(primera)

Mariposa de ocho alas
la décima vuela sola;

fuente que alumbra una ola
que ha de morir en diez calas.
La noche un suspiro exhala
que torna en escalofrío,
al besar con su rocío
estas diez enredaderas,
que adornarán las riberas
en los recodos del río.

 

(segunda)

La décima es como el viento
que silba en tonada fija;
que penetra en tu cobija
y acompaña tu lamento.
A mango sabe su aliento,
su murmullo es voz de amante,
su abrazo es un delirante
juego de amor en la arena;
para llevarse tu pena
abrazada con su cante.

 

(tercera)

Un rumoroso arroyuelo
que el verde campo atraviesa,
se viste con el turquesa
manto que le presta el cielo.
La décima lleva un velo
tejido de forma extraña;
puntos de azúcar de caña
y orla de color rubí.
Como sangre de mambí
mezclada en hilo de España.

 

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Francis Gracián