Noche sentado en tí, amigo rodado tronco,
que la marea puntual siempre ha devuelto,

y tú, mil veces mareado y revuelto,
sigues queriendo escapar tozudo y bronco.

 

De lejos llega el ritmo en olas de lambada,
mojando arenas desiertas, blancas, inmaculadas,
los bosques jóvenes de palmeras inclinadas
bailan al son de una música triste y apenada.

 

Cielo de gala negra, huida luna, de vestido elegante,
gemas emitiendo luz blanca y amarilla agonizante,
lentejuelas y estrellas en una vía láctea deslumbrante,
ahora ves, años de luz tardía, tambien de la jóven vibrante.

A una cálida voz de mujer, respondes;
abandonas tronco,arena, cielo y estrellas,
¿ es ella, tu novia...tu mujer...o tu amante?...

n’kué