Escrito por Francis Gracián
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No te busqué. Inconsciente, seguiste tras mi paso; viendo libres mis manos, tu carga echaste en ellas;
sin ulteriores cálculos, me diste las estrellas que alfombran el camino de tu cielo al ocaso.
Tu palabra fue música vibrando en mis oÃdos; tu sonrisa hizo surco profundo allá en mi alma; templaste mi impaciencia con tu insólita calma; llevabas en tus manos mi anhelo recogido.
Amándote, volvà mi verano primavera; las flores de tu alma adornaron mi pradera; en tà encontré la única razón para soñar.
Por tus serenos ojos tan sólo yo veÃa; amándote canté mis mejores poesÃas. Amorosos regalos que no conocerás.
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Francis Gracián
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