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gudea de lagash

¿Has perdido algo?

Sura de la Mesa servida <34 - 36>


En el nombre de Allah el Misericordioso, el Compasivo....



Dijo: ¡Ay de mí ¿Es que no voy a ser capaz de hacer como este cuervo y enterrar el cadaver de mi hermano?
Y quedó arrepentido.













HAS PERDIDO ALGO? NO… ¡PERO TENGO QUE ENCONTRARLO!




Los operarios de mantenimiento trabajaban en esa habitación de la bóveda, que desde siempre había sido utilizada como almacén, en el Parador de La Muralla. El azar quiso que un golpe de pico en el punto exacto de una pared, abriera la puerta a una soberbia e impresionante obra arquitectónica, que durante siglos había soñado con volver a la vida: Una puerta califal del S.X. construida bajo el dominio de Ah - derraman III de la dinastía Omeya <califato de Córdoba>, esperaba paciente junto a una amalgama de vetustas piedras romanas, portuguesas y españolas, que custodiaban a unos restos humanos del S. XVII - XVIII. Perdidos en la noche de los tiempos…





…………..El frente estaba abierto. Era un yacimiento pequeño, estrecho y oscuro, en donde una tronera centenaria, muy centenaria, dejaba pasar con racanería el aire y la luz. En el recinto, a penas podíamos trabajar las siete personas que allí nos encontrábamos. Un viejo foco puesto de cualquier manera, hacía lo que podía para iluminar el lugar mientras el cable que alimentaba al viejo cachivache reptaba por el suelo, como una serpiente, hasta llegar más allá de la puerta que nos devolvía al mundo exterior…
- Sondeo A…. sondeo B….- Pepe, el arqueólogo, un incipiente cuarentón moreno y de mirada soñadora hablaba con Fernando su colega.
- Mide aquí…. Porque tal vez… porque esto y lo otro… Es extraño este recodo…- Fernando con su sempiterna pipa entre los dientes murmuraba, más que hablaba, con su compañero, que a fuerza de escucharle ya se había a acostumbrado a esos “bajo mínimos” decibelios que emitían sus cuerdas vocales.- Los sillares a soga y tizón… - dice bajando de un salto al sondeo B. Y yo lo observo y le envidio por la ligereza de sus movimientos, y me consuelo diciéndome: <Es que el lleva muchos años subiendo y bajando como las cabras…>
- ¡Heder! – levanto la cabeza del inventario, para ver como irremisiblemente me llega otro capazo lleno de material
- ¡De que sondeo viene estooo! – pregunto desesperada porque lo que me han encomendado se me esta yendo de las manos… - Terra Sigillata…vajilla africana de cocina…ataifor…candil de piquera… - Las gotas de sudor me caen por la cara, la espalda y el cuello y no se si es por el calor, o por el agobio que siento… Nordik un joven musulmán de pequeña estatura empuja la carretilla rebosante de tierra, hasta la improvisada montaña de escombros que se ha formado con la excavación, mientras discute con un cristiano llamado Carlos, sobre problemas existenciales, razas, culturas, gobiernos y de más fruslerías que tan de moda están en la actualidad.
- Toma que ahora viene otro.- Me dice Jorge, un obrero con cresta en la cabeza y mogollón de pendientes en las orejas. – El material que llena el capazo de caucho, se balancea peligrosamente al chocar este contra la improvisada mesa hecha con un par de caballetes bailones y un tablón con mil batallas de andamios a su espalda. Una nube de un polvillo fino se adueña de mi pequeño feudo impregnándolo todo: hojas de inventario, rotuladores, acetatos…. Hasta el “Klines”que hace de paraguas a mi “Cocalahit”, se satura de polvillo… Las gafas, la ropa, el pelo, todo está envuelto en una fina película de tierra. Un clavo de hierro con el cardenillo “a flor de pátina”cae al suelo y yo me agacho con la misma rapidez que lo haría mi nieta Andrea: <no puedo permitirme el lujo de perderle la pista>- pienso, a la par que cierro mis dedos cual garra de tucán, alrededor del maldito clavo saltarín, apretándolo con fuerza contra la palma de mi mano. Al mismo tiempo echo un vistazo al grupo de bolsas de plástico que tengo debajo de mi maltrecha mesa. Son los restos de seis infantes muy pequeños, algunos apenas de unos pocos meses de edad, que dormían el “sueño eterno” al lado de los huesos de sus madres…Trozos de cráneos, tan finos casi como la cáscara de un huevo; pequeños fémures, vértebras, huesos de las extremidades superiores…Todo arrancado de ese mundo de silencio, en aras del saber… Me incorporo haciendo caso omiso a los huesos protestones que soportan “mi patito de goma”, y agarrando la hoja de inventario la jaleo a lo Lola flores, con la vana esperanza de que el papel vuelva a ser blanco, mientras me viene a la cabeza los anuncios de productos de limpieza que parecen todos ellos, dedicados a “los cerebros planos” del mundo mundial. Suspiro, y aspiro una buena bocanada de aire viciado, que invade mis pulmones, a la vez que “agarro la Coca” y me siento en una silla del año de Maricastaña, a la que prácticamente le falta una pata y bastante de anea, y entre sorbo y sorbo de refresco con polvo en suspensión, medito en como ha llegado hasta allí el maldito mueble que, entre otras cosas, me está moliendo las posaderas. Un flash de luz vuelve mi cerebro a la realidad: es Fernando el arqueólogo de la pipa, el de la piel morena, y barba espesa y negra; el de la mirada oscura y profunda como una noche sin luna; el que habla el árabe como los mismísimos beduinos del desierto: ya sabéis, el de “los decibelios bajo mínimos”... la persona a la que más de una vez le han besado la mano los seguidores de Mahoma, creyendo que era un “hombre santo”…
- ¡Mirar, mirar como curra “la Eder”! – El puñetero no para de machacarme con la cámara. Si en ese momento apareciera en escena alguien que no conociera realmente su carácter, pensaría que la caja de Pandora había tomado forma de señor con pipa: solo le he visto reír una vez, a carcajada limpia, y fue precisamente en ese yacimiento, con una “ocurrente broma” que me gastó, en relación a mis DESPISTES…<Pero eso es otra historia>… - ¡Y luego querrás que te pague la extra de Navidad! Esta la cuelgo en Internet ¡Que si la cuelgo! ¡En la revista de arqueología de…! – No digo nombre, no vaya a ser que realmente esté.- Y se acerca, y me enseña la foto en la pantalla de la “camarita” y allí estoy yo repanchingada, con la “Coca” en una mano y en la otra el inventario “haciendo me aire”a falta de un negro que me abanique. <Igual hiero susceptibilidades, pero es una frase hecha sin ánimo de ofender>. Al fondo “mi magnifica mesa de trabajo llena de elementos variopintos, como: Una vapuleada caja de herramientas con “bolis”, gomas, un pie de rey, dos lupas, chinchetas a gogo, pegamento, cinta métrica, botes vacíos de rollos de película, con pequeñas muestras de tierra, las medallitas y cadenas que los bebes llevaban al cuello… Un montón de cosas más… al lado una escurridiza montaña de bolsas de plástico de diferentes tamaños, me recordaban la magnitud del inventario que me había tocado en suerte. Mientras le hago un gesto poco ortodoxo con la mano a Fernando, Fran que había subido no se como, de las profundidades del sondeo “B”atraviesa, con la agilidad que le dan sus jóvenes huesos, el tablón que enlaza un sondeo con otro, asaltando mi territorio, porque en el ¡Como no! Han dejado las mochilas, y el avituallamiento. El chaval saca del “mochilón” un pedazo de bocata arropado en “Albal”, y un paquete de “Donetes”…
-¿Quieres “Eder”?- Y me enseña la merendola.- Es de “todo”…
- aaaahhh… -acierto a decir al tiempo que me saco el chicle que me había metido en la boca hacía tres horas, y lo lanzo a la montaña de escombros. – No hijo, no… come…come para que te pongas grande… - Glup, glup, glup..- mi garganta traga con avidez los restos de Cocalight bien calentita, y vuelvo la vista hacia donde la luz, del flash de la digital del bueno de Fernando, ilumina. Ahora le toca el turno a mi compañero Carmelo, que le está dando a la pala con el mismo ahínco que un perro buscando un hueso olvidado en sabe Dios que agujero…Y foto por aquí, y foto por allá… ¡Y luego querréis que…! – no le dejamos terminar la frase: - ¡la extra de Navidad! – Y nos reímos porque Carmelo, Fran y yo somos “los sufridos voluntarios”, que hacemos más horas que un tonto, sin cobrar un duro, por algo tan sencillo como que no hay un fondo en la Concejalía de Cultura, asignado ni para los que hacemos trabajos de campo, ni de laboratorio.
- Fernando, esta se tendrá que quedar así, por el momento… - Pepe en cuclillas, entorna los ojos verde aceituna tras las gafas a lo “Ricardito Bofill”. El polvo fijado en el pelo de un negro azabache, hace que parezca mayor de lo que es. Los que nos encontramos cerca volvemos la vista hacía donde indica la “catalana” que lleva en la mano: en una unidad estratigráfica determinada, asomaba entre la tierra, parte de una columna vertebral y las dos cabezas de los fémures…- A ver si nos da tiempo a sacarla del todo… vamos contra reloj. Eder ¿Cuántos individuos llevamos? Cinco y….- me quedo mirando a “los restos de los restos”, y digo - once y medio: tres hombres, dos mujeres y seis niños.
- ¡Tres hombres dice! ¡Tres “peasos” de individuos! – Grita Carmelo desde lo más profundo del sondeo B. Desde donde estoy solo alcanzo a ver parte de su espalda y una pierna, estaba tratando de salvar en la medida de lo posible, una olla de barro que parecía estar en perfectas condiciones. - ¡Quien quiere ver esto! – Grita de nuevo-
- ¡Voy!- Sin dar tiempo a reaccionar a los que realmente saben, pongo un pie en la insegura escalera colocada de aquella manera a lo largo del gran agujero y comienzo a bajar hasta donde se encuentra mi compañero. Detrás Pepe: - <tenía que haberle dejado a él primero… Ya estaría abajo y ahora tiene que esperar a que mis “patitas” recorran todos los peldaños>…
- Es preciosa…- Pepe pasa la mano por la pieza de cerámica que aún permanece adherida al suelo. No queda mucho por limpiar; le da con la escobilla un par de veces y en un gesto mecánico, sopla para retirar las posibles partículas de tierra, que pudieran quedar. Con un movimiento seguro y experto, le arranca el cacharro de cocina, a la húmeda tierra. El ennegrecido culo de la olla indica que ha sido usada, y bromeamos en cuanto a si guisar un caldo con un par de huesos de individuo, o echarle dentro un buen pedazo de panza de nuestro joven compañero Fran. Alguien lanza un capazo agarrado a una cuerda y Carmelo mete la pieza, no sin antes encomendarle “por su padre” al que tira de la soga que tenga “cuidadin, cuidadin”: sabemos que es Nordik, porque escuchamos su interminable matraca sobre Alláh, Dios cristiano, racismo….etc, etc, etc…. ¡Nooodiiiik! Por lo que más quieras estate atento a lo que estás haciendo, la voz de Pepe suena con fuerza y yo me quedo sorprendida por el chorro de voz que sale de esa garganta: en cuatro años que llevaba junto a él, nunca le había escuchado… ¿Rugir? De pronto el foco decide jugarnos una mala pasada y nos deja a oscuras, y un rosario de improperios comienza a desgranarse de boca en boca: unos se acuerdan de la madre del foco, otros de los testículos del foco… ¡Todos contra el foco! Menos yo, que solo intento acordarme en donde está la escalera y en que punto del agujero ha dejado Carmelo el pico. El haz de luz de una linterna nos deslumbra para pasar luego a enfocar la bendita escalera. Es Fran, que impertérrito, sigue tragando bocata, mientras nos ilumina. Subo la escalera custodiada por los dos caballeros andantes que estaban junto a mí en el foso. Un rapido movimiento de linterna en la mano de Fran, dirige el haz de luz hacia el tramo en que me encontraba, y allí a la altura de mis hombros, estaban “los restos de los restos” de aquella que una vez fue mujer, esposa y madre…No sabía muy bien el porqué. Tal vez fuese porque le habíamos arrancado la criatura que dormía a su lado…el caso es que sentía una infinita pena por ella…: -<mira que eres tonta… estás harta de sacar, clasificar y lavar restos y ahora te pones tierna>… La mano fuerte y velluda de Fernando dio el ultimo empujón a mi escalada, sacándome con fuerza hasta donde el se encontraba.
¡Esta es mi Eder! Dijo, mandándome, si me descuido al interior del sondeo B.
– Gracias Fernando.- Acerté a decir. : <ya no estoy “pa” trotes>- pienso-……………




………………¡Hágase la luz! y la luz se hizo…
Todo parecía haber vuelto a la normalidad: el bocata y los donetes, en la tripa de Fran; el cascarrabias de Nordik, con la carretilla escombros a arriba, el chaval de la creta y los pendientes llenando otro capazo para Eder; Carlos midiendo la profundidad del sondeo B; Carmelo dándole a la Fonbella; Fernando y Pepe, cámara en ristre, subidos en el montón de tierra que tan solo dejaba al descubierto el precioso arco de herradura y parte de las jambas de la Puerta Califal… y la olla, que acunada por el capazo, permanecía a buen recaudo balo mi “mesa”.
- Clavo de hierro… malaco…fauna… cristal…carbón…cacharrería: ataifor vidriado…candil de cuello alto… tapadera…parte de un anafre… inventariaba, e inventariaba, para luego guardar las piezas en las bolsas, minuciosamente etiquetadas por mi rotulador. Mis ojos cansados me piden que los libere de las gafas durante uno minutos. Mis manos necesitan cerciorarse de que los pequeños botes en donde he guardado los anillos de los individuos y las cadenitas con las medallas de los niños se encuentran en su sitio: todo está en su sitio ¿Todo? Me agacho y miro hacia donde deberían encontrarse las bolsas de los restos infantiles: la olla sigue en su cesto, pero los niños no… y me agobio, y me entra un calor que no es normal, y me pongo a cuatro patas a buscar lo que no encuentro…
- ¿Que te pasa? Estás muy pálida… Es Carmelo, que se agacha y me levanta la cabeza. Su mano me roza la frente ¿Me quieres decir que te ocurre? Tienes un sudor frío que… ¿No será un bajón de azúcar!
-Me estoy empezando a agobiar – le digo volviendo a la posición de cuatro patas, y buscando como un sabueso por mi pequeño mundo.
- ¿Por qué? ¡Que has perdido? – Me pregunta. Ahora es el, el que está a cuatro patas, seguramente en una demostración de solidaridad con su compañera de fatigas. Y yo se lo agradezco con un: NADA PERO TENGO QUE ENCONTRARLO
- ¡Nada pero tengo que encontrarlo!
- ¿?¿?¿?¿?¿?
- ¡Está bien ¡ ¡Las bolsas de los niños! ¡Han desaparecido! – Le digo apunto de llorar.
- ¡Ja, ja, ja! – Se sienta en el suelo apoyando la espalda en uno de los caballetes, que se balancea al notar el peso de Carmelo.- ¡Haberlo dicho antes! – dice quitándose las gafas con una mano y limpiándose el sudor con la bocamanga de su camisa de cuadros. Me mira y me guiña un ojo, como suele hacer cuando me ha hecho alguna…- ¡Fernando, que Eder ha perdido las bolsas de los críos!- me quedo helada y le fulmino con la mirada, pegándole uno de mis famosos pellizcos que tan bien el conoce: ¡aaaayyyy! Volviendo a la posición vertical.
. - ¿Qué ocurre? – Fernando y Pepe me miran con cara de picoletos persiguiendo a “un gitano y su gallina prestada”. Yo cada vez más nerviosa, no se donde meterme, lo estoy pasando francamente mal…
- Es que los tenía junto a la olla…- Empiezo a decir, con la voz quebrada…
- ¡Venga Fran, no hagamos sufrir más a Eder, saca las bolsas! – Y veo como el niño del “bocata de todo”, echa a un lado los bártulos que habían dejado en mi feudo: mochilas y de más familia para sacar las bolsas de los bebes. Todos ríen, todos menos yo, que en ese momento me moría de ganas de darle a cada uno una patada en los testículos, diciendo…: ¡Si era solo una broma!...........................




………………La puerta se cerró, y el sonido que produjo me consta que dejó en cada uno de nosotros , una sensación de vacío. El último en salir, fue Fernando, del que casi hubo que tirar un poco… pero solo un poco…El yacimiento quedaba cerrado hasta Dios sabe cuando, por problemas burocráticos… La Puerta Califal, junto a unos huesos de madre y a unas piedras que rezumaban historia , habían vuelto a perderse en la oscuridad de la bóveda,del Parador de la Muralla, por la intransigencia de un mundo burocrático que no alcanza a entender que a veces las piedras: también tienen sentimientos……..


- ¿Nos tomamos un Clamoxil? <Pacharán con hielo>. ¡Vale! Pero yo “virtual”…
- Ya se, ya se, ¡Marchando una de Coca! – Y miro ami gente y me río con ellos… Y le planto un beso sonoro a Carmelo en la mejilla, y el me cuenta uno de sus chistes tan malos, tan malos… Y me río por eso, porque son malos… Y mañana será otro día… Y pasado lavaremos los huesos, la cerámica… Y luego empezaremos de nuevo…



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por: Pitty en Jul 30 2007, 12:25 PM

Si para que escribas el siguiente capitulo, hacen falta fondos para seguir en las excavaciones y el Ayuntamiento no los da, pues nada nos pondremos en la puerta de una iglesia a pedirlos, y mejor, se me ocurre una idea, llevar la olla descubierta al programa del Arguiñano, "que el para las perras es como los cerdos para las cascaras", se pondria a promocionarla en su programa, y por las ventas de las replicas en el Carrefur o en el Corte Britanico, habria perras para seguir pasando penurias en las escavaciones y tener un proximo capitulo.

Besos, Luis good.gif

por: gudea de lagash en Jul 30 2007, 03:38 PM

Querido Pitty: Es la eterna historia... Yo no se en otras comunidades como funciona el tema del "dinerito", para esta clase de empresas, pero te diré que en las que una servidora ha colaborado como "humilde voluntaría", <con tres años de Historia no hay para más>, siempre hubo este tipo de problemas: elecciones= subvenciónes. Interesa más "la petanca", por poner uno de los mil ejemplos que ahora se me ocurren, que la cultura... Insisto en que yo solo hablo de lo que he vivido durante años: Murcia - Ceuta. Ahora parece que están empezando a concienciarse de que es una parte importante del ser humano: saber de su pasado para poder comprender el presente. Ya se, ya se, que es una frase estereotipada, pero es la verdad. Y luego está lo de.... -¡Ah! ¿Estás en una excavación? ¡Que divertido... Como Indiana jonnnssss! ¡Pues no señor! No tiene nada da pelicula aventurera, ni de que guapos son unos y otros, ni de la chica que no se le despeina ni las pestañas... ¡deberiais verme! ¡Ja, ja, ja!

Un besote.


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por: moloko en Jul 31 2007, 08:35 AM

La cultura del OCIO es lo que priva.... mientras la gente esté entretenida y embrutecida con tonterias... mejor.... así no piensa.... ¡que pais!
Y entonces ¿Harrison Ford no estaba?.... ja,ja,ja
Y tú a pesar de todo..... mejor que la "chati" de Indiana Jones.
Un besito

por: Pitty en Jul 31 2007, 01:50 PM

A eso yo le llamo idiotizacion, querida Moloko, el “Mundo es para los Idiotas”, y cada vez mas, en esta sociedad no se prima la curiosidad, la investigación, la creación, el arte, la cultura, en definitiva la riqueza que engrandece la condición humana y que ha hecho que en toda la existencia lleguemos a donde hemos llegado.

Pero como dices lo que priva es idiotizar a las masas (pan y circo) y dominarlas y llevarlas al terreno que interesa a los amos del mundo.

Ya hice mención en su momento en mi Chat sobre esta circunstancia, y como decimos por aquí “no me gusta el andar de la perrita”, y como se esta idiotizando al personal, es triste ver como gente joven con oportunidad para formarse y educarse, lo único que le interesa es lo que ve en el espejo cuando se mira.

En fin sociedad, y si me permites te recomendare un libro que se titula “La Verdadera Historia del Club Bildergber” de Daniel Estulin, un libro bastante árido, pero en donde se dan las claves de por donde y a donde va esta sociedad dominada por los de siempre.



Estamos en verano y nos comeremos un helado o nos tomaremos una horchata para refrescarnos, pues lo que no estoy dispuesto ahora y nunca, es pensar por los demás y si por mi mismo (que ya es mucho).



Besos Luis. good.gif



por: malanga en Aug 7 2007, 11:49 AM

No hay dinero....no hay dinero....según pa qué....ay,ay , ay....algún día lamentaremos no invertir en cultura y no demasiado tarde.
No te conocia esta faceta de arqueóloga...no deja de sorprendernos...sus colegas de búsquedas de secretos enterrados seguro que no se aburren a tu lado no??

No hace falta imagenes lo has explicado muy bien con palabras.

Un abrazo

por: gudea de lagash en Aug 10 2007, 03:40 PM

Querisa Malanga...Eso de "faceta de arqueologa"... Vamos a dejarlo... ejem, ejem, ejem.... voluntaria y "voy que chuto", que como ya he dicho...: tres años de Geografía e Historia no dan para más. Bueno y ahora que nadie nos ve, ni nos lee, y menos nos escucha... Le diré que quizá sea de lo único que me arrepiento en esta vida...: he dicho solo "quizá". Mis hijos tendrían ahora cinco años menos y yo estaría trabajando en algo que siempre amé. pero bueno, al menos no le perdí el hilo y disfruto con lo que hago. Y si... como usted bien dice mis compañeros no se aburren conmigo, de eso estoy segura, pero yo tampoco con ellos ¡Son gente GUAPA! biggrin.gif

Un besote gordote.


Gudea de Lagash 2570.gif 2570.gif 2570.gif give_rose.gif

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