¿ECONOMIA DE MERCADO? DE QUE..

La partida de iluminados que nos gobierna vive de la ilusión que el socialismo es viable si reproduce y copia ciertas condiciones de las economías de mercado. Pero cierto es que en un sistema socialista no existe totalmente la propiedad privada sobre los medios de producción, es evidente que no se respeta la seguridad jurídica, es indudable que es muy difícil ejercer de empresario y es innegable que la competencia está ausente, pero si puede aparentarse que todo lo anterior funciona, lo mismo el socialismo puede desarrollarse y prosperar.

El que probablemente sea el mejor economista del s. XX, Ludwig von Mises siempre reprochaba al socialismo que la economía no es un juego de tablero en el que uno puede ponerle reglas. La existencia de precios de mercado, planes empresariales y competencia era indisociable de la propiedad privada de los medios de producción, esto es, de un sistema donde los agentes económicos pudieran desarrollar sus iniciativas, apropiarse de los beneficios que lograran y padecer las consecuencias de los errores que cometiesen.

No se puede instruir a un burócrata para que actúe como si se jugara su patrimonio o como si hubiera descubierto una oportunidad de ganancia que pudiera aprovechar. Cuando el Estado lo controla todo, las pérdidas y ganancias las genera ese propio Estado desligadas de las necesidades del resto de individuos. Me pregunto por qué el Banco de España ha consentido que las cajas lleguen a semejante situación de crisis. Como supervisor, jamás debería haber permitido que asumieran semejantes riesgos y tenía que haber actuado en consecuencia, sobre todo a las primeras señales de alarma. Puedo explicármelo cuando el Banco de España, en materia de supervisión, depende de lo que diga el Gobierno, que sienta a la directora general del Tesoro en el Consejo de la entidad, entre otras razones para saber qué pasa.

La sociedad actual no se coordina mediante relaciones voluntarias (compra o no de bienes de determinados consumo, compra o no de determinadas acciones y bonos, prestación o no de determinados servicios laborales, inversión o no en determinado tipo de energías...) sino mediante mandatos políticos que son los que imponen un esquema artificial de división del trabajo. Pese a su fiasco intelectual, parece que muestra administración sigue los pasos del estadounidense Obama y está empeñada en proseguir con estos programas ideológicos y con sus correspondientes nuevos planes para rescatar al sistema financiero del país, por lo que adolece exactamente de los mismos defectos que criticaba Mises a los socialistas.

Es claro argumento económico esencial y bastante sencillo comprender que los errores de inversión tienen que corregirse siempre antes de hacer planes para encauzar la recuperación. El mercado tiene un procedimiento bastante simple para reparar esos errores: quien se ha equivocado vende con pérdidas sus activos hasta que recupera aliento o termina quebrando. Lo importante, en todo caso, es que quien está utilizando los recursos productivos del mercado no los retenga en usos inapropiados, si no sabe emplearlos, que se los ofrezca a otro empresario para que les dé un mejor uso.

¿Pero por qué los bancos se niegan a vender sus activos con pérdidas? Básicamente porque han reconocido que algo por lo que pagaron 100 pasaba a valer 10, lo que les habría abocado a la quiebra. Resulta mucho más fácil mantener esa "basura" (o activo tóxico) en balance y esperar a que el ideológico plan de rescate público lo compre por 80 ó 90.
Claro que esto equivale a salvar a los bancos cortando los pies al resto de la economía. Pagar precios inflados por unos activos depreciados no resuelve el problema de las malas inversiones; de hecho lo apuntala y lo recompensa. Si resulta necesario que quienes han hecho mal uso de sus recursos los vendan para que otros asuman su control, los planes de rescate permiten que los sigan manteniendo a costa del erario público o lo que es lo mismo del dinero de los contribuyentes.

Lo lógico y deseable, por consiguiente, sería que los bancos se desprendieran de esos activos a precios de mercado. ¿Pero cuáles son los precios de mercado si no existe realmente un mercado o no dejan que exista realmente? Con el nuevo programa, Zejas, Obama y demás burócratas están intentado instaurarlo: se subvencionará y protegerá a los inversores privados para que pujen por esos activos y ofrezcan un precio que, con más ganas que rigor, llamarán de mercado. Sin ir mas lejos decretazo de 2000 millones de euros a Unicaja por Caja Castilla la Mancha (por ahora la primera que se hunde), ¿como va a poder Unicaja aumentar el crédito que concede a empresas y familias si se tiene que comer, por decreto, los errores cometidos por Caja Castilla la Mancha a un precio de mercado ficticio?.

Aquí el problema sigue siendo el mismo que con el socialismo competitivo o de mercado que denunciaba Mises. No pueden reproducirse de manera artificial las condiciones del capitalismo tapando las vergüenzas de los burócratas administradores políticos de unas entidades sometidas al control de los Gobiernos autonómicos que, al ser gestionadas con criterios políticos y de amiguismo, han dado lugar al desastre actual. El mercado no es un laboratorio de pruebas, sino un espacio de interacción voluntaria entre sus participantes.

Hagámonos una idea de lo ultimo pregonado por Obama y que es otro tanto de lo mismo que pregona Zejas, pero este ultimo sin ideas tan claras. Por cada 5 dólares que aporte un inversor privado, el Tesoro añadirá otros 5 y la Agencia Federal de Seguro de Depósitos garantizará hasta 60 dólares de la deuda que pueda emitir. O dicho de otra manera, por cada cinco dólares que aporte un inversor privado de su propio capital obtendrá financiación pública directa o indirecta por otros 65. ¡Y con esto pretenden ofrecer algo de realismo de mercado a los planes de rescate! Seguro que para el 2011 ya habrá quebrado hasta el propio Estado contryman.