MI QUERIDO ALTAIR;ANTES DE NADA AGRADECERTE TU INESTIMABLE VISITA A ESTA MI CASA,MUY BUENA TU EXPLICACION SOBRE LA TECNOLOGIA MARITIMA DE LA CUAL SINCERAMENTE NO ENTIENDO NADA PERO PIENSA QUE LA SITUACION QUE SE RELATA ES EN LOS AÑOS NOVENTA,NO SE YO SI EXISTIA TODO ESO,EL GPS CREO QUE ES RELATIVAMENTE MODERNO,Y NO PIERDAS DE VISTA QUE ESTAMOS HABLANDO DE LOS YANKIS,QUE MUY LISTOS NO SON ESPAÑA ES UNA REPUBLICA!.

DE TODAS FORMAS SEA CIERTO O NO EL MOTIVO ERA ECHARNOS CUATRO RISAS QUE FALTA NOS HACEN,Y ESO SE HA CONSEGUIDO.

YA SABES QUE TE ESPERO EN MAHON PARA TOMARNOS UNAS

BUCANERO

TAMBIEN A MIS PAISANAS GALLEGUIÑAS Y PARA J.M

Gracias Paco por tu visita y tus palabras,quizas mi "Cajon desastre"alguna vez sea un "Desastre de cajon"y no todo sean risas de todas formas espero volver a verte `pr aqui me alegro lo hayas pasadp bien

" target="_blank">ocaso
La costa como toda la "Costa de la Muerte" es abrupta y escarpada, de gran belleza.
Un gran número de leyendas de náufragos circulan por esta costa haciendo de ella un lugar mítico y misterioso

Las puestas de sol de La Costa de la Muerte tienen un significado especial, se cuenta que las tropas romanas contemplaron con especial miedo como se ponía el sol en el infinito horizonteA “Costa da Morte” es una comarca de profundos silencios, de aldeas aparentemente vacías y fantasmales, donde el forastero, al adentrase en sus solitarias calles, percibe la extraña sensación de estar vigilado por cientos de curiosas miradas que surgen detrás de cada ventana.

Es una tierra triste y húmeda, teñida de gris por las insistentes brumas que ascienden solemnes desde la mar océana y regada uno y mil días por el pertinaz orvallo.

El fondo de sus aguas es desde hace siglos un enorme campo santo, donde reposan entre achatarrados barcos hundidos, cientos de marinos ahogados.

En su abrupto litoral golpea la mar con fuerza demoledora, provocando la secular cadena de hundimientos y tragedias que, según sostenían algunos, han dado el nombre a esta costa, al propio tiempo que se iba mezclando en la tradición popular la realidad con la fantasía, la historia con la fábula y se iba cimentando la macabra leyenda de a "Costa da Morte".

Y si por tierra hemos estado aislados secularmente, por mar estábamos saturados de visitantes. Nuestro litoral siempre ha congregado uno de los mayores tránsitos marítimos de Europa. Desde tiempos inmemoriales todos los barcos que provenientes del norte de Europa se encaminan hacia el Mediterráneo o África, tienen que bordear a “Costa da Morte” antes de enfilar sus proas hacia sus deseados destinos. Destinos que lamentablemente en ocasiones se tuercen, quedándose hombres y barcos fondeados para siempre en las profundidades de nuestros acantilados.

Hace ya muchos años que vienen funcionando los faros de navegación a todo lo largo de la costa y que las autoridades marítimas controlan el tráfico naval, ya no existen sospechas de piratería y sin embargo, desgraciadamente, desde la Islas Sisargas hasta el cabo de Finisterre, en estos últimos años son decenas los barcos que se han hundido y centenares los marineros muertos o desaparecidos.

Era el Camino una ruta iniciática cuyo rumbo está marcado en los cielos de las noches estrelladas, escrito en las piedras, en esas piedras graníticas con que se construyeron nuestros dólmenes, nuestros hórreos y nuestros cruceiros, esas piedras brutas a las que la mano artesana de nuestros canteros, armada del cincel y el mazo, va transformando en objetos concretos que tan bien representan la sabiduría, la fuerza y la belleza de nuestro pueblo. Sí, el camino, igual que nuestra tierra, representa al unísono la vida y la muerte, es punto final y punto de la nueva partida, siglos de óbitos que eyaculan nuevas vidas, modelando una cultura de muerte plenamente vivida que ha arraigado en lo más profundo de nuestras conciencias.

AMO A MI TIERRA.