Vamos a Soñar... |
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Vamos a Soñar... |
Jul 25 2007, 11:24 PM
Publicado:
#1
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Usuario registrado Grupo: Miembros Mensajes: 183 Desde: 9-June 05 De: ceuta Usuario No.: 400 |
Margarita Margarita, está linda la mar, y el viento Lleva esencia sutil de azahar; yo siento en el alma una alondra cantar tu acento. Margarita, te voy a contar un cuento. Éste era un rey que tenía un palacio de diamantes, una tienda hecha del día y un rebaño de elefantes, un kiosco de malaquita, un gran manto de tisú y una gentil princesita, tan bonita, Margarita, tan bonita como tú. Una tarde la princesa vio una estrella aparecer; la princesa era traviesa y la quiso ir a coger. La quería para hacerla decorar un prendedor, con un verso y una perla, una pluma y una flor. Las princesas primorosas se parecen mucho a ti: cortan lirios, cortan rosas, cortan astros. Son así. Pues se fue la niña bella, bajo el cielo y sobre el mar, a cortar la blanca estrella que la hacía suspirar. Y siguió camino arriba, por la luna y más allá; mas lo malo es que ella iba sin permiso del papá. Cuando estuvo ya de vuelta de los parques del Señor, se miraba toda envuelta en un dulce resplandor. Y el rey dijo: "¿Qué te has hecho? Te he buscado y no te hallé; y ¿qué tienes en el pecho, que encendido se te ve?" La princesa no mentía. Y así, dijo la verdad: "Fui a cortar la estrella mía a la azul inmensidad". Y el rey clama: "¿No te he dicho que el azul no hay que tocar? iQué locura! iQué capricho! El Señor se va a enojar". Y dice ella: "No hubo intento; yo me fui no sé por qué; por las olas y en el viento fui a la estrella y la corté". Y el papá dice enojado: "Un castigo has de tener: vuelve al cielo y lo robado vas ahora a devolver". La princesa se entristece por su dulce flor de luz, cuando entonces aparece sonriendo el Buen Jesús. Y así dice: "En mis campiñas esa rosa le ofrecí: son mis flores de las niñas que al soñar piensan en mí". Viste el rey ropas brillantes y luego hace desfilar cuatrocientos elefantes a la orilla de la mar. La princesita está bella, pues ya tiene el prendedor en que lucen, con la estrella, verso, perla, pluma y flor. Margarita, está linda la mar y el viento Ileva esencia sutil de azahar: tu aliento. Ya que lejos de mí vas a estar, guarda, niña, un gentil pensamiento al que un día te quiso contar un cuento. Rubén Darío ¡Solitud! Gudea de Lagash : |
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Aug 10 2007, 03:02 PM
Publicado:
#2
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José Luís Grupo: Miembros Mensajes: 506 Desde: 5-November 04 De: Móstoles (Madrid) Usuario No.: 269 |
YO NO SE COMO LO HACÉIS... PERO LOGRÁIS EMOCIONARME. ¡TAL VEZ SEA LA EDAD!, QUE LE CONVIERTE A UNO EN OBJETO MUY VULNERABLE DE SENTIMIENTOS INCONTROLADOS.
EL HECHO DE QUE HAYÁIS ABIERTO ESTOS DOS HILOS EN UN LUGAR QUE ME ES TAN QUERIDO -NO PODÉIS IMAGINAR CUANTO- COMO ES EL "ESPACIO ATAG" ME REAFIRMA EN MI VIEJA TEORÍA (QUE COMPARTO CON MALÉ) DE QUE NO EXISTEN LAS CASUALIDADES. SI, POR CONTRA, LAS CAUSALIDADES. Y ME ESTOY REFIRIENDO A ESTE HILO DE LA POESÍA Y AL DE LAS LETRAS DE LAS CANCIONES, A LAS QUE SI NO FUERA POR EL ALTO VOLTAJE DE LOS SENTIMIENTOS QUE ME PRODUCEN, COLABORARÍA -LO HARÉ CUANDO ESTÉ ANÍMICAMENTE PREPARADO- CON UNA GRAN CANTIDAD DE LETRAS DE ESAS CANCIONES QUE SE TE METEN EN EL ALMA. HOY VOY A DEJAR AQUÍ UNA POESÍA QUE QUIERO DEDICAR MUY ESPECIALMENTE A UNO DE LOS MIEMBROS DE ESTOS FOROS; ÉL FUE QUIEN ME HABLÓ DE ELLA Y GRACIAS A ÉL CONOCÍ A MIGUEL RAMOS CARRIÓN EN UNA FACETA QUE NO ES LA DE LIBRETISTA DE ZARZUELAS, QUE ESA SI QUE YA LA CONOCÍA. ME ESTOY REFIRIENDO A "ARAMBURU"; ESTE AMIGO -PARA MI LO ES Y GRANDE, NO ES UNA FRASE HECHA- ES ARGENTINO Y SU NOMBRE COMPLETO ES JUAN CARLOS ALESSANDRETTI ARAMBURU. A EL LE DEBO ESA MARAVILLOSA PLACA DE "RADIO SANTA ISABEL" QUE CAMPEA EN MI ALBUM DE FOTOS, ASÍ COMO A OTROS AMIGOS (QUIQUE VICTORERO, JAS...) LES DEBO LA HISTORIA DE COMO LLEGÓ A MIS MANOS. CONOCÍ PERSONALMENTE A JUAN CARLOS AQUÍ EN MADRID A PRINCIPIOS DE ESTE AÑO... PERO, COMO DIRÍA KIPLIMG, "ESA ES OTRA HISTORIA". PROMETO CONTARLA Y ASÍ PAGAR LA DEUDA QUE CONTRAJE CUANDO PUSE LA FOTO EN EL ALBUM. AQUÍ OS DEJO LA POESÍA EN CUESTIÓN; COMO DIRÍA UN TAURINO, "¡VA POR TÍ, JUAN CARLOS, AMIGO! EL SEMINARISTA DE LOS OJOS NEGROS Desde la ventana de un casucho viejo abierta en verano, cerrada en invierno por vidrios verdosos y plomos espesos, una salmantina de rubio cabello y ojos que parecen pedazos de cielo, mientas la costura mezcla con el rezo, ve todas las tardes pasar en silencio los seminaristas que van de paseo. Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo, marchan en dos filas pausados y austeros, sin más nota alegre sobre el traje negro que la beca roja que ciñe su cuello, y que por la espalda casi roza el suelo. Un seminarista, entre todos ellos, marcha siempre erguido, con aire resuelto. La negra sotana dibuja su cuerpo gallardo y airoso, flexible y esbelto. Él, solo a hurtadillas y con el recelo de que sus miradas observen los clérigos, desde que en la calle vislumbra a lo lejos a la salmantina de rubio cabello la mira muy fijo, con mirar intenso. Y siempre que pasa le deja el recuerdo de aquella mirada de sus ojos negros. Monótono y tardo va pasando el tiempo y muere el estío y el otoño luego, y vienen las tardes plomizas de invierno. Desde la ventana del casucho viejo siempre sola y triste; rezando y cosiendo una salmantina de rubio cabello ve todas las tardes pasar en silencio los seminaristas que van de paseo. Pero no ve a todos: ve solo a uno de ellos, su seminarista de los ojos negros; cada vez que pasa gallardo y esbelto, observa la niña que pide aquel cuerpo marciales arreos. Cuando en ella fija sus ojos abiertos con vivas y audaces miradas de fuego, parece decirla: —¡Te quiero!, ¡te quiero!, ¡Yo no he de ser cura, yo no puedo serlo! ¡Si yo no soy tuyo, me muero, me muero! A la niña entonces se le oprime el pecho, la labor suspende y olvida los rezos, y ya vive sólo en su pensamiento el seminarista de los ojos negros. En una lluviosa mañana de invierno la niña que alegre saltaba del lecho, oyó tristes cánticos y fúnebres rezos; por la angosta calle pasaba un entierro. Un seminarista sin duda era el muerto; pues, cuatro, llevaban en hombros el féretro, con la beca roja por cima cubierto, y sobre la beca, el bonete negro. Con sus voces roncas cantaban los clérigos los seminaristas iban en silencio siempre en dos filas hacia el cementerio como por las tardes al ir de paseo. La niña angustiada miraba el cortejo los conoce a todos a fuerza de verlos... tan sólo, tan sólo faltaba entre ellos... el seminarista de los ojos negros. Corriendo los años, pasó mucho tiempo... y allá en la ventana del casucho viejo, una pobre anciana de blancos cabellos, con la tez rugosa y encorvado el cuerpo, mientras la costura mezcla con el rezo, ve todas las tardes pasar en silencio los seminaristas que van de paseo. La labor suspende, los mira, y al verlos sus ojos azules ya tristes y muertos vierten silenciosas lágrimas de hielo. Sola, vieja y triste, aún guarda el recuerdo del seminarista de los ojos negros... Miguel Ramos Carrión -------------------- http://www.macoelanba.org/ ----------------------------------------------------- recordar es la única manera de detener el tiempo. |
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Aug 13 2007, 04:21 PM
Publicado:
#3
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Usuario registrado Grupo: Miembros Mensajes: 360 Desde: 2-September 06 Usuario No.: 757 |
José Luis, conozco la poesía tan hermosa que nos has dejado. Ciertamente es muy triste pero a la vez muy emotiva y bella. No solamente me has emocionado con la poesía sino que... también con tus palabras cargadas de un sentimiento profundo y muy hermoso. Un fuerte abrazo y un millón de besos. Maite -------------------- |
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