QUOTE(Ramón Núñez Diácono @ Mar 17 2005, 12:06 AM)
Aurora, me alegra que hayas comprobado que hay muchas personas a las que nos ha impresionado tu triste experiencia. Pienso que estuve con tu padre, sin conocerle, refugiado en el campamento y que, quizas, en algún momento, hablaríamos y comentariámos la situación. De modo que mira si nos ha interesado.
CONTINUACION V.- Seguíamos encerrados en el campamento, y se iba perdiendo la conciencia de las fechas. Era comentario general el rumor, al que se daba bastante fundamento, de que el Pizarro, anclado en el puerto viejo, apuntaba con sus cañones de popa al Palacio Presidencial en la Plaza de España. Las cosas iban a peor. Se confirmaban poco a poco las malas noticias sobre la situación de los líderes bubis y fernandinos.
Un día el Embajador de España, que venía diariamente al Campamento, comunicó a mi hermano que el Ministro del Interior Angel Masié quería verle en el Ministerio. Gabriel respondió que él saldría del Campamento en las mismas condiciones que lo hacía el Embajador: escoltado por cuatro guardias civiles.
Unos días después, rebajada algunos grados la tensión, salió mi hermano a atender la llamada del Ministro. Éste le transmitió el disgusto de Macías, que tanto le apreciaba como Director de Ebano, por el hecho de que se hubiera refugiado en la Guardia Civil, ya que ello suponía que había sentido desconfianza en la dirección política del Presidente. Mi hermano le confirmó que en efecto había tenido esa sensación y entonces el Ministro le comunico que en esas circunstancias lo mejor que podía hacer era irse de Guinea, con lo que así, de rebote y afortunadamente, pudo embarcar en el primer avión, que era lo que la mayoría de los que íbamos quedando por allí estaba deseando.
El día 20 de Marzo se celebra un Consejo de Ministros en el que se cesa a Atanasio Ndongo como Ministro de Asuntos Exteriores.
Esos días visitaban Guinea y a Macías enviados especiales del Presidente de la Organización para la Unidad Africana, del Secretario General de la ONU y del Emperador de Etiopía.
Sabíamos, gracias a las comunicaciones por radio, que los buques españoles se encontraban ya detrás del horizonte, pero, inexplicablemente para todos nosotros, no traspasaban esa línea, lo que nos hubiera proporcionado la seguridad que necesitábamos después de tanto tiempo. Seguían las negociaciones en el ámbito internacional.
Por fin se autoriza la llega a los puertos de los transportes Aragón y Castilla que van a efectuar la retirada de los Guardias Civiles y de los españoles que lo desearan, tanto del continente como de la isla. La evacuación en Bata se inició el día 23.
El Banco de Guinea Ecuatorial sería inaugurado el día 25 de Marzo, bajo la Presidencia de un personaje que aparecería y desaparecería en la historia más oscura del último cuarto de siglo de este país: Francisco Paesa, el espía, muerto y resucitado. Junto con Antonio García Trevijano, buen amigo de Macías desde la Conferencia de redacción de la Constitución Guineana, montarían también el negocio filatélico de los sellos de Guinea.
El tal Gracia Trevijano, que participó en la transición española en todo tipo de juntas, platajuntas y plataformas, tenía en su haber la clara contribución a la instauración de una de las dictaduras más sangrientas, la de Macías.
Esos días, recuperada una cierta normalidad en las calles fuimos abandonando el Campamento.
A partir de entonces los recuerdos se amontonan casi sin cronología. Recuerdo las calles bulliciosas después de tantos días de confinamiento. Todo el mundo se asomaba a la bahía para ver los barcos de transporte españoles.
Me dirigí a mi casa, donde a los cinco minutos tenía llamando a la puerta a un grupo de 10 0 12 jóvenes. Algunos días antes, a primeros de marzo, les había puesto un examen, que naturalmente tenía sin calificar. Abrí la puerta con todas las reservas del mundo y me encontré con que amablemente me pedían que les diera los exámenes corregidos para poder, en su día, continuar el curso a partir de ahí.. No es difícil suponer que accedí inmediatamente y que, naturalmente, todos fueron convenientemente aprobados.
A continuación fui a la Policía para solicitar el Visado. Al día siguiente, día 29 de Marzo, salía el que decían sería el último vuelo de Iberia.
El policía, que lo sabía todo, me dijo. “Como es Vd. profesor del Instituto y está contratado por el Ministerio de Educación, necesita la autorización de ese Ministerio para que se le dé el visado”
Me dirigí al Ministerio en donde el Director General me recibió, pidió una copia de mi contrato y me señaló la cláusula de rescisión por una de las partes, que exigía un preaviso de 15 días. Terminó la entrevista diciéndome “Sr. Núñez, a partir de hoy nos damos por preavisados de su deseo de romper el contrato”.
Solo me quedaba una salida. Me fui a la Embajada de España y me recibió en medio de la escalera uno de los diplomáticos, al que pedí que me gestionara el visado de salida. Yo pensaba que ese era un derecho que tenía como ciudadano español en un país extranjero. La respuesta es de las que hacen época: “Lo siento mucho, pero tendrás que gestionártelo tu mismo porque nosotros estamos recogiendo”. Así, con toda su jeta.. Esa era la validez que tenía, para algunos que habían hecho profesión de la buena vida en Guinea, un ciudadano y un pasaporte español. El tal funcionario era aragonés y no hace muchos años leí una entrevista que le hacían en un periódico de Zaragoza, en la que naturalmente aparecía como un diplomático de eficaz y brillante carrera
Entonces me encontré con mi tío Eugenio. Él pensaba quedarse a ver que pasaba, pues tenía allí sus negocios y no quería perderlos. Le expliqué las dificultades que estaba teniendo para obtener el visado. Me pidió el pasaporte, cruzó la calle hasta la Policía y volvió a los cinco minutos con un bonito visado de salida estampado en la hoja correspondiente. Nunca me dijo cuanto le costó.
Mi tío Eugenio fue poco tiempo después, cuando regresó, Presidente de la Asociación de Antiguos Residentes en Guinea Ecuatorial, llamada así porque el Gobierno español no consintió el nombre de Asociación de Repatriados de Guinea Ecuatorial. Nunca reconocieron el hecho de la repatriación. La Asociación intentó solucionar los problemas de mucha gente que se vino dejándolo todo allí.
Compré el billete de Iberia y me fui a hacer la maleta. Pasé mi última noche en Santa Isabel como en una nebulosa, cenando no sé cuantas langostas con no recuerdo qué comensales en el restaurante que llevaba Evaristo, que liquidaba sus existencias. Ahora le veo de vez en cuando, ya jubilado, por Zaragoza, donde trabajaba estos últimos años en el Hospital.
Al día siguiente la Asamblea Nacional nombró nuevo Secretario de Actas a Primo José Esono. Era el puesto político que había ocupado Armando Balboa hasta su muerte.
Como he comentado al principio de este relato, mi hermano Gabriel tenía grabados en cinta magnetofónica todos los discursos de Macías. El no la podía sacar, de hecho fue registrado especialmente, de modo que me la dejó cuando se despidió. Al día siguiente, camino del aeropuerto me puse el carrete de la cinta entre el estómago y el cinturón. Desgraciadamente esa cinta terminó en manos de Fraga Iribarne.
En uno de los controles militares que había en la carretera un soldado tenía metido el cargador del Cetme al revés, lo cual es materialmente imposible si no es a martillazos y tampoco.
Pasamos los controles policiales del aeropuerto sin problemas, aunque en el mostrador estaba el funcionario que me había puesto dificultades en la Jefatura. Y embarcamos. Una vez a bordo vi que estabamos muy pocos viajeros y que entre nosotros iban los empleados de Iberia del aeropuerto, lo que parecía confirmar que ése era el último vuelo previsto.
Entonces surgió una nueva dificultad. Apareció en el aeropuerto una ambulancia con un marino español que se había caído y herido de cierta gravedad en uno de los buques de transporte. Le acompañaba el nuevo Embajador Pan de Soraluce. Las negociaciones fueron largas pues los militares guineanos alegaban que el herido tenía la consideración de “soldado enemigo” y que no podían dejarle embarcar en el avión salvo si recibían órdenes superiores. Tengo una foto de esa escena tomada desde la ventanilla del avión.
Guardo en lo mas profundo de mi alma la inmensa luminosidad de aquel día. Los olores y los colores. La belleza de esa tierra maravillosa a la que no iba a volver.
Al final se solucionó favorablemente el asunto, subieron al marinero y el avión despegó.
Adiós, Guinea. Adiós.
Este es mi trocito de la historia de aquellos terribles días. Seguramente habré olvidado cosas, otras se me habrán cambiado de sitio en la memoria. Pero me alegro de habérselo podido contar, por fin, a personas que pueden entenderlo y que lo han compartido. A todos los que me han alentado y a los que han ido desgranando paralelamente también sus dramáticas experiencias, gracias por haberlo leído.
Desde ese día el MUERT RESUCITADO y el Hijo P.... de su Madre el "Innombrable", a los empresários como Mi padre Miguel Vives y José Ramirez Pueyo "Pepe" les hacían la vida imposible, a demas de los problemas que ya tubieron y tenían con "Macías", incluido la semana que este tubo a mi padre encarcelado em la Comisaría cercana al Cine Jardín, incluidos "Chapeos" en la Autopista del Aeropuerto, el Subnormal del Emabjador no HIZO nada, el único que hizo algo fué "Paco" Sanchez, el Medico, que fúe directamente a "Amenazar" a la mujer OFICIAL del Macias, diciendole "...que si en una hora no sacan a Miguel de la carcel, OLVIDATE de la que trae expresamente de España Miguel, para cuidar a tus HIJOS..." en media hora lo soltaron, y cada vez que yo y/o mi padre salíamos a andar por las calles, de día o de noche, ni nos tocaban, es mas una vez, en un paseo por Punta Fernanda, por la tarde, coincidió con la "salida y paseito de Macias a punta Fernanda" coincidimos nosotros yendonos y el llegando, se nos abalanzarón encima y antes de que llegaran a tocarnos, Macias salió del coche y chillando les dijo "...a MIGUEL ni tocarlo..." nos preguntó como estába y no deseó BUENAS TARDES. A los pocos meses a el cientifico Sr. COGOLLOR, encargado del Observatorio de MOCA, le encargó Macias que hiciera unos planos LUMINOSOS de Guinea Ecuatorial, con botoncitos con los nombres de las ciudades del Continente y Fernando Poo, Cogollor como sabía que yo había terminado la Oficialia Industrial Electricista, me encargó lo electrico, cundo lo terminamos, fuí con el a entregarselo, a mi no me dejaron entrar en el despacho, al rato salió MACIAS, diciendoles que por que no me dejaban entrar, si era yo el que le tenías que ENSEÑAR el funcionamiento, pues Cogollor no quiso enseñarselo, ya me ves yo a Macias con 15 años enseñandole a pulsar "Botones".
Una naecdota, que nunca ha salido, PERO SI OCURRIO, es que en un Vuelo de Iberia de Madrid a Santa Isabel con escala en Las Palmas, a la llegada a Santa Isabel nos enteramos mi Madre y Yo y el resto de pasajeros, que estábamos RETENIDOS hasta que no apareciera "EL COFRE CON EL DINERO" ¿?¿?¿ fué en la época del Comienzo del Banco Guineano, y/o sueldos de los Españoles en Guinea, según nos enteramos, que ese cofre se CARGO en Barajas, pero a Santa Isabel no llegó, como dije hicimos la escala de media hora en Las Palmas, las dudad siempre han sido, ¿Se cargó? ¿Que dinero llebaba, Español o Guineano? si fuera Español sería una Cantidad MUY GOLOSA en aquellos años. Y biendo que hiciese lo que se hiciese u ocurriera en Guinea "AQUI NO PASA NADA"