Acto surrealista

Hace unos años, trabajaba en la calle Félix Boix , casi esquina con la del Dr Fleming.

Descansábamos para comer de 14 h a 16 h, como con una hora teníamos bastante, la otra la dedicaba a pasearme por los alrededores.

Bajaba por Dr Fleming y reconocí, dentro de un R 12 al Sr Cajero de un banco cercano, que estaba tocando el claxon de su vehículo, ya que no podía salir por imperdírselo un R-5 rojo que estaba en doble fila.

El claxon seguía sonando....

De un portal cercano, salió un joven de unos 23 años, bien vestido y muy tranquilo, se dirigió al R-5 rojo . Sacó de sus bolsillos un martillo de bola y concienzudamente se dedicó a hacer añicos todos los cristales del R-5, los faros, pilotos, cristales principales, anterior y trasero y todos los de las ventanillas. Todos...

El Sr, del R-12, dejó de tocar el claxon, y le ví que su semblante viraba al blanco pálido...Pensó lo que yo, que el joven, tras los cristales, con el martillo iba a ir a por el coche R-12....

El joven tras destrozar la cristalería del R-5 en la doble fila, empezó por una punta del coche rojo y con el martillo, fue abollando cada 5 cm la chapa del cochecillo.

Ya nos arremolinamos varios curiosos, el joven, seguía su tarea del destrozo total del coche de segunda fila . Lo dejó hecho una mierda , terminó su labor y muy educadamente enfundó el martillo en un bolsillo , abrió su portal y desapareció.

Los curiosos nos quedamos mirándonos y casi teniendo la misma idea : lo que habíamos visto sería producto de un programa televisivo o algo parecido.Pues no, no fue tal la cosa.

Al minuto, salió de ese portal, una persona enfundada con un mono azul y con una caja de herramientas bastante grande....Al ver su coche R-5 , bueno, lo que quedaba de él y en ese estado...había que oir la fontanero lanzar palabros, venablos, blasfemias y imprecaciones hacia el cielo, tierras y mares...Había que oirlo. ¡!!...

Al día siguiente, me pude enterar del intríngulis de este surrealista asunto : En la Calle Dr Fleming, era muy corriente que la gente aparcara en doble fila con la consiguiente pitada del afectado...Así miles de veces.
El joven del martillo, vivía, en uno de los primeros pisos y estaba preparando oposiciones, estudiaba muchísimas horas...y los claxones de los de la segunda fila, le sacaban de la concentración requerida. Simplemente, estaba hasta los cataplines de los claxones....

Y llegó el día fatídico, aquel medio día....No pudo soportar más claxones...Cogió el martillo..Y terminó en ese momento con el suplicio del claxon.


Mbueti.