Escrito por José Eduardo Padilla
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Quieta, pequeña, inmutable y bella. Preciosa niña y mujer eterna.
Venciendo al tiempo juntos con tu sonrisa.
Me acompañas cada día, cómplice, íntima y amiga Nos miramos y sonreímos cuando el mundo Nos arenga falaz y traicionero con embrujos Tú y yo sabemos de eternidad y de magia Inmunes niña, al olvido y la ignorancia.
Y rodeamos los caminos de la fealdad La codicia, el engaño y la maldad Cada mañana te contemplo Como si no hubiera tiempo.
De santidad habla tu nombre bien escogido Y yo siempre fui hombre contigo Duerme bonita, que mañana hablaré contigo
José Eduardo Padilla
(Homenaje a Santa Isabel)
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