Escrito por Francis Gracián
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Vigilabas, plantado en la calleja, dormitando de dÃa sin compaña;
y al ocaso caer veÃas la extraña turba que andaba en la Ciudad Vieja.
A tu luz esperaba enamorado el eterno galán de las esquinas; y ese muestrario humano que se anima cuando el dÃa y su luz ya se han marchado.
Que te enciendan el gas con el bichero esperas impaciente, porque es tarde y quieres dar tu tibia dulcedumbre.
Yo, como tú, también con ansia espero que alguien venga amoroso, y por la tarde, mi corazón encienda con su lumbre.
Francis Gracián.
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