Coma,Virgule,Comma,Komma,Virgola....
Mbueti, Jan 28 2007, 04:30 PM
El “ Dar el Jezair”, como todos los barcos, tenía sus propios ruidos y ruidillos, sonidos que se ponían mas o menos de manifiesto en función del estado de la mar y de la fuerza del viento. Luego estaban los chirridos que producian algunos mecanismos, los de los vicios que iban adquiriendo mamparos, puertas, y mobiliario general, la eventual mala estiba en armarios y cajones de los objetos personales, o aquellos otros que no son mas que lamentaciones con las que los barcos se quejan de su contínuo caminar sobre las olas y que son solo eso : gemidos de fingido cansancio, que lejos de desvelar a las tripulaciones, las acunan.
A mi oido llegaban los conocidos gimoteos del barco junto con otros, tambien viejos compañeros de viaje, como los gruñidos que producía el mecanismo de gobierno, el ligero crujir del mamparo de la ducha, el campaneo del cuadernal del pescante del bote de estribor, el siseo de las perchas al resbalar por la barra del armario, el lápiz eternamente olvidado en el cajón, que no dejaba de rodar…. Pero ninguno de ellos era el que quería oir y controlar : el ruido que mi oido buscaba era mas sutil y , además no siempre se producía. El errático ruidillo, cuando se daba, lo oía bajo la cabecera de la cama, por donde, abrochadas al mamparo y casi a ras del suelo, pasaban las tuberías del agua fría y de la caliente……
Saludos con los ruidos que se perciben en la noche.
Mbueti.
luba, Feb 15 2007, 02:52 PM
En nuestro interior también los hay que resultan familiares al alma y al corazón. Dormimos tranquilos porque los oímos cada día y cada noche, y nos proporcionan estabilidad emocional. Además tenemos muy localizado a su emisor.
Pero puede suceder que empecemos a escuchar los de otro ser ajeno, y sus pitidos chirriantes interfieran en el grato sonido que nos era familiar, desestabilizandonos, porque lo que llega a nuestros oídos ya no se parece en nada a los sonidos que nos tranquilizaban en la noche dándonos confianza. Nos ponemos en guardia, aguzamos todos los sentidos, y el desvelo hace presa en nosotros. Y lo peor es que nuestro sueño, ya alertado, nunca volverá a ser tan tranquilo como antes.
Cuando ésto sucede, nuestro cerebro trabaja intentando adivinar de dónde procede, y puede desvelarnos por completo si no logramos averiguar su origen.
Si te contara una cosa
quizás te pueda extrañar:
No puedo dormir a veces
por el silencio escuchar.
La cisterna del de arriba,
el perro en su caminar,
o esa puerta que chirría,
que nadie quiere engrasar.
El respirar de mi niño,
las campanas al sonar,
o el ruido de la persiana
del bar cuando va a cerrar.
Sonidos que me acompañan.
No me impiden descansar.
Conmigo están cada noche.
Voy ......los ojos.......a cerrar........