Escrito por Moncho Núñez
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Está el dÃa retenido, remansado,
como si no supiera qué hacer con su distancia, y ha perdido la luz. Ha ennegrecido.
Quiere llover el dÃa desde dentro, y estrellarse en espantos contra el suelo, y brillar, por algo hacer con los relámpagos.
Truena el dÃa de largo en mi reojo, en mi no mirar de frente todavÃa hacia la vieja tormenta que renace.
Está el dÃa volviéndose huracán y mar a golpes, para dejarme presente su presencia equivocada de no ser como antes era, equidistante del ayer y del mañana. Llega el momento del silencio y el presagio. Va a estallar la belleza y el espanto. Viene el tornado.
Moncho Nuñez
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