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> Aires de la Guinea Ecuatorial
Julia Gomez
mensaje Mar 31 2011, 07:13 PM
Publicado: #1


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AIRES DESDE GUINEA ECUATORIAL

Queridos amigos/as:
Voy a subir al Foro de Crónicas de G.E. , concretamente al apartado de Historia de Guinea Ecuatorial, una serie de relatos, todos ellos relacionados con la Isla de Fernando Poo.
De esta manera, haceros partícipes, volviendo la vista atrás, unos parajes que no volveremos a ver y disfrutar como lo hicimos entonces, pero que sí podemos revivir con el recuerdo.
Espero que os gusten y los saboreéis leyéndolos. Vuestra amiga
Julia Gómez.







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Julia Gomez
mensaje Mar 31 2011, 08:03 PM
Publicado: #2


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FERNANDO POO

Recuerdos y esperanzas…. estoy una noche en el barco desde el continente. Por la mañana, desde la cubierta y bajo el cielo azul veo a lo lejos la ciudad. Lentamente se va acercando el barco. Siento la emoción de que voy a ver lo que jamás he visto y que tanto me han ponderado. ¿Será la realidad como el ensueño?
En la ciudad atravieso plazas y recorro callejuelas. De cuando en cuando me quedo absorto, estático, contemplando Santa Isabel, capital, síntesis y esencia de la negritud. Vago durante largo rato sin mirar nada, sin ver nada, me ensobaco tratando de comprender lo atractivo de esta ciudad.
Los recuerdos acuden a mi mente. Después de muchas horas de caminar, bordeando montañas, ascendiendo suavemente sus cumbres, a lo más profundo de las cañadas y collados, percibo confusamente a lo lejos el mar.
Con esta claridad que precede a la salida del sol; las aguas son morado, azul y oro; la visión es maravillosa, paradisíaca. Contemplo ahora este mar con sus irisaciones, desde esta eminencia tengo la sensación de caminar entre resplandores de oro, en busca de regiones desconocidas.
¿Podré olvidar la madrugada en que bajaba del Pico a la ciudad, o de aquella en que lo hacía de Moca a San Carlos?
Alboreaba cuando dejaba el coche, los parajes montuosos, áridos y quebrados de la parte alta del Pico.
Comenzaba el sol a divulgar sobre los cacaoteros su clara lumbre. Era frío el ambiente de la montaña; el azahar ponía su tenue y grato perfume en el aire.
Las supremas características de Fernando Poo, Isla florida y llena de encantos por todas partes; son: la finura y fecundidad de las cosas y del ambiente…
La Isla es una asombrosa progresión y variedad de aspectos lo más contradictorios, los más distantes, los más inesperados.
¿Por qué la Naturaleza se habrá empeñado en ofrecer a esta Isla una colección de las porciones más selectas, como una verdadera antología del paisaje?
¡Qué muchedumbre de recuerdos y esperanzas los de esta hermosa y clara Isla! ¡Me encantó Fernando
Poo!
Periódico Ebano 26 de marzo 1969 – Tomás Ocua Abaga

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Julia Gomez
mensaje Apr 1 2011, 05:49 PM
Publicado: #3


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CONOZCA FERNANDO POO

Hoy es domingo, son las nueve de la mañana, el día es claro, el sol rige el firmamento, el polvo que dejan los coches tras de sí es demasiado. Las calles están inundadas de gente.
Para mi paseo no encuentro mejor sitio que los alrededores de la ciudad. He decidido tomar la autopista, adentrándome un poco en ella he llegado por la entrada de las compañías ALADA, S.L. y AFRIPESCA, y por esta misma entrada torciendo a la izquierda se encuentran las casas residenciales de los Ministros; y un poco más debajo de la entrada de los ministros, se encuentra la carretera que conduce hasta la playa de…Carboneras.
Mi objetivo es seguir la carretera de las Carboneras, pasando por las entradas de AFRIPESCA y ministeriales, y antes de llegar a la puerta de ALADA, a la izquierda de la carretera, que lleva a la playa, lo primero que me llama la atención es un mango grande situado entre ambas carreteras. Siguiendo esta carretera que está flanqueada por cocoteros, árbol típico de la zona, llegamos a un patio, es grande, formado de varias casas, anteriormente por lo visto se hacían ladrillos; está guardado por un perro lobo que ladra a la primera, con sólo ver la sombra de una persona desconocida.
El patio está asentado sobre una magnífica tierra, ofreciendo a la vista del espectador un maravilloso panorama de las aguas marinas, desde aquí se ve el puerto y los diversos barcos que están anclados en la Bahía; sobre las aguas, unos cuantos están asombrados mirando la llamativa villa. Todo parece estar fuera de la realidad. ¡ Silencio, silencio… es lo único que reina en esta parte de Santa Isabel ¡.
Arrebatándome de este sueño, que sólo se vive una vez en la vida, he tomado el camino que conduce a la playa, está en la zona Oeste del patio.
Bajando a la playa, me ha apetecido tomar un poco de agua pero desgraciadamente no hay agua. Antes de llegar a la playa: un cocotero, hay varios cocos, pero a mí me apetece tomar uno nada más, ¡ajá hay uno solitario!, me digo. Trepo al cocotero y pico el solitario, (lo llamo solitario puesto que estaba completamente solo), falta un cuchillo para limpiarlo, ¡ no importa me lo llevo conmigo a todas partes!
Mis pensamientos en esta playa cambian por completo, aquí está el mar, majestuosamente me brinda su dulce sonrisa. ¡ No, yo no vine a contemplarte, aunque seas la reina de las aguas, madre de los ríos. Yo no quiero mar, quiero campo, bosque, soledad, tristeza, oír cantar a los angelitos de la Naturaleza, ver los verdores del campo que rodea nuestra ciudad, conocer, sí, conocer y respirar los aires puros del campo. Aquí no está el campo, por lo tanto hay que buscar el campo, y, para buscarlo no hay mejor sitio que adentrarse al bosque. Entro en él; lo primero que me sale al paso es un trillo de mangos, como unas cuantas frutas y sigo mi recorrido; se me aparece un cerco de bidones, los sigo hasta llegar a un campo, tiene una casita, parece un lugar de recreo, por fin me doy cuenta de que se trata del campo de Tiro Nacional de España, tiene una entrada, que siguiéndola se llega a la autopista. No quiero, no me interesa la autopista en estos momentos, cruzo el bosque por la derecha, de pronto me encuentro ante la asombrosa sala de fiestas Las Palmeras. La sala de fiestas Las Palmeras, tiene su entrada a doscientos metros antes de llegar al kilómetro dos de la carretera del aeropuerto, se merece el nombre y con razón, está rodeado de palmeras, recibe las suaves brisas del mar; es un gran chalet y junto a ella, a la derecha concretamente hay otro chalet de idéntica construcción.
A todas partes que me he ido, me llevo conmigo el coco que piqué en las Carboneras, en el mirador del Naith Club, cojo un clavo y quiero abrirme el coco; se me presenta uno de los guardianes que me ofrece su machete para que pueda cortarlo, puesto que con el clavo me hubiera sido completamente imposible poder tomar su contenido. Después de haberlo tomado, el buen hombre me obsequia con otro coco, ( me gustan mucho los cocos). Después de haberlo tomado visito el chalet contíguo a las “Salas de Fiestas”. Es grande, de seis cuartos-dormitorios-, tiene además una piscina con maravillosos jardines, varias palmeras y unos cuantos cocoteros.
Al terminar de contemplar esta maravilla que se oculta a los ojos de los transeúntes, decido cruzar la carretera, abandonando el paisaje aquel de grandes árboles. Ya en la otra parte de la carretera, el paisaje es diferente, es completamente llano, con verdor tropical exótico. El sol en su pleno cenit, calienta hasta las plantas de los pies, no hay lugar donde refugiarse, todo es uniforme, sigo un caminito que no sé ni siquiera a donde me conduce. ¡Vaya, un campo, qué grande es! Acabo de llegar al viejo aeropuerto; el caminito que me ha conducido hasta él, ha carcomido toda la tierra, dando con ello la dificultad de los aviones en su aterrizaje. Camino y camino, sin rumbo fijo, sólo quiero soledad, libertad de movimiento, ya no cantan los pajaritos, no tienen donde posarse, pero de vez en cuando se posan sobre el verde césped que cubre la tierra. Me adentro y miro más dentro del campo, deseo conocer, ver, vivir. Me he adentrado más de dos kilómetros…más de dos kilómetros, bajo el sol ardiente del medio día, cuando los rayos caen perpendiculares sobre la tierra. No hay nada ni nadie que los resista, y bajo ellos estoy errante en este primer domingo de vacaciones que me conceden. Sigo adelante con mi camino hasta llegar al final del campo de aviación- actualmente militar-; ya al final de él me encuentro dos casuchas, parecen del siglo pasado, más que casuchas podíamos llamarlo almacenes.
El sol sigue su curso, también sigo mi camino. He llegado a una carretera a la que sigo, voy sin rumbo, mi objetivo es la soledad, la tristeza y el campo. La carretera se divide en dos, una para la derecha otra para la izquierda. Pero en este viaje quiero y sigo la derecha (tradicional), me cruzo con bananas enanas que farreando la carretera me transmiten una canción triste.
Sigo mi camino hasta llegar a un patio, es de Amilibia, de una construcción de primeros siglos; apenas me detengo y sigo mi camino. Sigo y sigo, la finca está bien cuidada ; al son del viento las hojas de los cacaoteros me transmiten un mensaje, acaso sea triste, acaso sea alegre; es lamentable, muy lamentable, no comprendo lo que me quiere decir. Las hojas secas parecen o acaso lloren bajo mis pisadas, bajo mis pies. Subiendo por el camino aquel, acabo de llegar a la carretera que va a San Carlos y en el kilómetro tres.
Ya es bastante tarde, son las cinco, es necesario regresar a la ciudad, sí, quiero regresar, pero no por la carretera sino por el bosque, seguir el bosque hasta dar con la ciudad, y por esta razón he tomado la entrada de Torres Quevedo, internándome en su bosque hasta llegar por Campo Yaunde o New Building, desde ya New Building, puedo llegar a casita, contemplando el triste ocaso del atardecer.
Periódico Ebano. 29 de marzo de 1969 – José E. Roca Bopabote
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Julia Gomez
mensaje Apr 4 2011, 07:01 PM
Publicado: #4


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CANTO A LA CAPITAL: SANTA ISABEL

Cuando de ti hablamos, llenos de alegría estamos,
por cuanto a ti se refiere grande eres por ventura.
De ti llegan brisas de oriente y occidente,
que con sus soplos ondean la cuán bandera soberana
en el seno de la selva africana.
Tú, que digna eres en cuanto a una Santa te llaman
porque a ti pueblos, dominaciones cantan tus melodías,
tú pulcra Reina, madre eres de Guinea.

Periódico Ebano 19 de marzo de 1969 -
Antonio Mba Ndongo


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Julia Gomez
mensaje Apr 6 2011, 06:25 PM
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A LA ISLA DE FERNADO POO

Con cuán plácida dulzura miras tú,
¡ oh pedazo de tierra!
Escogida en bañar al mar
tus dinteladas costas.
Tú que a llave inglesa abierta
das paso a los barcos
que a tus riberas dan besos.
Tú, erguida como un péndulo
por allá observase un ojo.
Este ojo ciclópeo que alumbrado
desprendido es el de la luantena celestial,
para contemplar la hermosura
de tus miembros.
Tú que supiste soportar
la tan benigna punición,
¡ oh pedazo de tierra!
Tú que duermes lánguida
extiende tu cabecera,
pósasela en los brazos
de tu fraternal chica desprendida.

Periódico Ebano 24 de marzo 1969
Antonio Mba Ndongo
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Julia Gomez
mensaje Apr 11 2011, 12:31 PM
Publicado: #6


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EXCURSION A LA PLAYA DE CARBONERAS

El día 8 de diciembre de 1963, se organizó una excursión a la playa Carboneras, en la que tomamos parte todos los alumnos de la Escuela Normal de Magisterio de ambos sexos, con una duración de tres horas.
La playa de Carboneras, está enclavada en el fondo del golfo de 2790[1].gif, entre las puntas Cristina y Europa, en la isla de Fernando Poo. Es una verdadera mina, o mejor dicho, un almacén de objetos antíguos guardados bajo la frescura del barro; acumulados por las tranquilas aguas del Océano Atlántico durante siglos. Es asombroso comprobar que a lo largo de una playa de más de dos kilómetros, entre el cordón que forma el muro calizo, aparecen por doquier, trozos de objetos enteros de cerámica “Balaopí”, “ Buelá” y de “Carboneras”.
La playa de Carboneras, guarda un tesoro para todo hombre que quiera asomarse al estudio de antigüedades africanas, particularmente de los Bubis de Fernando Poo. Es como vivir sobre el yacimiento más grande de objetos antíguos , de una civilización del neolítico; varía en formas, objeto de estudio por la complejidad de los dibujos y el mutismo en la conservación: ánforas de cuello alargado, escudillas cilíndricas con una geometría en dibujo, que muestra una cultura en líneas de sus artistas: hachas de piedra que recuerdan la industria “TUMBUESE” o “PARA TUMBUESE” ECUATORIAL, microlítico. Varios petrálogos y etnólogos modernos, consideran a Fernando Poo, como un gran taller del neolítico, favorecido por las abundantes rocas basálticas apropiadas para la obtención de puntas de piedra; por esto en frecuente encontrar y sobretodo en las playas del Sur y Oeste de la Isla, pulidoras, roedoras, raspadoras, etc.
En el museo Claret del Africanista, existen expuesto a todo visitante una riqueza que sorprende: patinas, lasas, objetos de industria, bifase, picos, puntas foliáceas, triangulares, lascas roedoras, lascas tipo garlopa, variadísimos discos, hachas de piedra de todas clases.
La playa Carboneras, es un museo resguardado bajo tierra tropical. Allí el estudiante, el Maestro, médico, y todos encontraríamos no solo la expansión sino algo de la antigüedad para nuestra colección particular. Una playa que encierra un cúmulo de saber las paredes rojizas de Carboneras.
¡Dichosos los ojos que por vez primera rompen el misterio al contemplar una tierra y un mar que se besan en un abrazo! ¡Dichoso el descubridor de Carboneras!
La playa de Carboneras, como sabemos todos, es un rincón situado a dos kilómetros de la Ciudad, en la costa Noroeste .Es un lugar muy bello y típico, la costa arenosa y bella, desde la que se puede contemplar el enorme faro de punta Europa y punta Cristina, con sus modernos hoteles. Ha sido estudiada con interés desde años atrás y tiene mucho que decir en la historia de Fernando Poo. Actualmente Carboneras va cobrando importancia en la vida moderna; a su alrededor tiene la Compañía Alada, establecidas gradas y depósitos de carburantes.Está también el polígono de Tiro Nacional y como más arriba reseño es más importante por ser un lugar arqueológico importantísimo sobretodo para esta Isla.
Revista O BOEHIA 25 de diciembre 1963- Pelayo Engonga

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Julia Gomez
mensaje Apr 13 2011, 04:18 PM
Publicado: #7


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GUINEA TIERRA CHICA

Encajada en el pecho de tu madre,
a ti llegan brisas de occidente;
que con su soplo diáfano y suave
baña los corazones de palpitaciones alegres.
Chica hermosa te dicen,
hermanas tuyas circundantes.
¡Pláceme tierra chica exuberante!
cantar tus memorias sonrientes,
por mes era de lluvias incesantes,
que tu Madre proclamarte:
¡eres independiente!
Pueblos alegres del orbe,
llegan a ti a besarte
como niña recién nacida que eres
digna eres de alabanza.
¡Pláceme pequeña querida,
elogiar tus bienquistos culminantes
por cuanto supiste decirle:
¡adios Madre mia <seculare>!
¡Pláceme tierra predilecta!,
contemplar el lienzo serpenteante, de tu cuatricolor insignia.
Periódico Ebano 30 de marzo 1968-Antonio Mba Ndongo



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Julia Gomez
mensaje Apr 18 2011, 06:56 PM
Publicado: #8


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LA ISLA DE FERNANDO POO

Se encuentra situada en una hermosa bahía del Océano Atlántico. Isla española del Golfo de Guinea, a 36 kilómetros del Continente. Tiene una superficie de 2.072 Km, y una población de 25.000 habitantes.
Isla montañosa con alturas notables como por ejemplo el Pico de Santa Isabel de 3.007 metros de altura y el de San Joaquín de 2.000 metros. Numerosos ríos y saltos de agua. Es muy feraz, pues se dan en ella toda clase de cultivos.
Fue descubierta por los portugueses en el año 1.469 o 1.496. Fue cedida a España en el año 1.778, tomando el nombre de San Carlos.
Fernando Poo, se encuentra situada en el centro del Golfo de Guinea, a poca distancia de la desembocadura de los brazos del Níger.
Santa Isabel está situada en la orilla norte, con un puerto natural muy bueno. A esta isla se la llama “La Perla del Océano”.
Produce cacao, café, caña de azúcar, algodón, plátanos, tabaco, copra, aceite de palma, naranjas y frutas tropicales.
En Santa Isabel, se encuentran numerosos edificios cuya arquitectura es moderna. Citamos el Gobierno General, que está enclavado en la Plaza de España; una plaza con jardines y una iluminación grande. En esta plaza se encuentran unas palmeras muy altas y majestuosas, que parecen guardar al edificio de la Catedral, que tiene una arquitectura de estilo gótico.
También tiene un casino, lugar de recreo, donde hay piscina y campo de tenis, como así mismo bar y pista de baile.
El Ayuntamiento es un magnífico edificio enclavado en la Plaza Jordana, con sus dos torretas y salones suntuosos. Y recorriendo unas cuantas calles llegamos al tan estupendo y grandísimo edificio de la Diputación Provincial. Está rodeado por numerosos jardines. Su lema es: “Unos por otros y Dios por todos”.
A un kilómetro aproximadamente de Santa Isabel, se encuentra el famoso aeropuerto de Santa María. Línea que une Santa Isabel con Bata.
Como he dicho anteriormente, esta isla es montañosa y al mismo tiempo volcánica. Pero eso no quita que tenga frondosos valles, como el Valle de Moka. Este lugar a diferencia de Santa Isabel, por hallarse a unos 1.500 m. de altura, no tiene el mismo clima; sino que ya es más continental.
En este valle se cultivan productos a propósito a su clima. Ya no se produce cacao ni café, ni ningún producto que se da abajo, o sea en Santa Isabel. En este sitio se da ganadería vacuna y caballar. De la primera, habrá aproximadamente 3.000 cabezas y de la segunda 2.500. Existen unos prados con hierba fresca y tierna.
Se encuentran unos hermosos lagos y cataratas, con magníficas y maravillosas vistas. Por la tarde, desde las cinco en adelante, ya empieza a sentirse el frío, por lo que hay que meterse en casa o bien abrigarse .
Y bajando otra vez a Santa Isabel, cambiamos completamente de aspecto: más ajetreo y movimiento, debido al gran comercio que en ella existe.
Desde la parte norte, cuando el tiempo lo permite y no está nublado, se puede ver perfectamente el Pico del Camerún y la ciudad de Vitoria; esta última con prismáticos, se distingue perfectamente de día.
Anónimo.
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Julia Gomez
mensaje Apr 18 2011, 07:01 PM
Publicado: #9


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A MI AMADA MONTAÑESA “BISSILA”

¿Quién su rostro tuvo la dicha de ver,
si no yo, que en mis dulces sueños,
gozar puedo sus sonrisas y cariños
en las ansias de mi físico ser?
Es ella de Guinea, la más hermosa,
a la cual los codiciosos imploran,
mientras sus tristes loores le entonan
con ilusiones de ser su esposa.
Mientras la cantan los hombres amor,
las aves sus dulces trinos la brindan;
mientras estrellas y nubes la circundan,
el sol y la luna, color y fervor.
Desde su alto trono, la isla domina,
mirando rígida guapa y risueña
los mares todos de la costa biafreña
mi montañesa Bissila fernandina.
Sobre su moño que el cielo roza,
una corona de refulgente broche brilla
con parpadeos de luminosa bombilla,
liada entre nublos y nimbos la moza.
No es pues ninfa ni simple quimera
La mística Virgen del alto Pico,
sino una deidad que hizo rico
a su pueblo, y fértil su tierra.
Con imágenes en muchedumbre,
gratas melodías emite tranquila
mi añeja y siempre linda Bissila,
desde su regia mansión de la cumbre.
Es ella el amor de mis amores;
es de comparación jamás hallada,
es tan alta y verde mi musa adorada
cual reina sin par entre las mujeres.
Trémulo y estático, mis versos,
de modesto talento le consagro,
a la guineana Virgen de milagro,
que darle deseo mis vivos besos.
En su peinado de puro verdor,
y en la frondosidad de su cabellera,
gran corona luce a su manera,
con potencia sin igual en resplandor.
Cuando vemos que despide clamor,
cuando nos quejamos que llueve,
refulgencias son de su risa de nieve,
lágrimas son de su lloro de amor.
Periódico Ebano 8 de marzo 1969-
Ngwangwe Bondyamu.

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Moncho Núñez
mensaje Apr 19 2011, 09:13 AM
Publicado: #10


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Amiga Julia, me parece muy de agradecer el trabajo que estás haciendo de recopilación de escritos y poesías sobre Guinea. Muy interesante. Eran las fechas en que se estaba gestando el establecimiento de la dictadura de Macías.
Conservo bastantes de los periódicos Ebano de febrero, marzo y abril de 1969, ya que mi hermano Gabriel era entonces el Director. Me he entretenido en buscar los escritos que has transcrito aquí, y veo que en el titulado "Conozca Fernando Poo" de José E. Roca Bopabote del 29 de marzo falta un párrafo muy revelador para los que vivimos aquellos inciertos días allí. Comienza con "Hoy es domingo" y continúa lo que falta: "acaba de terminar el estado de excepción, los músculos están cansados o mejor dicho oxidados. En mi interior después de haber vivido quince días sin salir de casa y haber recibido a diario los humos de nuestra ciudad, me siento completamente distinto, es necesario el campo como mejor aliviador de cuanto existe...".
En verdad aquellos días del Estado de Excepción fueron muy duros. para no olvidarlos. Había que encerrarse en casa a las seis de la tarde y llegaba la noche con las patrullas armadas por las calles, vistas desde las celosías de las ventanas, con las luces apagadas y con el futuro como gran incognita.
Todo aquello está muy lejos en el tiempo, pero muy cerca en el recuerdo
.


--------------------


Asociación de Ayuda a Guinea:

Nuestra WEB: http://www.macoelanba.org/


Moncho
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El fantasma del ...
mensaje Apr 19 2011, 02:33 PM
Publicado: #11


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Este es un foro con mucho musculo



Hay que hilar fino.



Se las saben todas.



Falta un párrafo muy revelador


para los que vivimos aquellos inciertos días allí.



Comienza con "Hoy es domingo" y continúa lo que falta:



"acaba de terminar el estado de excepción, los músculos están cansados o mejor dicho oxidados. En mi interior después de haber vivido quince días sin salir de casa y haber recibido a diario los humos de nuestra ciudad, me siento completamente distinto, es necesario el campo como mejor aliviador de cuanto existe...".
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fernando el afri...
mensaje Apr 19 2011, 04:35 PM
Publicado: #12


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Querida Julia :

Magnifico el verso a la Virgen de Bisila. Como recuerda Moncho, Èramos una pequeña comunidad pero grandiosa en su capacidad de cultura y deporte ¡ Cuantas cosas hicimos! con tan poco dinero, solo con tres cosas: Esfuerzo, voluntad y cariño.

Un abrazo

Fernando
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Julia Gomez
mensaje Apr 26 2011, 05:20 PM
Publicado: #13


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EXCURSIONES POR LA ISLA DE FERNANDO POO

Queremos recoger en estas crónicas una impresión de las bellezas naturales de la isla de Fernando Poo y mostrar asimismo lo sencillamente que pueden contemplarse algunas de ellas y cuán pocas personas han tenido la suerte de gozar de esas maravillas de la Naturaleza.
El valle de Moca, refugio y solaz dominguero de tantas familias, parece reunir el máximo número de tales bellezas. Quizá esto sea debido a que el valle fue escogido desde hace muchos años, como lugar de recreo y reposo o quizá sea también a causa de que la ausencia de bosques espesos, sustituidos por grandes praderas verdes, permitan una más amplia visión de las más lejanas perspectivas. Es decir, que en el valle de Moca las bellezas han quedado al descubierto y en el resto de la isla se recubren, se esconden como damas pudorosas con el grandioso vestido de la selva.
Las cascadas del Iladyi han sido siempre consideradas lugares obligados de visitas en las excursiones juveniles a Moca. Pero muchas de esas visitas se han quedado en la mitad, por desconocer el camino, por creerlo excesivamente largo o por otras razones que no debieran ciertamente, justificar esta defección.
Se hacen muchas conjeturas sobre la altura de las cascadas del Iladyi. Y también se tienen conceptos equivocados sobre cuáles son las auténticas cascadas del Iladyi, siendo sin embargo de todo punto claro esto último, aunque un poco más dudoso lo primero. Pero hablemos antes de la ruta y de sus posibles dificultades.
Al decir que son lugar obligado de excursiones juveniles, no quiere significar esto, que las cascadas del Iladyi queden limitadas a las personas de cuarenta años para abajo. Todo lo contrario. Sería un excelente medio de entrenamiento físico para aquellas personas de cualquier edad que tengan el acierto de considerar, que un largo paseo es la mejor fórmula de conservar la juventud permanente, aún a las más avanzadas edades. A veces se conjetura que para llegar a las cascadas, se tardan dos horas. A veces se dice que media hora… o que 15 minutos. Todo puede ser. La Federación de Montañismo conoce casos de haber llegado desde el patio de Gaesa hasta el borde de la cascada en 21 minutos… y regreso en 30. Pero digamos que un par de horas en ida y vuelta para jóvenes entrenados y tres horas para aquellos que deseen viajar más despacio y habremos dado una impresión concreta de la distancia a que se hallan las famosas cataratas. Y al calcular este tiempo se incluye, claro está, el descanso, las fotografías e incluso a veces el baño en uno de los plácidos remansos del río Iladyi … en unas aguas frías… muy frías, que son un magnífico masaje para el cuerpo cansado, anquilosado de toda una semana de plácida burocracia.
El camino hacia las cascadas parte del patio de Gaesa, frente a la última casa del Gobernador… Una vez cruzado el río conocido por El Abrevadero, que no es mas que un afluente del Iladyi, se rodea el bosquecillo que lo escolta, hasta llegar al escape de bajada a Las Praderas del Iladyi… Una cuesta serpenteante y relativamente accidentada y en 10 minutos las praderas bajas… Continúa la senda bordeando por dos veces los pantanos de los berros… llamados pantanos, simplemente porque nacen allí las aguas purísimas de 200 metros, más abajo afluirán también sobre el río Iladyi, auténtico saturno fluvial, que absorbe las aguas de todos sus hijos, los riachuelos de los contornos.
Quien no haya probado nunca el placer de comer los berros de aquellas praderas, sólo distantes 15 minutos de la misma carretera, quien no haya saboreado el agua que burbujeando entre las piedras y los berros, surge limpia y clara, no debe perder este maravillosos placer… Es agua que no tiene ni necesita cloro… Porque la ha purificado la madre naturaleza.
Pero… prosigamos el camino… Provistos de berros y saciados de agua… Seguimos el sendero… Es este un viejo camino, cruza el río Iladyi… y aquí es donde muchos pierden la pista… No hay que seguir el viejo camino bubi, sino otro a la derecha, inmediatamente después del cruce del río, que lo va bordeando y lo toca a veces… Esta senda, salpicada de helechos de esos extraños y fabulosos helechos arborescentes, únicos supervivientes de las eras primitivas, anteriores al hombre… Esos helechos que cubren grandes extensiones de nuestra isla y que aquí nos tropezamos inesperadamente, con riesgo pequeño de los rasguños que pueden producir sus troncos… Junto a ellos, el río burbujea, canta salta, y trina como un pajarillo contento… A la derecha del río, una enredada de las bellísimas “Datura fastuosa”, una flor blanca de la especie de las “solanáceas”, conocida comúnmente como campanas blancas. Su penetrante y agradable aroma, su blanca figura de campana, contrastando con sus verdes hojas, cierran el panorama de una singular cascada, la que recoge las aguas del manantial de los berros, recorrido unos minutos antes… Esta pequeña cascada no dista del río más de 10 o 12 metros y ofrece lo que podríamos llamar una ducha caudalosa. Es un buen sitio para tomar un baño, ya que allí cerca del río Iladyi, placentea un poco en un remanso con fondo de arenas suaves.
Pero sigamos el camino… Dejamos atrás las campanas blancas, que tintinean aromas silvestres… y lleguemos a la gran cascada… El Iladyi salta y se desborda con estruendo belicoso… Miremos hacia el fondo… pero, cuidado con resbalar… las piedras y la tierra, las matas y los troncos rezuman de continuo la humedad ambiente… y una caída puede ser fatal … Pero no hace falta arriesgarse demasiado para contemplar el panorama.
El estrecho cañón por el que circula el río, se abre en un ancho anfiteatro al salto de las aguas… al fondo, como una cinta de plata… de esa plata de los belenes infantiles que simula los riachuelos, el Iladyi serpentea entre grandes rocas y selvas ignotas. A la derecha, una pared grandiosa, pintada de verde por la selva ambiciosa… una pared casi vertical… y en ella, una, dos, tres… y hasta a veces más, se destacan las cintas blancas en movimiento continuo, cintas que besan el suelo precipitadamente en su caída vertical … La vista alcanza a lo lejos perspectivas inefables… Bellezas gratuitas que nos da la Naturaleza… Bellezas que están ahí… para llenar nuestros ojos de grandiosidad…
La cascada grande… la del río cuyo curso hemos seguido, da dos saltos antes de posarse en el fondo… Si se mira hacia abajo, nos parece que la profundidad pueda ser de mil metros. Pero no… los cálculos más acertados parecen ser los que indican unos 300 metros de profundidad… Lo suficiente para que el panorama de este gran cañón natural, deje absortos a todos los visitantes…
No… no es justo haber pasado por Fernando Poo y no haber visto las cascadas del Iladyi… Allí donde la naturaleza se hace brava y quieta… lujuriosa y recatada… sencilla y grandiosa…
Hasta hace pocos años, aún se podían contemplar bandadas de monos saltando por los árboles que asoman sus ramas al enorme precipicio… Hoy… quizás haya algunos, pero se dice de ellos que hasta filosofía empiezan a estudiar… por eso, no será fácil que podamos verlos en una excursión plácida de un domingo… donde los gritos de asombro y de sorpresa saltan a la garganta de los visitantes…
Pero no hacen falta las travesuras de los simios para compensar el viaje… Las grandes cataratas nos dan la bienvenida y su sola contemplación, nos hará exclamar… “valía la pena”.
Periódico Ebano 22 octubre 1968- Luis J. Marhuenda- La Guinea Española
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Julia Gomez
mensaje Apr 28 2011, 06:24 PM
Publicado: #14


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Hola Moncho:
Tienes toda la razón. El comienzo es como tú dices y yo tengo en el periódico. He querido extrapolar del contexto, como tú bien dices, aquellos días tristes y angustiosos que se vivieron, igual que tú, todos los que estuvisteis en aquellos momentos, igual que mi padre; si quieres leer algo que escribió, está en” Historia de Guinea Ecuatorial”, de fecha 19 de noviembre de 2010, y que lo titulé: “Vivencias de mi padre” ( él ya no estaba con nosotros).
Por esta razón, quise poner únicamente, los tiempos maravillosos y de concordia que vivimos en aquellas tierras tan añoradas.
Gracias por tu comentario, te lo agradezco de corazón, porque veo que nos gusta saber y recordar , y si en algo falto a la verdad, se me diga.
Tu amiga Julia .
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Julia Gomez
mensaje Apr 28 2011, 06:33 PM
Publicado: #15


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MEMORIA DE UNAS VACACIONES A MOCA

Era una hermosa mañana del mes de enero de 1965. En el cielo, las auroras solares aparecían en formas grandes manchas de sangre; y, el Sol, el astro Rey, empezaba a demostrar con orgullo y majestuosidad su gigantesco disco. Aquel día, para nosotros los jóvenes del Colegio Seminario Menor Claretiano de Concepción, era el comienzo de unas históricas vacaciones; de unas vacaciones que jamás serían olvidadas. Desde el día anterior lo teníamos todo preparado y bien aparejado, ya que en aquel día, nos habían dicho: “Tened todo preparado desde hoy, porque mañana temprano, saldremos para Moca, donde iremos a pasar unos días de vacaciones.”
Eran ya las siete, cuando salimos de la misa matutina. Inmediatamente, y sin pérdida de tiempo, nos pusimos a cargar el camión de víveres y demás útiles que habíamos preparado. El camión era de la marca “Magirus”, pequeño pero no tanto para no poder caber en él los 24 postulantes que en aquellos tiempos cursábamos nuestros estudios en aquel seminario, enclavado en la ladera de la Cordillera de Moca, a unos 5 kilómetros de la costa marítima.
Después de cargar el coche, y dispuesto todo, emprendimos el viaje hacia Moca. Viaje que nos habría paso hacia otros mundos, hasta entonces desconocidos por muchos de nosotros que no conocíamos bien a fondo esta maravillosa Isla volcánica. Viaje que del mismo modo, abría el paso hacia unas estupendas vacaciones en las que pasamos unos días inolvidables. Durante la trayectoria, pudimos contemplar las maravillas que encierra aquella parte de esta “Perla del Golfo de Biafra”. Se veían grandes barrancos por doquier, con un paisaje que fascinaba en demasía. La escena que más nos emocionó fue la de las Praderas de Moca. Allí donde el aspecto del paisaje adquiere otros tonos, de forma que uno llega hasta tener la sensación de no encontrarse en pleno corazón de África; con un clima admirable, barrancos que dan vértigo, pero que tienen un no sé qué de esplendor. El coche iba devorando kilómetros y más kilómetros, a una velocidad moderada, pues todo estaba proyectado, a fin de que pudiéramos gozar y espectar mejor aquel paisaje quimérico. El verdor del campo, con el cielo soleado, le daba un encanto indescriptible. Por todos los lados, se veían a las vacas, toros y caballos, paciendo mansamente por la pradera. En fin, todo nos parecía como un ensueño.
Llegamos al Valle de Mioco. A lo lejos, aparecían las blanquísimas tiendas de campaña del campamento, las cuales constituían unas manchas blancas en aquel inmenso campo verde. Después de deleitarnos de aquel espectáculo, y a poca distancia, tuvimos que detenernos de nuevo, para contemplar otro, mucho más bonito que los anteriores, y, era nada menos que, “La Vista Panorámica del Valle de Moca”. Aquel espectáculo fue superior a la fuerza de muchos chicos, los cuales no pudiendo contenerse, dejaron caer unas cristalinas lágrimas de emoción y alegría. De emoción, por contemplar tanta belleza natural, y de alegría. Porque aquello se hallaba en pleno territorio guineano. Todo estaba bien despejado, ofreciéndonos una perspectiva que no me siento capaz de describir, porque no encontraría suficientes palabras dignas y bellas para hacerlo. Confío que Vds., señores lectores, sabrán perdonarme este gran pecado. Pero, lo único que puedo decirles, para evitar que el pecado sea grave, es que “todo era hermosura, maravilloso, fascinante, con una belleza fabulosa. Dios había hecho justicia en aquel lugar”. Permanecimos allí más de media hora, saboreando esta maravillosa obra divina. Después nos montamos en el coche. Este se deslizaba ya suavemente por la carretera, cuando de pronto, un postulante dio una exclamación, golpeando la baca de la cabina del camión. El coche se paró en seco, creyendo el conductor que había ocurrido algún percance. Interrogaron al joven el por qué de aquel grito. El postulante, sin decir ni “jota” descendió del coche. Nuestras miradas le seguían de cerca, ansiosas de descubrir el misterio que encerraba aquel grito del joven. Se acercó a la barandilla izquierda del puente, que habíamos cruzado ya casi del todo. Separó los arbustos que habían en aquel lugar con las manos, en el mismo momento en que dejaba escapar de su boca ¡Válgame Dios! Descendimos todos velozmente del coche. Nos acercamos al lugar con mucha cautela, creyendo encontrar allí un peligro. Pero sólo se trataba de que el joven, con sus ojos de lince, había descubierto otro “tesoro,” otra belleza que nos ofrecía la naturaleza. Bajo nuestros pies, se extendía un barranco posmositicamente grande, en el que se podía apreciar casi toda la Bahía de Concepción, con toda claridad. Más al fondo, aparecía majestuoso El Pico de Santa Isabel, sobresaliendo entre todas las demás montañas circundantes. Aquello emocionaba y daba miedo mirarlo. Hasta hubo que no se atrevieron acercarse por temor al mareo. No tuvimos suficiente tiempo de contemplar aquello, y emprendimos la marcha hacia la misión de Moca, reservando aquel espectáculo para gozarlo mejor en una de las muchas excursiones que teníamos proyectadas realizar durante aquellas vacaciones.
Periódico Ébano 27 de noviembre 1968- Antonio Nandongo
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