Ayuda - Búsqueda - Usuarios Registrados - Calendario
Versión Completa: VARIOS
FORO DE CRÓNICAS DE LA GUINEA ECUATORIAL > FORO GENERAL > HISTORIA DE GUINEA ECUATORIAL
Páginas: 1, 2
malé
Olaechea, el gran cazador blanco

El militar baracaldés Basilio Olaechea Orruño se convirtió en una leyenda en Guinea Ecuatorial en la segunda mitad del siglo pasado
MIGUEL GUTIÉRREZ/VITORIA

Era atlético, fornido, y, en opinión de sus contemporáneos, de un arrojado que rayaba la temeridad. Basilio Olaechea Orruño, un militar de la localidad vizcaína de Barakaldo que llegó a ser gobernador de Río Muni -territorio que exploró el alavés Manuel Iradier- fue toda una leyenda en África en la segunda mitad del siglo XX. Su atinada puntería era casi legendaria.

ARTICULO COMPLETO
malé
Gobernador civil en Río Muni

El militar vasco escribió un tratado sobre la guerra en el bosque ecuatorial
M. GUTIÉRREZ/VITORIA


ARTICULO COMPLETO
malé
La importancia del 'pistero'
M. G./VITORIA
EL CORREO DIGITAL

Los 'pisteros' o rastreadores indígenas eran el pilar fundamental en las expediciones de caza. Los nativos, conocedores de todos los rincones de la selva, eran quienes localizaban a la pieza en cuestión, y quienes, a menudo, corrían los mayores riesgosm de la partida. En la antigua Guinea Española los mejores eran los pigmeos 'bayeles'. Entre ellos, destacó un cazador formidable llamado Nziqui, que a pesar de su corta estatura, y de tener el brazo derecho inutilizado por el ataque de un búfalo, se cobró decenas de elefantes con la única ayuda de su pequeño venablo, que tenía que lanzar con la zurda.

Durante una expedición de caza, una vez señalado el animal por parte de los pisteros, éstos cedían a los europeos el privilegio del disparo final. Después se repartía la pieza. Para los indígenas, la carne. El marfil era el trofeo de los cazadores blancos.
Moncho Núñez
Libro editado por la
Dirección General de Marruecos y Colonias

HISTORIA DE LA ACCION CULTURAL EN LA GUINEA ESPAÑOLA

por

HERIBERTO RAMON ALVAREZ GARCIA
Director-Inspector de Enseñanza de los Territorios Españoles del Golfo de Guinea.

Madrid 1948

Esta es la lista de los maestros hasta 1943
Jose Eduardo Padilla
A raiz de una foto de la galeria, os dejo un escaneado del ABC de 1 de Octubre del 64.
en el se recoge la concesión de la medalla de la Orden de África a diversas personas.
Posiblemente podais identificar a algunas de ellas y es posible que aparezca mas de un familiar de amigos de esta nuestra "cronicas de guinea ecuatorial".

Abrazos
Jose Eduardo Padilla
la hoja siguiente
J.L.PEREZ DEL CAMPO
RAFAEL ROMERO MOLINER, MEDICO EN EJERCICIO, RECORDAREIS QUE ERA EL "CHEVALIER SERVANT" DE CARMIÑA IZQUIERDO.

A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA, CON LA PERSPECTIVA QUE DAN EL TIEMPO Y LAS VIVENCIAS.CREO QUE NO ES NINGÚN "COTILLEO" DECIR QUE EL DR. ROMERO FUE -DURANTE MUCHO TIEMPO- EL ETERNO ACOMPAÑANTE DE LA QUE FUÉ UNA DE LAS GRANDES DAMAS DE LA ESCENA GUINEANA.

DURANTE TODA MI VIDA POSTERIOR A LA EPOCA AFRICANA, AQUÍ EN ESPAÑA, SIEMPRE LES HE RECORDADO COMO "LA EXTRAÑA PAREJA". Y ME EXPLICO: A PESAR DE MI GRAN CONFIANZA CON CARMIÑA, Y NUESTRAS LARGAS CONVERSACIONES DURANTE SUS GUARDIAS EN LA EMISORA, JAMÁS OÍ DE SUS LABIOS UNA EXPLICACIÓN DE ESA RELACIÓN.

Y ESO QUE CARMIÑA ME CONTÓ MUCHAS COSAS DE SU VIDA; TANTAS COMO PARA LLEVARLA EN MI RECUERDO COMO UNA DE LAS PERSONAS MAS INTERESANTES QUE HE CONOCIDO EN TODOS LOS AÑOS DE MI YA LARGA EXISTENCIA.

RECIBID TODOS UN CÁLIDO ABRAZO NAVIDEÑO DE ÉSTE VUESTRO AMIGO.
Guest
¿Es que Pilar Primo de Rivera vivió en Guinea?
malé chillida
Un enlace curioso

HTA G.E.
malé chillida
MÁS INFO HISTORICA

GEOGRAFIA Y GEOLOGIA DE G.E.
malé chillida
REYES BUBIS

INFO
malé chillida
(Este Artículo fue publicado en la Revista la Guinea Española. Santa Isabel (Fernando Poo). 1962, páginas 228-232)


LA FAMILIA REAL

Por Amador Martín, C.M.F.



Una de las cosas de más valor que suele reconocerse a los pueblos africanos es su magnífica organización política. Esta organización política llegó a crear estados tan vastos y poderosos como el de Manicongo, de Benin o de Ghana. También el pueblo bubi ostenta un maravilloso sistema de asociación en su modo perfecto para las necesidades culturales o económicas de aquellos tiempos. Hablemos algo de aquello que suele tener más fama entre nosotros, cual es la familia real.



La familia es la estructura básica en el acoplamiento político del pueblo bubi. Pero “familia” no es lo mismo en español que en bubi. Si damos el nombre de familia es porque en este vocablo indicamos principalmente un vínculo de sangre. Pues bien; en la biología bubi el vínculo de sangre no existe más que entre el hijo y la madre, no entre el hijo y el padre. Entre el hijo y el padre existirán poderosos vínculos espirituales y de veneración pero no carnales. De aquí que en bubi la familia se componga de todo el conjunto de hermanos de una misma madre, y de todos los familiares y ascendentes de la madre, también por línea materna, juntamente con todos los antepasados en esa misma línea. El conjunto así de familiares forma el rijoe [rihòe], cada uno con su propio nombre, conservado a través de los tiempos. Dentro del rijoe [rihòe] existe entre sus miembros un gran amor y una comunidad de bienes y poderes. Los bienes que tiene cada uno pertenecen en común a la familia. Si una familia se extiende por varios pueblos, en todos ellos gozará uno cualquiera de sus miembros de la misma consideración y participará de los mismos bienes. Por lo tanto, en todo esto se está desvinculando del padre. No nos ha de extrañar, pues, que los hijos salgan de su hogar paterno y vayan a casa de sus tíos maternos; éstos le educarán mejor que su padre.



Este concepto de familia tiene gran importancia para explicar la línea sucesoria en los cargos políticos. El vínculo de sangre existente en todos los miembros de la familia no permite que entre sí realicen ninguna unión matrimonial ni de concubinato, por lejano que sea el parentesco que les una. Un hijo hereda siempre los poderes acumulados en la sangre de la madre y como ya no puede unirse a una mujer que tenga esos mismos poderes, es decir: que sea de su familia, se ha de unir a otra y sus hijos, a los que él tampoco transmite nada, serán ya de otra familia y con otros poderes.



La sucesión de poderes irá siempre del hermano mayor en edad a los siguientes hermanos y de éstos a los sobrinos maternos, nunca del padre al hijo. En general los poderes se acumulan en el mayor de la familia existente en todo un distrito, como más próximo a sus antepasados que son los verdaderos poseedores de todo poder.



Estas estructuras matriarcales dentro del pueblo bubi concedían a éste gran estabilidad política. Cada uno nacía dentro de una familia con su rango propio, sabía el puesto que por herencia materna le tocaba y no intentaba oponerse a ese destino impuesto por Dios y los Espíritus, algo así como ahora los occidentales respetamos la propiedad heredada de los padres.



En toda la isla [Bioko] ha existido este sistema de jerarquías familiares. Por esto, fácilmente se concibe que si todos reconocen a una familia como la principal, el mayor de esta familia sea en realidad el “rey” de toda la isla y la mayor de esa familia la reina o la gran “madre” para todos los bubis. Lo difícil será señalar el distrito donde el mayor de la familia sea reconocido como el mayor también para todos los demás distritos. Ese distrito ha sido tradicionalmente lo que nosotros ahora llamamos “valle de Moka”.



Quizá sea por ser el lugar más alto habitado por los bubis, de grandes ventajas en tiempo de guerra, o porque allí se asentaron desde el principio las primeras jerarquías o por ser el lugar de mayor riqueza en la antigüedad. En aquellos tiempos la riqueza se basaba en los ñames, cabras, lokó [lökó] o dinero bubi, maderas especiales para el fuego sagrado que arde en las casas de los espíritus... Todo esto se encontraba en abundancia en Moca [Moka]. En sus laderas se asentaban vinateros [baeba], cazadores [abébá] y en las playas los pescadores [baobè] para el muchucu [mötyúku] o rey. Moca [Moka] era el lugar de las mayores “fiestas” y por lo tanto del mayor poder.



Pero, además, hay una leyenda que nos puede explicar el porqué de la primacía del “valle de Moca”, leyenda de gran importancia para la historia oral del pueblo bubi.



En todos los distritos bubis se afirma que vinieron en cayuco de las tierras continentales. Las sucesivas emigraciones han sido contadas por nuestro P. Aymemí. Pero en lo que respecta a los bubis actuales del sur hay que poner cierta unidad en esas emigraciones.



La tradición de venerar con especiales ritos el lugar donde un bubi se asentó por vez primera nos permite averiguar cómo fueron expandiéndose los bubis por la isla y también el primer lugar de la isla donde desembargó el pueblo bubi. Ese lugar está señalado en la desembocadura de un pequeño río en el sur de la isla. Dicho río se llama Djiké y desagua casi junto al Mutálelo del Mapa de la Comisión Geográfica.



Aquella primera expedición de bubis, -dice la tradición- fue conducida bajo el mando de un guía extraordinario –el Moisés de los bubis- llamado Muametó. Muametó, lleno de emoción ante el feliz resultado de aquella navegación que les arribó a la isla pronunció un célebre discurso en el que repartió la isla, tal como se ve desde el sur, e instituyó así la jerarquización de los distritos.



Comenzó Muametó dando gracias a sus antepasados y a los espíritus protectores y después, subiéndose a una piedra –que aún sigue siendo venerada- y mandando sentar en otras tres piedras a los otros tres jerarcas de la expedición dijo:



Yo me quedaré aquí mandando las tierras bajas. Tú, Aba, subirás a aquellas alturas (señalando la actual Moca) y nos mandarás a todos. Tú, Vuamochiké [Vöamötyíké], escalarás aquellas otras (señalando el collado de Belebú) y allí mandarás. Y tú, Alobari, irás por el oeste y allí habitarás.



Desde entonces los tres grandes han sido el jefe de Moca como el principal, el de los babiaoma [babiáoma] de Ombori [Ömbóri] y el de los Vatete [Batete]. Pero todos ellos vinieron de Ureka y como apoyo de esta tradición histórica estaba el hecho de que antes de coronar al rey de Moca se habían de ofrecer cinco cabras al de Ureka, reconociendo así que de allí les vino la autoridad.



Desde la instalación de los bubis en Moca se han ido sucediendo tres familias reales:

La familia Babuuma

La familia Bapolo

La familia Bahítaari

La familia Babuuma fue la primera que se asentó en Moca.



Las familias posteriores reconocieron en ella la primacía, constituyéndose así en lo que nosotros ahora en el lenguaje occidental llamamos familia real. Adviértase que en el sistema bubi el gobierno como tal es teocrático; nada se hacía que no fuese imperado de lo alto o que no se hubiese consultado a los espíritus, que celebran su reunión con Dios y reciben de este sus poderes. El hombre importa poco; lo que importa son sus carismas.



En nuestro estado actual de investigación no sabemos si el Aba perteneció a aquella primera familia de Babuuma. Nos inclinamos a que así fue y la figura del Aba, conservada hasta nosotros después de haberse extinguido su familia, ha quedado como recuerdo de ella y como depositaria de todos los poderes y fuerzas espirituales que se han ido acumulando en el pueblo bubi desde su existencia en la isla. Precisamente se halla muy cerca del lugar señalado y venerado, donde se estableció el primer pueblo de la familia Babuuma, del actual del Aba, que según ley no puede moverse nunca de su sitio.



Será difícil poder enumerar los reyes de aquella primitiva familia, aunque se abriga alguna esperanza, puesto que ciertos reyes son venerados por el pueblo como espíritus protectores.



Lo que sabemos ahora es que la familia Babuuma cesó en su reinado por lenta extinción de su rama noble, ya que si una mujer de la familia real se une a un nombre que no ha nacido dentro de ciertas familias nobles, su descendencia pierde nobleza. En este caso el último rey, al ver que los espíritus no le han dado ningún sucesor, designa él mismo la familia que le ha de sustituir.



Así se trasladó la corona a la familia Bapolo, cuyo origen en Moca puede contarse con algún pormenor.



La familia Bapolo y la familia Bahítaari entran en Moca al mismo tiempo.



Sucedió que a un hombre de Moca de la familia Bamolebori, llamada también Bariiki, le tocó en matrimonio una mujer de nombre Booba que habitaba en un pueblo, hace ya mucho tiempo desaparecido y famoso en la antigüedad. Este pueblo se llamaba Mosoló y se asentaba en la región de Bilélipa frente al islote Leven y junto al pueblo Moembe, que es el lugar donde se hacían las sartas de conchas que sirven para pulseras y brazaletes.



Fundó el pueblo de Mosoló la familia Bahítaari, venida de Ureka, por lo cual esta familia era la principal en el poblado. La mujer Booba pertenecía precisamente a esta familia y como según la ley la mujer ha de trasladarse al caserío de su marido, el pueblo se negó a ese traslado protestando que se trataba de la mujer que habría de ser su reina. Tal contienda no terminaba de arreglarse hasta que un día Booba dijo secretamente a su marido: “iré contigo a Moca y allí fundaremos un nuevo pueblo. Sólo quiero que me permitas llevar el epadji, -olla para ofrendas- que está en la casa de mis antepasados”. El marido accedió a este deseo de su mujer y cargado con la olla de barro, fueron subiendo hacia la meseta de Moca. Cuando Booba vio a su marido cansado de subir con la carga del epadji, le dijo resueltamente: dejemos rodar el epadji y donde se detenga allí construyamos nuestra casa. El epadji rodó por la montaña y fue a caer un poco más abajo del actual puente en las llamadas “casas vascas”. Allí fundaron el primer pueblo que se llamó Riseete corriendo a su lado el arroyuelo Kobábiko.



Asentada ya en este pueblo la mujer Booba trajo a su lado para educarla a una niña de Bakake de la familia Bapolo. Esta niña se casó con uno de Moca y su descendencia se multiplicó prodigiosamente. Cuando murió el último rey Babuuma, la familia Bapolo había adquirido gran importancia y el rey la designó para sucederle. Adviértase cómo estas tres familias tienen su origen en Ureka, -los de Bakake y Ureka son de la misma tribu- y se comprenderá fácilmente que deben ser las tres familias más antiguas en la isla.



Mientras la familia Bapolo reinaba, se expansionaba por el valle de Moca fundando nuevos pueblos la otra familia Bahítaari. Y no solamente en Moca sino por todos los pueblos de la isla se fue extendiendo esta familia. Porque desde que Booba se decidió a salir de Mosoló, este pueblo fue desapareciendo poco a poco y dispersándose en uniones matrimoniales hasta los caseríos más lejanos.



Hoy la familia Bahítaari es la gran familia real. En todos los pueblos –quizás en el norte no sea así- para ser muchucu, jefe de distrito, se necesitaba estar emparentado con esta familia. Así no había luchas políticas, pues todos los jefes estaban emparentados con el rey. (Las guerras que con tanta frecuencia se desarrollaban en la isla se debían a ciertos bandos misteriosos con ceremoniales complicados y secretos). Si en algún pueblo se habían extinguido las mujeres Bahítaari se les mandaba muy pronto desde Moca alguna para que siguiese la familia real.



Dentro de esta familia han sido famosos para nosotros los últimos reyes. Muajamitá, Moca, Sas Ebuera, Malabo, Alobari, Oriche. Buadjabitá reinaba ya hacia 1860. Moca comenzó a reinar hacia 1875 y terminó su reinado en 1899. Como su reinado fue largo, sus hermanos eran ya muy ancianos cuando les tocó reinar, y reinaron poco tiempo.



Para que uno pueda ser rey en estos tiempos se necesita ser hijo de una madre mohítaari y que el padre pertenezca a una de estas dos familias nobles: la bamuedaari o la bamolebori.



Sabemos los nombres de otros reyes, pero hay que aquilatar al menos su sucesión.



Para terminar, y saliéndonos del tema, describiremos la corona o tiara real. En el pueblo bubi el sombrero era lo que indicaba el grado de nobleza, la familia, sociedad o los espíritus a que uno pertenecía. Era la prenda exterior de mayor importancia. Sustituye el sombrero a las máscaras de otros pueblos africanos.



El del rey se componía primero de un capacete con alas de cestería. De la parte central superior partían, colgando en todas las direcciones, sartas de discos de conchas [lökó] tantas que recubrían totalmente el capacete.



Cada sarta terminaba en alguna insignia, generalmente una pequeña pluma roja de loro. En el vértice del sombrero, uniendo todos los rayos de sartas de nácar terminados en rojo, se colocaba la gran insignia del djoko, que sólo podía llevarlo el rey y Aba (supremo jefe espiritual). El djoko es la base de una concha de un cono.



El sombrero se teñía totalmente de sangre y delante se colocaban dos cuernos de macho cabrío, sostenidos por una tira de pieles, piel sacada juntamente de la frente del animal.
malé chillida
BALBOA, EN LA SENDA DE JONES
F. ZAMORA
02.01.2006

Javier Balboa, canterano del Real Madrid de raíces guineanas, brilla en cada actuación con el primer equipo. Un jugador que por origen y paisanaje entronca con Miguel Jones, el futbolista que destacó en el Atlético de los sesenta.

Sin lugar a dudas, el mejor alcalde que tuvo la ciudad de Santa Isabel (hoy Malabo) en la década de los 60, fue don Abilio Balboa Atkins. En su época, florecieron en la ciudad, por entonces de dominio español, las artes, pero sobre todo los deportes: no había fin de semana alguno, que el estadio Santa María no fuese escenario de algún combate de boxeo o un buen partido de fútbol.

Contribuyó al auge del fútbol el hecho de que los tres hijos de Abilio Balboa: Norberto, Armando y Chiqui, eran excelentes futbolistas, aunque el que mas destacó de todos los hermanos fue Chiqui, un formidable goleador, hábil, y rápido, que marcó una época en el Juventud de Biafra y en la selección guineana.

Pero además de jugar al fútbol, Armando y Norberto se comprometieron en la lucha por la independencia de Guinea, como militantes significados del Movimiento Nacional de Liberación de Guinea Ecuatorial (Monalige), que lideraba Atanasio Ndongo Miyone, quien tras la independencia protagonizó un fallido golpe de estado contra el presidente Francisco Macías. La represión que siguió a la intentona golpista se llevó por delante a Armando y a Norberto, el abuelo del actual jugador del Castilla y que brilla en el Real Madrid, Javier Balboa. Después de eso, los Balboa se desperdigaron por España. Una hija de Armando, Alicia, se unió con el primogénito de Domingo Balmanya, que fuera entrenador del Barça. Y el hijo mayor de Norberto, Ricardo, se estableció en Madrid, donde se casó con Purificación (Mami, en familia). De esta unión nació Javier Balboa Osa, quien ingresó con 14 años en las categorías inferiores del Real Madrid.

En la estela de los Balboa, se hallaban los Jones, otra extensa saga criolla que arranca con el patriarca, Maximiliano Jones, fundador de la ciudad de San Carlos (hoy Luba) y cuyos hijos impulsaron la práctica del boxeo en la ex colonia española en África. Gracias a Williwardo Jones, los guineanos pasaron de ser simples bronquistas callejeros, a dominar la guardia, el jab y el directo.

Destacados púgiles como Pedro Becche (alias Bala Negra) o el gran campeón annobonés, Pablo Olivera, fueron alumnos destacados del magisterio de los Jones. Y, aún le dio tiempo a esta familia, con raíces en Guinea y en el País Vasco, a enseñar a jugar al tenis y al baloncesto a muchas generaciones de guineanitos.

Pero a pesar de la gran afición de los Jones por el boxeo, el deportista más brillante de esa familia acabaría siendo Miguel Jones, un poderoso atleta, que empezó destacando en el Baracaldo pero terminó por explotar, de manera espectacular, en el Atlético de Madrid. Miguel Jones militó durante ocho temporadas en el club rojiblanco y, dadas sus increíbles condiciones físicas, jugó de todo menos de guardameta. En varias ocasiones se alineó como central, pero también lo hizo como medio, interior y extremo.

Años después, cuando ya se había retirado Miguel Jones, y uno de sus hermanos hacía sus pinitos como entrenador de fútbol, en Guinea, al frente del Sony San Fernando, irrumpió de manera espectacular en el deporte nacional, el último de la saga, Juan Carlos Jones, un velocista explosivo y de gran zancada, que se iba a convertir en plusmarquista español de los cien metros lisos. Al final, la historia haría que el fiscal que juzgó y condenó a muerte, en 1979, a Macías, se llamase José Luis Jones.

rolleyes.gif rolleyes.gif rolleyes.gif
alicia balboa
besin.gif besin.gif GRACIAS MALE. HAS IDO MAS RAPIDA QUE YO. ME HA GUSTADO EL ARTICULO Y QUERIA COMPARTIRLO, PERO TODAVIA NO HABIA ENCONTRADO EL MOMENTO. PERO LOS AMIG@S ESTAN PARA AYUDARNOS CUANDO NOSOTR@ NO PODEMOS . TE QUIERO YA LO SABES.
DECIROS QUE MI SUEGRO FUE ENTRENADOR DE MIGUEL JONES EN LOS AÑOS 65-66 CUANDO GANARON LA LIGA CON EL ATLETICO DE MADRID.
PACO, A TI TAMBIEN TE QUIERO, POR ACORDAROS DE NOSOTR@S.Y SOBRE TODO DE MI PADRE Y MI TIO, CREO QUE SE LO MERECEN.
fernando el africano
Querida Malé

La verdad es que yo nuna vi jugar a Chiqui, pero creo que el mejor de los hermanos como futbolista fué Norberto, quien destacó en la Selección de Fernando Poo en los encuentros internacionales con selecciones de ciudades de Camerún, Gabón y Nigeria. Si no recuerdo mal tanto Armando como Norberto habían jugado en el Condal, que era en aquellos tiempos el Barsa B. Yo estuve con la selección ( de acompañante) en Likomba cerca de la ciudad de Victoria en el Camerún Inglés, pero en aquella ocasión creo que solo jugó como nativo Edmundo Collins, en cambio si vino en la expedición don Abilio, hombre elegante por excelencia.

Me encanta que publiqueis tantas noticias interesantes, Mi enhorabuena.

Un abrazo

Fernando El Africano
malé chillida
Y buscando buscando me he encontrado con esto rolleyes.gif rolleyes.gif

más historia y en esta ocasión de la mano de un compañero de esta página:

FERNANDO " el africano

"SOBRE EL CACAO

biggrin.gif
curiosa
Felicidades, me han encantado el último discurso, ¿me podrías explicar más de sus creencias en los espiritus? gracias
Joan
Hola a todos,

En primer lugar un saludo cordial. Hace ya tiempo que visito este interesante foro y, finalmente, hoy me he decidido a intervenir para dejarles un artículo que creo que puede ser de su interès tanto por su contenido en si como por las referencias bibliogràficas que aporta.

Tal vez deba presentarme brevemente, estoy interesado en antropologia y historia africana y tambien, sobretodo, en su fauna. Siempre me atrajo Guinea y África central en general.

Soy de Barcelona, nací justamente el año en que muchos de ustedes tuvieron que abandonar precipitadamente Guinea, y no tengo otra vinculación familiar con este país que el deseo de un tio mio materno de ejercer como maestro en Guinea que no pudo cumplirse finalmente a causa de su muerte por enfermedad.

De mi padre heredé la pasión por Africa desde pequeño. Con el tiempo, y a causa de mi interés por la biologia, acabaria conociendo a personas que estudiaron la fauna guineana en tiempos de la colonia como el Dr Benigno Román González (hermano de la Salle) o el Dr Jordi Sabater Pi.

Con el primero de ellos, hoy tristemente fallecido, mantuve interesantes i largas conversaciones no solo sobre temas de fauna, sinó sobre la vida en tiempos de la colonia. Román, que vivió gran parte de su vida en Àfrica (Burkina Fasso, Niger i Guinea) fue autor en 1970 del magnifico estudio "Los peces de Rio Muni" una obra de referencia hasta hoy dia para los científicos de todo el mundo que le llevó a recorrer la zona continental de Guinea rio a rio.

Bien, el artículo que les dejo no és de fauna, se trata de un estudio de antropologia de Jacint Creus que fue publicado el año 1994 en la revista "Recerques" 30: 103-119. Jacint Creus és doctorado en Antropologia Cultural en la Universitat de Barcelona i doctorado en Història de Àfrica en la Universidad de París.

Este articulo, titulado "Guinea Ecuatorial, 1883-1911: La invención de una identidad" trata sobre el impacto cultural de la colonización sobre la cultura bubi. Esta en catalán pero creo que sera facil de entender para los no catalanoparlantes. Me seria dificil traducirlo entero puesto que és bastante largo pero con mucho gusto lo haré si hay partes concretas que alguien no pueda entender.

Un abrazo para todos, espero poder seguir participando en este foro que tan útil resulta a todo aquel que quiera conocer ese maravilloso rincon de Àfrica que és Guinea. smile.gif

Aquí tienen el artículo en PDF.
Lo dejo tambien en formato de texto por si el enlace al PDF fuese desactivado más adelante.


GUINEA EQUATORIAL, 1883-1911: LA INVENCIÓ D'UNA IDENTITAT

Jacint Creus



Incapaç d'obtenir-ne el profit cobejat, l'Estat espanyol va desemparar els seus «territoris del golf de
Guinea» durant més d'un segle. La insistència en la seva insalubritat encobria la pròpia impotència
davant del domini britànic de les aigües i del comerç atlàntics. En acostar-se el desmembrament
definitiu de l'imperi on el sol no es podia pondre, els antics vencedors -ara vençuts- van trobar en
l'actual Guinea Equatorial un succedani de les velles glòries i un camp d'actuació inèdit per a l'«acció
civilitzadora» de la «nació catòlica». La precaució de governants i comerciants a la primera fase de la
colonització efectiva (1883-1911), contrasta amb l'empenta irreductible d'uns missioners -els
claretians- que els van desemboirar el camí. L'objectiu d'aquest article és analitzar la seva actuació,
dintre d'aquest període, a partir dels seus propis escrits.

I

El segle XIX és clau a la Història de l'Àfrica: És el segle del «descobriment» del continent i de la seva
submissió colonial, relacionats amb l'expansió dels imperis europeus. També és el gran segle de les
missions catòliques, cosa que representa un capgirament absolut de la política eclesiàstica envers les
terres africanes.

El progressiu coneixement del territori costaner, operat des de les expedicions portugueses del segle
XV, no havia pas estat seguit, en general, per una presència sacerdotal que anés més enllà del servei
als pocs europeus que hi vivien1. Es tracta de tres segles de pràctica inactivitat missionera, trencada de
manera esporàdica per algunes expedicions acabades en fracàs: dels caputxins bretons als actuals
Senegal i Guinea, dels dominicans a Dahomey, dels caputxins espanyols a Arrecife i Joal, i d'altres de
jesuïtes, franciscans, etc 2.

És en aquesta època -marcada, d'altra banda, per una progressiva militarització del continent- quan es
crea la imatge d'un conjunt territorial i d'una gent salvatges, cruels, sotmesos a un concepte pejoratiu de
la màgia, mereixedors de tot d'expressions desqualificadores que sistemàticament comencen amb la
preposició sense: sense civilització, sense cultura, sense lleis, sense amo, sense capacitat jurídica...
algunes de les quals encara perduren. És la imatge que convenia per justificar la principal pràctica
europea de l'època en els territoris africans: la captura i el comerç d'esclaus3.

A finals del segle XVIII i començaments del XIX, tanmateix, tenen lloc tota una colla de fenòmens
polítics, socials i culturals (la revifalla de la convicció religiosa, mantinguda viva en els moments
revolucionaris; la possibilitat d'una expansió important d'alguns Estats europeus; la «descoberta» de
territoris nous, especialment a l'Àfrica; l'exaltació dels elements «exòtics» en el món científic i literari...)
que convergeixen -sobretot en ambients populars i/o contrarrevolucionaris- en una represa de l'ideal
missioner.

Aquest ideal, presentat com una contribució a «l'alliberament dels pobles salvatges», contenia factors
certament progressius. I el desig de regeneració d'aquests «altres» pobles sintonitzava perfectament
amb l'avenç de la idea colonial, que pressuposa la convicció que hi ha pobles envilits per creences
bàrbares i la creació d'un mite civilitzador basat en la pretesa superioritat de la civilització occidental.

L'Església de Roma encarna la religió que correspon a aquesta civilització «superior». El fenomen
colonial, doncs, podia ajudar a refer la secular relació Església - Estat, posada en qüestió pel procés
revolucionari. Per altra banda, la progressiva laïcització de les societats europees ja era inaturable; i
l'Església miraria de trobar, als «nous» territoris, un nou espai d'intervenció, d'afirmació i de poder.

La persona que se sentia cridada a exercir la vocació missionera podia trobar aixopluc en tot de noves
institucions que, per primera vegada, volien centrar la seva activitat en el territori africà: la Societat de
Missioners del Sagrat Cor de Maria 4, la Societat de les Missions Africanes de Lió5 i la Societat dels
Missioners de l'Àfrica (Pares Blancs)6 esdevingueren les més importants a nivell europeu7; mentre que,
a l'Estat Espanyol, seria la Congregació de Missioners Fills de l'Immaculat Cor de Maria8 la que es
faria càrrec de la tasca.

En un primer breu moment, es pensava afirmar la presència missionera enfront de l'Islam (amb un
important conreu del mite de l'Església cristiana primitiva, fortament implantada al nord del continent
africà9) i enfront del Protestantisme (present en Estats com ara Libèria o Sierra Leone, formats a partir
de nuclis d'esclaus alliberats, i tutelats pels Estats Units i la Gran Bretanya, respectivament). La pràctica
demostrà la inviabilitat d'aquestes intencions i la facilitat d'implantació en els altres pobles negres.
L'avenç del segle comportà un desplegament continuat de la Missió i la creació progressiva
d'administracions eclesiàstiques noves: el Vicariat Apostòlic de les Dues Guinees (1842), el Vicariat
Apostòlic de Dahomey i Benín (1860), la Prefectura Apostòlica del Sàhara Occidental i del Sudan
(1868), el Pro-Vicariat de l'Alt Congo (1886), etc.10: territoris immensos, encomanats -cada un d'ells-
per la Sagrada Congregació de Propaganda Fide a un sol d'aquells Instituts missioners.

La dependència directa del Vaticà és una característica comuna a totes les Congregacions missioneres.
Una altra és la manera de pensar la missió encomanada, reflex d'un cert misticisme personal: portats
per un afany regeneracionista, busquen un retorn als orígens en consonància amb la seva tasca de
creació de nous cristians; aquesta exigència de purificació els fa mantenir una postura de despreniment
personal, de lliurament absolut a la seva missió, però també d'intransigència en qüestions morals, de
conservadorisme -a vegades, pur integrisme- i de simplisme en la predicació i en la conversió.
Finalment, els missioners de l'època tenen una concepció patriòtica de la seva actuació: els interessos
de la Missió es fan coincidir amb els interessos de l'expansió colonial de la pròpia metròpoli, i la
conversió comportarà una exigència paral_lela d'europeïtzació. Francesos, espanyols, belgues o
alemanys abans que missioners? Caldrà esperar fins al 1919, després de la primera guerra mundial, per
aclarir la diferència de papers: aleshores una encíclica papal exigirà una independència d'actuació11; i
al 1926 una altra encíclica reclamarà la formació d'un clergat «autòcton».12

II

El 1777, l'Estat espanyol va obtenir de la corona portuguesa les illes de Fernando Poo, Corisco i
Annobon «i el territori continental adjacent», a canvi de determinades zones de l'actual Brasil. Aquell
acord, ratificat a El Pardo el 1778, venia a esmenar la separació espanyola de l'Àfrica sentenciada pel
tractat de Tordesillas de 1494; i havia de permetre de mantenir un territori, a la mateixa costa guineana,
destinat a l'obtenció d'esclaus per a les colònies hispanoamericanes.

Significativament, l'expedició destinada a prendre possessió dels nous territoris sortia de Montevideo
aquell mateix any; i, també significativament, acabava en desastre: animadversió i resistència dels
«indígenes», febres, manca de queviures, revoltes... Només 25 dels 150 homes inicials van tornar a
Sudamèrica13. L'illa de Fernando Poo passava a la llegenda imperial com a indret malsà i perillós, i
des d'aleshores solament s'hi van acostar vaixells espanyols en ocasions ben comptades.

La realitat encara era pitjor: l'Estat espanyol vivia una crisi molt profunda que el menaria a la
decadència colonial definitiva; i no hi havia ni la capacitat ni l'experiència necessàries per tirar endavant
un negoci -el d'esclaus- que, aleshores i en aquella zona, era en mans britàniques i holandeses. Els
projectes van anar fracassant. Per acabar-ho d'adobar, el 1807 la Gran Bretanya va prohibir el comerç
d'esclaus a les seves colònies i la seva poderosa armada va erigir-se en policia de l'abolició al nord de
l'equador.

Pressionat per la gran potència, l'Estat espanyol va signar un primer tractat amb la Gran Bretanya el
1817. S'hi fixava una data per a la fi del comerç esclavista: el 20 de maig de 1820. I determinava una
colla de mecanismes per tal d'assegurar-ne el compliment: a partir d'aquella data, els vaixells de guerra
britànics podrien perseguir i inspeccionar les embarcacions sospitoses de continuar traficant amb
esclaus; en cas de trobar-n'hi, podrien apresar-les i sotmetre a judici els seus responsables davant
d'uns tribunals mixtos que es van crear a l'Havana (territori espanyol) i a Freetown (Sierra Leone,
territori britànic). Un nou tractat, signat el 1835, ampliava encara aquest «dret de visita»14.

El comerç d'esclaus passava a ser il_legal. L'objectiu previst en l'«adquisició» dels «territoris espanyols
del golf de Guinea» s'esvaïa. I, mentre l'Estat espanyol mantenia abandonats els territoris, Gran
Bretanya -prèvia autorització- fundava a l'illa de Fernando Poo la ciutat de Clarence (la futura Santa
Isabel, l'actual Malabo) com a nova seu britànica del tribunal per a la repressió del comerç d'homes:
era el 1827 i, de fet, es creava una mena d'enclavament britànic -i, per tant, protestant!- en territori
hispànic. L'Estat espanyol en va reclamar la devolució el 1841. Sense presència espanyola, tanmateix,
comerciants i missioners britànics van continuar-hi operant, igual que a l'illa de Corisco15.

Les expedicions espanyoles es van anar fent més freqüents, mentre que francesos i alemanys ocupaven
progressivament el territori costaner (com una extensió del Gabon i del Camerun, respectivament). De
mica en mica es va abandonar l'objectiu d'utilitzar els territoris africans com a lloc de producció de mà
d'obra -ara assalariada- i es va obrir pas la idea de convertir-la en una colònia de producció de model
antillà. La progressiva independització dels territoris americans feia recomanable trobar alternatives. I la
presència efectiva solament es podia assegurar, de moment, mitjançant l'actuació missionera:
fracassades les temptatives a càrrec de sacerdots regulars (1845 i 1856), es va pensar en els jesuïtes
(1858-1872) i, finalment, en els claretians.

L'Estat espanyol havia esdevingut una potència de segona categoria. La seva petita presència a l'Àfrica
(Guinea i part del Marroc), tanmateix, li assegurava dues coses: la continuïtat a a l'escena internacional
(especialment pel que fa al territori marroquí, clau estratègica del Mediterrani), i la compareixença al
repartiment del pastís colonial africà.

III

Es pot afirmar, doncs, que l'arribada dels claretians a Guinea va suposar-hi, per primera vegada, el
manteniment d'un contingent important d'espanyols amb una intenció colonitzadora clara: entre el 13 de
novembre de 1883 i el 24 d'octubre de 1911 es poden documentar 47 expedicions missioneres que
van aportar a aquelles terres un total de 231 claretians, 105 dels quals catalans 16. Cal valorar l'esforç
de la Institució, perquè aleshores encara es podia considerar la Missió guineana com una aventura
arriscada: en el període estudiat, i amb una edat mitjana en el moment de l'arribada a Guinea de 28'6
anys, van morir-hi 85 claretians (gairebé el 37% del total); d'aquests, 10 en el primer any de servei, 21
més dintre dels 3 primers anys, i encara 20 més dintre dels 5 primers17.

A la importància quantitativa del contingent cal afegir-hi una organització eficaç -distintiva de tots els
ordes religiosos, sotmesos al vot d'obediència i participants del convenciment personal (vocacional)
dels seus membres- amb una jerarquia clara i una estabilitat que es destaca d'altres estaments: així, per
exemple, durant aquests 28 anys estudiats, l'autoritat eclesiàstica va recaure en 3 prefectes
apostòlics18; mentre que, en aquesta mateixa etapa, hi van exercir 51 governadors generals 19. De fet,
fins al mandat del governador Ángel Barrera (1910-1924) la presència i l'actuació administratives en el
territori van ser francament migrades.

La importància del contingent missioner, la seva disciplina i organització, i la minsa presència i poca
estabilitat administratives, portaran com a conseqüència el predomini de l'actuació dels claretians durant
tot el període. Efectivament, el seu paper -i, per extensió, el de l'Església Catòlica- serà, a Guinea,
infinitament superior al que podien exercir a la metròpoli (o al que podien exercir d'altres institucions
missioneres en d'altres indrets). I això li fa prendre unes connotacions especials: perquè els claretians
tindran l'oportunitat, almenys fins a cert punt, d'organitzar molts aspectes de l'acció colonitzadora
d'acord amb els seus plantejaments.

Per començar, ells seran els primers a arribar a molts indrets del territori: «La bandera española ha
tremolado en muchas partes izada no por soldados sino por Misioneros»20; i, en conseqüència,
esdevindran pioners i exploradors en moltes ocasions: «Ya el P. Frígola, no obstante sus continuas
enfermedades, recorrió el Muni y sus afluentes y formó un esbozo de mapa de ese estuario que no deja
de llamar la atención. Los RR.PP. Superiores que le han sucedido, y con ellos los demás compañeros
de misión, heredaron del primero ese carácter expedicionario allí tan necesario»21. Una tasca
d'avançada que va ser especialment important a les zones sotmeses a litigi territorial per part francesa i
alemanya, i en la qual els missioners trobaven poc suport de l'Administració: «Los franceses,
aprovechándose de nuestra debilidad, o no sé cómo llamarlo, han avanzado más, levantando nuevas
estaciones en nuestro territorio, echando por tierra nuestras banderas y enarbolando la suya, y
circunscribiéndonos los límites hasta donde les ha parecido bien. Así, el territorio de Cabo San Juan,
reconocido de España y que comprendía más de 20 leguas de costa, sin que en años pasados se
hubiera visto la menor señal de dominio francés, ahora está ya plagado de estaciones, ya militares, ya
factorías para el comercio, que los franceses han levantado al ver la inacción de los españoles22. Fins i
tot en el cas d'expedicions oficials, normalment militars, la presència de missioners claretians és
constant, perquè es considera que les tasques de colonització i d'evangelització són paral·leles: «El fin
que se propuso la expedición era altamente patriótico y religioso, ya que nuestro designio era atraer al
amor de la religión y de España a los pueblos bubis, y contraer amistad con los butucus o reyes de la
isla, que serán en número de 25, y sobre todo con el gran rey de todos ellos, llamado Moca, quien se
creía hasta hoy ser invisible para los blancos, y aún para muchos negros, y esto era una realidad. El
Gobierno deseaba ganar su amistad, para así dominar la isla, y la Misión permiso y benevolencia para
establecerse en cualquiera de los pueblos bubis. Todo se consiguió como se deseaba. Te Deum
laudamus»23.

El desplaçament dels missioners a indrets allunyats els farà augmentar la sensació d'esforç, de
privacions i de perill: «Corría el mes de agosto de 1886 cuando unos pocos Misioneros, por mandato
del Rmo. P. Prefecto, se instalaron en este islote, comprando al efecto una pobre casa de bambú que
les sirviese de habitación provisional, faltos absolutamente de toda comodidad. Dios N. Sr., al igual
que hizo con las demás Misiones, acrisoló a ésta desde los principios de su fundación con la gravísima
enfermedad del Superior y muerte del Hermano director de las obras»24. El seu avenç solitari provoca
que, allà on no hi hagi una autoritat civil nomenada de manera expressa, els missioners l'assumeixin i
l'exerceixin: «Los Misioneros del C. de María hacían el oficio de Subgobernador en todas las islas y
parte del continente africano del Golfo de Guinea en que no hubiera Subgobernador civil»25. «Por
cuyo motivo, y estimulados por un nuevo oficio del actual Sr. Gobernador de Fernando Poo en que me
nombra delegado directo de Su Excelencia para cumplir y hacer cumplir todas las obligaciones y
deberes prescritos por nuestras leyes, determinamos hacer un nuevo esfuerzo para acabar con tantos
escándalos»26. En circumstàncies menys allunyades, els missioners es limitaven a actuar com a agents
del govern: «Siempre que el Gobierno daba alguna disposición sobre el trabajo de los bubis,
inmediatamente me subía a casa del jefe Lubá (es el jefe matado), en donde, reunidos todos los
principales de Balanchá, Relebó y Ambori, les comunicaba las órdenes del Gobierno, haciéndoles ver
que debían obedecer»27.

A nivell ideològic, el predomini de l'element eclesiàstic -claretià- implicarà una nova percepció de
l'africà que fonamentarà tota l'acció «civilitzadora». La cessió d'aquells territoris havia estat obtinguda
amb l'esperança de treure'n un profit important en forma d'esclaus. Però, per als claretians, els guineans
no són homes indignes que puguin ser reduïts a l'esclavatge: no són objecte de comerç, sinó
d'evangelització. Ara que aquesta possibilitat no pressuposa pas una igualtat, sinó una jerarquia
explícita en què la cultura, la religió i la moral occidentals seran predominants; i s'actuarà en
conseqüència.

Els claretians, en definitiva, no faran altra cosa que exportar a la colònia el tarannà paternalista de les
classes dirigents occidentals: els rics han d'exercir la caritat; i els pobres, agraïts, la resignació.
Igualment: els espanyols han de civilitzar els guineans, tot oferint-los afecte i protecció en l'exercici de
l'autoritat; mentre que ells, salvats del salvatgisme, han de manifestar el seu agraïment mitjançant
l'obediència i el respecte. Els escrits dels claretians ens en forneixen exemples molt clars: «Solo y tan
sólo con mi ángel de guarda íbame introduciendo en un caserío por entre fetiches, que fuera largo
historiar. El Padre era para ellos nuevo, como ellos eran desconocidos para el Padre: todos o casi
todos escapaban al momento, inclusos los animales al descubrir al Padre, sobre todo los chiquillos. Al
saludarlos cariñosamente iban apareciendo los mayores, los que, viendo era el Padre un bubi de paz,
iban apareciendo casi todos. Sólo los niños no había medio de que vinieran a darme la mano, por más
que no cesaban de atisbar y mirarme recelosos y al seguro entre sus padres. Al acercarme a ellos y
diciendo en mi corazón "Sinite parvulos venire ad me", "que de vosotros es el reino de los cielos", aquí
estaban los trabajos y el huír ellos. "¡Ah! butchucú! ne sesé atchi-ne daña...", murmuraban; y, pateando
y chillando, hacían grandes esfuerzos para escaparse de sus padres; mas éstos, quieras que no,
presentábanme a sus hijuelos. Alargaban entonces sus manecitas y, como llegasen a dar un golpecito
con la palma de la mano sobre la mía (éste es su saludo), estaban ya trabadas las amistades y se
apeaban y se venían y se colgaban de mi sotana, que antes habían insultado, diciéndome: "Sr. negro
marchar; no quiero venir..." Esto de darme la mano y venirse a mí, al fin todos lo hacían»28 ..

En conseqüència, sempre presenten les Missions -i els missioners- com a protectors dels febles: dels
«indígenes» davant dels europeus, de les dones davant dels homes... Així, menen una lluita constant
contra la servitud tradicional, especialment a l'illa de Corisco, antic dipòsit d'esclaus. És una lluita en
què solen comptar amb la complicitat de l'autoritat civil, fins al punt d'aconseguir l'organització
d'operacions militars de persecució: «S.M. [la reina regent, Maria Cristina d'Àustria] se ha servido
disponer se manifieste a V.S. y al expresado Subgobernador [d'Elobei] haber merecido su Real
aprobación la conducta digna y correcta de las autoridades de esa Colonia en la expedición de que se
trata, así por los móviles humanitarios a que ha obedecido como por la forma de llevarlo a cabo;
siendo también su soberana voluntad que esta manifestación de agrado sea extensiva a los RR.PP.
Misioneros de dicha isla, que tanto han contribuído al éxito de la expedición»29.

La sinceritat d'aquesta actitud, en canvi, moltes vegades va portar els claretians a un enfrontament
obert amb les autoritats civils. És el cas, per exemple, del P.Ramon Albanell en ocasió de la guerra
contra els bubis de 1910: «Fuí, llegué cuando estaban ya en pie, después de haber terminado la Junta.
Me dijo el P. Juanola lo que antecede; pero como yo ignoraba lo que en la Junta se trató, pregunté en
qué sentido había de ir [a l'acció militar contra els bubis]. "Para administrar los sacramentos a los
heridos y auxiliarles si era necesario". Habían decretado salieran las fuerzas disponibles de Sta. Isabel
al mando del teniente de la Guardia Colonial Sr. Rodríguez con el Gobernador. Como yo estaba ya al
tanto de lo que hizo D. J. de Salas, y completamente contrario a lo dispuesto por el Bando, me quedé
perplejo, y luego el Sr. Salas dijo: "El P. quiere pensarlo". Yo, que pensé acertar y no quería dar calor
a una campaña contra los bubis con mi presencia, dije: "Sí, quiero pensarlo"»30.

En el mateix cas anterior, i davant la injustícia de les decisions del governador contra els bubis, a qui
vol fer treballar de franc i per força, la defensa dels missioners a un grup de nois es fa seguint
escrupolosament el procediment legal, amb una instància adreçada al governador que es redacta en
aquests termes: «Fuimos todos colegiales un tiempo atrás; sabemos todos cada cual su oficio y somos
todos trabajadores. (...) No somos los que no están instruídos que se coge a la fuerza»31 . És a dir,
que la protecció paternal es fonamenta en el canvi a la cultura importada, imposada.

No es tracta d'un tracte en un mateix pla; sinó del sentiment de suficiència de la pròpia i indiscutible
superioritat. Una relació de superior a inferior, en què solament la bondat del primer permet conductes
condescendents: «En vista de lo cerrado de la noche, de lo escarpado de la montaña y de no disponer
de luz para bajar a la embarcación, juzgué más hacedero preguntar a Bonifacio si tenía algo para cenar.
Él, con sentimiento, me dijo que sólo tenía un poco de mono y yuca. "Pues trae, hijo mío", le dije, y me
supo a pascuas. Al embarcar a las once de la noche por favorecernos la marea, me preguntó Su
Rdma.: "Pero, Padre, ¿Vd. ya ha cenado bien?" "No pase pena, Rdmo. Padre, pues es el día que
mejor he comido". Y se desternillaba de risa en S. Juan cuando supo lo ocurrido» 32.

El paternalisme és una forma d'autoritarisme. Implica una negació de la capacitat de l'altre, de la cultura
de l'altre, dels valors de l'altre. La personalitat de l'africà és menystinguda sistemàticament per aquell
que solament n'espera una acceptació de les decisions pròpies. I tot l'esforç dels missioners s'orienta a
dotar els guineans d'una personalitat cultural que, suposadament, els manca. La tasca missionera és, en
part, la invenció d'una identitat: perquè la mateixa actitud paternalista justifica que el superior pugui
considerar com a insuficient i inconvenient la cultura de l'inferior estimat; i, precisament en nom
d'aquesta estimació, mirarà de desestructurar-la i substituir-la per una altra que considera com a «més
convenient», com a «més apropiada».

¿Quins havien de ser els components bàsics d'aquesta nova identitat? És una qüestió que els claretians
tenen clara des del primer moment: la llengua espanyola i la religió catòlica: «Como españoles
oficialmente autorizados y protegidos por el Gobierno de la nación para su establecimiento en aquella
colonia española, era preciso demostrar de un modo práctico su amor a la patria, haciendo de aquellos
pobrecitos indígenas unos verdaderos súbditos de España, llevando a sus morenos labios la hermosa
lengua de Cervantes, implantando en sus corazones nuestra Religión y nuestras costumbres, y a la par
en sus inteligencias las brillantes páginas en que figuran, cual preclaros timbres de grandeza, los hechos
gloriosos que han inmortalizado a España, cuna de mártires, de sabios y de valientes»33. . Aquestes
idees de fons ja apareixen al 1882, just quan els claretians accepten la proposta del Ministeri
d'Ultramar d'anar a la Missió guineana: «Los misioneros deberían catequizar e instruír en Religión y
atender espiritualmente a los nuevos cristianos y enseñar la lengua española»34.

Aquest doble objectiu no era gens nou, sinó consubstancial a tots els processos de «civilització»
endegats per l'Estat espanyol. Des d'aquest punt de vista, es pot dir que la colonització africana va ser
entesa com una continuació de la colonització d'Amèrica (que, per altra banda, es donava per bona); i
que l'articulació dels dos objectius esmentats implicava un compromís entre l'Església i l'Administració,
que els claretians no es cansaven de reclamar: «Para civilizar un país cimentando en él las buenas
costumbres, es necesario que la Autoridad civil no sólo no impida la acción benéfica de la Iglesia sino
que la apoye y ayude, consiguiendo así más pronto un excelente resultado»35. «Despierta, pues,
hermosa patria mía;(...) Tú, que supiste hacer ondear tu pabellón a través de tantos azares en tantos
sitios del mundo, despierta y sal de tu letargo: ven, y verás lo que es Fernando Poo y lo que fuera el día
que la tomaras con interés para sacarla del mísero estado en que hoy yace todavía. Empero no te
olvides de tus antiguos días, en que, al lado de tus valientes, marchaba el Misionero a civilizar también;
siendo así que aún hoy por él y con él vimos al Invisible, en provecho de la Religión y de la Patria»36.
Potser convé recordar que les Missions guineanes -totes- eren finançades per l'Administració, que en
pagava el personal i d'altres conceptes.

Sorprèn que aquesta tasca, amb un primer objectiu d'imperialisme lingüístic, la portés a terme la
Institució Claretiana, fundada per un català, amb la seva casa mare a Vic, amb un component molt
important de missioners de procedència nostrada (un 45'4% del total), quan un sector important del
clergat del Principat contribuïa decisivament al redreçament de la nostra llengua i estimulava l'inici del
catalanisme conservador37.

Cal tenir present, respecte d'això, el caràcter encara poc consolidat d'aquest catalanisme; que, per altra
banda, influïa sobretot en l'àmbit del clergat diocesà però no pas en el de la majoria dels ordes
religiosos: aquests solien tenir una estructura i una organització d'àmbit espanyol; en el seu si convivien
religiosos procedents de tot l'Estat; s'hi utilitzava l'espanyol com a llengua de relació habitual; i es
considerava l'ús del català, en presència de no catalans, com una mancança a la caritat envers els altres
(i, doncs, es relacionava amb una conducta pecaminosa).

És ben palès que els catalans que van acudir a les Missions guineanes no eren especialment sensibles
als problemes lingüístics. Així, per exemple, un dels més veterans, arribat a Guinea el 1885, raonava
d'aquesta manera, un cop retornat, una petició de trasllat fora de Catalunya: «Los motivos principales
son dos: el frío que me va muy mal y el espíritu catalanista que no me gusta» 38. O bé, es pot aportar
aquest episodi que il_lustra el tarannà lingüístic que es respirava a les Missions guineanes: «Era
portugués, y jamás hablaba de Portugal. Vinieron una vez de pasada dos Hermanos portugueses y
quisieron aprovechar la ocasión de hablar su lengua. El Hermano se negó: "En público, no. Si quieren
algo en particular, sí". Replicaron: "Si somos portugueses, ¿porqué no hemos de hablar en portugués?"
Contestó él con admiración nuestra: "Somos Hijos del Corazón de María, que es lo único que vale; lo
demás, ¿qué importa sea portugués, o español o americano? Lo oficial es el español» 39.

Aquest tractament discriminatori de les llengües s'ha d'inscriure en el to paternalista general de
l'actuació d'aleshores: les llengües locals es poden estudiar; i al començament, quan el domini de
l'espanyol per part de la població era nul, molts missioners en van aprendre; i van ser claretians els que
van elaborar un bon feix de vocabularis, diccionaris, gramàtiques, devocionaris i versions evangèliques
en totes les llengües guineanes. Però, igual que les cultures respectives, les llengües «autòctones» eren
considerades insuficients; i l'aprenentatge de l'espanyol, una condició inexcusable per poder accedir al
grau de «civilitzat», per poder obtenir la nova identitat amanida pels colonitzadors.

Com a norma general, la població va cercar la manera de fer compatibles les creences pròpies amb les
imposades. Els missioners, més que no pas a una religió assumida en el fons del cor dels homes,
donaven importància a l'assistència als actes litúrgics i d'altres senyals externs, i al seguiment d'una
moral determinada: «El último domingo llovió sin parar desde las primeras horas de la mañana; y,
aunque tocamos a Misa y empezó la mayor según costumbre a las 8_, con todo esperábamos que
ningún cristiano asistiría; y vino un niño de 10 años que estuvo un año en la Misión, y del pueblo de
este niño (media hora distante de la Misión) a las 2 de la tarde compareció un joven de unos 17 años
enteramente calado, con regular fatiga y sobresalto, el cual venía a preguntar si pecó por no haber
asistido por la mañana a Misa. Este último había estado en Banapá, reconoce la falta que cometió, y
por ahora da buen ejemplo y por su medio hemos podido ejercer alguna vez el santo Ministerio en
favor de sus paisanos aún infieles»40. «A fin de evitar el impedimento que habían puesto al P. Juanola,
tan pronto como hizo esta señal procedí a bautizarla sub conditione por ser dudoso si el bautismo que
dan los protestantes es válido. Así que concluí las palabras de la forma, salta una hija de la moribunda
oponiéndose a que la bautizásemos por instigación de los protestantes. Yo, como había conseguido mi
fin principal, que era salvar aquella alma, decía para mí: "Ara, que hi pengin un llum". Pero al volver a
casa me dice el P. Juanola: "La dificultad estará en sepultarla en cementerio católico"»41.
«Acostumbrados aquellos indígenas mal, ahora se resisten a entrar en camino, y ningún Superior o
Padre, si no da, es bueno. El querer hacer cristianos a fuerza de dar no produce buenos resultados. El
negro no es agradecido, y el regalar sin ton ni son hace que él se crea hasta con derecho a que se le
dé, si no... no rezará, etc. etc.»42.

Pel que fa a la moral, els missioners insistiran en prohibir la poligàmia i en obligar les dones a vestir-se.
En aquest darrer cas, també com una manera d'autoprotegir-se de les temptacions luxurioses: «Cuando
se ven los hombres poco menos que desnudos, hombres son y creo no es grande el peligro; pero al ver
de la misma manera a las mujeres enseñando los pechos, etc. etc., no hay por qué decir que son negras
o feas; que el demonio sabe pintarlas tan halagüeñas y hermosas a la imaginación del desprevenido,
que parece no hay en el mundo cosa que más puede llamar la atención. (...) Váyase ahora uno ya sea a
la siesta, o a descansar por la noche. ¿Qué impresiones recibirá su corazón? ¿Qué representaciones en
su imaginación?»43. Tant en aquest cas com en el de la poligàmia, s'actua «en defensa de la dona», de
la seva dignitat com a persona. I es busca per a ella un paper (= una nova identitat) que no és altre que
el mateix que es volia per a la dona europea (= mare cristiana), tot donant per descomptat que aquest
és més emancipador que no pas aquell.

L'esquema es repeteix sempre. I, també en aquest cas, no es fa altra cosa que transposar a l'Àfrica allò
que es pensa respecte d'Espanya: «Con todo, lo referido [pel governador José Barrasa] es para mí la
señal de la guerra que por su parte nos hará el tiempo que él gobierne; porque ha soltado, entre otras,
estas expresiones: "tan buen español puede ser un protestante como un católico"; "parece que
volvemos a los tiempos del siglo XVI". Todo lo cual me parece obedecer a principios masónicos que
tienen a los sacerdotes por opresores de la libertad humana»44. Protestants i masons poden
considerar-se contrincants seriosos45; no pas les religions africanes, que no són ni tan sols dignes
d'anàlisi: basten les idees preconcebudes: «Al lado izquierdo estaba el altar de los sacrificios, muy
semejante a la escalera, aunque mucho más alto. El dogal estaba en una de sus gradas, ensangrentado
todavía. ¡Cuán tristes ideas se agolpaban a mi mente y turbaban mi imaginación figurarme que en dicho
lugar se ofrecía homenaje al Demonio!»46.

Per tal d'aconseguir estendre aquesta nova identitat, els claretians no es van limitar a fundar Missions.
Van crear sobretot escoles -la majoria internats, amb la conseqüent separació dels alumnes de
l'ambient familiar i cultural propi- i «pobles cristians» per als africans, a redòs de les Missions,
organitzats d'acord amb la nova moral: matrimonis canònics, marits monògams, escolaritat obligatòria,
lliurament gratuït de parcel_les, aprenentatge de nous cultius, pèrdua de l'usdefruit en cas de mala
conducta... Aconseguir alumnes per a les escoles -nois, per a les dels claretians; noies, per a les de les
concepcionistes- era preocupació de tots els missioners: «Luego de llegados a la orilla, me interno en el
bosque; y poco faltó para dejar allí la estola y roquete, como dejé un trozo de sotana; y, para colmo
de desdichas, de vuelta a casa perdí la suela de un zapato. Cuando volvimos a S. Juan llevamos tres
niñas para las MM. Concepcionistas de Corisco»47.

I això fins al punt que hi havia el convenciment, entre els diversos pobles guineans, que els missioners
volien prendre'ls les noies per tal de portar-les als col_legis de les monges i casar-les després amb els
nois dels col_legis dels missioners: «A las puertas mismas de Moca estuvimos, yo por tercera vez, y,
como él [el cap del poble de Moka, considerat com a cap de tota l'illa de Fernando Poo] estuviese
quejoso porque los niños y aún niñas iban a la Misión, el Sr. Comandante le cantó la cartilla y le dijo:
"Él dice que si los niños y niñas van a la Misión, luego uno quiere a otra y el Padre los casa y pierdes".
"Esto" -le respondió- "es lo que debe ser, y cuidado con molestar a la Misión; si no, estas armas que
traigo para defenderte y que te respeten todos los bubis, serán para castigarte". Lo que no le gustaba
mucho, pero tuvo que callarse. Y así se hizo en todas partes: respeto al Gobierno y a la Misión. ¡Ojalá
se hiciera esto con frecuencia! ¡Cuánto ganarían la Religión y la Patria! Si no, no hay quien los saque
de los bosques. ¡Si al menos dejaran venir libres a los niños y niñas!!! Pero no hay medio... Claro está,
como la voluptuosidad de los muchucus necesita tantas mujeres y chicos para su poltronería...»48; «Su
empeño [del governador Barrera] es también de traer pamues de la costa a Fernando Poo, y por
ahora no se mueven ni que les prometan que se los dejarán con tantas hectáreas como quieran, y que
"ni los Padres visitarán sus familias o poblados donde se establezcan para que no les quiten sus
mujeres...", pues uno le dijo que no vendrían acá porque los Padres Misioneros les quitan las mujeres,
y por eso no les han de visitar» 49.

IV

En totes les circumstàncies, el colonialisme genera violència. Qualsevol desigualtat, en genera. També el
paternalisme. Per una banda, quan aquell que es pretén salvador de l'altre no en rep el reconeixement,
l'obediència i el respecte que n'espera, es considera legitimat per al càstig: el superior paternal es creu
en el dret de tutelar i sancionar el procés de l'inferior redimit cap a la identitat «adequada». D'altra
banda, la «violència justa» és una prerrogativa del colonitzador -que encarna l'Estat- però també li és
un deure que no es pot estalviar: reclòs en un món que no es correspon amb el que l'envolta -i des d'on
exerceix l'autoritat- el superior minoritari tem l'inferior majoritari i viu una por constant a la possible
rebel_lió. L'exercici de la violència es pot presentar -cínicament- com un acte d'amor i d'emparança,
inherent al procés de «civilització». Tanmateix, és l'única manera de perpetuar la situació: la por de
l'africà ha de ser més grossa que no pas el neguit de l'europeu. La docilitat del feble s'origina en la
violència del fort; i aquest solament podrà recuperar l'actitud convenient d'afecte i protecció després
d'exercitar-la. La violència del feble, en canvi, només pot generar represàlies, de les quals serà culpat.
Igualment, la indisciplina i l'obcecació; o sigui, en definitiva, l'obstinació a romandre fidel a la identitat
«desencertada».

Protagonistes del procés durant un període tan llarg, no pot estranyar-nos de trobar -en els escrits dels
claretians- petjades d'un comportament constrenyidor del pensament i de la llibertat dels altres,
violentador de les seves voluntats: «Cogí una hacha y, con permiso del P. Superior, me fuí sosiño a
cortarla [una palmera considerada sagrada]; me costó, pero al fin el ídolo fue por tierra» 50; «Si al
presente, después de sesenta y cinco años que la Misión lleva entre ellos [a Annobon], no reparan en
andar por el pueblo como Adán y Eva, en el estado de la inocencia, júzguese cómo se presentarían
entonces, llevados de la costumbre general de andar con toda libertad. Por eso nuestro Hermano,
imitando con celo -tal vez excesivo- el del Salvador en el templo, muchísimas veces la emprendió -no
con el látigo, como Jesucristo, sino a pedrada limpia- contra los que de modo tan indecente se
presentaban a las puertas de la Misión»51; «Cierto día nos lo encontramos cadáver; y, reconocido por
la facultad de este Destacamento, procedimos al sepelio. Pero, ¿cómo hacer la sepultura? Un criadillo
que teníamos se resistía, hasta que le amenazamos con despacharle»52.

D'altres vegades, les escenes narrades són d'una violència esgarrifosa i premeditada: «Se predicó, se
exortó, se amenazó y todo en vano. Se pasó a la obra rompiendo las chozas de las segundas, terceras,
etc. mujeres. (...) Aquí comenzó el sermón mudo del Hº Coll. Toma al Jefe civil, al pregonero, dos
soldados, llevando una grande cuerda y un pozal de cal; y puesto él al frente, se dirigen a las chozas de
los culpables. De un puntapié rompe la puerta, entra dentro y no encuentra nadie ni nada; hasta la
última olla se habían llevado. Van a la 2ª, 3ª etc. y en todas pasa lo mismo. De unas 20 casas de
polígamos sólo en una hallan a una pobre vieja enferma, a la cual nada dijeron. Sólo se limitaron en
señalar su casa, así como las demás, con dos o tres pinceladas de cal, para que se supiera que la
justicia era sabedora de los crímenes que allí se cometían»53. «El P. Puichgros estuvo presente a todo,
y por la noche también el Padre le dio dos latigazos y dispuso que se dejase atada: los latigazos que se
le dieron por la noche, en presencia del Padre, no bajaría de ochenta a ciento; y cuando la dejamos a
la noche no se podía tener en pie. (...) He pensado, me dijo, que le den los dos con quien ella andaba
cincuenta palos cada uno; y concluídos éstos, un crumán otros cincuenta; y después, todos los chicos,
cada uno seis, que eran unos treinta niños»54. Aquesta darrera escena es va acabar amb la mort de la
noia castigada, acusada d'incitar els nois de l'internat de Cabo San Juan a la immoralitat, i el
processament del P.Puiggròs. La conseqüència de la primera, segons el mateix document, va ser que el
P.Vila va tenir «la satisfacción de escribir 15 proclamas que uní en Matrimonio antes de finir dicho mes.
El 22 en una misma misa de bendición casé nueve parejas y el 29 cinco, quedando aún algunas para las
dominicas siguientes»; cosa que ens retorna a la importància de les formes externes per damunt de
l'acceptació de cor.

La veritat és que de casos tan greus n'hi va haver ben pocs. ¿Per quina raó retreure'ls, doncs? Perquè,
precisament per ser greus, la documentació que s'hi refereix ens aclareix el tarannà general de l'actuació
«civilitzadora» de tots els estaments. Així, en el mateix document del germà Artieda, podem llegir que
«En S. Carlos le dieron a uno 500 [garrotades, aquest cop els militars], y eso con una cola de mono
disecada, y no murió, no: nada más cuando le dejaron hizo un poco el dormido, pero después ya se
marchó, ya». Mentre que el governador de la Puente advertia durament: «En mi comunicación de 12
de Noviembre prevenía a Va Ra recomendase a todas las Misiones Católicas de su digna Prefectura la
conveniencia de no emplear castigos corporales y de que procurasen atraer a los indígenas hacia
nuestra santa causa Católica por los medios Evangélicos recomendados por la sublime doctrina de
nuestro Señor Jesucristo. (...) Desgraciadamente mi citada comunicación no ha dado resultado ninguno
y al girar mi visita por toda la Colonia no he oído más que lamentaciones y quejas contra las Misiones
Católicas»55. Tornant a l'afer Puiggròs, el procurador general P.Josep Mata afirmava que el missioner
havia actuat «sin sospechar que pudiera peligrar la vida de la delincuente, como sucedió en casos
análogos con otras jóvenes que ni siquiera en su salud padecieron detrimento, habiéndoles impuesto las
autoridades castigos más severos»; recordava que «existen varios precedentes de otros sucesos en que
no ha tomado parte alguna la Autoridad de la Colonia»; i concloïa demanant el sobreseïment del cas
per manca d'una legislació clara56. Mentre que el governador de la Puente, malgrat la seva duresa amb
els claretians, en el document esmentat més amunt havia de reconèixer «latente todavía el castigo de
mega_shok.gif0 palos que, aunque mandados dar por el ignorante y mal aconsejado representante del Gobierno,
se dieron en el patio de la Misión en presencia del Superior de ella y amarrados a la víctima los niños
de la misma, que están en ella para aprender la mansedumbre evangélica».

Sembla, doncs, que hem de concloure una presència habitual de l'exercici de la violència, a la colònia,
per part de tots els estaments dirigents. ¿Amb quina justificació? La instància del P.Mata ens ho
aclareix definitivament: «Es cosa muy distinta presenciar o leer un hecho de esta naturaleza en un país
civilizado a leerlo o presenciarlo en países salvajes».

I això és el que fa feredat: els militars (que, per exemple, solien cremar els pobles d'una manera
sistemàtica en concepte de represàlia57) i els missioners, podien actuar a la colònia d'una manera
diferent a com ho podien fer a la Península. A la metròpoli, tot això ja no els hauria estat tolerat. Perdut
en gran part el control del poder que temps enrera havien mantingut (enfront d'una visió laica de
l'organització social i enfront d'un poder civil cada vegada més afermat), missioners i militars podran, en
canvi, lluny de «la pàtria», fer retrocedir el temps i trobar un espai de poder indiscutit. L'al·lusió del
governador José Barrasa (vegeu supra) sobre el retorn al segle XVI, doncs, potser no era
desencaminat; només que també se l'hauria pogut aplicar ell mateix; igual que no pot estranyar-nos que
el P.Ermengol Coll es queixés de les «ideas avanzadas» d'aquest governador 58.

Potser això explicaria l'obsessió dels claretians a fundar pobles i reduccions solament per a africans:
perquè d'aquesta manera podien evitar que se'ls escapés de les mans un control que solament allà
podien exercir: «Las miras del P. Llambés en colocar la Misión en Elobey grande, era para poder con
el tiempo formar una población separada de los Europeos, para impedir el que los corrompan» 59; «Al
año 1906 Vila intentó levantar una tienda en Batete. Yo se lo expuse a D. Luis [governador Luis
Ramos Izquierdo] y llamó a Vila que mientras fuese Gobernador no permitiría que ningún blanco se
estableciese. Por lo cual Vila desistió por entonces esperando que se le presentase mejor oportunidad,
como se le presentó siendo Gobernador el honrado y recto Centaño [governador José Centaño], que
con toda su honradez y rectitud se lo permitió; de cuya permisión han resultado tantos daños a la
Misión de Batete; y más mal ha hecho con su permiso Centaño a la Misión que todas las iras de
Ramos Izquierdo60.

El cercle es tancava amb una disciplina interna que reproduïa altra vegada l'esquema: els Superiors
controlaven paternalment el seu personal, que col_laborava en el manteniment d'aquest control i
-doncs- de la disciplina i de la coherència de l'activitat claretiana: «Fuera de esto, hay otra clase de
enfermedades que nos dan también que sufrir. El Hº Peloa, que desde su llegada manifestó tener algo
de lunático. (...) Veré si le puedo hacer entrar en sí; si no, amado P., creo que estará mejor en
cualquiera comunidad de la Península, porque en éstas es una pesadilla»61; «Lo que me ha pasado y
algo más que diré, y desearía tener tiempo para decirlo, ha pasado a otros: de ahí el que, aun cuando
haya individuos buenos y edificantes como en todas partes, no he visto aquel espíritu que en general me
parecía había de reinar, atendido a los sacrificios que en estos países se supone se hacen»62. La unitat
d'acció i de criteris, però, es basava sobretot en el convenciment personal dels missioners, tots ells
procedents de zones rurals63. Així, i malgrat la perillositat evident, tot el període es salda amb ben
poques desercions: «El día 1 de Enero del 87 se fugó el H. Turunei a las 7 de la noche. Había salido de
S. Juan hacía 19 días destinado para Corisco, y no quiso ir»64.

V

L'actuació d'aquells primers missioners, avui ens pot semblar difícilment justificable. En la perspectiva
de l'època, tanmateix, resulta comprensible: no solament van fer allò que es podia esperar d'ells, sinó
també allò que d'altres haurien volgut fer i no van gosar. Encara més: la seva dèria d'imposar a la
Guinea petita «la» religió i «la» llengua té un aspecte enormement interessant: van voler per als guineans
exactament allò que volien per als espanyols: una pàtria fonamentada en la llengua i en la fe. Tal com la
pensaven totes les classes dirigents. Tal com la pensava Torras i Bages. Només que el nostre bisbe
tenia al cap, potser, una altra pàtria.



Jacint Creus
Doctor en Antropologia Cultural


Notas


1. Anecdòticament, se sol considerar que la primera missa en territori de l'Àfrica negra es va celebrar a
Elmina (Costa de l'Or) el 1481.
Retorno al artículo

2. Stefania Nanni, «Fonti missionarie per la storia dell'Africa occidentale». In «Terra d'Africa». Milà,
Unicopli, 1992.
Retorno al artículo

3. La política de l'Església de Roma enfront del comerç d'esclaus africans va ser sempre passiva; i, en
general, les seves actuacions es van limitar al tracte donat a l'esclau ja desembarcat a Amèrica. Per la
seva banda, els esclavistes miraven de justificar per raons religioses la inferioritat del negre (Gènesi, 9:
20-27) i aquell comerç vergonyós (I Corintis, 7: 17-23). Així, per exemple, és sabut que els dubtes de
Lluís XIII pel que fa a la introducció de l'esclavatge a les colònies franceses es van resoldre amb la
consideració que aquesta era l'única manera de treure'ls de la idolatria i portar-los a la religió vertadera
(P. Lebat, «Nouveau Voyage aux isles de l'Amérique». La Haia, 1724).
Retorno al artículo

4. Fundada per un jueu convers, Jakob Libermann, el 1842; el 1848 es va fusionar amb una societat
missionera anterior, la Congregació del Sant Esperit, creada el 1703 i aleshores gairebé extingida,
prenent el nom d'aquesta darrera.
Retorno al artículo

5. Fundada el 1857 pel bisbe occità Melchior de Marion-Brésillac.
Retorno al artículo

6. Fundats el 1868 pel cardenal Charles Lavigerie.
Retorno al artículo

7. Al llarg del segle XIX, França esdevindrà la potència colonial amb més presència a l'Àfrica. Gran
Bretanya, l'altra potència decisiva, òbviament no exercirà com a «nació catòlica» i la majoria dels seus
missioners formaran part de societats protestants diverses.
Retorno al artículo

8. Claretians, fundats a Vic, el 1849, pel català Antoni Maria Claret.
Retorno al artículo

9. Recordi's, per exemple, que, en els primers temps del cristianisme hi ha haver fins a tres Papes de
procedència africana: Víctor (189-199), Milcíades (311-314) i Gelasi (492-496).
Retorno al artículo

10. André Picciola, «Missionnaires en Afrique, 1840/1940». París, Denoël, 1987.
Retorno al artículo

11. Encíclica «Maximum illud», de Benet XV. Vegeu per exemple: «Comprenent, doncs, que el Senyor
ha dit a cadascú de vosaltres: "Oblida el teu poble i la casa del teu pare" [Salm 45: 11], recordareu que
no heu pas de propagar un imperi dels homes sinó de Crist, i afegir ciutadans no pas a la pàtria d'aquí
sinó a la de dalt. I seria prou miserable que alguns dels missioners oblidessin tant la seva dignitat que
pensessin més en la pàtria terrena que en la celestial, i s'afanyessin més del compte a dilatar el seu
poder i estendre la seva glòria per damunt de tot. Els homes, per bàrbars que siguin, entenen prou bé
què busca d'ells el missioner: veuen i oloren amb gran perspicàcia si cerca un bé diferent del seu bé
espiritual. Posem per cas que un, en part o en menys, s'ocupa d'afers terrenals, i no es preocupa prou
dels negocis apostòlics sinó dels de la seva pàtria. Immediatament el seu treball semblarà sospitós a la
multitud, que tendirà a pensar que la religió cristiana s'adiu a una nació externa, i que aquell qui ha
abraçat aquesta religió ha refusat la pròpia nacionalitat i s'ha posat sota una tutela externa». In «Acta
Apostolicae Sedis: commentarium officiale», any XI, volum XI. Roma, Typis Polyglottis Vaticanis,
1919.
Retorno al artículo

12. Encíclica «Rerum Ecclesiae», de Pius XI. In «Acta Apostolicae Sedis: commentarium officiale»,
any XVIII, volum XVIII. Roma, Typis Polyglottis Vaticanis, 1926.
Retorno al artículo

13. Manuel Cencillo de Pineda, «El brigadier Conde de Argelejo y su expedición militar a Fernando
Poo en 1778». Madrid, Instituto de Estudios Africanos, 1948.
Retorno al artículo

14. Mariano L. de Castro i Mª Luisa de la Calle, «Origen de la colonización española de Guinea
Ecuatorial (1777-1860). Universitat de Valladolid, 1992.
Retorno al artículo

15. L'illa d'Annobon, situada a l'hemisferi sud, al costat de Sao Tomé i molt allunyada de Fernando
Poo (670 kms.) i de Corisco (470 kms.), va restar al marge de tot el procés.
Retorno al artículo

16. André Picciola, «Missionnaires en Afrique, 1840/1940». París, Denoël, 1987.
Retorno al artículo

17. Font: elaboració pròpia. Cal tenir present que, des del 1885, la tasca claretiana es va veure
reforçada amb la presència de les missioneres concepcionistes.
Retorno al artículo

18. Ibídem. Són freqüents notícies com ara aquesta: «Tuvo un resfriado con fiebres y fiebres. Mejoró
un poco. Quiso salir de nuevo a visitar enfermos y a dar el viático, y luego a un entierro. De aquí que
recae, y recayó con tal fuerza que al tercer día tuvo un ataque de corazón y del cerebro, en el cual
sufrió horriblemente, cayendo ya en el delirio y en agonía que duró unos tres días, muriendo al fin. Es
de notar: 1º la resignación con que padeció y murió; 2º cuánto lo hemos sentido PP., HH. y niños, y
qué falta nos va a hacer; 3º qué entierro tan solemne, sin distición de clases ni de edades: todos, todos
le amaban, todos le han llorado, hasta muchos protestantes. R.I.P». Carta del P.Joaquim Juanola
(Maià de Montcal, 1853 - Santa Isabel, 1912) al P.Climent Serrat (Gurb de la Plana, 1832 - Segòvia,
1906; va ser General de la Congregació des del desembre de 1899 fins a la seva mort), de 15 de juliol
de 1900, on refereix la mort del P.Alejandro Sanz (Riahuelas -Segòvia-, 1892 - Santa Isabel, 1900).
Arxiu General dels Missioners Claretians a Roma (AG CMF), Secció F, Sèrie N, Capsa 9, Carpeta 1.
L'accés a aquest arxiu, fonamental per al meu estudi, m'ha estat facilitat per l'arxiver, P.Jaume Sidera;
la seva investigació ha estat possible gràcies a un ajut rebut de l'«Agencia Española de Cooperación
Internacional - AECI».
Retorno al artículo

19. Ciriaco Ramírez (Alija de los Melones, León, 1833 - Banapà, 1888), Pere Vall-llovera (Cassà de
la Selva, 1847 - Banapà, 1890) i Ermengol Coll (Ivars, 1859 - Santa Isabel, 1918), tots ells claretians.
Retorno al artículo

20. Des del tinent de navili Antonio Cano, que va prendre possessió el 25 de gener de 1883, fins al
governador Ángel Barrera, que ho va fer el 15 de novembre de 1910. Font: Africa Negra, número 1.
Madrid, juliol-agost de 1992.
Retorno al artículo

21. Anònim, «Misión de Elobey», s/d (circa 1915). AG CMF, Secció F, Sèrie P, Capsa 6, Carpeta 4.
Retorno al artículo

21. Ibídem.
Retorno al artículo

22. Carta del P.Gaspar Pérez (Navalilla, Segòvia, 1862 - Elobei, 1905) al P.José Mata (Hoz, Osca,
1848 - Madrid, 1915), procurador general de les Missions guineanes, de 8 de març de 1895. AG
CMF, Secció F, Sèrie N, Capsa 8, Carpeta 8.
Retorno al artículo

23. P.Joaquim Juanola, «Una excursión a los pueblos bubis», 8 de gener de 1888. AG CMF, Secció
F, Sèrie N, Capsa 16, Carpeta 1.
Retorno al artículo

24. «Misión de Elobey». Doc. cit.
Retorno al artículo

25. «Datos de la causa a favor del Sr. Puiggrós», annex a una instància del P.José Mata al Ministre
d'Ultramar, de 18 de desembre de 1897. AG CMF, Secció F, Sèrie P, Capsa 7, Carpeta 3.
Retorno al artículo

26. Carta del P.Isidre Vila (Espinelves, 1847 - Annobon, 1893) al P.José Mata, datada a Annobon el
21 de novembre de 1892. AG CMF, Secció F, Sèrie N, Capsa 8, Carpeta 8.
Retorno al artículo

27. Carta del P.Ramon Albanell (Balenyà, 1868 - Santa Isabel, 1945) al P.Eusebio Sacristán
(Bernardos, Segòvia, 1866 - Madrid, 1923), de 15 de setembre de 1910. El fragment citat és una
transcripció d'una altra carta enviada al P.Ramon Albanell pel P.León García (Bakedano, Navarra,
1876 - Cabo de San Juan, 1915), aleshores Superior de la Missió de Batete. AG CMF, Secció F,
Sèrie N, Capsa 13, Carpeta 19.
Retorno al artículo

28. P.Joaquim Juanola, «Una excursión a los pueblos bubis», doc. cit.
Retorno al artículo

29. R.O. de 27 de novembre de 1888, citada pel P.Pere Vall-llovera en carta al P.Josep Xifré (Vic,
1817 - Cervera, 1899; va ser General de la Congregació des de l'1 de maig de 1858 fins a la seva
mort), de 3 de febrer de 1889. AG CMF, Secció F, Sèrie N, Capsa 13, Carpeta 9.
Retorno al artículo

30. P.Ramon Albanell, doc. cit.
Retorno al artículo

31. Ibídem. L'oposició dels claretians al treball forçós va ser contínua: «Ahora se ha empeñado a
obligar a trabajar a los infelices bubis mediante el bando de Ramos Izquierdo, el que está ya mandado
publicar en el Boletín Oficial que se imprime en Banapá» (...) «Si los bubis no tuvieran casi cada uno
sus fincas de cacao, pordrían quejarse de que "el bubi, que no trabaja". Pero no: aquí se busca la
particular ganancia... ¡¡¡Como si el kilo de cacao procedente del indígena bubi no valiera igual para las
aduanas del Gobierno que el del finquero blanco o negro medio civilizado!!!». Carta del P.Joaquim
Juanola al P.Eusebio Sacristán, d'1 de setembre de 1911. AG CMF, Secció F, Sèrie P, Capsa 10,
Carpeta 9.
Retorno al artículo

32. Relat de diverses expedicions a la zona del Muni, a càrrec del P.Pelai Rodríguez (Santa Coloma,
1873 - ?), datat el 20 de novembre de 1908. AG CMF, Secció F, Sèrie P, Capsa 5, Carpeta 7.
Retorno al artículo

33. [Ermengol Coll], «Memoria de las Misiones de Fernando Poo y sus dependencias»: Madrid,
Imprenta de A. Pérez Dubrull, 1890.
Retorno al artículo

34. Cristóbal Fernández, «Misiones y misioneros en la Guinea Española: historia documentada de sus
primeros azarosos días (1881-1912)». Madrid, Coculsa, 1962.
Retorno al artículo

35. P.Gaspar Pérez, doc. cit.
Retorno al artículo

36. P.Joaquim Juanola, «Una excursión...» doc. cit.
Retorno al artículo

37. El període estudiat, per exemple, s'inscriu plenament en els pontificats vigatans dels bisbes Josep
Morgades (1882-1899) i Josep Torras i Bages (1899-1916).
Retorno al artículo

38. Carta del germà Ramon Creu (Avià, 1864 - Alagón, 1941) al P.Joan (?). AG CMF, Secció G,
Sèrie C, Capsa 19, Carpeta 13.
Retorno al artículo

39. «Evangelizadores de la Guinea Española». Barcelona, Imprenta Pulcra, 1948. La cita es refereix al
germà Manuel Gonçalves(Souto, Beira Baixa, 1880 - Arizona, 1944).
Retorno al artículo

40. Carta del P.Josep Sutrias (Caldes de Montbui, 1859 - Las Palmas, 1901) al P.José Mata, de 17
d'octubre de 1895. AG CMF, Secció F, Sèrie N,Capsa 8, Carpeta 8.
Retorno al artículo

41. Carta del P.Ermengol Coll al P.Josep Xifré, de 10 de febrer de 1891. AG CMF, Secció F, Sèrie
N, Capsa 8, Carpeta 8.
Retorno al artículo

42. Carta del P.Joaquim Juanola al P.Josep Xifré, de 18 de febrer de 1898. AG CMF, Secció F,
Sèrie N, Capsa 9, Carpeta 1.
Retorno al artículo

43. Carta del P.Josep Sutrias al P.Climent Serrat, de 26 d'octubre de 1891. AG CMF, Secció G,
Sèrie C, Capsa 19, Carpeta 13.
Retorno al artículo

44. Carta del P. Ermengol Coll al P.Josep Xifré, doc. cit.
Retorno al artículo

45. «Al verme en el altar, la iglesia repleta de hombres y mujeres, niños y niñas, todos nuestros, ya mi
corazón no cabía en mi pecho. En la plática que les dirigí, de satisfacción que sentía, no sé casi por
dónde me fuí. Entre otras cosas les decía que esta cristiandad nueva me enternecía, me llenaba de
gozo, que dábamos nosotros los Misioneros por bien empleados cuantos trabajos habían costado...
que me parecía ver a un núcleo de cristianos como de los primitivos días de la Iglesia, etc... Pero un
¡ay! embargaba mi voz: ¡Ay!, si un día entra entre vosotros quien siembre mala semilla, quien os
predique malas doctrinas... ¡Ay!, ¡¡¡tened horror al protestantismo!!!». Carta del P.Joaquim Juanola al
P.Martí Alsina (Manresa, 1859 - Zafra, Badajoz, 1922; va ser General de la Congregació des del 17
de juny de 1906 fins a la seva mort), de 27 d'octubre de 1907. AG CMF, Secció F, Sèrie P, Capsa 5,
Carpeta 4.
Retorno al artículo

46. P.Joaquim Juanola, «Una excursión...», doc. cit.
Retorno al artículo

47. P.Pelai Rodríguez, doc. cit.
Retorno al artículo

48. Carta del P.Joaquim Juanola al P.José Mata, de 18 de març de 1892. AG CMF, Secció F, Sèrie
N, Capsa 8, Carpeta 8.
Retorno al artículo

49. Carta del P.Joaquim Juanola al P.Eusebio Sacristán, d'1 de setembre de 1911. Doc. cit.
Retorno al artículo

50. Carta del P.Julián Escudero (Boada, Burgos, 1899 - ?) al P.Eusebio Sacristán, de 24 de febrer de
1909. AG CMF, Secció F, Sèrie N, Capsa 9, Carpeta 3.
Retorno al artículo

51. «Evangelizadores de la Guinea Española», ob. cit. L'anècdota es refereix al germà Melitón Huici
(Estella, Navarra, 1864 - Annobon, 1886).
Retorno al artículo

52. P.Pelai Rodríguez, doc. cit.
Retorno al artículo

53. P.Isidre Vila, doc. cit.
Retorno al artículo

54. Carta del germà Antonio Artieda (Cáseda, Navarra, 1868 - ?) al P.Josep Xifré, s/d (circa 1894).
AG CMF, Secció F, Sèrie P, Capsa 7, Carpeta 3. El germà Artieda va acabar fugint de la Missió,
anys més tard, per causes que no he sabut escatir.
Retorno al artículo

55. Carta del governador José de la Puente al P.Ermengol Coll, de 15 de gener de 1895. AG CMF,
Secció F, Sèrie N, Capsa 8, Carpeta 8.
Retorno al artículo

56. Instància del P.José Mata al Ministre d'Ultramar, doc. cit. El P. Puiggròs va ser trobat culpable
d'homicidi amb atenuants el 1902, va romandre reclòs des del moment dels fets (començaments de
1894) fins al maig de 1903, i finalment va ser expulsat de la Congregació i sotmès a la jurisdicció del
bisbe de Solsona. AG CMF; Secció G, Sèrie P, Capsa 40, Carpeta 11.
Retorno al artículo

57. Per exemple: «En Arrebola, pueblo bubi de 1.300 almas, ha habido un regular desorden. Como es
natural, nosotros al fin, contra... la voluntad de algunos, hemos tenido que intervenir. Si antes hubiese el
Sr. Gob. consultado, antes se hubiese arreglado, y sin quemar 45 casas y destrozar otras dos, y otros
sustos que han ellos llevado». Carta del P.Joaquim Juanola al P.Climent Serrat, de 24 de febrer de
1901. AG CMF, Secció F, Sèrie N, Capsa 9, Carpeta 4.
Retorno al artículo

58. Carta del P.Ermengol Coll al P.Josep Xifré, doc. cit.
Retorno al artículo

59. Germà Salvador Puig Codina (Barbastre, 1864 - Cervera, 1911), «Historia de la Casa de
Elobey». AG CMF, Secció F, Sèrie P, Capsa 6, Carpeta 4.
Retorno al artículo

60. Carta del P.Antoni Aymemí (Almoster, 1870 - San Carlos, 1941) al P.Eusebio Sacristán, de 31
d'octubre de 1910. AG CMF, Secció G, Sèrie A, Capsa 12, Carpeta 16.
Retorno al artículo

61. Carta del P.Ermengol Coll al P.Climent Serrat, de 19 de gener de 1903. Es refereix al germà
Domingo Peloa (Sangüesa, Navarra, 1863 - Aguas Santas, Jerez, 1946). AG CMF, Secció F, Sèrie
N, Capsa 14, Carpeta 3.
Retorno al artículo

62. Carta del P.Josep Sutrias al P.Climent Serrat, doc. cit.
Retorno al artículo

63. Solament 6 dels 231 (2'6%) havien nascut en capitals de província. Quant a la seva cohesió
ideològica, potser convindria considerar la importància que hi tenia el component carlí: tant per la seva
procedència geogràfica (105 catalans, 31 navarresos, 14 bascos...) com pel fet que alguns dels més
veterans, entre els quals el mateix prefecte apostòlic P.Pere Vall-llovera, havien servit de més joves a
les files dels exèrcits del rei Carles. De fet, les característiques que hem vist als capítols inicials es
corresponien, a casa nostra, amb aquesta adscripció ideològica, àmpliament seguida pels claretians
primerencs. Observi's, finalment, la coincidència entre els objectius missioners i el mot d'ordre carlí
(Déu - Pàtria - Rei).
Retorno al artículo

64. Germà Salvador Puig Codina, doc. cit. Es refereix al germà Josep Turonell (Rupit, 1859 - ?). Cal
afegir-hi solament, a part dels casos mencionats del germà Artieda i del P. Puiggròs, l'expulsió del P.
Francisco Ayneto (Monzón, 1863 - ?), esdevinguda, sembla ser, per les seves relacions amb noies
negres.
okangon
Muchas Gracias Joan :

Parece muy interesante el escrito de D. Jacinto Creus, pero claro, para comprenderlo en sus justas intenciones, habría que ser catalánhablante ...y leyente, cosa que yo, tengo que reconocer que no lo soy.

En esta torre de babel de los idiomas, el que publica algo, espera con ilusión transmitir sus conocimientos y que la mayoría puedan interpretar jústamente sus palabras.

Reconozco que "chamullo" leo y hablo, en la intimidad, el francés, algo de inglés , el pichinglish y el latín de mi juvenil vida y algo de árabe....Pero del catalán..... NADA !!!

Soy un zote , lo sé !!

Glorioso castellano, llamado español, por los 400 millones de almas hablado y comprendido !!!

Un cordial saludo.

okangon.




rosen
Me gustaría que algún voluntario lo tradujese al castellano. Gracias por enviarnoslo Joan. besin.gif clapping.gif
gudea de lagash
¡Arduo trabajo Rosen!
Un beso.


Gudea de Lagash 2570.gif 2570.gif 2570.gif dirol.gif shok.gif
Invitado_Joan_*
CITA(rosen @ Aug 20 2007, 09:03 PM) *
Me gustaría que algún voluntario lo tradujese al castellano. Gracias por enviarnoslo Joan. besin.gif clapping.gif



Ahora lo intento Rosen.

He probado traductores digitales on line pero los mejores no me permiten traducir més que 2500 caracteres cada vez y los que si me permiten traducir todo el texto de golpe cometen los típicos errores de traducción on line.

A partir de una de estas traducciones on line, retocando un poco a mano lo que vea mal traducido, creo que podré poneros una traducción más potable.

Estoy en ello wink.gif
Joan
Aquí os dejo la traducción de la primera mitad del articulo.




GUINEA ECUATORIAL, 1883-1911:
LA INVENCIÓN DE UNA IDENTIDAD


Jacint Creus



Incapaz de obtener el provecho codiciado, el Estado Español desamparó sus “territorios del golfo de Guinea” durante más de un siglo. La insistencia en su insalubridad encubría la propia impotencia ante del dominio británico de las aguas y del comercio atlánticos. Al acercarse el desmembramiento definitivo del imperio donde el sol no se podía poner, los antiguos vencedores -ahora vencidos- encontraron en la actual Guinea Ecuatorial un sucedáneo de las viejas glorias y un campo de actuación inédito para la “acción civilizadora” de la “nación católica”. La precaución de gobernantes y comerciantes en la primera fase de la colonización efectiva (1883-1911), contrasta con el empujón irreductible de unos misioneros -los claretianos- que les despejaron el camino. El objetivo de este artículo es analizar su actuación, dentro de este periodo, a partir de sus propios escritos.

I


El siglo XIX es clave en la Historia de África: Es el siglo del “descubrimiento” del continente y de su sumisión colonial, relacionados con la expansión de los imperios europeos. También es el gran siglo de las misiones católicas, cosa que representa una inversión absoluta de la política eclesiástica hacia las tierras africanas.

El progresivo conocimiento del territorio costero, operado desde las expediciones portuguesas del siglo XV, no había sido seguido, en general, por una presencia sacerdotal que fuera más allá del servicio a los pocos europeos que vivían [1]. Se trata de tres siglos de práctica inactividad missionera, rota de manera esporádica por algunas expediciones acabadas en fracaso: de los capuchinos bretones a los actuales Senegal y Guinea, de los dominicos a Dahomey, de los capuchinos españoles a Arrecife y Joal, y de otros de jesuitas, franciscanos, etc [2].

Es en esta época -marcada, por otro lado, por una progresiva militaritzación del continente- cuando se crea la imagen de un conjunto territorial y de una gente salvajes, crueles, sometidos a un concepto peyorativo de la magia, merecedores de todo tipo de expresiones descalificadoras que sistemáticamente empiezan con la preposición sin: sin civilización, sin cultura, sin leyes, sin amo, sin capacidad jurídica... algunas de las cuales todavía perduran. Es la imagen que convenía para justificar la principal práctica europea de la época en los territorios africanos: la captura y el comercio de esclavos [3].

A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, de todos modos, tienen lugar toda una serie de fenómenos políticos, sociales y culturales (el renacimiento de la convicción religiosa, mantenida viva en los momentos revolucionarios; la posibilidad de una expansión importante de algunos Estados europeos; el “descubrimiento” de territorios nuevos, especialmente en África; la exaltación de los elementos “exóticos” en el mundo científico y literario...) que convergen -sobre todo en ambientes populares y/o contrarrevolucionarios- en una reanudación del ideal misionero.

Este ideal, presentado como una contribución a “la liberación de los pueblos salvajes”, contenía factores ciertamente de progreso. Y el deseo de regeneración de estos “otros” pueblos sintonizava perfectamente con el avance de la idea colonial, que presupone la convicción que hay pueblos envilecidos por creencias bárbaras y la creación de un mito civilitzador basado en la pretendida superioridad de la civilización occidental.

La Iglesia de Roma encarna la religión que corresponde a esta civilización “superior”. El fenómeno colonial, pues, podía ayudar a rehacer la secular relación Iglesia-Estado, puesta en cuestión por el proceso revolucionario. Por otro lado, la progresiva laicitación de las sociedades europeas ya era imparable; y la Iglesia trataria de encontrar, en los “nuevos” territorios, un nuevo espacio de intervención, de afirmación y de poder.

La persona que se sentía llamada a ejercer la vocación misionera podía encontrar cobijo en una serie de nuevas instituciones que, por primera vez, querían centrar su actividad en el territorio africano: la Sociedad de Misioneros del Sagrado Corazón de Maria [4], la Sociedad de las Misiones Africanas de Lyon [5] y la Sociedad de los Misioneros del África (Padres Blancos) [6] fueron las más importantes a nivel europeo [7]; mientras que, en el Estado Español, sería la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de Maria [8] la que se haría cargo de la tarea.

En un primer breve momento, se pensaba afirmar la presencia misionera frente al Islam, con un importante cultivo del mito de la Iglesia cristiana primitiva, fuertemente implantada en el norte del continente africano [9]) y frente al Protestantismo (presente en Estados como por ejemplo Liberia o Sierra Leone, formados a partir de núcleos de esclavos liberados, y tutelados por los Estados Unidos y la Gran Bretaña, respectivamente. La práctica demostró la inviabilidad de estas intenciones y la facilidad de implantación en los otros pueblos negros.
El adelanto del siglo comportó un desplegamiento continuado de la Misión y la creación progresiva de administraciones eclesiásticas nuevas: el Vicariato Apostolico de las Dos Guineas (1842), el Vicariato Apostolico de Dahomey y Benín (1860), la Jefatura Apostolica del Sáhara Occidental y del Sudán (1868), el Pro-Vicariato del Alto Congo (1886), etc. [10]: territorios inmensos, encomendados -cada uno de ellos- por la Sagrada Congregació de Propaganda Fide a un solo de aquellos Institutos misioneros.

La dependencia directa del Vaticano es una característica común a todas las congregaciones misioneras. Otra es la manera de pensar la misión encomendada, reflejo de un cierto misticismo personal: llevados por un afán regeneracionista, buscan un regreso a los orígenes en consonancia con su tarea de creación de nuevos cristianos; esta exigencia de purificación los hace mantener una postura de desprendimiento personal, de entrega absoluta a su misión, pero también de intransigència en cuestiones morales, de conservadurismo -a veces, puro integrismo- y de simplismo en la predicación y en la conversión.
Finalmente, los misioneros de la época tienen una concepción patriotica de su actuación: los intereses de la Misión se hacen coincidir con los intereses de la expansión colonial de la propia metropoli, y la conversión comportará una exigencia paralela de europeización. Franceses, españoles, belgas o alemanes antes de que misioneros? Hará falta esperar hasta el 1919, después de la primera guerra mundial, para aclarar la diferencia de papeles: entonces una encíclica papal exigirá una independencia de actuación [11]; y en 1926 otra encíclica reclamará la formación de un clero “autóctono” [12].

II


En 1777, el Estado Español obtuvo de la corona portuguesa las islas de Fernando Poo, Corisco y Annobon “y el territorio continental adyacente”, a cambio de determinadas zonas del actual Brasil. Aquel acuerdo, ratificado en el Pardo el 1778, venía a enmendar la separación española de África sentenciada por el tratado de Tordesillas de 1494; y debia permitir el mantener un territorio, en la misma costa guineana, destinado a la obtención de esclavos para las colonias hispanoamericanas.

Significativamente, la expedición destinada a tomar posesión de los nuevos territorios salía de Montevideo aquel mismo año; y, también significativamente, acababa en desastre: animadversión y resistencia de los “indígenas”, fiebres, carencia de víveres, revueltas... Sólo 25 de los 150 hombres iniciales volvieron a Sudamerica [13]. La isla de Fernando Poo pasaba a la leyenda imperial como lugar malsano y peligroso, y desde entonces solo se acercaron barcos españoles en ocasiones bien contadas.

La realidad todavía era peor: el Estado Español vivía una crisis muy profunda que lo llevaria a la decadencia colonial definitiva; y no existia ni la capacidad ni la experiencia necesarias para echar adelante un negocio -el de esclavos- que, entonces y en aquella zona, era en manos británicas y holandesas. Los proyectos fueron fracasando. Para acabarlo de empeorar, el 1807 la Gran Bretaña prohibió el comercio de esclavos a sus colonias y su poderosa armada se erigió en policía de la abolición al norte del ecuador.

Presionado por la gran potencia, el Estado Español firmó un primer tratado con la Gran Bretaña el 1817. Se fijaba una fecha para el fin del comercio esclavista: el 20 de mayo de 1820. Y determinaba una serie de mecanismos para asegurar el cumplimiento: a partir de aquella fecha, los barcos de guerra británicos podrían perseguir e inspeccionar las embarcaciones sospechosas de continuar traficando con esclavos; en caso de encontrar, podrían apresarlas y someter a juicio a sus responsables ante unos tribunales mixtos que se crearon en la Habana (territorio español) y en Freetown (Sierra Leone, territorio británico). Un nuevo tratado, firmado el 1835, ampliaba todavía este «derecho de visita» [14].

El comercio de esclavos pasaba a ser ilegal. El objetivo previsto en la “adquisición” de los “territorios españoles del golfo de Guinea” se desvanecía. Y, mientras el Estado Español mantenía abandonados los territorios, Gran Bretaña -previa autorización- fundaba en la isla de Fernando Poo la ciudad de Clarence (la futura Santa Isabel, el actual Malabo) como nueva sede británica del tribunal para la represión del comercio de hombres: era el 1827 y, de hecho, se creaba un tipo de enclave británico -y, por lo tanto, protestante!- en territorio hispánico. El Estado Español reclamó la devolución el 1841. Sin presencia española, al fin y al cabo, comerciantes y misioneros británicos continuaron operando, igual que en la isla de Corisco [15].

Las expediciones españolas se fueron haciendo más frecuentes, mientras que franceses y alemanes ocupaban progresivamente el territorio costero (como una extensión del Gabon y del Camerún, respectivamente). Poco a poco se abandonó el objetivo de utilizar los territorios africanos como lugar de producción de mano de obra -ahora asalariada- y se abrió paso la idea de convertirla en una colonia de producción de modelo antillano. La progresiva independización de los territorios americanos hacía recomendable encontrar alternativas. Y la presencia efectiva solamente se podía asegurar, de momento, mediante la actuación misionera: fracasadas las tentativas a cargo de sacerdotes regulares (1845 y 1856), se pensó en los jesuitas (1858-1872) y, finalmente, en los claretianos.

El Estado español se había convertido en una potencia de segunda categoría. Su pequeña presencia a la África (Guinea y parte de Marruecos), sin embargo, le aseguraba dos cosas: la continuidad a a la escena internacional (especialmente con respecto al territorio marroquí, llave estratégica del Mediterráneo), y la comparecencia al reparto del pastel colonial africano.

III


Se puede afirmar, pues, que la llegada de los claretianos a Guinea supuso, por primera vez, el mantenimiento de un contingente importante de españoles con una intención colonitzadora clara: entre el 13 de noviembre de 1883 y el 24 de octubre de 1911 se pueden documentar 47 expediciones misioneras que aportaron a aquellas tierras un total de 231 claretianos, 105 de los cuales catalanes [16]. Hace falta valorar el esfuerzo de la Institución, porque entonces todavía se podía considerar la Misión guineana como una aventura arriesgada: en el periodo estudiado, y con una edad mediana en el momento de la llegada en Guinea de 28'6 años, murieron 85 claretianos (casi el 37% del total); de estos, 10 en el primer año de servicio, 21 más dentro de los 3 primeros años, y todavía 20 más dentro de los 5 primeros [17].

A la importancia cuantitativa del contingente hace falta añadir una organización eficaz -distintiva de todos los órdenes religiosos, sometidos al voto de obediencia y participantes del convencimiento personal (vocacional) de sus miembros- con una jerarquía clara y una estabilidad que se destaca de otros estamentos: así, por ejemplo, durante estos 28 años estudiados, la autoridad eclesiástica recayó en 3 prefectos apostolicos [18]; mientras que, en esta misma etapa, ejercieron 51 gobernadores generales [19]. De hecho, hasta el mandato del gobernador Ángel Barrera (1910-1924) la presencia y la actuación administrativas en el territorio fueron francamente escasas.

La importancia del contingente misionero, su disciplina y organización, y la exigua presencia y poca estabilidad administrativas, traerán como consecuencia el predominio de la actuación de los claretianos durante todo el periodo. Efectivamente, su papel -y, por extensión, el de la Iglesia Católica- será, en Guinea, infinitamente superior al que podían ejercer en la metròpoli (o al que podían ejercer de otras instituciones misioneras en otros lugares). Y esto le hace tomar unas connotaciones especiales: porque los claretianos tendrán la oportunidad, al menos hasta cierto punto, de organizar muchos aspectos de la acción colonitzadora de acuerdo con sus planteamientos.

Para empezar, ellos serán los primeros en llegar a muchos lugares del territorio: “La bandera española ha tremolado en muchas partes izada no miedo soldados sino miedo Misioneros” [20]; y, en consecuencia, acontecerán pioneros y exploradores en muchas ocasiones: “Ya el P. Frígola, no obstante sus continuas enfermedades, recorrió lo Muni y sus afluentes y formó un esbozo de mapa de ese estuario que no deja de llamar la atención. Los RR.PP. Superiores que le han sucedido, y con ellos los demás compañeros de misión, heredaron del primero ese carácter expedicionario allí tan necesario” [21]. Una tarea de adelantada que fue especialmente importante en las zonas sometidas a litigio territorial por parte francesa y alemana, y en la cual los misioneros encontraban poco apoyo de la Administración: “Los francesas, aprovechándose de nuestra debilidad, o no sé cómo llamarlo, han avanzado más, levantando nuevas estacionas en nuestro territorio, echando miedo tierra nuestras banderas y enarbolando la suya, y circunscribiéndonos los límites hasta donde las ha parecido bien. Así, el territorio de Cabo San Juan, reconocido de España y que comprendía más de 20 leguas de costa, sin que en años pasados se hubiera visto la menor señal de dominio francés, ahora está ya plagado de estacionas, ya militares, ya factorías para el comercio, que los franceses han levantado al ver la inacción de los españoles [22]. Incluso en el caso de expediciones oficiales, normalmente militares, la presencia de misioneros claretianos es constante, porque se considera que las tareas de colonización y de evangelización son paralelas: “El fin que se propuso la expedición era altamente patriótico y religioso, ya que nuestro designio era atraer al amor de la religión y de España a los pueblos bubis, y contraer amistad con los butucus o reyes de la isla, que serán en número de 25, y sobre todo con el gran rey de todos ellos, llamado Moca, quien se creía hasta hoy ser invisible para los blancos, y aún para muchos negros, y esto era una realidad. El Gobierno deseaba ganar su amistad, para así dominar la isla, y la Misión permiso y benevolencia para establecerse en cualquiera de los pueblos bubis. Todo se consiguió como se deseaba. Te Deum laudamus” [23].

El desplazamiento de los misioneros a lugares alejados los hará aumentar la sensación de esfuerzo, de privaciones y de peligro: “Corría el mes de agosto de 1886 cuando unos pocos Misioneros, por mandato del Rmo. P. Prefecto, se instalaron en este islote, comprando al efecto una pobre casa de bambú que les sirviese de habitación provisional, faltos absolutamente de toda comodidad. Dios N. Sr., al igual que hizo con las demás Misiones, acrisoló a ésta desde los principios de su fundación con la gravísima enfermedad del Superior y muerte del Hermano director de las obras” [24]. Su adelanto solitario provoca que, allá donde no haya una autoridad civil nombrada de manera expresa, los misioneros lo asuman y lo ejerzan: “Los Misioneros del C. de María hacían el oficio de Subgobernador en todas las islas y parte del continente africano del Golfo de Guinea en que no hubiera Subgobernador civil” [25]. “Por cuyo motivo, y estimulados por un nuevo oficio del actual Sr. Gobernador de Fernando Poo en que me nombra delegado directo de Su Excelencia para cumplir y hacer cumplir todas las obligaciones y deberes prescritos por nuestras leyes, determinamos hacer un nuevo esfuerzo para acabar con tantos escándalos” [26]. En circunstancias menos alejadas, los misioneros se limitaban a actuar como agentes del gobierno: “Siempre que el Gobierno daba alguna disposición sobre el trabajo de los bubis, inmediatamente me subía a casa del jefe Lubá (es el jefe matado), en donde, reunidos todos los principales de Balanchá, Relebó y Ambori, las comunicaba las órdenes del Gobierno, haciéndoles ver que debían obedecer” [27].

A nivel ideológico, el predominio del elemento eclesiástico -claretiano- implicará una nueva percepción del africano que fundamentará toda la acción “civilizadora”. La cesión de aquellos territorios había sido obtenida con la esperanza de sacar un provecho importante en forma de esclavos. Pero, para los claretianos, los guineanos no son hombres indignos que puedan ser reducidos a la esclavitud: no son objeto de comercio, sino de evangelización. Aunque que esta posibilidad no presupone paso una igualdad, sino una jerarquía explícita en que la cultura, la religión y la moral occidentales serán predominantes; y se actuará en consecuencia.

Los claretianos, en definitiva, no harán otra cosa que exportar a la colonia el talante paternalista de las clases dirigentes occidentales: los ricos tienen que ejercer la caridad; y los pobres, agradecidos, la resignación. Igualmente: los españoles tienen que civilizar a los guineanos, ofreciéndoles afecto y protección en el ejercicio de la autoridad; mientras que ellos, salvados del salvajismo, tienen que manifestar su agradecimiento mediante la obediencia y el respeto. Los escritos de los claretianos nos proporcionan ejemplos muy claros: “Solo y tan sólo con mí ángel de guarda íbame introduciendo en un caserío por entre fetiches, que fuera largo historiar. El Padre era para ellos nuevo, como ellos eran desconocidos para el Padre: todos o casi todos escapaban al momento, inclusos los animales al descubrir al Padre, sobre todo los chiquillos. Al saludarlos cariñosamente iban apareciendo los mayores, los que, viendo era el Padre un bubi de paz, iban apareciendo casi todos. Sólo los niños no había medio de que vinieran a darme la mano, por más que no cesaban de atisbar y mirarme recelosos y al seguro entre sus padres. Al acercarme a ellos y diciendo en mí corazón “Sinite parvulos venire ad me", "que de vosotros es el reino de los cielos”, aquí estaban los trabajos y lo huír ellos. "¡Ah! butchucú! ne sesé atchi-ne daña...", murmuraban; y, pateando y chillando, hacían grandes esfuerzos para escaparse de sus padres; mas éstos, quieras que no, presentábanme a sus hijuelos. Alargaban entonces sus manecitas y, como llegasen a dar un golpecito con la palma de la mano sobre la mía (éste se su saludo), estaban ya trabadas las amistades y se apeaban y se venían y se colgaban de mí sotana, que antes habían insultado, diciéndome: "Sr. negro marchar; no quiero venir...” Esto de darme la mano y venirse a mí, al fin todos lo hacían” [28].

En consecuencia, siempre presentan las Misiones -y los misioneros- como protectores de los débiles: de los “indígenas” ante de los europeos, de las mujeres ante de los hombres... Así, llevan a cabo una lucha constante contra la servidumbre tradicional, especialmente en la isla de Corisco, antiguo depósito de esclavos. Es una lucha en que suelen contar con la complicidad de la autoridad civil, hasta el punto de conseguir la organización de operaciones militares de persecución: “S.M. [la reina regente, Maria Cristina de Austria] se ha servido disponer se manifieste a V.S. y al expresado Subgobernador [de Elobei] haber merecido su Real aprobación la conducta digna y correcta de las autoridades de esa Colonia en la expedición de que se trata, así por los móviles humanitarios a que ha obedecido como por la forma de llevarlo a cabo; siendo también su soberana voluntad que esta manifestación de gusto sea extensiva a los RR.PP. Misioneros de dicha isla, que tanto han contribuído al éxito de la expedición” [29].

La sinceridad de esta actitud, en cambio, muchas veces trajo los claretianos a un enfrentamiento abierto con las autoridades civiles. Es el caso, por ejemplo, del P.Ramon Albanell con ocasión de la guerra contra los bubis de 1910: “Fuí, llegué cuando estaban ya en pie, después de haber terminado la Junta. Me dijo el P. Juanola lo que antecede; pero como yo ignoraba lo que en la Junta se trató, pregunté en qué sentido había de ir [a la acción militar contra los bubis]. “Para administrar los sacramentos a los heridos y auxiliarles si era necesario”. Habían decretado salieran las fuerzas disponibles de Sta. Isabel al mando del teniente de la Guardia Colonial Sr. Rodríguez con el Gobernador. Como yo estaba ya al tanto de lo que hizo D. J. de Salas, y completamente contrario a lo dispuesto por el Bando, me quedé perplejo, y luego el Sr. Salas dijo: “El P. quiere pensarlo”. Yo, que pensé acertar y no quería dar calor a una campaña contra los bubis con mí presencia, dije: “Sí, quiero pensarlo” “[30].

En el mismo caso anterior, y ante la injusticia de las decisiones del gobernador contra los bubis, a quienes quiere hacer trabajar gratis y por fuerza, la defensa de los misioneros a un grupo de chicos se hace siguiendo excrupolosamente el procedimiento legal, con una instancia dirigida al gobernador que se redacta en estos términos: “Fuimos todos colegiales un tiempo atrás; sabemos todos cada cual su oficio y somos todos trabajadores. (...) No somos los que no están instruídos que se coge a la fuerza” [31] . Es decir, que la protección paternal se fundamenta en el cambio a la cultura importada, impuesta.

No se trata de un trato en un mismo plano; sino del sentimiento de suficiència de la propia e indiscutible superioridad. Una relación de superior a inferior, en que solamente la bondad del primero permite conductas condescendientes: “En vista de lo cerrado de la noche, de lo escarpado de la montaña y de no disponer de luz para bajar a la embarcación, juzgué más hacedero preguntar a Bonifacio si tenía algo para cenar. Él, con sentimiento, me dijo que sólo tenía un poco de mono y yuca. “Pues trae, hijo mío”, le dije, y me supo a pascuas. Al embarcar a las once de la noche por favorecernos la marea, me preguntó Su Rdma.: “Pero, Padre, ¿Vd. ya ha cenado bien?” “No pase pena, Rdmo. Padre, pues es el día que mejor he comido”. Y se desternillaba de risa en S. Juan cuando supo lo ocurrido” [32].

El paternalismo es una forma de autoritarismo. Implica una negación de la capacidad del otro, de la cultura del otro, de los valores del otro. La personalidad del africano no es tenida en cuenta sistemáticamente por aquel que solamente espera una aceptación de las decisiones propias. Y todo el esfuerzo de los misioneros se orienta a dotar los guineanos de una personalidad cultural de la que, supuestamente, carecen. La tarea misionera es, en parte, la invención de una identidad: porque la misma actitud paternalista justifica que el superior pueda considerar como insuficiente e inconveniente la cultura del inferior estimado; y, precisamente en nombre de esta estimación, mirará de desestructurarla y sustituirla por otra que considera como “más conveniente”, como “más apropiada”.

¿Cuales debian ser los componentes básicos de esta nueva identidad? Es una cuestión que los claretianos tienen clara desde el primer momento: la lengua española y la religión católica: “Como españoles oficialmente autorizados y protegidos por el Gobierno de la nación para su establecimiento en aquella colonia española, era preciso demostrar de un modo práctico su amor a la patria, haciendo de aquellos pobrecitos indígenas unos verdaderos súbditos de España, llevando a sus morenos labios la hermosa lengua de Cervantes, implantando en sus corazones nuestra Religión y nuestras costumbres, y a la par en sus inteligencias las brillantes páginas en que figuran, cual preclaros timbres de grandeza, los hechos gloriosos que han inmortalizado a España, cuna de mártires, de sabios y de valientes” [33]. . Estas ideas basicas ya aparecen en 1882, justo cuando los claretianos aceptan la propuesta del Ministerio de Ultramar de ir a la Misión guineana: “Los misioneros deberían catequizar e instruír en Religión y atender espiritualmente a los nuevos cristianos y enseñar la lengua española” [34].

Este doble objetivo no era nada nuevo, sino consubstancial a todos los procesos de “civilización” iniciados por el Estado Español. Desde este punto de vista, se puede decir que la colonización africana fue entendida como una continuación de la colonización de América (que, por otro lado, se daba por buena); y que la articulación de los dos objetivos mencionados implicaba un compromiso entre la Iglesia y la Administración, que los claretianos no se cansaban de reclamar: “Para civilizar un país cimentando en él las buenas costumbres, es necesario que la Autoridad civil no sólo no impida la acción benéfica de la Iglesia sino que la apoye y ayude, consiguiendo así más pronto un excelente resultado” [35]. “Despierta, pues, hermosa patria mía;(...) Tú, que supiste hacer ondear tú pabellón a través de tantos azares en tantos sitios del mundo, despierta y sal de tú letargo: ven, y verás lo que es Fernando Poo y lo que fuera el día que la tomaras con interés para sacarla del mísero estado en que hoy yace todavía. Empero no te olvides de tus antiguos días, en que, al lado de tus valientes, marchaba el Misionero a civilizar también; siendo así que aún hoy por él y con él vimos al Invisible, en provecho de la Religión y de la Patria” [36]. Quizás conviene recordar que las Misiones guineanas -todas- eran financiadas por la Administración, que pagaba el personal y otros conceptos.

Sorprende que esta tarea, con un primer objetivo de imperialismo lingüístico, la llevara a cabo la Institución Claretiana, fundada por un catalán, con la su casa madre en Vic, con un componente muy importante de misioneros de procedencia nuestra (un 45'4% del total), cuando un sector importante del clergado del Principado [de Catalunya] contribuía decisivament al fortalecimiento de nuestra lengua y estimulaba el inicio del catalanismo conservador [37].

Hace falta tener presente, respecto de esto, el carácter todavía poco consolidado de este catalanismo; que, por otro lado, influía sobre todo en el ámbito del clergado diocesano pero no paso en el de la mayoría de los órdenes religiosos: estos solían tener una estructura y una organización de ámbito español; en su seno convivían religiosos procedentes de todo el Estado; se utilizaba el español como lengua de relación habitual; y se consideraba el uso del catalán, en presencia de no catalanes, como una carencia a la caridad hacia los otros (y, pues, se relacionaba con una conducta pecaminosa).

Es bien patente que los catalanes que acudieron a las Misiones guineanas no eran especialmente sensibles a los problemas lingüísticos. Así, por ejemplo, uno de los más veteranos, llegado a Guinea el 1885, razonaba de este modo, una vez retornado, una petición de traslado fuera de Catalunya: “Los motivos principales son dos: el frío que me va muy mal y el espíritu catalanista que no me gusta” [38]. O bien, se puede aportar este episodio que ilustra el talante lingüístico que se respiraba a las Misiones guineanes: “Era portugués, y jamás hablaba de Portugal. Vinieron una vez de pasada dos Hermanos portuguesas y quisieron aprovechar la ocasión de hablar su lengua. El Hermano se negó: "En público, no. Si quieren algo en particular, sí". Replicaron: "Si somos portugueses, ¿porqué no hemos de hablar en portugués?" Contestó él con admiración nuestra: "Somos Hijos del Corazón de María, que se lo único que vale; lo demás, ¿qué importa sea portugués, o español o americano? Lo oficial es el español” [39].

Este tratamiento discriminatorio de las lenguas se tiene que inscribir en el tono paternalista general de la actuación de entonces: las lenguas locales se pueden estudiar; y al comienzo, cuando el dominio del español por parte de la población era nulo, muchos misioneros aprendieron; y fueron claretianos los que elaboraron una buena cantidd de vocabularios, diccionarios, gramáticas, devocionarios y versiones evangélicas en todas las lenguas guineanas. Pero, igual que las culturas respectivas, las lenguas “autóctonas” eran consideradas insuficientes; y el aprendizaje del español, una condición inexcusable para poder acceder al grado de “civilizado”, para poder obtener la nueva identidad preparada por los colonizadores.

Como norma general, la población buscó la manera de hacer compatibles las creencias propias con las impuestas. Los misioneros, más que a una religión asumida en el fondo del corazón de los hombres, daban importancia a la asistencia a los actos litúrgicos y de otras señales externas, y al seguimiento de una moral determinada: “El último domingo llovió sin parar desde las primeras horas de la mañana; y, aunque tocamos a Misa y empezó la mayor según costumbre a las 8, con todo esperábamos que ningún cristiano asistiría; y vino un niño de 10 años que estuvo un año en la Misión, y del pueblo de este niño (media hora distante de la Misión) a las 2 de la tarde compareció un joven de unos 17 años enteramente calado, con regular fatiga y sobresalto, el cual venía a preguntar si pecó por no haber asistido por la mañana a Misa. Este último había estado en Banapá, reconoce la falta que cometió, y por ahora da buen ejemplo y por su medio hemos podido ejercer alguna vez el santo Ministerio en favor de sus paisanos aún infieles” [40]. “A fin de evitar el impedimento que habían puesto al P. Juanola, tan pronto como hizo esta señal procedí a bautizarla sub conditione por ser dudoso si el bautismo que dan los protestantes es válido. Así que concluí las palabras de la forma, salta una hija de la moribunda oponiéndose a que la bautizásemos por instigación de los protestantes. Yo, como había conseguido mí fin principal, que era salvar aquella alma, decía para mí: "Ara, que hi pengin un llum" [dicho en catalan en el original, significa literalmente “ahora que cuelguen una luz” y seria equivalente a “ahora que digan lo que quieran”]. Pero al volver a casa me dice el P. Juanola: "La dificultad estará en sepultarla en cementerio católico" ” [41]. «Acostumbrados aquellos indígenas mal, ahora se resisten a entrar en camino, y ningún Superior o Padre, si no da, es bueno. El querer hacer cristianos a fuerza de dar no produce buenos resultados. El negro no es agradecido, y el regalar sin ton ni son hace que él se crea hasta con derecho a que se le dé, si no... no rezará, etc. etc. “ [42].

Con respecto a la moral, los misioneros insistirán en prohibir la poligamia y en obligar a las mujeres a vestirse. En este último caso, también como una manera de autoprotegerse de las tentaciones lujuriosas: “Cuando se ven los hombres poco menos que desnudos, hombres son y creo no es grande el peligro; pero al ver de la misma manera a las mujeres enseñando los pechos, etc. etc., no hay por qué decir que son negras o feas; que el demonio sabe pintarlas tan halagüeñas y hermosas a la imaginación del desprevenido, que parece no hay en el mundo cosa que más puede llamar la atención. (...) Váyase ahora uno ya sea a la siesta, o a descansar por la noche. ¿Qué impresiones recibirá su corazón? ¿Qué representaciones en su imaginación?” [43]. Tanto en este caso como en el de la poligamia, se actúa “en defensa de la mujer”, de su dignidad como persona. Y se busca para ella un papel (= una nueva identidad) que no es otro que el mismo que se quería para la mujer europea (= madre cristiana), dando por descontado que este es más emancipador que no aquel.

El esquema se repite siempre. Y, también en este caso, no se hace otra cosa que traspasar a África aquello que se piensa respecto de España: “Con todo, lo referido [por el gobernador José Barrasa] es para mí la señal de la guerra que por su parte nos hará el tiempo que él gobierne; porque ha soltado, entre otras, estas expresiones: “tan buen español puede ser un protestante como un católico”; “parece que volvemos a los tiempos del siglo XVI”. Todo lo cual me parece obedecer a principios masónicos que tienen a los sacerdotes por opresores de la libertad humana” [44]. Protestantes y masones pueden considerarse contrincantes serios [45]; no así las religiones africanas, que no son ni siquiera dignas de análisis: bastan las ideas preconcebidas: “Al lado izquierdo estaba el altar de los sacrificios, muy semejante a la escalera, aunque mucho más alto. El dogal estaba en una de sus gradas, ensangrentado todavía. ¡Cuán tristes ideas se agolpaban a mí mente y turbaban mí imaginación figurarme que en dicho lugar se ofrecía homenaje al Demonio!” [46].

Para conseguir extender esta nueva identidad, los claretianos no se limitaron a fundar Misiones. Crearon sobre todo escuelas -la mayoría internados, con la consecuente separación de los alumnos del ambiente familiar y cultural propio- y “pueblos cristianos” para los africanos, bajo el cobijo de las Misiones, organizados de acuerdo con la nueva moral: matrimonios canónicos, maridos monógamos, escolarización obligatoria, entrega gratuita de parcelas, aprendizaje de nuevos cultivos, pérdida del usufructo en caso de mala conducta... Conseguir alumnos para las escuelas -chicos, para las de los claretianos; chicas, para las de las concepcionistas- era preocupación de todos los misioneros: “Luego de llegados a la orilla, me interno en el bosque; y poco faltó para dejar allí la estola y roquete, como dejé un trozo de sotana; y, para colmo de desdichas, de vuelta a casa perdí la suela de un zapato. Cuando volvimos a S. Juan llevamos tres niñas para las MM. Concepcionistas de Corisco” [47].

Y esto hasta el punto que había el convencimiento, entre los diversos pueblos guineanos, que los misioneros querían quitarles las chicas para traerlas a los colegios de las monjas y casarlas después con los chicos de los colegios de los misioneros: “A las puertas mismas de Moca estuvimos, yo por tercera vez, y, como él [el jefe del pueblo de Moka, considerado como jefe de toda la isla de Fernando Poo] estuviese quejoso porque los niños y aún niñas iban a la Misión, el Sr. Comandante le cantó la cartilla y le dijo: "Él dice que si los niños y niñas van a la Misión, luego uno quiere a otra y el Padre los casa y pierdes". "Esto" -le respondió- "es lo que debe ser, y cuidado con molestar a la Misión; si no, estas armas que traigo para defenderte y que te respeten todos los bubis, serán para castigarte". Lo que no le gustaba mucho, pero tuvo que callarse. Y así se hizo en todas partes: respeto al Gobierno y a la Misión. ¡Ojalá se hiciera esto con frecuencia! ¡Cuánto ganarían la Religión y la Patria! Si no, no hay quien los saque de los bosques. ¡Si al menos dejaran venir libres a los niños y niñas!!! Pero no hay medio... Claro está, como la voluptuosidad de los muchucus necesita tantas mujeres y chicos para su poltronería...” [48]; “Su empeño [del gobernador Barrera] es también de traer pamues de la costa a Fernando Poo, y por ahora no se mueven ni que las prometan que se los dejarán con tantas hectáreas como quieran, y que "ni los Padres visitarán sus familias o poblados donde se establezcan para que no las quiten sus mujeres...", pues uno le dijo que no vendrían acá porque los Padres Misioneros las quitan las mujeres, y miedo eso no las tienen que visitar” [49].
Joan
I aquí la segunda parte

GUINEA ECUATORIAL, 1883-1911:
LA INVENCIÓN DE UNA IDENTIDAD (2)


IV


En todas las circunstancias, el colonialismo genera violencia. Cualquier desigualdad, genera.también el paternalismo. Por un lado, cuando aquel que se pretende salvador del otro no recibe el reconocimiento, la obediencia y el respeto que espera, se considera legitimado para el castigo: el superior paternal se cree en el derecho de tutelar y sancionar el proceso del inferior redimido hacia la identidad “adecuada”. Por otro lado, la “violencia justa” es una prerrogativa del colonizador -que encarna el Estado- pero también es un deber que no se puede ahorrar: recluido en un mundo que no se corresponde con el que lo rodea -y desde donde ejerce la autoridad- el superior minoritario teme el inferior mayoritario y vive un miedo constante a la posible rebelión. El ejercicio de la violencia se puede presentar -cínicamente- como un acto de amor y de amparo, inherente al proceso de “civilización”. Sin embargo, es la única manera de perpetuar la situación: el miedo del africano tiene que ser más grande que no la angustia del europeo. La docilidad del débil se origina en la violencia del fuerte; y este solamente podrá recuperar la actitud conveniente de afecto y protección después de ejercitarla. La violencia del débil, en cambio, sólo puede generar represalias, de las cuales será culpado. Igualmente, la indisciplina y la obcecación; o sea, en definitiva, la obstinación a permanecer fiel a la identidad “inadecuada».

Protagonistas del proceso durante un periodo tan largo, no puede extrañarnos encontrar -en los escritos de los claretianos- huellas de un comportamiento constreñidor del pensamiento y de la libertad de los otros, violentador de sus voluntades: “Cogí una hacha y, con permiso del P. Superior, me fuí sosiño a cortarla [una palmera considerada sagrada]; me costó, pero al fin el ídolo fue por tierra” [50]; “Si al presente, después de sesenta y cinco años que la Misión lleva entre ellos [en Annobon], no reparan en andar por el pueblo como Adán y Eva, en el estado de la inocencia, júzguese cómo se presentarían entonces, llevados de la costumbre general de andar con toda libertad. Por eso nuestro Hermano, imitando con celo -tal vez excesivo- lo de Salvador en el templo, muchísimas veces la emprendió -no con el látigo, como Jesucristo, sino a pedrada limpia- contra los que de modo tan indecente se presentaban a las puertas de la Misión” [51]; “Cierto día nos lo encontramos cadáver; y, reconocido por la facultad de este Destacamento, procedimos al sepelio. Pero, ¿cómo hacer la sepultura? Un criadillo que teníamos se resistía, hasta que le amenazamos con despacharle” [52].

Otras veces, las escenas narradas son de una violencia escalofriante y premeditada: “Se predicó, se exortó, se amenazó y todo en vano. Se pasó a la obra rompiendo las chozas de las segundas, terceras, etc. mujeres. (...) Aquí comenzó el sermón mudo del Hº Coll. Toma al Jefe civil, al pregonero, dos soldados, llevando una grande cuerda y un pozal de cal; y puesto él al frente, se dirigen a las chozas de los culpables. De un puntapié rompe la puerta, entra dentro y no encuentra nadie ni nada; hasta la última olla se habían llevado. Van a la 2ª, 3ª etc. y en todas pasa lo mismo. De unas 20 casas de polígamos sólo en una hallan a una pobre vieja enferma, a la cual nada dijeron. Sólo se limitaron en señalar su casa, así como las demás, con dos o tres pinceladas de cal, para que se supiera que la justicia era sabedora de los crímenes que allí se cometían” [53]. “El P. Puichgros estuvo presente a todo, y por la noche también el Padre le dio dos latigazos y dispuso que se dejase atada: los latigazos que se le dieron por la noche, en presencia del Padre, no bajarían de ochenta a ciento; y cuando la dejamos a la noche no se podía tener en pie. (...) He pensado, me dijo, que le den los dos con quien ella andaba cincuenta palos cada uno; y concluídos éstos, un crumán otros cincuenta; y después, todos los chicos, cada uno seis, que eran unos treinta niños” [54]. Esta última escena se acabó con la muerte de la chica castigada, acusada de incitar los chicos del internado de Cabo San Juan a la inmoralidad, y el procesamiento del P.Puiggròs. La consecuencia de la primera, según el mismo documento, fue que el P.Villa tuvo “la satisfacción de escribir 15 proclamas que uní en Matrimonio antes de finir dicho mes. El 22 en una misma misa de bendición casé nueve parejas y el 29 cinco, quedando aún algunas para las dominicas siguientes”; cosa que nos retorna a la importancia de las formas externas por encima de la aceptación de corazón.

La verdad es que de casos tan graves hubo bien pocos. ¿Por qué razón reprocharlos, pues? Porque, precisamente por ser graves, la documentación que se refiere nos aclara el talante general de la actuación “civilitzadora” de todos los estamentos. Así, en el mismo documento del hermano Artieda, podemos leer que “En S. Carlos le dieron a uno 500 [varapalos, esta vez los militares], y eso con una cola de mono disecada, y no murió, no: nada más cuando le dejaron hizo un poco el dormido, pero después ya se marchó, ya”. Mientras que el gobernador de la Puente advertía duramente: “En mí comunicación de 12 de Noviembre prevenía a Va Ra recomendase a todas las Misiones Católicas de su digna Jefatura la conveniencia de no emplear castigos corporales y de que procurasen atraer a los indígenas hacia nuestra santa causa Católica por los medios Evangélicos recomendados por la sublime doctrina de nuestro Señor Jesucristo. (...) Desgraciadamente mí citada comunicación no ha dado resultado ninguno y al girar mí visita por toda la Colonia no he oído más que lamentaciones y quejas contra las Misiones Católicas” [55]. Volviendo al asunto Puiggròs, el procurador general P.Josep Mata afirmaba que el misionero había actuado “sin sospechar que pudiera peligrar la vida de la delincuente, como sucedió en casos análogos con otras jóvenes que ni siquiera en su salud padecieron detrimento, habiéndoles impuesto las autoridades castigos más severos”; recordaba que “existen varios precedentes de otros sucesos en que no ha tomado parte alguna la Autoridad de la Colonia”; y concluía pidiendo el sobreseimiento del caso por carencia de una legislación clara [56]. Mientras que el gobernador de la Puente, a pesar de su dureza con los claretianos, en el documento mencionado más arriba tenía que reconocer «latente todavía lo castigo de
mega_shok.gif0 palos que, aunque mandados dar por el ignorante y mal aconsejado representante del Gobierno, se dieron en el patio de la Misión en presencia del Superior de ella y amarrados a la víctima los niños de la misma, que están en ella para aprender la mansedumbre evangélica”.

Parece, pues, que hay que creer en en una presencia habitual del ejercicio de la violencia, en la colonia, por parte de todos los estamentos dirigentes. ¿Con qué justificación? La instancia del P.Mata nos lo aclara definitivamente: “Es cosa muy distinta presenciar o leer un hecho de esta naturaleza en un país civilizado a leerlo o presenciarlo en países salvajes”. Y esto es lo que aterroriza: los militares (que, por ejemplo, solían quemar los pueblos de una manera sistemática en concepto de represalia [57]) y los misioneros, podían actuar en la colonia de una manera diferente a como lo podían hacer a la Península. En la metròpoli, todo esto ya no les habría sido tolerado. Perdido en gran parte el control del poder que tiempo atras habían mantenido (frente a una visión laica de la organización social y frente a un poder civil cada vez más consolidado), misioneros y militares podrán, en cambio, lejos de “la patria”, hacer retroceder el tiempo y encontrar un espacio de poder indiscutido. La alusión del gobernador José Barrasa (ved supra) sobre el regreso al siglo XVI, pues, quizás no era desencaminado; con sólo que también se lo habría podido aplicar él mismo; igual que no puede extrañarnos que el P.Ermengol Coll se quejara de las “ideas avanzadas” de este gobernador [58].

Quizás esto explicaría la obsesión de los claretianos en fundar pueblos y reducciones solamente para africanos: porque de este modo podían evitar que se los escapara de las manos un control que solamente allá podían ejercer: “Las miras del P. Llambés en colocar la Misión en Elobey grande, era para poder con el tiempo formar una población separada de los Europeos, para impedir el que los corrompan” [59]; “Al año 1906 Villa intentó levantar una tienda en Batete. Yo se lo expuse a D. Luis [gobernador Luis Ramos Izquierdo] y llamó a Villa que mientras fuese Gobernador no permitiría que ningún blanco se estableciese. Por lo cual Villa desistió por entonces esperando que se le presentase mejor oportunidad, como se le presentó siendo Gobernador el honrado y recto Centaño [gobernador José Centaño], que con toda su honradez y rectitud se lo permitió; de cuya permisión han resultado tantos daños a la Misión de Batete; y más mal ha hecho con su permiso Centaño a la Misión que todas las iras de Ramos Izquierdo [60].

El círculo se cerraba con una disciplina interna que reproducía otra vez el esquema: los Superiores controlaban paternalmente su personal, que colaborava en el mantenimiento de este control y -así- de la disciplina y de la coherencia de la actividad claretiana: “Fuera de esto, hay otra clase de enfermedades que nos dan también que sufrir. El Hº Peloa, que desde su llegada manifestó tener algo de lunático. (...) Veré si le puedo hacer entrar en sí; si no, amado P., creo que estará mejor en cualquiera comunidad de la Península, porque en éstas es una pesadilla” [61]; “Lo que me ha pasado y algo más que diré, y desearía tener tiempo para decirlo, ha pasado a otros: de ahí lo que, aun cuando haya individuos buenos y edificantes como en todas partes, no he visto aquel espíritu que en general me parecía había de reinar, atendido a los sacrificios que en estos países se supone se hacen” [62]. La unidad de acción y de criterios, sin embargo, se basaba sobre todo en el convencimiento personal de los misioneros, todos ellos procedentes de zonas rurales [63]. Así, y a pesar de la peligrosidad evidente, todo el periodo se salda con bien pocas deserciones: “El día 1 de Enero del 87 se fugó el H. Turunei a las 7 de la noche. Había salido de S. Juan hacía 19 días destinado para Corisco, y no quiso ir” [64].

V


La actuación de aquellos primeros misioneros, hoy nos puede parecer difícilmente justificable. En la perspectiva de la época, de todos modos, resulta comprensible: no solamente hicieron aquello que se podía esperar de ellos, sino también aquello que otros habrían querido hacer y no osaron. Todavía más: su obsesión de imponer a la pequeña Guinea “la” religión y “la” lengua tiene un aspecto enormemente interesante: quisieron para los guineanos exactamente aquello que querían para los españoles: una patria fundamentada en la lengua y en la fe. Tal como la pensaban todas las clases dirigentes. Tal como la pensaba Torras i Bages [obispo de Barcelona]. Sólo que nuestro obispo tenía en la cabeza, quizás, otra patria.

Jacint Creus
Doctor en Antropologia Cultural

Notas

1 Anecdóticamente, se suele considerar que la primera misa en territorio del África negra se celebró en Elmina (Costa del Oro) el 1481.

2. Stefania Nanni, «Fonti missionarie per la storia dell'Africa occidentale». In «Tierra de Africa». Milán, Unicopli, 1992.

3. La política de la Iglesia de Roma frente al comercio de esclavos africanos fue siempre pasiva; y, en general, sus actuaciones se limitaron al trato dado al esclavo ya desembarcado en América. Por su parte, los esclavistas miraban de justificar por razones religiosas la inferioridad del negro (Gènesi, 9: 20-27) y aquel comercio vergonzoso (I Corintios, 7: 17-23). Así, por ejemplo, es sabido que las dudas de Luís XIII con respecto a la introducción del esclavismo en las colonias francesas se resolvieron con la consideración que esta era la única manera de sacarlos de la idolatria y traerlos a la religión verdadera (P. Lebat, «Nouveau Voyage aux isles de l’Amérique». La Haia, 1724).

4. Fundada por un judío converso, Jakob Libermann, el 1842; el 1848 se fusionó con una sociedad missionera anterior, la Congregación del Santo Espíritu, creada el 1703 y entonces casi extinguida, tomando el nombre de esta última.

5. Fundada el 1857 por el obispo occitano Melchior de Marion-Brésillac.

6. Fundados el 1868 por el cardenal Charles Lavigerie.

7. A lo largo del siglo XIX, Francia se convertirá en la potencia colonial con más presencia en África. Gran Bretaña, la otra potencia decisiva, obviamente no ejercerá como “nación católica” y la mayoría de sus misioneros formarán parte de sociedades protestantes diversas.

8. Claretianos, fundados en Vic, el 1849, por el catalán Antoni Maria Claret.

9. Recuérdese, por ejemplo, que, en los primeros tiempos del cristianisme hubieron hasta tres Papas de procedencia africana: Víctor (189-199), Milcíades (311-314) y Gelasio (492-496).

10. André Picciola, “Missionnaires en Afrique, 1840/1940”. París, Denoël, 1987.

11. Encíclica “Maximum illud”, de Benet XV. Ved por ejemplo: “Comprendiendo, pues, que el Señor ha dicho a cada cual de vosotros: "Olvida tu pueblo y la casa de tu padre" [Salm 45: 11], recordaréis que no debéis de propagar un imperio de los hombres sino de Cristo, y añadir ciudadanos no a la patria de aquí sino a la de arriba. Y seria basta miserable que algunos de los misioneros olvidaran tanto su dignidad que pensaran más en la patria terrena que en la celestial, y se afanasen más de la cuenta en dilatar su poder y extender su gloria por encima de todo. Los hombres, por bárbaros que sean, entienden bastante bien qué busca de ellos el misionero: ven y huelen con grande perspicàcia si busca un bien diferente de su bien espiritual. Ponemos por caso que uno, en parte o en menos, se ocupa de asuntos terrenales, y no se preocupa bastante de los negocios apostòlicos sino de los de su patria. Inmediatamente su trabajo parecerá sospechoso a la multitud, que tenderá a pensar que la religión cristiana se relaciona con una nación externa, y que aquel quien ha abrazado esta religión ha rehusado la propia nacionalidad y se ha puesto bajo una tutela externa”. In “Acta Apostolicae Sedis: commentarium officiale”, año XI, volumen XI. Roma, Typis Polyglottis Vaticanis, 1919.

12. Encíclica “Rerum Ecclesiae”, de Pio XI. In “Acta Apostolicae Sedis: commentarium officiale”, año XVIII, volumen XVIII. Roma, Typis Polyglottis Vaticanis, 1926.

13. Manuel Cencillo de Pineda, “El brigadier Conde de Argelejo y su expedición militar a Fernando Poo en 1778”. Madrid, Instituto de Estudios Africanos, 1948.

14. Mariano L. de Castro y Mª Luisa de la Callo, “Origen de la colonización española de Guinea Ecuatorial (1777-1860)”. Universidad de Valladolid, 1992.

15. La isla de Annobon, situada en el hemisferio sur, junto a Sao Tomé y muy alejada de Fernando Poo (670 kms.) y de Corisco (470 kms.), quedó al margen de todo el proceso.

16. André Picciola, “Missionnaires en Afrique, 1840/1940”. París, Denoël, 1987.

17. Fuente: elaboración propia. Hace falta tener presente que, desde el 1885, la tarea claretiana se vio reforzada con la presencia de las misioneras concepcionistas.

18. Ibídem. Son frecuentes noticias como por ejemplo esta: “Tuvo un resfriado con fiebres y fiebres. Mejoró un poco. Quiso salir de nuevo a visitar enfermos y a dar el viático, y luego a un entierro. De aquí que recae, y recayó con tal fuerza que al tercer día tuvo uno ataque de corazón y del cerebro, en el cual sufrió horriblemente, cayendo ya en el delirio y en agonía que duró unos tres días, muriendo al fin. Es de notar: 1º la resignación con que padeció y murió; 2º cuánto lo hemos sentido PP., HH. y niños, y qué falta nos va a hacer; 3º qué entierro tan solemne, sin distición de clases ni de edades: todos, todos le amaban, todos le han llorado, hasta muchos protestantes. R.I.P”. Carta del P.Joaquim Juanola (Maià de Montcal, 1853 - Santa Isabel, 1912) al P.Climent Serrat (Gurb de la Plana, 1832 - Segovia, 1906; fue General de la Congregación desde diciembre de 1899 hasta su muerte), de 15 de julio de 1900, donde refiere la muerte del P.Alejandro Sanz (Riahuelas -Segovia-, 1892 - Santa Isabel, 1900). Archivo General de los Misioneros Claretianos en Roma (AG CMF), Sección F, Serie N, Caja 9, Carpeta 1. El acceso a este archivo, fundamental para mi estudio, me ha sido facilitado por el archivero, P.Jaume Sidera; su investigación ha sido posible gracias a una ayuda recibida de la “Agencia Española de Cooperación Internacional – AECI”.

19. Ciriaco Ramírez (Alija de los Melones, León, 1833 - Banapà, 1888), Pere Vall-llovera (Cassà de la Selva, 1847 - Banapà, 1890) y Ermengol Coll (Ivars, 1859 - Santa Isabel, 1918), todos ellos claretianos.

20. Desde el teniente de navio Antonio Cano, que tomó posesión el 25 de enero de 1883, hasta el gobernador Ángel Barrera, que lo hizo el 15 de noviembre de 1910. Fuente: Africa Negra, número 1. Madrid, julio-agosto de 1992.

21. Anónimo, “Misión de Elobey”, s/d (circa 1915). AG CMF, Sección F, Serie P, Caja 6, Carpeta 4.

21. Ibídem.

22. Carta del P.Gaspar Pérez (Navalilla, Segovia, 1862 - Elobey, 1905) al P.José Mata (Hoz, Huesca, 1848 - Madrid, 1915), procurador general de las Misiones guineanas, de 8 de marzo de 1895. AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 8, Carpeta 8.

23. P. Joaquim Juanola, “Una excursión a los pueblos bubis”, 8 de enero de 1888. AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 16, Carpeta 1.

24. “Misión de Elobey”. Doc. cit.

25. “Datos de la causa a favor del Sr. Puiggrós”, anexo a una instancia del P.José Mata al Ministro de Ultramar, de 18 de diciembre de 1897. AG CMF, Sección F, Serie P, Caja 7, Carpeta 3.

26. Carta del P.Isidre Vila (Espinelves, 1847 - Annobon, 1893) al P.José Mata, datada a Annobon el 21 de noviembre de 1892. AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 8, Carpeta 8.

27. Carta del P.Ramon Albanell (Balenyà, 1868 - Santa Isabel, 1945) al P.Eusebio Sacristán (Bernardos, Segovia, 1866 - Madrid, 1923), de 15 de septiembre de 1910. El fragmento citado es una transcripció de otra carta enviada al P.Ramon Albanell por el P.León García (Bakedano, Navarra, 1876 - Cabo de San Juan, 1915), entonces Superior de la Misión de Batete. AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 13, Carpeta 19.

28. P.Joaquim Juanola, “Una excursión a los pueblos bubis”, doc. cit.

29. R.O. de 27 de noviembre de 1888, citada por el P.Pere Vall-llovera en carta al P.Josep Xifré (Vic, 1817 - Cervera, 1899; fue General de la Congregación desde el 1 de mayo de 1858 hasta su muerte), de 3 de febrero de 1889. AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 13, Carpeta 9.

30. P.Ramon Albanell, doc. cit.

31. Ibídem. La oposición de los claretianos al trabajo forzoso fue continua: “Ahora se ha empeñado a obligar a trabajar a los infelices bubis mediante el bando de Ramos Izquierdo, lo que está ya mandado publicar en el Boletín Oficial que se imprime en Banapá” (...) “Si los bubis no tuvieran casi cada uno sus fincas de cacao, pordrían quejarse de que "el bubi, que no trabaja". Pero no: aquí se busca la particular ganancia... ¡¡¡Como si el kilo de cacao procedente del indígena bubi no valiera igual para las aduanas del Gobierno que el del finquero blanco o negro medio civilizado!!!”. Carta del P.Joaquim Juanola al P.Eusebio Sacristán, de 1 de septiembre de 1911. AG CMF, Sección F, Serie P, Caja 10, Carpeta 9.

32. Relato de varias expediciones a la zona del Muni, a cargo del P.Pelai Rodríguez (Santa Coloma, 1873 - ?), datado el 20 de noviembre de 1908. AG CMF, Sección F, Serie P, Caja 5, Carpeta 7.

33. [Ermengol Coll], “Memoria de las Misiones de Fernando Poo y sus dependencias”: Madrid, Imprenta de A. Pérez Dubrull, 1890.

34. Cristóbal Fernández, “Misiones y misioneros en la Guinea Española: historia documentada de sus primeros azarosos días (1881-1912)”. Madrid, Coculsa, 1962.

35. P.Gaspar Pérez, doc. cit.

36. P.Joaquim Juanola, “Una excursión...” doc. cit.

37. El periodo estudiado, por ejemplo, se inscribe plenamente en los pontificados “vigatans” [naturales de Vic, Barcelona] de los obispos Josep Morgades (1882-1899) y Josep Torras i Bages (1899-1916).

38. Carta del hermano Ramon Creu (Avià, 1864 - Alagón, 1941) al P.Joan (?). AG CMF, Sección G, Serie C, Caja 19, Carpeta 13.

39. “Evangelizadores de la Guinea Española”. Barcelona, Imprenta Pulcra, 1948. La cita se refiere al hermano Manuel Gonçalves(Souto, Beira Baja, 1880 - Arizona, 1944).

40. Carta del P.Josep Sutrias (Caldes de Montbui, 1859 - Las Palmas, 1901) al P.José Mata, de 17 de octubre de 1895. AG CMF, Sección F, Serie N,Caja 8, Carpeta 8.

41. Carta del P.Ermengol Coll al P.Josep Xifré, de 10 de febrero de 1891. AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 8, Carpeta 8.

42. Carta del P.Joaquim Juanola al P.Josep Xifré, de 18 de febrero de 1898. AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 9, Carpeta 1.

43. Carta del P.Josep Sutrias al P.Climent Serrat, de 26 de octubre de 1891. AG CMF, Sección G, Serie C, Caja 19, Carpeta 13.

44. Carta del P. Ermengol Coll al P.Josep Xifré, doc. cit.

45. “Al verme en el altar, la iglesia repleta de hombres y mujeres, niños y niñas, todos nuestros, ya mí corazón no cabía en mí pecho. En la plática que las dirigí, de satisfacción que sentía, no sé casi por dónde me fuí. Entre otras cosas las decía que esta cristiandad nueva me enternecía, me llenaba de gozo, que dábamos nosotros los Misioneros por bien empleados cuantos trabajos habían costado... que me parecía ver a un núcleo de cristianos como de los primitivos días de la Iglesia, etc... Pero uno ¡ay! embargaba mí voz: ¡Ay!, si un día entra entre vosotros quien siembre mala semilla, quien os predique malas doctrinas... ¡Ay!, ¡¡¡tened horror al protestantismo!!!». Carta del P.Joaquim Juanola al P.Martí Alsina (Manresa, 1859 - Zafra, Badajoz, 1922; fue General de la Congregación desde el 17 de junio de 1906 hasta su muerte), de 27 de octubre de 1907. AG CMF, Sección F, Serie P, Caja 5, Carpeta 4.

46. P.Joaquim Juanola, “Una excursión...”, doc. cit.

47. P.Pelai Rodríguez, doc. cit.

48. Carta del P.Joaquim Juanola al P.José Mata, de 18 de marzo de 1892. AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 8, Carpeta 8.

49. Carta del P.Joaquim Juanola al P.Eusebio Sacristán, de 1 de septiembre de 1911. Doc. cit.

50. Carta del P.Julián Escudero (Boada, Burgos, 1899 - ?) al P.Eusebio Sacristán, de 24 de febrero de 1909. AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 9, Carpeta 3.

51. “Evangelizadores de la Guinea Española”, ob. cit. La anécdota se refiere al hermano Melitón Huici (Estella, Navarra, 1864 - Annobon, 1886).

52. P.Pelai Rodríguez, doc. cit.

53. P.Isidre Vila, doc. cit.

54. Carta del hermano Antonio Artieda (Cáseda, Navarra, 1868 - ?) al P.Josep Xifré, s/d (circa 1894). AG CMF, Sección F, Serie P, Caja 7, Carpeta 3. El hermano Artieda acabó huyendo de la Misión, años más tarde, por causas que no he sabido aclarar.

55. Carta del gobernador José de la Puente al P.Ermengol Coll, de 15 de enero de 1895. AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 8, Carpeta 8.

56. Instancia del P.José Mata al Ministro de Ultramar, doc. cit. El P. Puiggròs fue hallado culpable de homicidio con atenuantes en 1902, permaneció recluido desde el momento de los hechos (comienzos de 1894) hasta mayo de 1903, y finalmente fue expulsado de la Congregación y sometido a la jurisdicción del obispo de Solsona. AG CMF; Sección G, Serie P, Caja 40, Carpeta 11.

57. Por ejemplo: “En Arrebola, pueblo bubi de 1.300 almas, ha habido un regular desorden. Como es natural, nosotros al fin, contra... la voluntad de algunos, hemos tenido que intervenir. Si antes hubiese el Sr. Gob. consultado, antes se hubiese arreglado, y sin quemar 45 casas y destrozar otras dos, y otros sustos que han ellos llevado”. Carta del P.Joaquim Juanola al P.Climent Serrat, de 24 de febrero de 1901. AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 9, Carpeta 4.

58. Carta del P.Ermengol Coll al P.Josep Xifré, doc. cit.

59. Hermano Salvador Puig Codina (Barbastre, 1864 - Cervera, 1911), “Historia de la Casa de Elobey”. AG CMF, Sección F, Serie P, Caja 6, Carpeta 4.

60. Carta del P.Antoni Aymemí (Almoster, 1870 - San Carlos, 1941) al P.Eusebio Sacristán, de 31 de octubre de 1910. AG CMF, Sección G, Serie A, Caja 12, Carpeta 16.

61. Carta del P.Ermengol Coll al P.Climent Serrat, de 19 de enero de 1903. Se refiere al hermano Domingo Peloa (Sangüesa, Navarra, 1863 - Aguas Santas, Jerez, 1946). AG CMF, Sección F, Serie N, Caja 14, Carpeta 3.

62. Carta del P.Josep Sutrias al P.Climent Serrat, doc. cit.

63. Solamente 6 de los 231 (2'6%) habían nacido en capitales de provincia. En cuanto a su cohesión ideológica, quizás convendría considerar la importancia que tenía el componente carlista: tanto por su procedencia geográfica (105 catalanes, 31 navarros, 14 vascos...) cómo por el hecho que algunos de los más veteranos, entre los cuales el mismo prefecto apostólico P.Pere Vall-llovera, habían servido de más jóvenes en las filas de los ejércitos del rey Carlos. De hecho, las características que hemos visto en los capítulos iniciales se correspondían, en nuestra tierra [Cataluña], con esta adscripción ideológica, ampliamente seguida por los primeros claretianos. Obsérvese, finalmente, la coincidencia entre los objetivos misioneros y la palabra de orden carlista (Dios - Patria - Rey).

64. Hermano Salvador Puig Codina, doc. cit. Se refiere al hermano Josep Turonell (Rupit, 1859 - ?). Hace falta añadir solamente, aparte de los casos mencionados del hermano Artieda y del P. Puiggròs, la expulsión del P. Francisco Ayneto (Monzón, 1863 - ?), acontecida, parece ser, por sus relaciones con chicas negras.
Joan
Me he fijado que en la segunda parte del articulo que acabo de poner aparece un icono en medio del texto, supongo que debe de ser un error que se produce automaticamente al poner en un mensaje del foro alguna combinación de carácteres concreta (en este caso el numero "800").

Me refiero a este párrafo:

Mientras que el gobernador de la Puente, a pesar de su dureza con los claretianos, en el documento mencionado más arriba tenía que reconocer «latente todavía lo castigo de mega_shok.gif0 palos que, aunque mandados dar por el ignorante y mal aconsejado representante del Gobierno, se dieron en el patio de la Misión en presencia del Superior de ella y amarrados a la víctima los niños de la misma, que están en ella para aprender la mansedumbre evangélica”.

Donde sale el icono deberia de poner "ochocientos". Entonces el párrafo quedaria así:

Mientras que el gobernador de la Puente, a pesar de su dureza con los claretianos, en el documento mencionado más arriba tenía que reconocer «latente todavía lo castigo de ochocientos palos que, aunque mandados dar por el ignorante y mal aconsejado representante del Gobierno, se dieron en el patio de la Misión en presencia del Superior de ella y amarrados a la víctima los niños de la misma, que están en ella para aprender la mansedumbre evangélica”.


okangon
Muchas gracias D. Joan , ahora sí que comprendemos lo escrito por D. Jacinto.

Un cordial saludo.

okangon.
rosen
¿Cómo se dice gracias en catalán? besin.gif
gudea de lagash
Agradecida por el detalle. clapping.gif
Un abrazo para tí Joan.



Gudea de Lagash 2570.gif 2570.gif 2570.gif rolleyes.gif
Invitado_estorada_*
[size="2"][/size]
        [color="#00BFFF"][/color]
        CITA
        reencontrar[indent][/indent]
        CITA(alicia balboa @ Jan 3 2006, 02:05 PM) *

        besin.gif besin.gif GRACIAS MALE. HAS IDO MAS RAPIDA QUE YO. ME HA GUSTADO EL ARTICULO Y QUERIA COMPARTIRLO, PERO TODAVIA NO HABIA ENCONTRADO EL MOMENTO. PERO LOS AMIG@S ESTAN PARA AYUDARNOS CUANDO NOSOTR@ NO PODEMOS . TE QUIERO YA LO SABES.
        DECIROS QUE MI SUEGRO FUE ENTRENADOR DE MIGUEL JONES EN LOS AÑOS 65-66 CUANDO GANARON LA LIGA CON EL ATLETICO DE MADRID.
        PACO, A TI TAMBIEN TE QUIERO, POR ACORDAROS DE NOSOTR@S.Y SOBRE TODO DE MI PADRE Y MI TIO, CREO QUE SE LO MERECEN.

        ERES ACASO FAMILIA DE JUAN BALBOA BONEKE?
        Invitado_TROPELICO_*
        Quisiera que me dieran datos de un jugador nacido en Guinea Ecuatorial pero internacional sub-16 en 1987 con la Seleccion Española, perteneciendob al UD. Las Palmas UBALDO CAPETE QUENAR.
        jlnavarrolopez@yahoo.es.
        gracias
        Invitado_TROPELICO_*
        hOLA:
        Si conociesen a Ubaldo Capete Quenar, y me pudiesen dar datos de el. Fue internacional sub-16 con España perteneciendo a Las Palmas
        jlnavarrolopez@yahoo.es.
        gracias
        Conato
        CITA(malé @ Oct 22 2005, 12:42 PM) *
        Olaechea, el gran cazador blanco

        El militar baracaldés Basilio Olaechea Orruño se convirtió en una leyenda en Guinea Ecuatorial en la segunda mitad del siglo pasado
        MIGUEL GUTIÉRREZ/VITORIA

        Era atlético, fornido, y, en opinión de sus contemporáneos, de un arrojado que rayaba la temeridad. Basilio Olaechea Orruño, un militar de la localidad vizcaína de Barakaldo que llegó a ser gobernador de Río Muni -territorio que exploró el alavés Manuel Iradier- fue toda una leyenda en África en la segunda mitad del siglo XX. Su atinada puntería era casi legendaria.

        ARTICULO COMPLETO


        Me interesa mucho leer el artículo sobre Basilio Olaechea, pero el enlace está roto, y tampoco lo encuentro en la hemeroteca de El Correo. ¿Podría facilitarme el enlace o el texto a elconato(arroba)gmail(punto)com?
        Muchas gracias y mi enhorabuena por el trabajo que realizáis en este fantástico foro.
        Moncho Núñez
        Parece mentira visto desde ahora pero la verdad es que los finqueros de Guinea tuvieron muchos problemas con la contratación de braceros, ya que los naturales, tanto de la isla como del continente, no estaban por la labor. Asi se encontró la solución de traer trabajadores de Nigeria, sobre todo de Calabar, de donde venían en el barco Capitan Segarra, como todos hemos visto. Por eso me resulta curioso leer en La Guinea Española una información según la cual en junio de 1949 Alfredo Jones, propietario, y Carlos Fleitas, gerente, viajaron, mandatados por la Cámara Agrícola, hasta Haití, nada menos, para explorar la posibilidad de contratar braceros de aquel país.
        Moncho Núñez
        Una curiosidad. Leo en La Guinea Española que los famosos bancos de azulejos ilustrados con escenas de El Quijote que había distribuidos por toda Santa Isabel eran de cerámica de Talavera y que el primero se puso en 1946 en Punta Fernanda.
        fernando el africano
        CITA(Moncho Núñez @ Jan 13 2012, 05:41 PM) *
        Parece mentira visto desde ahora pero la verdad es que los finqueros de Guinea tuvieron muchos problemas con la contratación de braceros, ya que los naturales, tanto de la isla como del continente, no estaban por la labor. Asi se encontró la solución de traer trabajadores de Nigeria, sobre todo de Calabar, de donde venían en el barco Capitan Segarra, como todos hemos visto. Por eso me resulta curioso leer en La Guinea Española una información según la cual en junio de 1949 Alfredo Jones, propietario, y Carlos Fleitas, gerente, viajaron, mandatados por la Cámara Agrícola, hasta Haití, nada menos, para explorar la posibilidad de contratar braceros de aquel país.



        Querido Moncho :

        El otro día vino un becario de una Fundación, que ya tiene 2 carreras en su haber, y está preparando ahora una tesis para su doctorado, basada en los trabajadores nigerianos que impulsaron la producción de cacao y café en la isla de Fernando Póo. Ya ha estado en los archivos de Londres, y de otros países, ya que él estudia en Alemania.
        Estuvimos 4 horas hablando del tema, y se nos quedó corto el tiempo. La falta de mano de obra en Guinea ya viene desde los primeros tiempos que hasta trajeron libertos desde Cuba, luego los famosos krumanes de Liberia y Sierra Leona, se probó con los fang, los cameruneses e incluso del Alto Volta, aunque siempre se ha dicho que los nigerianos ( calabares, ibos, africks, yorubas, ogonis, etc. ) han sido los mejores. El conocido asesino Macias mató a algunos y se libró de que se alzaran contra él, en parte por la Guerra interna de Nigeria, creo yo. Al estar los de la parte norte, hausas principalmente contra los perdedores de la Guerra, los biafreños que eran las etnías que trabajaban en Fernando Póo.

        Un abrazo


        Fernando
        rosen
        CITA(Moncho Núñez @ Jan 13 2012, 05:41 PM) *
        Parece mentira visto desde ahora pero la verdad es que los finqueros de Guinea tuvieron muchos problemas con la contratación de braceros, ya que los naturales, tanto de la isla como del continente, no estaban por la labor. Asi se encontró la solución de traer trabajadores de Nigeria, sobre todo de Calabar, de donde venían en el barco Capitan Segarra, como todos hemos visto. Por eso me resulta curioso leer en La Guinea Española una información según la cual en junio de 1949 Alfredo Jones, propietario, y Carlos Fleitas, gerente, viajaron, mandatados por la Cámara Agrícola, hasta Haití, nada menos, para explorar la posibilidad de contratar braceros de aquel país.

        Y les salían mucho más caros porque había que pagarles viajes,ponerles casa etc.
        Moncho Núñez
        Algunos datos curiosos.
        En 1950 la Colonia tenía 198.663 habitantes, de los que 3.937 éramos europeos.
        En Enseñanza Elemental había 13.659 alumnos matriculados en 117 centros, con 22 profesores europeos y 153 indígenas.
        En el Patronato Colonial de Enseñanza Media, en el curso 1954-1955, los alumnos matriculados éramos 110, y los profesores eran 13.
        En 1954 los lectores de las bibliotecas Públicas fueron 13.334.
        westy
        Amigos Moncho y Fernando....interesantes vuestras noticias y comentarios sobre el tema de los braceros y la necesidad de su contratación, a fin de que, sobre todo,se consiguiera mano de obra para las fincas y el cultivo del cacao (primordial riqueza, en aquellos tiempos)
        La importancia del tema era incuestionable.....y, aunque era muy joven, todavía me acuerdo del Convenio de la "Federación de Nigeria y la Provincia Española del Golfo de Guinea", del Año 1958. Entonces Nigeria no era todavía Independiente.
        Mas adelante....tuve la suerte de participar, en el Convenio sobre la contratacion de mano de obra nigeriana para Guinea en 1963. Nigeria ya había conseguido la Independencia total del Reino Unido, el 1º de Octubre de 1960. Para la negociación del Convenio en Lagos, fuimos el Sr. Alfredo Jones (De gran ascendencia, muy respetado en Nigeria, y hombre importante del grupo para el fín que se perseguía),el Sr. Barleycorn (Presidente,entonces, de la Camara Agricola de Fernando Poo), el Alcalde de Bata Sr. Martorell, el representante del Sindicato Maderero y en representación del Cacao, Frapejo, con n/Apoderado Fco. M. de Sola y yo. Como representante del Gobierno Español vino el Sr. Fernando Moran (Especialista de Asuntos Africanos) ,que bastante posteriormente, sería el Ministro de Asuntos Exteriores de España, con Felipe Gonzalez.También se unió al grupo el Embajador Español en Lagos.
        Del otro lado estaban , parte del gobierno federal Nigeriano" comandados" por Mr. Johnson, (Federal Minister of Labour), hombre formado en Inglaterra, inteligente y con mucha presencia.
        El Convenio fué un éxito y se aprobaron los Textos a finales de Marzo de 1963, siendo refrendado por los dos Gobiernos definitivamente y en los mismos términos, en Mayo,del mismo año.
        Todos respiramos ...profundamente...la mano de obra...los braceros estaban asegurados....


        Moncho Núñez
        Amigo Nacho: Otro dato, antecedente de tu explicación, y que habla de las necesidades de mano de obra de la agricultura guineana: Entre 1949 y 1954 se contrataron 119.722 trabajadores nigerianos, a saber de qué manera..
        Moncho Núñez
        D. Guillermo de Aragón, en 1845, fue el que se propuso españolizar los nombres de la británica Clarence. Así a Punta Fernanda, que se llamaba Willan, la llamó Fernanda en honor de la Infanta hermana de Isabel II, y le puso a la que cierra la bahía por el oeste Punta Cristina en honor de la madre de la Reina.
        westy
        Pues si Moncho...aunque parece algo exagerada la cifra que indicas, de 119.722 de la mano de obra contratada (Trabajadores Nigerianos) para la Agricultura Guineana, entre 1949 y 1954....no lo es ...si tenemos en cuenta que cuando se dió la Independencia ...existían unos 30.000 braceros nigerianos ...de los cuales unos 15.000 huyeron en 1969 y entre esta fecha y 1976 , fueron repatriados por barcos Nigerianos otros 15.000.
        Como se comprenderá....la falta de mano de obra para el cultivo del cacao, elemento esencial para el mismo, hizo que las Fincas en general...se resintiesen y dejaran de producir....
        La falta de mano de obra nigeriana...se intentó sustituir con la aplicación de trabajos forzados entre la población Guineana...Así algunas Fincas pudieron continuar....a duras penas...hasta que no pudieron más.
        Sin mano de obra, es imposible el cultivo del Cacao....sobre todo con la calidad que tenía el Cacao Guineano.
        Saludos.
        Moncho Núñez
        El día 6 de octubre de 1951 se inauguró el curso 1951-52 del Patronato Colonial de Enseñanza Media, bajo la dirección de D. José Montenegro. Se empezó naturalmente con una misa en la Catedral, seguida de una conferencia impartida por Dña. Guadalupe de las Casas. El Gobernador anunció la construcción de un nuevo Instituto en el solar de Correos. En ese acto se entregaron diversos premios ganados por algunos alumnos en el curso anterior; entre otros se entregó un Diploma a nuestro querido compañero Fernando García, que era lo que trataba de decir.
        fernando el africano
        Querido Moncho :

        Es la primera noticia de que me dieron un premio en el Instituto, debía ser una confusión, ya que siempre fuí contestatario y me hicieron dos expedientes para expulsarme.
        El primero por escribir una poesía de cuys estrofas solo recuerdo la entrada :

        En El Instituto Colonial
        todo sale mal

        El segundo expediente de expulsión fué debido a que el tema de final de curso, era la redacción de un artículo sobre la amistad, para que fuera diferente, expuse la amistad adquirida por un hombre y un perro que le habia salvado la vida. Me suspendieron en Junio con 0 de nota y tuve que repetir en Septiembre y me abrieron un expediente por burlarme del profesorado al pensar la posibilidad de una amistad entre hombre y perro. Curiosamente aquel año le dieron el Nobel a Juan Ramón Jimenez por Platero y yo, entre ottros motivos. Me salvó la la expulsión al padre Pérez a quién me unía un respeto y admiración. ( ël fué el instigador de la fundación de la ATAG. , con su poética obra La Pasión del Señor,)

        Un abrazo

        Fernando
        rosen
        Y a qué se debía el premio? Fernando, que no se enteren tus nietos de lo malísimo que eras. give_rose.gif biggrin.gif
        Moncho Núñez
        El Gobierno General de la colonia aprobó los sueldos mínimos mensuales a cobrar en 1957 por los trabajadores de empresas particulares:
        Ingenieros y Licenciados, 6.780 ptas.
        Técnicos, Diplomados y encargados agrícolas, 5.225 ptas.
        Empleados administrativos y operarios 5.225 a 3.556, según las categorías.
        Empleados agrícolas, 3.556 ptas.
        Aprendices, 2.370 a 810.
        Y al parecer todo el mundo vivía.
        ¿Cuanto se ganaba en la Península
        ?.
        fernando el africano
        Moncho :

        Dime por favor de que me dieron el p`remio y donde se puede ver eso

        Un abrazo

        Fernando
        Moncho Núñez
        Fernando, el asunto de tu Diploma, tan merecidamente ganado, lo encontraras el la sección Perfil Colonial de La Guinea Española del 10 de Octubre de 1951, página 376. De modo que nuestros ilustres profesores supieron reconocer tus méritos literarios, por mucho que tu te empeñes en que no eran tantos.
        fernando el africano
        Querido e ilustrado Moncho :

        Donde está eso del perfil colonial de la Guinea Española ? Ya sabes que soy un salvaje reeducado y lo del instrumemto este de los blancos que apretando una tecla sale algo, no lo domino mi hechicero no me lo enseñó.

        Un cordial abrazo

        Fernando
        fernando el africano
        Querido Moncho :

        Al fin funcionó mi solitaria neurona y he encontrado el asunto en la revista La Guinea Española, gracias por iluminarme en la escondida senda de los ilustrados.

        Un abrazo

        Fernando
        Moncho Núñez
        El día 19 de febrero de 1904 tomó posesión de la Jefatura de Policía y Seguridad de los Territorios Españoles del Golfo de Guinea D. José de la Torre Rey, Teniente de la Guardia Civil, que fue mi bisabuelo, padre de mi abuela materna y primer guineano de mi familia. Entonces la plantilla de la Guardia Civil estaba formada por dos Cabos, un Oficial y un Teniente Jefe.
        Esta es una versión -reducida (lo-fi)- de nuestros contenidos. Para ver la versión completa con más información, formato e imágenes, por favor pulsa aquí.
        Invision Power Board © 2001-2024 Invision Power Services, Inc.