Hola a todos.
Aunque no lo parezca, suelo entrar por estos lares con cierta frecuencia. No tanto como antes, por circunstancias largas de explicar aquí y ahora.
Pero siempre estoy al tanto de cualquier novedad y esta sección de libros, y la de versos sobre Guinea, es de las más activas e interesantes para mí. Y quería comentaros algo a todos.
Desde hace tiempo, vengo rondando la idea de estructurar en un libro una serie de ideas, algunas ya escritas, sobre mi trayectoria cronológica vital y personal en Guinea, como no podía ser de otra forma.
Lo tengo bastante avanzado, pero tardaré un tiempo indefinido en darlo por bueno y en ver la forma de publicarlo.
La cuestión es que necesito y quiero, recurrir a insertar fotografías de los lugares y circunstancias que describo.
Mi capacidad con los textos, no podrá nunca transmitir a un lector todos los detalles de aquel entorno concreto que trate de describir, pero al menos, una foto lo podrá complementar, mejor que todas palabras que pueda añadir para intentarlo.
De las fotos de que dispongo, algunas son de mis álbumes personales o de los de amigos directos, pero esta maravillosa página me proporcionó la posibilidad de archivar una verdadera biblioteca visual de aquella Guinea nuestra, que conservaré siempre.
Por tanto, hay muchas fotografías que me gustaría usar y procedentes de amigos de estas Crónicas.
De algunas, sería posible indagar el origen y solicitar autorización, pero de otras es muy complicado hacerlo, sería una labor ardua porque no recuerdo de que álbum las descargué y serían muchas las peticiones.
Siempre he elegido para el libro, por razones obvias, fotografías panorámicas e impersonales; es decir, siempre he evitado las de personajes en primer plano o que pudieran identificarse. A los sumo, fotografías de grupo en la justa lejanía, como para hacer irreconocibles las identidades, pero recrear un ambiente, como por ejemplo el casino o el instituto.
Y ese es el tema, pretendo simplemente, dejar este mensaje aquí por un tiempo que será dilatado, antes de dar por terminado el libro.
No se me ocurre nada mejor ni a mi alcance. Si tenéis alguna idea al respecto sería bien recibida.
Por cierto Moncho, y esta petición es específica para ti:
Si lo recuerdas, me impactó mucho un texto que encontré en un programa de fiestas de Santa Isabel de 1961.
Lo conté en el foro en su día y me aclaraste, porque yo lo desconocía entonces, que era de tu hermano Gabriel.
Se titulaba,
Santa Isabel...te estás haciendo vieja.
Par mi sería un honor adjuntarlo como dedicatoria, o como sea, ya veremos, en el libro.
Evidentemente citando a su autor con toda mi admiración...y gratitud.
Porque en parte, sus bonitas palabras me transmitieron algo que yo compartía y me espolearon a imitarle.
Y por placer, reproduzco ese texto, y aprovecho para enviarte un afectuoso saludo de Trinidad Morgades, que recuerda a tu hermano perfectamente, y mio personal.
Saludos a todos
Santa Isabel...te estás haciendo vieja
Santa Isabel, te estás haciendo...........vieja.
No te ofendas, nada más lejos de mi intención que sonrojarte.
En esa tu mutación has ganado prestancia, señorío, también madurez; pero has perdido poesía.
Esa poesía tramada entre los hijos de la leyenda que hoy es realidad.
Junto a tu innegable hermosura ya no luce la juventud, y no sé si diré algo más.
Hoy solo puedo hablarte de sentimientos, nunca de predicciones que luego no corresponderán a nuestros sueños.
Yo seguí creyéndote eternamente joven, envuelta en la infantilidad de blancos calcetines; hasta que descorrieron a mis ojos la verdad de las heridas que deja el tiempo. Es su natural discurrir, Santa Isabel, que a todos nos ataca con sus dedos de acero, tallando arrugas en nuestra cara, entumeciendo a golpes nuestras articulaciones, desgastando solapadas nuestras vísceras, enturbiando nuestro cerebro.
No, no eres joven. Te lo digo con todo sentimiento, más aún del que puedas suponer. Solo nosotros, los eternos enamorados de tu figura, te seremos fieles.
Pero nuestro tiempo está contado y después.................después estarás sola.
Trato de remover en tus recuerdos los grandes posos de tu vida, sacando de aquí y allá estampas que ofrecerte. ¿Recuerdas....?
Antes, venir a conocerte era empresa ardua que solo podía acometer con empeño un desconocido enamorado que, glorioso y arrogante, llegaba hasta aquí para ofrecerte su juventud.
Antes eras un nombre remoto, otra estrella en la tierra que todos deseaban alcanzar. Remozabas con tu mirada la vida de quienes no sabían separarse de ti.
Ya no eres la niña bonita que a todos asombrabas con tus juegos, la bella desconocida que iba en boca de muchos, la aventura imposible.
Santa Isabel, te estás volviendo vieja.
Andarán tu cuerpo otros habitantes que no dejarán huellas.
Llegarán sin apreciarte, vivirán sin conocerte, partirán sin un recuerdo que ofrecer en su senectud.
¿Te he entristecido?
Yo también lo he hecho.
Pero alegremos la cara, vivamos el momento presente. ¡Para que saber del futuro si el futuro es mañana! , ¡Ríe si puedes, que yo no sé hacerlo! , ¡Mécete entre las olas de una maringa ¡ ¡ Báñate en las aguas que te acarician! , ¡No pienses ¡
No te he engañado.
Tu a mi tampoco.
Si vuelves a pensar en todo lo que te he dicho, quiero que sepas que me he guardado algo.
A pesar de los desprecios que te hagan, a pesar de los olvidos que te envuelvan, tú siempre vivirás en el recuerdo de quienes te amamos. Y este amor nacido día a día, paso a paso en ese constante verte crecer, sabremos transmitirlos a nuestros hijos y en su imaginación estarás proyectada.
Santa Isabel, los dos nos estamos haciendo viejos.
FDO:
Gabriel J. Núñez Diacono (1961)
PD
Para mi gusto, este poema no ha sido superado aún.
Y sigue siendo un reto para todos nosotros, intentar conseguirlo