IPB

BIENVENIDO, Invitado ( Identifícate | Registrase )

> MISIONERAS INMACULADA CONCEPCIÓN - 1ª PARTE, PRIMER VIAJE A GUINEA
fernando el afri...
mensaje Feb 4 2016, 04:58 PM
Publicado: #1


Usuario registrado
***

Grupo: Miembros
Mensajes: 1101
Desde: 28-August 03
De: Barcelona/Madrid
Usuario No.: 12







Siglo XIX…MISIONES…? Mil preguntas….El Padre Xifré es un Santo Varón, imagen viva del Buen Pastor que durante 40 años fue Superior General de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María… Los Claretianos llevan un año en las Misiones de Guinea (Fernando Poo).
El Padre Xifré, en la última visita que realiza a estas Misiones, comprende que para los Misioneros es muy difícil llegar a la Educación Integral de la mujer guineana y se compromete a llevar hasta allá Religiosas que puedan llevar a cabo esta MISIÓN.
¡Pobre Padre! Su propuesta no tiene respuesta…De todos los Institutos Religiosos que visita recibe la misma negativa…La necesidad es urgente…¿Qué será de los pueblos si no se educa a la mujer? Se pregunta…pero…Por fin llama de nuevo a las puertas de las Religiosas de la Purísima Concepción. La Superiora General Madre Valentina Vigo le expone las dificultades y temores para ir a esa MISIÓN…..
La Madre Valentina pasa la noche en ORACIÓN…Fueron desfilando ante ella aquellas niñas de Guinea…unas con aire abatido y suplicante…otras con la mirada perdida en el infinito, esperando un SI que las sacara de aquella situación…
Profundamente impresionada, a la mañana siguiente cuando llega la Comunidad para hacer las Oraciones, se percatan de que algo ha sucedido entre Dios y ella. Lo cierto es que se levanta de la Oración fuerte y decidida a enviar las Religiosas que le pedía el Rvdmo. Padre Xifré.
Al comunicar a las Comunidades tal resolución, todas acudieron a “alistarse” en las filas de MISIONERAS, lo mismo las jóvenes que las mayores.
Cinco fueron las elegidas: Madre Mª Jesús Güel que fue la primera Superiora.
Madre Mº de los Ángeles Perera
Sor Constanza Selva
Sor Alejandra Sibila
Sor Beatriz Monrós
Momento decisivo…No hay tiempo que perder…En el puerto de Barcelona está el Correo “PANAMÁ” pronto a levantar anclas con rumbo a la capital Gaditana.
Sobre cubierta esperan el momento, siempre emocionante, de dar el último adiós a los seres queridos, nuestras cinco valientes Hermanas y dieciocho Misioneros que parten para el mismo fin.
Llegados a Cádiz, se enteran de que la Corbeta de guerra “FERROLANA” con la cual han de proseguir el viaje, se hallaba en tan mal estado que fue preciso mandarla al Arsenal de La Carraca para ponerla en condiciones de emprender tan larga travesía.
Como ignoraban el día de la salida, se dirigieron allá sin demora.


¡¡¡EN MARCHA!!!
Se acomodan en sendas lanchas y así llegan a La Carraca.
Proseguimos la narración de la Madre Mª Ángeles Perera:
Llegamos a La Carraca, donde aguardaba la salida de la “FERROLANA” el Sr Gobernador de Fernando Poo, Don José Montes de Oca. Al vernos, dicho Señor, fijándose en nuestro hábito nos dijo: - “Imposible poder vivir en aquel clima, así como van. Si no cambian de vestido, ya pueden volverse a su comunidad”
Le contestamos que íbamos autorizadas para modificar lo que creyéramos conveniente. Respuesta que dejó satisfecho al Señor Gobernador el cuál, después de ofrecernos su apoyo y alabar nuestro valor, para tan arriesgada empresa, nos animó a proseguís el viaje, mostrándose muy complacido de poder efectuarlo en nuestra compañía.
Como la “FERROLANA” no estaba dispuesta para el embarque, el Capitán, Don Antonio Moreno, de acuerdo con el Sr. Montes de Oca, nos condujo a un pequeño Cuartel que desalojaron los soldados en pocos momentos.
Los Misioneros se acomodaron en la planta baja, nosotras en el primer piso.
Para cada una, trajeron cama, colchón, almohada y una manta de lana…
Eran las cinco de la tarde y como no habíamos tomado más que un ligero desayuno en el Correo “PANAMÁ”, nuestros estómagos estaban como cañón de órgano. Por fin aparecen los camareros que nos hablan de servir comida pero…¿dónde está la mesa?...¡Idea feliz! Con gran destreza, desquician una puerta y queda convertida en el mueble deseado.
Por falta de sillas nos vimos precisadas a instalarnos en la escalera.
¡Qué impresiones las de aquel día! No obstante, nos sentíamos felices pareciéndonos entender algo de aquella frase de Sta. Teresa: “Quién a Dios tiene, nada le falta”.
Escribe M. María Güel: “De buena mañana nos vamos a la Iglesia del Pueblo, (LA Carraca) donde oímos las Misas de cinco en cinco. Por la tarde volvemos a ella para visitar el Santísimo y rezar el Rosario juntamente con los Padres.
El pueblo es bonito, tiene unas cien casas, parecen recién construidas. La Iglesia es hermosa y las calles muy limpias.
Hoy hace ocho días que nos despedimos de ustedes y ya nos parece un año.
Por fin, esta tarde, día 31, nos pasaremos, Dios mediante, a nuestra casa del mar, la simpática “FERROLANA”, la cual por ser Corbeta de guerra, no estaba en condiciones para pasajeros. Creo que en estos días han modificado alguna cosa. Veremos que sorpresas nos aguardan.

Ya les escribiremos nuestras impresiones.

¡PACIENCIA!
DÍA 3 de Noviembre, Lunes.- Creerán ustedes que ya estamos camino de Canarias y no es así. Aquí todo se hace con santa calma…
El viernes nos pasamos a la “FERROLANA” y voy a describirles nuestro aposento : Una gran sala, de largo, lo que necesitan cuatro camas y en el fondo otra al través; en el lado opuesto, un lavabo y una mesa redonda para comer. Enfrente de la puerta de entrada está la Capilla.
Por la noche, los incesantes gritos de los tres Centinelas, que se suceden sin parar, interrumpen nuestro sueño…
Noviembre, día 6.- Por fin se ha meneado nuestro pobre velero: no parecía que el ancla había echado raíces pues les costó diez horas para levantarla.
Hoy a las tres de la madrugada nos dirigimos a Cádiz donde hemos comprado sábanas, fundas, toallas y servilletas ya que la provisión que llevamos de ello, está en la bodega.
El viento es favorable: hinchadas las velas somos impelidos hacia Santa Cruz de Tenerife, a donde esperamos llegar en pocos días.
Noviembre día 9.- Ya hemos perdido de vista nuestra Patria…No se divisa ni una pulgada de tierra…¡Que imponente es el mar! ¡Qué inmenso el Cielo! ¡Qué grande y que Poderoso es Dios!.
Noviembre, día 13. – Nos ha costado siete días y algo más, llegar a Tenerife. ¡Y eso que el viento era favorable! Balanceándonos a lo beodo y gracias que, según dicen, pocas veces está tan seguro el mar. Por lo visto, de no ser así, a estas horas estaríamos en el buche de algún tiburón.
Entre tantas molestias y privaciones no hay otro remedio que la PACIENCIA. Recen mucho para que no enfermemos durante el viaje.
Noviembre, día 16. – Estancia en Tenerife. No todo han de ser privaciones. Aquí, en el Santo Hospital de Tenerife, estamos delicadamente atendidas por las Hermanas de San Vicente de Paul. Nos tratan como si perteneciéramos a su Congregación.
Agradecidísimas a tan buenas Hermanas no nos cansamos de repetirles: “Que Dios se lo pague”
Noviembre, día 20. – Ayer volvimos a bordo, después de pasar seis días con nuestras bienhechoras las Hermanas Paulas, las cuales hicieron todo lo que pudieron para retenernos con ellas hasta el día de salida del puerto pero no creímos prudente abusar de tanta generosidad para con nosotras.
Go to the top of the page
 
+Quote Post
 
Start new topic
Respuestas
fernando el afri...
mensaje Feb 4 2016, 05:09 PM
Publicado: #2


Usuario registrado
***

Grupo: Miembros
Mensajes: 1101
Desde: 28-August 03
De: Barcelona/Madrid
Usuario No.: 12



MISIONERAS INMACULADA CONCEPCIÓN - 2ª PARTE







GRAN CANARIA
Diciembre, día 4 . - ¡Llegada a Gran Canaria! No se como explicar lo acaecido en esta travesía. Por mucho que me esfuerce, no pueden hacerse cargo del apuro en que nos hemos encontrado. Con decirles que la distancia que se salva en seis horas nos ha costado ¡¡¡nueve días!!!…ya pueden comprender que algo extraordinario ha pasado…¡Que tormenta! ¡Que temporal!. Los dos últimos días fueron desesperantes…
Como recordarán, salimos de Tenerife el día 24 con dirección a Gran Canaria, creyendo llegar en pocas horas pero el viento nos fue contrario y estuvimos paseándonos un día y otro día. Por fin arreció el viento, sopló el huracán, se levantaron imponentes las olas…todo era maniobrar, seis hombres juntos no podían sujetar el timón y las sacudidas eran tan impetuosas que se desvencijaba todo…un golpe de ola rompió el cristal de la ventana del camarote del Sr. Gobernador y entonces si que nos hundíamos por momentos…A los bramidos del mar se juntaba el estruendo de los palos que se quebraban y de la vajilla que se rompía…no había manera de cocinar…¡¡Cuán verdad es que para saber orar hay que entrar en la mar!! Pues solo podíamos hacer eso: Orar y rezar encomendándonos a Dios pensando que había llegado el momento de irnos a la eternidad.
La víspera de la festividad del gran Misionero San Francisco Javier, a las dos de la tarde, quiso el Señor poner fin al combate en el preciso momento de darnos la absolución el Rvdo. P. Superior…De repente se oyó un ruido formidable al que siguió un grito casi unánime de:
“-SEÑOR TEN COMPASIÓN DE NOSOTROS!
Y cual la de los Apóstoles en Tiberíades, ahuyentó el peligro y a pesar de que estábamos lejos del puerto, anclamos repentinamente.
Como los Padres residentes en Gran Canaria, esperaban a sus Hermanos para obsequiarlos, se intranquilizaron viéndonos dar vueltas y más vueltas durante varios días.
Poco pensábamos que fueran tantos los que se ocupaban de nosotros.
Como en toda la ciudad no se hablaba de otra cosa llegó a enterarse el Sr. Obispo y ordenó que en todas las Iglesias se orase para que nos librásemos de un naufragio casi seguro. ¡Cuántas Oraciones por estas pobres Misioneras!
En la playa hay un gentío inmenso, la población entera ha venido a recibirnos, gozosos de ver que sus oraciones han sido escuchadas.
Como el mar estaba muy movido, el Sr. Comandante no ha creído prudente que desembarcáramos hoy. Los Misioneros lo han hecho amarrados con cuerdas, y uno que está muy enfermo, envuelto en un colchón.
En el muelle les aguardaban los Padres de la Casa Misión, los Sres. Canónigos y demás Clero, los Seminaristas en número de doscientos y una multitud de caballeros y señoras que no cesaban de aplaudir. También han venido las Hermanas Paulas para llevarnos a su casa pero en vista de las dificultades del desembarco, volverán mañana.


Diciembre, día 4. – A las ocho de la mañana, numeroso concurso estaba hoy nuevamente en la playa esperando que desembarcáramos. El mar, algo más sosegada, nos permitió hacerla, no sin algún recelo, pues el temporal se había llevado la escalera y tuvimos que desembarcar en brazos de los Prácticos hasta el Bote que nos conduciría hasta el muelle, donde distinguidas Señoras, acompañadas de las Hermanas del Santo Hospital, caballeros, sacerdotes y gentes de toda condición, se interesaban, deseosos de conocer los detalles de la pasada lucha con el temporal.
En coches particulares nos llevaron al Hospital, en cuyo vestíbulo nos esperaba el resto de la Comunidad con el personal del Establecimiento.
La Superiora, que se llama Sor Petra, ha estado con nosotras todo el día para atender a las visitas, que no han sido pocas, desde los más grandes hasta los más chicos, sin faltar el Sr. Vicario General y otros Señores Canónigos, dándonos una limosna de parte del Sr. Obispo y felicitándonos por haber escapado de tan inminente peligro.
Muy agradecidas les manifestamos el gusto que tendríamos de saludar a Su Ilustrísima, a lo que accedieron complacidos. Mañana pues a las diez, nos acompañará Sor Petra y su Secretaria al Palacio Episcopal.
Diciembre, día 5. – El Señor Obispo nos recibió con paternal cariño: su deseo es que pasemos aquí la fiesta de Nuestra Inmaculada Madre, pero como depende del Sr. Gobernador y del Capitán, veremos lo que disponen estos Señores.
Siguen las visitas sin interrupción. Por las calles de la ciudad recibimos las mismas demostraciones de afecto y cariño. Visitamos la Catedral. ¡Qué gente tan Buena!.
Les quedamos muy agradecidas en primer lugar a las Hnas. y a la Junta del Hospital.
Diciembre, día 6. – Llega por fin la hora de la despedida. Muy bien halladas entre tan amables vecinos ya nos habíamos encariñado con ellos y sentimos también la separación. Pero nos esperan, allá lejos otros seres tanto más queridos, cuanto más infelices y necesitados de nuestros cuidados y desvelos.
Diciembre, día 7, - Si emocionante fue el recibimiento, sin comparación ha sido la despedida. Estamos confundidas y humilladas de tanta distinción. Desde el Sr. Obispo hasta el último chiquillo nos demostraban su cariño y parecía que no se querían separar de nosotras.
A las nueve y media y después de oir la Santa Misa y comulgar, nos encaminamos de nuevo al Palacio del Sr. Obispo acompañadas de cinco Hnas del Hospital y los 18 Misioneros acompañados por ocho más de la Comunidad. Al juntarnos en la Plaza, la muchedumbre allí reunida nos saluda con disparo de cohetes.

Por momentos aumenta la animación. Entramos en el Palacio y subimos las Religiosas primero y después los Padres y Hermanos. Una vez en presencia del Sr. Obispo, acompañado de sus pajes y familiares nos pregunta qué deseamos: “La bendición de Su Ilustrísima para nosotros y las Misiones de Fernando Poo”
-“Gustoso os la daré, queridos Misioneros y Misioneras – prosigue el Prelado – pero no aquí sino en la Catedral, para dar ejemplo a mi pueblo. Quiero manifestar mi interés por las Misiones y en lo posible, tomar parte en vuestro Apostolado.”
Se organiza la procesión. Subimos al Presbiterio para besar por última vez el anillo de S. Ilma.
A las tres primeras puede decirle: “Adiós, hija y que la Virgen te acompañe” luego, la emoción ahoga la voz en su garganta y sólo puede dirigirnos una mirada paternal.
Nos ha parecido que dábamos el último adiós a nuestra querida Patria, pues ya en ningún Puerto más encontraremos Españoles.
Go to the top of the page
 
+Quote Post

Mensajes en este tema


Reply to this topicStart new topic
1 usuario(s) está(n) leyendo este tema (1 invitado(s) y 0 usuario(s) anónimo(s))
0 usuarios(s) registrado(s):

 



Versión Lo-Fi Fecha y Hora Actual: 4th May 2024 - 10:05 PM