Una de las sorprendentes maravillas de la naturaleza exuberante de Guinea son sus ceibas. Algunas majestuosas y antiguas, con grandes dimensiones.
En la Isla de Loros (la isla grande) hay una ceiba muy alta y grande cuyas raices abarcan una gran extension de la isla. Si puedo encontrar alguna foto de ella la adjuntaré. Pero en Bioko tambien hay un numero muy grande de ceibas. Os envio una foto de muestra. En ocasiones se ha derribado una ceiba pequeña, porque había un nido de ardillas en ella para cazarlas Os animo a hablar de las ceibas y de las ardillas de Guinea y las anecdotas que tengais en relación a ellas. Yo tuve dos ardillas de Guinea en casa. Las compré muy pqueñas y se criaron en mis manos. dandoles de comer y jugando con ellas. Una particularmente fué un animal muy cariñoso conmigo. Me acompañaba a la oficina tranquilamente dentro del coche y se alojaba en un bolsillo de mi camisa. cuando venia alguna visita al despacho la guardaba en un cajon de la mesa. Me acompañaba a la cafeteria al desayuno con los amigos subida en mi cabeza y recorria todo mi cuerpo. Una vez nos perdimos ambos en la selva durante un dia completo con su noche y me sirvió de extraordinario conforte con un sonido entre piar y silbido que me comunicaba. En casa estaba en libertad total recorriendola dando saltos entre los cuadro y los marcos de las puertas. Bebia zumo de naranja, coca cola, etc. Le gustaban las patatas fritas. Yo la llamaba Osen, por ser de esta familia de ardillas. Me acompaño a España y murio a los ocho años. Contar anecdotas o curiosidades sobre las ardillas de Guinea.

La ceiba es un arbol increible, precioso de verdad. Que insignificantes parecen los abetos y los robles comparados con la ceiba.

Estimado amigo, efectivamente La Ceiba es un arbol espectacular y uno de los iconos entrañables de nuestra Guinea.
Sobre ardillas te puedo contar que en la misma Sta.Isabel me lo he pasado de vicio observándolas en un grupo de Ceibas que había en los 60 ,camino del pantalán de "Alada"en la bahia de , cuando alguna tarde que otra ibámos a pescar allí.
Pero lo que quizás no sepas es que en Moka habia otras especies distintas de ardillas, una de ellas era más grande y tenia una cola a franjas negras y claras , era preciosa.
Otra la más espectacular y que solo vi una vez de forma fugaz era la ardilla "voladora", que daba saltos en el aire planeando de arbol en arbol distancias considerables.
Era increible.
Saludos

Cuando llegaban las vacaciones del Instituto, allá por años 45, me iba a la finca Mercedes cercana a las playas de Cacahual, y me pasaba dos meses viviendo con el encargado de la fincas un señor mayor, que se llamaba Santiago Sancho. Cada día me iba al bosque con una escopeta de aire comprimido y mataba a tres o cuatro ardillas. Eran muy duras y dificiles de cazar para una escopeta de aire comprimido, había que dispararles muy cerca. Era cuestión de paciencia. Ellas cuando saltaban de babano en banano, me servía su ruido como orientación, pero cuando ellas me detectaban se quedaban quietas, estáticas esperando mis movimientos para huir hacía las raices del árbol que les servía de cobijo, donde taladrando el cuerpo llegaban hasta su interior, árboles grandes como la ceiba, la morera, la eritrina.árboles necesarios para dar la sombra que precisa el cacao. Por desgracia tenía que matar aquellas ardillas ya que eran muy perjudiciales para el cacao. Una ardilla puede roer y destruir unas 40 piñas diarias, ya que muchas no las come pero las daña. La ardilla voladora que se comenta en otro escrito, vive en las palmeras de aceite y se alimenta de sus granos o nueves, hay muchas donde hay palmeras de aceite " banga".
Una ardilla me salvó tal vez de la muerte. Allá por los años 50 , ya utilizaba escopeta del calibre doce para ir al bosque. Una vez sentí a una ardilla como cantaba hacen un ruido parecido a una rata pero más armonioso y acercándome a ella para acertarla mejor, veía que pese a verme no se escapaba y cada vez gritaba más, hasta que observando hacía donde miraba, volví la vista hacia lo alto, y tenía una hermosa serpiente de color verde ( se supone una vívora) encima de mi cabeza, me aparte un poco para poderle disparar y la maté. Desde ese día dejé de perseguir a las ardillas.

Fernando Él Africano .