Herramientas para medir el tiempo.

Herramientas para medir, pesar, calcular el tiempo.


Desde siempre el hombre ha buscado herramientas para medir el tiempo.
Sabía como el sol asomaba por allí, al medio día estaba donde estaba y a la caida del Sol, lo hacía por Poniente.Eso era el día luminoso y luego venía la noche y mañana otra vez el mismo ritmo.

Eso había que medirlo. Esa fue la obsesión del hombre desde el principio del mundo.

Inventó mil cachivaches para controlar la luz, el tiempo y sus épocas . Otro día hablaré de las clepsidras, relojes de sol y mil artilugios que nuestro abuelos tenían para saber la hora del aperitivo.

Hoy seré muy pedestre y casi nada técnico.

Nos acordamos de nuestra primera Comunión , ocasión que tenían nuestros deudos para regalarnos el primer reloj de pulsera. Seguro que nos caía un Cauny de cuerda diaría y de un mecanismo a prueba de nuestros juegos de 8 años.Relojes de esfera grande y en aquella época con baño dorado o quizá cromado. En mi casa ni eso, por aquellas fechas, mi padre que era muy aficionado a los relojes,. No sé de donde apareció un relojillo rectangular con cristal abultado y para mí que era de Sra... Me lo puse con resignación y lo llevé varios años en la muñeca.

No sé de donde, pero mi padre me trajinó varios relojes, hasta que un día en San Carlos, me debió recompensar algún trabajo extra y me regaló un estupendo reloj submarino, automático, con unos números que lucían mucho de noche y con un army todo el de acero como la caja de esa extraordinaria máquina.Un Ardhat suizo.

Por aquellos años, el que te dieran una hora en un reloj Longines, Omega,Universal Geneve, Vatcheron et Constantin...Era el súmmun de la exactitud.Todos los Caunys, Titanes, Dogmas , etc, etc...eran horas casi “ subcontratistas “ de esos monstruos suizos y míticos exactos.

Más adelante empezaron a venir los japones, relojes casi tractores, un pedazo de acero con una maquinaria que daba la hora...Sin el glamour de las maquinarias suizas , aunque fueran las mecánicas del Dogma.

Los Longines, aquellos Omegas, aquellos deportivos de esfera negra, Universal Geneve..Eran exactísimos ¡!! Un minuto al día, medio el más fino...

Nuestro anhelo: el heredar el Omega de nuestro padre, el que ya éramos mayores para que nos regalaran aquel Longines tanto tiempo prometido.

Además por aquellos años, era un signo de distinción, el que te asomara por la bocamanga un Longines, aquel Omega, el recién venido Certina... ¿ Te diste cuenta, sigue con su antidiluviano Cauny...?

Antes la cuestión de la hora, era muy independiente, cada uno poníamos nuestro reloj con una hora muy determinada : la hora de Radio Nal,la Hora del Reloj Atómico de Nebrasca, etc, etc.... Una verdadera odisea el ser exacto al segundo y conservar aquello varios dias.

Hoy el mundo de las herramientas para medir el tiempo, ha sufrido un vuelco total.

Se ha “democratizado” tanto la cosa que en vez de llevar la mayoría Longines, Omegas, Vatcherones, etc, etc.... máquinas selectas suizas. Caimos en la tabla rasa de los japoneses de cajas de resina negra, relojes exactísimos y concebidos de tal manera que la maquinaria vale menos que la pila que les dá energía para varios años. Y algunos hasta no utilizan pila, tan solo unas ventanucas que se alimentan con la luz.

Otra cosa digna de estudio, es la enorme cantidad de relojes que tenemos en casa, hasta el más mísero electrodoméstico, tiene su relojillo, esto tan gracioso y práctico tiene su aquel : en el cambio horario de verano y otoño, hay que perder sus buenos ratos poniendo en orden tanta relojería.... Otra paradoja : con tanto reloj, nunca la gente fue tan impuntual ¡!!.

Aquellos señoriales Omegas, Longines, aquellos nobles Caunys , Dogmas y muchos que careciendo de marcas rimbombantes se nombraban con el título de las relojerías ; estas máquinas casadas con nosotros tras muchos años. Uno era monógamo con su reloj, el día que se averíaba y había que llevarlo al relojero, era un pequeño drama, porque uno se quedaba “ab in testate” ...Le metía prisas al artesano : arréglemelo rápido, que lo necesito, etc, etc,...El profesional, lo ajustaba, lo aceitaba, le revisaba los rubíes y ya una vez controlado la exactitud..Hasta anotaba en el revés de la tapa, el tipo de avería, la fecha y la firma del artista.Tenían alma, vida y “trazabilidad “ nuestros queridos amados relojes.

La invasión amarilla de Oriente a Occidente, puso en jaque toda esta vida relojera apacible y de valores acreditados.Digo amarilla, pero fué de dos colores. Empezaron aquellos de acero, fuertes como tractores, considerados como armas defensivas por su tamaño y peso y de una mecánica exacta a prueba de pisotón de tanque. Además, eran submarinos : recordad, tengo un japonés que lo puedo meter a 100 metros de profundidad o más... ( como si cada tres días tuviera uno que sumergirse a 120 m debajo los mares...)

El otro color que vino fue el negro.Todos los colores eran negros de resina.Aparte de los beneficios anteriormente expuestos, tenían la ventaja de su liviandad en peso y en precio.Una verdadera uniformidad general del reloj negro con numeritos mil y con pilas mas costosas que la maquinaria silenciosa. Habían acabado con el tic-tac que nos acompañó tantas noches de insomnio, pensando en nuestras novias y mil aventuras gozosas.

Ya todos éramos iguales, los japoneses habían acabado con el glamour, con la distinción de ver aparecer en el borde del puño de la camisa aquella joya, modesta de un dorado Cauny, las formas voluptuosas brillantes de la corona grabada con la letra Omega....Y se apreciaban pecados contra la estética de personas engalanadas con ropajes de fiesta con el relojucho negro de todo el día asomando por allí.

En pos de la practicidad, los Sres Nobles, verdaderos Caballeros Cubiertos ante el Rey medidor del Tiempo, que fueron los Omegas, Longines, Patek Philip Rolex, Vatcheron et Constantine..los más plebeyos Caunys, Dogmas, Titanes y otros cientos de marcas de mil leches.... Sucumbieron, en manos de sus coleccionistas ante tamaña invasión de poca clase. En alguna ocasión, muy medida en BBC ( Bodas Bautizos y Comuniones) Los viejos nostálgicos de aquellos locos cacharros nos atrevíamos a ponernos el reloj Omega de oro, antes lo poníamos amorosamente en hora, le dábamos cuerda, le ajustábamos la fecha...Le sacamos el brillo que siempre guardaba, le tratábamos como una máquina muy querida.

Por muchos medidores del tiempo que tengamos . Cientos. Quizá haya uno para cada actividad de la vida, tan ajustados que tengan sus parámetros afinados para medir la frecuencia cardíaca, la Tensión arterial, el nivel de Oxígeno en la punta de tu dedo, sirva para explicarte a que altura te encuentras, la presión barométrica y el tiempo que va a hacer.las profundidades marinas, las sequedades terráqueas.Una brújula exactísima, llevar los tiempos de cinco corredores , ser tan ajustado como los relojes atómicos de los emisores GPS...los sensores de viento para una regata de altura, mil alarmas, conexiones con ordenadores, bicis, motos y coches....Verdaderas computadoras que te dicen hasta las mareas, los rumbos que debes llevar para ir a tal sitio...

Hasta te pueden dar la hora, incluso en el sitio donde te encuentras.

Pero siempre, algún día, notarás un placer al oir el viejo tic-tac del Omega de oro que guardas y que al sentir su cálido tacto contra tu muñeca..Te hará revivir lo que siempre fue la medida de tu tiempo....


Mbueti.Relojero.


Jejejejejejeje...... Esta noche, en aquella caja con tapa de cristal, Mis Omegas, mi Longines.... Se reirán con los Casios, Dogmas, Polar , Super Suunto...Incluso mi nuevo y mecánico total WM of Switzerland..Participarán de este pequeño homenaje a los siempre Marqueses Omegas y Longines....