Escrito por Francis Gracián
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El año que te acecha, sigiloso, al verte, se ilumina;
hace girar al viento su luz tenue. Quiere fundirse en tÃ, hacerse tuyo.
Sentirte en el latido de sus horas.
Su anhelo se desborda en lo profundo.
Crea invisibles ondas como brazos que te esperan, abiertos y abarcantes.
En el frágil momento de tu paso se agitan, suplicantes; y trescientas sesenta y cinco estrellas engrosan tu equipaje en el silencio.
Vivirán en tu estela con lo eterno; sonarán al compás de tu sonido, y te amarán, dichosas.
Te ofrecerán sus horas con el goce que esperaba por tà desde el principio; tendrán el privilegio de sentirte, pues sólo para tà fueron creadas.
Y un dÃa quedarán en el camino, y te dirán adiós, agradecidas, si las viviste en honda plenitud.
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Francis Gracián
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