Se diluye la tarde quedamente y la luz ya no me confunde,
hoy he saltado vallas, he sonreído sin ganas y he robado reflejos
amando la ondulación del viento sobre el agua.
He creído escuchar el silencio más allá del silencio
o quizá lo he escuchado.
Me han herido los rayos verticales y el olvido de la palabra
nunca pronunciada,
los desgarradores informativos y la senda de guijarros fríos.
por la que camino hacia un futuro incierto.
He caminado por un mundo de niños y piruetas de colores
y tambien por el colindante sombrío de bostezos de hastío.
Oculta en la noche la tristeza parece azul y nada pido mas
que lo que ya me ha dado el día.