia la cooperación.



Esta perspectiva nos divide y perpetúa los patrones que necesitamos transformar para fortalecer la calidad y los logros de la cooperación, entendida como una expresión de solidaridad entre los pueblos del Norte y del Sur Global.



Recientemente, organizaciones sociales, movimientos, ONG internacionales, fundaciones, donantes y académicos de 22 países discutimos en Lima sobre esta misma temática durante el encuentro fundacional del Foro Permanente Latinoamericano para la Decolonización de la Cooperación. En este espacio no se distinguió el color de las manos, ni se hará nunca. Fue una diversidad de colores bajo una visión común.



En el Foro Permanente Latinoamericano para la Decolonización de la Cooperación, no se distinguió el color de las manos, ni se hará nunca





Consideramos que, en un contexto de reducción de espacios para el activismo, producto del avance de fuerzas autoritarias y conservadoras que afectan distintas partes del mundo, la cooperación internacional es más importante que nunca. Pero no puede ser cualquier cooperación.



Necesitamos una cooperación solidaria que fortalezca los procesos impulsados por las organizaciones, sin imposiciones, y que respete la diversidad cultural y lingüística de los pueblos. Una cooperación que no imponga agendas, no fragmente organizaciones ni priorice proyectos de corto plazo sobre procesos de transformación profunda. Esto es lo que reclamamos y llamamos cooperación decolonial , una cooperación enraizada en principios de reciprocidad, diseñada para abordar los problemas críticos de un mundo dividido e injusto y que ha demostrado resultados más duraderos y efectivos



Ya hay ONG internacionales, fundaciones, filántropos y donantes (como Canadá o Noruega, por ejemplo) que avanzan en esta dirección. Desde mi organización campesina e indígena trabajamos con algunos de ellos, pero aún hay mucho camino por recorrer. Por ello, animamos a otros a sumarse a este proceso urgente frente a los desafíos que enfrentamos conjuntamente, tanto en el Sur como en el Norte Global.



No tenemos todas las respuestas ni soluciones para todas las preguntas, porque también somos autocríticos con nuestros procesos. Sin embargo, es innegociable mantener la rendición de cuentas y la capacidad para la elaboración de propuestas. Esto no depende del color de las manos, sino de una mejor distribución de recursos y del reconocimiento y respeto por todos los saberes. Históricamente, los gastos destinados a la contratación de personal técnico para la elaboración y ejecución de programas han quedado en su mayoría en manos de las ONG del Norte. Es urgente una redistribución más equitativa.


El Foro Permanente Latinoamericano para la Decolonización de la Cooperación, que apenas inicia su labor, se compromete a trabajar en esta agenda con entusiasmo y convicción. Nos inspira la inmensa riqueza de ideas progresistas y decoloniales generadas en América Latina y Caribe, y buscamos unirnos con movimientos diversos de otras regiones del mundo. Lo hacemos, por supuesto, junto con donantes, ONG del Norte, fundaciones y filantropías, como ya hemos empezado a hacer.




Reconocemos, además, el valioso trabajo de iniciativas como Acápacá, el podcast Living Decoloniality y algunas de las principales ONG internacionales a través de Pledge for Change. Estas iniciativas impulsan esta agenda mediante el intercambio de saberes, el aprendizaje de mejores prácticas, la incidencia y la innovación en los cambios de roles de los intermediarios.


Nuestra siguiente cita será del 9 al 12 de junio de 2025 en Bogotá, coincidiendo con la X Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales organizada por CLACSO, el mayor encuentro académico y político de las ciencias sociales y humanidades a nivel mundial. Nos reuniremos más de un millar de organizaciones para seguir construyendo juntas la cooperación que necesitamos. ¡Los esperamos!





Lourdes Huanca es la presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (FENMUCARINAP), recientemente nombrada secretaria del Foro Permanente Latinoamericano para la Decolonización de la Cooperación, junto con Asier Hernando Malax-Echevarria (Acápacá) .
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La activista afroperuana Natalia Barrera conquista las pantallas: “Se acabó el tiempo de otras personas contando nuestras historias”




Esta creadora de contenido, referente para los jóvenes de su país, estrena la segunda temporada de ‘Descolonizados’, una serie de AJ+ Español en el que personalidades de América Latina cuestionan conceptos y formas de ver el mundo impuestos desde afuera







DIEGO BATTISTESSA
Lima
07 ENE 2025 - 05:30 CET


Natalia Barrera Francis, de 26 años, nacida y criada en el barrio de Breña, cerca del centro histórico de la capital del Perú, se ha convertido en un referente para una generación de jóvenes de su país que debaten y dialogan sobre la descolonización. “Soy publicista y creadora de contenido en redes sociales. He trabajado como modelo desde los 15 años y también soy gestora cultural de la organización Afrocentro Perú”, explica Barrera en un café de Lima en el que tuvo su primera “chamba” o empleo, cuando tenía 18 años. Todo su trabajo está atravesado por un activismo feminista y antirracista en un país donde un 3,6% de su población mayor de 12 años se autoidentifica como afrodescendiente. “No puedo hacer antirracismo sin promover el feminismo, y no puedo llevar adelante estas luchas sin enfocarme en donde todo se originó, en donde se creó la primera gran herida”, agrega.




La primera gran herida de la que habla la joven afrodescendiente es la colonización del Perú, que comenzó a mediados del siglo XVI. La llegada de los españoles al territorio del Imperio Inca no solo significó el sometimiento de los pueblos indígenas, sino el traslado de personas esclavizadas desde África para explotarlos como jornaleros o trabajadores domésticos. A finales del siglo XVI había cerca de 4.000 africanos, cifra que aumentó a 20.000 a mediados del siglo XVII, según recoge un documento del Ministerio de Cultura de Perú. Esa historia es fundamental para el trabajo de Barrera en redes sociales y en organizaciones locales. “No podemos seguir explicando lo que significan estas luchas, sin hablar del colonialismo, porque el pasado y el presente están estrechamente vinculados”, asegura en este café del barrio de Miraflores, añadiendo que tampoco se puede “pensar en descolonizar sin ‘despatriarcalizar’”.





En la creatividad encontramos nuevas formas de resistencia




Su talento y activismo en redes sociales, especialmente con el proyecto Una Chica Afroperuana (un medio audiovisual antirracista creado por ella en 2016), atrajo la atención de los productores de AJ+ Español, la versión digital en castellano del conglomerado de medios Al Jazeera Media Network. En 2019, la contrataron para ser la presentadora de Descoloniza, una serie documental que ha tenido impacto en la región latinoamericana. Se trata de un proyecto audiovisual de once episodios grabados en siete países de la región (Colombia, Puerto Rico, Brasil, Argentina, Chile, Perú y México) donde Natalia entrevista a personas que cuestionan conceptos, ideologías y formas de ver el mundo impuestos desde afuera. Figuras latinoamericanas como Moira Millán, líder social argentina e indígena Mapuche; Emerson Uýra, artista y científico de la Amazonía brasileña; Erica Malunguinho, la primera diputada transgénero de la Asamblea de São Paulo e iLe, cantante puertorriqueña, hablaron con la presentadora peruana sobre otros caminos posibles para el continente, construidos desde el trabajo colectivo. “En la creatividad encontramos nuevas formas de resistencia”, resalta Barrera.



Descolonizar, al final, significa cuestionar lo que se ha asumido como correcto a partir de los conocimientos y prácticas de los países colonizadores. “Por ejemplo, en la primera temporada hemos tocado el tema de la belleza y de cómo es necesario reflexionar a fondo sobre quiénes han establecido los cánones para medirla. También hemos hablado de la descolonización del feminismo para cuestionar la hegemonía blanca en el movimiento”, explica Barrera.


Rescatar la experiencia viva de todos nuestros ancestros es un ejercicio de descolonización de las mentes y de recuperación de nuestras identidades que tanto han aportado al proyecto nación de este país




La joven subraya que el lugar que ella hoy ocupa es el resultado de un esfuerzo colectivo de generaciones. Es la menor de tres hijas de una auxiliar de hospital, originaria de Breña, y de un taxista, procedente de Collique, en la periferia de Lima, que han representado para ella un ejemplo de esfuerzo y de resistencia. Le enseñaron lo que significa ser afro en Perú y sobre los “golpes” de racismo que recibiría en la vida. “Yo no llego sola, la cara que yo tengo es la cara de mis padres, el reflejo de mis hermanas, una genética y unos conocimientos que representan quiénes somos a nivel ancestral”, comenta.




Para la segunda temporada de Descoloniza, que se estrenará en marzo de 2025, la activista limeña ha tenido que ir a vivir una temporada a México. La serie explorará ahora la expoliación de los recursos naturales, las luchas de los territorios y contará con “voces e historias muy potentes y de todas las edades”, subraya Barrera, que confía que cosechará tanto éxito como en la primera temporada. “Hoy, con los formatos rápidos, queremos captar a las personas para que puedan entender las luchas sociales con reels o TikToks”, explica. “Pero la apuesta de Descoloniza es diferente, más humana, más profunda, desde las identidades, los cuerpos y las experiencias propias”, describe.




Barrera no cree que el “despertar descolonizador” de algunos países latinoamericanos sea una moda entre los jóvenes, como ha escuchado decir. “Es importante que se hable de esto, que la conversación haya salido de las academias y que los movimientos, los colectivos y sobre todo los jóvenes se apropien de esta palabra y del cambio de visión que representa. Este tema ha venido para quedarse y se acabó el tiempo de otras personas contando nuestras historias”, manifiesta. En diciembre, Perú celebró el bicentenario de la independencia, que se consiguió con la batalla de Ayacucho en 1824. Pero, tuvieron que pasar 30 años para que, en 1854, finalmente se aboliera la esclavitud en la naciente república y, en pleno siglo XXI, activismos como el de Barrera prosiguen la lucha afroperuana por sus derechos. “Rescatar la experiencia viva de todos nuestros ancestros es un ejercicio de descolonización de las mentes y de recuperación de nuestras identidades que tanto han aportado al proyecto nación de este país”, concluye.
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CITA(Raimon @ Mar 1 2006, 10:16 PM) *
Una vez desaparecido y para aquellos que quieran conservarlo esto es lo que contenía el foro de el País




“Internet no nos ha vuelto malos, ya éramos así”: la trampa de añorar aquella red “amable” de hace 20 años



Una serie de artistas y de movimientos en la red reivindican aquella red inocente que conocimos hace 25 años, pero otros especialistas señalan que todos los errores actuales ya existían entonces y de que esa nostalgia es una trampa para no centrarnos en hallar soluciones



ENRIQUE REY
07 ENE 2025 - 05:30 CET



En los visuales de los conciertos de María Escarmiento, como en los de muchas otras figuras de la escena urbana, aparecen iPods, teléfonos Blackberry y capturas de pantalla de Fotolog, Messenger o Tuenti. Buena parte del público es demasiado joven para haber utilizado esas tecnologías, pero sabe para qué sirvieron esos aparatos y webs. Incluso ellos los asocian a una época durante la que los espacios virtuales eran más acogedores, divertidos y habitables. Es la fuerza de la estética Y2K o del Flow 2K, uno de los últimos revivals que, en todas las disciplinas artísticas, consiste en recuperar y reinterpretar los diseños e interfaces de los dispositivos electrónicos de hace alrededor de 20 años.




Es el enésimo giro nostálgico de una cultura obsesionada con la retromanía. Hace años que los millenials son adultos y ahora podrían estar buscando el tiempo perdido mediante la evocación de las horas que pasaron chateando en MSN Messenger (no fueron tan emocionantes: se solía hablar con los compañeros de clase inmediatamente después de estar con ellos) y buscando películas y canciones de Evanescence, Green Day y Eminem en eMule (muchas veces sonaban mal y el ruido del ordenador, encendido toda la noche, provocaba pesadillas). Además, tal y como advierten académicos como Grafton Tanner (autor de Nostalgia y utopía en la era de las Big Tech), internet, con su forma de archivo, encaja especialmente bien con la nostalgia, y todo este movimiento de reivindicación y arqueología (que desempolva material desde los tiempos dorados del IRC y Habbo Hotel hasta los primeros años de Facebook, justo antes del escándalo de Cambridge Analítica) es una excusa perfecta para relanzar productos o producir contenidos virales sin demasiado esfuerzo.




No obstante, el Flow 2000 también podría significar que echamos de menos el viejo internet (si es que algo así existió) o, por lo menos, que necesitamos una red a otra escala y a otra velocidad, más humana y más amable. Hace poco, el crítico cultural Kyle Chayka escribió en The New Yorker sobre “tecnología acogedora”, una de las últimas fantasías que difunden plataformas como TikTok. “Tecnología acogedora” es la etiqueta que agrupa contenidos sobre usuarios que, mientras beben de una taza humeante, navegan sin prisa o juegan a videojuegos agradables y sencillos en dispositivos con diseños ergonómicos y suaves. Es una imagen más potente de lo que parece porque transmite algo que perdimos en algún momento de la última década: sensación de control; la idea de que es posible volver a disfrutar de la tecnología con tranquilidad.




Durante los últimos meses se han publicado en España varios ensayos que exploran este deseo (nostálgico o proyectado hacia el futuro) de un internet mejor. Las redes son nuestras (Marta G. Franco, Consonni), Utopías digitales (Ekaitz Cancela, Verso Libros) y La viralidad del mal (colectivo Proyecto Una, Descontrol Editorial) son libros que coinciden en el diagnóstico y proponen distintas soluciones colectivas para escapar de este internet degradado en el que las plataformas han ganado la batalla a los usuarios, el odio ha superado a las redes de apoyo, la extracción de datos y el afán de lucro ensucian cada rincón y el entretenimiento está envenenado. De paso, desmontan algunos mitos tecnófobos y alertan contra los discursos que lanzan los gurús a sueldo de las grandes tecnológicas. Estos libros también contienen muchas de las posibles respuestas para esas dos preguntas que, últimamente, recordamos tan a menudo: ¿Ha cambiado la red o hemos perdido nosotros la inocencia? En resumen: ¿en qué momento se fastidió internet?





Una utopía truncada






Los más pesimistas consideran que la historia de internet es la historia de un gran fracaso: otra enorme decepción colectiva porque la última utopía verosímil (una red horizontal y libre) se quedó por el camino. En su ensayo, Marta G. Franco explica que la historia de internet está marcada por sucesivos robos o expropiaciones forzosas, y que el tercero y último de estos robos se produjo hace ocho años. El primero se completó durante el salto de la red para nerds de los noventa a la de la burbuja de las puntocom; el segundo, cuando surgió la Web 2.0 y los usuarios ganaron protagonismo, pero también se convirtieron en productores de datos gratuitos; y el tercero y más reciente, cuando las fuerzas de ultraderecha (lo que llama “la Internacional del Odio”, formada por políticos como Trump y Milei) transformaron “aquellas plataformas que nos ayudaron a encontrarnos y organizarnos en un campo de minas y experiencias desagradables”. Sin embargo, la autora no es pesimista (“si nos robaron y perdimos tres veces es porque un rato antes, tres veces, íbamos ganando”) y cree que todavía internet puede cambiar a mejor.




Mayte Gómez Molina (conocida en redes como Ingrata Bergman), artista digital, poeta e investigadora, apunta que es necesario preguntarse a quién ha decepcionado internet: “Aunque ahora no podamos imaginarlo, podría haber tenido muchas formas. Muchos pioneros y artistas del net art de los noventa y los dos mil exploraron la creación de directorios, de otros buscadores y cómo llevar la estructura de la red al límite, creando interfaces llenas de ramificaciones. Luego los buscadores recuperaron la comunicación unidireccional y estandarizaron la manera de navegar; así que para esas personas sí que ha sido una decepción. Pero para quienes tenían un interés económico y de extensión del capitalismo, internet se ha convertido justo en lo que querían, que no es tan diferente de la televisión. Los demás lo vivimos como un espacio conflictivo, donde hay muchas cosas decepcionantes pero que siempre se regenera y abre nuevas posibilidades. internet hace algo muy cruel y difícil de llevar emocionalmente: primero te decepciona, pero enseguida te da esperanza de nuevo”.




Esos ciclos de ilusión y desilusión también afectan al discurso sobre las redes que, en momentos de desencanto como el actual, pueden funcionar como profecía autocumplida. En el colectivo Proyecto Una tampoco quieren ser pesimistas: “No nos gusta la hiperfijación de ciertas izquierdas con la derrota. Parte del internet que tenemos es la evolución lógica de aquel proyecto de unos hippies que pensaron que podían arreglar el mundo con la tecnología. Ahora se están dando cuenta de que los problemas del mundo eran más sociales que tecnológicos; pero hay alternativas”. Uno de los tópicos que más combaten desde este colectivo dedicado al pensamiento y el activismo digital es la idea de que todavía existe una frontera entre el mundo virtual y el real y, por tanto, sería posible escapar de uno al otro. “No existe el mundo real y el mundo digital como entes separados. Somos materialistas: el mundo es aquello que construimos con nuestra capacidad de actuar sobre él”, señalan.




Este grupo de filósofas, programadoras y youtubers tampoco tolera esos mensajes fatalistas de fondo tecnófobo que, ante la mala situación de muchos espacios online, toman la parte por el todo y consideran que toda la tecnología (especialmente desde la popularización de la Inteligencia Artificial) se rige por reglas inciertas sobre las que no es posible intervenir: “Naturalizar comportamientos humanos o esencializar la evolución y el impacto de una tecnología se hace bien por ignorancia, bien por intereses privados que buscan crear esa ignorancia. Siempre que recibamos un mensaje, sea en el mundo offline o el online, tenemos que preguntarnos: ¿quién lo emite? ¿por qué lo enuncia así? ¿qué beneficio puede estar sacando? ¿a quién le interesa que repita esto? La peor propaganda es la que replicamos sin siquiera darnos cuenta”, advierten.





¿Pero qué echamos tanto de menos?






En Los hechos de Key Biscaine, la última novela de Xita Rubert (nacida en 1996), hay una escena en la que dos amigas adolescentes entran en Omegle, una web muy popular alrededor de 2010 que, como Chatroulette, servía para chatear con extraños. “Infinitud virtual de penes. Pavoroso universo fálico. Tras cada chat había una entrepierna siempre lista para insinuarse y preparada para descubrirse”, describe la narradora. Situaciones así eran muy habituales en espacios hoy añorados y mitificados (como aquellas webs y determinados foros) que, ya entonces, reproducían comportamientos machistas y racistas. Por eso, desde Proyecto Una ponen en duda que el internet de hace 20 años fuera más libre: “¿Era libre, para quién? Que se pueda decir cualquier cosa no significa que exista más libertad. Significa que se impone la del más fuerte. En 4Chan se bromeaba con que no había mujeres en internet y, si alguien se identificaba así, se le exigía que enseñase las tetas. Este tipo de espacios (como el resto, vaya) no eran neutros.” Creen que la situación no ha cambiado tanto y es que hoy “las plataformas comerciales grandes dejan que crezca el fascismo, precisamente, cuando no toman medidas para moderar. Cuando prefieren las ganancias que les ofrece el engagement de un mensaje de odio o un bulo racista a intervenir determinados comportamientos”.




A pesar de que internet nunca fue del todo libre, casi cada usuario podría mencionar determinado hito que le afectó especialmente (desde la violación virtual en un juego de rol de 1993 recogida por el periodista Julian Dibbell hasta la primera victoria electoral de Trump o, por qué no, el cierre de Tuenti) y establecer una fecha subjetiva en que se fastidió internet. Además, muchos coincidirían en que el sarcasmo como código y enfoque para cualquier interacción ha sido otro de los factores que más han deteriorado la red, y es que lleva al menos una década funcionando como arma de doble filo. “El sarcasmo puede acercarte a aquello sobre lo que ironizas. Convertir en espectáculo algo horrible puede promoverlo o hasta radicalizarlo”, explica Gómez. “Por un lado hay que superar el fenómeno de la personalidad algorítmica (como me junto con gente que piensa como yo, no puedes reconocer que el otro pueda llegar a pensar distinto). Por otro, si atendemos y convertimos en espectáculo a los ultras, incel, neofascistas y personas violentas que se organizan en internet, parece que no pueden hacerte daño, que son imágenes o representaciones sin poder real. Cuando algo se convierte en meme da la sensación de que no existe e ironizar demasiado convierte en ficción cosas posibles y peligrosas”, expone la investigadora.




Como todos los escapismos nostálgicos, el mito acerca de una red anterior al sarcasmo (y al dominio de las grandes compañías) donde todo fue más sincero y más sencillo es una trampa melancólica. La poeta austríaca Ingeborg Bachmann escribió que cuando uno cumple los 30 descubre la capacidad de recordar, y quienes fueron adolescentes mientras la banda ancha se instalaba en la mayoría de hogares tienen ahora esa edad. Por eso internet se ha llenado de recuerdos sobre sí misma, aunque, con algo de esfuerzo, siga siendo posible encontrar novedades llenas de espíritu colaborativo. “Todavía hay mucha amabilidad en internet. Solo hay que irse a Youtube y ver esos videos sobre cómo se arregla determinada lavadora”, apunta Gómez. “Mucho contenido es una muestra de buena voluntad; el verdadero youtuber es el que tiene diez visitas en cada vídeo. Ahí hay un montón de cosas tiernas, prácticas, erráticas, rarísimas, y también un montón de gente ayudando de forma desinteresada”, ejemplifica.




Oche Zamora, educador social, camarero y uno de esos usuarios que hacen que siga mereciendo la pena abrir Facebook, también piensa que mucha gente continúa haciendo un uso luminoso de internet: “Hemos llegado a sospechar que todas las publicaciones esconden un espurio deseo de reconocimiento y que todo lo que hacemos en redes lo hacemos para simular que somos mejores de lo que somos en realidad”, se queja. “Y no creo que sea así. Todos queremos que nos quieran y, sobre todo, que nos quieran determinadas personas. ¿Qué problema hay? Pero es que en las redes también existe un deseo de expresarse, de jugar, de reflexionar y de pasarlo bien, y no sólo una maquiavélica estrategia para conseguir likes”, comenta. “Viendo en lo que se están convirtiendo las redes, anuncios de eventos y opinatorio polarizado sobre el enésimo debate de la agenda mediática, uno echa de menos aquella exposición de lo íntimo. Ojalá leer historias personales o confesiones otra vez”.




Entonces, ¿existe algún camino para recuperar las cosas buenas de internet que echamos de menos sin caer en la nostalgia interesada del Flow 2K o en discursos apocalípticos? Los ensayos citados ofrecen algunas claves políticas (como recuperar la soberanía digital) e individuales (como dar visibilidad a esos proyectos y locales autoorganizados que siguen existiendo); y Mayte Gómez concluye: “Hay que frenar ese pensamiento reaccionario y ese miedo a la tecnología que surge a partir de la idea de que internet nos ha vuelto peores. Eso no es verdad: ya éramos así. Si internet es poco amable es porque nosotros cada vez lo somos menos. No se puede perpetuar la idea de que las máquinas son entes con voluntad propia, hay que responsabilizarse de lo que pasa en internet”.


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El fiscal: “¿Por qué tenía que pagarle el partido la Copa Davis a sus hijos?”

Cascos: “Porque tener una imagen de familia es un activo”





El expresidente asturiano, que se enfrenta a tres años de cárcel por un delito continuado de apropiación indebida, tacha el juicio contra él de ridículo: “Estas cosas se resuelven en casa”






NATALIA JUNQUERA
Madrid -07 ENE 2025 - 15:40 CET




Francisco Álvarez-Cascos , vicepresidente del Gobierno con José María Aznar y expresidente de Foro Asturias, partido que le ha llevado a los tribunales, se ha sentado este martes en el banquillo de la Audiencia Provincial de Oviedo acusado de un delito continuo de apropiación indebida. En concreto, 181.648 euros que pasaron como gastos al partido cuando no tenían que ver con su actividad política, sino con su vida personal, según el escrito de acusación de la Fiscalía, que pide para él tres años y seis meses de prisión.



Los gastos, revelados por este periódico en 2019, incluyeron videojuegos, zapatos, menús infantiles, entradas para eventos deportivos, psicotécnicos para una licencia de armas y el alquiler de una sede en Madrid propiedad de su entonces esposa, María Porto. Tras 45 minutos en los que el abogado de Cascos trató sin éxito que el tribunal declarara la nulidad de las actuaciones, alegando, entre otras cosas, que parte de la documentación aportada a la causa había sido robada en el domicilio de Porto, el fiscal interrogó al expresidente asturiano uno a uno por los gastos que pasó a Foro Asturias, como unas entradas por valor de 240 euros para la Copa Davis a la que asistieron sus hijos. El expolítico cayó a menudo en contradicciones y se burló en todo momento del proceso.




Cascos: Yo no soy aficionado al tenis, pero el presidente de la Federación Española de Tenis tuvo la deferencia de invitarme y acudí. La federación asturiana de tenis nos pidió ayuda y creo que Foro compró cinco entradas. Yo tenía entrada de protocolo. No eran para beneficiariome ni a mí ni a mis hijos. Las compramos para ayudar a la organización de Oviedo y asistieron compañeros de Foro a la eliminatoria.


Fiscal: ¿No asistieron a sus hijos?


Cascos: Alguno asistiría conmigo. Tampoco son aficionados. Los que asistieron fueron personas de Foro.


Fiscal: En la instrucción dijo que había ido con sus hijos.


Cascos: Sí, mis hijos fueron al tenis, claro, pero pudieron ir con las entradas de protocolo de la federación o con las que Foro, por apoyar a la sede de Oviedo, adquiridas y repartidas entre sus dirigentes.


Fiscal: ¿Y por qué tenía que pagar Foro las entradas para ir usted con sus hijos?


Cascos
: Porque la imagen pública en política es muy importante. Yo no fui por el tenis. Fui por apoyar a la sede de Oviedo y eso también forma parte de la imagen que uno transmite a la sociedad asturiana.


Fiscal: Usted era el presidente del Principado de Asturias en ese momento. ¿Pero las de sus hijos por qué las tenían que pagar Foro?


Cascos: Porque tener una imagen de familia forma parte del activo de una persona. Le estoy diciendo cosas de Perogrullo. ¿Cómo no va a tener imagen positiva de un dirigente político con su familia?





Durante el interrogatorio del fiscal y del abogado de la acusación particular, el propio Foro Asturias, Cascos empleó tres clases de argumentos para responder a la retahíla de gastos que pasó al partido y que difícilmente tenían que ver con su actividad política. Para justificar viajes, comidas y estancias en lugares como Estepona o Córdoba. aseguró que había pactado con la formación política que mantendrían su “nivel de vida” y que, al estar separado de la madre de sus hijos, debía ir él a verlos dos veces por semana y los fines de semana que le correspondían. “Foro cubría mis gastos cuando yo estaba con mi familia”, aseguró. “Mariano Rajoy me dijo tres veces que yo era su candidato [a la presidencia de Asturias], pero en diciembre de 2010 nombraron a otra persona y en enero de 2011 yo me di de baja en el PP”, recordó. A partir de ese momento, añadió, un grupo de personas se dirigieron a él para tratar de convencerlo de que volviese a la política con una nueva marca política. “Y esas personas, que ahora son los querellantes, jamás tuvieron preocupación alguna”.




Para justificar la factura de un videojuego que pasó al partido, Cascos aseguró que se trataba de “un error” porque en todos esos años no había comprado un solo juego, sino muchos. Un argumento parecido empleó para explicar la compra de unos zapatos. “Soy cliente de Callaghan desde hace 30 años. He abonado decenas de pares de zapatos y hay uno...”. La nómina de Cascos, que además disponía de un chófer a su servicio, ascendía hasta junio de 2019 a 5.087 euros al mes, pero el político pasó todo tipo de gastos personales, incluido pedidos de comida a domicilio o lavandería, al partido.





Preguntado por gastos de procurador por asuntos judiciales que pasó a Foro pese a no tener que ver con el partido, como una querella particular por amenazas, Cascos respondió: “Alguien cometió un error. Entendió que era de Foro y lo abonó”. En cuanto a varios desplazamientos hasta A Coruña, entre ellos, un puente de diciembre, acompañado de su familia, el expolítico alegó que había ido a reunirse con el presidente de la Xunta, entonces Alberto Núñez Feijóo, para pedirle ayuda para deshacer el “acuerdo” entre el PSOE y el PP en Asturias por el que fue incapaz de aprobar los Presupuestos regionales y terminó adelantando las elecciones a la presidencia del Principado. También calificó de “error” la factura de un colchón con patas, canapé, moqueta, tapicería y visillos en El Corte Inglés por valor de 3.290 euros y pidió un análisis “grafológico” del gasto por el psicotécnico para una licencia de armas que también pagó el partido, según consta en el escrito de acusación.


“Sede ficticia”



Se detuvieron tanto el fiscal como el abogado de la acusación particular en un gasto particular, el contrato de alquiler de una supuesta sede para el partido en Madrid, un local en el Paseo de la Castellana de la sociedad Cinqualium, creada por Cascos en 2005 junto a su esposa, y de la que fue administrador entre 2007 y julio de 2011, cuando renunció al ser nombrado presidente del Principado. A partir de ese momento, la administradora pasó a ser María Porto, su esposa. Por el alquiler de esa sede que el partido considera “ficticia”, Foro abonó desde 2012 hasta diciembre de 2014 un total de 173.855,70 euros. Según Cascos, era el despacho que utilizaba en la capital tanto él como Isidro Martínez Oblanca.




Durante los interrogatorios, Cascos se burló de las cantidades que se le imputaban y que, según él mismo explicó, había pasado a Foro en tiques metidos en sobres. “Esto es lo más triste que me ha pasado en política”, llegó a decir, presumiendo de la “austeridad” que había regido en el partido que presidía y que careció durante años de la figura de un tesorero, porque a su juicio, no hacía falta, basándose todas las condiciones en las relaciones “de confianza” y “de palabra”. El juicio se reanudará el jueves, donde está previsto que declare, entre otros........



la actual presidenta de Foro Asturias y




Alcaldesa de Gijón,



Carmen Moriyón.
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Elon Musk reacciona al conocer el porcentaje de violadores extranjeros en Cataluña



El magnate estadounidense se ha hecho eco de la información que dio a conocer E-Notíces





e-noticies.cat/es
Redacción
06/01/2025 11:15:00h4


El magnate Elon Musk se ha caracterizado por ser algo más que un empresario. De un tiempo a esta parte ha aumentado su actividad política, por ejemplo implicándose de lleno en la campaña de Donald Trump. Tampoco evita comentar los temas de actualidad en la red social X, donde da un gran eco a problemas sociales con sus entradas.



El dueño de SpaceX y la red social X ha comentado este domingo una información relacionada con la inmigración ilegal y la delincuencia en Cataluña. Una noticia que ayudó a destapar E-Notícies, al revelar los datos de los reclusos extranjeros condenados por violación.



Elon Musk ha compartido la entrada de @visegrad24 en Twitter con una noticia de La Razón. "El 91% de los condenados por violación en Cataluña son extranjeros", informaba el rotativo. En el texto citaba la información de E-Notícies, según la cual el 64% de los reclusos por agresión sexual o violación en Cataluña son extranjeros. 



Con un "Wow" en su perfil de X, el magnate estadounidense ha mostrado su estupefacción ante la realidad que se vive en Cataluña. Ante el hecho de que el 91% de los condenados por violación sean extranjeros (un 64% de los reclusos), pese a que los inmigrantes representan el 17% de la población.




ATENCIÓ 15.19 h:


Reacció d’Elon Musk al saber que el 91% dels condemnats a Catalunya per violacions són estrangers.


Elon Musk

@elonmusk

Wow

3:19 PM · Jan 5, 2025



"Parece que Elon Musk está poniendo nervioso al deep state europeo", ha comentado un usuario de X. Musk ha sido el foco de las iras del establishment político y mediático por sacar a la luz los abusos a menores por parte de paquistaníes en el Reino Unido. El escándalo se conocía desde hace tiempo, pero las autoridades lo encubrieron para evitar un estallido social.


La realidad de Cataluña atrae la atención mundial



Desde E-Notícies llevamos tiempo insistiendo en la grave situación de la seguridad que vive Cataluña. La situación ha sido sistemáticamente maquillada y ocultada por las autoridades catalanas, para "no dar alas a la extrema derecha". 



Pero la realidad es que Cataluña lleva años sufriendo las consecuencias de las políticas buenistas de sus gobiernos. Los datos revelados por el Ministerio de Justicia y el Departamento de Justicia de la Generalitat confirmaron lo que era un secreto a voces. Hasta entonces (y aún ahora, pese a tener los datos encima de la mesa) hablar de ello era sinónimo de racismo y ultraderecha.


Con su "Wow", Elon Musk expresa su sorpresa ante una realidad que está dando la vuelta al mundo. Que un 91% de los condenados por agresiones sexuales sean extranjeros, pese a que la inmigración es el 17% de la población, evidencia una grave crisis de seguridad. Y revela así mismo que el modelo multicultural imperante en las últimas décadas ha fracasado.
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Renée DiResta, investigadora: “El problema no es la desinformación, sino la gente que quiere solo información que la haga sentir cómoda y feliz”




Esta especialista en manipulación online ha sido objeto de acoso por su labor. Ha publicado un libro para contar cómo afrontar estos retos





JORDI PÉREZ COLOMÉ
08 ENE 2025 - 05:20 CET




Renée DiResta, de 43 años, investiga la manipulación y el acoso en redes en la Universidad de Georgetown. Su trabajo de análisis era antes en el célebre Observatorio de Internet de la Universidad de Stanford. Pero en 2022 observaron cómo se viralizó la teoría inventada de que Joe Biden había robado las elecciones a Trump en 2020. Meses después la propia DiResta se convirtió en el objeto de desinformación por su labor. Las teorías conspirativas y las amenazas legales hicieron que Stanford decidiera abandonar la continuidad del Observatorio.




En 2024 DiResta publicó en inglés (y sin fecha prevista de traducción al español) el libro Dirigentes invisibles. La gente que convierte mentiras en realidad, donde explica el poder de propagandistas anónimos en la creación de la opinión pública: cómo triunfa una mezcla de influencers, algoritmos y audiencias entregadas. DiResta añade el punto de vista especial de quien ya trató en 2014 de enfrentarse al grupo de antivacunas.





Pregunta. ¿Cómo se siente al ser objetivo de una caza de brujas de aliados del próximo presidente de EE UU?





Respuesta. He sido objeto de demandas absurdas junto con mis colegas durante casi dos años, y no han encontrado nada. Si lo que quieren es hacer perder el tiempo a alguien con gastos legales y juicios caros, estas cosas van a ser cada vez más comunes. Seguimos gastando dinero en abogados mientras ellos persiguen fantasmas y tonterías. Si eso es lo que la nueva administración quiere hacer por el pueblo estadounidense, es su decisión, pero sería una elección extraña.




P. ¿Pueden llevar estas tácticas contra otras instituciones del país que luchan contra la desinformación?





R. Claro que pueden, y lo harán. Pero ahí es donde la academia, las instituciones y los miembros del Congreso tienen que intervenir y decir: desmantelar centros de investigación estadounidenses por fantasías políticas no es la forma de hacer grande a EE UU.




P. Los líderes de Silicon Valley están tratando de crear canales directos con Donald Trump.





R. Por supuesto. Son multimillonarios interesados en asegurar que sus empresas y las tecnologías en las que invierten generen beneficios. No es ninguna sorpresa. Es lo que siempre ha hecho la industria estadounidense.




P. ¿Puede eso afectar a cómo moderan los contenidos?





R. No trabajo en eso y no lo sé.




P. ¿Por qué prefiere la palabra propaganda a desinformación?





R. La desinformación implica que el problema es de hechos, y nunca ha sido un problema de hechos. Es un problema de gente que quiere recibir información que le haga sentir cómoda y feliz. Los mensajes antivacunas no apelan a hechos, sino a la identidad del receptor, algo así: “Si eres una persona de derechas, no deberías confiar en estas vacunas”. Todo está muy ligado a la identidad política. La desinformación implica que si dijeras que Robert F. Kennedy Jr. es un payaso total que no sabe absolutamente nada sobre vacunas o de su relación con el autismo, y que eso ha sido investigado hasta el agotamiento por científicos, si fuera un problema de desinformación, uno asumiría que la gente diría: “Oh, esta es la información correcta, voy por tanto a cambiar de opinión”. Pero no es así. Es un tema de identidad, de creencias, y por eso propaganda es un término más adecuado.






P. En internet es muy fácil encontrar una identidad que encaje con tu ideología.





R. Todo esto viene de cómo los medios surgidos en internet se han orientado hacia identidad y nichos. Un influencer no es más que una persona que se posiciona como alguien normal, como tú. Y tú buscas gente así para que te cuenten historias . Y llamamos medios a eso. Y sí, son medios, pero eso no significa que den noticias. El hecho de que sea contenido no significa que sea información o hechos. Todo se ha vuelto muy borroso.





P. Antes había más transparencia sobre lo que ocurría en las redes. ¿Qué ha pasado?






R. Entre 2018 y 2021, más o menos, las plataformas solían publicar información para que periodistas o académicos pudieran revisarla. Ahora apenas ocurre. Es una consecuencia de las teorías absurdas sobre la censura en EE UU. Las plataformas empezaron a pensar: “No puede parecer que cooperamos con el Gobierno ni la academia porque eso se interpreta como que somos una especie de élite conspirativa”. Esas teorías absurdas tienen un impacto real, porque las plataformas han dejado de compartir información de manera transparente. Ahora dependemos de cosas como la europea Ley de Servicios Digitales o mecanismos similares para que se dé esa transparencia.




P. Pero mientras algunas plataformas procuran no parecer amigas de Gobierno o academia, el dueño de una red como X, Elon Musk, es casi miembro del Gobierno.





R. Es hipocresía, pura hipocresía. Para que esta queja tenga impacto, la persona debe sentir vergüenza, y ellos no la sienten. No les importa porque les ayuda a ganar, les da ventaja.




P. Es difícil de entender que no haya más quejas.





R. Es que es una campaña de propaganda. Necesitas un héroe y un villano. Ellos son los héroes y nosotros los villanos. Es como un universo cinematográfico como los X-Men, los cómics de Marvel. No importa que pasen seis años entre una película de X-Men y la siguiente, cuando sale la nueva ya conoces a los personajes. No necesitas volver a establecer quién es bueno y quién es malo. Cuando Musk compró Twitter hizo un esfuerzo por crear un universo cinematográfico de héroes y villanos que pudiera ser desplegado en cualquier contexto para crear la percepción de una especie de conspiración global de censura que nunca se basó en hechos.




P. Ustedes en Stanford eran parte de esa conspiración global.





R. Sí, tuvimos que entregar todos nuestros correos electrónicos. Y no probaron ninguna conspiración. ¿Pero dijeron “vaya, lo sentimos, perdón, no eras el villano después de todo”? No. Cambiaron las reglas del juego. Buscaron una frase en un correo cualquiera que pudieran usar para pretender que tenían razón. Simplemente cambiaron su objetivo y toda la maquinaria mediática de derechas, que era cómplice porque esto era una campaña propagandística, escribió las historias necesarias para reforzar las mentiras. No pueden exonerarte cuando ya estás definido como el villano. Estás ahí para cumplir un rol, para ser útil.




P. ¿La derecha tiene una máquina de propaganda mejor preparada que la izquierda?





R. Los medios de derecha hacen un gran trabajo citándose unos a otros, compartiendo contenido y hablando todos de lo mismo. Crean una cadena muy efectiva de historias que repiten. Esto hace que la audiencia se familiarice con las historias los personajes y ese universo cinematográfico. No creo que en la izquierda exista algo parecido. La izquierda no forma una constelación, son solo estrellas separadas. No hay mucho tejido conectivo entre ellas.




P. ¿En la izquierda los medios compiten más?




R. Exacto. Las instituciones necesitan mejorar en esto. El término que uso es ‘contradiscurso en red’. Cuando una institución de salud pública necesita decir algo, lo hace a través de comunicados de prensa que tal vez algunos medios cubran. Pero no tienen un plan que involucre aparecer en el canal de un influencer, que luego lleve a otro, y otro más, generando un efecto de bola de nieve. Ese impulso simplemente no sucede porque no está organizado de esa manera. Y eso es algo muy diferente entre el aparato de propaganda de la derecha y el de la izquierda que, por supuesto, también tiene su aparato de propaganda, pero es distinto.




P. Pero la creación de un ecosistema así no depende solo de las instituciones. También sus mensajes deben ser interesantes. En el libro explica que detrás de las opiniones estrambóticas de Musk o Trump hay gente real.




R. Es complicado. Yo no soy una figura partidista ni política de izquierda, así que realmente no sé qué tipo de conversaciones están ocurriendo tras bambalinas. Ves a influencers de izquierda diciendo cosas como: “Kamala Harris no hizo esto, no hizo aquello, no estuvo en ese medio”. Algo interesante es que su equipo intentó llevarla a ciertos podcasts, pero algunos no quisieron. Muestra el poder de los medios de nicho.




P. ¿No les interesaba?




R. Los medios tradicionales son distintos. A pesar de sus defectos, los medios sí invitarían a esos candidatos importantes porque intentan llegar a una audiencia grande y general. Los influencers, en cambio, se preocupan por cómo su audiencia los percibe porque su éxito depende de su audiencia. Están enfocados en un nicho específico, y no hay nada malo con eso. No es algo negativo, es solo un ecosistema diferente. Entender cómo interactuar con ese ecosistema y adaptarse a él es algo que, lamentablemente, algunos políticos han entendido mejor. Por eso algunos logran convertirse en la voz de un nicho específico, en lugar de lo que antes se esperaba, un estadista.




P. En el libro hay una historia inventada de un guitarrista que empieza a hacer comentarios antiwoke y recibe más atención. ¿Podría ser que en estos últimos años si dices “lo woke es malo” obtienes más clics?




R. Sí. Constantemente están reforzando lo que esa audiencia quiere oír. Muchos autores han seguido ese camino. Ahora escriben sobre niños trans, dicen que el discurso de odio no existe, hablan de guerras culturales, de la universidad woke. Todo eso se convierte en una identidad particular, casi en un sistema de creencias para ese grupo. Y para seguir creciendo y sirviendo a esa audiencia, vas metiéndote más en estos espacios que refuerzan esa identidad.




P. Cualquier tema que permita generar una idea de conspiración tendrá éxito.




R. Una de las cosas más graciosas fue ver a un autor convertirse de repente en experto en ovnis. Esta idea de que el gobierno está ocultando ovnis se ha vuelto un tema central en la derecha, cuando antes era más bipartidista: los marcianos interesaban a todos. Pero ahora, la idea de que el gobierno y el Estado profundo están encubriendo a los marcianos atrae mucho a esa audiencia.



P. Quizá la solución sea que este grupo siga por ese camino hasta que se estrelle y otro tipo de temas ganen interés.





R. También lo he pensado. Ahora estamos teniendo grandes conversaciones en EE UU sobre nombramientos de Trump. Mitch McConnell, un célebre líder republicano influyente, ha dicho: “Yo sobreviví a la polio, ¿por qué estamos haciendo esto contra las vacunas?”. El problema es que este discurso está tan integrado en esa identidad grupal que no está claro si tendrán el valor de rechazar a los nombramientos más ridículos o las políticas más dañinas. La pregunta es: ¿habrá eventualmente una reacción pública en contra?




P. Puede que tarde años.





R. Tal vez. Es una de las grandes preguntas: ¿qué es lo que finalmente romperá el ciclo? ¿Cómo volveremos a una política de derechas basada en la realidad, en lugar de una convencida de que el gobierno oculta marcianos, que la vacuna contra la polio es peor que la polio, y que los partidarios de la leche cruda luchan por su derecho a contraer salmonela?

El fantasma del Blog
Enfrentarse a un ciclón cuando no se puede ver o andar: la carga del cambio climático en las personas con discapacidad de Malaui




Fenómenos como ‘Freddy’ han puesto de relieve la escasa adaptación de los sistemas de gestión de riesgos de catástrofes a las necesidades especiales de una parte de la población





LEONARD MASAULI
Linlongüe
08 ENE 2025 - 05:30 CET




Para un país como Malaui, los impactos del cambio climático no son nuevos. Ciclones como Gombe, Idai, Ana y Freddy han sido catastróficos en el país en los últimos años. Este último, en marzo de 2023, causó 676 muertos y más de 500 desaparecidos, dejó sin hogar a más de 650.000 personas y destruyó 202.095 tierras agrícolas, según el Departamento de Gestión de Desastres. Pero hay un grupo que sufre de forma desproporcionada estos fenómenos: las personas con discapacidad —50.000 fueron desplazadas por el ciclón, según el Consejo de Malaui para Asuntos de Discapacidad (MACODA)—. Muchas de ellas no reciben información accesible antes de la llegada de fenómenos extremos, y quedan desatendidas en las intervenciones posteriores.



“Tuvimos una lluvia torrencial persistente durante cinco días. No podíamos salir de casa ni hacer nada. El 14 de marzo de 2023, en plena noche, oí una gran explosión en la montaña cercana. No sabíamos que era una avalancha de lodo y arrasó nuestro pueblo, sepultando casas e hiriendo a mucha gente. Perdí a 23 familiares, incluida mi hija de nueve años”, cuenta Magret Makawa, agricultora de la aldea de Mtauchila, mientras no para de llorar. Las fuertes lluvias debidas a Freddy arrastraron un alud de lodo desde una montaña cercana que arrasó todo el pueblo, en el distrito meridional de Chiladzulo. La tragedia causó numerosos heridos, muertos y desaparecidos.




Para Makawa, que no puede caminar bien y necesita muletas para desplazarse, sobrevivir fue una odisea. Relata que la olvidaron por completo mientras todos se apresuraban a salvar sus vidas y las de los niños: “Gritaba, pero nadie podía oírme. La situación era mala. Las piedras me golpearon, pero por suerte me puse a salvo y me descubrieron por la mañana”. Aún no puede conciliar el sueño más de un año después. “Todavía me siento mentalmente inestable, y me atormentan pesadillas de lo que pasó aquel día”, asegura.




El Gobierno debe hacer un esfuerzo consciente para asegurarse de que también recibimos información sobre el cambio climático para prepararnos mejor


Magret Makawa


agricultora con una discapacidad motora





“Como personas con discapacidad, carecemos de información de alerta temprana ante catástrofes inminentes por el cambio climático”, lamenta. “Creo que el Gobierno debe hacer un esfuerzo consciente para asegurarse de que también recibimos información sobre el cambio climático para prepararnos mejor”, afirma. “Hay personas con discapacidad visual que no pueden leer la información escrita, e incluso hay quienes no pueden oír. El ciclón hizo que perdieran sus audífonos y objetos de valor que les ayudaban en su vida diaria”, pone como ejemplo.




Según el Banco Mundial, “las personas con discapacidad representan el 16% de la población mundial y se enfrentan a formas generalizadas de marginación social y económica”. Según el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, se prevé que para 2050 unos 18 millones de personas con discapacidad se vean desplazadas por fenómenos climáticos. El Banco Mundial destacaba, en un informe en 2023, cómo el cambio climático aumenta los riesgos para las personas con discapacidad en países en desarrollo, y cita un estudio según el cual “la tasa de mortalidad de personas con discapacidad en catástrofes naturales es hasta cuatro veces superior a la de las personas sin discapacidades”. “Un aspecto crítico de la adaptación al cambio climático es que la planificación tenga en cuenta la discapacidad”, advierte el Banco Mundial.




Dyson Malaya, de 57 años, procede de la Autoridad Tradicional de Ndamera, en Nsanje, en el sur del país, una de las zonas que más sufre los estragos del cambio climático. El desastre del ciclón Freddy dañó su silla de ruedas, y le impide seguir con sus actividades cotidianas. “Debido a las lluvias, mi casa se derrumbó. Tuve que gritar muy fuerte para que me oyeran. No fue fácil, pero por suerte algunas personas me llevaron a un lugar más seguro. Sin embargo, cuando visité la casa por la mañana, encontré mi silla de ruedas dañada, así como algunos audífonos arrastrados por el agua”, recuerda.




“A día de hoy, sigo sufriendo las consecuencias, porque ya no puedo trabajar como lo hacía antes. Me dedicaba a la pesca, pero ahora me resulta difícil. No puedo recorrer largas distancias porque mi triciclo está dañado y no funciona bien”, dice. Malaya pide al Gobierno y a las ONG que redoblen sus esfuerzos para garantizar que las personas con discapacidad tengan información sobre el cambio climático para poder tomar decisiones.



Crisis humanitaria en ciernes




Sin embargo, el director ejecutivo de la Federación de Organizaciones de Discapacitados de Malaui (FEDOMA), Simon Munde, afirma durante una entrevista que no se han puesto en marcha estrategias adecuadas y eficaces para garantizar que las personas con discapacidad estén incluidas en la preparación ante desastres, el desarrollo de la resiliencia o las medidas de recuperación.



Esta exclusión no es solo un descuido, sino una crisis humanitaria en ciernes, opina Munde, para quien la falta de medidas de acción positiva para garantizar la accesibilidad de la información, la comunicación, la infraestructura y la ayuda a las personas con discapacidad revela una cruda realidad: que las estrategias de adaptación climática de Malaui están fallando a la mayoría de la población vulnerable.




“El Gobierno, las ONG y las agencias internacionales no suelen reconocer los peligros y riesgos a los que se exponen las personas con discapacidad durante las catástrofes climáticas”, dice. Esta falta de prioridad ha incrementado las protestas de las comunidades de personas con discapacidad, lo que ha provocado que algunas no hayan sido tenidas en cuenta en la distribución de ayuda de emergencia.




“Creemos que también es necesario capacitar a las personas con discapacidad en cuestiones relacionadas con el cambio climático para que estén bien informadas y puedan tomar decisiones con conocimiento de causa”, explica Munde, pero según él, solo lo hace FEDOMA con sus afiliados. “Sin embargo, los efectos del cambio climático se sienten más sobre el terreno, en las comunidades”, dice, e insta al Gobierno y a las ONG a garantizar que las personas con discapacidad participen en la toma de decisiones sobre cuestiones relacionadas con el cambio climático.




El director general del Consejo de Malaui para Asuntos de Discapacidad (MACODA), George Chiusiwa, coincide en que queda mucho trabajo por hacer en el país. “Se necesitan políticas más integrales que aborden explícitamente las necesidades de las personas con discapacidad, que garanticen que se escuchan sus voces y que se defienden sus derechos en la planificación de las catástrofes y en las estrategias de respuesta”, asegura. Esto incluye garantizar la inclusión de la discapacidad en los presupuestos y la financiación de la gestión del riesgo de catástrofes.




Iniciativas de inclusión





“Hemos puesto en marcha varias iniciativas destinadas a promover la inclusión de las personas con discapacidad en las estrategias de preparación ante catástrofes”, explica Chiusiwa. Por ejemplo, “sesiones de formación para las autoridades locales de gestión de catástrofes y los líderes comunitarios para concienciar sobre las necesidades específicas de las personas con discapacidad durante la planificación y respuesta”.




Por su parte, el responsable de Relaciones Públicas del Departamento de Asuntos de Gestión de Desastres (DODMA) de Malaui, Chipiliro Raymond Khamula, dice en entrevista telefónica que el departamento ha hecho esfuerzos para dar prioridad a las comunidades más vulnerables del país. Esto incluye, según Khamula, a las personas con discapacidad, los ancianos y las familias encabezadas por menores. “Recientemente, el departamento ha implicado a organizaciones de personas con discapacidad en la elaboración de mensajes de gestión del riesgo de catástrofes y de alerta temprana que incluyan a estas personas y estén en consonancia con los retos a los que se enfrentan”.




Khamula asegura que el departamento se ha comprometido a garantizar “que nadie se quede atrás en todas las etapas del ciclo de gestión de riesgos de desastres y la creación de resiliencia ante los desastres debidos al cambio climático”.
El fantasma del Blog
Mark Zuckerberg recurre a bulos para justificar la supresión de los verificadores: “Es mentira que seamos censores”





Los expertos en comunicación critican la sustitución de profesionales por la colaboración colectiva de los usuarios de Facebook e Instagram contra la desinformación






RAÚL LIMÓN
Sevilla
09 ENE 2025 - 05:20 CET


Meta estrenó la ausencia de verificación de datos en sus redes, que implantará ya este año en Estados Unidos, con un bulo propio difundido por su nuevo jefe de asuntos globales, Joel Kaplan, y por el fundador de la red social, Mark Zuckerberg. Ambos directivos justificaron la supresión del programa antibulos con el argumento de que la comprobación objetiva de la veracidad de los contenidos es una forma de censura y que los profesionales encargados de la misma introducen sus propios sesgos. Es falso: los verificadores no censuran ni eliminan contenidos, tan solo advierten de la falsedad, y tampoco introducen sesgos, puesto que su labor responde a una metodología objetiva. La eliminación de este servicio ha originado una cascada de críticas de expertos en comunicación social y, en Europa, reclaman la aplicación estricta de la ley de servicios digitales (DSA) para mantener la moderación de contenidos.




“Hemos alcanzado un punto en el que hay demasiados errores y demasiada censura”, afirma Zuckerberg, consejero delegado de Meta, para justificar la supresión del programa de moderación. Y añade: “Los verificadores simplemente han estado demasiado sesgados políticamente y han destruido más confianza de la que han creado”. Kaplan le sigue: “Demasiado contenido inofensivo es censurado, demasiadas personas se encuentran injustamente encerradas en la ‘cárcel de Facebook’ y, a menudo, somos demasiado lentos para responder cuando lo hacen”.




Clara Jiménez Cruz, verificadora, cofundadora y consejera delegada de Maldita.es y presidenta de la European Fact-checking Standards Network (EFCSN), niega las premisas: “Es mentira que seamos censores. Lo que hace el fact-cheking [verificación de datos] es añadir información y hechos verificados al discurso público. En el caso de la colaboración con Meta [con quien han firmado un contrato de continuidad de su labor en Europa días antes de anunciar su supresión en Estados Unidos] es decirles cuáles son esos datos y hechos verificados para que la compañía, por decisión propia y de acuerdo con un programa diseñado por ellos, decida qué hacer”.




Jiménez Cruz insiste en que el objetivo es advertir a los usuarios “de que están consumiendo desinformación para que puedan tomar la decisión de seguir leyendo o compartirlo, pero en ningún caso borrar o eliminar contenido”.




La experta en identificación de bulos también niega tajantemente que la labor de los profesionales introduzca sesgos. “A los verificadores se nos somete cada año o cada dos años, dependiendo de la organización, a un examen que se lleva a cabo por expertos independientes que revisan la manera en la que tomamos las decisiones, lo que verificamos, cómo lo hacemos y cómo decidimos. Nuestras investigaciones no tienen sesgos, son correctas, transparentes y estamos sometidos a metodologías y normas que se revisan cada año y que cumplimos. Acusarnos de introducir sesgos políticos está fuera de lugar”.




Las propias evaluaciones de Meta, previas a la decisión de suprimir la verificación tras la victoria de Donald Trump en las últimas elecciones, destacaban la eficacia del servicio del que ahora prescinden. Durante las elecciones al Parlamento Europeo de 2024, la compañía resaltó que se etiquetaron 68 millones de contenidos en Facebook e Instagram tras supervisar los datos y el 95% de los usuarios evitó consultarlos ante la advertencia.




Meta, según recuerda la EFCSN, también ha alabado las virtudes del programa del que ahora prescinde: “Sabemos que está funcionando y las personas encuentran valor en las pantallas de advertencia que aplicamos al contenido después de que un socio de verificación de datos lo haya calificado”.




Ni siquiera los errores a los que aluden Zuckerberg y Kaplan para descalificar el servicio son masivos. Según los datos de la compañía, suponen el 3,15%, de acuerdo con el informe de transparencia de Meta.




Reacciones





La red europea de verificadores critica duramente la decisión que acerca las plataformas sociales de Meta a X, de Elon Musk, al adoptar el insustancial e ineficaz modelo de Notas de Comunidad, que delega en el consenso de los usuarios la responsabilidad de contrarrestar la desinformación. Esta decisión de sustituir el servicio de comprobación de datos también ha alertado a los expertos en comunicación social.




Lisa Fazio, profesora asociada de psicología y desarrollo humano en la Universidad de Vanderbilt, advierte de que esta herramienta colectiva es “insuficiente para determinar qué información es verdadera” y la considera demasiado lenta e ineficaz: “Este sistema pasa por alto una gran cantidad de contenido falso. La desinformación politizada rara vez es detectada porque no todos estarán de acuerdo en que es falsa”.



El profesor de la Universidad de Siracusa Roy Gutterman, director del Centro Tully para la Libertad de Expresión, coincide: “El hecho de que la comunidad de Meta se controle a sí misma, probablemente, no disminuirá la cantidad de información errónea y desinformación que flota en las redes sociales”.



A este grupo se suma Gordon Pennycook, profesor de psicología e investigador de redes sociales y bulos en la Universidad de Cornell: “En un ecosistema donde la desinformación está teniendo una gran influencia, la verificación de hechos colaborativa simplemente reflejará las creencias erróneas de la mayoría. Apoyo el uso de la verificación de datos colectiva, pero eliminar la de terceros (profesional) me parece un gran error”.
El fantasma del Blog
Amal Ramsis, cineasta: “Lo que está pasando en Líbano y Palestina no es solo militar, es una guerra de relatos”




La directora egipcia denuncia la invisibilización y la falta de recursos para las películas hechas por mujeres en el mundo árabe y cree que el cine es una forma de reivindicar la existencia de los pueblos, en el que la mirada femenina es indispensable






LAURA FEAL
Bilbao
09 ENE 2025 - 05:30 CET


La directora egipcia Amal Ramsis (El Cairo, 1972) llega a la cita en un hotel de Bilbao cargada de energía. Luce una chapa con la bandera palestina y pregunta directamente si podremos hablar sobre la guerra en Oriente Próximo. Se describe como “activista”: así entiende su vida y su carrera profesional, que ha pasado por la abogacía, la militancia política en partidos clandestinos, la academia (desde 2009 es titular de la Cátedra de Arte y Cultura de la Fundación Euroárabe de Altos Estudios de Granada) y desde hace casi dos décadas, por el mundo del cine.



Venís desde lejos (2018), su último documental, la dejó agotada. La obra, en la que aborda la historia de los más de 700 árabes que combatieron por la República en la Guerra Civil a través del retrato de una familia palestina, le llevó más de una década de investigación y varias lecciones sobre la industria cinematográfica.



“Fue una película para la que apenas tuve financiación. Conseguí poca y al final del proceso. En Europa nadie estaba interesado en financiar un documental sobre la Guerra Civil, menos sobre la participación de árabes en esta contienda y menos aún en apoyar a una mujer árabe que quisiera contarlo”, afirma, en esta entrevista, realizada el pasado octubre. “Cuando eres una mujer árabe tienes que hablar de lo difícil que es vivir con el velo o de la opresión que sientes por parte de los hombres. Son las únicas narrativas que interesan a Occidente”, critica.



Para Ramsis, el cine es una herramienta con la que cuestionar la realidad que la rodea. “No tengo el lujo de hacer otro tipo de películas, más banales o contemplativas, de probarme como cineasta experimentando por ejemplo filmar un árbol en medio de la nada”, cita, explicando que usa la cámara para acercarse a las historias que ayudan a profundizar en cuestiones que quizás sean más invisibles, que aporten matices y pongan el foco en héroes cotidianos.



Por ejemplo, en Prohibido (2011) grabó clandestinamente a amigos activistas en el Egipto de justo antes de la revolución. El documental retrata un país que articula su descontento a fuego lento y da muchas pistas para entender qué pasó antes del “estallido” de la plaza Tahrir en 2011. La estela de la mariposa (2015) sigue los pasos durante dos años de Mary Daniel, hermana de Mina Daniel, conocido como el “Che Guevara egipcio”. Él era uno de los 27 manifestantes asesinados en la masacre de Maspero, el 9 de octubre de 2011. Esa noche, la policía militar egipcia reprimió en El Cairo las protestas de cristianos coptos que se manifestaban por la quema de una iglesia. En el filme, Ramsis se interesa por la mutación radical que este acontecimiento supuso para esta mujer, tanto a nivel personal como político. Ambas películas fueron autofinanciadas. “Quería que fuese así, para ser libre y contar mi relato sin pensar de dónde viene el dinero”, explica.




Cuando eres una mujer árabe tienes que hablar de lo difícil que es vivir con el velo o de la opresión que sientes por parte de los hombres. Son las únicas narrativas que interesan a Occidente





“Las mujeres tienen mucha dificultad de entrar en el mercado cinematográfico, pero cuando cogen la cámara, la mayoría de ellas hablan de verdad desde lo que les conmueve. Tienen otra mirada, porque la situación social de las mujeres es distinta a la de los hombres, que es la que estamos acostumbrados a ver”, comenta la directora.



En esto, reconoce el papel de sus antecesoras, como Assia Dagher, actriz y productora pionera del cine egipcio, y otras muchas contemporáneas que están recibiendo reconocimientos a nivel internacional, como la palestina Mai Masri, la libanesa Eliane Raheb y la marroquí Leila Kilani. “Hacer cine en el mundo árabe no es nuevo para las mujeres, somos la continuación de una tradición muy larga”, sentencia Ramsis.




“No quiero que me acepten en sus círculos”





Antes de viajar a Bilbao, Amal Ramsis estuvo en la ciudad libanesa de Trípoli, participando en un taller de documental creativo con ocho mujeres, en el marco de la iniciativa La Caravana entre mujeres cineastas. Creado en 2008 y dirigido por un grupo de realizadoras y curadoras de cine, el proyecto busca fortalecer una red internacional de mujeres cineastas de diversas regiones del mundo, especialmente del mundo árabe, con el objetivo de avanzar hacia la igualdad de género.




Lo que sale en el mercado no nos representa, así que hacer cine es nuestra forma de defender nuestra existencia





En el contexto de la intervención israelí, dudó sobre la conveniencia de viajar hasta allá. Pero “las participantes estuvieron presentes y trabajando como si no pasase nada. Esa es su forma de resistir: hacer que la vida continúe”, explica impresionada Ramsis. “No podemos quedarnos mirando cómo nos destruyen, tenemos que seguir trabajando para presentar nuestra propia visión de lo que está sucediendo. Lo que sale en el mercado no nos representa, así que hacer cine es nuestra forma de defender nuestra existencia. Lo que está pasando en el Líbano y Palestina no es solo militar: es una guerra de relatos”, argumenta.




Según la cineasta, “cuando se observa al pueblo palestino o libanés solamente como víctima hay una mirada de superioridad que reconforta”. “Pero si los vemos como pueblos en lucha, nos fijamos en todo lo que hacen a pesar de que les estén bombardeando y tu actitud cambia”, asegura.



De las mujeres formadas en los talleres de documental creativo no solo nacen películas, sino también un colectivo que ahora trabaja de manera solidaria en los proyectos individuales de cada una y que rompe las reglas de la industria cinematográfica. Este modelo femenino y cooperativo se intentará replicar en Líbano en 2025 y posteriormente en otros países. “El mercado es muy competitivo, sobre todo en el cine documental. Yo no quiero que me acepten en esos círculos, quiero crear otros más justos, que es lo que estamos intentando hacer en Egipto entre mujeres”, afirma.
El fantasma del Blog
El hermano de Pedro Sánchez dice que se enteró de la plaza que ofertaba la Diputación de Badajoz por Google





El presidente de la Diputación, Miguel Ángel Gallardo, líder del PSOE de Extremadura, asegura ante la juez que cuando lo contrató desconocía el vínculo familiar de David Sánchez






DAVID VIGARIO | BADAJOZ
GEMA PEÑALOSA | MADRID
09/01/2025 14:33





David Sánchez Pérez-Castejón ha declarado este jueves como imputado ante la juez Beatriz Biedma, en los juzgados de Badajoz. El interrogatorio al investigado por presuntos delitos contra la Administración Pública y Hacienda, por la creación de una plaza de coordinador de actividades de los conservatorios de música, comenzó a las 9.44 horas y ha finalizado pasados unos minutos de las 11.00. Como estaba previsto, no ha contestado a las preguntas de la acusación particular, representada por Manos Limpias. Según ha podido conocer EL MUNDO, el hermano de Pedro Sánchez ha señalado que trabaja "todos los días de la semana" respondiendo así a las acusaciones formuladas sobre su absentismo laboral en la Diputación de Badajoz.




"Tengo muchas actuaciones en Portugal, en Madrid, en Barcelona... y esto sin contar con los desplazamientos por la provincia de Badajoz". Así ha explicado que no acuda de forma regular a las instalaciones de la Diputación de Badajoz: "Yo voy siempre que lo necesito, voy a mi despacho, pero no tengo esa afiliación a un lugar físico, pero voy todos los días a trabajar". El hermano del presidente del Gobierno no ha aclarado dónde se encuentra el espacio físico de la Oficina de Artes Escénicas de la que es máximo responsable desde que le cambiaron el nombre a su plaza.




Una de las grandes incógnitas es cómo David Sánchez Pérez-Castejón se enteró, sin tener ninguna vinculación con Extremadura, de que la Diputación de Badajoz había ofertado una plaza de alta dirección como coordinador de los dos conservatorios provinciales. Su último destino conocido era San Petersburgo, donde tenía una vivienda en propiedad y donde había vivido los últimos años antes de 2017, cuando en junio obtiene la plaza.




Ante la juez, el hermano del presidente del Gobierno ha asegurado que se enteró por internet de que la Diputación de Badajoz la había sacado a concurso. "Me enteré de las bases del puesto de trabajo a través de un buscador de Internet, a través de Google", especificó. Además, advirtió que estaba buscando un puesto de trabajo porque había terminado un máster en Milán ("septiembre de 2016, probablemente", recordó), tras asegurar que también por esas fechas había tenido un estreno en Toulouse (Francia) como director de orquesta. En esa época, ha añadido, "no conocía a nadie en Badajoz" ni tampoco al presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, ni a nadie de esta institución ni tampoco a nadie del PSOE, añadió, porque su actividad laboral estaba fuera de España. "Conocía la zona del Alentejo de Portugal, pero no tenía conocimiento de la ciudad de Badajoz".




En este sentido, el presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, que a su vez es el secretario general de los socialistas extremeños desde marzo del año pasado, ha aseverado ante la juez que, cuando se produjo la contratación de David Azagra -su nombre artístico-, él mismo desconocía "que Pedro Sánchez tenía un hermano". En una declaración con muchos tintes políticos, ha señalado que cuando comenzaron a fraguarse las bases de la plaza, en octubre de 2016, Pedro Sánchez no ocupaba la Secretaría General del PSOE y ha recordado que en el proceso de primarias él apoyó a su rival, a Susana Díaz. Además, se ha alejado de cualquier tipo de vinculación con la regulación de las contrataciones que se realizan en la Diputación, tampoco con la de David Sánchez.



ENTRADA Y SALIDA POR EL GARAJE





El músico ha accedido por el garaje a los juzgados de Badajoz para evitar el paseíllo de quienes lo esperaban a la entrada. Su abogado pidió a última hora de ayer al Decanato que pudiera entrar por el garaje debido la concentración de Hazte Oír, que ha colocado dos autobuses en el entorno de los juzgados. El juez decano autorizó la petición.




Había una fuerte presencia policial en los accesos al edificio de los juzgados y se colocó una valla para que se situaran detrás los periodistas y reporteros gráficos, dos hechos que ayer no ocurrieron en la primera sesión de toma de declaraciones y que no ha gustado al juez decano, según confirman fuentes judiciales a EL MUNDO.




El escrito del abogado de David Sánchez, el letrado Emilio Cortés, justificaba el acceso en coche por el garaje por "cuestiones de seguridad". Precisamente, el automóvil con el que ha accedido el hermano del presidente al edificio iba conducido por su abogado y él iba en el asiento del copiloto. Tras declarar, se ha marchado también por el garaje, en otro coche distinto al de la entrada. Iba sentado en la parte de atrás y no lo conducía su abogado, que se ha quedado en la sala en la comparecencia de Miguel Ángel Gallardo, presidente de la Diputación y también imputado.




Gallardo, presidente de la Diputación de Badajoz y secretario general del PSOE de Extremadura, ha llegado a pie y en solitario en medio de una enorme expectación mediática. No ha realizado declaraciones. Su comparencia ha dado comienzo tras la declaración a puerta cerrada de David Sánchez y se ha prolongado por unos 45 minutos.




Ayer, en la primera sesión del juicio, lo más significativo de las testificales fue el problema que existe con el borrado de los correos electrónicos corporativos que intervino la UCO hasta en tres registros consecutivos en julio del año pasado en la sede central de la Diputación y en el que se analizaron los mensajes entre los nueve altos cargos de la institución que están imputados. Ello derivó en un informe de la Guardia Civil de 453 páginas tras capturar 8.217 correos, pero faltan algunos que pueden ser decisivos. En concreto, se ha producido un borrado de una parte temporal de los de las directoras de los Conservatorios, María del Rosario Mayoral, del centro Bonifacio Gil, y de Yolanda Sánchez, del Juan Vázquez. Ambas, en su declaración, reconocieron que desconocen el por qué no se encuentran.




Tras estas declaraciones, Manos Limpias ha anunciado este jueves que va a pedir la imputación de Yolanda Sánchez.



CAMBIO DE PUESTO




La jueza Beatriz Biedma ha puesto en el centro de la investigación no sólo el concurso de junio de 2017 por el que David Sánchez, junto a un total de 11 aspirantes, se presentaron a la plaza de coordinador de los Conservatorios. En sus requerimientos a la Diputación, de los que se ha quejado de forma continua por no recibir la documentación solicitada, ha pedido que le aclararan la transformación de la plaza en diciembre de 2022 que se le hizo al hermano del presidente del Gobierno, que pasó a ser jefe de Artes Escénicas. El organismo provincial se remite a un reglamento interno que posibilita esta opción de cambio y que además pasó por el Pleno y tuvo el apoyo favorable de la oposición (PP). En este sentido, la juez ha pedido en sus últimos requerimientos que le enviaran dicho texto, pero sólo recibió el anexo del mismo. Al parecer, y según se ha conocido durante las declaraciones de estos dos días, ese reglamento, aunque estuviera en vigor, nunca fue publicado de forma oficial en el Boletín Oficial de la Provincial , por lo que podría ser nulo de pleno derecho.




El cambio de denominación de la plaza consistía además en una modificación de las responsabilidades de David Azagra, que a partir de entonces tenía más responsabilidad en el apartado musical y en la creación de eventos musicales (entre ellos la ópera, pero también teatro, danza, etc.) y menos de coordinación de los conservatorios profesionales. Aunque aquí tampoco se han puesto de acuerdo en las testificales. Los directores de los conservatorios ayer señalaron desconocer realmente cuáles eran las funciones del músico a partir de 2022 (apenas escribió dos emails a los dos responsables de los conservatorios en estos últimos dos años). El propio David Sánchez ha asegurado ante Beatriz Biedma que sí seguía ejerciendo la coordinación de los conservatorios y que el contacto con sus responsables los hacía por otros métodos, como por mensajes de Whatsapp. Tanto María del Rosario Mayoral como Yolanda Sánchez indicaron ayer que habían perdido prácticamente el contacto con él, aunque avalaron y ensalzaron, como el ex director Evaristo Valentí, su trabajo en estos años en la administración provincial.




Ese cambio de denominación de sus funciones conllevaba también la creación de la Oficina de Artes Escénicas, pero el propio David Sánchez durante su declaración ha señalado que no se trataba de un lugar físico sino de un aspecto "conceptual" para desarrollar su idea de expandir las representaciones de ópera por los pueblos de la provincia de Badajoz.
El fantasma del Blog
La presidenta de Foro Asturias: “Se podía seguir la vida personal de Cascos con los gastos que pasaba al partido”




La presidenta de la formación revela que decidió llevar a su predecesor a la Justicia cuando descubrió que había hecho pagar el alquiler de una sede ficticia en Madrid propiedad de su esposa





NATALIA JUNQUERA
Madrid
09 ENE 2025 - 16:46 CET


La actual presidenta de Foro Asturias, Carmen Moriyón, ha explicado este jueves en el juicio contra el primer líder del partido, Francisco Álvarez-Cascos, acusado de un delito continuado de apropiación indebida, el momento en que descubrió qué tipo de gastos había pasado a la formación. “Después del descalabro de las elecciones al Principado de Asturias de 2019, teníamos una deuda por gastos de campaña de 350.000 euros y pedí ver cómo estaban las cuentas del partido. Se nos cayó el mundo. En las hojas de gastos se podía seguir la vida que hacía Cascos de la mañana a la noche. Eran unos 5.000 euros al mes fijos [independientes de su nómina, que hasta junio de 2019 ascendía a 5.087 euros al mes, y del chófer que tenía a su disposición"] . El perjuicio a Foro que la Fiscalía atribuye a Cascos asciende a 181.648 euros, por lo que pide para él tres años y medio de prisión.




“Tirando hacia atrás” en esas hojas de gastos, explicó Moriyón, descubrió un contrato de Foro con la sociedad Cinqualium en Madrid. No sabía lo que era, lo buscó en internet y descubrió que estaba vinculada a María Porto, entonces esposa de Cascos. Ese contrato correspondía al alquiler de una supuesta sede del partido ubicada en el Paseo de la Castellana en Madrid, por el que se abonaron, entre 2012 y 2014, un total de 173.855,70 euros. Durante el interrogatorio del fiscal y del abogado de la acusación, Cascos explicó que ese local, propiedad de su familia, lo utilizaba el partido que presidía, Foro Asturias, como despacho y para preparar la campaña de las elecciones europeas, guardando allí el material de propaganda. Moriyón lo desmintió totalmente: “Mis compañeros guardaban los carros de propaganda en el hotel y quedaban en cafeterías. Le pregunté al candidato de aquellas elecciones y me dijo que no hubo ninguna sede. Yo misma fui muchas veces a Madrid, con iniciativas del partido o a reunirme con el diputado y el senador que teníamos, y jamás fuimos a ninguna sede. ¿Por qué no hay ninguna foto de esa sede? Porque no existió. No he encontrado a un solo compañero del partido que me dijera que había estado allí”.




Fue al ver esos gastos, incluidos el autocontrato de alquiler de ese local en Madrid, como reveló este diario en 2019, cuando el partido decidió encargar una auditoría y poner los resultados en conocimiento de la justicia. Moriyón calificó igualmente de “delirio” la idea de que la formación necesitara un local de ese tipo en Madrid”. Cuando se firmó el contrato de arrendamiento, tenían poco más de un centenar de afiliados en la capital, había más en la pequeña localidad asturiana de Llanes.



Enrique Lanza, compañero de Cascos desde 1982 en tiempos de Alianza Popular, y uno de los fundadores de Foro Asturias, explicó que el contrato de alquiler de esa sede nunca pasó por la comisión directiva del partido y que únicamente se abordó “de puntillas” su suspensión, en 2014. Lanza, al igual que el resto de testigos interrogados, destacó que el exvicepresidente del Gobierno con José María Aznar era quien “controlaba todo” en el partido. La formación carecía de tesorero ―Cascos alegó durante la primera sesión del juicio que no hacía falta― y Moriyón explicó que establecieron ese cargo una vez que ella ya había asumido la presidencia de la fuerza política y tras recibir una carta en 2019 del Ministerio del Interior donde les advertían, tras varios requerimientos previos, que disolverían el partido si no lo nombraban.



Otras facturas




Previamente, Cascos fue interrogado por otra retahíla de gastos que había pasado al partido en sobres y que, según dijo, cobraba “normalmente, en efectivo”. Preguntado por facturas de taller de dos coches propiedad de su familia, por más de 5.000 euros, pese a que disponía de un chófer y vehículo propiedad de Foro para sus desplazamientos, el expresidente asturiano aseguró que obedecían a que él “no tenía vacaciones ni descanso y trabajaba en el coche”, también en los de su propiedad. Cuando le preguntaron a qué obedecían esos “viajes incesantes” que realizaba, respondió: “Dos días a la semana y los fines de semana que me correspondían iba a ver a mis hijos y eso formaba parte de mis gastos de representación”.



Moriyón cuestionó durante el juicio que siendo presidente del Principado de Asturias pudiera abandonar constantemente la comunidad. Preguntado por una factura por el alquiler de un Audi por valor de 3.000 euros, Cascos dijo que la desconocía. Tampoco supo aclarar otra factura por el alquiler de una furgoneta en Madrid.



También presumió Cascos de haber realizado gastos que pasó a Foro en la floristería de su hija: “Un dirigente político tiene que cuidar las formas para transmitir un prestigio porque esa es la base para que luego haya votos e ingresos”. Sobre una factura por “unas bermudas y un polo”, afirmó, al igual que hizo con un videojuego de playstation cuyo importe también abonó Foro, que debía de ser “algún error”. Tampoco supo explicar por qué el partido pagó noches de hotel de su entonces suegro: “Las facturas no pasaban por mis manos”.



El juicio continúa el próximo 16 de enero, donde comparecerá, entre otros, la exesposa de Cascos, María Porto.
El fantasma del Blog
Así contribuye el grano de Ucrania a paliar el hambre en Malaui tras el paso de El Niño




Un cargamento de 19.200 toneladas de grano, con el que se podrá alimentar a 863.000 personas durante dos meses, llega a este país africano con ayuda del Programa Mundial de Alimentos





CHARLES PENSULO
Matola (Malaui)
10 ENE 2025 - 05:30 CET



Para Mary Mitungwe, de 51 años, la rutina diaria durante los últimos tres meses ha consistido en levantarse muy temprano por la mañana e irse a trabajar a destajo en los campos de personas adineradas en los alrededores de su pueblo, Matola (distrito de Balaka, en el centro de Malaui) antes de que sus hijos se hubieran marchado a la escuela. “Algunas veces ellos se perdían las clases por completo para ayudarme con el trabajo, porque en casa no había nada, lo que significaba que al regresar de la escuela no encontrarían comida si ellos no iban a trabajar conmigo”, lamenta. Ahora, sin embargo, su día a día ha cambiado: acaba de recibir una bolsa de maíz en el marco de la iniciativa Grano de Ucrania, un programa humanitario lanzado por el Gobierno del país, en cooperación con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y terceros países. “Ya puedo trabajar en mi granja porque tengo energía para hacerlo”, al disponer de suficientes alimentos, confiesa la mujer a este diario.




Mitungwe es una de los millones de personas que han pasado hambre en Malaui tras la sequía provocada por El Niño, que asoló la región a principios de 2024. Alrededor del 44,3% de la superficie de cultivo nacional se vio afectada, según los datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA), lo que llevó al presidente de Malaui, Lazarus Chakwera, a declarar el pasado marzo el estado de catástrofe y pedir ayuda a los donantes, una medida que también se tomó en Zambia. Antes de El Niño, ya había en este país del sureste africano 5,4 millones de personas (de una población de 20 millones) que se encontraban en una situación de inseguridad alimentaria crónica, según el PMA.




El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, puso en marcha el programa Grano de Ucrania en noviembre de 2022, con el apoyo de varios países y organizaciones internacionales, entre ellas el PMA, para exportar cereales cultivados en el país, uno de los mayores productores agrícolas del mundo, y mitigar el impacto que la invasión rusa de Ucrania provocó en la alimentación mundial. Con la iniciativa se buscaba no solo reactivar la producción agrícola ucrania, sino también aliviar el hambre en regiones afectadas por conflictos o el cambio climático.




El cargamento de grano llegó a Malaui el pasado noviembre, un total de 19.200 toneladas métricas con las que el PMA, en colaboración con el Departamento de Asuntos de Gestión de Desastres de Malaui (DODMA) calcula que puede asistir a 863.000 personas (191.777 hogares) durante dos meses. El envío fue posible gracias al apoyo de Francia, Corea, los Países Bajos y Suecia, que contribuyeron colectivamente con 15 millones de dólares (14,56 millones de euros).




Sequía, lluvias y plagas





Mitungwe y otros 697 beneficiarios de Matola recibieron el cargamento de grano en la primera semana de enero. Además, otras 168 personas de la aldea se han beneficiado también de un plan social de transferencia de efectivo para paliar el hambre.



La donación del grano de Ucrania supone un alivio temporal, ya que la mayoría de la gente ha comido una sola vez al día y ha dormido con el estómago vacío en los últimos meses, por lo que sin ella algunas personas habrían muerto

Idess Chimtengo, responsable local




Sin embargo, la sequía continúa en la región, con algunas lluvias intermitentes, por lo que el maíz que se sembró en diciembre en Malaui, y que es clave para alimentar a la población el resto del año, ya ha empezado a marchitarse, lo que augura una cosecha escasa. Según el PMA, Zimbabue se enfrenta a una situación similar, con millones de personas luchando contra la escasez de alimentos.




“La donación del grano de Ucrania supone un alivio temporal, ya que la mayoría de la gente ha comido una sola vez al día y ha dormido con el estómago vacío en los últimos meses, por lo que sin ella algunas personas habrían muerto”, afirma Idess Chimtengo, jefe de la aldea de Mackenzie, también en el distrito de Malaka. No obstante, mira con preocupación el pronóstico meteorológico y espera que las lluvias, que cesaron poco después de la siembra de diciembre, se reanuden pronto. A la sequía se suma también una plaga de orugas del gusano cogollero, que ya ha atacado algunos cultivos de maíz.




“Estamos probando otros cultivos como guisantes, sorgo y mandioca para poder sobrevivir porque no sabemos qué nos salvará. En una temporada normal deberíamos estar preparándonos para cosechar ahora”, advierte Chimtengo. Y concluye: “Al principio sobrevivíamos a base de mangos, pero ahora no hay nada y la gente compra un poco de comida a diario para sobrevivir”.



El fantasma del Blog
La necesidad de enseñar a pensar





¿Cómo reconocer esa seductora pero falsaria información disfrazada de verdad por la tecnología? La educación en el pensamiento crítico a todos los niveles, en aulas, familias y medios, enfrenta un riesgo formidable: la ausencia de certezas








SUSANA PÉREZ DE PABLOS
Madrid
10 ENE 2025 - 05:00 CET



Aún no sabemos si la inteligencia artificial (IA) va a ayudarnos, va a ponernos trabas o ambas opciones a la vez. Su magnitud es tal que cada vez resulta más difícil distinguir entre lo verdadero y lo falso. Reflexiones y dilemas morales de este tipo ya se plantean a los alumnos en diferentes niveles educativos, a través de asignaturas como Filosofía, Ética o Lengua. La cuestión es cómo aplicar, de forma específica, estas enseñanzas frente a la desinformación que nos rodea.



Un equipo del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y de la Universidad de Columbia ha presentado, en una conferencia sobre Factores Humanos en Sistemas Informáticos, un programa generado mediante IA capaz de advertir de que una notica es falsa, y además explicar por qué. Pero, por otro lado, el uso indebido de esta tecnología también está al alcance de los poderosos.



Tema peliagudo donde los haya, pero con una ventaja frente a la educación sobre otros dilemas morales en los que pueden interferir creencias, diversidades culturales o también políticas. Esa ventaja es que no se trata de formar en si algo es bueno o malo, sino de enseñar a tener criterio para decidir lo que cada cual considere, analizar la fuente de donde viene cada información y contrastarla con otras fuentes.



Por lo tanto, avanza el apoyo a esa necesidad educativa ante la amenaza de falsedades masivas, generadas de forma muy creíble por los avances tecnológicos. La urgencia de poner este debate sobre la mesa, creando, por ejemplo, comisiones de expertos para analizar cómo desarrollar esa capacidad desde niños y jóvenes a personas mayores que no se manejan con las tecnologías, tiende a ser unánime entre los expertos.



No se trata de una necesidad que atañe solo a los colegios. En absoluto. La influencia de los padres, el entorno o la lectura, y con esta, la cultura, es determinante para aprender desde niños a cuestionar la información recibida y las posibilidades de que sea cierta o no.



Debate sin polaridad




“Sobre la sociedad digital y, en concreto, la inteligencia artificial, en el discurso, como siempre, unos están muy a favor y otros muy en contra, no aparecen sus múltiples caras, unos solo miran los peligros y otros, solo las ventajas”, resalta Miquel Martínez Martín, uno de los principales expertos españoles de educación en valores, a la que se ha dedicado durante tres décadas desde la Universidad de Barcelona.




El profesor recomienda prudencia en ese debate porque la IA “tiene efectos que seguro pueden ser negativos, pero también deberíamos todos ser, por así decirlo, un poco listos y saber ver qué oportunidades ofrece, qué objetivos nos puede ayudar a lograr. Es decir, en primer lugar, deberíamos ser receptivos a ella”. Respecto a la irrupción masiva de la desinformación y las fake news, Martínez opina que, en realidad, “la tarea de la educación y de los educadores es, en cierto modo, de resistencia, de estar siempre pendientes de lo que ocurre, precisamente para intentar contrarrestar los efectos nocivos, y atacar y volver a atacar en lo que haga falta”.




“Enseñar a tener espíritu crítico es un objetivo del proceso educativo y formativo, y, por lo tanto, forma parte del sistema. Pero este cubre solo una porción estrecha de este aprendizaje, que es muy transversal por su propia naturaleza, es un principio fundamental de la racionalidad humana”, destaca Alejandro Tiana, experto en Teoría e Historia de la Educación y en políticas educativas, ex rector de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), además de exsecretario de Estado de Educación y principal autor y coordinador de la reforma educativa que se aplica actualmente en España.



“Es lógico que ese sistema enseñe a ser críticos y esto se afronta de distintas maneras en el modelo curricular, que establece que el alumno debe aprender una serie de competencias sobre ello. Lo recogen también las directivas de la Unión Europea [UE] al indicar competencias que los países debemos incluir en la educación, en referencia al sentido crítico y al espíritu crítico”, añade.



Para Tiana, el desarrollo de estas competencias tiene una conexión clara con algunas áreas o materias, mientras otras presentan un espíritu más transversal. Por ejemplo, “en los currículos está incluido formar en Ética, sobre todo en la Secundaria, y en Primaria ya se apunta. Aunque algunas áreas tengan más conexión directa con el tema, en realidad hay muchas otras con las que también tiene que ver”.



Y pone varios ejemplos. “Muchas materias científicas hacen mención al desarrollo del espíritu crítico del método científico. Temas como el terraplanismo o el papel de las vacunas afectan a la Biología. Las reglas de pensamiento o el fondo del pensamiento crítico, claramente atañen a la Filosofía”. Además de estas cuestiones específicas, “planteamientos más amplios relacionados, por ejemplo, con las noticias falsas, encajan en Lengua”.



Según la regulación actual, esta materia recoge la competencia específica de “enseñar a seleccionar y contrastar información procedente de diferentes fuentes de manera progresivamente autónoma, evaluando su fiabilidad y pertinencia en función de los objetivos de lectura, para evitar los riesgos de manipulación y desinformación”, completa Tiana.




En el terreno de las aulas aporta su experiencia Noelia Esquivel Martínez, profesora de Primaria especializada en contenidos de memoria democrática. “Debemos tener claro que en los centros escolares, en general, no se trabajan de manera habitual cuestiones como estas que yo planteo, y lo mismo pasa con la formación del espíritu crítico. Seguimos todavía muy anclados en las materias tradicionales y, aunque la ley recoge ahora estas enseñanzas y este tipo de metodología, todavía en la escuela, en la realidad, cuesta mucho tratarlas de forma directa, hay mucha resistencia aún”, advierte la docente.



Y añade: “El nivel más propio para tratarlas es la Secundaria, aunque se pueden empezar a apuntar en quinto o sexto de Primaria. Además, el papel de las familias es fundamental, el tener reuniones con ellas y ver la manera de involucrarlas, porque son temas con los que los jóvenes se encuentran en todo tipo de entornos”.



Esquivel explica su propia forma de trabajar estos valores con sus alumnos: “Yo les guío, no les alecciono ni les doy clases magistrales. Muchas cosas las decidimos de forma colectiva, como algunos temas que debatimos, aunque yo les oriente en el aprendizaje. Se usan estrategias como las asambleas, por ejemplo, aunque para eso tienen que programarse momentos para ello, encajados en un horario, y que el centro trabaje una metodología en esa línea. Es un trabajo cooperativo”.



Fuentes fiables y seguras




Desde la perspectiva de Guadalupe Jover, profesora especialista en Lengua, con más de tres décadas de experiencia profesional, “al utilizar como única fuente de información el libro de texto, la escuela ha transmitido tácitamente la idea de que lo que estaba escrito era lo verdadero y solo había un relato posible para los hechos”.




Pero, especialmente desde la llegada de la tecnología digital, cada vez más centros proponen a los estudiantes consultar diferentes fuentes de información. “Para que este proceso sea formativo, los docentes han de intervenir brindando herramientas para calibrar qué fuentes son fiables, seguras, y cuáles no, por más que el algoritmo nos las coloque en primer lugar o tengan muchos likes”. Esta tarea requiere formación por parte de los profesores y un acompañamiento detenido a los alumnos para determinar la calidad de las fuentes e identificar sesgos “que nos llevan, a menudo de manera espontánea e irreflexiva, a dar por buenas determinadas afirmaciones y a desechar otras”, añade la profesora.




“Lo primero, por tanto, es desarrollar actitudes que refrenen la precipitación y nos ayuden a ponernos las gafas de la duda” para que los alumnos aprendan a hacerse preguntas de este tipo: “Esto ¿quién lo dice? ¿Dónde se ha publicado? ¿Cuál es su ideología? ¿Cuál es la intención comunicativa de su emisor? ¿Por qué lo dice precisamente ahora, en este medio y no en otro?” Para no caer en el otro extremo, el del escepticismo paralizante, esta actitud interrogativa necesita, según Jover, “la voluntad proactiva de contrastar fuentes para calibrar la fiabilidad de lo enunciado y deslindar también a qué propósito obedece”. Considera indispensable conocer, por ejemplo, la titularidad de los medios de comunicación y su orientación ideológica.




La profesora destaca la utilidad de cursos de mediación en resolución de conflictos, además de actividades como “leer un pequeño relato de un acontecimiento controvertido e instar al alumnado a convertirlo en una noticia”. “Superar el análisis descontextualizado de palabras y oraciones mediante el análisis crítico de textos contextualizados, reales, es clave en este camino, y las aportaciones de las diferentes ramas de la Lingüística, desde la pragmática al análisis crítico del discurso, brindan herramientas tan rigurosas como esclarecedoras”, añade.




“Cuando no sabes tener criterio propio sobre algo o te muestras escéptico o sin una postura clara, pierdes fuerza como persona en la sociedad y, por lo tanto, de alguna manera peligra la democracia”, tercia Martínez. “La capacidad de intervenir en los temas públicos, de participar en la toma de decisiones, es vital para la sociedad. Si no estás informado o estás mal informado, si caes en las redes de la desinformación, que son muy amplias, no vas a poder hacerlo”. Por lo tanto, “se debería trabajar todo aquello que contribuye al interés por la información, a que seamos capaces de tenerla, y a detectar la desinformación en entornos escolares, pero también en los familiares”.



Comprender lo que se lee




¿Cómo lograrlo? Para empezar, mediante el desarrollo de la comprensión lectora tanto de medios escritos como visuales. Igualmente, “en la familia se debe hacer ese trabajo de lectura compartida, plantearse preguntas, dialogar sobre los contenidos… Esto ayuda a establecer esa especie de fenómeno y de misterio que es la comprensión lectora”, añade Martínez. Algunas formas de trabajar esta capacidad básica pueden resultar aburridas, “por eso la tarea del educador es de resistencia, algunas tareas hay que hacerlas aunque cueste”.




“Las experiencias que forman el sentido ético y el pensamiento crítico tienen relación con fomentar la preocupación por comprender lo que hay a tu alrededor. Este es un primer elemento que, en la sociedad tecnológica, puede parecer un poco antiguo, pero no lo es”, advierte Martínez. Para este experto, aprender a discrepar o a discutir sobre un tema supone situarse en posiciones controvertidas, saber escuchar puntos de vista distintos, “respetar valores o creencias, aunque a continuación los rebatas”. “El mundo actual, con todos sus conflictos tanto en la desinformación como a nivel social y político, es un ejemplo estupendo pedagógicamente. Si tuviéramos que inventar un material pedagógico para trabajar los contravalores, no tendríamos más que encender la televisión o acceder a cualquier medio, incluidas las redes”.




“Pero, cuando educas en el sentido crítico, no lo haces sobre si esto es bueno o esto es malo, en el propósito, educas para que las personas piensen si les parece bueno o malo, para que se formen un criterio por sí solas teniendo en cuenta las fuentes de la información, cuestionándose la veracidad de los hechos”, apunta Tiana. No se trata de enseñar ideología, sino de analizar hechos e informaciones disponibles para construir un sistema propio de valores.




Esperanza Rodríguez Guillén —vicepresidenta de la Sociedad Española de Filosofía y presidenta de la Sociedad Española de Profesorado y Plataforma de Filosofía— está trabajando en una encuesta, dirigida a los docentes, sobre el uso de la IA en la escuela. “Si algo ha impulsado la necesidad de enseñar ética, es la presencia de la IA. Detrás de las redes sociales y las tecnologías de la comunicación, algunas empresas llegan a acuerdos para sacar grandes beneficios, generalmente a costa de usar algoritmos basados en datos personales, lo que implica un riesgo importantísimo”.




De acuerdo con Rodríguez, los conocimientos éticos y filosóficos ayudan a entender el mundo y a expresar mejor los conceptos. Pero, además, son tan importantes “porque todas las personas afrontan decisiones relevantes para su vida y con repercusiones en las vidas de los demás, y ni qué decir de las que tienen repercusiones sociopolíticas”. Esas determinaciones “se pueden tomar como más o menos se ha hecho siempre, siguiendo la norma establecida, lo general, o bien podemos intentar analizar qué decisión sería la más adecuada, poniéndonos en la piel del otro, porque también debemos educar la capacidad de empatía”.




Tendencias es un proyecto de EL PAÍS, con el que el diario aspira a abrir una conversación permanente sobre los grandes retos de futuro que afronta nuestra sociedad. La iniciativa está patrocinada por Abertis, Enagás, EY, GroupM, Iberdrola, Iberia, Mapfre, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Redeia, y Santander y el partner estratégico Oliver Wyman.

El fantasma del Blog
El nuevo mundo después de Snowden




Al igual que el calentamiento global refuta el discurso del crecimiento, el déficit democrático revelado por la vigilancia masiva debería llevar a cuestionarnos el principio de que “más información es siempre mejor”





EVGENY MOROZOV
15 MAR 2014 - 00:00 CET


En la era post-Snowden, las sociedades democráticas se enfrentan a dos opciones. La más fácil es que las cosas continúen como de costumbre, pretendiendo que el insaciable deseo de datos por parte de la NSA es tan solo una aberración que puede rectificarse mediante algunos apaños en varios aspectos del aparato técnico-legal existente. De este modo, podremos reajustar los protocolos de datos irregulares, introducir más códigos cifrados en las redes y aprobar nuevas leyes que supervisen a la NSA.




Pero también podríamos decidirnos por una opción más exigente que la de permitir que las revelaciones de Snowden representen poco más que la simple y sistemática extralimitación administrativa de unos pocos burócratas fuera de control. Siguiendo esa opción, esas revelaciones nos advierten de una emergente —y escasamente reconocida— amenaza para el ethos democrático, que sólo podrá empeorar a medida que los medios para recopilar, registrar y analizar más datos se hagan más omnipresentes.




La razón por la que es tan difícil reconocer esa amenaza es bastante sencilla: tal conclusión entraría en contradicción con la edulcorada narrativa de la economía de la información, que asume que el crecimiento puede ser eterno: Google, Facebook y sus mil imitadores de Silicon Valley operan todos basándose en la premisa de que no hay límites para el número de datos que pueden producirse, recopilarse, comercializarse y compartirse. ¡Tener más información es siempre mejor! Ese es su eslogan.




Bajo ese amplio paraguas de la “información” se da un paralelismo con algunos aspectos de la economía que podría resultar ilustrativo. Durante mucho tiempo, la asunción del crecimiento infinito —con el PIB como única referencia para valorar las políticas gubernamentales— imperó también en ese campo. Las primeras voces críticas a comienzos de los años 70 quedaron rápidamente ahogadas por el abuso de propaganda en favor del libre mercado protagonizado por Margaret Thatcher y Ronald Reagan, pero las objeciones al crecimiento como único foco de la actividad económica se reanudaron durante la última década, como consecuencia de la preocupación sobre el calentamiento global.




Armados con tantos datos, los sistemas políticos parecen creer que pueden prescindir del ciudadano





Esa postura crítica está siendo sostenida por los seguidores del movimiento a favor del “decrecimiento”, que es popular en Europa pero que goza de muy poca aceptación en Estados Unidos. El objetivo de ese movimiento no es sólo el de cuestionar la sensatez ecológica de seguir la vigente moda pro-crecimiento, sino también el de restar importancia a la primacía intelectual de utilizar indicadores como el PIB para evaluar y desarrollar las políticas públicas. Como señala Yves-Marie Abraham, sociólogo canadiense y uno de los defensores de la agenda del decrecimiento, “no se trata de la disminución del PIB, sino del fin del PIB y de todas las otras mediciones cuantitativas como indicadores del bienestar”.




No es este el momento o el lugar para valorar los méritos de la propuesta del decrecimiento respecto a la economía. Pero es difícil negar que ha planteado interesantes desafíos intelectuales a la corriente económica predominante. Una sólida defensa de la postura a favor del crecimiento requiere hoy abordar las preocupaciones sobre el cambio climático. ¿Y qué decir del incómodo hecho de que no hay una sencilla relación lineal entre crecimiento y felicidad? Y, si más crecimiento no hace a la gente más feliz, ¿por qué debiéramos situarlo precisamente en el centro de la política económica?




Como paradigma alternativo para gestionar la actividad productiva, al menos el “decrecimiento” ha tenido como resultado un nuevo y provocativo pensamiento sobre la política y la economía. Pero tal paradigma alternativo aún no se ha dado con respecto a la información. Los actuales esfuerzos por plantear diferentes maneras de relacionarse con la tecnología y la información huelen a soluciones privatizadas y trascendentaloides que operan a nivel individual, no a nivel colectivo: se nos anima a probar curas de “desintoxicación digital” para revitalizar nuestro sentido de la realidad, a instalar aplicaciones que nos harán más “conscientes”, a pasar tiempo en lugares en cuyas dependencias estén prohibidos los aparatos electrónicos.




Tardar dos segundos más en encontrar una pizzería en Google parece un precio razonable a cambio de un futuro decente




Ninguna de estas soluciones ofrece una alternativa intelectual coherente al vigente paradigma de “más información es siempre mejor”. La razón es simple: los teóricos del decrecimiento tienen al “hombre del saco” real del calentamiento global como el desastre definitivo al que invocar para reorientar nuestro proceso de pensamiento. ¿Qué mejor manera de conseguir que la gente actúe que recordarle que está destruyendo lentamente la civilización?



Sin embargo, la visión de semejante desastre, hasta ahora ha estado ausente del debate sobre la información. Todo lo que vemos son preocupaciones sobre la salud personal, sobre la reducción de los periodos de atención, o sobre la distracción. Esas son preocupaciones sobre individuos, no sobre colectivos. No es extraño que se inclinen por soluciones privadas, tales como aplicaciones para recobrar la concienciación.



Pero no se necesita ser un genio para captar cuál es el equivalente apropiado al calentamiento global en este caso: es la gradual evaporación del espíritu democrático de nuestro sistema político. Esa evaporación está teniendo lugar cuando una ingenua fe en los Big Data elimina los espacios que han sido previamente abiertos a la deliberación pública —¿quién necesita de ese confuso debate sobre los fines alternativos cuando uno dispone de los datos para seleccionar los mejores medios posibles?— mientras produce ciudadanos que, atrapados en los interminables ciclos de retroalimentación de los sistemas burocráticos modernos, entregan el proceso político a los tecnócratas, a los que siempre les gusta intervenir con retoques cuando se trata de cambios de mínimo calado en el sistema, pero raras veces se interesan por los de gran calado.




En lugar de poner a prueba a Silicon Valley con los detalles, ¿por qué no reconocer sencillamente que los beneficios que ofrece son reales, pero que —lo mismo que un todoterreno o un aire acondicionado siempre encendido— sus costes pueden no merecer la pena? Sí, la personalización de las búsquedas nos ofrece resultados fabulosos, dirigiéndonos a la pizzería más próxima en 2 segundos en vez de 5. Pero esos tres segundos de ahorro requieren de un almacenamiento de datos en algún lugar de los servidores de Google y, después de Snowden, nadie está realmente seguro de qué va a pasar con esos datos y los muchos modos en que se pueda abusar de ellos.



Así que dejémonos de discusiones semánticas: para mucha gente, Silicon Valley ofrece un gran y práctico producto. Pero si ese gran producto al final va a asfixiar al sistema democrático, entonces quizá debiéramos rebajar nuestras expectativas y aceptar el hecho de que dos segundos extra de búsqueda —como el de un coche más pequeño y más lento— podría ser un precio razonable a cambio de tener un futuro decente.



Hasta ahora las soluciones propuestas son individuales ("desintoxicación digital") o mercantiles





Las soluciones mercantiles al problema de la privacidad propuestas por algunos críticos del sistema actual —Jaron Lanier, por ejemplo, sostiene que debería permitirse a la gente poseer y comerciar con sus propios datos, sobre la base de un sólido régimen de propiedad en materia de datos— no es probable que sean más efectivas para hacer frente a esta lenta erosión de la democracia que las soluciones mercantiles al problema del calentamiento global. ¿Recuerdan el Emission Trading Scheme (Sistema de Comercio de Emisiones) tan celebrado en su día por la Unión Europea? Ha sido un fracaso considerable.


El problema al que nos enfrentamos no es el de la ausencia de control sobre los datos individuales. Es el hecho de que, armados con tantos datos, los sistemas políticos modernos parecen creer que pueden prescindir de los ciudadanos; y los ciudadanos, mientras disfruten de los “contenidos” de la cornucopia digital, se encuentran demasiado a gusto como para abandonar el reino de lo político. Crear un mercado personal de datos con estas condiciones solamente conseguiría acelerar el ya rápido declive del sistema democrático.



La aplicación de ideas sobre decrecimiento o la adopción de algún otro paradigma intelectual podrían suponer un reto al “más información es siempre mejor”, pero en cualquier caso necesitamos perentoriamente imaginar nuestra alternativa al déficit democrático revelado por Snowden. Ni piratas informáticos ni leguleyos van a salvarnos: el debate sobre Snowden necesita pensadores que se manejen con tanta fluidez con los códigos y con el derecho constitucional como lo hacen con la economía y la política.



Evgeny Morozov es profesor visitante en la Universidad de Stanford y profesor en la New America Foundation.

Traducción de Juan Ramón Azaola.











Asalto al Capitolio: cómo las redes sociales silenciaron a Trump (y el debate sobre la libertad de expresión que se generó)





Arturo Wallace
BBC News Mundo
13 enero 2021


El cierre de la cuenta de Twitter de Donald Trump después de que partidarios del presidente asaltaran el Capitolio el 6 de enero fue celebrada por unos y denunciada por otros.


Y, como cabe esperar, entre los críticos de la decisión abundan los seguidores del presidente estadounidense. Pero estos no son los únicos que han hecho sonar voces de alarma.


La canciller Ángela Merkel -a quien nadie describiría como cercana a Trump- se refirió a la medida como "problemática" por limitar "el derecho fundamental a la libre expresión" de su colega norteamericano.



Mientras que el activista ruso Alexei Navalny recurrió al mismo Twitter para denunciarla como "un acto inaceptable de censura", en un ejemplo de la preocupación que la medida ha generado entre algunos defensores de la libertad de expresión, especialmente en países donde la misma no está garantizada.


"Obviamente Twitter es una empresa privada, pero hemos visto muchos ejemplos en Rusia y China de empresas privadas que se han convertido en las mejores amigas del Estado y facilitadoras de la censura", explicó en su post Navalny.


Para otros, sin embargo, lo más preocupante es precisamente que una empresa privada haya podido mandar a callar al que se supone es el hombre más poderoso del mundo, privándolo de su megáfono favorito -uno con el que además llegaba a más de 80 millones de usuarios.




Twitter suspende a Trump permanentemente por el "riesgo de mayor incitación a la violencia"




"El hecho de que un director ejecutivo pueda desconectar el altavoz del presidente de los Estados Unidos sin ningún control y el equilibrio es desconcertante", escribió el comisionado de la Unión Europea, Thierry Breton, en un artículo de opinión publicado en Politico.


Y hasta el ministro de Salud de Reino Unido, Matt Hancock, terció en el debate, advirtiendo sobre los riesgos de que las plataformas tecnológicas "decidan quién debe y quién no debe tener voz".


Referencias a la censura y la libertad de expresión también han sido frecuentes en las críticas de los simpatizantes de Trump, los que además han sido objeto de medidas similares en diversas redes sociales.


Twitter anunció el lunes el cierre de "más de 70.000 cuentas" vinculadas a QAnon, la teoría de la conspiración que ya antes de las elecciones también había sido objeto de bloqueos y cierres en Facebook.



Qué es QAnon, el grupo cuyos miembros participaron en el asalto al Capitolio (y cómo se replica en América Latina)




La red social de Mark Zuckerberg también suspendió temporalmente, la cuenta de Trump y lo mismo hicieron Instagram, Snapchat, Twitch y también YouTube. Facebook dijo además que también estaba eliminando todo el contenido que menciona la expresión "Stop the Steal" ("Paren el robo"), el lema asociado con las afirmaciones infundadas de Trump de que las elecciones presidenciales de noviembre pasado fueron manipuladas.


Y por si eso fuera poco para el trumpismo, la decisión de Amazon de dejar de proveer servicios de hospedaje en línea a Parler obligó al cierre temporal de esta alternativa a Twitter, especialmente popular entre los seguidores del presidente estadounidense


El futuro de Parler está además comprometido por la decisión de Google y Apple de dejar de ofrecer la aplicación en sus tiendas virtuales, así como la negativa de muchos otros proveedores de hospedaje en línea de facilitarles espacio.


"La libertad de expresión está muerta y bajo el control de los grandes señores de la izquierda", fue el resumen de la situación que hizo -en Twitter- el hijo mayor del presidente, Donald Trump Jr.


Pero como recuerda David Díaz-Jogeix, director de programas de la ONG de defensa de libertad de expresión Article 19, incluso en las sociedades democráticas más avanzadas esta libertad está sujeta a ciertos límites que Trump (y varios de sus seguidores) parecen haber traspasado.



Facebook e Instagram bloquean a Donald Trump al menos hasta que se complete el traspaso de poder



Riesgo de violencia




"En un inicio se eliminaron mensajes por el riesgo inminente y real de violencia. Ese es el elemento determinante", destacó Díaz-Jogeix, quien también considera obligatorio considerar el inmenso número de seguidores de Trump y su posición de influencia.


"En ese contexto, la eliminación de esos tuits tiene sentido. Y la suspensión de la cuenta es grave, pero legítima, aunque podría ser desproporcionada. Y digo 'podría ser' porque no sabemos si se trata de una suspensión permanente o indefinida", le dijo a BBC Mundo.




La potencial amenaza de violencia también fue el principal argumento esgrimido por Amazon Web Services (AWS) para explicar su decisión de dejar de prestarle sus servicios a Parler.



"Es evidente que en Parler hay una significativa cantidad de contenido que fomenta e incita a la violencia contra otros, y que Parler no puede o no está dispuesto a identificar y eliminar rápidamente este contenido, lo que constituye una violación de nuestros términos de servicio", argumentó Amazon.



Trump firma una orden para regular las redes sociales luego de que Twitter calificara de "sin fundamento" dos de sus tuits




Parler, que anunció una demanda contra Amazon, sostiene por su parte que las verdaderas razones fueron "animadversión política" y para "reducir la competencia en el mercado de servicios de microblogging en beneficio de Twitter". Pero como explica la investigadora de ética y tecnología Stephanie Hare, esta no es la primera vez que una importante empresa de tecnología de EE.UU. toma medidas similares.



"Cloudflare dejó de proporcionarle servicios de entrega contenido, protección y soporte al sitio web de supremacistas blancos The Daily Stormer en 2017 y a 8Chan en 2019, después ese sitio web fuera utilizado por el perpetrador de una masacre en El Paso, Texas", destacó Hare.



Mientras que Díaz-Jogeix recordó que Twitter se reserva el derecho a restringir el acceso a su plataforma conforme en sus normas comunitarias y términos de servicio, lo que sin embargo podría ser legalmente cuestionable.



"En Europa, ha habido varios casos donde algunas redes han retirado a gente de sus plataformas -no en Twitter, pero en otros casos, creo que es Facebook; en Italia, Polonia y Alemania- y la gente las han llevado a juicios y los jueces han forzado a las plataformas a devolverles el espacio", contó el experto de Article 19



"Pero falta jurisprudencia por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y también en EE. UU., de si existe la obligación de darle espacio en esas plataformas a individuos", le dijo a BBC Mundo


¿Foro público?




Para Santiago Pardo Rodríguez, coordinador del Laboratorio de Diseño para la Justicia de la Universidad de los Andes, en el caso del cierre de la cuenta de Trump hay otros elementos particulares a considerar que hacen todavía más complejo el caso.


Como explica el constitucionalista colombiano en un interesante hilo en Twitter, en 2017 el Instituto Knight para la Primera Enmienda de la Universidad de Columbia demandó a Trump por bloquear a siete personas de su cuenta de Twitter.




Un año después un juez les dio la razón a los demandantes y en 2019 otra Corte confirmó que Trump no podía bloquear a nadie de su cuenta de Twitter por constituir esta un "foro público": un espacio donde la libertad de expresión goza de amplias protecciones constitucionales frente a las acciones del gobierno asentadas en la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de EE. UU.


"¿Y la pregunta ahora es: se extienden esas protecciones constitucionales a empresas privadas? Yo creo que es un debate muy interesante y algo que se tiene que discutir", le dijo Pardo a BBC Mundo. Al jurista le gustaría que esa discusión tuviera lugar en la Corte Suprema de EE.UU., lo que podría pasar si el tribunal decide revisar la apelación del caso Instituto Knight vs. Trump,


Pero, por lo pronto, advierte que no necesariamente considera inadecuada la actuación de Twitter.


"Ahí es donde también entra el caso Brandenbrurg, que también menciono en el hilo, el que crea una regla que dice que el gobierno sí puede limitar contenidos en condiciones muy específicas: cuando existe una inminencia de que ese discurso violento pueda producir una acción ilegal", agregó.


Eso, sin embargo, también plantea la pregunta de por qué Twitter no debió actuar antes.


Pero sobre también la cuestión de si este tipo de decisión se puede dejar exclusivamente en manos de unas redes sociales que han sido acusadas al mismo tiempo de limitar la libertad de expresión y de no hacer lo suficiente.


Más rigurosos



Efectivamente, hasta ahora una de las reglas clave de plataformas como Facebook y Twitter había sido la de no interferir con el contenido publicado por los políticos por considerarlo demasiado importante para el discurso público, lo que se traducía en que usuarios de alto perfil -como el presidente de EE.UU.- gozaban de más latitud que otros usuarios.



Pero desde el inicio de la pandemia de coronavirus las cosas empezaron a cambiar significativamente, y las empresas empezaron a tomar más medidas contra los líderes mundiales.


En marzo, Facebook y Twitter eliminaron publicaciones del presidente brasileño Jair Bolsonaro y del presidente venezolano Nicolás Maduro por desinformación sobre la covid-19.


Pero no fue hasta mayo, en el contexto de las protestas de Black Lives Matter que Twitter tomó acciones contra un mensaje publicado Trump, colocándole una advertencia a un mensaje que según sus moderadores glorificaba la violencia: "Cuando comienza el saqueo, comienza el tiroteo".



Y las acciones de este tipo, que se multiplicaron durante la campaña electoral estadounidense, han aumentado todavía más desde los sucesos del 6 de enero, en todo el mundo.


Por ejemplo, Facebook anunció el lunes la eliminación de cuentas vinculadas al gobierno de Uganda que supuestamente se estaban utilizando para manipular las próximas elecciones.



Y para la abogada y tecnóloga de privacidad Whitney Merrill esto apunta a un cambio en la postura de moderación de los gigantes tecnológicos. "Las reglas y pautas de las redes sociales están evolucionando con el tiempo, lo que es normal, Pero no se han estado aplicando de manera consistente en todo el mundo", le dijo a la BBC.



"El dilema de las redes sociales": 5 secretos de los dueños de las redes para manipularnos, según el documental de Netflix



Merill, sin embargo, anticipa que el castigo a Trump podría ser el comienzo de una purga de comportamientos similares a nivel mundial.


Y el presidente electo de EE.UU., Joe Biden, ya ha dicho que le gustaría cambiar la llamada Sección 230 -una ley que exonera en gran medida a las redes sociales de responsabilidad por las publicaciones de sus usuarios- para aumentar la moderación de contenidos y reducir la diseminación de noticias falsas.


¿Quién controla a los controladores?



Más legislación es también lo que propone la Unión Europea.


De hecho la crítica de Merkel a la acción de Twitter contra Trump -hecha a través de su portavoz, Steffen Seibert- destacó que la libertad de expresión solo puede restringirse "de acuerdo con la ley y dentro de un marco definido por los legisladores" y no "por decisión de los administradores de las plataformas de redes sociales".

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Y como recuerda Díaz-Jogeix, si bien las principales redes sociales provienen de un contexto cultural de "libertad de expresión absoluta", garantizado por la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, los estándares internacionales "dan unas pautas de que, en ciertos momentos, por ejemplo de incitación al genocidio, incitación a la violencia, o a la discriminación a colectivos marginales, si se puede limitar la libertad de expresión".


"Las redes sociales se guían por unas normas comunitarias y lo que nosotros criticamos es que esas normas no estén basadas en los estándares internacionales de derechos humanos,. No pueden ser una decisión para (Mark) Zuckerberg o Jack (Dorsey), el CEO de Twitter, sino que deben basarse en estándares internacionales", le dice a BBC Mundo.


Pero para Artículo 19, también existe un riesgo en dejar la regulación de estas plataformas en manos de los gobiernos,


"Nosotros no queremos que Twitter o Facebook sean los que decidan quienes pueden disfrutar de la libertad de expresión. Pero tampoco nos parece buena idea que lo hagan los gobiernos, porque la historia ha demostrado que dejar que los gobiernos regulen la libertad de expresión es una mala idea", dice Díaz-Jogeix.
Como alternativa, Article 19 está pilotando en Irlanda una versión de los consejos reguladores independientes de la prensa escrita que ya existen en varios países europeos, adaptada a la realidad de las redes sociales.


Y aunque el debate está lejos de concluir, Díaz-Jogeix cree que el actual contexto ofrece una valiosa oportunidad.


"Lo que queremos es refocalizar toda esta discusión global que está habiendo sobre esto en preguntarse qué es lo que dicen los estándares internacionales de derechos humanos, en materia de libertad de expresión, pero también de respeto a la privacidad por ejemplo", le dice a BBC Mundo.



Y del resultado dependerá la calidad de mucha de la información que consumimos, y con ella, de nuestras democracias.












Starmer y Macron arremeten contra Elon Musk por su injerencia en asuntos europeos





El primer ministro británico acusa al propietario de X de “extender mentiras y desinformación” sobre los abusos sexuales a menores mientras que el presidente francés dice que el magnate lidera “una nueva internacional de reaccionarios”






RAFA DE MIGUEL
Londres
06 DE ENERO DE 2025 - 14:14 CET





Keir Starmer se ha lanzado a una batalla despiadada con la pretensión de no mancharse las manos. El primer ministro británico ha decidido finalmente responder a los continuos ataques que ha recibido durante los últimos días por parte de Elon Musk por el escándalo de los abusos sexuales a menores en el Reino Unido ocurrido hace más de una década. Starmer ha evitado acusar directaconsciente del importante papel que va a desempeñar en la inminente Administración estadounidense de Donald Trump , pero lo ha colocado, junto al Partido Conservador, entre los que “extienden mentiras y desinformación” en las redes y “amplifican el discurso de la extrema derecha”.




El primer ministro quería que su primer discurso del año se centrara en la tan necesaria reforma de un Servicio Nacional de Salud al borde del colapso , y su equipo tenía programado un acto público este lunes en un centro médico de la localidad de Epsom. Pero en las horas previas a la intervención, Downing Street ya había anticipado a los medios que Starmer respondería a Musk —sin entrar en un enfrentamiento directo— y defendería su historial al frente del Servicio de la Fiscalía de la Corona.



“Disfruto como el que más de los debates, por duros que sean, en política, pero deben basarse en los hechos y en la verdad, no en mentiras, no en las reglas de aquellos tan desesperados por reclamar atención que están dispuestos a degradarse a sí mismos ya su país”, ha acusado el primer ministro británico.




El magnate tecnológico ha rescatado un escándalo que conmocionó a la sociedad británica hace más de una década , y que todavía arrastra entre la población una infinitud de sospechas y teorías de la conspiración. Las llamadas Grooming Gangs (algo así como mafias de pederastas), organizaciones criminales que explotaban y abusaban sexualmente de menores, extendieron el terror por varias regiones y localidades británicas ante la negligencia y falta de respuesta de la policía y de las autoridades políticas.




Un informe independiente, elaborado en 2014 por Alexis Jay , una académica y extrabajadora social que hoy preside la Comisión independiente de investigación de los abusos sexuales a menores, reveló que “aproximadamente 1.400 niños fueron explotados sexualmente de 1997 a 2013″ en la ciudad de Rotherham. Los responsables de la trama eran hombres británicos de origen paquistaní. A lo largo de los años, nuevas investigaciones independientes revelaron una trama de abusos a menores por parte de bandas organizadas por regiones y localidades de toda Inglaterra, como Cornualles, Derbyshire, Rochdale o Bristol.




Consciente, en cualquier caso, de que los hechos son un arma débil frente a los ataques masivos en las redes sociales , Starmer ha querido responder a Musk sin hacer del multimillonario el protagonista de la disputa. Para el primer ministro, una línea roja se ha cruzado desde el momento en que el Partido Conservador, al que ha acusado de ignorar durante 14 años las recomendaciones del informe de la profesora Jay, “se ha subido al carro de la extrema derecha”.




“Todos aquellos que extienden mentiras y desinformación tan ampliamente como pueden [una parte del discurso en el que el líder laborista incluía, sin citarlo, a Musk] no están interesados en las víctimas. Solo están interesados en ellos mismos”, ha acusado Starmer.


La lentitud con que respondieron las autoridades, por burocracia, por miedo a despertar tensión racial o a ser acusados de islamófobos, o por escaso interés en los problemas de comunidades minoritarias marginales, desató todo tipo de teorías, incluida la acusación de que toda la trama había sido tapada para preservar una supuesta visión positiva del multiculturalismo del Reino Unido. Durante parte de esos años, Starmer estuvo al frente del Servicio de la Fiscalía de la Corona (similar a la Fiscalía General de España).




Starmer was complicit in the RAPE OF BRITAIN when he was head of Crown Prosecution for 6 years.



Starmer must go and he must face charges for his complicity in the worst mass crime in the history of Britain.


— Elon Musk (@elonmusk) January 3, 2025



“Starmer fue cómplice de la violación del Reino Unido [sic] cuando encabezó el Servicio de la Fiscalía de la Corona durante seis años”, ha escrito Musk en X.

“Starmer debe dimitir y hacer frente a la acusación por su complicidad en el peor crimen en masa cometido en la historia de Gran Bretaña”, añadió.




En defensa propia




Starmer ha elegido defender su historial al frente de la Fiscalía para intentar responder a las acusaciones de Musk. “Los abusos sexuales a menores suponen algo absolutamente nauseabundo. Durante muchos años las víctimas fueron abandonadas, basándose en una idea perversa respecto a la relación entre comunidades y a un empeño en defender a las instituciones antes que a las personas”, ha empezado por admitir el político laborista. Respaldaba las acusaciones vertidas en su día por algunos trabajadores sociales, que señalaron el temor de sus superiores a alimentar la tensión racial con el asunto.



Pero el primer ministro ha querido recordar su empeño en sacar adelante muchas de las investigaciones judiciales atascadas, así como el giro que dio al modo en que la Fiscalía abordaba estos escándalos. “Por eso reabrí casos que ya estaban cerrados, e impulsé la primera investigación judicial contra una banda de origen asiático [en referencia a su origen paquistaní] en Rochdale”, ha defendido. “Cambié las cosas, porque quise desafiar todos los mitos y estereotipos que evitaban que las víctimas fueran escuchadas (...). Cuando abandoné el cargo, habíamos establecido un récord en el número de casos investigados y procesados por abuso sexual a menores”, ha añadido.



Musk ha defendido en sus mensajes en X que el encarcelamiento de Tommy Robinson, cuyo nombre verdadero es Stephen Christopher Yaxley-Lennon, que durante los últimos años ha estado al frente de la organización ultraderechista Liga de Defensa Inglesa, es un golpe contra la libertad de expresión y ha exigido su liberación. “Aquellos que defienden a Tommy Robinson no están interesados en la justicia. Apoyan a un hombre que acabó en prisión por obstruir una investigación sobre bandas de abusadores sexuales. Son personas que buscan algún tipo de satisfacción a través de la violencia callejera que promueve Robinson”, ha respondido este lunes el primer ministro británico.


Free Tommy Robinson!@TRobinsonNewEra


— Elon Musk (@elonmusk) January 2, 2025




El magnate, empeñado en una vendetta personal contra Starmer desde hace casi medio año, se ha preguntado públicamente y de modo retórico en las últimas horas si


“Estados Unidos debe liberar al pueblo del Reino Unido de su Gobierno tirano”, y ha pedido al rey Carlos III que disuelva el Parlamento para convocar nuevas elecciones.




A la ministra para la Salvaguarda de Menores y contra la Violencia a Mujeres y Niñas, Jess Phillips, que lleva años dedicada a combatir este tipo de agresiones, Musk la ha llamado “apologista del genocidio de las violaciones”, por el mero hecho de sugerir a las autoridades municipales de Oldham, que reclamaron una investigación a escala nacional de los abusos sexuales a menores, que era más eficaz el mecanismo empleado por localidades como Rotherham o Telford, que lanzaron su propia investigación oficial.



“Cuando el veneno de la extrema derecha conduce a que se realicen graves amenazas contra Jess Phillips u otros, interpreto que se ha cruzado una raya”
El fantasma del Blog
¿Defensa del placer femenino o presión para satisfacer al hombre? El ‘kunyaza’ y el ‘gukuna’ sirven el debate en Ruanda




Una práctica sexual que aspira a que la mujer expulse grandes cantidades de agua durante la relación sexual y un ritual que consiste en estirar los labios genitales menores a las jóvenes para aumentar las sensaciones durante el coito generan reacciones encontradas






DAVID SOLER
Kigali
11 ENE 2025 - 05:30 CET



Es jueves a medianoche en Kigali. La sexóloga Vestine Dusabe está, como cada semana, en el estudio de City Radio, en la sintonía 88.3 FM, y recibe la llamada de un hombre, preocupado por sus problemas sexuales y matrimoniales. “Mi mujer nunca expulsa agua con el kunyaza”, explica el oyente. El kunyaza es una práctica sexual propia de la región de los Grandes Lagos en la que el hombre estimula con su pene erecto el clítoris de la mujer para provocar que ella segregue líquido. El objetivo es ese, que la mujer expulse agua, lo que en Occidente se ha popularizado en los últimos años con el término inglés squirt, que no es equivalente a la eyaculación femenina, aunque muchas veces se usen los conceptos como sinónimos, ni al orgasmo.




La presión para lograr este objetivo hace que muchas parejas llamen y acudan a la consulta de Dusabe. La sexóloga dirige el único programa que habla sin tabú sobre el sexo y problemas matrimoniales en el pequeño país africano. Asegura que tiene cinco millones de oyentes en un Estado de menos de 14 millones de habitantes, aunque no hay ningún dato público que la avale. El kunyaza y la segregación de importantes cantidades de líquido por la mujer durante las relaciones sexuales con un hombre son temas recurrentes en su emisión y en su consulta.




Lo que desde Occidente puede parecer una práctica que empodera a la mujer en las relaciones sexuales al poner su placer en el centro, podría suponer, para algunos expertos, todo lo contrario. “Algunas mujeres tienen miedo y complejo de no poder expulsar agua”, explica la sexóloga, entrevistada en su casa en la capital ruandesa.




Dusabe asegura que el principal problema es que los hombres no se preocupan en realidad por el placer de las mujeres, sino que simplemente buscan un cierto estatus. “Un ruandés que nunca consigue que su mujer expulse agua es considerado un cobarde”, cuenta. La experta puntualiza que el kunyaza no significa que la mujer haya tenido un orgasmo.




Muchas mujeres persiguen esta práctica no solo por su propio placer, sino por miedo a no sentirse deseadas por sus maridos




En los últimos años, el creciente empoderamiento de la mujer y los discursos anticolonialistas han promovido una reivindicación del placer femenino, a través del kunyaza. Sin embargo, la realidad es que muchas mujeres persiguen esta práctica no solo por su propio placer, sino por miedo a no sentirse deseadas por sus maridos. “Deme las botellas que tenga, quiero volver a tener agua”, pide desesperada una esposa a un doctor que vende un líquido amarronado en el documental L’eau sacrée (El agua sagrada, 2017), del director belga Olivier Jourdain, que se sumergía en estas prácticas tradicionales.



“Una pareja vino a verme: la mujer se quejaba de que el hombre no podía hacer kunyaza. Él se defendió y dijo que cuando la engañaba, su amante sí expulsaba agua. Se generó una gran pelea”, recuerda Dusabe. En los años, las peticiones de divorcio se han aumentado considerablemente en Ruanda, según la prensa local. El adulterio es una de las principales razones que lleva a las parejas a separarse.



Transformar el cuerpo para satisfacer al hombre





La presión social sobre la mujer para conseguir expulsar agua ha llevado históricamente a las mujeres en Ruanda a realizar el gukuna, el estiramiento de los labios genitales menores, creyendo que favorece la secreción de líquido durante el coito. La práctica se inició en la época precolonial para evitar infecciones cuando no había ropa interior, pero pronto se asoció a preparar al cuerpo femenino para el placer. Lo habitual es que se practique entre mujeres y se realice desde jóvenes, ya que los labios menores son más maleables y, por lo tanto, es menos doloroso. “A veces se usan pinzas, hierbas, zumos o cremas para ayudar a estirar”, explica Guillermo Martínez Pérez, profesor de Fisiatría y Enfermería de la Universidad de Zaragoza, que basó su tesis doctoral en la elongación del los labios menores.




Es común que las iniciadoras sean mujeres más mayores de la familia, señala Dusabe, que asegura habérselo practicado a su hija cuando tenía 10 años. “Es como si estiraras la piel. Es similar a lo que los masáis hacen con las orejas o la boca”, explica.



El gukuna puede encajar dentro de las definiciones de mutilación genital femenina de la Organización Mundial de la Salud (OMS), concretamente en el tipo número cuatro, que considera MGF “cualquier otro procedimiento lesivo de los genitales femeninos con fines no médicos, como la punción, la perforación, la incisión, el raspado o la cauterización de la zona genital”. Sin embargo, las opiniones al respecto son variadas. “No tiene ningún efecto dañino. Cuando se aumenta el tamaño de los labios menores no se hace daño porque no se cortan”, explica el ginecólogo ruandés John Muganda, quien indica también que pensar que esta práctica de prolongar los labios menores ayuda a la secreción vaginal y al placer no tiene ninguna base científica. “No hay ningún valor añadido en la sexualidad”, añade.




Pero hay mujeres que por no tener los labios vaginales estirados pueden ser repudiadas por su pareja, por creer que el kunyaza no tendrá el efecto en ellas y no tendrán una vida sexual satisfactoria. “No es empoderamiento, para las mujeres es pasar por el filtro de lo que debe ser una mujer deseada: tienes que tener así los genitales, ser capaz de eyacular... Esa presión no existe en los hombres. Los niños de ocho años no van a estirarse el pene ni piensan en cómo manipular sus cuerpos para aumentar el disfrute visual de las mujeres. Pero las niñas sí”, explica Martínez.



”Estamos perpetuando unos roles y normas por los cuales se entiende que la mujer tiene que cambiar su cuerpo para satisfacer los deseos del hombre”, insiste.





Para Dusabe, estas prácticas y rituales no han conseguido poner el foco en el placer femenino y una verdadera igualdad en las relaciones sexuales. “Sí, Ruanda es diferente al resto del mundo por el kunyaza y el gukuna, pero aún estamos aprendiendo a cómo besarnos”, concluye.

El fantasma del Blog
El futuro de la libertad




En medio de guerras y catástrofes, los próximos años se plantean como un combate entre democracia y autoritarismo, entre las consecuencias de la deriva reaccionaria y la esperanza en nuestra capacidad de reacción






GUILLERMO ALTARES
Madrid
01 NOV 2024 - 05:00 CET





El futuro es por definición imprevisible. Pero eso no significa que sea totalmente sorprendente. Y, además, en este momento está demasiado cerca. Porque el futuro puede empezar a principios de este mes de noviembre, con las elecciones presidenciales estadounidenses. La tendencia que marca el presente de las relaciones internacionales —una pugna entre democracia y autoritarismo— se prolongará en el futuro, incluso en lugares donde ese combate parecía imposible de plantear, como Estados Unidos o algunos países europeos.




Desde el final de la II Guerra Mundial, el mundo ha vivido momentos de terror y momentos de esperanza, genocidios, guerras, golpes de Estado; pero también ha visto imágenes que parecían imposibles solo unas horas antes, como contemplar en una noche de 1989 la caída del Muro de Berlín, algo que entonces se interpretó como un avance irreversible hacia la democracia. La libertad —una palabra secuestrada actualmente por la derecha extrema— parecía abrirse camino de forma global e imparable.




Pero la historia se saltó el guion y las previsiones más optimistas resultaron fallidas. Las conclusiones del último Democracy Index, estudio elaborado por el grupo de The Economist que mide el avance, o retroceso en este caso, de las libertades públicas en el mundo, son muy pesimistas.




Así reza la introducción del informe de 2023: “Ha sido un año poco propicio para la democracia, ya que la puntuación media mundial cayó a su nivel más bajo desde que comenzó a elaborarse el índice en 2006. Menos del 8% de la población mundial vive en una democracia plena, mientras casi el 40% vive bajo un régimen autoritario, un porcentaje que ha ido aumentando en los últimos años. La creciente incidencia de conflictos violentos ha hecho mella en la puntuación de la democracia mundial y ha impedido una recuperación tras los años pandémicos de 2020-2022″.




La revista Le Grand Continent acaba de publicar, bajo la dirección del escritor y asesor político Giuliano da Empoli (autor de una de las novelas sorpresa de 2022, El mago del Kremlin), un volumen colectivo titulado Retrato de un mundo roto. ¿Qué nos depara el futuro de la geopolítica? (Arpa). “La historia está llena de sorpresas y nadie se sorprende más que los historiadores”, escribe el ensayista Timothy Garton Ash en su contribución, sobre el regreso de la guerra al continente europeo, tras la invasión rusa de Ucrania. “Al principio, todos estábamos conmocionados y aterrorizados. Dijimos que no debíamos normalizar la guerra. Pero lo hicimos”, prosigue este autor que contempló, y narró con inteligencia y perspicacia el final del bloque soviético; pero también las guerras en la antigua Yugoslavia. Acostumbrarse a que Europa padezca una guerra en su corazón parecía imposible hace muy poco tiempo… Pero ahí estamos.





En ese mismo volumen, la ensayista británica de origen albanés Lea Ypi —autora de un libro de memorias maravilloso sobre el final del comunismo en su país: Libre (Anagrama)— explica que el asalto de la derecha extrema puede alcanzar incluso el corazón de la Unión Europea (UE), una unión de Estados basada ante todo en un principio central: todos tienen que ser democracias. “Europa se encuentra frente a retos decisivos”, escribe Ypi, profesora de Teoría Política en la London School of Economics. “O se deja moldear por la derecha, que acabará destruyéndola desde dentro; o debe tomar un camino distinto al que suele seguir, priorizando no lo que tiene que enseñar a los demás, sino lo que debe aprender para que el ideal sobreviva”.




El mundo no se asoma a un abismo dictatorial de forma inevitable, pero el esfuerzo para que la libertad pueda avanzar y se mantenga en los lugares donde impera parece más intenso, y necesario, cada año que pasa. Hace unos meses, un veterano periodista estadounidense que lleva décadas cubriendo América Latina se lamentaba en una conversación, no solo de la deriva autoritaria en el continente que simbolizan personajes como Maduro o Bukele, que además gana elecciones arrolladoramente, sino directamente de la desaparición del Estado en países como Haití. Su conclusión era bastante sombría: después de las guerras civiles en esa región del mundo, vinieron las mafias y las maras, y ahora los Estados autoritarios por un lado o el caos absoluto por otro.




Nada está escrito en piedra, ningún factor indica que estemos condenados a una era autoritaria. Sin embargo, el momento es especialmente imprevisible porque ahora el planeta se encuentra atrapado por una serie de factores que lo cambian todo y auguran un futuro más volátil que en otros periodos.




Solo el 8% de la población del mundo vive en un Estado del que no tiene que temer la arbitrariedad o la pérdida de su libertad personal por decir lo que piensa o criticar al poder. Se trata de un dato devastador para el presente, pero que también nos habla de un futuro inmediato muy poco halagüeño. Además del sufrimiento humano que provocan, los regímenes autoritarios aportan un factor de inestabilidad enorme porque los dictadores no responden ante nadie, más allá de una pequeña camarilla.




Putin pudo invadir Ucrania sin tener que dar explicaciones a aquellos que iban a sufrir la guerra en sus carnes. No es una casualidad que el peor conflicto del siglo XX, y seguramente de la historia, la II Guerra Mundial, fuese desencadenado por dictadores, que no tenían que rendir cuentas y podían utilizar a millones de personas como carne de cañón en medio de un clima de terror.




El cambio climático es otro factor esencial de desestabilización para el futuro. Estamos en un momento en que no sabemos qué va a ser del planeta a corto plazo: los científicos se están viendo sorprendidos porque todos sus modelos predictivos se quedan anticuados. El planeta avanza con firmeza hacia un momento climáticamente imprevisible con las consecuencias que eso provoca, por ejemplo, en flujos migratorios, sequías, inundaciones, incendios…




Si el pasado nos enseña algo, es que los momentos de intenso cambio climático (como la crisis del siglo XVII) han afectado profundamente, y para mal, a continentes enteros. Desde que se inventó la agricultura, las sociedades humanas dependen de que el clima sea previsible y cíclico para su bienestar y alimentación. Y no sabemos hasta cuándo esto va a seguir siendo así, ni siquiera si se ha puesto en marcha un mecanismo que ya resulta imposible de parar.





Todas las revoluciones tecnológicas producen cambios profundos en las sociedades que las desencadenan. Pero la rapidez con la que avanza la revolución actual es vertiginosa. Todavía recuerdo la primera vez que un amigo me habló de una página de internet gracias a la que podías alquilar por días una casa, en vez de un hotel, y que era mucho más cómodo y barato. Jamás pensé entonces, y no ha pasado ni una década, que Airbnb contribuiría a una crisis global de la vivienda y al estallido del turismo masivo. Internet, la entrada de los móviles, las redes sociales. Se trata de inventos del siglo XXI, que acaba de empezar. Y todavía queda la auténtica revolución: la inteligencia artificial (IA).




El cineasta Jean Renoir escribió un libro precioso sobre su padre, el pintor impresionista francés, que se titulaba sencillamente Pierre-Auguste Renoir, mi padre (Alba). El artista, fallecido en 1919, vivió al final de su vida el arranque de una gigantesca transformación tecnológica. “Los grandes descubrimientos, los que iban a cambiar el mundo, estaban hechos”, sostiene el cineasta sobre el momento en el que nació su padre, en 1841. Describe un país a las puertas de un cambio total, pero todavía anclado en el pasado. “Un campesino de los alrededores de Limoges, aparte de algunos detalles en la vestimenta y las herramientas, trabajaba la tierra de la misma forma que sus antepasados en los tiempos de Vercingétorix”.




En 1919, el momento de la muerte del pintor, un año después del final de la I Guerra Mundial —el primer conflicto marcado por las nuevas tecnologías, desde las ametralladoras hasta los explosivos, los carros de combate o la aviación—, todo era diferente. “El campo había comenzado a vaciarse hacia las ciudades. Los obreros trabajaban en las fábricas. Las verduras consumidas en París venían del sur, incluso de Argelia. Teníamos un coche. Renoir tenía un teléfono. Las carreteras estaban asfaltadas. Nuestra casa tenía calefacción, agua caliente y fría, gas, electricidad, cuartos de baño”. ¿Estamos a las puertas de una revolución similar? ¿Reconoceremos dentro de diez años el mundo en el que vivimos?




La profecía de que los coches voladores inundarán el planeta es tan antigua como la invención de los vehículos de combustión: nació en el siglo XIX. Las películas futuristas —Blade Runner, Minority Report— están llenas de estos aparatos que, sin embargo, nunca se han hecho realidad ni parece que vayan a existir a corto plazo, al menos de forma masiva. ¿Significa eso que todas las predicciones de la ciencia ficción son erróneas? En absoluto. La profunda intuición de que los coches, y los aparatos electrónicos en general, iban a cambiarlo todo era real. Y no sabemos hasta dónde llegarán.




El gran escritor francés Emmanuel Carrère, proveniente de una familia de exiliados, que tuvo que huir de Rusia tras la Revolución Soviética, es autor de una frase certera: “El comunismo no abolió la propiedad privada, abolió la realidad”. ¿Nos acercamos a una época donde la realidad deje de tener importancia? Eso es lo que planteaba el filósofo Markus Gabriel en una entrevista en el suplemento Ideas, de EL PAÍS, como otra consecuencia de la IA:




“Vivimos en una nueva posmodernidad porque la sociedad digital ha transformado el espacio público y este es hoy un Matrix donde es imposible distinguir entre realidad y ficción. La realidad es aquello que corrige nuestras opiniones y hoy todas las opiniones en internet se confirman a través de las mismas opiniones mediante clics. La ficción necesita una actitud humana para ser completa. Las distintas interpretaciones de una obra de arte son legítimas, mientras que las distintas interpretaciones de la realidad no lo son porque algunas son falsas y otras verdaderas. Es la gran diferencia entre la realidad y la ficción. En internet, realidad y ficción forman un híbrido. Y esa es la nueva situación, sobre todo con la inteligencia artificial”.




Mientras se acerca el futuro, cada vez más cercano en el horizonte, el presente inmediato depende de una de esas encrucijadas que pueden cambiar la historia o hacer que todo siga por un camino más o menos correcto, por lo menos en Occidente: el primer martes después del primer lunes de noviembre —fecha en la que se celebran las elecciones estadounidenses—, esto es, el próximo cinco de noviembre se enfrentarán Donald Trump y Kamala Harris en unas presidenciales de las que dependen muchas más cosas que el próximo inquilino de la Casa Blanca.




Trump ha dejado claro que no está dispuesto a respetar las reglas por las que se rige un Estado democrático —declaró en una reunión privada con votantes cristianos que, si ganaba, no iban a tener que votar nunca más— y su poder irradia sobre el resto del mundo. Un individuo en la Casa Blanca que no cree en la democracia tendrá efectos devastadores sobre todos los países que ahora mismo se mueven en la cuerda floja.




El precedente más inmediato al desastre global que puede desencadenar una pésima gestión en Washington fue la presidencia de George W. Bush. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, su decisión de invadir Irak, basándose en falsedades e informes manipulados, propició un cataclismo del que todavía no nos hemos recuperado.




No solo cientos de miles de muertos en el país tras la guerra civil que desató la invasión, sino una oleada de terrorismo global, la creación del Califato del ISIS y, visto desde los intereses de Washington, el poder de Irán en la región aumentó exponencialmente. Cómo será de peligroso, que el arquitecto de aquel desastre universal, el entonces vicepresidente Dick Cheney, conocido entonces como El Príncipe de las tinieblas, ha pedido el voto para la candidata demócrata ante el temor a lo que puede ocurrir si Trump regresa a la Casa Blanca.




Porque puede ir más allá que Bush en su estela destructiva de las libertades: EE UU nunca ha respetado las reglas democráticas en el exterior, solo sus intereses —un viejo chiste que circulaba por América Latina decía que “EE UU es el único país del mundo donde no puede haber un golpe de Estado porque no tiene embajada de EE UU”—, pero cuando alguien se saltaba la ley dentro, como ocurrió con Richard Nixon en el caso Watergate, pagaba por ello.




Si logra una segunda victoria, nada indica que vaya a respetar las instituciones democráticas que le pueden llevar otra vez al poder, y es posible que esto no vaya a tener consecuencias legales, sobre todo después de la sentencia del Tribunal Supremo que decretaba la inmunidad del presidente cuando estaba en el poder. Aquella frase de Trump en la campaña de 2020 —”podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perdería votos”— puede hacerse realidad.




Pesimismo y esperanza





Estas primeras dos décadas del siglo XXI parecen marcadas por una extraña mezcla de pesimismo y esperanza: los hechos son tozudos —ese terrible 8% de personas que viven en democracias—, pero a la vez algo nos impulsa a no renunciar a la idea de que la tecnología nos puede llevar a un mundo mejor, como ocurrió en los años posteriores a la II Guerra Mundial con las décadas gloriosas de Europa, que Tony Judt retrató magistralmente en Postguerra. Fueron los tiempos de las lavadoras y los Beatles, de la emancipación estudiantil, del principio de la emancipación de las mujeres, del final del colonialismo y de las dictaduras en España y Portugal.




El siglo XX acabó con las guerras en la antigua Yugoslavia, con un estallido de horror que sumergió Europa en los peores abismos de su historia reciente, y el siglo XXI empezó con el ataque del terrorismo islamista del 11-S y las guerras que siguieron —entre ellas, la invasión de Irak— y con la potencia global saltándose los derechos humanos para combatir el terrorismo global. Parecía que la humanidad era incapaz de dejar atrás la violencia que había marcado los últimos 100 años.




Sin embargo, llegaron las Primaveras Árabes, la ampliación de la UE, la impresión, falsa a la postre, de que el estallido económico de China tenía que llevar a alguna forma de liberalismo también en lo político, la felicidad de vivir en un mundo totalmente interconectado. Se trata de una esperanza global que quedó reflejada en el libro de Steven Pinker Los ángeles que llevamos dentro (Transiciones), en el que el profesor de Harvard argumenta que la historia de la humanidad se puede contar como un descenso generalizado de la violencia.




El libro de Pinker, convertido ahora en un referente de la derecha y muy criticado por alguna de sus piruetas argumentales, está lleno de información y es muy divertido, aunque tiene un problema que apenas llega a sortear: la existencia de la II Guerra Mundial. ¿Cómo es posible que, en mitad de ese progreso generalizado, de ese avance hacia un futuro mejor, estallase el peor conflicto que ha conocido la humanidad, con el exterminio industrial del pueblo judío? Porque, además, una de las consecuencias del conflicto fue la invención de un arma capaz de acabar con la vida en la Tierra de un plumazo, la bomba atómica. Los retrocesos, los saltos al vacío, son posibles. Sin embargo, resulta difícil desprenderse del profundo optimismo de Pinker, de la sensación de que, en el fondo, tiene razón: avanzamos de forma decidida en sentido contrario al abismo.




Ahora mismo, en este mundo violento y desquiciado —la guerra de Sudán ha provocado millones de muertos sin que a nadie parezca importarle mucho, la violencia del ataque terrorista de Hamás contra Israel y la brutalidad de la respuesta israelí, los miles de migrantes muertos en el Mediterráneo o en la selva centroamericana del Darién, que las palabras partido neonazi y victoria electoral vuelvan a juntarse en Alemania, la sangrienta represión contra las mujeres en Irán o Afganistán…—, resulta difícil ver el bosque del progreso en el caos de cada conflicto individual. Y, sin embargo, seguimos creyendo.




En un ensayo sobre la Edad Media, Medieval Horizons, el ensayista Ian Mortimer argumentaba que se trata de un periodo con una mala fama muy poco justificada y que uno de los argumentos utilizados para denostarlo es que se produjeron muy pocos avances tecnológicos, sobre todo con respecto al Renacimiento, como si la grandiosidad de las catedrales góticas no fuese uno. “Hay una dimensión oculta en nuestra obsesión por la ciencia y la tecnología. Es la base de nuestra fe en el progreso. La tecnología tiende a asegurarnos que las cosas están mejorando y que siempre van a mejorar, que no importa qué desastres puedan ocurrirnos, la tecnología nos salvará”, escribe Mortimer.




Sin embargo, en 1215, se produjo uno de los grandes inventos de la humanidad, que no tiene nada que ver con la tecnología: la Carta Magna con la que Juan I de Inglaterra concedió una serie de derechos a los señores rebelados contra él. Uno de ellos era el derecho a no ser detenido sin motivos y el acceso a la justicia. Esta idea tardó muchos siglos en aplicarse, es cierto, pero nació entonces: un derecho fundamental y universal a la libertad.




Ahí es donde se esconde el progreso y donde habita la esperanza. Solo inventos como aquella concesión de derechos pueden impulsar un cambio a mejor. En un mundo que se transforma demasiado rápido —y eso lleva en parte al surgimiento de la extrema derecha, que capitaliza el miedo al cambio—, pocas cosas permanecen durante siglos. Una de ellas es el árbol bajo el que se firmó la Carta Magna, el tejo de Ankerwycke, un árbol milenario que todavía se alza cerca del aeropuerto londinense de Heathrow. Debería recordarnos que no hay que renunciar a la lucha por un mundo mejor, pero hay que buscarlo en las raíces de nuestra historia más luminosa.
El fantasma del Blog
MSF suspende sus actividades en uno de los últimos hospitales del sur de Jartum por “ataques violentos” contra pacientes y médicos



La ONG explica que su presencia en este centro médico sudanés es “insostenible” y que tomó esta decisión “devastadora” después de que combatientes armados amenazaran en repetidas ocasiones al personal sanitario para ser atendidos rápidamente





EL PAÍS
Madrid
10 ENE 2025 - 16:07 CET




La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha decidido dejar de prestar apoyo sanitario en el Hospital Universitario de Bashair, en Jartum, capital de Sudán, en una zona controlada por las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), debido a los incidentes frecuentes registrados en el centro médico, al que entraban combatientes armados y “amenazaban al personal médico” para obligarles a atenderles antes que a otros pacientes.




“Nuestro equipo, el personal del hospital y los voluntarios han trabajado incansablemente en condiciones muy difíciles para proporcionar atención médica. Pero sin las garantías para operar de forma segura, y cuando las vidas de nuestro personal y pacientes están amenazadas, la continuación de nuestras actividades se ha vuelto insostenible”, afirma Claire San Filippo, coordinadora de emergencias de MSF, en un comunicado de la ONG.




La devastadora guerra que libran desde hace más de un año y medio el ejército regular de Sudán, las Fuerzas de Apoyo Rápido y grupos armados aliados de uno y otro bando ha provocado la mayor crisis humanitaria del mundo. El conflicto está causando cientos de miles de bajas, entre muertos y heridos. Pero a estas se suman víctimas de abusos generalizados, como la violencia sexual y las torturas. Desde el inicio de la guerra, más de 8,7 millones de personas han huido de sus hogares en busca de lugares más seguros, y más de 3 millones han cruzado a países vecinos como Egipto, Chad, Sudán del Sur y Libia. Además, 24 millones de personas —la mitad de la población— se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria.




El Hospital de Bashair, que ofrece atención médica gratuita, es uno de los últimos que funcionan en el sur de Jartum. A pesar de que las partes en conflicto se habían comprometido a proteger el trabajo sanitario, los ataques han ido en aumento. MSF cita, por ejemplo, que el 11 de noviembre de 2024 varios atacantes mataron a tiros a un paciente dentro del hospital y el 18 de diciembre, hombres armados dispararon dentro de la sala de urgencias y amenazaron directamente al personal médico.




Desde finales de septiembre, el centro ha registrado además un aumento de los pacientes, debido a la intensificación de los combates. Por ejemplo, el pasado 5 de enero, 50 personas llegaron a urgencias —12 de ellas ya fallecidas— tras un ataque aéreo que había tenido lugar a un kilómetro del centro. “Es devastador dejar de apoyar la atención médica que salva vidas en este hospital, especialmente ante unas necesidades médicas tan grandes y crecientes. Cada vez que una organización se ve obligada a suspender sus actividades, los pacientes tienen menos acceso a una atención médica que necesitan desesperadamente”, subraya San Filippo.




La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que entre el 70% y 80% de centros sanitarios situados en las zonas del país más afectadas por los combates están cerrados o funcionan parcialmente, mientras que en otras partes del país son alrededor de la mitad. Desde el inicio de la guerra, la OMS ha podido documentar más de 120 ataques contra instalaciones, servicios y personal médico, aunque la cifra real se considera que es mucho mayor.




“El sufrimiento que presenciamos en Jartum es enorme. La violencia es intensa y extrema y se repite a diario. La escasez y el bloqueo de alimentos, suministros y ayuda humanitaria obligan a la gente a luchar por sobrevivir. Las necesidades médicas son abrumadoras. Las heridas suelen ser terribles. Los incidentes con un gran número de víctimas se han convertido casi en rutina”, enumera la responsable de MSF.




La ONG, que sigue trabajando en 11 Estados de Sudán, estaba presente en este hospital de Jartum, reabierto por voluntarios y médicos, desde hace 20 meses. Entre mayo de 2023 y diciembre de 2024, el centro atendió a 25.585 pacientes en urgencias, más de 9.000 de ellos por causas violentas, realizó 3.700 intervenciones quirúrgicas y asistió casi 3.800 partos. Además de la emergencia vinculada a la guerra, otras crisis igualmente urgentes requieren atención sanitaria en Sudán como los brotes de cólera, paludismo y dengue.
El fantasma del Blog
Nueve razones por las que siempre volvería a Marruecos


Medinas, montañas y dunas son algunos de los protagonistas en un país que también enamora por su cocina y la cultura del ‘hamam’





PACO NADAL
12 ENE 2025 - 05:38 CET




Viaje por primera vez a Marruecos cuando tenía 22 años, y quedé fascinado por ese mundo misterioso que se abría tan cerca de mi casa. El reino alauita fue para mi generación una especie de campo de aprendizaje viajero. Un país tan cercano, al que considerábamos abismalmente diferente, y en el que, sin embargo, encontré muchas similitudes (de estilos constructivos a técnicas de regadío o recetas de cocina) con el sur de España del que yo procedía.

Desde entonces, he vuelto a Marruecos infinidad de veces, y estas son algunas de las razones que me han llevado a hacerlo.




1.La frontera más singular del mundo




En ninguna otra frontera del mundo, un salto de 14 kilómetros en el espacio —los que tiene el Estrecho de Gibraltar— te ofrece un viaje de mil años en el tiempo. Hay rincones del Marruecos rural, e incluso urbano, que son estampas medievales vivientes. Por eso es un destino que nunca deja indiferente. Este país es una puerta amable y cercana al exotismo.




2. Las medinas de Fez y Meknes



Aquí hay dos lugares que hay que ver una vez en la vida: las medinas de Fez y Meknes. No es difícil imaginarse en la Granada nazarita de 1492 cuando te pierdes por esos zocos medievales donde se vive y se comercia igual que hace siglos. Laberintos existenciales de telas y de babuchas, de pieles curtidas, de metales, de frutas frescas y piedras preciosas, de perfumes y quincallas donde los sonidos del exterior se amortiguan y el tiempo fluye de diferente manera.




3. Marraquech



La capital cultural y referencia del Atlas es otra de las excusas para viajar a Marruecos. La plaza Djemaa el Fna de Marraquech, “carrefour” de todos los paseos urbanos, es un teatrillo social donde se representa a diario el gran espectáculo de la antropología. Un espacio de perímetro irregular y lleno de actividad a todas horas, pero muy en especial al atardecer, cuando se dan cita todo tipo de oficios y personajes. Djemaa el Fna es la cuna de la picaresca, una burbuja que esponja el denso y laberíntico callejero de la medina medieval y uno de los lugares más impactantes para el viajero occidental.




4. La ruta de las Kasbahs



Este itinerario por el sur del Atlas es uno de los más bellos del norte de África. Es el Marruecos de postal que la mayoría tenemos en la retina. Algo más de 300 kilómetros, con inicio o final en Uarzazat, por un decorado lleno de ciudades-fortaleza de barro, palmerales, oasis y paisajes hechizantes.




5. Un destino aún económico




Hay muchos Marruecos, uno para cada bolsillo. Pero, en general, el país sigue siendo un destino económico y con buena relación calidad-precio. Hay hoteles de lujo con precio —y servicio— estratosférico, pero si quieres un viaje joven y barato tienes también mil posibilidades.



6. El desierto más cercano




Otro de los grandes atractivos de Marruecos es que puedes experimentar un trocito del Gran Sáhara sin adentrarte muy al sur ni tener que entrar en la siempre conflictiva Argelia. Erg Chebbi, el tesoro del sudeste de Marruecos, conocido también como las dunas de Merzouga, es el primer mar de dunas de arena que preludia ese gigantesco Sáhara que se expande luego por Argelia. Gigantescas montañas de arena en constante formación, que pueden medir hasta 150 metros en algunos puntos y que cambian de tonalidad a cada hora del día.




7. Las montañas del Atlas




Siempre que hablamos de Marruecos pensamos en palmeras, oasis y en kasbahs. Pero Marruecos es un país de contrastes en el que también hay montañas de más de 4.000 metros. La cordillera del Atlas, la cadena montañosa más alta del norte de África, es una barrera natural llena de lugares de interés para explorar. La ascensión al Toubkal (4.167 metros), la cima del norte de África, es toda una experiencia. Igual que la del M’Goun (4.071 metros), la cuarta cima de la cordillera, que es también otro destino clásico de las expediciones de trekking.




8. La cocina marroquí



Otro aliciente en cualquier viaje al país es su gastronomía. Aunque en un viaje turístico al uso los menús varían poco y te van a saturar con tanto tajín en su característico plato de barro cocido y esmaltado con tapa cónica o con el cuscús, la cocina marroquí es más variada que eso. Puedes experimentar desde la harira a la pastilla de pichón, pasando por mil maneras de cocinar las carnes. La repostería es también excelente.




9. Los hamam



Aunque siempre relacionamos el hamam o baño de vapor con Turquía (por algo se le llama baño turco), en Marruecos también es muy popular y en cada barrio hay uno, que en realidad era y sigue siendo el espacio de higiene público. En las ciudades más turísticas han proliferado los hamam con un toque más moderno, más relacionados con la estética y el bienestar corporal. Dejarse seducir por el placer de la cultura del agua y del cuidado del cuerpo arraigada desde siempre en la tradición marroquí es la mejor manera de acabar un agotador día explorando medinas, kasbahs y zocos medievales.
El fantasma del Blog
La revolución capitalista que África necesita


El continente más pobre del mundo debería adoptar su idea menos de moda



Infobae
10 Ene, 2025 06:02 a.m. EST




En los próximos años, África adquirirá una importancia sin precedentes. Se espera que en el próximo decenio su participación en la población mundial alcance el 21%, frente al 13% en 2000, el 9% en 1950 y el 11% en 1800. A medida que el resto del mundo envejezca, África se convertirá en una fuente crucial de mano de obra: más de la mitad de los jóvenes que se incorporen a la fuerza laboral mundial en 2030 serán africanos.




Se trata de una gran oportunidad para el continente más pobre, pero para que sus 54 países la aprovechen, tendrán que hacer algo excepcional: romper con su propio pasado y con la deprimente ortodoxia estatista que hoy domina a gran parte del mundo. Los dirigentes africanos tendrán que abrazar la empresa, el crecimiento y los mercados libres. Tendrán que desatar una revolución capitalista.




Si se sigue a África desde lejos, se conocen algunos de sus problemas, como la devastadora guerra civil en Sudán, y algunos de sus puntos brillantes, como el hambre mundial de afrobeats (las reproducciones en Spotify aumentaron un 34% en 2024). Menos fácil de distinguir es la impactante realidad económica documentada en nuestro informe especial de esta semana y que llamamos la “brecha africana”.




En la última década, mientras América, Europa y Asia se han visto transformadas por la tecnología y la política, África, en gran medida desapercibida, se ha quedado aún más rezagada. El ingreso per cápita ha caído de un tercio del del resto del mundo en 2000 a una cuarta parte. La producción per cápita puede no ser mayor en 2026 que en 2015. Dos gigantes, Nigeria y Sudáfrica, lo han hecho atrozmente. Solo unos pocos países, como Costa de Marfil y Ruanda, han ido a contracorriente.




Detrás de esas cifras se esconde un historial deprimente de estancamiento de la productividad. Los países africanos están experimentando disrupciones sin desarrollo. Los países africanos están atravesando una crisis social, pues la gente se está mudando del campo a la ciudad, pero sin que esto vaya acompañado de revoluciones agrícolas o industriales. Los servicios, donde cada vez más africanos encuentran trabajo, son menos productivos que en cualquier otra región, y apenas más productivos que en 2010. La mala infraestructura no ayuda. A pesar de todo lo que se habla de utilizar la tecnología digital y la energía limpia para avanzar, África carece del equipamiento del siglo XX necesario para prosperar en el siglo XXI. Es probable que su densidad de carreteras haya disminuido. Menos del 4% de las tierras agrícolas están irrigadas y casi la mitad de los africanos subsaharianos carecen de electricidad.




El problema también tiene otra dimensión, poco apreciada. África es un desierto corporativo. En los últimos 20 años, Brasil ha engendrado gigantes de la tecnología financiera y estrellas del comercio electrónico en Indonesia, mientras que India ha incubado uno de los ecosistemas corporativos más vibrantes del mundo. Pero África no. Tiene menos empresas con al menos 1.000 millones de dólares en ingresos que cualquier otra región y desde 2015, la cifra parece haber disminuido. El problema no es tanto el riesgo como los mercados fragmentados y complejos que crean las fronteras del continente. Para los inversores, las bolsas de valores balcanizadas de África son una cuestión de último momento. África representa el 3% del PIB mundial, pero atrae menos del 1% del capital privado.




¿Qué deben hacer los líderes de África? Un punto de partida es deshacerse de décadas de malas ideas, que van desde imitar lo peor del capitalismo de Estado chino, cuyas deficiencias están a la vista de todos, hasta el derrotismo sobre el futuro de la industria en la era de la automatización, pasando por copiar y pegar propuestas de los tecnócratas del Banco Mundial. Los consejos sinceros de los multimillonarios estadounidenses sobre micropolíticas, desde la instalación de mosquiteros hasta el diseño de paneles solares, son bienvenidos, pero no sustituyen la creación de las condiciones que permitirían a las empresas africanas prosperar y expandirse. Hay una peligrosa corriente de pensamiento sobre el desarrollo que sugiere que el crecimiento no puede aliviar la pobreza o que no importa en absoluto, siempre que se hagan esfuerzos para frenar las enfermedades, alimentar a los niños y mitigar los fenómenos meteorológicos extremos. De hecho, en casi todas las circunstancias, un crecimiento más rápido es la mejor manera de reducir la pobreza y garantizar que los países tengan los recursos para hacer frente al cambio climático.





Por lo tanto, los líderes africanos deben tomarse en serio el crecimiento. Deben adoptar el espíritu de modernización confiado que se vio en el este de Asia en el siglo XX y hoy en la India y en otros lugares. Algunos países africanos, como Botsuana, Etiopía y Mauricio, han llegado en diferentes momentos a lo que el académico Stefan Dercon llama “pactos de desarrollo”: un pacto tácito entre las élites según el cual la política consiste en aumentar el tamaño de la economía, no sólo en una lucha por repartirse qué. Se necesitan más de esos acuerdos entre las élites.




Al mismo tiempo, los gobiernos deberían crear un consenso político a favor del crecimiento. La buena noticia es que los electorados poderosos están muy interesados en el dinamismo económico. Una nueva generación de africanos, nacidos varias décadas después de la independencia, se preocupa mucho más por sus carreras que por el colonialismo.





Reducir la brecha africana exige nuevas actitudes sociales hacia las empresas, similares a las que desataron el crecimiento en China y la India. En lugar de fetichizar los empleos públicos o las pequeñas empresas, los africanos podrían contar con más magnates que asuman riesgos. Los países individuales necesitan mucha más infraestructura, desde puertos hasta energía, más competencia libre y escuelas mucho mejores.



Otra tarea esencial es integrar los mercados africanos para que las empresas puedan lograr mayores economías de escala y alcanzar un tamaño absoluto lo suficientemente grande como para atraer a los inversores globales. Eso significa avanzar en planes para crear zonas de libre comercio sin visado, integrar los mercados de capital, interconectar las redes de datos y, por fin, hacer realidad el sueño de una zona de libre comercio panafricana.




Libre para enriquecerse





Las consecuencias para África de seguir como hasta ahora serían nefastas. Si la brecha africana se hace más grande, los africanos constituirán casi todos los muy pobres del mundo, incluidos los más vulnerables al cambio climático. Eso sería un desastre moral. Además, a través de los flujos migratorios y la volatilidad política, amenazaría la estabilidad del resto del mundo.




Pero no hay razón para caer en la catástrofe o perder la esperanza. Si otros continentes pueden prosperar, África también puede. Es hora de que sus líderes descubran un sentido de ambición y optimismo. África no necesita ahorros. Necesita menos paternalismo, complacencia y corrupción... y más capitalismo.
El fantasma del Blog
Europa debe reaccionar



La ofensiva política de los magnates estadounidenses de la tecnología requiere una respuesta que saque a la UE de la dependencia







EL PAÍS
13 ENE 2025 - 05:00 CET



Europa se enfrenta a una ofensiva política encabezada por Elon Musk (el hombre más rico del mundo, propietario de la red social X) y a la que se ha sumado Mark Zuckerberg (presidente de Meta) con el apoyo implícito de Donald Trump. Aunque en diferente grado, ambos magnates utilizan sus plataformas para influir en la política europea, difundir desinformación y privilegiar la agenda de la extrema derecha. El tecnopopulismo hace negocio con la desestabilización política en la UE. En nombre de un rendimiento económico salvaje camuflado de ultraliberalismo pone en riesgo la democracia misma.




Mientras Elon Musk usa su plataforma para difamar al primer ministro británico, Keir Starmer, o para apoyar a la extrema derecha alemana (AfD), Zuckerberg critica las leyes europeas de regulación de contenido tachándolas de “censura”: la semana pasada anunció que reemplazará la verificación de lo publicado a través de sus empresas por un modelo de notas en el que los usuarios se encargarán de señalar la desinformación. El creador de Facebook ha expresado además que trabajará con la Administración de Trump para oponerse a lo que considera “censura institucionalizada” en Europa. Se invoca así la libertad de expresión para facilitar la circulación de contenidos cuya viralidad alimenta su negocio y que en algunos casos incluyen los discursos de odio y la pornografía.




Paradójicamente, más preocupada por la relación transatlántica que por las libertades de sus ciudadanos, Bruselas ha reaccionado de forma vacilante. Aunque la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo, António Costa, expresaron su incomodidad en un comunicado conjunto, su respuesta reflejaba más el temor a irritar a los multimillonarios estadounidenses que la determinación de afrontar su desafío. La relación con Trump es distinta por tratarse de un presidente electo, pero la Unión debe responder con firmeza tanto a Trump como a los magnates de la tecnología, que defienden sus intereses privados y a los que nadie ha votado. No basta con que algunos líderes, como Macron y Sánchez, reconozcan que la ofensiva de Musk es de carácter político porque interfiere en los procesos electorales. Urge una más firme reacción de la UE para salvaguardar su soberanía digital, casi tan importante como la territorial en el siglo XXI. Para ello tiene herramientas como la Ley de Servicios Digitales, que establece requisitos a las plataformas para frenar la desinformación y proteger a los ciudadanos de la Unión.




Pero los desafíos llegan también desde dentro. El potencial acuerdo entre Italia y SpaceX para que los satélites de Musk suministren un sistema de comunicaciones a las fuerzas armadas italianas podría interpretarse como un abandono de los esfuerzos por desarrollar una red europea de satélites seguros, como el proyecto IRIS. Aunque Giorgia Meloni lo haya presentado como una oportunidad señalando que “no hay alternativa”, sí la hay. Para ello Bruselas debe abandonar la pasividad y la dependencia, como señalaba el Informe Draghi sobre competitividad. Es hora de que la UE invierta con ambición. Debe combinar la determinación política y la acción, fomentar el crecimiento de empresas locales y priorizar el uso de tecnologías europeas. También aplicar medidas severas contra plataformas que violen las reglas comunitarias, como ha hecho Brasil con éxito en casos similares o como hizo la propia UE al abrir una investigación exhaustiva por las posibles injerencias de Tiktok en Rumania. Europa se juega su seguridad, su convivencia y su libertad.





El fantasma del Blog
12 horas de mentiras y secretos manipulados en defensa de un defraudador confeso




El jefe de gabinete apuntaló los bulos de la presidenta madrileña con más informaciones falsas que colocó en varios medios entre la tarde y la noche del pasado 13 de marzo





JOSÉ MANUEL ROMERO
Madrid - 13 ENE 2025 - 05:40 CET



El empresario Alberto González Amador, imputado por dos delitos fiscales castigados con penas de uno a cinco años de cárcel cada uno, admitió su supuesto fraude muchos meses después de cometerlo y cuando tenía dos inspecciones abiertas. González Amador, novio de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, consideró en febrero de 2023 ―y lo puso por escrito en sus alegaciones a la Agencia Tributaria― que sus engaños al presentar durante dos ejercicios seguidos facturas con gastos inexistentes por 1,7 millones de euros eran en realidad “errores sin intención dolosa” de cuya gravedad “no era consciente”.






Pero la presidenta de la Comunidad de Madrid y su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, niegan estos hechos desde que el 13 de marzo pasado decidieron salir ambos en defensa de González Amador difundiendo informaciones falsas cuando ya se conocía que la fiscalía había presentado la querella por dos delitos fiscales, una circunstancia que el novio de Ayuso intentó evitar sin éxito.




La asesora fiscal de González Amador le informó en febrero de 2023 que “ni se podía ni se debía hacer” una declaración complementaria para reparar el fraude porque podía ser malinterpretada y no serviría para evitar el juicio. Pese a ello, el novio de Ayuso intentó algo parecido cuando unos meses después pagó las cantidades que él consideraba defraudadas en su declaración del Impuesto de Sociedades de 2022, presentada en julio de 2023




Pero la Agencia Tributaria resolvió a comienzos de 2024 que esa maniobra de González Amador no era válida porque “la presentación de la declaración del Impuesto de Sociedades de 2022 en la que se intentaría revertir los gastos deducidos en 2020 y 2021 se había producido avanzado el curso de las actuaciones inspectoras”. El Código Penal deja muy claro que ningún contribuyente puede regularizar su situación cuando ya le están investigando.



González Amador supo a comienzos de 2024 que la Agencia Tributaria no aceptaba esa declaración en la que pagó 629.000 euros, declarando como ingresos extraordinarios 1,5 millones de euros que correspondían a dos de las 15 facturas falsas que presentó en 2020 y 2021 para deducirse gastos inexistentes. A partir de ahí, comenzó su arrepentimiento y confesión de culpa, hechos negados por Ayuso y Rodríguez.







2 de febrero de 2024. Abogado de González Amador a la fiscalía:

“Ciertamente se han cometido dos delitos”



Conocedor de que la “liquidación vinculada a delito” por sus declaraciones de 2020 y 2021 había sido tramitada para abrir una causa en el juzgado por dos delitos fiscales, el abogado de González Amador envió el 2 de febrero de 2024 un extenso correo a la Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid donde admitía el fraude ―”ciertamente se han cometido dos delitos contra la Hacienda pública”― y proponía un acuerdo de conformidad para evitar la cárcel a cambio de la confesión de culpa y el pago de una multa próxima a los 500.000 euros.








12 de febrero de 2023. El fiscal al abogado:

“Tomo noto de su voluntad de reconocer los hechos”



El fiscal Julián Salto comunicó el 12 de febrero de 2023 al abogado de González Amador que había sido el “fiscal designado para el asunto” y se daba por enterado de la decisión del novio de Ayuso: “Tomo nota de la voluntad de su cliente de reconocer los hechos”.







12 de febrero de 2023. El abogado, al fiscal:

“Las cuotas defraudadas en 2020 y 2021 se ingresaron en la liquidación de 2022″



Sólo ocho minutos después de recibir ese correo, el letrado de la pareja de Ayuso contestó al fiscal Salto informándole sobre un nuevo acontecimiento que podía alterar el desarrollo del caso: “La Agencia Tributaria acaba de iniciar un procedimiento inspector respecto al Impuesto de Sociedades de 2022, de Maswell [la empresa de González Amador], entiendo que para comprobar lo que hemos alegado en relación con que las cuotas defraudadas del Impuesto de Sociedades de 2020 y 2021 se ingresaron en la autoliquidación del impuesto de Sociedades de 2022 al anular (en el periodo de 2022) las facturas cuestionadas. Lógicamente, según vaya avanzando este procedimiento inspector le iremos informando a usted y al Abogado del Estado, así como de su resultado. En particular si la Agencia Tributaria considera acreditado este punto, que la cuota fue ingresada con el Impuesto de Sociedades de 2022″.




Este correo apuntala el reconocimiento de culpa de González Amador al señalar su abogado que intentaron regularizar “las cuotas defraudadas” en 2020 y 2021 mediante la liquidación del Impuesto de Sociedades de 2022. Ellos ya conocían por la propia Agencia Tributaria que esa maniobra iba a ser considerada irregular y le devolverían lo pagado de más.




Cuando el pasado 12 de marzo de 2024 el diario.es destapó el fraude fiscal del novio de la presidenta madrileña, Díaz Ayuso y su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez salieron en defensa del defraudador confeso difundiendo informaciones falsas, muchas de ellas basadas en el contenido de los correos electrónicos que se intercambiaron el abogado de González Amador y el fiscal Julián Salto.




Lo que sigue recoge las 12 horas del 13 de marzo que pasaron desde que Díaz Ayuso denunció en conferencia de prensa la “inspección salvaje” que sufrió su novio, hasta los últimos mensajes de medianoche que difundió su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, para contar a los periodistas que el acuerdo de conformidad que supuestamente proponía el fiscal al novio de Ayuso para admitir dos delitos se había retirado por “órdenes de arriba”.







Mañana del 13 de marzo. Díaz Ayuso:

“Es falso que deba 300.000 euros. Es Hacienda quien le debe casi 600.000 euros a mi novio”.



“Hasta donde sé”, declaró en la conferencia de prensa posterior a la celebración de un Consejo de Gobierno, “mi pareja está sufriendo una inspección fiscal salvaje que afecta a 2018, 2019, 2020 y 2021 y ahora pretenden que sea el 2022 para retrasar los casi 600.000 euros que Hacienda le debe (...) Es falso que sea él quien debe a Hacienda 300.000 euros por fraude y no sólo no le debe nada sino que es Hacienda quien le debe los casi 600.000 euros a pagar…por intereses”. Isabel Díaz Ayuso conocía el caso por su pareja. En ese momento, González Amador sabía que la Agencia Tributaria estaba resolviendo si aceptaba los más de 600.000 euros que había pagado en la declaración de 2022 para intentar reparar su fraude de 2020 y 2021 sin acudir a juicio. Y también sabía que en enero de 2024, la Agencia Tributaria ya había resuelto que ese pago no era correcto. La declaración de Ayuso era falsa, pero aportaba información existente en el expediente tributario y en el correo confidencial donde el abogado de González Amador informaba a la Fiscalía de Madrid que la Agencia Tributaria estudiaba si valía o no el pago de más de 600.000 euros para evitar el juicio. Hacienda acabó devolviendo 552.000 euros en abril de 2024 a González Amador.






Miguel Ángel Rodríguez. A partir de las 13.00 del 13 de marzo.

“No hay ninguna factura falsa, ninguna trama, ninguna empresa pantalla. No es verdad que Hacienda le pida eso. Ya lo pagó”.



El jefe de gabinete de la presidenta madrileña comenzó a explicar a los periodistas las palabras de Ayuso: “Pagó una multa de un primer expediente antes de que Hacienda lo elevara a la Fiscalía. Le abrieron otro pero no pudo pagarlo porque no le dejaron y por eso está en Fiscalía. Toda una trama corrupta de Hacienda y Fiscalía para llegar a este lío en el que no hay ninguna factura falsa, ninguna trama, ninguna empresa pantalla”. Rodríguez insistía en la tarde del 13 de marzo en la tesis de Ayuso cuando los medios le hacían más preguntas: “Hacienda le debe casi 600.000 euros porque él pago de más cuando abono la multa en julio de 2022. No es verdad que Hacienda le pida eso, ya lo pagó”. Sus respuestas incluían nuevas mentiras entre medias verdades. No fue en julio de 2022 cuando pagó sino en julio de 2023 y no se trató de ninguna multa sino que voluntariamente ingresó en Hacienda mucho más de lo que correspondía intentando evitar el juicio por fraude fiscal.






Miguel Ángel Rodríguez, a partir de las 18.00.

“Prestó servicios que Hacienda no admite para así elevar la cuantía”.



Rodríguez acusaba a esas horas a la Agencia Tributaria de “mal comportamiento” al no admitir unos servicios que prestó González Amador para así “elevar la cuantía del fraude”. El jefe de gabinete también recordaba que la Agencia Tributaria perdía “con jueces normales” un porcentaje muy grande de los juicios. En realidad, lo que hizo González Amador es presentar a Hacienda facturas por servicios de otras empresas por casi 1,7 millones de euros, un dinero que nunca pagó la pareja de Ayuso, según reconoció el mismo cuando los inspectores descubrieron el engaño.






Miguel Ángel Rodríguez, a partir de las 19.00.

“Al fiscal le prohibieron negociar con el. Todo turbio y feo”.



A medida que intentaba aclarar lo ocurrido, el jefe de gabinete de Ayuso denunciaba nuevos hechos para censurar el comportamiento de la fiscalía con González Amador. Rodríguez contó antes de las ocho de la tarde del 13 de marzo que “el fiscal [Salto, encargado del caso] le ofreció negociar [a González Amador]; después, al fiscal le prohibieron negociar con él”. Tan sólo hora y media después de facilitar esta información a periodistas, El Mundo publicó en su página web que la Fiscalía ofrecía “a la pareja de Ayuso un pacto para que admita dos delitos fiscales”. La información detallaba un correo electrónico del 12 de marzo del fiscal Salto al abogado de González Amador: “Le adjunto copia de la denuncia presentada el 5 de marzo de 2024 contra la sociedad Maxwell Cremona para facilitarle el derecho de defensa. Supongo que hasta dentro de dos meses no tendremos el juzgado encargado del asunto. Aunque se ha denunciado también a otras personas no será obstáculo para llegar a un acuerdo si usted y su cliente lo estiman posible”. El correo no dice nada de que el acuerdo consistía en que González Amador admitiera dos delitos, como informó El Mundo, quien también aseguraba que el novio de Ayuso puso a disposición de la Agencia Tributaria “400.000 euros para regularizar su situación y zanjar el procedimiento por la vía administrativa mediante una conformidad”. Ni las cantidades ni el mecanismo son ciertos. Rodríguez aseguró en el Supremo que había puesto en contacto al diario El Mundo con González Amador.






Miguel Ángel Rodríguez, a partir de las 22.00 del 13 de marzo.

“Retiran la propuesta de acuerdo por órdenes de arriba”.



Cuando El Mundo ha publicado la noticia falsa sobre una oferta de acuerdo de la fiscalía a González Amador a cambio de que admita dos delitos ―era al contrario―, el jefe de gabinete de Ayuso manda este mensaje a un grupo de periodistas: “Es la fiscalía la que ofrece el acuerdo, en principio. Después, recibe órdenes “de arriba” y retira la propuesta de acuerdo... todo sucio”. El fiscal Julián Salto declaró en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid que ningún superior le indicó nada, ni le ordenó nada ni le dio ninguna instrucción en relación con los acuerdos de conformidad con el novio de Ayuso. De hecho, la Fiscalía sigue dispuesta, y así se lo hizo saber en junio pasado al abogado de González Amador, a aceptar la propuesta de acuerdo del defraudador confeso para evitar que ingrese en prisión. El correo electrónico que el fiscal Salto envió al abogado Carlos Neira pertenece, según el Código Deontológico del Colegio de Abogados, a las comunicaciones incluidas dentro del capítulo del Secreto Profesional cuyo artículo 5.3 dice: “Cualquier tipo de comunicación entre profesionales de la Abogacía, recibida o remitida, está amparada por el secreto profesional, no pudiendo ser facilitada al cliente ni aportada a los Tribunales ni utilizada en cualquier otro ámbito, salvo autorización expresa del remitente o del destinatario”. El fiscal Salto no autorizó al abogado Neira a difundir su correo electrónico, pero Miguel Ángel Rodríguez envió su contenido a decenas de periodistas. La fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Almudena Lastra, lo denunció ante el juez: “No pierdo la esperanza de que el Colegio de Abogados sancione a quien vulneró el secreto de las comunicaciones”. Pero el Colegio de Abogados, que denunció al fiscal general por desmentir a través de una nota los bulos lanzados por el Gobierno madrileño, se niega a informar sobre si ha abierto expediente a su colegiado Carlos Neira: “Según normativa, no cabe dar información de materia reservada, como es la existencia o no de una información previa o de un expediente sancionador, en su caso”.






Miguel Ángel Rodríguez, pasadas las 23.00 del 13 de marzo.

“Las órdenes de arriba para retirar la oferta de acuerdo fueron de palabra”.



Cuando los periodistas pidieron al jefe de gabinete de Ayuso alguna prueba de sus acusaciones ―”por ordenes de arriba han retirado la oferta de acuerdo”―, Miguel Ángel Rodríguez contestó: “[Las órdenes de arriba se hicieron] De palabra”. Nueve meses después, preguntado por esta información ante el juez que investiga al fiscal general del Estado por una revelación de secretos, el jefe de gabinete confesó que se lo había inventado, no era información: “Ya peino canas y lo deduje”.







Fiscalía General del Estado. 21.30 a 24.00.

Desmontando un bulo con información del procedimiento.



El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, habló con la fiscal provincial y con la fiscal superior de Madrid en la noche del 13 de marzo para aclarar si era cierto lo que denunciaba el Gobierno de Ayuso a través de medios que mintieron al no contrastar su información. García Ortiz recabó la documentación necesaria y ordenó difundir una nota a la mañana siguiente con los principales hitos del proceso judicial. El Tribunal Supremo entiende ahora que el fiscal general pudo cometer un delito de revelación de secretos porque el correo clave del enredo se filtró supuestamente a varios medios sólo un poco después de que lo recibiera el fiscal general. Dos periodistas, uno de la Cadena SER y otro de el diario.es, autores de informaciones sobre el correo electrónico, detallaron el pasado jueves ante el juez Hurtado cómo accedieron a esa documentación mucho antes de que la pidiera y recibiera el fiscal general del Estado. El abogado de González Amador sugiere en un escrito que ambos profesionales mienten. Los representantes legales del novio de Ayuso han demandado a 15 personas, entre periodistas y políticos por calificar a González Amador como defraudador confeso.
El fantasma del Blog
El exdirector de la Agencia Tributaria denuncia que el "informe falso" para exculpar a David Sánchez apunta a Montero





Ignacio Ruiz-Jarabo cree que "evidentemente" ha sido objeto de un trato de favor y ve responsabilidad penal en la actuación de la Agencia Tributaria.





Libertad Digital
Sandra León
esRadio
12/1/2025 - 11:24



La surrealista declaración del hermano de Pedro Sánchez ante la juez Beatriz Biedma no hace sino apuntalar su imputación por tráfico de influencias, pero también el posible delito contra la Hacienda Pública, máxime después de que los tres autores del informe —inicialmente anónimo— en el que la Agencia Tributaria le exculpa hayan reconocido que "nunca" antes habían hecho un informe de estas características.



Tal y como ha explicado en La Trinchera de esRadio Ignacio Ruiz-Jarabo, exdirector de este organismo, se trata de un informe que, "con el Código Penal en la mano, se podría calificar de un informe falso", puesto que el documento se contradice a sí mismo y "la conclusión es contraria a la propia legislación que cita". Precisamente por eso, el experto, advierte del salto cualitativo que ha dado la investigación: "El caso de David Sánchez sigue siendo ‘caso David Sánchez’, pero, en mi opinión, ha pasado a ser ‘caso Agencia Tributaria’, porque es más que posible que dentro de la Agencia Tributaria haya responsabilidades de ámbito penal, y subrayo penal, por cómo se ha comportado en esta cuestión".



Preguntado directamente por quién tiene la capacidad de dar la orden para hacer un informe a medida, la respuesta de Ruiz-Jarabo no deja lugar a dudas. "Sin duda alguna, el equipo directivo más alto de la Agencia Tributaria: su directora General o su presidente, el secretario de Estado de Hacienda. Es decir, cargos políticos que despachan prácticamente a diario con la ministra", ha advertido.




La vista gorda de Hacienda





El cúmulo de irregularidades que rodean al caso del hermano del presidente del Gobierno es más que evidente, empezando por la oportuna vista gorda que el fisco ha hecho en todo este asunto y que no resiste comparación alguna. "Hasta que la jueza requirió un informe a la Agencia Tributaria, esta entidad no había hecho absolutamente nada en relación con la comprobación tributaria de David Sánchez, cuando precisamente los sucesivos planes de control que anualmente aprueba la Agencia Tributaria establecen como criterio prioritario la comprobación de los contribuyentes que fiscalmente pasan a residir en otros países -insiste Ruiz-Jarabo-. Es decir, que siendo esto un objetivo prioritario de la Agencia Tributaria, extraña que David Sánchez no hubiera sido objeto de ningún tipo de comprobación, requerimiento de información, etcétera".




Se da la circunstancia, además, de que, "curiosamente", como señala el experto, el abogado del hermano del presidente utiliza la ausencia de inspección alguna como prueba de que su cliente no ha incurrido en ninguna irregularidad, "cuando, lo que es, es una prueba de un trato de favor a un contribuyente".




Leyes y convenios pisoteados





En segundo lugar, el exdirector de la Agencia Tributaria hace hincapié en que el hecho de que se permita a David Sánchez tributar en Portugal y no en nuestro país no solo vulnera la propia legislación española, sino también la propia literalidad de los convenios internacionales. "La ley de IRPF español establece que cualquier contribuyente tiene su residencia fiscal en España con tal de que se cumpla uno de estos dos requisitos: o bien que resida vitalmente en España o bien que su centro de intereses económico sea España —subraya Ruiz-Jarabo—. Este segundo requisito lo cumple David Sánchez porque la práctica totalidad de sus ingresos se obtienen de la Diputación de Badajoz; es decir, con nuestra Ley, con el ordenamiento jurídico interno, David Sánchez es residente fiscal en España".




Durante el proceso, él ha aportado, no obstante, un certificado de residencia fiscal en Portugal, lo que lleva a un posible conflicto de doble imposición, que debe resolverse atendiendo al convenio internacional en esta materia firmado entre España y el país vecino. Según apunta el experto, dicho convenio establece que se la residencia fiscal deberá fijarse "donde exista la vivienda permanente y habitual del contribuyente", y aquí es donde vuelven a aflorar las irregularidades. "Resulta que David Sánchez no tiene vivienda habitual ni en España ni en Portugal, porque lo que él ha aportado es una factura de un hotel portugués, luego no tiene vivienda habitual. Por lo tanto, ese primer criterio para desempatar la doble imposición no se puede aplicar".



En segundo lugar, el convenio firmado entre ambos países establece que, de no poder desempatar la cuestión por esta vía, se fijará la residencia fiscal "donde resida el centro de intereses económico de ese contribuyente, y el centro de intereses económico de David Sánchez está España, puesto que sus intereses se obtienen de la Diputación Provincial de Badajoz", recuerda Ruiz-Jarabo. "En definitiva, que la aplicación primero de la ley española y, segundo, del convenio de doble imposición para resolver la posible doble tributación en ambos países, nos lleva a que David Sánchez debe tributar por el IRPF español -insiste el experto-. Esto es así de claro y, sin embargo, después de referirse a las dos legislaciones que he resaltado, el informe de la Agencia Tributaria concluye que David Sánchez no es residente fiscal en España".




De ahí que el exdirector de este organismo hable abiertamente de un informe falso: "Es un caso paradójico, porque, después de ir conduciendo la resolución del caso de acuerdo con las diferentes disposiciones aplicables, acaba con una conclusión absolutamente falsa, porque basta con una lectura los criterios señalados en el Convenio para poder afirmar que lo que han dicho los inspectores supuestamente actuarios en el caso es falsa".




Las contradicciones del polémico informe





Con todo, Ignacio Ruiz-Jarabo insiste en que, "evidentemente, David Sánchez ha sido objeto de un trato de favor", pero, además, pone sobre la mesa muchas más contradicciones que apuntarían en esa dirección. "En la página 1 del informe se dice que este informe ha sido elaborado exclusivamente, y subrayo lo de exclusivamente, con la información que obra en la base de datos de la Agencia Tributaria y la que nos ha aportado el juzgado. Y dice ‘exclusivamente’ con estas fuentes de información", explica.




Sin embargo, apenas seis páginas después, en la página 7 del informe, se dice que se ha tenido en cuenta la documentación aportada por David Sánchez: "Oiga, ambas cosas no pueden ser ciertas; o se ha hecho exclusivamente con la base de datos y con lo que ha enviado el juzgado, o se ha tenido en cuenta la documentación aportada por David Sánchez, que es lo que realmente ha ocurrido. Por tanto, el informe empieza en la página 1 diciendo una falsedad absoluta".



Los tres firmantes sujetos a cese





Por si fuera poco, inicialmente, el informe se presenta sin firma, anónimo, lo que, según Ruiz-Jarabo "es inaudito, inédito e irregular". Y lo explica: "Nunca, y subrayo nunca, la Agencia Tributaria envía un informe sin firma a un juzgado; entre otras cosas, porque normalmente esos informes acaban con una ratificación del mismo ante el juzgado y difícilmente el juzgado puede hacer ratificar al autor de un informe si lo desconoce".




Pero no menos sorprendente, denuncia, fue el giro de los acontecimientos cuando el juzgado exigió conocer quién lo había elaborado. "A todos los que conocemos cómo funciona la institución nos ha sorprendido que son tres altos cargos que tienen su puesto por libre designación y, por tanto, están sujetos al libre cese. Eso vuelve a ser inédito, inaudito, irregular —insiste el exdirector de la misma—. La Agencia Tributaria siempre encarga los informes que requiere un juzgado a un funcionario de cartera que llamamos nosotros, es decir, a los que trabajan diariamente con los contribuyentes investigándoles y comprobándoles, y no a tres directivos cuya labor es dirigir, gestionar, organizar y relacionarse con otras instituciones".





El hecho de que los firmantes sean cargos de libre designación no solo no es baladí, sino que es, probablemente, la clave del caso. "Están sujetos a ser cesados en cualquier momento, como le ocurrió a la delegada de Aragón por tramitar un informe en relación con las mascarillas que a la ministra de Hacienda no le gustó, y como le ocurrió al director General de Inspección de la Agencia por enviar ese informe al juzgado —recuerda Ruiz-Jarabo—. A la ministra de Hacienda no le gustó ni que se tramitara internamente el informe ni que se remitiera al juzgado, e inmediatamente cesó a las dos personas a las que me he referido. Claro, con esos antecedentes, los tres directivos de Extremadura han hecho el informe que han hecho".
El fantasma del Blog
Los jueces deben ser discretos y los periodistas, veraces



La excesiva locuacidad de jueces y magistrados es un problema, pero aún son más inquietantes las filtraciones que vienen de los juzgados



SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ
12 ENE 2025 - 05:30 CET



“El magistrado, en calidad de miembro de la institución judicial, velará por preservar la imagen de la Justicia mediante su conducta”. Lo dice el código de obligaciones de la magistratura francesa, pero en términos muy parecidos se recoge en casi todos los códigos deontológicos de jueces y magistrados en medio mundo democrático, incluido España. No se trata de que los jueces no puedan expresar sus opiniones, pero sí de que lo hagan con la contención mínima a que les obliga su trabajo profesional. En España, eso es un problema evidente: hay demasiados jueces muy locuaces que dicen y escriben con muy poca contención y prudencia. Hace bien poco, un magistrado del Supremo escribía que en España hay demasiados ejemplos del desdén de los políticos hacia el parecer científico o profesional, “como ocurrió con la prohibición legal de toda actuación médica en casos de homosexualidad”.





El Consejo General del Poder Judicial, con su recobrada legitimidad al ser renovados sus miembros por el Congreso de los Diputados, tras cinco años de bloqueo, intenta ahora poner un poco de orden, por lo menos abriendo expedientes a aquellos cuya facundia no ayuda a preservar la imagen de la Justicia, sino a ponerla en entredicho. Ha abierto expediente, por ejemplo, a un juez que menospreció a la exministra de Igualdad, Irene Montero, y a otro, por atacar en sus redes sociales al presidente del Gobierno. Bien está, aunque habrá que estar atentos a cómo se cierran esos expedientes y con qué argumentos. No se sabe que haya llamado la atención a ese magistrado al que le parece que debería haber actuaciones médicas en los casos de homosexualidad y que, para colmo, lo justifica como si eso fuera un criterio científico o profesional aceptado y no la mera charlatanería de determinadas sectas.




La excesiva locuacidad de jueces y magistrados es un problema casi endémico en la carrera judicial, aunque el verdadero mal endémico no es el excesivo desparpajo de algunos de ellos, sino algo más inquietante: las continuas filtraciones que se producen en los juzgados de lo Penal en España. La última muestra ha sido la filtración de la grabación de la declaración del exministro Ábalos en una sala del Tribunal Supremo. Inquietante porque, según la denuncia presentada, se produjo antes de que esa declaración llegara al ministerio fiscal y a las partes, luego no puede proceder más que de un lugar: el juez concreto que tomó la declaración y los funcionarios de la Administración de Justicia que trabajan con él.




El caso del Supremo llama la atención, precisamente porque se trata del más alto tribunal, al que se supone que llegan los profesionales más capacitados y con mayor experiencia, y los más preocupados por la imagen de la Justicia, pero las filtraciones son extremadamente frecuentes en juzgados de instrucción, audiencias provinciales o en la Audiencia Nacional. Los tribunales españoles son manifiestamente incapaces de guardar reserva de sus actuaciones, tal y como establece la ley, según la cual esas actuaciones no tendrán carácter público hasta que se abra el proceso oral. Si el juez cree que debe mantener una mayor transparencia por la relevancia social del caso que instruye o juzga, lo suyo no es que actúe mediante filtraciones, sino mediante comunicaciones públicas.





Es curioso que cada vez que el ámbito jurídico trata de este mal endémico, reconocido sin empacho por revistas profesionales y estudios académicos, se hable de la necesidad de atajar el problema impidiendo a los medios de comunicación que publiquen esas filtraciones mediante fuertes multas o sanciones. No se habla de pedir responsabilidades a los jueces y funcionarios de donde procedió esa información y que son quienes tenían la obligación de reservarla. A los periodistas solo se les puede exigir que la información que transmitan sea veraz y de interés público. Es decir, que no publiquen las filtraciones que les llegan por el mero hecho de ser una filtración, sino que examinen con atención su contenido y determinen su valor o interés informativo para una sociedad afectada por un delito grave. Esa es la obligación profesional del periodista y del medio que acoge su trabajo. Pero la de los jueces es otra bien distinta, y es a ellos a los que la ley exige discreción y reserva, incluso aunque las actuaciones no hayan sido declaradas expresamente “secretas”.



El magistrado del Tribunal Supremo en cuya sala se ha producido la filtración de la declaración de un testigo debería dar explicaciones públicas rápidamente y, en cualquier caso, el Consejo General del Poder Judicial debería pedírselas. Y quizás los magistrados del Supremo podrían empezar el año haciéndose el buen propósito de aplicarse con algo más de rigor la norma general de prudencia y contención, y de controlar un poco a aquellos de sus colegas que tanto parecen disfrutar vulnerándola a diestro y siniestro.





CITA
El hermano de Pedro Sánchez afronta su primera declaración imputado en la recta final de la instrucción


La tanda de comparecencias incluye al presidente de la Diputación de Badajoz y líder de los socialistas extremeños, Miguel Gallardo



ISABEL VEGA
Madrid
09/01/2025
Actualizado a las 09:13h.


David Sánchez Pérez-Castejón, hermano del presidente del Gobierno, declara por primera vez como imputado este jueves en el Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz, en un momento en el que la juez Beatriz Biedma ha terminado de recabar documentación y la ...








CITA
.......Con todo, Ignacio Ruiz-Jarabo insiste en que, "evidentemente, David Sánchez ha sido objeto de un trato de favor", pero, además, pone sobre la mesa muchas más contradicciones que apuntarían en esa dirección. "En la página 1 del informe se dice que este informe ha sido elaborado exclusivamente, y subrayo lo de exclusivamente, con la información que obra en la base de datos de la Agencia Tributaria y la que nos ha aportado el juzgado. Y dice ‘exclusivamente’ con estas fuentes de información", explica.




Sin embargo, apenas seis páginas después, en la página 7 del informe, se dice que se ha tenido en cuenta la documentación aportada por David Sánchez: "Oiga, ambas cosas no pueden ser ciertas; o se ha hecho exclusivamente con la base de datos y con lo que ha enviado el juzgado, o se ha tenido en cuenta la documentación aportada por David Sánchez, que es lo que realmente ha ocurrido. Por tanto, el informe empieza en la página 1 diciendo una falsedad absoluta".




Por si fuera poco, inicialmente, el informe se presenta sin firma, anónimo, lo que, según Ruiz-Jarabo "es inaudito, inédito e irregular". Y lo explica: "Nunca, y subrayo nunca, la Agencia Tributaria envía un informe sin firma a un juzgado; entre otras cosas, porque normalmente esos informes acaban con una ratificación del mismo ante el juzgado y difícilmente el juzgado puede hacer ratificar al autor de un informe si lo desconoce".



Pero no menos sorprendente, denuncia, fue el giro de los acontecimientos cuando el juzgado exigió conocer quién lo había elaborado. "A todos los que conocemos cómo funciona la institución nos ha sorprendido que son tres altos cargos que tienen su puesto por libre designación y, por tanto, están sujetos al libre cese. Eso vuelve a ser inédito, inaudito, irregular —insiste el exdirector de la misma—. La Agencia Tributaria siempre encarga los informes que requiere un juzgado a un funcionario de cartera que llamamos nosotros, es decir, a los que trabajan diariamente con los contribuyentes investigándoles y comprobándoles, y no a tres directivos cuya labor es dirigir, gestionar, organizar y relacionarse con otras instituciones"
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* Ignacio Ruiz-Jarabo tiene acceso al informe de la Agencia tributaria y le han pasado todo el expediente que esta en el Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz, lo que es grave.



* No lo tiene y solo maneja una copia o un borrador del informe, que claro, esta sin firmar y opina sobre una copia o un borrador y no sobre el informe final, lo que también es grave


* Esto es una chapuza monumental de la Agencia tributaria, y parece que todo apunta a esta ultima posibilidad, lo que seria gravísimo.
El fantasma del Blog
Los refugiados que huyeron de los yihadistas en Mozambique se enfrentan al regresar a sus tierras a los estragos del clima extremo





En 2024 volvieron a Cabo Delgado unos 16.000 civiles, pero la sequía de 2024 y el tifón Chido del pasado diciembre han arruinado sus cultivos y se han visto obligados a desplazarse de nuevo






PROGRESS MWAREYA
Pemba (Mozambique)
14 ENE 2025 - 05:30 CET




Rosa Souza, de 60 años, ha estado en constante movimiento durante los últimos cuatro años, huyendo de la insurgencia islamista que ha matado a miles de personas y desplazado a millones más en su tierra natal, Cabo Delgado, una provincia del norte de Mozambique. Sin embargo, desde 2022, cuando los soldados de las cercanas Sudáfrica, Ruanda y Botsuana ayudaron al Ejército mozambiqueño a derrotar a los insurrectos, decenas de miles de refugiados, entre ellos, Souza, pudieron regresar para rehacer sus vidas en esta provincia mozambiqueña rica en gas y situada junto al océano Índico. Pero lo que encontraron, no les permitió retomar su modo de vida anterior al conflicto





“O hay inundaciones extremas, o calor extremo, y no podemos cosechar nada en nuestras antiguas tierras”, se lamentaba a principios de diciembre Souza, mientras contemplaba sus marchitos cultivos de maíz por la falta de lluvias. Tan solo unos días después de que esta mujer relatara a este diario como la sequía había destruido su cosecha, golpeó el norte del país, incluida la provincia de Cabo Delgado, el ciclón Chido, que según Médicos Sin Fronteras provocó 120 muertos y afectó a 687.000 personas. Las fuertes tormentas confirmaron los presagios de Souza: los refugiados que regresan se ven doblemente castigados por la dureza del clima y el hambre.






O hay inundaciones extremas, o calor extremo, y no podemos cosechar nada en nuestras antiguas tierras


Rosa Souza, agricultora mozambiqueña






El conflicto de Cabo Delgado es una guerra en curso que estalló en el norte de Mozambique en 2017, en una provincia donde el descubrimiento de unos yacimientos de gas natural valorados en 60.000 millones de dólares (58.232 millones de euros) en 2006 atrajo a perforadores de empresas europeas y estadounidenses como la italiana Eni, la francesa Total, las estadounidenses ExxonMobil y Chevron y la británica BP. Los yihadistas locales autodenominados, Ansar al Sunna, establecieron vínculos con el movimiento yihadista Al Shabab y han liderado un levantamiento contra el Estado mozambiqueño, según la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional. Hasta la fecha, el conflicto ha causado 4.600 muertos, en su mayoría civiles, según Patrao Mussa, subdirector de estadísticas del Ministerio de Sanidad de Mozambique. Otros 600.000 civiles viven en campamentos de refugiados internos tras huir de la violencia, añade Mussa durante una entrevista con este diario. Además, aproximadamente 4,8 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, incluidos 3,4 millones de niños, según Unicef.




En el último año, los avances de las fuerzas multinacionales financiadas por la UE han acorralado a los yihadistas en los bosques, lo que ha permitido a miles de civiles como Souza regresar gradualmente a sus campos de maíz y frutales. Aunque la relativa normalidad puede volver a estallar en guerra abierta, solo en 2024 retornaron 16.000 civiles, señala Barnabas Gare, director adjunto de la Unidad de Protección Civil de Mozambique.




Sin embargo, Mozambique, que tiene la costa más larga de África, es el país africano que se enfrenta al mayor riesgo climático, según Guilhermina Amurane, directora de mitigación climática del Ministerio de Tierra y Medio Ambiente del país. Mientras que miles de personas han muerto en inundaciones costeras extremas en los últimos cuatro años, millones más sufren el peor calor que ha azotado Mozambique en los últimos dos años, explica Amurane, como consecuencia del fenómeno climático El Niño, que desencadenó una de las peores sequías en Mozambique y otros países como Malaui, Zimbabue y Zambia. “Presas, ganado, el cultivo básico de maíz, la vida salvaje... Nada se salvó del calor devastador”, añade Gare.




“Cuando llueve, las inundaciones extremas arrasan la cosecha de grano y el ganado. Cuando hay sequía, el calor también mata los cultivos y el ganado”, se lamenta el padre Ad Ribeiro, párroco católico de Pemba, la capital de la provincia.



Para Silas Anotida, de 50 años, que cultivaba un campo de arroz de una hectárea en el distrito de Macomia, su regreso en mayo tras años de huida ha supuesto una gran angustia. “Las presas de agua que alimentan nuestros arrozales casi se han secado, y plantar la cosecha es tirar el dinero”, dice refiriéndose a la sequía extrema que azotó en 2024 a Mozambique.





Desplazamientos y luchas tribales






“Volví y encontré mi campo de cebollas y tomates inutilizable debido a la ausencia de lluvias y a un tiempo muy seco”, confirma Souza. Ante la perspectiva de pasar hambre, ella y su familia se trasladaron en junio para cultivar las tierras relativamente húmedas de un agricultor ausente que había huido de la guerra, pero cuyas terrenos eran el único lugar situado cerca de un río del que todavía brotaba algo de agua. Pero Souza no pudo permanecer en ellas durante mucho tiempo porque su vecino regresó, empuñando una pistola y amenazándola con matarla a menos que ella abandonara su cultivo de tomates antes de la cosecha, narra.







Los nuevos conflictos locales por la tierra y las tierras fértiles se resuelven también a tiro

Ad Ribeiro, párroco católico de Pemba





Frustradas, miles de personas que huyeron de la violencia yihadista y que han retornado a sus hogares, se ven obligadas a abandonar de nuevo Cabo Delgado, “esta vez por el hambre causada por las catástrofes climáticas”, relata el padre Ribeiro. “Cuando se desplazan, acaparan las pocas tierras aprovechables, pero abandonadas cerca de los humedales o de los ríos que se secan. Los nuevos conflictos locales por la tierra y las tierras fértiles se resuelven también a tiros”, afirma.



El capitán Jani Siwela, subcomandante de la policía mozambiqueña en la provincia de Cabo Delgado, afirma que este año han realizado 77 detenciones durante los enfrentamientos entre refugiados por la apropiación de tierras. “Los agricultores hambrientos que regresan se disputan las pocas tierras fértiles que aún quedan cerca de los humedales. Los lugareños han esgrimido a veces pistolas pequeñas durante las peleas por las pequeñas parcelas de tierras fértiles”, explica.



Es un quebradero de cabeza que no deja dormir a Silas Anotida, agricultor y refugiado retornado. Su antigua parcela es una de las pocas situadas cerca de una corriente fluvial y un poderoso refugiado que regresó de los campamentos antes que él se apoderó de ella para su rebaño de cabras y ganado. “Es un jefe tribal local y me amenazó con acusarme de ser un simpatizante de los terroristas si me oponía a que se apoderara de mi pequeña tierra”, cuenta Anotida. Asustado, ha abandonado la esperanza de recuperar su parcela y se ha trasladado corriente arriba para hacerse con la tierra de otro refugiado ausente y cultivarla, para no morir de hambre.



Este reportaje ha sido elaborado con el apoyo de Unicef.



El fantasma del Blog
Música para ayudar a olvidar la guerra a los niños desplazados en República Democrática del Congo





45 menores en Bukavu y Goma participan en actividades musicales que les ayudan a sobrellevar el duelo por el conflicto que asola el país






PROSPER HERI NGORORA
Goma (República Democrática del Congo)
14 ENE 2025 - 05:30 CET




A Clémentine Bahati, de 16 años, la música le ayuda a no pensar todo el tiempo en las consecuencias de haber tenido que dejar su hogar en Rugari para trasladarse al campamento de Kanyaruchinya , ambos lugares en el norte de Goma, la capital de Kivu del Norte (República Democrática del Congo). Cuenta que, gracias a que puede cantar en las sesiones de terapia musical organizadas durante el evento Jua-Encuentro de músicas del mundo, celebrado el pasado mes de septiembre en Goma y Bukavu, se siente más aliviada.




Ella es uno de los 30 niños y adolescentes desplazados internos por la guerra que durante dos días pudieron asistir a distintas sesiones musicales en el emplazamiento de Bujari, en el campamento de desplazados de Kanyaruchinya. El proyecto también ha trabajado de forma paralela con 15 menores refugiados en Bukavu, capital de la provincia de Kivu del Sur. En estas actividades se utiliza el arte y, en particular las músicas del mundo, para ayudar a estos niños a hacer más llevaderos los traumas, trastornos emocionales y, sobre todo, el duelo por las diferentes pérdidas a las que se enfrentan debido al conflicto.




Jua-Encuentro de músicas del mundo, el evento en el que se enmarcan estas sesiones, incluyó exhibiciones, clases magistrales, conciertos de música en directo, charlas y otras actividades, todas ellas dedicadas a promover las músicas del mundo. El objetivo último de la iniciativa es animar a los artistas a utilizar su arte y sus creaciones musicales como herramientas de comunicación en la lucha contra el discurso del odio y para transmitir los valores de la paz, explica Osée Elektra, uno de los organizadores.




Según datos de Acnur, la agencia de la ONU para los Refugiados, más de 6,4 millones de personas en la República Democrática del Congo se han visto desplazadas internamente por la violencia armada desde noviembre de 2021, cuando estallaron los combates entre el Ejército congoleño y los rebeldes del M23. Como consecuencia de ello, la situación humanitaria en Goma es cada vez más grave, y miles de niños viven en la más absoluta desesperación en los campos de desplazados de los alrededores.




En estas actividades se utiliza el arte y, en particular las músicas del mundo, para ayudarles a hacer más llevaderos los traumas, trastornos emocionales y, sobre todo, el duelo por las diferentes pérdidas a las que se enfrentan debido al conflicto





Eric Rusangiza es otro de los jóvenes que participó en estas sesiones. Tiene 17 años y ha pasado dos años en los campamentos de desplazados de Kanyaruchinya. Se vio obligado a abandonar su ciudad, Kibumba, por la guerra entre el Ejército congoleño y los rebeldes del M23. Le preocupa la muerte y también cómo tuvo que huir de su casa, pero la música le ha ayudado a reducir su estrés. Cree que actividades como estas deberían replicarse en otros campos de desplazados de la zona.




Una de cada cinco personas que ha vivido bajo un conflicto bélico o violento en los últimos 10 años padece depresión, ansiedad, trastorno por estrés postraumático, trastorno bipolar o esquizofrenia, según el informe de 2022 de la Organización Mundial de la Salud.




Cizeri Esther es una artista musical y musicoterapeuta del programa Jua-Encuentro de músicas del mundo, y uno de los músicos locales que dirigen estas sesiones. En ellas, ha podido conocer las historias de estos niños, y darse cuenta de que los más pequeños son los que más ayuda necesitan. “Tienen traumas relacionados con la guerra, pero no saben cómo expresarlos”, explica.



El psicólogo Vincent Semu, afincado en Goma, coincide en que los niños que viven en un entorno de conflicto son vulnerables a la hora de desarrollar estrés postraumático. Está convencido de que la música puede ayudarles a lidiar con el trauma de la guerra. A través de ella, también les enseñan a perdonar y resistir, sostiene Esther. Esa es, precisamente, una de las enseñanzas que ha aprendido Clémentine Bahati. “Si alguien te ofende, tienes que aprender a perdonarle. Y si tú también has ofendido, debes ser perdonado”, afirma la adolescente.



David Kasi, uno de los organizadores de la iniciativa, tiene una visión a futuro sobre cómo el malestar psicológico de los menores repercute en su desarrollo como adultos. “Por eso, utilizar este tipo de herramientas es una forma de crear una sociedad futura más estable emocionalmente y abierta a los valores de la paz”, añade. La organización tiene previsto organizar sesiones de seguimiento para cerciorarse de cómo estas actividades han repercutido en el bienestar de estos niños y plantearse un seguimiento personal para casos concretos.
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