Westy, tiempo habrá de enjuiciar si la acción del Gobierno de Obama está a la altura de sus palabras. Lo que me parece quieres dejar de manifiesto es, el contraste que ofrece su discurso con el que, desgraciadamente, protagoniza nuestro Zejas: frente a la ética indolora o el simple nihilismo que lo caracterizan, Obama ni oculta la dificultad de la situación ni los sacrificios, esfuerzos y verdades que son necesarios para afrontarla. Frente a los que se jactan de su laicismo y arremeten contra las confesiones o consideran la nación como "algo discutible y discutido", Obama realiza frecuentes apelaciones a Dios –incluyendo la asistencia a una acto religioso antes de la jura–. "Comenzaremos a dejar Irak, de manera responsable a su pueblo". Que por cierto es lo que hizo Bush; quitárselo a Sadam y entregárselo a su pueblo. Sus palabras me parece han debido ser para estos progres que nos gobiernan, tan decepcionantes como su apelación al patriotismo.

En cuanto a la solución te la he puesto en ultimo párrafo. Lo que falta es decencia Westy. O es que has olvidado que ayer mismo el vicepresidente de la Autoridad Nacional Catalana, Carod Rovira, ordenó eclipsar la toma de posesión de Obama, forzando que coincidiera la ceremonia de Washington con la solemne inauguración oficial de la nueva embajada del Tripartito en Nueva York. Huelga decir que las consecuencias mediáticas de la iniciativa unilateral de la Generalidad fueron fulminantes, demoledoras. De Vic a Tortosa, de Manresa a Viladecans, de Santa Perpetua de la Moguda a Sabadell, de Castelldefels a Lloret de Mar, todos los catalanes pasaron el día literalmente pegados a las pantallas de plasma. Un tal Andrew no sé qué, sujeto de oficio igualmente ignoto, acababa de ser designado nada menos que primer canciller plenipotenciario de Liliput ante las ardillas de Central Park. Trascendental responsabilidad merced a la cual el tal Andrew levantará un sueldo de 83.000 euros cruditos al año; gastos de representación aparte, claro.

Así nos va.

Westy, ¡Que ministros Señor!, no dan una a “izquierda”, ni maleni, con su “pienso mas deprisa que hablo”o “el túnel debe ir por aquí aunque los técnicos me aconsejen lo contrario”, ni Aido con los 60.000 euros para muebles de su despacho, ni Sebastián que después de “regalarnos” las bombillas de bajo consumo para reducir la dependencia eléctrica, ahora nos sale por el made in spain.

Algunos me preguntaras que eso del made in spain, pues lo que dice este señor, “dejar de comprar productos extranjeros para así revitalizar las empresas nacionales” y que “en el hábito de consumo se introduzca el factor español".

Sebastián nos explica que durante 2009 el consumo caerá en torno al 1,5%, lo que equivale a cerca de 7.000 millones, y que si este descenso correspondiese enteramente a productos españoles la destrucción de empleo rondaría los 120.000 puestos de trabajo. Como las importaciones Españolas después de quitar las energéticas, generan un saldo equivalente al 19% del PIB, gastando cada español 150 euros en la compra de productos made in spain, solventaríamos el problema.

En lugar de premiar la calidad y el precio de los bienes y servicios, esta visto que prefiere apostar por el proteccionismo, pero se olvida este señor tan listo que atendiendo a la estructura del tejido empresarial de la actividad importadora, existen unas 100.000 compañías en España que compran productos del exterior, de las que un 90% son pequeñas y medianas empresas (pymes) y la medida proteccionista que proclama afectaría al negocio de estas empresas y, por lo tanto, también al empleo en las mismas.

Por regiones, Cataluña es la comunidad autónoma que aglutina un mayor número de compañías importadoras (el 28,5%) del total, seguida por Madrid (21,3%), Valencia (14,9%) y Canarias (12%), saco los datos de la secretaria de Estado de Comercio. El saldo medio de volumen de negocio de estas empresas es de 2,07 millones de euros. En cuanto a los productos que España adquiere del exterior, el primer lugar lo ocupa la maquinaria (el 24,2% del total), aparatos y material eléctrico (15,7%), materiales plásticos (14,8%), automóviles (10,8%); muebles, sillas y lamparas (9,8%); materiales de hierro y aceros (9,4%) y aparatos ópticos y médicos (9,3%).

Es decir, que el ministro de Industria quiere reducir el déficit exterior de la economía española y, al mismo tiempo, impulsar la industria nacional, reduciendo las importaciones, pero se olvida de incluir en su ecuación a las empresas españolas que viven de las importaciones y ni siquiera menciona la posibilidad de aumentar la competitividad de las compañías nacionales para elevar las ventas al exterior.

¡Menudo calculo peregrino! ¿Cuál de los 666 asesores que cobran un pastón le aconsejó? Esto carece de cualquier fundamentos técnico y económico, no se puede establecer una relación directa entre la caída “estimada” del consumo y el empleo que se genera en el sector, y mucho menos pretender que con el desembolso de 150 euros por persona a empresas españolas se salva la industria nacional.

Debe desconocer, que el problema del comercio exterior español se encuentra precisamente, en las dificultades que tienen las compañías nacionales para vender productos más allá de nuestras fronteras. La escasa productividad de la economía española, la exigua inversión en Investigación, Desarrollo e innovación (I+D+i) y la falta de sectores que generen valor añadido, son algunos de los factores que los economistas apuntan para reducir la brecha exterior.
Optar por la vía de la reducción de importaciones es volver a los tiempos de las economías cerradas y autárquicas, más propias de dictaduras que de democracias del siglo XXI… Pero así nos va con estos lumbreras.

Y lo malo es el la oposición es el Partido Payuda (PP). Ahora vas y te piensas lo del voto Sra. Thatcher contryman.