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Versión Completa: EL HOY Y EL AYER GUINEANO...y otros relatos
FORO DE CRÓNICAS DE LA GUINEA ECUATORIAL > FORO GENERAL > RELATOS DE VIAJEROS
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rosen
CITA(rosen @ May 3 2012, 11:05 PM) *
Les mandaban a la cárcel de allí? O trabajar? O hacer carreteras? unsure.gif

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Pascual


Gracias.
Moncho Núñez
Gracias Nacho por tus comentarios. Me gusta bucear en las aguas de Guinea para conocerla mejor buscando datos que entonces, allí, se me escapaban.

ALGUNOS DATOS SOBRE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA EN GUINEA
AÑOS 1958 Y 59.

La mayoría de las causas tramitadas son por alteración del orden público y los pequeños robos y estafas.
Hay apartados como “actos contra la Administración de Justicia, homicidios, infanticidios y abortos” que están en blanco por no haberse presentado delito alguno.
Río Muni parece más inocente que Fernando Poo ya que en el apartado Honestidad Pública (¿?) no registra ninguna sentencia, mientras que en la isla se registraron 101 demandas en 1958 y 94 en 1959. Imprudencias temerarias hubo en Fernando Poo 46 y 33 respectivamente y en Río Muni ninguna.
En cuanto a las famosas “Palabras” se invierten los términos, ya que fueron el año 1959 en Fernando Poo 363 y 2953 en Río Muni.
La estadística penitenciaria de 1959 arroja las siguientes cifras: Varones encarcelados 3009. Liberados 2701. Mujeres encarceladas 41 y liberadas 33.
Supongo que estos datos carcelarios se corresponden con las causas por alteraciones de orden público (¿?), pequeños robos y estafas.

Moncho Núñez
En el censo realizado en Fernando Poo en 1960 aparecen 93 pueblos, de entre los que destacan Cutari, del Distrito de Riabba-Moca, con 539 habitantes y Jefe Biabome, Mobbechué, del Distrito de Ureca, con 130 habitantes y Jefe Boho, Raacha, del Distrito de Batete, con 229 habitantes y Jefe Siobe, Olococo, del Distrito de Bococo, de 126 habitantes y Jefe Eboca, Relebo, del Distrito de Balachá-San Carlos, 377 habitantes y Jefe Sepa, Ricara, Distrito de Ombori, con 215 habitantes y Moeri, del Distrito de Boloco con 350 habitantes y Jefe Sicuto.
La una suma total es de 14.505 habitantes de la etnia bubi.
En Santa Isabel no había un nucleo concreto de bubis por lo que éstos llamaban a la población Ripotó, o "pueblo de extranjeros".
Creo que a algunos os sonarán muchos de estos pueblos de nombres verdaderamente musicales.
Solamente cuatro años después, en 1.904, llegó a Santa Isabel mi bisabuelo José de la Torre y Rey
.
Moncho Núñez
Supongo que esta información hará sonreir a muchas de nuestras compañeras de Crónicas.
El Colegio Santa Teresita de Santa Isabel fue inaugurado el día 19 de marzo de 1935,
La enseñanza que se impartía se definía como intuitiva, cíclica y concéntrica, con sistema simultáneo ¿?. Abrazaba todos los ramos, ocupando la religión el primer lugar, puesto que sin ella no puede haber verdadera felicidad. Las demás asignaturas eran: lectura, caligrafía, gramática, aritmética, geometría, geografía, higiene, música, dibujo, mecanografía, trabajo manual y economía doméstica.
Se exigía a todas las alumnas que llevasen un vestido modesto, las pequeñas hasta la rodilla, las mayores más largo y todas, por lo menos, media manga.
La entrada por la mañana era a las 8,30 salida a las 11,30, volviendo a entrar a las 2,30 y la salida a las 5.
La vigilancia que se ejercía era digna, discreta, previsora y exacta. Las alumnas nunca estaban solas. A todas horas eran vigiladas por una o varias profesoras, que no omitían esfuerzos para inculcarles buenos modales y cortesía.
Las tarifas mensuales eran las siguientes:
Alumnas europeas…5 ptas.
Alumnas indígenas internas…30 ptas.
Alumnas indígenas externas…2 ptas.
Clases de adorno:
Solfeo, tres lecciones semanales…5 ptas.
Piano…10 ptas.
Dibujo diario…5 ptas.
Mecanografía diaria…5 ptas.
Moncho Núñez
Cosas de Meigas de las que nadie hablaba, pero haber, había..
Allá por 1935 el Dr. Sievert y el Cabo Sr. López pudieron apreciar en Menang, donde fueron para dilucidar una denuncia de un empleado de Aggor, la existencia del Mbueti y demás brujerías afines.
Como consecuencia, muchos indígenas desfilaron por la cárcel vaciando sus sacos de huesos, pedazos de carne humana ahumados y cuernos rellenos de porquerías, cantando las ceremonias macabras con que realizan las muertes para sacar las medicinas y los festines generales en los que participan hasta los críos al comerse a los difuntos al sexto día de sepultados.
Los niños y jóvenes de Misobog, Bitika, etc, pusieron a los viejos en la precisión de ir entregando verdaderos montones de huesos y medicinas, amenazándoles con ir a por los soldados si no se desentendían de tales brujerías
.
fernando el africano
Querido Moncho :

Aunque no pongo comentarios sigo tu rescate de anécdotas de la historia de Guinea que mucho te agradecemos. La verdad es que con la excusa de las sectas existía un canibalismo en algunas tribus. Recuerdo un "guachinait" nigeriano que tenía la finca Mercedes que se afilaba los dientes con una lima. En una ocasión la "leyenda" cuenta de que dió aviso de las molestias que le ocasionaba un bracero algunas noches. El encargado en broma le sugirió que se lo comiera. Así que él una noche cuando el inoportuno vino a molestarle, le dió un golpe y lo metió dentro del fuego del secadero para hornearlo y luego se lo comió.

Al cabo de unos días de faltar al trabajo en la formación de la mañana, el encargado fué preguntando si alguien sabía de su paradero , cuando le preguntó al "guachinait" este le respondió: Siguiendo sus instrucciones me lo he comido.

Un abrazo

Fernando
Moncho Núñez
Querido Fernando, agradezco tus benévolos comentarios. Hace unas fechas nos recomendabas tú un libro sobre los alemanes del Camerún en la 1ª Guerra Mundial.
Pues bien, puede visitarse actualmente en Zaragoza una exposición en el Centro de Historias bajo el título “La pequeña Alemania de Zaragoza. La aventura de los germanos que llegaron del Camerún (1916-1956)”
Se ha editado también un libro sobre este asunto del que es autor Sergio del Molino, titulado “Soldados en el Jardín de la Paz”, de la Editorial Las Tres Sorores de Prames S.A.
El caso es que el día 4 de febrero de 1916, nada menos que 823 alemanes, civiles y militares, y 60.000 nativos, entre los que iba Atangana, monarca fang de Yaoundé, todos bajo el mando del Coronel Carl Zimmermann, entraron en la Guinea Continental española, huyendo de las tropas inglesas y francesas, por la frontera de Río Campo.
Tras múltiples y rápidas gestiones se les permitió marchar armados hasta la playa de Bata donde, con honores, entregaron las armas.
Más tarde 40.000 nativos civiles fueron devueltos al Camerún y el resto pasó a Fernando Poo, en varios viajes del vapor Antoñico, donde estuvieron hasta mayo.
Casi todos los alemanes se instalaron en Santa Isabel, que estaba a medio construir, otros alquilaron fincas o se acogieron a la hospitalidad de hacendados españoles.
Los cameruneses se instalaron en varios campamentos. Hubo graves problemas de abastecimiento y en algún momento, al principio, se llegó a pasar hambre. El Gobernador Barrera consiguió rápidos envíos de suministros desde la Península. Las raciones de comida se establecieron en 300 gr. diarios de arroz o plátanos, 200 de pescado, 20 de sal y 30 de aceite de palma.
Más adelante montaron una plantación para su subsistencia y así pasaron la guerra sin molestar ni ser molestados.
Los alemanes fueron informados que en la Península serían enviados a tres ciudades. 200 se quedaron en Santa Isabel en labores de vigilancia de los campamentos junto a la Guardia Civil o en los negocios instalados.
El 16 de abril embarcaron 627 personas en los vapores Cataluña e Isla de Panay.
Después de una travesía poco tranquila, por el estado de guerra en los mares, llegaron a Cádiz y en tren hicieron viajes hasta Alcalá de Henares, Pamplona y Zaragoza a donde llegaron 347 pasajeros. Aquí vivieron hasta la finalización de la guerra; algunos fundaron negocios como Restaurantes, Tintorería los Alemanes, Salchichas Kurtz, o el Colegio Alemán, de gran prestigio desde su fundación hasta hoy en día.
En el Cementerio de Torrero existe todavía un tranquilo rincón que constituye el Cementerio de los Alemanes
.
fernando el africano
Querido Moncho :

Quedo alucinado con tantos detalles sobre los alemanes y las tribus de Yaunde (fullah) que en un nomadismo forzado pasaron a la Guinea Continental, luego a Frnando Poo y posteriormente a España.
Tengo un libro sin editorial ni referencia, en que aparecen fotografías de los campamentos alemanes en Fernando Póo y los planos de las instalaciones que efectuaron en la Isla, hospitales, campamentos y factorías.

Estos días he conseguido un libro titulado La Última Selva de España , antropófagos, misioneros y guardias civiles de Gustau Nerin , editado por Los libros de la Catarata 2010 c/ Fuencarral 70 tel. 91 5320504 ISBN 978-84-8319-487-4 , en que relata pormenorizadamente esos movimientos y los esfuerzos del gobernador Barrera para paliar los problemas que ello representaba.

Aparte de eso el libro, como es habitual en ese escritor, pone a parir a la iglesia y a la guardia civil de Guinea, además habla mucho de los ascaris (tropas de infanteria marroquies) y no tengo constancia que por lo menos hubiera muchos e Guinea.

Un abrazo

Fernando

P.D. Gracias por tu colaboración. Espero veros en San Salvador.
rosen
CITA(fernando el africano @ Jun 20 2012, 09:05 AM) *
Querido Moncho :

Quedo alucinado con tantos detalles sobre los alemanes y las tribus de Yaunde (fullah) que en un nomadismo forzado pasaron a la Guinea Continental, luego a Frnando Poo y posteriormente a España.
Tengo un libro sin editorial ni referencia, en que aparecen fotografías de los campamentos alemanes en Fernando Póo y los planos de las instalaciones que efectuaron en la Isla, hospitales, campamentos y factorías.

Estos días he conseguido un libro titulado La Última Selva de España , antropófagos, misioneros y guardias civiles de Gustau Nerin , editado por Los libros de la Catarata 2010 c/ Fuencarral 70 tel. 91 5320504 ISBN 978-84-8319-487-4 , en que relata pormenorizadamente esos movimientos y los esfuerzos del gobernador Barrera para paliar los problemas que ello representaba.

Aparte de eso el libro, como es habitual en ese escritor, pone a parir a la iglesia y a la guardia civil de Guinea, además habla mucho de los ascaris (tropas de infanteria marroquies) y no tengo constancia que por lo menos hubiera muchos e Guinea.
Qué interesante todo. En Kogo había un alemán apellidado Jansen que algo se comentaba sobre que era uno de los acogidos. huh.gif
Un abrazo

Fernando

P.D. Gracias por tu colaboración. Espero veros en San Salvador.
rosen
CITA(fernando el africano @ Jun 20 2012, 09:05 AM) *
Querido Moncho :

Quedo alucinado con tantos detalles sobre los alemanes y las tribus de Yaunde (fullah) que en un nomadismo forzado pasaron a la Guinea Continental, luego a Frnando Poo y posteriormente a España.
Tengo un libro sin editorial ni referencia, en que aparecen fotografías de los campamentos alemanes en Fernando Póo y los planos de las instalaciones que efectuaron en la Isla, hospitales, campamentos y factorías.

Estos días he conseguido un libro titulado La Última Selva de España , antropófagos, misioneros y guardias civiles de Gustau Nerin , editado por Los libros de la Catarata 2010 c/ Fuencarral 70 tel. 91 5320504 ISBN 978-84-8319-487-4 , en que relata pormenorizadamente esos movimientos y los esfuerzos del gobernador Barrera para paliar los problemas que ello representaba.

Aparte de eso el libro, como es habitual en ese escritor, pone a parir a la iglesia y a la guardia civil de Guinea, además habla mucho de los ascaris (tropas de infanteria marroquies) y no tengo constancia que por lo menos hubiera muchos e Guinea.

Un abrazo

Fernando

P.D. Gracias por tu colaboración. Espero veros en San Salvador.


Qué interesante todo. En Kogo había un alemán apellidado Jansen del cual se comentaba que era un alemán refugiado o algo así. huh.gif
Moncho Núñez
En el número del 22 de agosto de 1937 de la Guinea Española, la revista de los misioneros, se insertó el siguiente pensamiento, en destacado recuadro:
En tiempos de la guerra europea, gente superficial, envenenada por la política, llegó a usar en la solapa un botón con esta leyenda: "No me hable usted de la guerra".
El deber de los buenos españoles es colocarse de espaldas a la murmuración, a las intrigas y a las camarillas y decir:
- No me hable usted de política.
La política distrae de la guerra, enerva el entusiasmo por la guerra. Lo que importa es ganar la guerra.
¡Viva la guerra!
¡Viva España
!
rosen
No me gusta mucho lo de "Viva la guerra" give_rose.gif nea.gif
Moncho Núñez
Ya ves Rosen, y eso en Guinea, tan lejos de los frentes.
El día 2 de marzo de 1904, zarpó de Santa Isabel para la Península el vaporcito “Fernando Poo”, para su renovación, después de dos lustros de servicio en la Colonia.
En los años 1889 y 1890 se atravesó en Guinea una época crítica en la que no había medio alguno de comunicación intraterritorial o insular.
Los misioneros en Annobón estuvieron abandonados a su suerte durante muchos meses, lo que hizo que el Superior de la Orden pidiera al Marqués de Comillas una solución al problema. El tal Marqués sabía que los Marqueses de Quintahermosa tenían en el puerto de Barcelona un vaporcito o yate del que se querían desprender.
Fue comprado el vaporcito por el de Comillas y destinado al servicio de la Colonia. (Es de ver como se solucionaban algunos problemas fuera de los cauces oficiales).
En 1892 se restablecieron las comunicaciones, gracias al vaporcito, que fue bautizado con el nombre de “Fernando Poo”, por medio de viajes regulares y frecuentes entre los distintos territorios e islas.
Durante la guerra hispano-yankee el “Fernando Poo” fue el encargado de velar y estar siempre a la mira de lo que pudiera ocurrir (¿Qué podría ocurrir?), y durante su primer viaje a la Península recibió a bordo al General Polavieja, cuando éste volvía de Filipinas cargado de laureles, (pero sin las Filipinas).
¿Alguien tiene alguna imagen del legendario vaporcito?
rosen
El marqués de Comillas era de Comillas(Cantabria). Mira tú, un cántabro ayudando a los habitantes de Guinea. No lo sabía yo. Ni mucha gente. wub.gif
Moncho Núñez
En octubre de 1935, se decía en La Guinea Española lo siguiente: Vale la pena y no es tiempo perdido el pasarse unas horas contemplando aquel palacio flotante, cuya ordenada combinación de dependencias, salones y habitaciones lujosamente amuebladas, son dignas de admiración; la comodidad, el gusto artístico de tipo colonial, la higiene, el detalle y un servicio exquisito, llaman poderosamente la atención del visitante: los elogios son unánimes, sintiéndose satisfecho nuestro público que ha visto cumplidos sus anhelos, que serán completos en un plazo próximo cuando, al reorganizarse los itinerarios, se acuerde en firme la rapidez del servicio, acortando los días de navegación.
Ofrece a los viajeros 60 camarotes de 1ª clase, 40 de 2ª clase y 30 de 3ª.
.La motonave, construida en Bilbao por la Constructora Naval, tiene 125 m de eslora, una marcha horaria de 17 millas y un tonelaje de 9.400 TM. Las cámaras frigoríficas son 4 de 110 m3 cada una. (En ellas nos llegaban los suministros mensuales que abastecían a las factorías, entre otros aquellos odiados huevos con “sabor a cámara” )
Por supuesto que todo esto se refería a la primera visita efectuada a la motonave “Dómine”, guiada por su Capitán D. Carlos Bruguera.
Me parece que la última vez que lo vi fue en el puerto de Palma el año 72
.
rosen
En el hotel Dómine de Bilbao hay una maqueta de este barco. clapping.gif
Moncho Núñez
En 1904, la cosa de la convivencia urbana entre animales y personas estaba de tal manera que se elevaron quejas a la autoridad por algunos vecinos de Santa Isabel y fue necesario emitir un bando contra el abandono en que ciertos propietarios tienen a su ganado caballar, vacuno, caprino y de cerda de lo cual resultan no pequeños daños y perjuicios a la población, por lo que el Gobernador General y Presidente del Consejo de vecinos dispuso que el ganado saliera a pastar debidamente custodiado y a la hora competente fuera cerrado en cuadras o cercados, multando a los contraventores con multas de 25 a 50 ptas. por cada animal que se hallara abandonado en la vía pública.
O sea que uno salía a pasear y se encontraba por las calles caballos, mulas y burros, vacas, cabras y cerdos, como en cualquier pueblo español de entonces. Menos mal que no eran leones, panteras y serpientes.
fernando el africano
Lo Curioso amigo Moncho que en esa época todavía no estaban desecados los numerosos pantanos de la ciudad y por lo tanto la mosca ste.ste estarían en plena expansión y en cambio había caballos y otros animales muy poco protegidos contra esa picadura.

En mi tiempo en los años 1942, el rey Hausa de la ciudad paseaba por la ciudad cun un caballo protegido con un mosquitero, pero ya en 1946 había renunciado a ese boato por no poder mantener el gasto de renovar los caballos.

Gracias por tus notcias.

fERNANDO
rosen
Menos mal que no multaban a las arañas peludas y niguas que si no.... no daban a basto a poner multas. yahoo.gif
Moncho Núñez
El día 16 de febrero de 1904 fondeó en la bahía de Santa Isabel el vapor-correo San Francisco que fue recibido, como siempre, con muestras de indecible alegría por peninsulares e indígenas. El entusiasmo creció cuando el vapor saludó a la Colonia con el estampido del cañón, cosa que no hacían, desde hace mucho tiempo, los barcos españoles y que, por lo mismo, parecía exclusivo de vapores ingleses y alemanes, hasta el punto de que, más de una vez, se oía de labios de morenos esta pregunta, cargada de inocencia o malicia: ¿No hay cañones en España?.
Resulta curiosa la costumbre de que los barcos "civiles" de varias nacionalidades llevaran un cañón y que lo dispararan al arribar a puerto.
Entre los pasajeros que llegaron a Guinea en ese viaje figuraban mi bisabuelo José de la Torre y Rey, su hijo Joaquín y su sobrino José Diácono Morales, que sería mi abuelo.
Moncho Núñez
[font="Comic Sans MS"]Yo no sabía que se había cultivado tabaco en la isla, pero en el año 1923 habían en Musola plantaciones de la Compañía de Tabacos de Fernando Póo.
Al parecer ya en 1904 el Ministerio de Estado había pedido a la Misión Católica un informe sobre la posibilidad de cultivar tabaco en la “feracísima” isla de Fernando Poo.
El informe fue favorable, poniendo como único obstáculo la alta humedad, por lo que se recomendaba establecer el cultivo en zonas de altura, hasta los 1000 pies. Se pedía que se facilitara la entrada del futuro tabaco guineano a la Península.
La compañía cultivaba principalmente las variedades de tabaco Habano y Mireland que presentaban un aspecto lozano, limpio y robusto. También se cultivaban, de forma experimental, variedades de tabaco Turco que despedían un exquisito aroma.
La Compañía tenía secaderos espaciosos y bien montados de los que colgaban hasta 100.000 hojas seleccionadas que posteriormente deberían pasar por el fermentadero, delicada operación que da el tono al tabaco y que debía decidir la estabilidad de la Empresa.
Supongo que algo debió de fallar, pues la Compañía de Tabacos no pervivió, que yo sepa.[/
font]
Moncho Núñez
BREVES NOTAS HISTÓRICAS GUINEANAS.

En 1974, el navegante portugués Fernando Poo, en la ruta de las exploraciones africanas, encuentra dentro de la bahía de la Biafra una isla sorprendente en su belleza y perspectiva, a la que bautizará como “Fermosa” por su hermosura y feracidad y cuyo nombre la historia cambiará por el de su descubridor.

El 1498, el día de año nuevo, Juan de Santarem y Pedro de Escobar descubren, más allá del ecuador una isla a que darán el nombre de Annobón, en conmemoración del día de su descubrimiento y pasará, junto a Fernando Poo, a integrar el distrito portugués del Golfo de Biafra.

En 1778 las Cortes de Madrid y Lisboa, que vienen sosteniendo desde hace tiempo un viejo pleito sobre límites coloniales, culminan el Tratado de El Pardo, confirmación del de San Ildefonso, que pondrá fin a la cuestión, cediendo Portugal a perpetuidad a España sus derechos sobre las islas de Fernando Poo y Annobón, más el derecho al libre comercio desde Cabo Formoso (Nigeria) hasta Cabo López (Gabón). Carlos III de España y Dña. María de Portugal sellaron con sus firmas el acuerdo entre los dos países. Este Tratado es el punto de partida histórico de los derechos españoles en esa parte de África, un siglo antes de que Inglaterra y Francia hicieran su aparición por esas latitudes.
fernando el africano
Querido Moncho:



Lo siguiente es avivando la memoria, por lo que la cifra y el año no es necesariamente exacto.

Creo que fué el año 1950 el Gobierno le cncedió a una emprsa filial de Tabacos de Filipinas llamada INASA, 10.000 hectáreas de terreno en la Isla para cultivar tabaco basicamente y con tal fin mandaron un técnico señor Labarta, que se domicilió en SICE, que pertenecía al mismo grupo y donde trabajaba mi padre.

Como era verano y ellos se encontraban que no dominaban el piching que hablaban los braceros, conductores y hasta algún bubi que le era más fácil que el español. Comentaron este hecho con mi padre y entonces, se ofreció para que su hijo fernando ,(yo) les ayudara y además como conocía algo la red de carreteras de la Isla les orientara.
Así que durante unos meses de julio a septiembre, los llevé a Biapa, Moeri, Concepción etc. En excursiones que salíamos a las 7 de la mañana y terminábamos a las siete de la tarde a veces. Plantaron semilleros en varios sitios para ver el más apto para el tabaco.

Resumiendo a mi no me pagaron, una vez adjudicada la tierra, creo que plantaron bananas y colorin colorado este "cuento" se ha acabado. Eso sí al cabo de un tiempo hasta llegué a fumar un puro hecho de las hojas de los viveros, y decían los entendidos que era muy bueno.

Moncho Núñez
Amigo Fernando, ¿Qué no habras hecho tú?
BREVES NOTAS HISTÓRICAS GUINEANAS.
En 1778, el Brigadier D. Felipe de Santo Toro, Conde de Argalejos, debía tomar posesión, en nombre de la Corona española, de las islas del Golfo de Guinea. La expedición fracasó por la acumulación de desdichas, fiebres, privaciones y hasta motines. La expedición Argalejos estaba integrada por las fragatas Santa Catalina y Soledad y el bergantín Santiago que llegaron a Fernando Poo, fondeando en la bahía de San Carlos, tomando posesión simbólica de una tierra extraña y hostil.
Después tomó la expedición rumbo a Annobón y en la travesía falleció el Conde de Argalejos, siendo sustituido por el Teniente Coronel Primo de Rivera, quién, sin llegar a tomar posesión de Annobón, tuvo que hacer frente a un motín iniciado y mantenido por sus propios hombres.

Dado el abandono por parte de España de sus posesiones en el Golfo de Biafra, en 1817, el Comodoro Sir Bullen , los Capitanes de Fragata Lawson y Robertson y el Capitán de la Marina Real Nelly trasladan desde Sierra Leona a Fernando Poo el Tribunal contra la trata y comercio de esclavos. El Capitám Fritz William Owen se encargará de hacer efectiva la ocupación de la isla y su britanización, que persistirá hasta 1882
.
Moncho Núñez
BREVES NOTAS HISTÓRICAS GUINEANAS
En 1832 el médico español Marcelino Andrés, después de visitar toda la costa africana desde Dahomey al Gabón, permaneció en Fernando Poo estudiando su flora y su fauna, en un territorio ausente de presencia española. La importancia de los datos obtenidos fue notable teniendo en cuenta la escasez de medios con que contó y el escaso tiempo invertido en la investigación y el estudio.

Entre 1936 y 1839 se realizó el primer estudio importante sobre la isla de Annobón que se debe al inquieto viajero y hombre de ciencia Moros Morellón que la describe en un interesante ensayo llamado “Memoria sobre la isla de Annobón”. Junto con Marcelino Andrés son dos adelantados de la hispanidad africana ecuatorial
.
rosen
CITA(Moncho Núñez @ Oct 9 2012, 11:46 AM) *
BREVES NOTAS HISTÓRICAS GUINEANAS
En 1832 el médico español Marcelino Andrés, después de visitar toda la costa africana desde Dahomey al Gabón, permaneció en Fernando Poo estudiando su flora y su fauna, en un territorio ausente de presencia española. La importancia de los datos obtenidos fue notable teniendo en cuenta la escasez de medios con que contó y el escaso tiempo invertido en la investigación y el estudio.

Entre 1936 y 1839 se realizó el primer estudio importante sobre la isla de Annobón que se debe al inquieto viajero y hombre de ciencia Moros Morellón que la describe en un interesante ensayo llamado “Memoria sobre la isla de Annobón”. Junto con Marcelino Andrés son dos adelantados de la hispanidad africana ecuatorial
.

Cómo se entenderían con los nativos?
Moncho Núñez
BREVES NOTAS HISTÓRICAS GUINEANAS.


En 1843 se presentó ante las Cortes un disparatado proyecto de venta de Fernando Poo a Inglaterra, que fue retirado inmediatamente ante un gran clamor de indignación popular.
Poco después se promovió la primera expedición seria para hacer valer los derechos de soberanía de España en Fernando Poo. El Capitán de Fragata y Comisario Regio, Juan José de Lerena, estuvo al frente de ella y tendrá éxito en su misión proclamando la soberanía de Isabel II, cambiando nombres ingleses por españoles y organizando la vida administrativa de la Capital. Lerena es un hombre de imperecedera memoria en la historia de aquellos años difíciles y esforzados. Demostró ser un buen marino, un magnífico organizador y excelente diplomático.
ndrés son dos adelantados de la hispanidad africana ecuatorial
Moncho Núñez
BREVES NOTAS HISTÓRICAS GUINEANAS.

En 1845, una vez frustrada la segunda expedición de Lerena por causas confusas no dilucidadas, se organiza otra bajo el mando militar del Capitán de Fragata don Nicolas de Manterota y la dirección política y administrativa del Cónsul español en Sierra Leona don Adolfo Guillemard de Aragón, que es autor de una amplia memoria sobre el estado de la isla y posibilidades para su colonización futura. El padre Usera, miembro de la expedición, escribió también un libro titulado Memoria de la isla de Fernando Poo en el que recopila valiosos datos sobre la vida, costumbres, religión y lenguaje del pueblo bubi
.

Moncho Núñez
BREVES NOTAS HISTÓRICAS GUINEANAS.

Dada la penuria de medios de la primera expedición Lerena y la falta de personas idóneas para el desempeño del Gobierno de Fernando Poo, entre1845 y 1858 el Comisario Regio se vio obligado a designar para ocupar el cargo, en nombre y representación de España, al comerciante inglés Mr. Beecroft, ocupando ese cargo a su muerte el caballero holandés Lyslangler. Ambos gobernadores ejercieron su mandato con leal y absoluta colaboración y a ellos le deben los primitivos pueblos guineanos incansables esfuerzos por elevarlos a un mayor grado de prosperidad
.
fernando el africano
Querido Moncho :
Aunque no lo comento, te leo ´casi todos los días y me haces recordar cosas olvidadas o acumulo otros nuevos recuerdos. El amigo Beecroft además tenía fama de ser explorador del Niger y gozaba de tener su propio barco el Etiopía a algo parecido. A su vez fué consul inglés de la zona de Oil Rivers ( Biafra).

Así que gracias buen amigo


Fernando
Moncho Núñez
Desde luego Fernando que aquellos hombres merecen nuestra mayor admiración. ¿Cómo se entendían preguntaba Rosen?. Cuanta soledad durante tanto tiempo estudiando vegetales, animales, costumbres de los nativos, tomando notas, bajo el calor, la lluvia, con la presencia constante del paludismo. ¿Qué comían?. Y los comerciantes con las costas vecinas ¿Qué traían y llevaban?. ¿Cómo cobraban y pagaban?. En nuestra época ese comercio se hacía en cayucos, los famoso cayucos de la bahía, pero no puede compararse con aquellas dificultades. Mi mayor respeto y admiración.

En 1859 llega a la isla el Capitán de Fragata D. Carlos Chacón y Michelena que abre una serie ininterrumpida de Gobernadores que van a regir en épocas de mayor o menor fortuna los destinos de la Guinea Española. El gobernador Chacón realizó el primer censo de población de Santa Isabel y notables mejoras de la vida administrativa de la ciudad. A finales de año se promulgó en Madrid el primer estatuto orgánico de la Colonia propiciado por el Ministro de Ultramar y Presidente del Consejo don Leopoldo O’Donell.
En 1865 fue designado, para Fernando Poo, Comisario Especial de Fomento don Julián Pellón y Rodríguez, quien efectuó una serie de viajes de información cuyo resultado fue un excelente plano de la isla; subió al pico de Santa Isabel y realizó varios estudios climatológicos. De todo ello dejó constancia en doce tomos manuscritos, desgraciadamente desaparecidos[/size
].
westy
Gracias apreciado Moncho por tu dedicación a estos interesantes Temas....que no dudes ...los lee bastante gente...
También quiero poner un "granito" de arena sobre la Historia de Guinea...en un tema que te gusta....Se trata de varios pasajes de la vida en aquellos tiempos del 1800 y pico...que trata de los aspectos comerciales...enseñanza ect, ect .Aquí destaco este último de la enseñanza (Quizás poco conocido), narrado por Mariano L. de Castro Antolin en su escrito sobre la revolución de 1868 y la Guinea Española...


La Revolución de 1868 y la Guinea Española

de Mariano L. de Castro Antolín






[font="Century Gothic"]
"[i]Desde el punto de vista, misional, la Revolución, al establecer la libertad de cultos, venía a romper el supuesto de la unidad católica. El artículo 32 del Decreto Orgánico permitía a los protestantes practicar el suyo sin limitación alguna. Esto suponía también que la asignación económica a la misión jesuítica establecida en 1858 se suprimió.

Ciertamente no se prohibía a los jesuitas misionar, pero las nuevas circunstancias hacían inviable la Misión, si bien se hicieron cargo de la parroquia de Santa Isabel hasta abril de 1872 (6).

Las posibilidades de actuación del párroco y el coadjutor fueron escasas, y no sólo por sus limitadas fuerzas, sino porque la población de Santa Isabel era esencialmente protestante (fernandinos) o mantenían creencias tradicionales (krumanes). Los pocos católicos, «congos» o inmigrantes de Sâo Tomé y Príncipe, constituían una minoría. Evidentemente, las posibilidades de misión entre los bubis quedaron paralizadas. En tales circunstancias no es de extrañar que en 1871 los superiores pidieran al Gobierno de Madrid que permitiera volver a los dos jesuitas que servían los puestos de párroco y coadjutor, y encargase la parroquia a sacerdotes seglares.

De todas formas, lo cierto era que la Misión jesuítica no había prosperado en los años precedentes: la intromisión de los gobernadores impidió la fundación de misiones en Annobón, la escasez de misioneros impidió la fundación en Cabo San Juan. La misión de Corisco, floreciente a principios de 1868, hubo de abandonarse meses después tras la muerte de los dos Hermanos y la enfermedad de los dos Padres que la atendían. La de Santa Isabel recibió un importante revés el 7 de marzo de 1868 al morir el superior, P. Irisarri, lo que afectó a la de Banapá, ya que el P. Campillo hubo de sucederle de forma interina en sus funciones de superior y abandonar Banapá, donde sólo permaneció el H. Araujo. Sólo la de Basupú del Oeste sufrió las restricciones impuestas por la Revolución. Pero no cabe engañarse, excepto en la misión de Corisco, en las otras misiones no se producía adelanto alguno, lo que explica el desaliento misional. El H. Araujo que misionaba en Banapá con el P. Campillo decía en una carta de agosto de 1867: «Por lo que toca a convertirse, si Dios les ilumina con su gracia, se obrará éste milagro; pero en lo natural no se ve esperanza. Aprenden la doctrina y oyen lo que se les dice y convienen; pero no se convencen, ni creen hayan andado errados en tantos siglos....Aquí en la población (Santa Isabel) es muy poco el adelanto con ésta mezcla de gentes, de sectas y costumbres....Aunque lentamente, se han bautizado, especialmente negras, para casarlas con católicos. Pero todo esto no corresponde a los sacrificios que hace la Provincia y lo mucho que sufrimos aquí todos. El R.P. Superior ha estado ya dos veces a la muerte, y yo ya cuatro, y una vez con la unción».

En suma, las disposiciones del Decreto Orgánico de 1868 no hacían más que facilitar la solución a una situación agónica.

Entre las actividades de los misioneros tenía gran importancia la enseñanza, que también se vio alterada por las disposiciones de López de Ayala. Desde 1858 la enseñanza había estado dirigida por los misioneros jesuitas, que desplazaron a los misioneros anabaptistas en Santa Isabel, lo que dio lugar a una ruptura con la población fernandina, anglófona y protestante. A la escuela jesuítica apenas concurrían alumnos, pues oscilaban entre 11 y 13, y a pesar de que los gobernadores presionaron para que los niños fernandinos acudieran a la escuela de la Misión con la condición de no hablarles de religión, sus padres razonaban que siendo de distinta religión los maestros, era normal que los alumnos siguieran el ejemplo de ellos, aunque no les enseñaran nada en materia religiosa, originándose un cisma en el seno de las familias de funestas consecuencias.

Ahora bien, ellos también estaban preocupados por la educación de sus hijos, y mostraron su disposición a sufragar, entre todos, los gastos que ocasionara la fundación y sostenimiento de una escuela regida por un maestro no perteneciente a la Iglesia, y si se les permitía, ellos mismos harían las diligencias para su contratación (7).

Tal propuesta no llegó a aceptarse, por más que el gobernador López de Ayllón, en una «Memoria» de 1864, la consideraba ajustada, razonable y conveniente. Más aun, el P. Irisarri había elaborado un plan misional –que incluía la actividad docente– que intentaba ampliar la actividad de los jesuitas.

En Banapá, establecida la escuela de primeras letras, acudieron a ella en los primeros momentos hasta treinta o cuarenta niños y algunos jóvenes y adultos. En Basupú en cambio, acudían a la escuela corto número de niños y a veces algún adulto. La situación en Corisco era distinta, pues la presencia de misioneros presbiterianos de Estados Unidos desde hacía años era acogida con agrado por los corisqueños, por lo que el cumplimiento de la unidad católica en la Isla podía dar lugar a una ruptura de los isleños con la Misión jesuítica. Así pues, ambas misiones mantendran sus respectivas escuelas, aunque lentamente la escuela de los jesuitas va adquiriendo mayor prestigio y número de alumnos, aunque con una notable excepción: la enseñanza de las niñas, que estaba totalmente entregada a los presbiterianos, por lo que los jesuitas buscan compensar ésta carencia, que también se manifiesta en otros lugares, sobre todo en Santa Isabel.

La ausencia de enseñanza femenina por carecer de persona adecuada para ejercerla, daba lugar a que las familias fernandinas más acomodadas enviasen sus hijas a educarse en otros lugares del continente, fundamentalmente a Sierra Leona. Para compensar tal carencia los jesuitas habían pensado en instruir y habilitar a algunas mujeres catecúmenas, pero la solución no era fácil de llevar a la práctica. Sin embargo, el problema entró en vías de solución en marzo de 1868 con la llegada a la ciudad de una mulata de la isla de Príncipe, católica y de esmerada educación, capaz de encargarse de la escuela de niñas. El día 5 de mayo de 1868 abrió la escuela femenina dirigida por Leonor Xavier Vellozo. La escuela fue acogida con satisfacción por la población, y a los cuatro días de su apertura ya acudían a ella más de catorce alumnas.

Con todo, la maestra no mostró gran interés, por lo que a fines de agosto el Gobernador hubo de despedirla. Con la Revolución de Septiembre se abrieron nuevas perspectivas. El Decreto Orgánico preveía la existencia de una escuela oficial servida por dos profesores y una profesora de Instrucción Primaria (Art. 7), y aunque la libertad de enseñanza permitía la existencia de escuelas misionales, ya hemos visto que las dificultades de los jesuitas y la carencia de apoyo económico determinaron que abandonaran la enseñanza en la Colonia en 1871. Diferente será el caso de los metodistas, y a primeros de abril de 1869 el cónsul inglés y un clérigo de la misión protestante de Victoria solicitaron al Gobernador que les permitiera ejercer libremente su religión en la ciudad.

Ante las dudas del Gobernador, el Ministerio evacuó el 15 de junio del mismo año una respuesta taxativa, ordenando que no se pusiera obstáculo alguno a las pretensiones basadas en el artículo 32 del Decreto

Establecida la libertad de culto, de misión, catequesis y enseñanza, no había impedimento alguno para que en septiembre de 1870 los metodistas abrieran una escuela para niños y otra para niñas que fueron desde el principio muy concurridas. Tal acontecimiento no agradó al gobernador Canga Argüelles, pues opinaba que siendo en la ciudad todo inglés, si se permitía el ejercicio de la enseñanza primaria a los extranjeros, los intentos por españolizar las posesiones estaban condenados al fracaso. Para frenar la importancia de tal escuela procura que se inaugure el 16 de octubre de 1870 la escuela pública y gratuita con gran solemnidad, acudiendo además del personal oficial, los niños educados por los jesuitas y la mayor parte de los vecinos del barrio «Congo». Un dato notable: no acudió ningún fernandino, lo que indicaba para el Gobernador la indiferencia que en la ciudad había hacia lo español, y presagiaba escasos frutos en la escuela oficial.

Si los maestros nombrados ya habían llegado a Santa Isabel, no ocurrió así con la maestra, por lo que el 22 de enero de 1871 se abrió una escuela provisional de niñas, regentada por una mujer de la ciudad encargada de instruir a las alumnas en las labores de su sexo, si bien carecía de quien las enseñara lectura y escritura, pues ésta función que en principio había sido desempeñada por un niño adelantado de la misión católica, no pudo continuar desde que los jesuitas cerraron su escuela, donde se albergaba, instruía y sustentaba.

La enseñanza oficial supuso el resurgir de nuevas dificultades, pues las enfermedades, o el temor a ellas, hizo que la discontinuidad y la provisionalidad fueran una constante tanto en la escuela masculina como en la femenina. El Gobernador consideraba que el sistema empleado era insatisfactorio para cubrir las necesidades de la Colonia y oneroso para el Estado, que no dejaba de satisfacer los sueldos que devengaban los maestros durante su licencia por enfermedad. Propone confiar la educación a corporaciones, con las que la continuidad estaba asegurada, al no confiar la enseñanza a individuos concretos. La variación de sus miembros no suponía el cambio del método reglado y fijo de enseñanza, y suponía menos gastos. Proponía, por ello, que se encargasen de la enseñanza femenina las Hermanas de la Caridad. Pero si la enseñanza había de ser secularizada, el Gobierno de la Colonia debía tener potestad para nombrar maestros a quienes considerase idóneos, aunque careciesen de título competente, lo que supondría un ahorro en los gastos de viaje y en caso de enfermedad, al considerarse plazas eventuales. "
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Abrazos a todos
fernando el africano
Querido Westy :

Muy interesante, siempre los metodistas han tenido influencia en el país con los fernandinos, tanto es así que en su testamento Maximiliano Jones gran amigo de los claretianos, reconoce que sigue teniendo nacionalidad inglesa y religión metodista.

Un abrazo

Fernando
Moncho Núñez
Querido Westy, muy interesante tu aportación sobre la enseñanza en Guinea, que, como bien dices, me interesa mucho pues una bisabuela mía, Antonia Diácono, fue maestra en Guinea a principios de los años 1900. A diferencia de lo que nos cuentas de la maestra de niñas Leonor Xavier Velloso, que no tenía el más mínimo interés por la enseñanza y tuvo que ser despedida, mi bisabuela Antonia en febrero de 1905 manifiesta que empieza a estar satisfecha de la asistencia de niñas a la escuela ya que tenía en aquellos días 14 alumnas. En mi Album de Fotos aquí, en Crónicas, tengo puestas un par de fotos de ella y sus alumnos. Voy a intentar traerlas a “últimos comentarios”.
Otra profesora que dejó allí muy buen recuerdo fue García Lizaso, que dio nombre a un grupo escolar de Santa Isabel.
Otro personaje famoso que figura en la lista de maestros en Guinea es el explorador D. Manuel Iradier, que agotados sus recursos económicos y teniendo que mantener a su mujer y a su joven cuñada, tuvo que dar clases durante su estancia en Fernando Poo para ganar algo de dinero, antes de regresar a Vitoria.
En las largas y meritorias exploraciones de Don Manuel de Iradier y Bulfy entre 1875 y 1877 por las tierras de Guinea , naturalmente está presente Fernando Poo, y aunque el gran explorador tuvo principalmente a Elobey Chico como base de operaciones a lo largo de una extensa zona continental. Cuando llega a Santa Isabel a reponerse de las enfermedades adquiridas por tanta dura brega, su vivo e inquieto espíritu no le permite quedar inactivo, realizando excursiones a Concepción, Basilé, las costas del oeste, los islotes Horacios, el curso del río Cónsul, y otros lugares. Perseguido después por la tristeza y melancolía del recuerdo de su hija, muerta y enterrada al pie de un gigantesco árbol, continúa su afán andariego escalando el pico de Santa Isabel, recorriendo sus cráteres y efectuando mediciones
.
bami
Muy interesante Moncho. Ya sabrás que Kogo se llamó Puerto Iradier desde los años 50 en honor a él que recorrió los rios del Muni y toda esa zona.
Moncho Núñez
Bami, Kogo o Puerto Iradier, cuando lo conocí en 2008 me pareció uno de los más maravillosos paisajes que haya visto nunca. Cono verás sigue por aquí D. Manuel.
En 1883 llegan a Guinea los Misioneros del Corazón de María y un año después regresa a Fernando Poo D. Manuel Iradier repuesto de su maltrecha salud y con ánimo incansable de recorrer en compañía de Dr. Osorio la amplia zona del Muni.
Entre 1885 y 86 aparece la recia personalidad del Gobernador General D. José Montes de Oca y Aceñero que durante cuatro etapas diferentes desempeñó cumplidamente el cargo. Fueron fundamentales sus viajes por el Muni.
En 1886 el buque alemán Cíclope llegó a la isla de Annobón con intención de ocuparla. El misionero español padre Juanola, único habitante blanco en ella, enarbolando una bandera española, les hace abandonar su intento.
En 1901 llegó a Fernando Poo la Comisión de Límites que, en cumplimiento del malaventurado Tratado de París, venía a dar cima a la penosa misión de la aceptación resignada de la voluntad del más fuerte de fijar unas nuevas fronteras en el continente, en contra de todo derecho histórico adquirido
..
Moncho Núñez
En 1906 don Ángel Barrera Luyando hace su aparición en el Gobierno General de los Territorios Españoles del Golfo de Guinea y durará su mandato hasta 1924, siendo el Gobernador que más tiempo y con más tesonera y férrea voluntad constructiva ha regido Guinea. Hombre minucioso y detallista, pero de firme carácter y noble entereza, es, sin duda alguna, el forjador de lo que fue la posterior Guinea. Se esforzó por la legalización y regularización del trabajo de los braceros, con tratados internacionales. Su extraordinaria actuación, con hábil y singular tacto, a lo largo de la difícil época de la Primera Guerra Mundial, le valieron el respeto y la admiración de los beligerantes, cuyos campos de batalla estaban muy cercanos a los territorios bajo su mando. Acogió a los refugiados alemanes del Camerún. Todos recordamos su estatua en el centro de la Plaza de España.

En 1915 se inaugura el Palacio del Gobierno General y un año más tarde la Catedral de Santa Isabel.

En 1927 llegó a Fernando Poo la escuadrilla atlántica de hidroaviones al mando del comandante Llorente, que había despegado de Valencia y realizado un notable y feliz vuelo. Realizo, durante su estancia en Guinea notables trabajos aerofotográficos
.
Moncho Núñez
Nuestra amiga Francis Gracián (q.e.p.d.), además de sus magníficos poemas, escribía tambien algún relato, como este que me envió para que lo pusiera en Crónicas.

Una lata de cerveza holandesa
Reflexión

Si en aquellos años cuarenta del siglo XX se hubieran tenido la conciencia y el concepto de reciclaje, no cabe duda de que algunos objetos nos contarían cosas interesantes. Pero en aquellos tiempos ya lejanos, y que ahora se pierden tras un velo teñido de nostalgia, el uso variado y continuado de algunos enseres era tan natural, que apenas se paraba nadie a considerar la fuente de historias que podrían llegar a ser.

* * *

Apareció un día en la casa, junto con la compra enviada de la factoría, sección “comestibles”. Un pequeño envoltorio de papel de estraza marrón bien cerrado y con un rótulo: ”Para el sr. X, un obsequio, recién venida de Holanda”.
La madre contrastó en su lista de pedido todos los paquetes, según iba poniéndolos sobre la mesa de la cocina. Y al ver aquel tan cerrado, con su letrero sobre los pliegues del papel, no se atrevió a abrirlo, y lo dejó a un lado.
Los niños, que miraban toda la operación con ojos atentos, se acercaron a palpar el paquetito misterioso, y su madre les advirtió de que si lo manchaban, el padre se enfadaría, con lo cual los tres retiraron enseguida sus manitas del papel y se limitaron a mirarlo.
El niño salió a la galería y siguió poniendo en orden las piezas de su rompecabezas; pero las dos niñas se quedaron a ver cómo el boy guardaba las cosas entre la alacena y la fresquera.

Vivían en las afueras de una pequeña ciudad del continente africano, cerca de Camerún, pues el padre era cazador y dirigía también una empresa de safaris, por lo que se ausentaba regularmente.
A la madre, que había tardado en tomarle gusto a la vida en la pequeña villa africana que era apenas un pueblito, le pesaban mucho las ausencias del marido. Pero los niños veían estos viajes de otra manera: cuando su padre volvía, siempre traía historias nuevas junto con los pequeños regalos que sacaba de sus bolsillos: un colmillo de algún animal pequeño, una punta de flecha, plumas de pájaros extraños…
El resto del tiempo, los niños pasaban sus días en una rutina cómoda: estudiaban por la mañana en la pequeña escuelita de la Misión, donde casi todos sus compañeros eran negros o mulatos, y las tardes eran para el descanso y el paseo.
Ahora, deseaban la vuelta de su padre para poder ver el misterioso regalo contenido en el papel marrón, que la madre había colocado encima del aparador del comedor.

El día en que el padre volvió, nadie se acordaba ya del objeto envuelto que estaba cerca de los saleros, porque habían transcurrido dos meses y el paquete marrón formaba ya parte del paisaje cotidiano. El padre venía preocupado, además, pues le había ido mal en la última expedición, le habían cancelado la próxima, y no tenía, de momento, nada más a la vista. En esta ocasión no habló de obsequios a los niños, y éstos no se atrevieron a mencionarlos.

Hasta varios días después, el padre no reparó en el rótulo del paquetito que estaba ya cercado por un sinfín de útiles para el servicio de la comida, como servilleteros, vinagreras, jarras, etc., y al preguntar a la madre, ésta le dijo que era para él, del dueño de la factoría.
Lo abrieron antes de la comida, mientras los niños observaban con la boca abierta, y apareció una lata roja, alta, con el cuello en forma de cono y letras en otro idioma (holandés). Abajo, en castellano, ponía: “Cerveza negra. Holanda.”
Abierta la lata, el padre dejó que todos la probaran, y luego él se la bebió. Pareció gustarle mucho.
A partir de entonces, las latas de cerveza holandesa se hicieron habituales (demasiado) en la casa.

Ese primer envase lo usó la madre para poner unas flores; otro día, lo utilizó para regar una maceta de albahaca; más adelante, puso dentro unas monedas; y el niño se lo pidió una tarde para poner sus lápices. Cuando el niño se cansó, se lo dio a la niña pequeña, y ésta lo usaba para soplar y hacer música; después de unos días, lo guardó.

A pesar de que llegaban más latas a la casa, la niña pequeña seguía guardando la que vino primero en su papel de estraza, y al fin, todos menos ella, olvidaron que ocupaba un rinconcito oscuro de la estantería del dormitorio de las niñas.
Esta pequeña, la tercera de los hijos, era algo singular: para empezar, tenía una expresión madura y tranquila que no concordaba con su edad; hablaba menos que sus hermanos, aunque éstos eran tan charlatanes que era casi un alivio; sin embargo le gustaba jugar con sus muñecas, de las cuales tenía una colección variopinta: las suyas y las desechadas por su hermana, que casi siempre le llegaban estropeadas, y ella, pacientemente las lavaba, peinaba y vestía.

En una ocasión, el niño, aprovechando un descuido, le escondió un muñeco que acababa de regalarle su madrina y, con infantil perversión, negó saber algo del asunto. Todos buscaron en vano: el muñeco no aparecía, y a la madre le costaba hacer que la niña dejara de llorar, y comiera o se durmiera.
Al fin, el boy lo encontró entre la leña, rotas las gomas que sujetaban los brazos y las piernas. Estos miembros habían sido arrastrados y mordisqueados, seguramente por alguna rata o un perro, de los utilizados para la caza, y que merodeaban a veces por la leñera. También el cuerpo estaba destrozado.
La pequeña quedó inconsolable, pues no hubo forma de aprovechar el cuerpo, los brazos ni las piernas, pero la cabeza, al menos, estaba intacta, porque se había quedado enganchada entre dos troncos que le habían servido de protección. La niña hizo como una cunita de trapos y colocó la cabeza en ella, como si el muñeco estuviera arropado. Y así jugaba con él, aunque no lo sacaba de sus mantas, porque la cabeza se le caía, así que siempre jugaba a que estaba durmiendo. Era su muñeco preferido, y no volvió a quedar al alcance de su hermano ni por un minuto, pues lo escondía; incluso cuando iba al colegio, vigilaba que su madre lo guardara en el armario grande y le echara la llave. De todas formas, el niño no volvió a acercarse a los juguetes de sus hermanas, después de estar un mes sin postre.

Y un día, al volver del colegio, la madre condujo a su hija pequeña de la mano hasta su camita; allí, sobre la colcha, con un faldón primoroso y un gorrito, estaba el muñeco. “Ahora puedes cogerlo – dijo la madre – y pasearlo. Ya tiene cuerpo. Puedes jugar a que los brazos y las piernas están por dentro.

Y cuando la niña levantó el faldón, una sonrisa de felicidad le iluminó la carita:
Sujeta a la cabeza del muñeco con alambre, y tapada con el faldón fruncido, aquella lata de cerveza holandesa llegó a cumplir el que seguramente sería su último destino: ser el cuerpo de un muñeco, de un “hijo” de esa mamá de cinco años, un “niño” mimado, acariciado y guardado con amor por aquella pequeñuela a quien la lata roja había mirado con curiosidad más de una vez, desde el rincón oscuro y protector de un estante de juguetes.

---oooOOOooo---

Francisca Gracián Galbeño
9 de Noviembre de 2.011

Moncho Núñez
BREVES NOTAS HISTÓRICAS GUINEANAS.

19 de septiembre de 1936.- El Tte. Coronel Luís Serrano Maranges, Comandante Militar, firma en Santa Isabel, dos meses y un día después del 18 de julio, la adhesión de Gobierno General de Guinea al ejercito sublevado, declarando el estado de guerra, dando un plazo de cuatro horas para entregar todas las armas e indicando que todos los funcionarios que falten a sus obligaciones serán declarados reos de rebelión.
Firma por España y por la República.
Las autoridades de Bata permanecen leales al Gobierno de Madrid.
26 de septiembre.- A partir de esa fecha se empiezan a dar órdenes a los misioneros de reunirse en Niefang con la idea de trasladarlos al Cameroun. Tres días después se decide su traslado a Bata donde son alojados 17 religiosos en la casa Alena.
12 de octubre.- Desde el buque Fernando Poo, anclado en Bata, se cursa un telegrama a Santa Isabel ofreciendo el canje de los misioneros detenidos allí por los prisioneros republicanos detenidos en la isla.
13 de octubre.- Los misioneros son embarcados en el buque Fernando Poo.
14 de Octubre.- Son embarcados también en el Fernando Poo dos europeos, empleados de la casa Abascal.
Aparece en el horizonte el buque artillado Ciudad de Mahón, que venía desde Canarias a Guinea con fuerzas franquistas, y que al acercarse a la costa dispara por sorpresa tres cañonazos al vapor Fernando Poo, cuya tripulación estaba descargando sacos de arroz. Los disparos apuntan a la popa del buque, que era donde estaban los misioneros, y dan en la hélice y en el timón, ocasionando el comienzo de su hundimiento. Una cuarta granada disparada desde el Ciudad de Mahón entró por el ventanillo del camarote que ocupaban los misioneros causando la muerte instantánea del P. Acacio Ferraz, del Hº Angel Roig y del empleado de la Casa Abascal D. Félix del Hoyo, quedando heridos otros dos religiosos y el otro empleado de Abascal. Un trozo de metralla penetró en el camarote de enfrente e hirió a dos Hermanos en las piernas. Los heridos fueron el Hº Isidoro Gil, Hº Visctoriano Gutiérrez, y los Padres Pedro Iturriza y José Boixadera.
Los marineros del buque lanzaron una lancha al mar, disparando sus ametralladoras al Ciudad de Mahón y consiguieron llegar a la playa.
Al cesar los cañonazos subieron a cubierta los misioneros ilesos y vieron como se acercaban las lanchas del Ciudad de Mahón con fuerzas a bordo.
El hundimiento del Fernando Poo significa el fin de la última resistencia de los republicanos de Guinea frente a los sublevados.
Los religiosos son embarcados en el Ciudad de Mahón para su traslado a Santa Isabel.
16 de Octubre.- Llega a Santa Isabel el Ciudad de Mahón procedente de Bata, donde había dejado un Destacamento de 200 Tiradores de Ifni. Venían a bordo unos 500 hombres.
19 de octubre.- Se celebran en la Catedral de Santa Isabel los funerales por las victimas del bombardeo realizado contra el Fernando Poo y el enfrentamiento posterior. Estos eran: Los voluntarios canarios Luís Rodríguez, sargento; Lorenzo Frías Cabrera; Juan M. Sánchez Martín; Fernando Santana Bautista y Antonio Suárez Navarro. Los Misioneros P. Acacio Ferraz, superior de Río Benito y el Hº Angel Roig y finalmente el Empleado de la Casa Abascal en Bata Sr. Félix del Hoyo.
21 de Octubre.- Muere en el Hospital de Santa Isabel el Hº Isidoro Gil, herido en Bata.
rosen

Por qué disparó el Mahón al Fernado Poo?
fernando el africano
En ese viaje del Fernando Poo iba mi abuela Polonia (está enterrada en Santa Isabel) y mis primos ya fallcecidos Jordi y Alberto García Gimeno. Lo que no tengo tan claro es si los pasajeros ya habían bajado cuando el hundimiento o estaban dentro de barco.

Gracias Moncho
Moncho Núñez
En 1956, un Decreto del 21 de Agosto dispuso el cambio en la denominación de la Dirección General de Marruecos y Colonias por la de Plazas y Provincias Africanas por el que los antiguos Territorios pasan a llamarse Provincia del Golfo de Guinea, inmediato antecedente de las Provincias de Fernando Poo y Río Muni, de cuya conjunción nace la Región Ecuatorial.
En 1959 se equiparan en igualdad de derechos los habitantes de Fernando Poo y Río Muni con los de las restantes Provincias españolas. Surgen las Diputaciones Provinciales, sucesoras de las Delegaciones de Asuntos Indígenas.
En 1963 el Consejo de Ministros de 9 de agosto acordaba dar a las Provincias ecuatoriales un régimen de Autonomía, nada menos que quince años antes de la Constitución Española de 1978, en que se reconocen las Comunidades Autónomas..
Y el 12 de Octubre de 1968 España entrega, de manos de Fraga Iribarne, Ministro en el Gobierno de Franco, la Independencia a la República de Guinea Ecuatorial, y la Presidencia del nuevo Gobierno a Francisco Macías, ganador de las elecciones democráticas celebradas ese mismo año.
Y colorín colorado, esta historia tan rarita se ha acabado.
rosen
Las elecciones o el referendum (que no me acuerdo qué fue) para la Autonomía fueron a finales del 63. Mi padre estuvo todo el día en una de las mesas en el poblado de Vave (Kogo)
Moncho Núñez
[/size][/font]--"]Hace algún tiempo pusé aquí este relato de adolescencia que algunos comentasteis algo divertidos.
EL MISTERIO DE LA FOTO DE MARILYN.

Uno de los grandes descubrimientos que hicimos los chicos al pasar del Instituto viejo ubicado en la Misión Católica al nuevo y reluciente Cardenal Cisneros, es que ya éramos muy mayores. Teníamos nada menos que trece años y empezamos a darnos cuenta que las chicas no eran solamente unas compañeras de estudios o de juegos; eran unos seres estúpidos cuya principal actividad era estar siempre fastidiándonos, convirtiéndose en una obsesión, tanto en las conversaciones como en las presencias. Si no venían, íbamos. Resultado, siempre íbamos.
De antes, en esa relación de genero, solo recuerdo la indiscreción de la escalera de caracol de hierro forjado, situada en la esquina del gran patio de la Misión, junto a la Plaza de España, que daba acceso al primer piso, en el que estaban las aulas y nuestra costumbre de situarnos debajo mientras ellas subían a la carrera dejando entrever enaguas y puntillas a través de los escalones calados. Pero sin ninguna mala intención.
Como consecuencia de aquella curiosidad, que empezábamos a sentir, nos pareció de lo más interesante la información que alguien aportó de que en la Biblioteca, que estaba también en los bajos de la Misión, con entrada por la calle Jesús, había una revista en la que salía la foto de una mujer desnuda. Nos conjuramos todos y por la tarde hicimos una masiva aparición en la biblioteca, nos dirigimos a la mesa sobre la que estaban las revistas, encontramos la que buscábamos, una LIFE, y en la que, en efecto, estaba la famosa foto de Marilyn desnuda, acostada sobre un fondo de terciopelo rojo. Y allí estuvimos un rato contemplando detenidamente la obra de arte, apreciando sus calidades fotográficas, el enfoque, la luz, el encuadre, etc., aunque no pudimos entender ni siquiera el pie de foto pues estaba en correcto inglés.
Me imagino la sorpresa de D. José Montenegro, Director de la Biblioteca y de nuestro Instituto, que nos contemplaba desde el fondo, al ver reunido y muy concentrado al grupo compuesto por elementos hasta ahora tan poco asiduos a los placeres de la lectura pública.
De la misma manera que entramos salimos, quedando para el día siguiente en repetir la visita, por si quedaba alguna faceta de la artística fotografía que nos faltara por apreciar.
Y así volvimos la tarde siguiente a la Biblioteca, nos instalamos ante la mesa revistera, localizamos el ejemplar de LIFE, pero, oh misterio inesperado, faltaba la hoja con la imagen de Marilyn. Comprobamos la desaparición una y otra vez y, aunque no sabíamos inglés, si apreciamos claramente un salto en la numeración de las páginas.
De modo que uno tras otro, con la cabeza gacha fuimos saliendo de la sala de lectura con la firme intención de nunca más volver.
El misterio se quedó sin resolver. En la conversación que sostuvimos inmediatamente sentados en un banco de la Plaza de España nos formulamos insistentemente un par de preguntas: ¿Fue don José Montenegro el que, investigando después el objeto de nuestro interés, eliminó la hoja para evitar la pérdida de valores morales de los componentes del variopinto grupo?. Estaba claro que nunca se lo podríamos preguntar.
O la hoja fue arrancada por alguno de nosotros, Paco, Pera, José Antonio, Angel, yo…, que se adelantó a nuestra segunda visita y se quedó él solo con el tesoro que todos anhelábamos poseer. Durante el resto de la tarde nos cruzamos aviesas miradas cargadas de sospechas.
Después he visto la susodicha foto innumerables veces, pero hasta hoy, en algunos momentos y por sorpresa, me asalta la duda. ¿Qué se hizo de la foto de Marilyn?.

Comentando aquel relato mi muy buen amigo y gran escritor Juan Romero Sierra escribió lo siguiente.

CUATRO PINCELADAS SOBRE "EL MISTERIO DE LA FOTO DE MARILYN", PUBLICADO EN "CRÓNICAS DE LA GUINEA ECUATORIAL":


El misterio de la foto de Marilyn, breve relato del que es autor Moncho Núñez y desconocía, me ha gustado mucho: ingenioso, divertido, sutil... Leyéndolo, no he podido evitar imaginarme lo sucedido ambas tardes: la irrupción en la sala de lectura del grupo de condiscípulos, la sorpresa del Sr. Montenegro, la impresión (localizada la foto), las caras de asombro, los ojos en un tris de salirse de sus cuencas, los comentarios sobre el enfoque, la luz y demás detalles artísticos..., y (¿quién no recuerda sus trece años?) lo que realmente pasaba por las cabezas de los conjurados y todos chitón para no dar la nota y observar la debida compostura: "¡Guau!", "¡Ostras!", "¿Qué veo?", "Pellízcame, tú"..., e inmediatamente, sacudido el estupor inicial: "¡Eso es un cuerpo, y no el de bomberos!", "¡Esas son curvas, y no la de Punta Fernanda!", "¡Eso es un bombón, y no los de la Pastelería Nueva!", "¡Eso es un monumento, y no la catedral!"... Y el Sr. Montenegro, con la mosca detrás de la oreja: "¡Aquí hay gato encerrado!"; y más tarde, el grupo de amigos ya en la calle abanicándose: "Gato no, gata. ¡Y menuda! Esta me la llevo yo a casa, y adiós a los ratones y tanto bicho, que son una lata..."
Lo narrado hasta aquí, como es lógico, pertenece a la primera de las tardes, a la que sucedió una noche que costó lo suyo conciliar el sueño, ebrio de arte incluso el que estaba en que los frescos de la Capilla Sixtina eran unos señores que tenían una jeta que se la pisaban, y Velázquez un jugador del Real Madrid, que también, pero lustros o décadas después.
Y al día siguiente, la tarde declinando y la sala de lectura de nuevo la mar de concurrida, al revés que el cementerio, lo que parecía normalmente: "¡No hay foto!", "¡Falta!", "¡Voló!", "Mira bien", "Ponte las gafas", "Céntrate"..., y verificado que nanay: "¡Jo!", "¡Qué chasco!", "¡Vaya faena", "¡Qué cenizo!", "¡Menudo gafe!", "¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre!", "Vamos al mar, y se seca", etc., por lo que a Moncho, Paco, Pera y compañía se refiere, fruto de la incredulidad, primero, y de la decepción, a renglón seguido. Y el Sr. Montenegro, catedrático de latín: "¿Qué hago? ¿Qué les digo? ¿Qué les aconsejo? ¿Qué les recomiendo? ¿Julio César o Virgilio? ¿Qué deberían leer primero: La guerra de las Galias o La Eneida? ¿Algo de Cicerón tal vez? No sé, no sé... ¡Son tan jóvenes! ¡Están tan desorientados! ¡Es tan importante la lectura! Mañana, cuando vuelvan (si vuelven, que lo dudo), les diré qué, deshojada la margarita"...
"¡La Vida de San Manuel Bueno, mártir!", hubiera resuelto en el acto el padre Crespo, de hallarse en el lugar del Sr. Montenegro, como le recomendó a Pilar Álvarez Castellanos, creo. O bien, si el responsable de la sala es ese otro sacerdote del que algunos no guardan muy buen recuerdo y al parecer hacía honor al dicho añejo la letra con sangre entra: "¿Capones? ¡Quita, quita...! A estos les doy yo de zurriagazos, hasta dejarlos hechos un cristo; y de propina, como penitencia, tres misas diarias hasta que los padres cumplan campaña. Y si se hallan próximos a cumplirla, ningún problema. ¿O es que en la península no hay iglesias ni curas? Mogollón, ¡ajá! Nada, pues, de frotarse las manos aquellos que ya se están viendo en el avión o en el barco cantando ¡hasta luego, cocodrilo...!", etc.
Lo que puede dar de sí cualquier suceso o anécdota. En particular, si, como es el caso, no nos deja indiferentes. Y si no nos deja indiferentes es, sencillamente, porque tras ello se oculta algo o alguien capaz de conmovernos o despertar en nosotros los recuerdos más gratos y entrañables, como son los recuerdos de la infancia, la adolescencia y la juventud: un magnífico escritor, en la ocasión presente, que responde al nombre de Ramón Núñez.
Cincuenta años después, la foto de Marilyn vaya usted a saber y quién, como entonces, preguntándose "¿Dónde?", el niño que por ventura todos llevamos dentro, me dicta, para concluir: "Eso es un misterio, y no el de la Encarnación, ¡sí, señor!"

Málaga, diciembre de 2012
Juan Romero Sierra

Tenía guardadas estas pinceladas pendiente de encontrar la manera de colgarlas en Crónicas sin que pareciera vanidad, dados los elogios de Juan.
He tenido la suerte de pasar, con Ester, unos días en Málaga y de reunirme con Juan y su mujer Aída.
En otro sitio hablaré de esos días y de la enorme hospitalidad de esa pareja de ilustres guineanos. En un momento de las largas charlas que tuvimos Juan me recordó que yo tenía guardado este su comentario que le había prometido poner en el Foro, como aportación de sus propios recuerdos de aquellos años . Como merece la pena, aqui está
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rosen

Qué interesante todo. Cuántas cosas descubrimos en Guinea.
Moncho Núñez
He encontrado este enlace en el que se relata la interesántisima vida de Dionisio Shelly, ilustre marino que da nombre a la Plaza de Shelly tan querida y recordada por todos nosotros. Os recomiendo su lectura.

http://shelly.es/blog/06007-dionisio_shell...s=5a4054e4504dc
rosen

Muy interesante.
fernando el africano
CITA(rosen @ Apr 2 2016, 08:19 PM) *
Qué interesante todo. Cuántas cosas descubrimos en Guinea.



Querido Moncho :

No se la razón de que no hayas publicado un libro con tus vivencias africanas, dado que lo leído me parece fantástico y me he reído con las aventuras en el antiguo Instituto, en el que yo junto con Manuel Komhe, fuimos los primeros y creo que los únicos que hicimos el ingreso y los siete años de bachiller. Ya que nuestros padres no podían enviarnos a estudiar los últimos años a la Península, lo que hacían otros para estar mejor preparados con vista a la Universidad.

Esa escalera de caracol era una mina para la imaginación.
Moncho Núñez
Eran días luminosos y la bahía se mostraba espléndida, con los altos acantilados de Punta Fernanda y Punta Cristina abrazando el casi completo círculo de mar espejeante que se extendía al pie de la ciudad y frente al puerto viejo en el que estaba atracado de popa un navío de la Armada cumpliendo la misión de transcender su propia importancia por medio del conocimiento de su estar y de sus habitantes, marineros engorrados, hormigas del subir y bajar por la Cuesta de las Fiebres hacia la Plaza de España, camino del Campo Yaundé, corazón de la negritud inmigrada, allá, al fondo de la ciudad junto al verde del bosque que se encarama inopinadamente desde el llano de la plataforma urbana hacia los 3.000 m. de altura del cono volcánico que preside la isla, orlada de largas playas de arenas negrísimas, finas y suaves, o de pequeñas y recoletas bahías, como la que está orlada por la ciudad del norte, encaramada sobre el acantilado que, mirado desde el mar, muestra como símbolos distintivos las esbeltas palmeras reales del paseo de Punta Fernanda, a la izquierda, las afiladas agujas neogóticas de la Catedral, en el centro, casi junto a La Rosaleda, la sólida mole del Instituto a la derecha, en cuya puerta se agolpan en bulliciosa estampida los pequeños habitantes de las aulas, camino de la libertad del mediodía, cegados por el sol, el mar y el colorido de las flores del jardín frontero, al que llega en oleadas de risas, saltos y gritos, carteras, libros, cuadernos, bocadillos y refrescos en el kiosco de chucherías que se asoma al mar, en esa maravillosa mañana tropical de hirientes luces, azules, verdes y rojos casi infinitos que se alargan en todas las direcciones posibles, una de las cuales acoge los pasos de un grupo de cinco muchachos camino de Playa Carboneras, dejando a ambos lados del paseo las oficinas de la Compañía Naviera con la pizarra colgada en la fachada anunciando con blancas letras de tiza la próxima llegada de la Motonave Dómine para cuyo viaje de regreso a la Península se admite carga y pasaje, reflejo de la idéntica voluntad de la futura Agencia de Viajes en una esquina frente al Consulado de Nigeria en cuyo balcón ondea la bandera blanquiverde casi en un gesto de dignidad de futuro que seguramente será también aquí, en esa Plaza, después de la papelería en que se compran los discos en 3-D de View-Master y los libros de la colección Juvenil Cadete, a la que se abre el imponente edificio de fachada neoclásica de la Cámara Agrícola, en cuyos almacenes se amontonan en inmensos tinglados los sacos de café y cacao que son la riqueza, la base económica de la isla y en cuyas oficinas se gestan las grandes operaciones monetarias de los capitalistas y finqueros isleños, una de cuyas mayores casas se encuentra a su costado, repitiendo la estructura arquitectónica colonial de pórtico columnado rodeando almacenes y oficinas en la planta baja sobre la que se asienta en una gran planta las viviendas, dormitorios y comedores de los empleados solteros, a la que se accede por una escalera empinada y disimulada, posibilitando la subida escondida de la mininga nocturna, satisfactora de deseos exacerbados por el trópico y el whisky de la tarde, bebido en la tertulia cercano del Casino al que se llega por la calle de enfrente que se adentra en línea recta hacia el extremo de Punta Cristina, por la acera a la sombra de Correos frente a la ancha cuesta que lleva a la explanada del Puerto Nuevo, recién estrenado, arropado por el alto acantilado que asciende hasta el trampolín de la piscina del Casino, como hito culminante del paseo que lleva hacia el edificio de Obras Públicas, blanco entre el verde obsesivo del espeso jardín por el que se adentran los cinco escolares que llegan ya hasta los casi abandonados almacenes que se asoman al borde occidental de Punta Cristina, sobre Playa Carboneras, con todo un largo horizonte de la costa norte que aleja la vista del observador hasta la lejana Punta Europa en cuyo extremo luce el faro costero más importante de la isla, solo visible en la noche por la lejanía, adivinado ahora desde aquí, entre los montones de utensilios, unos nuevos y de desecho otros, en su día destinados o procedentes de las viviendas construidas en todos los poblados con el fin de ir sustituyendo la nipa y las tablas de las chozas por el cemento y el ladrillo y sobre todo el aire libre en lo escondido del sotobosque por el cuarto de baño blanco y luminoso de los que hay aquí abundantes restos como azulejos y sanitarios, desde humildes retretes hasta ventrudas bañeras, que son las elegidas por los cinco para rodarlas hasta el borde del acantilado y hacerlas caer desde la altura sobre la arena negra que las recibe con un impacto fatal en los tres primeros intentos convirtiéndose en trozos de un rompecabezas sin sentido hasta que a la cuarta la bañera cae y conserva su oronda identidad y los muchachos inician el descenso por la senda casi vertical hasta la playa en donde intentan dar solución al grave problema de la flotabilidad de la pesada bañera tapando su desagüe con ramas, hojas y hierbas, entre la sombra de las altas palmeras, la espuma del terminar de las olas y los pies descalzos hundiéndose en la arena, con las ropas amontonadas al borde de las rocas y el esfuerzo de empujar la extraña nave hasta que poco a poco se entra en el mar y empieza a flotar con el agua hasta el mismo borde acanalado, de forma que es difícil auparse y entrar sin que el bamboleo haga embarcar un exceso de agua que pusiera en peligro la escasa flotabilidad y así unos dentro y otros fuera navegar y nadar, agua brillando en perlas, el obsesivo sol en el cenit, el verde lujurioso escalando el acantilado y allá arriba la sorpresa de encontrar unos rostros femeninos espiando las desnudeces en el mar, compañeras de las aulas, pequeños amores, cariños y celos, reojos esquivados y ahora allí, en lo alto, esas miradas pudorosas, menos mal que lejanas, que motivan un rápido comienzo de la vuelta, vestidos, calzados y peinados a la carrera, para intentar alcanzar a las fugitivas, sin conseguirlo y entrar de nuevo en la solemnidad de las aulas y someterse a las risas y sonrisas femeninas, escondidas, entre vergonzosas y descaradas, para seguir siendo felices como siempre allí, tan felices, sin saberlo.
fernando el africano

Querido Moncho :
Eres joven anímate a escribir un relato de tus vivencias, piensa que nuestros testimonios son los únicos que reflejarán la verdad de aquellos tiempos y de aquella relación de colores, etnias y estudios.

Un abrazo

Fernando
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