CRONICAS DE VIAJES EN AVION Opciones

[L. Mariano Sánch...]

Amigo José:

Un bonito relato narrado con el tierno corazón de un niño, que siempre conservarás aun siendo el flamante abuelo de Laurita.

Un fuerte abrazo

Mariano

[Jose Eduardo Pad...]

Amigo José.

Precioso lo que cuentas, son cosas que no se olvidan ¿ verdad ?.

Este foro tiene muchas cosas maravillosas.
Un montón de amigos con experiencias y emociones únicas y comunes.

¿Como va la nieta ?, menudas Navidades te esperan.

Gracias. Felicidades

Abrazos.

[José Mª Balboa]

Muy bonito tu relato Jose.
Que sufridos eramos en aquellos tiempos, donde no todos viviamos en ciudades grandes y el ir a cualquier sitio costaba tanto sacrificios, como esos viajes en trenes casi del oeste, con los asientos de listones de madera que se te clavaban en el trasero y donde las puertas de los vagones nunca estaban cerradas, porque la gente salian y entraban.
¡¡Que noches toledanas he pasado yo en esos trenes, Dios mio¡¡ ¿será por eso que los odie tanto?

Un abrazo

[Angel L Roberto]

Extraordinario relato Jose, describes muy bien la ilusion de tu niñez, y sabes dar el toque preciso para dar la sensacion de que revives aquella tremenda aventura.
Ah¡¡.........tienes, razon todos esos primeros viajes a Santa Isaabel estuvieron rodeados del mismo espiritu.
Un abrazo,

[Invitado_Invitado_JULIA_*]

Hola a todos!!,

me ha gustado mucho leer vuestros relatos sobre aquellos siempre sorprendentes viajes en avión.

Vuestras historias me han hecho recordar mi último viaje a España desde Bata a Barcelona. Yo no sabía que ese sería mi último viaje, que no había viaje de vuelta, pero ahora al recordarlo creo que aquella tierra no quería dejarnos marchar, que nos obligó a volver a mitad del vuelo y que quizá se estaba resistiendo a decirnos adiós.

Salimos del aeropuerto de Bata un día de finales del invierno del 62. Viajábamos mis padres, mi hermana mayor y yo, además de parte de los animales que vivían con nosotros: un chimpancé (crecimos juntos), un nariz blanca, un tití y un loro. Mi hermana tenía nueve años y yo seis.

El viaje transcurría sin contratiempos, mi hermana y yo jugábamos con nuestras muñecas y mis padres charlaban en los asientos de atrás. Yo estaba sentada en el lado de la ventanilla, justo a la altura del ala. Era un avión de hélices de cuatro motores.Yo miraba distraída por la ventanilla mientras jugaba, pero... vi algo que me pareció extraño.Una de las hélices había dejado de girar.

En ningún momento pensé que eso supusiera un problema, así que tranquilamente me volví hacia mis padres y les conté mi "descubrimiento". Creo que mi padre se puso blanco, pero disimuló lo mejor que pudo. Esperó a que pasara la azafata y se lo comentó. Tengo la impresión de que lo supimos antes que ella.
A partir de ese momento la situación cambió radicalmente, el avión inició la vuelta a Bata y la crispación empezó a notarse en el pasaje. Recuerdo que me levanté para ir al lavabo y a medida que avanzaba por el pasillo veía como algunas mujeres rezaban y otras sujetaban a sus hijos más pequeños con expresión asustada.
Yo seguía feliz, aquello no iba conmigo, era demasiado pequeña.

La cosa se fue complicando a medida que nos acercábamos a Bata. Habían tirado el combustible al mar para reducir riesgos, pero... sorpresa!, se había hecho de noche y en el aeropuerto no conseguían encender las luces de la pista. Mi padre decía el balizaje, supongo que ese es su nombre. Así que ya nos ves dando vueltas y más vueltas, sin poder aterrizar y sin gasolina. Cómo me alegro de no haberme enterado de nada, porque si no creo que no vuelvo a subirme a un avión.

Bueno, Guinea no quería dejarnos marchar, pero tampoco quería perdernos, así que finalmente se encendieron las dichosas luces y pudimos aterrizar si mayores contratiempos. Al bajar estaban allí los bomberos, las ambulancias, los coches que se habían ido acercando por si con las luces de sus faros podían ayudar en algo. Una odisea completa!

Estoy segura que salió en los periódicos de la época. Pudimos contarlo de milagro!

Al día siguiente, después de pasar la noche en un hotel de Bata, que me imagino pagó Iberia, volvimos a intentarlo. De nuevo rumbo a Barcelona y esta vez sí, sin sorpresas.
Faltaba la mitad del pasaje, a mí no me extraña nada, pero mis padres, que siempre tuvieron una vena flemática, se miraban sorprendidos ante tanta deserción.

Y así fue como llegamos a Barcelona mis padres, Luis y Reyes, mi hermana Mª Luisa, mi querido chimpancé Lucky y yo, Julia..., mi segundo nombre.

Un abrazo a todos de nuevo!!

[Sonia]

Hola Julia, yo tambien estaba en Bata en aquel año, y recuerdo perfectamente la situacion que describes, me impresionó muchisimo oir el ruido del avion sobrevolar por encima nuestro, desdeluego creo que nada comparable a mal trago que pasariais vosotros. No se si actualmente residirás en Barcelona, yo si, nos vinimos de alli en el 68 y como te podrás imaginar, sigo añorando aquella maravillosa tierra

[JULIA]

Hola Sonia,

resulta curioso saber ahora, después de tantos años, que otras personas, como por ejemplo tú en este caso, recuerdan el mismo hecho, pero habiéndolo vivido desde lugares diferentes. Eramos dos niñas que vivíamos algo que quizá no comprendíamos bien, pero que no íbamos a olvidar.
Me alegra que hayamos recordado juntas. Seguro que todos y todas en este foro tenemos un montón de historias y recuerdos comunes.
Sigo viviendo en Barcelona desde entonces y como tú, y como parece que muchos más, no he podido olvidar Guinea ni aquellos años.

Hasta otra y un abrazo Sonia!!