Pues bien, a poco de lleguar a Santa Isabel, encontrándome en la barra del Casino tomendo medio wisqui, medida de wisqui que solamente la enciontré en los bares de Guinea, ...entró un negro con los aperos, sus aperos, que reconocí inmediatamente como de limpiabotas, y me dijo casi confidencialmente ¿ SACANIGUA ? Yo que ya estaba de vuelta en cosas de pidgin le dije que sí pero a poco me encontré forcejeando con él porque me quería quitar un zapato. Alguien me explicó que "sacanigua" era SACA NIGUA, que no era pidgin-english ni quería decir SE DA BILLO como yo pensé...

O sea que ñanga-ñanga se debe escribir con "y".

S/N.- OBSERVACIÖN DE ROSEN Y CONTESTACIÖN DE RASHOMON.
Seguid, seguid, que os leemos aunque no comentemos.

COSAS DE COCHES, SEÑAL DE TRAFICO Y LA FOTO DE PAQUITA MACIAS.

Ya conte lo del CADILLAC del bueno de Neira que gastaba 25 litros de gasolina, cada 100 Km, sin correr mucho. Claro que por cinco mil pesetas y unos arreglillos por aquí y por allá , merecía la pena. Mi sensación de poderío conduciendo el CADILLAC por la Autopista del Aeropuerto no he vuelto a sentirla jamás.
Ya conté los del SEAT 600 de Paco Ramos, que con otro más eran los DOS UNICOS SEAT 600 que había en GUINEA.
Ya mencioné que tuve un FORD TAUNUS de techo blanco y radio BLAUPUNKT, pero hoy voy a contar lo que me pasó con mi flamante automóvil la primera vez que lo conduje por Santa Isabel.

Iba yo tan tranquilo por las calles desiertas a la hora de la siesta, cuando de repente me paró un guardia, me saludó militarmente según la costumbre de la época y me preparó un impreso que me dió a firmar; era un volante de aceptación de una infracción de tráfico EN BLANCO, SIN CUBRIR EL ENCASILLADO... ¿ Y esto porqué ? -dije- Por ir en dirección prohibida- me contestó- ¿ Desde donde ? Pues por toda la calle, masa. Me bajé del coche, fuimos andando juntos hasta el principio de la calle y allí NO HABIA NINGUNA SEÑAL DE TRAFICO. Fuimos juntos a la Comisaría porque yo no estaba dispuesto a aceptar la infracción aún despues de haber rellenado el volante, y nos fuimos para aclarar la situación. Un señor que era Cabo, de paisano, vino con nosotros y nos fuimos los tres juntos a ver "la señal que faltaba", que seguía faltando claro. Aquello se convirtió en un serio problema burocrático. Volvimos a la Comisaría para hablar con el Subcomisario, dado que la teoría del Cabo era que yo estaba obligado a conocer el sentido de circulación de todas las calles. Cuando yo calculaba otro par de paseos con el Subcomisario y desde luego con el Comisario. El Subcomisario abrió diligencias para buscar a quién o a quienes habían arrancado la señal de Trafico, me declaró inocente, rompió el volante de la multa y fuí el primero en firmar que yo no había visto a nadie arrancando la señal. TOTAL: dos horas de un lado para otro...

Bueno, ahora viene lo penoso. Cuando se lo conté a uno de mis amigos de los muchos amigos gamberros que tuve en mi vida porque son los más divertidos, me contó a su vez quien coleccionaba trofeos de noches de francachela y aquella señal era el trofeo de una noche de Poto-poto y da Anita Guau (¿era así?) con Pakita Massias y otra amiga.

PAQUITA NGUEME, que era una sobrina de Francisco Macías Nguema, también natural de Nsegayong como él, salía de parranda con mis amigos de la rama gamberril que además le habían dedicado una parodia de la canción PAKITA de Rocherau, titulada Pakita Massias.

Yo la conocí, como a su tío cuando era un recien llegado a Santa Isabel, desde el exilio. Paquita era alta, muy guapa y muy simpática, convencida de que tenia un futuro glorioso.

La señal de tráfico desaparecida la ví por fin en un camarote del CIUDAD DE PAMPLONA cuando me volvía a la Península... En venganza por aquellas dos horas perdidas de mi vida buscando la señal, hurté del Camarote una fotografía de Paquita Macías esplendorosa, a los veinte años, que todavía la tengo.

COSAS DE COCHES, SEÑAL DE TRAFICO Y LA FOTO DE PAQUITA MACIAS.

Ya conte lo del CADILLAC del bueno de Neira que gastaba 25 litros de gasolina, cada 100 Km, sin correr mucho. Claro que por cinco mil pesetas y unos arreglillos por aquí y por allá , merecía la pena. Mi sensación de poderío conduciendo el CADILLAC por la Autopista del Aeropuerto no he vuelto a sentirla jamás.
Ya conté los del SEAT 600 de Paco Ramos, que con otro más eran los DOS UNICOS SEAT 600 que había en GUINEA.
Ya mencioné que tuve un FORD TAUNUS de techo blanco y radio BLAUPUNKT, pero hoy voy a contar lo que me pasó con mi flamante automóvil la primera vez que lo conduje por Santa Isabel.

Iba yo tan tranquilo por las calles desiertas a la hora de la siesta, cuando de repente me paró un guardia, me saludó militarmente según la costumbre de la época y me preparó un impreso que me dió a firmar; era un volante de aceptación de una infracción de tráfico EN BLANCO, SIN CUBRIR EL ENCASILLADO... ¿ Y esto porqué ? -dije- Por ir en dirección prohibida- me contestó- ¿ Desde donde ? Pues por toda la calle, masa. Me bajé del coche, fuimos andando juntos hasta el principio de la calle y allí NO HABIA NINGUNA SEÑAL DE TRAFICO. Fuimos juntos a la Comisaría porque yo no estaba dispuesto a aceptar la infracción aún despues de haber rellenado el volante, y nos fuimos para aclarar la situación. Un señor que era Cabo, de paisano, vino con nosotros y nos fuimos los tres juntos a ver "la señal que faltaba", que seguía faltando claro. Aquello se convirtió en un serio problema burocrático. Volvimos a la Comisaría para hablar con el Subcomisario, dado que la teoría del Cabo era que yo estaba obligado a conocer el sentido de circulación de todas las calles. Cuando yo calculaba otro par de paseos con el Subcomisario y desde luego con el Comisario. El Subcomisario abrió diligencias para buscar a quién o a quienes habían arrancado la señal de Trafico, me declaró inocente, rompió el volante de la multa y fuí el primero en firmar que yo no había visto a nadie arrancando la señal. TOTAL: dos horas de un lado para otro...

Bueno, ahora viene lo penoso. Cuando se lo conté a uno de mis amigos de los muchos amigos gamberros que tuve en mi vida porque son los más divertidos, me contó a su vez quien coleccionaba trofeos de noches de francachela y aquella señal era el trofeo de una noche de Poto-poto y da Anita Guau (¿era así?) con Pakita Massias y otra amiga.

PAQUITA NGUEME, que era una sobrina de Francisco Macías Nguema, también natural de Nsegayong como él, salía de parranda con mis amigos de la rama gamberril que además le habían dedicado una parodia de la canción PAKITA de Rocherau, titulada Pakita Massias.

Yo la conocí, como a su tío cuando era un recien llegado a Santa Isabel, desde el exilio. Paquita era alta, muy guapa y muy simpática, convencida de que tenia un futuro glorioso.

La señal de tráfico desaparecida la ví por fin en un camarote del CIUDAD DE PAMPLONA cuando me volvía a la Península... En venganza por aquellas dos horas perdidas de mi vida buscando la señal, hurté del Camarote una fotografía de Paquita Macías esplendorosa, a los veinte años, que todavía la tengo.

No sé donde leí que en alusión al supuesto nr palomas con carácter habitual...