Me dirás que...
Ansha, Jun 12 2008, 12:49 PM
Me dirás que nada es verdad ni es mentira y que todo es según el color del cristal con que se mira.
Yo te digo que no. No hay verdad que sea dicha ni mentira que no diga si no rompes el cristal tras el cual ambas habitan, pues si tiñes la verdad con cánticos y mentiras, y a éstas las haces dueñas de tonos con varias tintas, jamás sabrás la verdad y nada será mentira, todo será una mierda del color que te apetezca.
Me dirás que al arrimarse a un buen árbol se consigue el cobijo de una buena sombra..
Y yo te digo que hay bosques que no pueden silenciar la luz que no necesitas, ni árbol capaz de dar esa sombra que tu elijas.
Medirás que más vale pájaro en mano que ciento volando.
Yo te digo que es preferible vivir sabiendo que puedes elegir el pájaro que ni sabes si existe, a quedarte para siempre con lo elegido una vez o a tener que andar luego con cambios antipáticos que sólo te acarreará consecuencias indeseables. Con la posibilidad siempre hay esperanza, pero con la decisión forzada nunca llegas a saber si elegiste para bien o si eligieron por ti. Por cierto, dicen que la paciencia es la madre de la ciencia.
Me dirás que el camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
Y yo te digo... ¿No será que aquella vez, flotando corriente abajo, en lugar de por dormirse fue por no volverte a ver que dejó las aguas limpias, consiguiendo así descanso cuando no lo pudo hacer debido a que te empeñaste en que siguiera nadando, descalzo y con sólo un pié?... Piensa bien si la corriente te lleva porque te duermes o si es el sueño que buscas el que pide deslizarse con las aguas hasta el mar, no sea que duermas poco por no sentirte arrastrado y termines atascado y dormido de verdad.
Me dirás que al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios...
Yo te digo que, si a Dios le das lo que te tocaría darle al Cesar, ni Dios te salva de lo que el Cesar te va a dar a ti por no darle lo que es suyo. Y si al Cesar le das lo que es suyo y también lo que es de Dios, puede que se conforme y no te quite lo tuyo
Así pues, al Cesar todo y a dios las gracias, que para eso eres hijo suyo y a su imagen y semejanza. Eso dicen al menos, porque hay cada uno que...
Me dirás que si crío cuervos acabarán sacándome los ojos.
Yo te digo que si se crían cuervos siempre se sabe lo que se está criando, y a poco que no seas poyuelo y sepas cómo manejarlos, siempre puedes, con cuidado, sacarlos del criadero, ordenarlos por tamaños y sacárselos a ellos. Una vez de nuevo dentro, sin sus ojos y contentos, a ver quien pide la vez para perder el tercero.
Me dirás que al pan, pan y que al vino, vino.
Yo te digo que los mezcles y verás lo que es divino, pues si con pan bebes vino y con vino mojas pan, conseguirás olvidarte de si buscas cómo hartarte o si quieres olvidar.
Me dirás que no hay mal que por bien no venga.
Y yo te digo que no necesito bien tras un mal que no he pedido, pues si mal y bien caminan compensando sus efectos prefiero quedarme igual o sufriendo de ese mal, sin que el bien que aquel persiga me haga reflexionar sobre por qué no está mal recibir bien con fatiga. Si bien quieres para mí, y por dármelo me das el mal que lo facilita, quédate tú con los dos y que a ti te venga el mal que mi bien no te dedica.
Me dirás que si Dios da algo, que San Pedro extienda su bendición sobre la dádiva.
Y yo te digo que envido, salvo que aquello que con tanta generosidad es dado sea distinto a lo pedido o se reciba de manera gratuita... A ver si ahora además de asumir el capricho de dar del que da, o la equivocación del que entrega descuidando lo pedido, encima hay que estar agradecido.
Me dirás que el mal de muchos es un consuelo de tontos.
Y yo te digo que de tantos, y que consuela. Si por obtener consuelo a mi pesar preciso ser un tonto de esos muchos que hacen tantos, tonto sea yo y listo quien no quiera consolarse, que por no saber ser tonto y quedarse sin consuelo, se es más tonto que nadie y yo no me chupo el dedo.
Me dirás que los polos opuestos se atraen.
Y yo te digo, como ya te dije una vez, que sí, pero sólo para apreciar mejor cuales son las diferencias por las que no debes ni acercarte.
Si algo te interesa hasta el punto de acercarte a compartir, hazlo hacia el polo que en principio haya de repelerte, pues siempre te será más fácil acostumbrarte a lo que practica quien se parece a ti que a quien no sólo practica lo contrario si no que, con ello, estará cuestionando lo acertado de tu propia práctica.
Me dirás que quien esté libre de culpa que tire la primera piedra.
Y yo te digo que no hay piedra suficientemente capaz de contener el efecto provocado por ciertas causas. Pero si de lo que se tratara fuera el compensar de manera proporcional el efecto de la generosidad que suele practicarse, no encontrarás piedra tan pequeña capaz de mantener el equilibrio.
Me dirás que para muestra basta un botón...
Y yo te digo que tal vez, salvo que lo compres en los chinos, donde no hay dos iguales en la misma remesa ni queriendo.
Para muestra, un botón te muestra el número casi infinito de otros parecidos a él, pero si te gusta que el matiz sea lo que defina tu gusto por algo, compra toda la partida con los ojos cerrados y luego elige en qué forma y orden colocarlos, verás cómo la diversidad te permite ir siempre distinto.
Me dirás que no hay dos sin tres.
Y yo te digo que dos puede ser fin en sí mismo, al igual que tres puede ser un principio. Dos sólo es la unidad contada dos veces, no la consecuencia de que uno suscite la mitad del que es doble que él.
Me dirás tanto, y a veces tan poco, que con decir algo más me dirás siempre lo mismo: No dice más quien más dice sino quien dice distinto, pues a lo dicho de otros, que siempre dicen lo mismo, añade decires nuevos que enriquecen o rebaten lo que ya se tiene dicho.