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Recuerdos alrededor del fuego(2)

Jose Eduardo Padilla, Nov 17 2007, 10:57 AM

2

Me resulta extraño, recordar las emociones de un niño de once años desde la perspectiva del presente, aún tratándose de emociones intemporales que al revivirlas, te transportan al mismo instante en que se produjeron. Es extraño también, como consigues sin esfuerzo, despojarte al instante del bagaje personal con el que los años te han cargado y desnudarte hasta la inocencia, para disfrutar con los recuerdos del niño que, agazapado, está en el fondo contigo mirándote y escuchando tus palabras hoy.
Vagamente recuerdo, el viaje en Avión a Guinea en el verano de 1961. Debió de ser en un majestuoso cuatrimotor Superconstellation de Iberia. El viaje era interminable y generalmente había que hacer dos escalas, una en Las Palmas, en la que unos viajeros se quedaban y otros embarcaban, y otra en Accra, ya felizmente en suelo africano, a un pequeño salto de Guinea.
Si recuerdo, el trepidar del tren de aterrizaje en el aeropuerto de Bata, la zona continental de Guinea, entonces provincia de Rio Muni. Por aquel entonces los vuelos a Guinea terminaban allí y para llegar a Santa Isabel, había que coger otro vuelo de unos cuarenta minutos, a bordo de un recoleto, magnífico, y majestuosos bimotor DC 3.
Mi primera impresión al sobrevolar Guinea, ya a muy baja altura, fue como una potente y silenciosa revelación interior, que siempre desde entonces me acompañó, a donde estuviera. Estaba absorto, embrujado y mentalmente solo, contemplando aquel infinito manto verde que se mostraba debajo de nosotros. Hasta donde alcanzaba la vista y ya difuminado en la calima del horizonte, la inmensidad del bosque no tenía fin. Aquí y allá se veían ascender diminutos arabescos de humo de las hogueras de algún poblado casi oculto por la espesura. Una ancha cinta plateada en la lejanía, se acercaba cada vez más y dibujaba la silueta de un río serpenteante, que trataba de abrirse paso entre las murallas de vegetación de sus dos orillas. Era como ver una película y yo me sentía diferente, un privilegiado que no salía de mi asombro. Mi mente estaba acelerada y percibía las imágenes con avidez, a cámara lenta, saboreando cada instante.
Una zona despejada que parecía un inmenso prado, trajo nuevamente mi conciencia a la realidad, la tierra parecía acercarse al avión inexorablemente, la impresión de la bajada se sentía en el corazón y casi se podía tocar ya la hierba; una bandada de ibis blancos levantaba el vuelo alborotada desde el bicoro. En breve, las ruedas rebotaron con estrépito en suelo guineano, el avión entero trepidaba y parecía que iba a desencajarse en cualquier momento en mil pedazos.
El mágico olor del aire.
Un olor propio, inconfundible, y que se me quedó grabado para siempre en lo más profundo de mi mismo. Eso fue lo que nunca olvidaré, de ese mi primer regreso a Guinea. Lo sentí desde el momento en que se abrió la portezuela del avión y comencé a bajar por la escalerilla. Olor intenso a tierra fértil, a mar y a bosque, a hierba y a fruta madura, olor ancestral, el olor de África. El color de la luz, los sonidos, la humedad, la atmósfera y el calor, dibujaban una percepción completa. Allí estaban algunos nativos de piel oscura, con su personal forma de andar, sus ropas blancas y su extraña lengua. Sus palabras se oían nítidas, claras y cercanas, todo lo que se oía, tenía su lugar sin distorsiones ni fragores a calles atestadas; estaba en otro mundo. Un mudo nuevo, bienvenido, absolutamente distinto y mágico, justo el mayor contrapunto posible que hubiera podido imaginar en las noches de invierno de aquel otro mundo que había dejado atrás, apenas unos días antes.
La infancia es mágica y en ella solo existe el tiempo del presente, para mi en aquellos momentos solo existía ese día encantado, solo el presente, del que me estaba impregnando minuto a minuto.
Tomamos algún refresco, seguramente fanta, en el bar del aeropuerto. Los taburetes, las sillas de madera, la barra del bar y aquellos ventiladores en el techo en los que me fijaba por primera vez. Todo me resultaba extraño y remotamente familiar a la vez, chocante, diferente y atractivo. Señores mayores con pantalón corto y calcetines blancos, largos hasta la rodilla, y salacoft, charlaban en la sala del bar. Aquello, sin duda era diferente y yo no paraba de descubrir con cada mirada, la existencia de algo nuevo para mi.
Había unos nativos, sirviendo detrás de la barra y con aspecto de estar desbordados por el ajetreo. Debían ser las doce o la una del medio día y dentro del aeropuerto se estaba bien, los ventiladores hacían su trabajo y movían el denso aire húmedo, preñado del olor a tierra y a madera. Fuera, el sol caía a plomo, tamizado por una ligera calima guineana que convertía en verde rabioso todo el horizonte, hasta donde alcanzaba la vista.
Pensaba de repente, en los amigos que había dejado en el colegio de Madrid. ¿Qué pensarían si me vieran en este escenario?, posiblemente no podrían ni imaginar algo parecido. También pensaba en como sería mi vida en Guinea. Solo recordaba vagamente a un conocido de mi edad, Augusto, que era de suponer estaría en Santa Isabel. Entre neblinas, le recordaba con sus padres visitando un día mi colegio de curas, una imagen fugaz, apenas hilvanada. Yo, nunca había tenido la habilidad de encajar fácilmente con nuevas amistades, y mi experiencia en Madrid me había vuelto poco comunicativo, tal vez por la falta de códigos en común con la gente que me rodeaba en el colegio. Eran divagaciones que, tal y como vinieron, desaparecieron.
El ronroneo del DC 3 en la cercana pista de hierba y un olor a combustible, me hizo volver a la realidad.
Aún tenía que llegar a Santa Isabel para terminar mi viaje, y ver a mi padre y mis hermanos, pero en unos momentos estaría en el DC 3 rumbo a mi casa y a mi ciudad.
Este era un presente magnífico, el pasado solo era un mal sueño, y respecto al futuro, más allá del día siguiente, simplemente no pensaba en él, sucedería en Guinea y eso era suficiente para mi.
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  Augusto Pinto Benavides, Nov 17 2007, 02:58 PM

(Sola, El Enano y yo te estamos leyendo, y esperando a ver cuando nos inmortalizas...Leemos...)

· Sola................oye...y falta mucho?...
· Augusto...........tranquilos, ya apareceremos, no se va a olvidar del grupo ...
· El Enano..........y yo?...
· Sola................cómo no, Enano..., vaya pregunta...

(seguimos leyendo...)

· Sola.................tu serás el primero, no?...
· Augusto............claro..., ya deben de estar retocándome el maquillaje..., coño, dicen que la pantalla engorda...
· Sola.................y por qué tú primero?...., tal vez se salte las individualidades y vaya directo al grano...
· Augusto............y saltarse nuestro flechazo?..., deliras...
· El Enano...........oye..., y yo?...
· Augusto............que sí, Enano, que tú estás en el equipo, macho...

(más lectura...)

· Sola..................Paul escribe como las rosas...
· El Enano............escribe como las rosas...
· Augusto.............como os oiga se va a cabrear...
· Sola..................pero es que escribe que te cagas!....
. Augusto.............que te cagas no es como las rosas...
· El Enano............sí, que te cagas...

(la lectura continúa...)

· Augusto..............¡ahí estoy, Sola!...me has visto, Enano!?.....
· Sola....................joder macho!...me cago en la leche, estás inmortalizado!...
· El Enano..............sí, estás ahí..., joder!...
· Augusto...............te cagas....
· Sola....................ya me tocará, macho...Oye no se le pasará eh?...
. Augusto...............estás loco?...
· El enano..............espero que no se le pase...

(...al terminar de leer...)

· Sola.....................y va a hablar de las chavalas?...
· Augusto................tiene que hablar de ellas, macho...
· Sola.....................a lo mejor pasa de ese tema...
· El Enano...............sí, a lo mejor pasa...
· Augusto................no creo..., tocábamos a 2 por uno...
· El Enano...............a cuantas?...


Un abrazo, Paul (sólo he ratado darle la sencillez, simplicidad, autenticidad y cariño con que siempre estais en mí)

El Enano................y yo también...

PD. El Enano era el mejor de todos nosotros. El cariño que los tres sentíamos por él, nos permitía no necesitar volcarlo en nadie más y hacer de nuestra juventud un eterno exteriorizar la energía que aún no sabíamos dominar.
Avísame en cuanto lo leas para borrarlo, hay demasiados tacos.

  Maite Caamaño Cubeiro, Nov 17 2007, 09:44 PM

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  malanga, Nov 18 2007, 12:25 PM

Me han llegado voces de los patios de la infancia. Hace tiempo que yo me fui de allí, pero , hoy me ha llegado el rumor , a través de tus recuerdos.


Canção dos Rapazes da Ilha

Eu sei que fico.
Mas o meu sonho irá
Levado pelo vento, pelas nuvens, pelas asas.

Eu sei que fico
Mas o meu sonho irá ...

Eu sei que fico
Mas o meu sonho irá
Nos frutos, nos colares
E nas fotografias da terra,
Comprados por turistas estrangeiros
Felizes e sorridentes.
Eu sei que fico mas o meu sonho irá ...

Eu sei que fico
Mas o meu sonho irá
Metido na garrafa bem rolhada
Que um dia hei de atirar ao mar.

Eu sei que fico
Mas o meu sonho irá ...

Eu sei que fico
Mas o meu sonho irá
Nos veleiros que desenho na parede.

Aguinaldo Fonseca. Poeta cabo-verdiano

Por favor , que nadie borre las cosas que salen del alma.

  Juan Carlos, Nov 20 2007, 09:59 PM

DESDE PETER PAN HASTA SHREK



JEP: Con referencia a tus “Recuerdos alrededor del fuego 2”, impresiona la simultaneidad de sensaciones que coinciden con tu narración y en referencia a la primera arribada consciente de muchos contemporáneos al definido por mí como “El país de nunca jamás”, curiosamente emplazamiento donde se desarrolla mi película preferida de Walt Disney, Peter Pan.
Sabes de la existencia de un proyecto de libro que he escrito, que no deja de ser una biografía novelada, que algún día si soy capaz de vencer esa timidez residual para contar cosas privadas y que me convierte en ocasiones en pusilánime, trataré de publicar, o quizás no…..
Te relato literalmente la introducción de esa historia, allá va:
[b]“Esta historia comienza a gestarse en el principio de los años 50, Johnny lo desconocía, pero la realidad fue esa.
Era un crío con un gran defecto, tenía una carencia absoluta de sagacidad ante cualquier contingencia que, unida a una timidez patológica le hicieron, como vere-
mos, que algunas de las situaciones en las que se vio implicado las resolviera, en ocasiones, de una manera tan absurda como histriónica.
Él que ya sabía quien era su padre, lo empezó a conocer realmente recién entrada la década de los 60 cuando se tuvo que trasladar, junto con su madre, a una provincia situada a miles de kilómetros y en otro continente, donde aquel desarrollaba sus labores profesionales.
La llegada fue un 25 de Junio, después de diecisiete horas de vuelo. Lo primero que le impresionó fue la sensación y olor a humedad que le saludaron al descender por las escalerillas del avión. Johnny no podía vislumbrar, en ese momento, que ya nunca su vida sería la misma y que el camino que iba a acometer no tendría ninguna relación con todo lo anteriormente experimentado”.[/b][i][/i
]Creo que es la primera ocasión en la que desvelo algo del contenido de este proyecto, pero es tanta la coincidencia que he considerado la posibilidad de que algo especial, casi paranormal, no creo nada en esoterismos, pasa con todo este tema o con casi todos nosotros.
¿Por qué el olor y sensación de humedad tan característico se ha grabado como marca de forja en tantas personas? Se puede responder con una obviedad. Es que el porcentaje de humedad era muy alto. Pues no es cierto. He estado en zonas como Nigeria, Camerún e incluso países de Hispano-América, donde el índice de humedad relativa era similar, y te puedo asegurar que no he vuelto a percibir esa sensación.
Respecto a la influencia que Guinea ejerció en mi persona, fue de tal manera tan mágica, que incluso una vez allí me empezaron a entrar ganas de establecer relación con mis congéneres, cosa absolutamente impensable en épocas precedentes. Al llegar a mi nueva estancia estaba esperando un empleado que iba a ser determinante en mi adaptación personal a la nueva vida, PITA (Peter). Entre este hombre de raza negra y de nacionalidad nigeriana y mi persona se estableció una gran relación, que solo la química existente entre algunos seres humanos podrían explicarla. De entrada ninguno de los dos hablaba el mismo idioma, que eso, y en contra de lo que pueda parecer, a mi me pareció una gran ventura. Lo que si hacía era pescar de maravilla, y creo que este hecho para mi fue lo definitivo. Tal como apareció un buen día se marchó.
De todas maneras te confieso que en la actualidad y en todo lo que refiere al tema de Guinea lo visualizo de forma retrospectiva, como si sólo fuera capaz de detectarlo con el espejo retrovisor del coche.
La verdad es que todo con el tiempo tiende a distorsionarse, ya que te confieso que mi personaje animado preferido actualmente es SHREK, sujeto, que dejando a parte sus manifestaciones escatológicas, me parece entrañable y tierno por mucho que pueda extrañar. De todas maneras si en todo he evolucionado de la misma manera creo que no deja de ser significativa atisbar la diferencia entre- Wendy y Campanilla- con mí admirado -Monstruo de la Ciénaga. Debe de ser que por fin me he confirmado y convencido "a mi mismo", que “El país de nunca jamás” ya no existe.


Recuerdos a Gilmour de parte de Morrosko que anda por aquí incordiando.

  Jose Eduardo Padilla, Nov 22 2007, 08:48 PM

CITA
JEP: Con referencia a tus “Recuerdos alrededor del fuego 2”, impresiona la simultaneidad de sensaciones que coinciden con tu narración y en referencia a la primera arribada consciente de muchos contemporáneos a la definida por mí como “El país de nunca jamás”, curiosamente emplazamiento donde se desarrolla mi película preferida de Walt Disney, Peter Pan.
Sabes de la existencia de un proyecto de libro que he escrito, que no deja de ser una biografía novelada, que algún día si soy capaz de vencer esa timidez residual para contar cosas privadas y que me convierte en ocasiones en pusilánime, trataré de publicar, o quizás no…..
Te relato literalmente la introducción de esa historia, allá va:
“Esta historia comienza a gestarse en el principio de los años 50, Johnny lo desconocía, pero la realidad fue esa.
Era un crío con un gran defecto, tenía una carencia absoluta de sagacidad ante cualquier contingencia que, unida a una timidez patológica le hicieron, como vere-
mos, que algunas de las situaciones en las que se vio implicado las resolviera, en ocasiones, de una manera tan absurda como histriónica.
Él que ya sabía quien era su padre, lo empezó a conocer realmente recién entrada la década de los 60 cuando se tuvo que trasladar, junto con su madre, a una provincia situada a miles de kilómetros y en otro continente, donde aquel desarrollaba sus labores profesionales.
La llegada fue un 25 de Junio, después de diecisiete horas de vuelo. Lo primero que le impresionó fue la sensación y olor a humedad que le saludaron al descender por las escalerillas del avión. Johnny no podía vislumbrar, en ese momento, que ya nunca su vida sería la misma y que el camino que iba a acometer no tendría ninguna relación con todo lo anteriormente experimentado"



Es, verdaderamente flipante "George".
Dicen que las casualidades no existen, y yo así lo creo.
Pero no acierto a traducir el significado de este caso.
Puedo entender que, ante vicisitudes personales bastante parecidas, sienntiéramos más o menos, lo mismo.
Pero es que, no es más o menos, esque es, ......"exactamente" lo mismo.

Me encanta.

JEP
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  manuela orovitg, Nov 27 2007, 01:10 PM

smile.gif smile.gif Por lo que he leido,. Hicistes al menos ese viaje en avión... y debia ser maravilloso atisbar la isla desde el aire. Sobre todo la sensación de aterrizar, sobre hierba, Y el olor a tierra mojada. Que no sé porqué razón ,muchos la tenemos metida en el tuétano de los huesos.

Eres tan guineano ,como el que más y mucho más que otros. FUERA TONTERIAS ( no voy a borrar , Augusto tu cuñado, me reñiria). Pero no eras menos impactacte, llegar en barco, . el ver acercarse la isla... El tiempo de atracar ,el bullicio del puerto, el olor a pescado, a Guinea, a sal.... Y el SUSTO que pasaba esta que escribe ,cuando bajaba por la escalerilla temblequeante del barco( era muy miedosa de pequeña). Bueno y sigo.... a veces aunque parezca lo contrario. Claro que cuando ponia..el pié en tierra se me pasaba . Máxime ,si era mi padre el que nos esperaba. Bueno. Me ha gustado leerlo. Tendré que "revolver" en mi memoria para recordar... más cosas. y escribir......Besos GUINEANO y gracias
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  Maite Caamaño Cubeiro, Nov 27 2007, 02:04 PM

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