LA MEJOR DECISIÓN DE NUESTRA VIDA
manolo pizarro, Mar 10 2009, 01:00 AM in PENSAMIENTOS
A veces la prensa dice cada cosa que es como para quedase sentado respirando hondo y hace cavilar sobre el porcentaje de verdad que oculta o los fines que persigue. El Mundo presenta una noticia verdaderamente sorprendente sobre el cerebro del 11M que lleva ya cumplidos 5 de los tropecientos años de cárcel que le endiñó el juez Del Olmo.
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Comprendo que resulte ahora fácil, después de 4 años, contemplar las cosas desde la lejanía temporal y preguntarse por qué no se investigo esto o lo otro, pero lo cierto es que la situación es ahora muy, muy diferente. Hasta que no pasaron casi dos años del atentado, te podían partir la boca por fascista, simplemente por atreverte a defender en público... ¡la actuación de Aznar! ¿O es que se nos ha olvidado ya a todos cómo eran las cosas en 2004 y 2005? Así que como para atreverte a cuestionar oficialmente la culpabilidad de ese tal Zougham a quien nos presentaron desde el minuto uno, como un sangriento asesino capaz de masacrar a 192 personas.
10 bombas causaban la masacre de esas personas y heridas graves a varios cientos más. Los Tedax encontraron y desactivaron otros dos artefactos explosivos en las estaciones. La sentencia judicial del 11-M se saldó con una única condena por la ejecución material del atentado: la de tal Jamal Zougham. Seguimos, por tanto, sin conocer la identidad de al menos 11 de los 12 colocadores de bombas que tuvieron que participar en el atentado.
Los abogados del tal Zougham intentaron defenderle durante el juicio. Le pidieron al juez Del Olmo que llamara a declarar a los propietarios de los pisos que Zougham había visitado con su mujer, llegando a aportarle al juez la libreta en la su hermana tenía anotada cada visita, con los respectivos datos de contacto. Le pidieron al juez que llamara a declarar al dueño de la gestoría que le llevaba los papeles contables de la tienda de teléfonos que regentaba junto con su suegra. Le pidieron al juez repetidamente que llamara a declarar al dueño del gimnasio al que acudía... Y el juez fue denegando absolutamente todas las solicitudes. ¿Sabéis, por ejemplo, qué respondió Del Olmo a esa petición de que se llamara a declarar al dueño del gimnasio? ¡Pues que no veía en qué sentido podía ser relevante para las investigaciones!
Pero, más importante aún que el que esos testimonios del personal del gimnasio que desvela El Mundo, corroboren la coartada de Zougam, es el hecho de constatar que la Policía, disponiendo de esos datos, no los adjuntó al sumario, privando así al acusado de sus posibilidades de defensa. Esa injustificable omisión constituye un indicio de que existió una voluntad deliberada de "demostrar" a toda costa que aquel marroquí, detenido en plena jornada de reflexión de las elecciones generales, era culpable de los atentados.
Esos intentos por probar a toda costa la culpabilidad de Zougham llegaron hasta el punto de enviar además al juez dos informes en los que se afirmaba, falsamente, que Zougham había comercializado un cierto lote de tarjetas telefónicas, cuando la Policía tenía en su poder la declaración de otro marroquí, que reconocía haberlas comercializado él. El Mundo desvela también que no sólo se ocultaron los datos relativos al gimnasio la víspera del atentado (¿Cómo podía estar preparando las bombas esa noche a la vez en la casa de Morata de Tajuña, como expone la sentencia?), sino que tampoco se adjuntaron a ese sumario los datos contables proporcionados por la gestoría que llevaba las cuentas de la tienda de telefonía de Zougham, a pesar de que esos datos contables hubieran permitido corroborar, o desmentir, la versión oficial sobre la comercialización de las tarjetas telefónicas supuestamente usadas en las bombas del 11-M.
Lo expuesto da que pensar a los que nos hemos preocupado por seguir el juicio, bien sabéis mi poca fe en la justicia española, y con todos estos datos ocultos y el poco interés para el Juez por sacarlos a la luz, Zougham estaba irremisiblemente condenado desde el principio, independientemente del abogado que le defendiera (cambio 4 veces de abogado pues para él, su inocencia era tan evidente que no entendía cómo era posible que los abogados no pudieran hacer nada), y es que, parece que los intereses en juego eran demasiado grandes. No en vano recuerdo dijo un responsable policial en el juicio que la detención de Zougham había sido "la mejor decisión de nuestra vida".
Saludos contrymanes.
Cuando la Policía encontró, en la madrugada del 11 al 12 de marzo de 2004, una de las 2 mochilas-bombas que milagrosamente aparecieron intactas, en este caso la de la comisaría de Vallecas, la maquinaria de la investigación oficial del 11-M se puso en marcha. En aquella mochila-bomba había un teléfono y una tarjeta telefónica, utilizados para detonar el artefacto. Y, al indagar dónde se había comercializado aquella tarjeta, se comprobó que quien la había vendido, era una tienda de telefonía de Lavapiés, propiedad de un marroquí llamado Jamal Zougam.
Siempre según la versión oficial, a los investigadores de la Policía se les "encendió la bombilla" al ver el nombre de Zougam, porque ese nombre ya había aparecido unos años antes del 11-M, relacionado con una trama de terrorismo islamista. En concreto, Zougam había sido investigado entre los años 2000 y 2001 a consecuencia de una comisión rogatoria enviada desde Francia.
Por tanto, si se pudieron efectuar detenciones en la jornada de reflexión del 13-M es gracias a que a la Policía española ya "le sonaba" el nombre de Zougam. Y, sin embargo, es falso que Zougam hubiera aparecido relacionado con una trama islamista años antes del 11-M.
Es verdad que en el año 2000 se recibió una comisión rogatoria desde Francia, en la que se afirmaba que el teléfono de la casa de Zougam había aparecido en la agenda de un terrorista islamista de origen francés, llamado David Courtailler. Como consecuencia de aquella comisión rogatoria, Zougam y su madre fueron investigados en 2001, aunque sin llegar a acusarles nunca de nada, y su piso fue registrado.
Sin embargo, como revela hoy El Mundo, cuando el juez francés Jean Louis Brouguiere se desplazó a Madrid el 12 de junio de 2001 para tomar declaración a Zougam y a su madre, resultó que en realidad no era cierto que hubiera aparecido el teléfono de la casa de Zougam en la agenda de ningún terrorista francés. El número que se había encontrado en la agenda del terrorista David Courtailler era el 91.397.48.02, mientras que el de la casa de Zougam era el 91.377.48.02. Es decir, los dos números diferían en el cuarto dígito (un 7 en lugar de un 9). Por tanto, las investigaciones sobre Zougam y su madre se debían a un mero error de transcripción judicial.
Sin embargo, a partir de aquel momento, y a pesar de que todo era producto de un error tipográfico de los jugados franceses, Zougam ya no pudo quitarse la etiqueta de "sospechoso habitual". Y, desde entonces, Zougam fue investigado en distintas diligencias policiales, sus teléfonos fueron intervenidos hasta la misma víspera del 11-M y los informes policiales echaron mano, sin ningún rubor, de esa "comisión rogatoria francesa" para justificar que Zougam era un potencial terrorista islámico. Y, de hecho, las detenciones del 13-M se justificaron echando mano de esas "investigaciones" del año 2001 que, como vemos, se basaban en un mero error.
Lo más inquietante del episodio es constatar que, de no haber sido por aquel "error de transcripción judicial" cometido cuatro años antes del 11-M, no se habría podido detener a nadie en plena jornada de reflexión, porque a los investigadores policiales no se les habría "encendido la bombilla" al oír el nombre de Zougam.
A veces, hay errores muy providenciales, ¿verdad contrymames?. Te cuelgan un San Benito y se te ha caído el pelo para toda la vida.