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Versión Completa: EL HOY Y EL AYER GUINEANO...y otros relatos
FORO DE CRÓNICAS DE LA GUINEA ECUATORIAL > FORO GENERAL > RELATOS DE VIAJEROS
Páginas: 1, 2, 3, 4
Moncho Núñez
Gracias por leerme y por compartir lo escrito

CUATRO

…altas nubes de redondeados bordes y añoranzas de lejanías olvidadas, todavía no

sabidas, contrastando con la rectitud exacta y geométrica de las hojas de la palmera del

caminante, que se abren en increíble abanico, preparadas siempre para saciar la sed del

peregrino sediento que sabe como, al que contempla manejar hábilmente el machete,

bajo el liviano peso del salacot de corcho y lona blanca, enorme, desproporcionado para

su cabeza de niño que se detiene ante la, otra vez, geometría vegetal de la “cycas

revoluta” en su jardín, a cuya diminuta sombra jugaría tantas veces con el amado avión

de las alas plegables o con el cortante coche de bomberos que se ganó, no sabe como,

en una clase de la vieja Misión, la última de pasillo abalconado, a la derecha, desde

cuyas ventanas se podía ver casi entero el campo de fútbol y recreo, el túnel por el que

entraban y salían del patio las camionetas en la ruta de las fincas de los frailes, orondos,

de sotana blanca y faja negra, más capataces que religiosos de la orden catalana, túnel

de sus tantas peleas, retos casi sin motivo, a puñetazos, casi siempre contra su muy

amigo el portugués, túnel desde el que llegar rápidamente al chiringuito frente a la bahía

para echar reñidos campeonatos de futbolín, o subir hacía Punta Fernanda, hilerada de

palmeras reales hasta el final, junto a la Cruz de los Caídos de una parte, a jugar la

eventual partida de póker, sentados en la hierba, apostando novelas sustraídas de la

biblioteca materna y volver con títulos cambiados para esperar la tarde y el cine y la cita

con el deseo incipiente del encuentro en la sombra del alto seto, tantas veces

concertado, para el primer beso, inocente y nunca olvidado, arriesgando la malquerencia

de la madre del amor, olvidado casi en el mismo instante en que se encendieron las luces

con el final de la película entrevista, huyendo en alocada carrera hacia el futuro de los

otros amores, sobre todo aquel de la larga existencia platónica, tantas veces espiando

su paseo de la tarde por mi calle, hasta el baile de La Rosaleda, venciendo todo el pánico

y acercarse a su mesa con sus padres y pedírselo en susurro, un solo baile en toda una

vida, para comprobar, por primera vez, que nada tiene importancia cuando se alcanza, …
Moncho Núñez
,CINCO

…, que nada tiene importancia cuando se alcanza, mientras, una vez más, el color de

todas las flores del trópico, los hibiscus y las cannas, todos los atardeceres instantáneos,

los innumerables tonos de verde, los rumores y la humedad absoluta se hacen

presentes, en estos momentos de la nostalgia, otra vez la palabra, a través de las

celosías que limitan la terraza del bar, acodado en la barra, contemplando el museo de

las marinas del mar, y mirar desde ese ahora la mesa, que ya no sería la misma, en la

que ella estaba sentada aquella tarde y a la que volvió, desde mi abrazo, de espaldas,

para siempre, quedando muy erguida entre los hechos sombreados de distancia, como

la sombra del egombegombe por la que acercarse hasta el acantilado, detrás de Punta

Cristina, un lugar en la línea quebrada que limita el verdear oscuro del bosque y que

llega hasta el verde jaspeado por diamantes del mar, bajo un sol que ocupa todo el cielo,

volviéndolo tan blanco, como de nieve gastada, imposible de mirar, y bajar a la playa de

los “novillos”, en la Bahía deVenus, y allí navegar en bañeras previamente arrojadas

desde los almacenes de Obras Públicas, taponando el desagüe, con la línea de flotación

en el mismo borde, por el que enseguida empezaban a entrar las crestas de las

minúsculas olas que levantaban con su nadar, hasta que se sumergían en plan

trasatlántico, con un inmenso “glup”, y luego volver a clase en el Instituto de las altas

torres, repeinados, frescos y lustrosos entre las miradas inquisitivas de las chicas y el

despiste del profesor, sin llegar a saber nunca si ignorante o cómplice, ante la evidencia

de la ausencia remediada, para más tarde, en uno de los tantos recreos, repartirse las

compañeras, sus amores, sus exclusividades, sus preferencias, como si eso también

fuera posible, como tantas cosas que lo eran allí,…
Moncho Núñez
SEIS,

…, como tantas cosas que lo era allí, hasta hacerse mayor y recordarlo todo con la

intensidad de la mañana luminosa de aquí, tras los visillos, con la luz otoñal colgando de

los árboles distintos, tan distintos los árboles de ahora de aquellos que entonces eran

capaces de tapar el futuro entero con sus ramas, sobre todo entonces, cuando no existía

el futuro y todo lo que tenía delante era la larga cinta gris de la carretera de San Carlos,

vista desde su posición a horcajadas del depósito de la gasolina de la moto de su padre,

una Ariel de 500 c.c. lanzada a todo lo que daba el motor, curvas a derecha e izquierda,

inclinaciones suaves a un lado y a otro, entreviendo pasar los muros verdes infinitos en

que la velocidad convertía los árboles del bosque de cada lado de la ruta y sintiendo en

la cara los millones de alfilerazos de los diminutos mosquitos al morir, y así hasta el

Seminario de Batete, donde dar la vuelta y regresar pisando la estela dejada, camino

otra vez del norte mas pequeño, cruzando los cruces de los caminos que llevan a las

fincas en que se miman los granos destinados a alegrar las lejanas mesas resoñadas,

cafés humeantes, apasionadas tertulias, desheredados literatos sin fortuna, locales

espejados, espesos chocolates, picatostes y empingorotadas señoras en meriendas

cotidianas, granos y piñas cultivados por los amistosos finqueros solitarios, venidos de

todas las esquinas peninsulares, deseosos de recibir las excursiones familiares del

domingo, en las que compartir opiniones, los recuerdos y hasta casi las palabras

olvidadas, contando por días el tiempo que falta para la licencia, hablando de viajes y de

barcos, del Plus Ultra, el más denostado, y del preferido, del Dómine, el más familiar, en

el que aprendió de memoria, sin saber su significado, lo que estaba escrito en una placa

de bronce sobre la fingida chimenea del salón, “En el día de hoy, cautivo y derrotado…”
rosen
Pero bueno, ¿en el Dómine ponían éso"? Era un letrero o estaba grabado en la chimenea? Yo viajé en ese barco creo que en el 50 y a veces el olor del limpia metales aún me recuerda a quellos días psados en él porque , no sé si sería todos lo días o de vez en cuando, había un señor limpiando los manillares de las puertas con fruición y esmero. 3307.gif
Moncho Núñez
Pues si, querida Rosen, eso ponía.

SIETE.

…, para luego salir, recitando las palabras aprendidas, camino del recuerdo de aquel otro

viaje, el de su sexto cumpleaños embarcado, en el que encontró, por sorpresa, siguiendo

las palabras de su padre, tras la enorme butaca del salón, un caballo de cartón

policromado, con ruedas de rodar por los pasillos, regalo sobre todos los regalos, para

siempre, y me regresa también, como cerezas, la noche, muchos años después,

la maniobra ajetreada de la salida del puerto,

el desatracar del barco despacioso, la gente arracimada en el puerto bajo los focos

intensos de la popa, los adioses y el quedarse dormido en la tumbona de cubierta, y el

desasosiego de su madre al retirarse hacia el camarote y buscarle y no verle y se corre la

voz que falta un chico y todo el mundo recorriendo las infinitas esquinas de la nave,

hasta encontrarle tranquilo, disfrutando del sueño y de la noche sobre la cómoda madera

de teca en la penumbra de la estrellada noche del trópico, tantas estrellas como se ven

en esas noches, acodados en la húmeda barandilla, persiguiendo misteriosas

fosforescencias que asoman desde las profundidades del mar, las siluetas definidas de

los peces voladores, un suave mecerse del barco que hace odioso bajar al camarote, el

rumor de las olas acariciando las bordas del barco para quedar convertidas en hirviente

estela donde empujan las hélices bajo el letrero en inglés que avisa del peligro, allí, en la

popa, donde hacerse amigo del camarero que en sus ratos libres pinta, con finísimos

pinceles y óleos, los fondos de los platos de postre, llenándolos de escenas marinas,

barcas de vela, acantilados de pinos y pueblos blancos, que muchos años después

reconocería al verlos en la Costa Brava, mientras la tertulia de popa se amplía con la

chica francesa de su misma edad que hace el viaje a Europa desde el Camerún, que

naturalmente jugueteó con él y con su amigo José Antonio, convirtiéndolos en inocentes

rivales y terminó acusando de acoso al camarero pintor de los platos de postre,

escándalo y comidilla del viaje,
alicia balboa marce
2320.gif SIMPLEMENTE, GRACIAS MONCHO besin.gif
Moncho Núñez
Para tí, Alicia va este

OCHO

,…de aquel viaje hasta desembarcar en Cádiz, hacia el gris del norte truculento, del

colegio de curas, de la casa de los abuelos, de los tres largos inviernos madrileños, de

pantalones bombachos y paseos, largos paseos con los insospechados compañeros, a

los que, incrédulos, contar historias de Guinea, de las ensoñadas playas de arenas

negras, de las estancias en Moka y las serpientes, de monos y de loros habladores, de

palmeras y cocos y papayas, de los tres pisos de la selva coronada por las enormes

ceibas centenarias, del inmenso volcán y de la isla, mi añorada tierra en donde estaban

mis padres, mis hermanos, mi gente, mis lejanos amigos anteriores, y contarles los

calores de allí a los amigos de aquí, a uno de los cuales reencontrar en Guinea, años más

tarde, como técnico de la TV, cuando volví, por última vez, que no quería y me encontré

con el golpe de sol al bajar por la escalerilla del avión, para vivir intensamente mis

últimos cinco meses antes de que Macías nos robara el presente y el futuro, dejándonos

tan solo con la historia pequeña y personal de cada uno escondida en los resquicios del

intangible recuerdo conservado, no dicho, no contado, ni siquiera compartido, personal e

intransferible, porque ¿a quien contar tantas vivencias, a quien decir que no tenemos

raíces como ellos, que un terrible tornado nos ha arrancado de cuajo de la tierra?, y ese

terrible futuro vendrá, insospechado, tras los felices días en que volví de profesor a mi

Instituto, el de los años felices de estudiante, a sentarme a las mesas entarimadas que

habían sido de Dña. Guadalupe, de D. José, de D. Atanasio,… frente a los pupitres y a las

caras que hacía solo diez años eran mías, y planear, gracias a la información de otros

profesores, el viaje a Ureka la lejana en las vacaciones de Navidad, embarcarse en el

cayuco que salió de San Carlos el día de año nuevo, navegar durante horas hacía el sur y

en Punta Oscura virar hacía el este, hasta estar frente al poblado de los pescadores de

tortugas y allí, con ellos, pasar los siete días más envidiables de una vida,
AngelValero
Hola a todos/as. Acabo de descubrir este foro, y solo quiero daros a todos las gracias, por haberme hecho retroceder 40 años a mi querida y añorada infancia de mi Guinea lejana.
El oiros relatar vuestras vivencias en los lugares que guardo en mi memoria; ha sido muy entrañable. Por lo tardío de la noche, solo daros las gracias a todos.
Un abrazo,
Angel.
rosen
Bienvenido Angel Valero. Ya puedes empezar a leer los foros y ver esta web:http://www.nuestra-guinea.com/Galeria/ wink.gif
Moncho Núñez
NUEVE

…, de una vida, de una vida que iba a discurrir, durante unos intensos días, por los tortuosos

caminos de la incertidumbre y que vería proyectada en la pantalla de la memoria, una y otra vez,

en aquellas tardes, largas tardes de refugiado en el Campamento de la Guardia Civil, cuando no

se sabía muy bien que pasaría esa noche, o al día siguiente, si lo hubiera, nadando en el mar de

una violencia patente, potencial, insospechada, que había brotado como la lava de un volcán,

arrasándolo todo, esperanzas y amistades, poniendo, de repente, a cada uno, a un lado u otro de

la frontera que nunca había existido, quedando nuestro lado en medio de aquel torbellino en que

se había convertido el campamento, mezclados civiles, militares, hombres, mujeres, niños, unidos

por un extraño destino en un mismo Puente de San Luis, para darse cuenta de que a pesar de

todo, la belleza del paisaje que formaba el vecino bosque se iba imponiendo, haciéndole recordar

sus animales fabulosos, aquellos que enseñoreaban el jardín de su casa, frente al Cine Jardín, sus

loros, aquel que se suicidó clavándose el pico reiteradamente en el pecho, una y otra vez, a pesar

de las curas y las vendas; aquel otro al que siempre creyó que había matado un coco cayéndole

en la cabeza con gran puntería, desde la palmera de la tapia del Banco, cuando estaba subido en

la mata de guayaba, y enterarse mucho más tarde que el suceso fue distinto; aquel otro que

sabía hablar tan bien, que imitaba las voces de todos los miembros de la familia con tanta

precisión que nos confundía entre nosotros sobre ausencias y presencias, contestando a las

llamadas con un “voy” que nunca iba, pero sobre todos la mona carablanca que llamábamos

Frascuela, que se había adueñado del jardín y del entorno, que, subida a la tapia de la calle a la

hora del paseo, se dejaba acariciar únicamente por los niños, huyendo de un salto rápido a las

ramas del egombegombe cuando notaba aproximarse la mano de un adulto, solamente obediente

a la voz y la orden de su padre, y volverla a ver pasearse por los cables de tender la ropa,

acercarse al loro lentamente, haciendo equilibrios con el rabo para, dándose despectivamente la

vuelta, soltarle una patada y salir corriendo dejando detrás el griterío, mientras caía, del ave

parlanchina, escapando como una sombra sobre los tejados para ir a meterse por entre las rejas

en alguna vecina factoría, y organizar un desastre de roturas y la justificada reclamación de

daños,
AngelValero
QUOTE(rosen @ Apr 17 2006, 08:54 PM)
Bienvenido Angel Valero. Ya puedes empezar a leer los foros y ver esta web:http://www.nuestra-guinea.com/Galeria/ wink.gif

Gracias Rosen por tu bienbenida.
He estado biendo fotos y me traen grandes recuerdos, pero no he visto ninguna de la Plz. da España de Sta. Isabel, con sus bancos, sus altísimas palmeras reales, ni de la Catedral, ni de Punta Fernanda ... etc ... de la ciudad que yo recuerdo de mi infancia de 9 años cuando ma vine a Madrid. Pero tal vez es que no he sabido moverme todavia bien por la página.
Bieno, lo dicho... Muchas gracias Rosen.
ISABEL DIEZ ABAUNZA
Bienvenido Angel, en las fotos arriba a la derecha hay una pestaña que pone buscar, escribe Plaza de España, Catedral, Punta Fernanda etc..., te saldrán todas las fotos que hay.

Un abrazo.
AngelValero
Muchas gracias Isabel, pero, no se si por que estoy escribiendo desde una PDA, y no desde un PC, que a mi no me salen las fotos de arriba, ni la pestaña que me comentas.
Intentaré conectarme desde un PC, a ver si tengo mas suerte.
Igualmente, un abrazo, gracias.
jcmc
Bienvenido Ángel Valero Martín?, espero y deseo que seas mi gran amigo y vecino de correrías, peleas, enfados, luchas, cazas de lagartos, de comidas, de tardes en el cine y fiestas y como no, mi compañero de comunión y de desfile. Recuerdos que no olvidamos tan fácilmente, sobre todo cuando nos vemos en las viejas y destartaladas películas de 8mm.

Después nos hemos visto en alguna ocasión en Barcelona y Olot, pero desde que te fuiste de Olot a Madrid, perdí el contacto contigo.

Soy José Carlos Muñoz Castillejo. En el apartado de fotos, en algunos de los álbumes de jcmcrhp, hay alguna fotos de tus padres y hermanos, con nosotros.

Disfruta y enriquécenos con tus recuerdos y fotos.

Saludos.
José Carlos cool.gif
Moncho Núñez
Y DIEZ


…,y siguiendo la escapada de Frascuela, elevar la vista hasta el Ylang Ylang, el Papayo,

el enorme Mango vecino de La Balear y, recorriendo las avenidas del recuerdo, terminar

en la salida de la ciudad hacía San Carlos, en los peldaños de la escalinata de la casa de

los Jones, allí donde la hospitalidad tenia su mejor asiento, en alguna de las muchas

fiestas infantiles que organizaban, quizás en aquella en que fui padrino del bautizo de

una muñeca de Susanita, viendo como el ama portuguesa, dando infatigables vueltas al

manubrio, nos preparaba maravillas de vainilla en la heladera, todo bajo la supervisión

de una gran dama a la que mi hija muchos años después llamaría abuela Susana, y la

presencia un tanto ausente de D. Alfredo, al que volvería a frecuentar algunos años mas tarde

en el aeropuerto de Calabar, cuando él esperaba las noticias de Santa Isabel que le llevábamos

en el DC-3 de Ibería fletado por Viajes Fernando Poo, en el que tantos y tantos viajes hice

durante dos años, volando dando saltos por entre los cúmulos y por encima del extenso delta del

río Cross, cientos de brazos de agua entrecruzando la selva, millones de tonos de verdes,

enamorándome de volar, vocación para siempre, y luego la cerveza en el Country Club

contemplando, a través de las persianas entrecerradas, como asomaban, por encima de las copas

de los árboles, los mástiles de un carguero, y las comidas en el “ C. Red House”, y la visita rápida,

antes de volver al aeropuerto, al mercado donde comprar máscaras africanas y salsas inglesas, y

volver, siempre volver, para en la noche, sentado en el jardín de su casa, observar la cola ante la

taquilla del cine Jardín, y volver atrás, otra vez, a aquella lejana tarde del 56 en que reinaba una

general expectación creada el día anterior por el anuncio, que se había corrido por toda la ciudad,

de que, antes de la proyección de la película, se iba a poner por primera vez un disco recién

llegado de un cantante americano, que al escucharlo era imposible mantenerse quieto y no

ponerse a bailar desenfrenadamente, por lo que, cuando iba a empezar la audición, todos nos

agarramos fuertemente a los brazos de la butaca, invocando a los dioses que nos dieran la

fortaleza necesaria para no hacer el ridículo de ponerse en pie y bailar sin control en medio del

cine, y así comenzaron a sonar los primeros compases de una música muy rítmica y la voz de Elvis

Presley, el Rey, entonando con su voz profunda y redonda de blanco-negro, el primer y

maravilloso Rock and Roll, enfrentándonos con el principio del futuro, de ese futuro que me ha

conducido hasta aquí, a este mirador, detrás de los visillos, desde donde contemplo los colores del

atardecer sobre el parque, sobre estos árboles, tan distintos de aquellos.
guibubi
Amigo Moncho:

Muy bueno tu relato que he seguido en todos sus capítulos; todos ellos llenos de imágenes,sensaciones y
vivencias íntimas, sin censuras, y que en tropel me han llevado, sacudido y arrastrado por esos tus mismos sitios... digo
en tropel, porque es un relato rápido, veloz y vibrante, como si todo ello hubiese estado largo tiempo comprimido... contenido... y que de repente decides darle forma... lo descorchas y... lo haces público.
Reitero el muy bueno...¡pena que no abunden y cundan epistolares ejemplos...!

Un abrazo por el atrevimiento...

N’kué
Moncho Núñez
Amigo guibubi, tú sabes lo importantes que son los comentarios a los escritos, (magníficos los

tuyos), no tanto por que te digan si ha sido bueno o no, como por saber que alguien los ha leido,

lo que es el mejor premio. Gracias por haberlos compartido.
malanga
Que agradable es para mi recibir la maravillosa claridad de la crónica de tus recuerdos.
No te conozco, pero , si reconozco el paisaje de todo lo que hablas. .

....y leyéndote no sé si realmente fueron cortadas esas raíces, creo permanecen demasiado profundas algo perfectamente comprensible después de ofrecernos imágenes de la larga y antigua historia de tu familia en Guinea. Yo ,después de muchos años de construir una vida en un lugar diferente , de recorrer un poco de mundo y de vivir lejos del lugar de aquella infancia cuando leo tus recuerdos me parece encontrar un paisaje donde pertenezco esencialmente. No exclusivamente, pero si esencialmente.
Y aunque , sin lugar a dudas, esta sea tu historia , al leerla me doy cuenta de cuantas cosas de lo que soy hoy se deben a aquella infancia.
Con el recuerdo del sabor de los cacahuetes calientes comprados a la entrada del cine Jardín le saludo, cosas y caprichos de la memoria, no sé porque ni me importa lo he recordado al leer sus recuerdos, pero, aún hoy, de vez en cuando tengo la necesidad compulsiva de darme un atracón de cacahuetes .
Un saludo cariñoso.
Monchita- Malanga
fernando el africano
Querido Ramón : Recuerdo aquella gran mansión que tenía Alfredo Jones y Susana Dougan a la salida de la carretera de San Carlos, en su margen izquierda. El motivo es el siguiente. En los años cuarenta íbamos una pandilla de amigos a bañarnos a la piscina que existía al final de los terrenos del Servicio Agronómico con nuestras bicicletas. Lo teníamos prohibido por el Servicio Agronómico y por nuestras familias. Un día quise dar una vuelta en el aire al lanzarme a la piscina y resbalé, cayendo en el borde. Me abrí toda la ceja derecha ( la cicatriz todavia se nota perfectamente) . Mis compañeros huyeron y el único que se quedó fué Adolfo Jones. Sujetandome una camisa contra mi ojo bañado como un torrente por mi sangre. Adolfo empujaba su bicicleta y la mía, y nos dirigimos a casa de su tía Susana. Cuando vió mi aspecto se asustó, pero con mucha sangre fria me curó me puso una pomada ( tal vez sulfatiazol) y así volví a mi casa donde recibí la bronca de toda la familia reunida. Aquel andar tal vez de dos o tres kilómetros ofuscado por la sangre de mi herida, sigo recordándolo. En 1945 vinimos a España de vacaciones y en el viaje Susana y mi madre quedaron en verse. Así que Susana y sus hijos ( Alfredo el padre no vino) vinieron unos días a una casa que mi familia alquiló en un pueblo cercano a la montaña de Monserrat, llamado Esparraguera aquí en Barcelona.

Fernando El Africano
Jose Eduardo Padilla
Moncho:
[B]GRACIAS[/B]

Por esas palabras que me han sonado como el eco en una penunbra de proyección de películas de super ocho en casa de algún amigo, y que mejor amigo y mejores palabra que cualquier película, tus palabras son las imágenes que todos llevámos dentro, tu las sabes decir y eso es un tesoro.

Gracias por tu capítulo tres especialmente.
Te esperamos, sin prisas, cuando quieras.

Gracias guineano.
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rosen
Moncho, tenías que recopilar tus relatos en un librito paraque lo podamos adquirir. O ya lo tienes y no me he enterado? drinks.gif besin.gif
Moncho Núñez
Francis Gracián me ha enviado este breve recuerdo, una de sus primeros intentos de explorar el relato corto, sin olvidar la poesía de la que tan buenas muestras nos deja en la portada de Cronicas.

Un sueño por cumplir
Me llamo Ngalo, pero los blancos nunca lo sabrán. Para ellos soy Leoncio, o “Papá” ( desde que el pelo se me encaneció ).
Vivo en una pequeña aldea alejada de estas gentes extrañas y descoloridas que llegaron aquí cuando mis antepasados hablaban con los dioses, y les ofrecían el jugo blanco y dulce del fruto del cocotero, esa palmera generosa que calmaba nuestra sed y nuestra angustia, cuando la teníamos, que no era algo tan habitual como ahora.
En aquellos tiempos lejanos los abuelos de nuestros abuelos daban gracias a los elementos, ponían sus marcas en la piel de los niños, según las tribus, y así cada dios podía reconocer y proteger a los suyos.
Eran tiempos en que cada uno de los pobladores de nuestra isla tenía su lugar. Las aldeas estaban lo bastante cerca unas de otras como para que pudieran ayudarse las personas, en caso de necesidad: un fuego, el parto difícil de una primeriza, el último viaje de un anciano o anciana… y tan separadas como para que hubiera intimidad y se pudieran mantener las propias costumbres.
Cada aldea tenía su chamán y su partera, aunque siempre se les llamó “El que habla con los dioses” y “La que trae la vida”.
Siempre supimos que en la “Tierra Grande”, que los blancos llaman “El continente”, había tribus feroces, de guerreros que sentían placer en matar. Pero en nuestra isla reinaban los dioses amables del sol, de la lluvia y de las nubes: los dioses que nos daban alimentos en abundancia, y un clima que nos permitía ir desnudos y dormir al raso si lo deseábamos.
Un hombre podía tener varias mujeres, y a veces, una mujer podía tener más de un hombre. Y los hijos se criaban juntos, sintiéndose hermanos, puesto que eran de la misma tribu y de la misma tierra, hijos de los mismos dioses, del mismo cielo…
Un día llegaron unos cayucos extraños, grandes, con telas blancas que se hinchaban con el viento, y se acercaban a nuestra tierra con rapidez. Nuestros antepasados les recibieron bien, y les acompañaron a lo alto del acantilado, donde vivían, a través del camino de tierra que luego esos hombres sin color llamarían “La Cuesta de la Fiebre”.
Según me contaron mis abuelos, estos hombres del color de ciertos pescados, o de los cerdos despellejados, trajeron enfermedades a las que tuvieron que acostumbrarse, y comidas muy raras, que venían en otros cayucos grandes, a los que ellos llamaban “Barcos”.
Eran un poco estúpidos, según nuestras maneras de ver la vida: Se vestían con ropas que les ahogaban, comían demasiado, trabajaban como locos…
No sabían disfrutar de la naturaleza; no se paraban para escuchar el arrullo del viento en los árboles, ni para mirar el abrazo del mar en los bordes de la isla, ni miraban el manto de la noche, que protegía nuestro sueño…
Construyeron una choza alta y extraña, a la que llamaron “Catedral”. El abuelo de mi abuelo se aficionó a ir allí, con el tiempo; sobre todo, ciertos días en que se oía cantar en el interior, y un sonido como de niños que se reían, y que ellos llamaban “Campanillas”.
En fin, nuestra gente estaba bien dispuesta hacia ellos. Pero poco a poco, estos viajeros de los cayucos grandes, empezaron a imponerse sobre nuestros antepasados, diciéndoles que eran sus jefes, y que la patria de todos era la tierra lejana de donde ellos procedían. Esto les pareció ridículo, y se reían de los blancos cuando ellos no estaban delante. ¿Cómo iban a pertenecer a una tierra que nunca habían sentido bajo sus pies?
Quisieron volverse a la selva, donde tenían sus chozas, sus hijos y sus animales, donde se echaban a descansar bajo los árboles cuando les viniera en gana, donde les esperaban siempre sus mujeres con flores en el pelo. Pero los blancos no les dejaron, porque ahora eran sus jefes y querían pasarse el día dándoles órdenes, tan tontas algunas que estos pacientes isleños tenían que esforzarse para que no se les escapara una sonrisa, pues los blancos no se lo hubieran tomado a broma. Como los nuevos “jefes” tenían algunos hombres vigilando con palos largos que escupían fuego y que ellos llamaban “fusiles”, se quedaron, y se limitaban a escapar de vez en cuando de noche, por turno, para que todos tuvieran la oportunidad de ver un rato a sus familias.

Sin embargo, la mayoría de los que yo conocí, muchas generaciones después de todo esto que cuento, eran hombres y mujeres que habían aprendido alguna de nuestras lenguas, y amaban nuestra tierra tanto como nosotros; quizá con más dolor, porque sabían que, posiblemente, algún día tendrían que marcharse de ella.
Me llamo Ngalo en el secreto de mi aldea, y soy Leoncio cuando bajo a Santa Isabel. Yo vivo en Moka, y ahora soy el jefe de mi poblado.
Suelo sentarme a fumar, y pensar, y hablar con el viento y la noche. A veces viene un blanco a visitarme, me llama “Jefe” o “Papá”, y creo que comprende mi dignidad. Él es un buen hombre, y me trae a sus niñas para que me saluden. Yo las miro y les sonrío, mientras hablo con su padre. Y me apena que mi deseo pueda cumplirse ahora que nos conocemos: porque en lo más profundo de mis entrañas, este deseo mío es el de todo mi pueblo, el de todos los habitantes de color de cualquier pequeño poblado; y es el de que estos hombres de color claro se vayan a su país con sus grandes cayucos, que ahora tienen motores en vez de velas, y queremos que nos dejen retornar a nuestras antiguas costumbres y ritos.

Pero cuando veo a lo lejos a este blanco que viene a visitarme, acompañado de sus tres niñas, pido a mis dioses que este deseo que tengo dentro de mi corazón, tarde un poco más en cumplirse…para que este blanco respetuoso y amable pueda dejarme ver cómo crecen sus hijas en mi tierra, y cuando hayan de marcharse, puedan hacerlo sin violencia.
---oooOOOooo---
Francisca Gracián Galbeño

27 de octubre de 2.011
fernando el africano
La historia es muy bonita y refleja en parte la realidad pasada. De tofas formas crero que en los llamados colonos en África , ha habido dos grupos diferenciados:

Unos que fueron con el ánimo de lucrarse de explotar a la tierra y a sus hombres, que lo mismo hubieran hecho en Castilla en las parderas francesas o en las nevadas tierras de Rusia.

Otros que en principio fueron allá para trabajar, ya que en su tierra carecían de esa oportunidad y en aquellas tierras africanas se impregnaron del encanto de aquella tierra de la filosofía de sus hombres, y lucharon para engrandecer aquel territorio que consideraban ya su casa, y vivían felices viendo comop aquellos hombres de color, iban recuperando una libertad que les habían quitado y con su esfuerzo lograron que llegaran a esa meta, aportando ideas, invirtiendo sus ganancias, lográndoles becas de estudios, etc. Hasta que con la Independencia salieron a la superficie, los odios raciales, de etnias, de tribus, brotándo los peores instintos, lo que aprovecharon explotadores universales, para avivar su negocio y su genocidio.

Fernando
Moncho Núñez


Cuando el Gobernador General Chacón llegó a Santa Isabel en 1858 había una población de 858 personas. En el censo que se realizó se dividieron en los siguientes grupos:
Santa Isabel, Indígenas, Bimbia, Camerones, Congo, Calabar Viejo, Lagos, Oboe, Akaw, Portugueses, Españoles (jesuitas), Krumanes, Cabo Costa, Gabón, Ingleses Europeos y Sierra Leona.
El grupo mayoritario era el de los Krumanes con 200 individuos.
La religión mayoritaria era la de los Protestantes baptistas.
Sería por eso que en el Bando que dictó Chacón nada más llegar, desde el vapor de Su Majestad Católica “Vasco Núñez de Balboa”, el artículo 1º dice: “La religión de esta Colonia es la católica, apostólica y romana que se profesa en la nación española, con exclusión de toda otra, ni es permitida ni tolerada otra predicación que la de los misioneros de la misma religión”.
El artículo 2º también se refiere a la religión y es ya en el 3º donde dicta la primera norma laica, para nombrar Teniente Gobernador de la Colonia a Mister Lingslager.

¿Quién sería este inglés?


Moncho Núñez
Complementando lo dicho por otros compañeros sobre este asunto, esta es la reseña aparecida en La Guinea Española:
“El día 22 de octubre de 1961 se recordará largo tiempo como una fecha en verdad histórica para el fútbol local a causa de la visita – por primera vez – de un club de primera división, el histórico R.C.D. Español de Barcelona.
Aprovechando la gira de este equipo por Nigeria, donde había sido invitado con motivo de las fiestas del primer aniversario de la Independencia, la Delegación de Fútbol, presidida por el Sr. Edmundo Collins, hizo las gestiones necesarias para que dicho Club en Santa Isabel. Vencidas muchas dificultades, por fin se pudo llegar a un acuerdo satisfactorio y el día 22 llegaban al aeropuerto de Santa Isabel los componentes del equipo españolista con el Vicepresidente del Club y el Secretario Técnico, el famoso internacional Don Ricardo Zamora.
Por la tarde del mismo día se jugó el ansiado encuentro con un estadio rebosante de público que admiró y aplaudió la clase indiscutible del equipo visitante que se impuso a la selección de la isla por el tanteo, un tanto abrumador, de diez tantos a cero.
El día 23 el R.C.D. Español se trasladó en avión a Bata, donde también se celebró un memorable encuentro, con el resultado de 6 tantos a dos, favorable al Español. A pesar de las derrotas sufridas, la visita del Español habrá sido muy beneficiosa para nuestros deportistas, que difícilmente olvidarán esta jornada histórica”.
Tampoco nosotros, después de tanto tiempo, lo hemos olvidado.
Tengo dos fotos, que he puesto en mi album de Crónicas, en la que están entrevistando en el campo de futbol a Ricardo Zamora, Luis Jimenez Marhuenda, por Radio Santa Isabel, mi hermano Gabriel por el Ébano y yo, que estaba por allí
.
westy
Amigo Moncho..interesantísimas...las reseñas y tus comentarios sobre el ayer y el hoy Guineano....como el delicioso Relato corto de "Un sueño por cumplir" o el Censo durante el tiempo del Gobernador General, Chacón, en 1858, de 858 personas...en el que yo destacaría y recordaría a los Jesuítas españoles...que debido a las enfermedades que padecieron, murieron muchos. No obstante,junto a los demás y con muchas dificultades... contribuyeron con su labor sacrificada, a sentar las bases de una Guinea como la que conocimos.

Por otra parte...la visita del Espanyol de Barcelona (Fundado por Universitarios Catalanes)...en 1961,a Guinea (Sta. Isabel y Bata),con el "Divino" Ricardo Zamora (Españolista ilustre), se consideró todo un acontecimiento. Lo de menos fué el resultado....pero que demuestra que ese Club...por su nombre e historia ....estaba siempre dispuesto a contribuir con éxito al deporte como embajador...sea en Africa , Sudamerica.....Europa o en el resto del mundo....Por algo la Corona le dió el título de Real (Ganado a pulso en 1912). Mientras tanto el otro equipo de la Ciudad ...creo que hacía "Stages" en Andorra.....


Un abrazo Moncho!
fernando el africano
n mi album sale la foto de la llegada del R.C.D. Español al aeropuerto de Santa Isabel, y recibo yo en nombre de la delegación de deportes a los expèdicionarios,. y salgop estrechando la mano de Ricardo Zamora. Quintana que era el delegado aq
fernando el africano
Como decía recibí al Español en ese caso a su entrenador Ricardo Zamora en representación de la Delegación de Deportes, ya que Quintana no pudo asistir, me acompañó Gumbao que hacía de seleccionador si no recuerdo mal. La foto la tengo colgada entre las fotos antiguas.


Moncho Núñez
Hacia los años 1920 a 22 fue capturado en la Guinea Continental un curioso ejemplo de la especie humana, al que bautizaron y llamaron como Lorenzo. El Gobernador Núñez de Prado los trajo a Santa Isabel y vivía en el Palacio del Gobierno. Se le calculaba una edad de 20 años y medía 80 cms. de altura. Se había criado con los monos. Todos sus movimientos eran de mono y articulaba los pies lo mismo que las manos. Si agarraba algo con los pies costaba trabajo desasirle. Cazaba moscas y se las comía. No estaba nunca quieto, tenía instinto de subir a los árboles y de romperse la ropa. Se defendía a mordiscos. No daba señales de usar la inteligencia aunque se logró que aprendiera a decir “papá”.
Moncho Núñez
El día 24 de enero de 1962 fue designada la Junta de Gobierno de la prestigiosa Casa de la Guinea Española en Barcelona en la siguiente forma:
Presidente Juan Doménech Viñas
Vicepresidente Francisco Javier Pérez Portabella
Secretario Enrique Roselló Pons
Vicesecretario Primitivo Ruiz de Villa
Tesorero Francisco Recasens Musté
Vicetesorero José Mª Vila Sala
Esta Junta recibió durante el mes de junio al Consejo de Gobierno Autónomo de Guinea presidido por Bonifacio Ondó y compuesto por Luís Maho Sicachá, Roman Boricó, Antonio Nang Nguema, FRANCISCO MACIAS NGUEMA, Aurelio Itoha, Luís Rondó Maguga y Gustavo Watson.
Como ya conocemos la historia posterior, vemos que Macías no hizo buenas migas con algunos de sus compañeros de Gobierno, pues no tardó mucho en asesinarlos.
La junta de la Casa de Guinea ofreció al Gobierno Autónomo de Guinea una cena en el Restaurante “La Masia” de Espulgas de Llobregat a la que asistieron numerosos empresarios con intereses en Guinea acompañados de sus esposas.
westy
Querido Moncho.....es bueno recordar viejos tiempos....Solo una precisión pues creo que el recibimiento al Consejo del Gobierno Autónomo de Guinea fué en el Año 1964...Año en que se formó el mencionado Gobierno, con Bonifacio Ondo de Presidente y Macias de Vicepresidente.....
Lo de la cena me acuerdo...pues fuí uno de los asistentes en "La Masia" de Esplugas (Barcelona).
¡Un abrazo!
Moncho Núñez
Amigo Nacho, vi tu nombre, y el de otros Pérez Portabella, entre la lista de asistentes a la cena, pero como decía y Sra. no pensé que en aquellos años, por joven, tu estabas casado y creí que sería un familiar. Buenos recuerdos.
Moncho Núñez
El día 25 de julio de 1962 tuvieron lugar en Bata los Primeros Juegos Florales de Río Muni. Actuó como mantenedor Iñigo de Aranzadi, siendo Reina de las Fiestas María Dolores de Juan-Sintes.
La Flor Natural y Primer Premio fue para Rafael Romero Moliner por su poesía "Rumba de arte mayor a Río Muni". El Segundo Premio se otorgó a Luis Gimenez Marhuenda y el Tercero a Jesús Delgado.
El Prosa el primer premio fue para José Delgado y el Segundo a Emilio Perri.
El Periodismo se otorgó el Primer Premio a Rafael Reina, el Segundo a mi hermano Gabriel J. Núñez Diácono y el Tercero a Juan Ndongo.
Recuerdo los Juegos Florales que se celebraron anteriormente en Santa Isabel , con Rafael Muelas de Mantenedor y María Barea como Reina, en el marco incomparable de la Plaza Jordana, delante del Ayuntamiento. Fue uno de los mejores, más emotivos y más maravillosos actos que se hayan celebrado en Santa Isabel
.
Moncho Núñez
Este es el Poema premiado a Rafael Romero Moliner con la Flor Natural.

RUMBA DE ARTE MAYOR A RIO MUNI

Vengo de un viejo cielo de gorriones

duro, tirante y frío,

a esta caliente tierra roja y fuerte

donde el viento trae rumbas y canciones

a este tambor redondo de la muerte,

del secreto más mío.

Traje mi vieja historia,

traje y traigo un temblor de escalofrío

para dar la raíz de mi memoria.

Traigo un paje bordado por mis dedos,

traigo una novia muerta entre mis dientes;

traigo asombros y miedos

y un enjambre de abejas impacientes.

Y traigo a ti palabras y semillas

de mañanas mejores;

traigo la vieja sangre de Castilla,

cruces de piedra y sueños de espadaña,

linos campeadores

de la tierra de España

para un bosque con otros ruiseñores.

Quiero cantar tu encanto de hoja en hoja,

quiero decir tu luz, poner tu viento

en palabra precisa,

cantar del tulipero la flor roja;

del bosque la ternura y el lamento,

de la playa las luces y la brisa.

Una desnuda voz, un viejo rito

de sangre sin frontera,

bajo la ceiba sueña con mañanas

de vivo azul en grito,

de viento sin costumbre que pudiera

apaciguar las ganas

de siguir vivo siempre y todavía.

Palpo aquí un pulso hacia la vida abierto,

una ancha luz de día;

un ayer imposible, medio muerto,

en flor de poesía.

Obscura selva, gozo sin noticia,

mar vegetal, verde extensión sonora

donde todo es caricia

y la sangre es anhelo a cada hora

y la muerte un asunto sin malicia.

Quiero decir tu voz, usar tu llanto

para mis propios miedos funerales;

quiero usar tus espantos

para pecados casi colegiales.

Y el verde vientre de la selva viva,

sangre de oscuros dioses,

mece sobre la danza primitiva.

Un lejano cantar a flor se atreve,

la palmera a cintura

y el ritmo sideral ha comprendido

que enamorarse debe

de una bailable novia en calentura.

Río Muni ha crecido

y un ancho río de agua, luz y asombro

sueña en silencio y rueda por mi hombro.



Rafael Romero Moliner (1962)
Moncho Núñez
[font="Comic Sans MS"]FERNANDINOS CÉLEBRES.

Me ha resultado curioso leer en La Guinea Española las minibiografías de varias personalidades de nuestra Guinea, algunas de las cuales conocimos y convivimos con ellas.

Dña Juana Olú Wole fue la primera hija de Dn. Maximiliano C. Jones, habida de una mujer bubi de Ureka, Dña Esther Richard’s, que recibió tal nombre de los Fernandinos de Santa Isabel, entre quienes se había criado.
Dña. Juana Olú Wole Jones se casó más tarde con D. Edmundo Collins Koro, de cuyo matrimonio nacieron D. Edmundo, Dña Trinidad y Dña Juana Collins Jones.
Maximiliano Jones quiso perpetuar la memoria de su primogénita dando el nombre de Olú’s Ville a su pueblo, situado a medio kilómetro de la Misión Católica de San Carlos.
También dio el nombre de Olú’s Ville a su primera lancha, que hacía el servicio marítimo entre Santa Isabel y San Carlos.
El Sr. Collins tuvo también una lancha llamada Ena, que prestaba su servicio entre la Capital y Concepción.
Siempre existieron muy buenas relaciones entre Papá Jons y los urecanos. Papá Jons les construyó un secadero de cacao en el mismo Ureka y una Hospedería en Olu’s Ville, donde se albergaban en sus viajes a San Carlos.
Los urecanos se declararon clientes de la Casa Jones a la que casi exclusivamente vendían su cacao y demás productos agrícolas.
Dña Juana Olú murió en Las Palmas de Gran Canaria, pero su cadáver fue embalsamado y recibió sepultura en el cementerio de Santa Isabel junto a su padre.[/
font]
Moncho Núñez
FERNANDINOS ILUSTRES

En la reseña de esta boda de la Alta Sociedad se hace un recorrido por muchos de los apellidos ilustres de Guinea.

D. Edmundo Collins Jones y Dña. Lucrecia Jones Dougan celebraron su boda en la Catedral de Santa Isabel el 18 de febrero de 1956, siendo los padrinos D. Alfredo Jones y Dña. Susana Dougan con D. Abilio Balboa y Dña. Lorenza Dougan. Actuaron de testigos D. Francisco de Sola, D. José Biosca, D. Adolfo Jones, D. Teofilo Dougan, D. Rolando Barleycon. D. Juan Olú Vivour y D. Francisco Dougan.
Dña. Lucrecia es hija de D. Eduardo Jones Bishop y de Dña Lorenza Dougan Kingson. Sus abuelos fueron D. José Salterio Dougan, Dña Mariana Kingson, y D. Maximiliano C. Jones,
Lucrecia era también sobrina de los Sres. Jones, de D. Teofilo Dougan y de D. José Okori Dougan.
También emparentó con la familia Castillo por el matrimonio de su tío D. Wilwardo Jones con Dña. Susana Castillo, hija de D. Pablo Castillo.
Tenía parentesco de afinidad con los hermanos D. Armando, D. Norberto y D. Abilio Balboa Atkins.

Como estaría la Plaza de España a la salida de los invitados
.
Moncho Núñez
Desde aquí y ahora me doy cuenta de las infinitas posibilidades de "aventuras" que ofrecía la isla y que muchos de nosotros no supimos aprovechar.
La Federación Provincial de Montañismo de Fernando Poo realizó el domingo 11 de noviembre de 1962 una expedición a la Cueva de Bantabaré en la que participaron 14 miembros, entre los que había tres valientes señoritas, que alcanzaron el fondo de la Cueva tras caminar por su interior por más de tres kilómetros, dejando allí una imagen de la Virgen dentro de una urna esmeradamente confeccionada por Armería Rodríguez.
Los componentes del grupo fueron conducidos hasta la boca de la cueva por Julio de Castro que puso amablemente su camión a disposición de Guadalupe de las Casas, Magdalena García, María Teresa Díaz, Herminio García, Francisco Díaz, Fernando Fernández, Luís Jiménez, Carlos Suárez, Félix Marhuenda, Alfonso de las Casas, Antonio, Francisco y José Luís Fernández Ceballos
,
Moncho Núñez
La ciudad de Clarence, luego llamada Santa Isabel, se inauguró el día de Navidad de 1827. En ese día se congregaron junto a un rellano (probablemente en que ocuparía la Plaza de España), previamente talado y expurgado de la maleza, de una parte la tropa de la Marina Real Inglesa a cuya cabeza figuraba el Capitán Owen, el Capitán Harrison y el Coronel Nicolls y de otra un grupito de indígenas del pueblo bubi Moteé, con su Jefe Rikuese al frente y a su lado un centenar de negros venidos de Sierra Leona y de otros puntos de la Costa Occidental Africana.
Se proclamó la Ciudad de Clarence, se tomó posesión de los terrenos comprados en nombre de Su Majestad Jorge IV, se izó la bandera inglesa y ante ella desfilaron los marinos rindiendo honores.
El Capitan Owen había desembarcado en la bahía de Santa Isabel el 27 de octubre de 1827. El misterio de la selva empezaba en el mismo acantilado. Pronto se haría famosa una Ceiba que se erguía majestuosa en Punta William, llamada después Punta Fernanda.
La expedición inglesa como tal fue un fracaso. Desde entonces adquiere Fernando Poo la fama de ser uno de los lugares más traidores por la malaria. Tenia belleza, brisa de mar, prosperidad, pero la muerte acechaba tras el utópico bienestar. En poco tiempo perecieron las tres cuartas partes de la población. La brillante base naval británica se trocó en hospital.
En 1835 el resto de la expedición decidió marcharse y abandonar el proyecto de establecer en Clarence el Tribunal Mixto para la represión de la Trata de Esclavos.
Moncho Núñez
En un Atlas Mundial de los que circulan por Internet, pinchando en Guinea Ecuatorial y su Historia, se dice lo siguiente:
El 12 de octubre de 1968, vinieron a ser un país independiente, gobernado durante diez años por Francisco Nguema, que ejecutó a cerca de 50.000 opositores. Nguema era un hechicero que se valió de la ignorancia del pueblo y mucha publicidad para mantenerse en el Gobierno por el terror. Cuando fue depuesto, en 1979, tras combate en la selva, incineró 60 millones de dólares que llevaba consigo en la fuga. Fue necesario desplazar un pelotón de fusilamiento de Marruecos para ejecutar su pena capital, ya que los nativos creían en su retorno del reino de los muertos en forma de tigre vengador.
Yo no había leído en ningún sitio lo de los 60 millones de dólares quemados
.
Jose Eduardo Padilla
Yo tampoco.
Sabia que iba con unas bolsas de plástico con el dinero, pero no que ¿lo quemara?
Saludos Moncho.
fernando el africano
Querido Moncho :

Muchas gracias por tu interesante busca de datos históricos. En la biografía que tengo de Macias escrita por Agustín Nze Nfumu ( embajador ahora en Francia) no dice nada de las bolsas, pero es casi seguro que concuerda con la filosofía del personaje.

Es más en un libro actual escrito por el annobonés Tomas Avila, dice que los ministros actuales o grandes cargos, van a veces con una maleta llena de dinero por si hay algún cambio político.

Un abrazo

Fernando
Moncho Núñez
Queridos José Eduardo y Fernando, hay que ponerles impuestos a esas transacciones monetarias maletarias y a esos movimientos de bolsa y se acabó la crisis. Abrazos.
LA CALLE DEL GENERAL MOLA.
La calle que casi todos nosotros conocimos como del General Mola es una de las más antiguas de Santa Isabel. Para ponerla en condiciones fue preciso llevar a cabo un gran movimiento de tierras en 1912 frente a La Rosaleda, a pesar de lo que quedó en alto el solar de la Casa de Iberia. Tras ello comenzó la vida de esta calle con el emplazamiento de la Policía Gubernativa y la Administración de Correos para cuyo levantamiento se empleó el emplazamiento de la antigua Casa del Gobierno y la Vigatana, existente en aquel entonces en lo que hoy ocupa el Palacio del Gobernador General. El Palacio del Obispo se levantó en lo que fue la Fonda Fita. La Misión Metodista está en el mismo lugar. Más abajo el Mercado se levantó también en 1912 y posteriormente la casa que ocupaba la Trasmediterránea. Junto a ella estaba Kindanongo que fue el primer nombre de la Compañía Caifer. La Cámara vino después, realizando los planos el Arquitecto Sr. Rodríguez Barrera hijo. La Casa Mallo se levantó por albañiles de la internación (¿?) sobre el solar de Pérez Mora; frente a ella estaba la estación del ferrocarril. También estaba la Casa Lua y siguiendo hacia San Carlos se encontraban la casita de D. José Mª Güerri y las edificaciones de Vivancos y Fernando Mora.
rosen
CITA(Moncho Núñez @ Apr 24 2012, 01:22 PM) *
En un Atlas Mundial de los que circulan por Internet, pinchando en Guinea Ecuatorial y su Historia, se dice lo siguiente:
El 12 de octubre de 1968, vinieron a ser un país independiente, gobernado durante diez años por Francisco Nguema, que ejecutó a cerca de 50.000 opositores. Nguema era un hechicero que se valió de la ignorancia del pueblo y mucha publicidad para mantenerse en el Gobierno por el terror. Cuando fue depuesto, en 1979, tras combate en la selva, incineró 60 millones de dólares que llevaba consigo en la fuga. Fue necesario desplazar un pelotón de fusilamiento de Marruecos para ejecutar su pena capital, ya que los nativos creían en su retorno del reino de los muertos en forma de tigre vengador.
Yo no había leído en ningún sitio lo de los 60 millones de dólares quemados
.


Era francisco Macías..Tampoco sabía yo que fue un pelotón de Marruecos.
fernando el africano
Querido amigo Moncho :

Cuando pones un interrogante a los "albañiles de la internación" , puede referirse ese término al hábito ya hacía tiempo del Gobierno español, de enviar a Guinea presos políticos o deportaciones. Así en 1932 son deportados a Santa Isabel de Fernando Pçóo, por el Ministro de la Gobernación Casares Quiroga, un grupo de anarquistas .

El decreto de 19 de enero de 1933, crea una Colonia Penitenciaria em el África Ocidental y nombra una comisión para establecerla en Río Oro o Annobón.
rosen
Les mandaban a la cárcel de allí? O trabajar? O hacer carreteras? unsure.gif

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Pascual
Moncho Núñez
A mediados del siglo XIX se llevaron a Guinea presos políticos rebeldes cubanos de la primera guerra de independencia, pero no sé si fueron como trabajadores forzados. Habrá que mirarlo, Fernando.
Lo que si recuerdo, y nada agradablemente, es que al jardín de mi casa venían a chapear, alguna vez cuando las lluvias, los presos de la Policía, custodiados por un agente con un fusil mauser colgado del hombro
.
Moncho Núñez
LA EDUCACIÓN EN GUINEA EN 1960

El personal docente dedicado a la Enseñanza Elemental y Primaria en 1960 sumaba 232 miembros desde el Director Inspector de enseñanza hasta Maestros auxiliares de tercera clase.
Toda la población infantil de Fernando Poo recibía la Enseñanza Primaria Elemental, dándose el caso de que para una población infantil estadística de 4571 niños, asistían a clase 4888, debido a incorporaciones de niños procedentes de Río Muni o extranjeros.
En la Enseñanza Profesional colaboraban los siguientes centros:
La Escuela Superior Indígena donde se formaban Maestros Auxiliares y Auxiliares Administrativos.
La Escuela de Capacitación Sanitaria, con formación eminentemente práctica de enfermeros y enfermeras.
La Escuela de Capacitación Agrícola de enseñanzas agrarias.
El Centro Laboral La Salle con enseñanzas de Bachillerato Laboral en la modalidad Agrícola y Ganadera.
La Escuela de Artes y Oficios de la Misión Católica donde se cursaban artes y oficios manuales.
A la Enseñanza Media se dedicaba el Patronato Provincial Cardenal Cisneros que funcionaba desde 1942. En 1960 estudiaban el Bachillerato 160 alumnos europeos y 108 nativos..
La Enseñanza Universitaria se cursaba en la Península. En el curso 1960-61 habían 108 universitarios nativos guineanos estudiando en Facultades. Escuelas Superiores, de Grado Medio y Academias.
Moncho Núñez
ALGUNOS DATOS GEOGRÁFICOS DE INTERÉS.

En 1960 la población de Santa Isabel era de 2.257 hombres y 1.724 mujeres europeos, mientras que la población de nativos era de 13.410 hombres y 10.789 mujeres. Total de habitantes 28.180.
En Bata los europeos eran 1.128 hombres y 778 mujeres mientras los nativos eran 12.020 hombres y 11.834 mujeres. Total de habitantes 25.760.
Los montes más altos de Fernando Poo eran el Pico de Santa Isabel con 3.007 m., al que sigue la Caldera de San Carlos con 2260 m. y el Pico Biao en Moka con 2.009 m.
En Río Muni las mayores elevaciones son las que dan la Piedra Nzas, Monte Chimé y Monte Mitra de 1.200 m.
La carretera de mayor longitud era la de Bata a Ebebiying con sus 228 km.
La máxima temperatura de 1958 y 59 fue en Fernando Poo de 34 º y la mínima de 17 º y en Río Muni de 32,6 º de máxima y la mínima de 15 º.
La zona más lluviosa de toda la Región es la de Ureca, en donde el año 1958 cayeron 11.506 mm. con 202 días de lluvia. (Para comparar, en San Sebastián llueven 1.738 mm en 140 días.)
En Río Muni se lleva la primacía Cabo San Juan con 5.090 mm.
Moncho Núñez
MÁS SOBRE LA ENSEÑANZA EN GUINEA.

Esto supongo que le gustará a Nacho (Westy)

En el ámbito de la Enseñanza en Guinea se otorgaban a los estudiantes de los distintos niveles varios tipos de Becas por algunos Organismos Oficiales y particulares.
Los Organismos Oficiales eran la Diputación Provincial y el Consejo de Gobierno para cursar estudios en la Península. También la Consejería de Información y Turismo becaba estudios de Hostelería en Almería.
La Caja de Seguros Sociales de Guinea daba 1 beca para niña en Basilé, dos becas para niños en la Misión Católica y dos becas para niñas en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Bata.
Lo que más me ha sorprendido es que algunas Empresas Privadas ubicadas en Fernando Poo también otorgaban bolsas para estudios en el Instituto Cardenal Cisneros de Santa Isabel.
La Empresa FRAPEJO 16.000 ptas. para estudios de bachillerato elemental y superior .
La Empresa FRAPEJO 14.000 ptas para estudios de bachiller elemental.
La Empresa FRAPEJO 36.000 ptas lo que era equivalentes a 4 becas anuales, éstas destinadas a chicas, 3 de ellas para nativas de Fernando Poo y 1 a nativa de Río Muni.
14.000 ptas la Empresa CAIFER.
14.000. ptas la Empresa Magdalena Mora.
westy
¡Chapeau...amigo Moncho! Naturalmente me he alegrado por dar la información sobre el otorgamiento de Becas por Frapejo y otros....,pero también por todas las noticias en general que vienes dando en "El hoy y el ayer Guineano ...y otros relatos"....Siempre interesante...pues recordamos y también descubrimos cosas..que quizás ignorábamos y que gracias a tus "extractos" conocemos.
¡Un abrazo!
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